Estrella Roja No. 4 (junio de 1976)

ESTRELLA ROJA 4
ORGANO IDEOLOGICO DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACION FPLFARABUNDO MARTI”
¡REVOLUCION O MUERTE! ¡EL PUEBLO ARMADO VENCERA!
EL PRIMER CONSEJO REVOLUCIONARIO DE LAS FPL Y SUS HISTORICOS DOCUMENTOS
1970 marca el inicio de la formación de las FPL, que desde ese momento fue incorporando gradualmente a los sectores populares a la estrategia revolucionaria político-militar de Guerra Prolongada del Pueblo.
Ahora, 9 años después, la fecha del 1 de abril, puerta que se abrió hacia ese combativo, cruento pero fecundo camino de luchas populares, se ha convertido en gloriosa fecha conmemorativa de nuestro pueblo.
Desde sus inicios, la vida de las FPL ha estado jalonada por momentos importantes, por saltos cualitativos, en el desarrollo teórico de su estrategia y de su táctica, y en su práctica revolucionaria que ha ido abriendo brecha en la difícil vía del combate a los explotadores criollos y a sus amos imperialistas.
Los perros de presa del sistema capitalista, los sirvientes del imperialismo y de la oligarquía criolla, los gobiernos de tiranía militar fascistoide, que ensangrientan nuestro país, con rabia insensata, tratan de destruir a las organizaciones populares, a la Guerra Revolucionaria, a las Milicias Populares de Liberación y a las FPL; tratando de exterminar a sangre y fuego a poblaciones y regiones enteras, sometiendo a tortura, al asesinato y a la desaparición a los mejores hijos de nuestro pueblo.
La guerra especial (de “contrainsurgencia”) trasladada por las bestias yanquis a Centroamérica, sube sangrientos escalones de maldad y crimen.
El pueblo de El Salvador no solo lucha heroicamente por contrarrestar los golpes de la contrarrevolución, sino que avanza en su incorporación a la Guerra Revolucionaria, intensifica su combatividad y organización en campos y ciudades y va derrotando y superando todas las ofensivas y recursos que el Imperialismo y sus lacayos ponen en juego.
Y esto se debe a que al mismo tiempo que sectores cada vez más amplios del pueblo van avanzando en organización y combatividad, su organización revolucionaria marxista- leninista, las FPL va adquiriendo en el fuego de los grandes combates de clase, mayor capacidad y experiencia para dirigir integralmente las luchas del pueblo y avanza en su aspiración de convertirse en la legitima vanguardia revolucionaria y en el verdadero PARTIDO MARXISTA-LENINISTA DEL PROLETARIADO.
Para ello ha sido necesario dar salto de calidad, en los momentos cruciales de nuestro desarrollo revolucionario.
Precisamente, después de los primeros paso de formación (1ro. de abril de 1970), después de la histórica decisión de tomar el nombre de FUERZAS POPULARES DE LIBERACION –FPL- FARABUNDO MARTI, proclamando al pueblo la existencia de su querida Organización, instrumento revolucionario de nuevo tipo, (agosto-septiembre de 1972) el paso más trascendental que han tenido las FPL ha sido la formación de su CONSEJO REVOLUCIONARIO en 1976. La celebración de la Primera Reunión Ordinaria del Consejo Revolucionario de las FPL, significó la entrada a una nueva fase en la vida de nuestra Organización y un salto de calidad en las luchas populares.
El Primer Consejo incorporó a los cuadros más responsables, a los dirigentes forjados en la teoría y en la práctica revolucionaria, a las responsabilidades de Dirección Suprema; puso en aplicación el desarrollo de las normas leninistas del Centralismo democrático, inició la formación de la estructura del Partido Marxista Y conjugó el pensamiento y la voluntad de todos sus miembros para llevar a la práctica al Dirección Colectiva con responsabilidad individual.
El Consejo dotó a la organización de un COMANDO CENTRAL más completo y capaz de dirigir al pueblo en las duras tareas de la guerra.
El documento que presentamos a continuación es parte del Informe presentado por el PRIMER RESPONSABLE DEL CO-CEN a consideración del CONSEJO en esa primera reunión histórica.
Contiene una visión del desarrollo de las FPL hasta ese momento, así como la luminosa proyección de su desarrollo inmediato y futuro; y un panorama de la situación del país. Este documento de línea fue aprobado unánimemente por el CONSEJO. Muestra también, con espíritu autocrítico marxista, las debilidades que era necesario superar para seguir avanzando firmemente.
Ahora bien, por razones de seguridad, han tenido que suprimirse de esta reproducción partes de su texto, sin que por eso pierda coherencia y continuidad.
El Informe es un trascendental documento que muestra en toda su riqueza a continuidad y desarrollo dialéctico de la línea general estratégica de las FPL, de su orientación táctica y de su aplicación práctica en el avance del camino revolucionario de nuestro pueblo.
Pedimos a todos los Organismos Internos, miembros, aspirantes y colaboradores activos, su estudio detenido y profundo, que nos ayudará a comprender y aplicar con toda consecuencia la línea de nuestra Organización en las actuales coyunturas.
Al introducirse en su estudio y profundización, es digno de tener siempre presente que el PRIMER CONSEJO transcurrió bajo la memoria imborrable y el ejemplo de los Héroes Revolucionarios, que cayeron luchando por la liberación popular, por su futuro feliz, por el SOCIALISMO Y EL COMUNISMO.
Ese ejemplo nos inspira diariamente e impulsar con creciente vigor, con mística revolucionaria, con voluntad y decisión inquebrantable la línea certera, marxista-leninista de las FPL, que guía a los explotados y oprimidos hacia el forjamiento de su capacidad creciente para construir la alianza obrero campesina, base de la Alianza Popular Revolucionaria que conducirá el triunfo de la Revolución Popular hacia el SOCIALISMO.
¡A DESARROLLAR LA GUERRILLA REVOLUCIONARIA HACIA LAFORMACION DEL EJÉRCITO POPULAR DE LIBERACION!
¡AFORTALECER Y AMPLIAR EN DIMENCION NACIONAL LAS MILICIAS POPULARES Y LOS ORGANOS DE AUTO DEFENSA DE LAS MASAS! ¡A AMPLIAR Y PROFUNDIZAR EL PODEROSO MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE LAS GRANDES MASAS EXPLOTADAS Y OPRIMIDAS!
¡A CONSTRUIR EL PARTIDO MARXISTA LENINISTA DE LA CLASE OBRERA-FPL!
¡A PROMOVER A LA CLASE OBRERA A SU PAPEL DE VANGUARDIA REVOLUCIONARIA DE LA SOCIEDAD!
¡VIVA LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA!
¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!
¡VIVA LA UNIDAD REVOLUCIONARIA DE LOS PUEBLOS CENTROAMERICANOS!
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNIOS!
¡REVOLUCION O MUERTE!
¡EL PUEBLO ARMADO VENCERA!
“Año del inicio de la concentración de esfuerzos por la construcción del partido Marxista Leninista del Proletariado.” ¡EL COMANDO CENTRAL DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACION –FPL- FARABUNDO MARTI!

INFORME DEL COMANDO CENTRAL AL PRIMER CONSEJO REVOLUCIONARIO DE LAS FPL

I. PROBLEMAS SURGIDOS EN EL PROCESO DE DESARROLLO …………………………………………………………….………………..….3
¿En qué direcciones debe impulsarse el proceso de consolidación y desarrollo de las FPL?………………………………………………………………………… 4
II. BREVEMENTE SOBRE ALGUNOS ANTECEDENTES NECESARIOS DE TOMAR EN CUENTA EN EL ANALISIS DE NUESTRA REALIDAD…………………………………………………..7
III. RASGOS PROPIOS ADQUIRIDOS POR LA ORGANIZACIÓN……………………………………………………….12
IV. LA SEMILLA DE LAS FUTURAS DEBILIDADES……..……..19
V. PRINCIPALES ESCALONES DE DESARROLLO DE LAS FPL………………………………………………………………………24
VI. La comisión Nacional de Masas y la Comisión militar…………29
En que terrenos ha sido urgente desplegar los esfuerzos prioritarios?………………………………………………………………………………..30
Qué efectos causaría en la organización y en el movimiento revolucionario mayores retardos en la solución de los problemas mencionados?…….. 32
Resolución de los problemas orgánicos…………………………………34
Correcto método dialectico Marxista Leninista para la superación de las debilidades en este momento………………………………………….….37

INFORME DEL COMANDO CENTRAL AL PRIMER CONSEJO
REVOLUCIONARIO DE LAS FPL.
COMPAÑEROS:
A este nivel de su desarrollo y del desarrollo del proceso revolucionario, las FPL tienen planteada una situación concreta, de cuya solución dependen las líneas de su desarrollo y su papel en todo el subsiguiente devenir en el movimiento revolucionario del país y Centroamérica. Ahora bien, toda su situación histórica concreta debe ser resuelta en base a las premisas existentes en la realidad objetiva, la cual está enmarcada en las condiciones de una formación social (económico social) determinada, en la lucha de clases originada por las contradicciones sociales de clase y que determinan, también, el cauce de desarrollo de esa formación social a través de la superación de las contradicciones de clase antagónicas.
Por ello, la solución de una situación objetiva no se sitúa en lo abstracto, sino que tiene que ser concreta, abarcando no solo lo teórico, si no también lo práctico. Es decir, la practica revolucionaria guiada por una correcta teoría política revolucionaria. En este caso lo que se queda en lo abstracto no resuelve los problemas que deben ser resueltos, ni ayuda en consecuencia al desarrollo. Lo que se queda solo en la teoría, sin plasmarse en la práctica viva y transformadora, se torna estéril y tampoco ayuda al desarrollo. Por otra parte, la práctica sola, desligada del estudio completo de la realidad, de su análisis y conocimiento marxista, se vuelve espontaneista, ciega, errática, sin perspectivas ni proyecciones estratégicas.

I. PROBLEMAS SURGIDOS EN EL PROCESO DE DESARROLLO
Las FPL inmersas en la realidad social histórica de El Salvador y Centroamérica, colocada a la altura de 1976 en el centro tormentoso de las contradicciones fundamentales de clase, como representante de los sectores más avanzados de la clase obrera, del campesinado, estudiantes, maestros y otros sectores sociales de vanguardia; con la responsabilidad que le confiere tan honroso papel, se encuentra ante la necesidad impostergable de resolver importantes problemas concretos, nacidos en su proceso y modalidades de desarrollo, para poder desempeñar un papel cada vez más responsable y efectivo en la conducción político-militar del pueblo por la vía de la Guerra Revolucionaria Prolongada.
Tales problemas se refieren a:
 Sus lazos con el pueblo. A la necesidad de fortalecer la conducción político militar del proletariado y del pueblo entero, y promover su efectiva incorporación creciente a las tareas político-militares revolucionarias
 A la proyección estratégica y táctica, teórica y práctica, de la conducción de las acciones militares revolucionarias del pueblo, tanto a nivel de la guerrilla como medio para la construcción del ejército popular de liberación, como de los organismos armados entre las masas.
 A la urgencia de encontrar y aplicar correctos métodos y medios de combinar el trabajo en sus diferentes niveles y formas: la acción militar con el trabajo político; para que esté acorde con las condiciones concretas de nuestro medio y que, de tal manera, propicie el máximo desarrollo de la actividad política y militar; el máximo y más sólido desarrollo interno de las FPL en todos sus aspectos y la mayor incorporación del pueblo a la guerra; y que sea capaz de derrotar todos los planes políticos y militares del enemigo, para ir minando en forma creciente sus fuerzas, hasta el completo cambio en la correlación de las mismas.
Sobre la base de una correcta conducción de las masas populares, de una ágil y correcta conducción militar revolucionaria, de una correcta y practica combinación y coordinación del trabajo revolucionario en lo político, lo militar y de una creciente y efectiva incorporación de los sectores avanzados del pueblo, se plantea la URGENTE NESESIDAD DE CONSOLIDAR Y DESARROLLAR INTERNAMENTE A LA ORGANIZACION revolucionaria político-militar, marxista-leninista, que lucha por convertirse en la genuina expresión revolucionaria del proletariado: las Fuerzas Populares de Liberación -FPL-“Farabundo Martí”.
¿En qué direcciones debe impulsarse el proceso de consolidación y desarrollo de las FPL?
 En lo ideológico político
 En lo orgánico
 En lo técnico
 En los métodos de trabajo.
Vale decir: en lo formativo integral del militante revolucionario y de la organización.
Abarcando estos terrenos se plantean como tareas inaplazables, las siguientes:
1. La estructuración y funcionamiento de los organismos de dirección nacional: Consejo y Co-cen, que sean capaces de conducir el complejo proceso de la lucha revolucionaria a la altura de desarrollo actual y próximo futuro.
2. La restructuración orgánica interna, de acuerdo a las fuerzas y capacidades reales, para atender en forma más efectiva los complejos problemas que de la organización demanda la conducción del pueblo.
3. El funcionamiento de la organización de acuerdo a los métodos leninistas: centralismo democrático, dirección colectiva con responsabilidad individual, compartimentación, buena división y distribución del trabajo, coordinación, control y planificación.
4. La especificación inequívoca del nivel del miembro y de su calidad revolucionaria, así como de la red de aspirantes, colaboradores y simpatizantes de la organización.
5. El programa enérgico, operativo y eficaz de escogitacion, preparación, desarrollo, promoción y especialización de cuadros, a todo nivel y para todas las necesidades políticas militares de la organización.
6. Medidas enérgicas y prácticas para desarrollar el nivel ideológico y político de todos los miembros de la organización y de su red de colaboradores.
7. Afinar y desarrollar la estrategia política-militar general de las FPL y su línea táctica. Elaborar la línea política correcta en cada momento determinado y su aplicación para cada sector y zona.
8. Revisar los métodos de trabajo usados y sustituir los métodos erróneos por los leninistas de dirección y práctica revolucionarias.
En cada uno de estos eslabones claves del funcionamiento y desarrollo de la organización se ha producido y acumulado, junto a los aciertos y avances, un congestionamiento un nudo de necesidades de necesidades, debilidades, desajustes e insuficiencias que es preciso desmadejar por medio del análisis crítico y autocrático, profundo, sincero, modesto, multilineal, y completo; es decir dialectico, que evite el enfoque unilateral y desequilibrado, tomando en cuenta que los aciertos y debilidades de un área, sector o eslabón del trabajo, influyen, acondicionan y en muchas ocasiones, determinan los aciertos o debilidades de las demás áreas, formando un complejo interligado que solo el método dialectico marxista es capaz de resolver y superar correcta y eficazmente.
Esto determina que todo enfoque unilateral, empírico y estrecho de los problemas de una organización tan compleja como son las FPL, en una materia tan rica como es la conducción de la lucha revolucionaria político- militar y en un periodo que las fuerzas materiales del enemigo del pueblo son aun abrumadoramente superiores, conduce a la perdida de la proyección correcta del desarrollo, a la toma de medidas unilaterales, mecanicistas, a la desmoralización o al pesimismo, a la falta de confianza en la capacidad de la organización revolucionaria y de sus cuadros o del pueblo para su constante superación y desarrollo, y en ultimo termino, desemboca en los bandazos de línea que alejan a una organización de sus posibilidades de alcanzar y mantener un papel de vanguardia revolucionaria; o bien, conducen a la pasividad e indiferencia que impide a la organización superar sus debilidades y errores.
Ahora bien, una equilibrada visión de conjunto que ayude a colocar en su justo sitio los detalles, requiere que se vea también el momento y nivel de su desarrollo presente, en su dinamismo y movimiento y no estático o seccionado, ni desligado de las raíces que le han dado vida, vigor y desarrollo; y así mismo, de las raíces que le han dado origen y desarrollo a sus defectos, debilidades y errores. Ello permite encontrar con mayor facilidad los medios, métodos y medidas acertadas para superar eficazmente las debilidades y para vigorizar todo lo positivo que hace florecer a la organización y que la capacita para cumplir con sus responsabilidades político-militares y convertirse en la vanguardia proletaria conductora del pueblo. Es decir, que es preciso tener conciencia y claridad sobre el momento actual que vive la organización y su interrelación con las etapas anteriores de génesis y desarrollo. Solo ello permite una realista visión del acontecer actual con ponderada actitud hacia sus caminos de desarrollo futuro; una firmeza y claridad para cortar decididamente con los rasgos negativos que propician las debilidades actuales, y sobre esa base, una actitud de razonable optimismo revolucionario sobre la capacidad de nuestra organización para cumplir con sus responsabilidades históricas frente al pueblo.
De allí surge la necesidad de que recordemos algunos rasgos, aunque sea con la brevedad del caso, de la génesis y desarrollo de las FPL en el marco del proceso revolucionario de El Salvador y Centroamérica.
II. BREVEMENTE SOBRE ALGUNOS ANTECEDENTES NECESARIOS DE TOMAR EN CUENTA EN EL ANALISIS DE NUESTRA REALIDAD.
Es útil partir del reconocimiento de una realidad: a 6 años del inicio de sus actividades, las FPL se han convertido en la organización revolucionaria político militar; relativamente la más seria y consistente del país, la más consolidada ideológica y orgánicamente, la más ligada a las masas populares, con una línea estratégica y política más firme y acorde con el desarrollo del proceso revolucionario. Frente a la dispersión, fragmentación, bandazos y vacilaciones de otras organizaciones aparecidas en los últimos años, el firme desarrollo de las FPL y su creciente influencia en el pueblo contrastan notablemente en forma muy favorable para nuestra organización. Es esta realidad revolucionaria vigente y objetiva, que era inexistente hace algunos años, la que marca un jalón en la vida nacional.
Lo cual no debe alejarnos de una verdad también real y objetiva: de que a pesar de ser nuestra organización la más seria, cohesionada y responsable, existen en su seno múltiple debilidades internas. Ahora bien, si estas no han determinado todavía un irreversible perjuicio al desarrollo global de la organización, podrían hacerlo a un plazo más o menos corto, deteniendo su marcha ascendente y cambiando la actual realidad que le permite aspirar fundamente a convertirse en la vanguardia revolucionaria reconocida por la clase obrera y demás sectores revolucionarios del pueblo. De allí, la urgencia de realizar en este periodo una consecuente y enérgica superación de los retrasos, debilidades y errores presentes en el cuerpo de la organización.
¿Cómo se encuentran presente la organización revolucionaria en la escena histórica actual del país y Centroamérica? ¿Qué situación social ha hecho posible su vigencia? Es obvio que si su aparición no hubiera obedecido a una necesidad histórica objetiva del proceso revolucionario, los intentos hacia su formación y desarrollo no habrían alcanzado el éxito por ausencia de condiciones históricas que nutrieran su desenvolvimiento.
El desarrollo de las FPL ha sido posible porque obedece a las leyes históricas del desarrollo de la sociedad salvadoreña y centroamericana, en la actual etapa de las contradicciones fundamentales de clase. Obedece a la necesidad impostergable del proletariado de contar con los instrumentos de vanguardia revolucionaria orgánicos, tácticos, teóricos y prácticos que le permitan conducir con éxito la encarnizada y cruenta lucha de clases contra la burguesía interna y externa hasta su total liberación, hacia el Socialismo y el Comunismo.
Esta necesidad histórica se volvió cada vez más apremiante a medida en que los sectores tradicionales de izquierda, que por decenios pretendieron ser los exponentes de los intereses históricos de la clase obrera, se deslizaron cada vez más empecinadamente por la senda del oportunismo de derecha, convirtiéndose descaradamente en instrumentos políticos de sectores de clase de la burguesía, en una retranca para el desarrollo de la lucha revolucionaria del proletariado y el resto del pueblo.
Especial responsabilidad han tenido en la creación de esta situación, las camarillas revisionistas de derecha que, en los últimos años, le imprimieron su total dirección al PCS, organismo que fue fundado en 1930 bajo la inspiración del gran revolucionario Agustín Farabundo Martí, como expresión genuina de los intereses revolucionarios de la clase obrera y que en las últimas décadas ha derivado en un apéndice político de la burguesía.
Esta situación, que hizo más patenta una necesidad histórica concreta, no ha sido exclusividad de El Salvador o Centroamérica, si no que obedeció a una situación histórica aparecida en toda Latinoamérica y que se fue haciendo evidente desde finales de la década del 50del presente siglo. La Revolución Cubana y su trascendental victoria vinieron a poner más de relieve esta situación: la necesidad de superar los esquemas dogmáticos y de colocar las estructuras revolucionarias a tono con las necesidades del desarrollo del proceso. La necesidad de implementar una estrategia revolucionaria, así como tácticas y medios de lucha adecuados, capaces de derrotar definitivamente al imperialismo y a sus aliados y bajo la dirección del proletariado, tomar el poder del Estado y construir una nueva sociedad.
En El Salvador, en el seno del Partido Comunista, de la Juventud Comunista, de las organizaciones de masa sindicales, estudiantiles y democráticas tradicionales, se fue incrementando desde 1959 bajo el influjo del ejemplo revolucionario cubano pero impactando en condiciones objetivas propias, una creciente lucha ideológica y práctica por abrirle paso a una estrategia revolucionaria integral, a tácticas y medios de lucha eficaces, a moldes y a estructuras orgánicas adecuadas al desarrollo del proceso revolucionario, y a métodos de dirección y trabajo correctos. En el transcurso de diez años de lucha ideológica interna, se fueron perfilando y afinando concepciones revolucionarias más apegadas a la realidad histórica. Una interpretación más fiel a la realidad social objetiva. Una estrategia revolucionaria marxista fundamentada en el análisis dialectico del proceso, una orientación táctica, los medios de lucha revolucionaria y las líneas orgánicas más convincentes a las necesidades de la lucha revolucionaria de la clase obrera, campesina y demás sectores revolucionarios.
Repetimos: esta confrontación entre la corriente revolucionaria y el oportunismo de derecha se realizó en el seno de las organizaciones tradicionales existentes y entre las masas; en el terreno ideológico y en la práctica diaria de la lucha de clases y mostro la necesidad histórica de implementar el desarrollo de la lucha revolucionaria mediante nuevas estructuras revolucionarias que fueran capaces de echar adelante una estrategia verdaderamente revolucionaria.
A principios de año de 1970, había quedado completamente clara esta necesidad. La ruptura decisiva con las estructuras caducas se realizó en los tres primeros meses de ese año de parte de los elementos más sensibles a las necesidades históricas, Abril de 1970, marca el comienzo de los esfuerzos por la estructuración de una organización verdaderamente revolucionaria que, que, en agosto de 1972, pudo ya hacerse reconocer ante el pueblo con el nombre de FUERZAS POPULARES DE LIBERACION –FPL- “Farabundo Martí”.
Pero la necesidad histórica de la formación de nuevas estructuras revolucionarias y de impulsar el proceso revolucionario de manera integral no nació solo de la lucha ideológica y práctica en el seno de las organizaciones existentes, ni sobre una base abstracta, sino que esa misma lucha estaba determinada por la nueva situación en que se desarrolla la lucha de clase en el país, en Centroamérica y Latinoamérica. Esta es una situación objetiva que no depende de la voluntad o el capricho de los revolucionarios salvadoreños, si no que fue creada por las necesidades históricas determinadas por el desarrollo del proceso revolucionario de nuestro país en las condiciones de la estrategia contrarrevolucionaria de la llamada guerra Especial (de contrainsurgencia) aplicada por el imperialismo y sus aliados desde la década de 1960.
Frente a la gran victoria del pueblo cubano, el imperialismo entró a la guerra contra el pueblo, Centroamérica se ensangrentó en el fragor de los combates del pueblo contra el imperialismo y sus aliados. La estrategia global de guerra contrarrevolucionaria del imperialismo acompaña a la acción contra las guerrillas y el resto del pueblo con una política de reformas burguesas pro-imperialistas y con medidas de “Acción Social”, ideológicas y psicológicas, tendientes a separar a las masas populares de su vanguardia revolucionaria, y a crear una base social de masas que facilite la liquidación de las organizaciones revolucionarias y progresistas.
Frente a tal estrategia global del imperialismo, el pueblo solo puede triunfar a través de una estrategia revolucionaria político-militar, consistente en la Guerra Prolongada del Pueblo que permita a las fuerzas revolucionarias desarrollarse mediante la creciente incorporación del pueblo a las tareas revolucionarias político-militares, en un proceso que le permita unir las fuerzas a favor del pueblo y adquirir la capacidad para destruir a las fuerzas de la reacción como base para el triunfo de la Revolución Popular hacia el Socialismo.
En estas nuevas condiciones, que distan mucho de ser las de las décadas del 40 y del 50, toda estrategia estrecha, elaborada para responder a situaciones anteriores al triunfo de la Revolución Cubana, se vuelve caduca e inoperante, ineficaz para enfrentar las tareas revolucionarias de la época.
Esta es la razón objetiva básica que determinó la necesidad de la formación y desarrollo de las FPL en este periodo histórico de nuestro pueblo, frente a la defección de las izquierdas tradicionales.
III. RASGOS PROPIOS ADQUIRIDOS POR LA ORGANIZACIÓN
Y aquí entramos a ver algunos rasgos propios que adquirió el nacimiento y desarrollo inicial de la organización, dadas las condiciones históricas que acunaron su aparición, algunos de estos rasgos dan luz sobre algunos aspectos de la actual realidad de la organización:
1ro. Fue necesario partir de CERO en organización, en medios logísticos, en infraestructura, en cuados tecnificados, etc. Era necesario estructurar la estrategia revolucionaria y su línea táctica sin contentarse con copiar o mecánica o dogmáticamente la experiencia extranjera. Era necesario crear la línea política y la línea miliar, etc.
2do. Fue necesario empezar por resolver el problema clave: ¿por dónde empezar? ¿Por el trabajo entre las masas o por la estructura militar revolucionaria?
3ro. ¿Era necesario crear primero la clásica estructura de partido clandestino o iniciar con la formación de Comandos Armados revolucionarios ( bajo la estrategia político-militar) que en su desarrollo y bajo la línea estratégica de incorporar al pueblo a la lucha estableciera las relaciones político-militares con las masas, ramificara su estructura interna para atender consecuentemente el trabajo político y militar; y, finalmente adquiriera la genuina calidad ( política y orgánica) de vanguardia revolucionaria del proletariado, legitimo partido revolucionario de la clase obrera?
4to. ¿En qué clases o sectores de clase, dada la situación existente, se encontraría de inmediato el material revolucionario humano pata tener la base mínima de trabajo revolucionario que permitiera a la organización la capacidad para desplazarse hacia las clases fundamentales motoras de la revolución, para despertarlas , organizarlas, e incorporarlas al proceso revolucionario.
5to. ¿Cuál sería el papel de la guerrilla y qué papel desempeñaría esta en el proceso de desarrollo de las fuerzas armadas del pueblo?
6to. ¿Cómo plantear la orientación táctica operativa? ¿Partir de lo simple a lo complejo como curso dinámico no estacionado sino en incremento constante, no lineal sino dialéctico? ¿O iniciar de una vez por lo complejo?
La solución de estos problemas clave permitió concentrarse en la tarea que era eslabón central de arranque y de inicio: el forjamiento de una contextura revolucionaria acorde con la enorme tarea histórica planteada ante el pueblo. Probar si se era capaz de plasmar la teoría revolucionaria en práctica revolucionaria.
La acertada solución de estos fundamentales problemas iníciales, imprimió características propias a la naciente organización de acuerdo con las condiciones específicas del desarrollo del movimiento revolucionario de El Salvador, c características que en muchos aspectos diferenciaron a las FPL del cauce que tomaron organizaciones revolucionarias de otras latitudes, que surgieron en condiciones y medios diferentes.
Así fue como:
a) se evito distraerse en una larga y encarnizada lucha con los oportunistas por disputarles sus bases internas.
b) Hubo necesidad de replegarse (temporalmente) de posiciones de los aparatos legales de masas cuyo sostenimiento hubiera implicado descuidar las tareas de forjamiento revolucionario y distraerse en una lucha abierta por posiciones burocráticas con el consiguiente riesgo para la seguridad del trabajo naciente.
c) Se escogió como área inicial de reclutamiento, a los sectores más avanzados del estudiantado de secundaria, universitario y maestros, y, en segundo grado, de la clase obrera y campesinado; por ser aquellos los más sensibles en dicho momento para su incorporación a la lucha revolucionaria y crear así la base revolucionaria inicial que pudiera desplazarse hacia la clase obrera y campesinado; que son las fuerzas motrices fundamentales de la revolución y, muy especialmente hacia el proletariado urbano y rural.
d) Se desechó organizar la estructura inicial con la modalidad tradicional de un partido político clandestino, paso que hubiera resultado mecánico y simbólico en tales circunstancias, e inapropiado para los objetivos iníciales. Por ello se escogió la inmediata formación de Comandos Revolucionarios armados, político-militares, a partir del núcleo inicial con capacidad para realizar acciones armadas revolucionarias y conformación mínima, política e ideológica marxista.
Esto significaba la respuesta histórica a las necesidades del pueblo de crear sus instrumentos revolucionarios de lucha, que representaban una necesidad histórica en el conjunto global del proceso y que era precisamente el eslabón que faltaba en los medios de lucha del pueblo. Su creación marcaba la entada de este en una nueva etapa de sus luchas: la lucha armada como fundamental en su proceso de liberación.
El iniciar con la formación de Comandos Armados de ninguna maneras se contraponía a la necesidad del forjamiento del genuino partido revolucionario de la clase obrera, sino que representaba el primer paso práctico para la formación gradual (partiendo de lo simple a lo complejo) de la organización revolucionaria político-militar, marxista-leninista, que , al irse desarrollando y fundiendo con el pueblo, se convertiría en la legítima vanguardia político-militar organizada: EL PARTIDO POLITICO REVOLUCIONARIO DE LA CLASE OBRERA.
e) se adoptó como principio estratégico que es el pueblo el que lleva a cabo la Revolución. Que el objetivo básico de la organización, y su razón de ser, es propiciar y organizar la incorporación del pueblo así como orientarlo en sus luchas revolucionarias.
f) Se adoptó el principio de basarse fundamentalmente en nuestras propias fuerzas para el abastecimiento logístico, siendo el principal abastecedor la burguesía interno, el imperialismo y el gobierno títere, a quienes debe expropiárseles para subvencionar las necesidades de la revolución, a base de la acción armada popular.
g) Se adoptó la Estrategia Revolucionaria de la Guerra Prolongada del Pueblo, que tiene como medio fundamental la luchar armada, coordinada con la lucha de masas por sus necesidades económico-políticas. Se adoptó el método de la guerrilla en esta etapa, como medio para la formación del Ejército Popular de Liberación.
h) se adoptó como medio, en el área centroamericana, la unión de los esfuerzos revolucionarios hasta la formación del Ejército Revolucionario Centroamericano; hasta la liberación total y la construcción del Socialismo.
i) Se adoptó como lineamiento estratégico global el apoyo en el Campo Socialista Mundial, el respeto a todos los países socialistas y el firme apoyo a la Revolución Socialista de Cuba como elemento estratégico continental, la solidaridad militante con el movimiento revolucionario latinoamericano y con todos los pueblos que luchan revolucionariamente por su liberación.
De esta manera se dio respuesta la necesidad histórica de emprender la construcción de la organización revolucionaria marxista de carácter político-militar, con proyección a convertirse en vanguardia organizada de la clase obrera, capaz de enfrentar las tareas de la Guerra Revolucionaria (elemento nuevo y desconocido en nuestro país9 y que al mismo tiempo llegar a ser la organización política que necesitaba el proletariado y el pueblo.
Estas determinaciones al parecer sencillas y que en las condiciones dadas resultaban hasta cierto punto obligatorias para todo revolucionario que seriamente interpretara las necesidades a esa altura del proceso revolucionario, constituían, sin embargo, pilares básicos de arranque. Iniciar los comandos armados con la formación de la estructura político-militar (y no exclusivamente política) era una demanda histórica impostergable que representaba un salto de calidad en el proceso revolucionario y que arrinconaba los caducos y unilaterales esquemas orgánicos, políticos y prácticos de la izquierda tradicional, esquemas dogmáticos, rutinarios y ineficaces para propiciar los avances del pueblo y para elevarlo a los nuevos escalones de lucha necesarios para darle la perspectiva práctica de liberación. Dotar al pueblo de capacidad armada, constituía en ese nivel de desarrollo revolucionario, el eslabón clave para impulsar todo el proceso y constituía tares impostergable. No querer comprenderlo constituyo un tremendo error colindante con la traición al pueblo por parte de los oportunistas. Postergarlo, hubiera sido una inconsecuencia garrafal por parte de los revolucionarios. Constituía, pues, paso obligado. Ahora bien, tal paso, podía realizarse con un enfoque unilateral que condujera al militarismo (lo que algunos han dado en llamar “foquismo”) si detrás de él estuviera una concepción de sustitución de la lucha del propio pueblo. En las condiciones de nuestra organización, desde el principio se enfocó en proyección y desarrollo dialéctico hacia la realización de la tarea clave: incorporar al pueblo a la guerra, con la conciencia plena, de que el pueblo es el único autor de su historia y que ningún grupo de élite revolucionaria puede sustituirlo en su papel determinante en la Revolución. Por ello se le dio carácter político-militar a los Comandos Armados que constituían el primer escalón organizado hacia el pueblo, el inicio de la compleja organización político-militar revolucionaria que llegaría a adquirir gradualmente la capacidad de organizar al pueblo en todas las formas de lucha, orientar a las masas en ellas y, por todos los cauces, incorporarlo a las tareas de la Revolución, teniendo como medio fundamental la lucha armada y la guerrilla urbana , como método estratégico para la construcción del Ejército Popular de Liberación.
De tal manera, la formación de los primeros comandos fue el principio (y no final) de una compleja tarea político-militar: impulsar la Guerra del Pueblo de carácter prolongada hasta su victoria final; incorporar al pueblo a la misma, a través de todos los medios de lucha que favorezcan la lucha revolucionaria; construir el Ejército Popular de Liberación a través de la guerrilla y avanzar hacia la construcción del partido del proletariado, el verdadero partido comunista. De tal manera, la inicial construcción de los Comandos Armados no se concibió como contraposición de lo militar a lo político, n como una élite contrapuesta al pueblo; ni de estructura militar contra partido, sino que era el inicio de la vía para el integral desarrollo de la Guerra Revolucionaria.
Naturalmente que esta concepción dinámica no podía constituir un esquema dibujado hasta en sus últimos detalles, con la solución a todos los problemas que irían presentándose en el desarrollo. Tal cosa no solo era imposible, sino que hubiera constituido una inmodesta pretensión intelectualista y subjetiva, el tratar de diseñar formulas para la solución de problemas que tendría que ir planteando el desarrollo mismo y cuyos elementos no se encontraban todavía presentes en la escena histórica. Pero si representaba un acierto histórico de incalculable trascendencia para la vida revolucionaria del país (por medio de la interpretación correcta de la realidad objetiva) de acertar el cauce marxista que le abriera paso a la vía correcta de desarrollo, lo que, asimismo, abría la posibilidad de resolver correctamente los problemas de desarrollo en la medida que fuera preciso.
Por otra parte, estos eran problemas clave de resolver no solo aquí en El Salvador, sino que, a lo largo de todos los movimientos revolucionarios de latinoamérica. Eran pues problemas decisivos y claves los que se habían planteado durante la década del 60, al Movimiento Revolucionario Latinoamericano, los cuales fueron muchas veces abordados en forma unilateral: ejercito o partido; lucha militar o lucha política; lucha abierta o lucha secreta; masas populares o élite revolucionaria. Es duro reconocer que durante toda la década mencionada esos problemas hicieron naufragar y desaparecer a valiosos destacamentos revolucionarios. Tal vez esa experiencia dolorosa anterior a un movimiento como el nuestro, que se inició bastante más tarde, obligó a buscar la correcta posición, al mismo tiempo, es necesario reconocer que en nuestro país esa búsqueda era una alternativa casi obligada, si quería ponerse a tono con el proceso revolucionario. Fue más la intuición revolucionaria que la formulación teórica acuciosa lo que determinó la adopción de tal cauce, que la vida fue mostrando correcto como vía de inicio de la construcción de la organización y de la actividad revolucionaria nueva.
IV. LA SEMILLA DE FUTURAS DEBILIDADES
Ahora bien, tal camino de desarrollo revolucionario adoptado tiene un carácter eminentemente dialectico. Es decir, la vida se desarrolla dialécticamente. Si se está sometido a las leyes del desarrollo, este tiene que verse en función de su propia proyección dinámica, inmerso en las necesidades históricas que el avance del proceso vaya plantean do objetivamente. Solo así será capaz de ir cumpliendo en cada momento a cabalidad y correctamente con las tareas que demanda la historia. Solo así cumplirá en todo momento con una consecuente función de vanguardia revolucionaria. Ahora bien, concebir el esquema inicial de desarrollo como algo estático, que va aumentando nada más en proporciones cuantitativas, no hubiera permitido realizar, al compas del desarrollo creciente, la necesaria labor de negación de los gérmenes negativos, que como unidad dialéctica están integrados al esquema inicial, gérmenes y rasgos negativos que de no superarse, adquirirían proporciones gigantescas en detrimento de los elementos positivos que históricamente determinaron su adopción y que deben de marcar los hitos del crecimiento.
En otras palabras, el camino de desarrollo adoptado, visto como una unidad dialéctica con sus lados positivo y negativo, con sus contradicciones e interacciones dialécticas, constituyó un acierto histórico, como lo ha comprobado en 6 años el desarrollo de los acontecimientos revolucionarios en el país y Centroamérica. Adoptar otro hubiera equivalido a un desacierto garrafal que hubiera matado en ciernes el esfuerzo de impulsar el proceso revolucionario en las condiciones históricas planteadas en el país. Sin embargo, todo ser dialectico lleva al mismo tiempo en sus entrañas los gérmenes (vivos y con capacidad de desarrollarse) de superación y de destrucción. Saber superar dialécticamente los últimos y abrirle paso a los primeros, constituye precisamente la ciencia marxista del desarrollo social.
Veamos algunos de los elementos negativos que se encontraban en germen desde el propio inicio del desarrollo de nuestra organización, semillas que en condiciones propicias podrían fructificar y desnaturalizar las líneas positivas de desarrollo:
1ro. El concentrar inicialmente la labor ideológica y orgánica de nuestra organización en los sectores avanzados no proletarios; ello, de no desplazarse en un tiempo prudencial relativamente corto a poner el acento fundamental en la clase obrera de la ciudad y del campo, retardaría la consecuente proletarización marxista de nuestra organización, sustituyéndola por las características pequeño burguesas del grueso de su membrecía. Esto, a su vez, generaría un menosprecio práctico por el papel rector que debe alcanzar la clase obrera en nuestra Revolución, lo que, asimismo, retardaría la proletarización practica. La composición no proletarizada de nuestra organización, a su vez, generaría estilos y métodos de trabajo pequeño burgueses: el espontaneismo, la falta de disciplina para el trabajo planificado, la poca aceptación del control organizado, la informalidad en la realización de tareas, el liberalismo, la exaltación eufórica ante los éxitos y el desaliento y pesimismo ante las dificultades y problemas; la inconstancia en los planes emprendidos, la inconstancia en la observación de normas de seguridad, el individualismo y el amor propio exagerados, la falsa o la falta de modestia, los personalismo, etc.
De persistir indefinidamente tal situación clasista podría conducir a nuestra organización a alejarse definitivamente de la valiosa posibilidad de convertirse en la vanguardia marxista de la clase obrera.
2do. El abandono temporal de posiciones de dirección de masas (de carácter burocrático), de prolongar el retorno a la dirección de las masas con métodos revolucionarios y el no enfocar correctamente con métodos revolucionarios podría conducir gradualmente a un menosprecio inconsciente a la lucha de masas y a la incorporación del pueblo a la lucha revolucionaria y a la unilateralización del pensamiento hacia las tareas exclusivamente de la lucha armada, concebida como actividad revolucionaria desligada del pueblo. De allí que , cuando en 1972 la posibilidad y la necesidad histórica hacen surgir en nuestra organización los primeros grupos de apoyo (concebidos correctamente como los organismos revolucionarios de la dirección de las luchas de las masas) tardara mucho tiempo en evolucionar la mente de muchos cuadros para comprender la importancia vital del papel de nuestros organismos en la movilización y organización revolucionaria del pueblo, y en muchos casos, en la práctica dieron en estos nuevos organismos la modalidad exclusiva de apoyo logístico armado y de tecnificación en tal apoyo, desatendiendo la preparación para las tareas de dirección político militar de las masas.
3ro. De no aplicarse correctamente con proyección dialéctica nuestra concentración inicial en la estructura exclusiva de comandos armados que, dados los requerimientos del proceso, represento un acierto histórico, podría llevar así en gérmenes de deformaciones que han sido costosos al movimiento revolucionario latinoamericano, haciendo naufragar en el militarismo: la postergación de lo político por el enfoque militar (y no su correcta armonización e interrelación) la sustitución del pueblo por una mentalidad de elite revolucionaria aisladas de las masas, el menosprecio de las acciones y organizaciones de las masas populares; el menosprecio a todo otro medio de lucha popular (en vez de su acertada combinación dialéctica en dirección al fortalecimiento de la guerra) a considerar la técnica como el eslabón fundamental en el desarrollo de la revolución y de la organización, sobreponiéndola a los valores de carácter político e ideológico, que son base de una firme contextura revolucionaria; la aplicación de un estilo autoritario en los métodos de dirección y de trabajo, la deshumanización en la atención de los problemas de los militantes, el desarrollo de la autosuficiencia, la inmodestia, el exhibicionismo “revolucionario” y otras consecuencias similares.
El hecho de que desde su inicio nuestra organización creó sus Comandos Armados esforzándose por aplicar el marxismo-leninismo, y con un decidido carácter político-militar, guiados por la idea fundamental de que es el pueblo el factor determinante de la Revolución, hizo que los Comandos Armados iníciales desempeñaran un papel importante en el acercamiento al pueblo y en la construcción de los grupos de apoyo, nos evitó caer en graves deformaciones en ese sentido. Sin embargo, eso no quiere decir que hayamos estado exentos en un cien por ciento de uno u otro rasgo negativo que, sin embargo, no llegaron a incidir determinantemente en el desarrollo de la organización.

4º. La construcción de nuestra organización revolucionaria completamente nueva en la escena nacional, tenía que significar una casi absoluta ausencia de cuadros con previo ejercicio y formación revolucionaria para impulsar apropiadamente todas las complejas tareas político-militares que demanda la conducción del pueblo y de la guerra revolucionaria. Esto representaba una ventaja en cierto sentido: en el forjamiento de cuadros nuevos (extraídos de la cantera estudiantil principalmente) no contaminados con las concepciones oportunistas o aventureras y que se iban forjando desde el principio en la mística y la ideología propias de nuestra organización como ser revolucionario, cohesionado. Pero esto representó a sí mismo una gigantesca tarea de forjamiento y preparación de cuadros a todo nivel y para todas las tareas, que al no tenerse la capacidad de cumplirla en toda la magnitud, la calidad y la celeridad que han ido demandando las necesidades de desarrollo de la organización, han ido produciendo rezago y acumulación de problemas en distintas áreas de trabajo político de la organización y del pueblo.
Si a esto agregamos que algunos de los cuadros originales no resistieron la prueba de la aplicación de la teoría a la práctica y aún más, si tomamos en cuenta la pérdida de valiosísimos cuadros de dirección a distinto nivel debido a los sacrificios que demanda una lucha tan dura y cruenta como la emprendida por nuestra organización, tendremos un cuadro aproximado de la situación objetiva que ha tenido que afrontar la organización en su desarrollo; de tener que impulsar el trabajo de muchas áreas en crecimiento , con cuadros aun no completamente madurados para dichas responsabilidades. Este es uno de los eslabones más débiles en nuestro trabajo y funcionamiento, que debe ser superado a corto plazo para consolidar y ampliar el desarrollo de nuestra organización.
5º. La línea de desarrollo inicial valiéndose del propio esfuerzo, que significó un valioso elemento en el forjamiento revolucionario de nuestra organización y de sus cuadros en el espíritu de sacrificio, la prueba de fuego sobre la capacidad y determinación de andar el duro camino revolucionario en las condiciones más adversas, significó al mismo tiempo la carencia inicial de toda ayuda fraternal solidaria internacional ( se entiende, ayuda material) ayuda con la que han contado para sus actividades iníciales muchas organizaciones de Latinoamérica, especialmente en el periodo logístico más difícil: su impulso inicial y sus primeros pasos. Esto incidió en la no rápida solución de ciertos problemas y necesidades.
Estos son algunos de los principales elementos que se encontraban en capullo, dadas las condiciones históricas en que se originó y tuvo su desarrollo inicial las FPL y que de diversa medida han incidido en las debilidades y retrasos de su crecimiento posterior.
A estas alturas, habiendo alcanzado las FPL una dimensión y complejidad incomparables en relación con los años anteriores, con mucha mayor capacidad de dirección del pueblo y con posibilidades óptimas para intensificar la Guerra del Pueblo en todos sus aspectos, se vuelve vital y urgente identificar las debilidades, sus dimensiones y sus raíces, abordar decididamente su superación a corto plazo para lograr no solo la consolidación del trabajo de la organización, sino también crear las condiciones subjetivas de su avance ininterrumpido, lo que redundara en un prodigioso desarrollo del movimiento revolucionario.
V. PRINCIPALES ESCALONES DE DESARROLLO DE LAS FPL
Y es en este marco dialectico, generador de grandes posibilidades de desenvolvimiento de la organización (ya que concuerda con las necesidades del proceso revolucionario), pero al mismo tiempo, que contiene las semillas de debilidades y posibles errores en su desarrollo que se va desarrollando una admirable secuencia de crecimiento y desarrollo orgánico, político e ideológico de las FPL, en hitos que van marcando niveles de calidad ascendente.
A partir del núcleo inicial, muy pequeño, se van estructurando los primeros comandos armados. Partiendo de estos, ya en 1972 se organizan los primeros Grupos de Apoyo, organismos políticos-militares de carácter para-militar con funciones fundamentales de actuar dentro del pueblo para que nuestra organización pueda realizar las tareas de orientar a las masas e incorporar gradualmente al pueblo a la revolución.
Tal curso de acción político-militar tuvo su consolidación inicial, lo que permitió a la organización ya en Agosto-Septiembre de 1972 para realizar su tarea de dirección del pueblo tomar el nombre de fuerzas populares de liberación –FPL- “Farabundo Martí” y sus lemas, e iniciar la sistemática obra de propaganda y orientación entre las masas (publicación de “El Rebelde) Noviembre de ese año.
Las funciones de los Grupos de Apoyo fueron clasificándose cada vez más en el fondo de la necesidad de dirigir al pueblo en las tareas político-militares de la guerra. De tal manera, las FPL encontraban los eslabones no solo teóricos si no también orgánicos y prácticos para convertirse en la vanguardia dirigente político-militar del pueblo, situación que hasta ese momento no había concretado ninguna organización popular en las últimas décadas. Es decir, las FPL se colocaban en posibilidades de marchar por el camino que la condujeran a ganarse la honrosa posición de vanguardia revolucionaria del pueblo.
Pues, por un lado, había creado la Guerrilla Urbana (con el accionar de los Comandos Armados) , le dio vigencia en la vida nacional y mostró no solo la necesidad sino la posibilidad de desarrollar la lucha armada revolucionaria en nuestro país y en ese periodo y a partir de allí, se proyectaba al pueblo, no solo con los recursos de la propaganda y la agitación, si no desde el punto de vista orgánico, creando canales estructurales que enraizaran su dirección en las entrañas del pueblo.
El siguiente eslabón fue el de ampliar y profundizar la capacidad de penetrar en el pueblo y de iniciar el desarrollo de la guerrilla sub-urbana (1973-1974). Las tareas del primer extremo del eje de este eslabón avanzaron más aceleradamente de la proyección prevista; pero las tareas del segundo (organizar la guerra en el campo) comenzaron a retrasarse perceptiblemente.
Y en 1975, frente a los éxitos de la estrategia revolucionaria en el seno del pueblo, crecen y se agigantan urgencias determinadas por la creciente e indelegable responsabilidad de la organización de orientar a las masas, que aceleradamente se van organizando y elevando revolucionariamente su conciencia.
Y en este punto nodal se revela con toda agudez las debilidades que se han ido acumulando en la organización, especialmente en la escasez de cuadros preparados para atenderlas y a complejas tareas y áreas del trabajo de la organización frente a necesidades impostergables, sobre todo, en los ramificados sectores populares se fueron llenando las necesidades en forma espontánea y dentro de una creciente acumulación de tareas de diversas áreas (políticas, militares, secretas, etc.) en manos de los cuadros más responsables de distintos niveles.
Ya desde finales de 1974 se plantea en el Co-Cen la necesidad de entrar debidamente a la solución de los problemas básicos que se han ido acrecentando. Como son:
 La necesidad de formar un Co-Cen más amplio y capacitado para dirigir las complejas tareas que plantea este nivel de desarrollo.
 La preparación, prueba y promoción de cuadros capaces de tomar en sus manos responsabilidades a distinto nivel.
 La división adecuada del trabajo y distribución apropiada de responsabilidades.
 La compartimentación y especialización de las áreas y sectores de trabajo en lo político-militar y en lo orgánico interno. La formación de las comisiones y sub- comisiones necesarias.
 La formación, consolidación y desarrollo de otros organismos de dirección.
 La estructuración en el terreno militar y la intensificación de la operatividad revolucionaria.
 El desarrollo del trabajo de conducción política del pueblo y la dirección de sus luchas.
 La educación político-ideológica de los organismos, membrecía y colaboradores.
 La obtención de la base económica necesaria para el desarrollo del trabajo revolucionario.
 Avanzar en la disciplina, en la aplicación de las normas y en el incremento de la contextura revolucionaria de los miembros.
 Impulsar correctos métodos de trabajo.
Distintas dificultades prácticas (que no pueden detallarse en este documento) hacen postergar la inmediata y concentrada atención e estos y similares problemas básicos. Pero, al mismo tiempo la toma de medidas de reforzamiento de la dinámica actividad hacia las masas ( al irse rezagando el despejamiento de los problemas básicos acumulados) se va atendiendo de urgencia y con métodos espontáneos; lo que, como se consigna un poco atrás, produce desajustes en las áreas de trabajo, rezagos, cruces, descompartimentación, debilitamientos de normas de reclutamiento, etc., todo esto de forma simultánea con la mayor ramificación y crecimiento de la organización y de su influencia en el pueblo.
En tal estado, se va haciendo más evidente aun, la necesidad impostergable de revisar toda la situación de la organización y su trabajo, así como de adoptar un programa integral de trabajo que permita a la organización dar un salto de calidad para ponerse en capacidad de cumplir con todas las responsabilidades político-militares que de ella está demandando el proceso revolucionario.
De aquí surgen los documentos orgánicos que señalan las debilidades existentes y trazan un programa integral de restructuración de las FPL.
Aprobado en principio por el Co-Cen, al serle presentado, pasa luego a ser discutido críticamente y enriquecido por los organismos de dirección interna, como parte de todo un proceso de participación colectiva que desembocaría en la formación del Consejo de la Organización que elegiría un Co-Cen más reforzado y capacitado; y aprobaría las medidas orgánicas y políticas de reestructuración de la organización, para ponerla en capacidad de cumplir a cabalidad con su papel de dirigente político-militar de vanguardia.
VI. a continuación el documento en su CAPITULO VI, trata “SOBRE QUE ELEMENTOS MAS IMPORTANTES CONFIGURAN EN ESTE MOMENTO LA SITUACION DE LA ORGANIZACIÓN”; “EN QUE ESTADO SE ENCUENTRA LA CONSTRUCCION DE ESOS REQUERIMIENTOS BASICOS?”; “EN QUE TERRENOS HA SIDO URGENTE DESPLEGAR LOS REFUERZOS PRIORITARIOS?”
NOTA: POR RAZONES DE SEGURIDAD NO ES POSIBLE REPRODUCIR DICHO CAPITULO, DEL CUAL PRESENTAMOS SOLO ALGUNOS PARRAFOS.
En cuanto a la modalidad que adquirirá en nuestro país el armamento del pueblo a pesar que la exigencia de las masas avanzadas (sobre todo en el campo) se acrecienta frente a la necesidad de enfrentar las nuevas modalidades de opresión, del enemigo no está plenamente concretada por la organización, así como tampoco los métodos y su construcción práctica. La tarea de la formación de las milicias populares está por iniciarse y en proceso de deliberación. Frente a las necesidades del pueblo., lleva ya un retraso determinado por las debilidades internas prácticas de la organización.
Aunque no es conveniente detallar aquí, hay algunas líneas que son evidentes en nuestro trabajo militar. Las líneas generales de desarrollo han sido: la creación y la operatividad de la guerrilla urbana, y luego la ampliación de la guerrilla al campo, o sea, desarrollo de la guerrilla sub-urbana.
En cuanto a lo interno, el desarrollo obtenido por la organización ha superado en 6 años todas las previsiones y esperanzas concebidas en las etapas iníciales de la organización. Hemos constatado que se ha logrado estructurar una organización revolucionaria fuerte, seria, cohesionada que ha logrado sortear dificultades y evitar las debilidades que han hecho sucumbir en el mismo periodo a otras organizaciones.
Esto no es una casualidad, se ha debido a que en medio de debilidades y dificultades la organización ha sabido armarse de una línea estratégica y táctica correcta, que sus métodos han sido más correctos que otras organizaciones, que no ha sufrido desviaciones graves, que no ha dado bandazos estratégicos, tácticos y políticos; se ha debido asimismo a la calidad de sus militantes y cuadros que han sabido poner todo su esfuerzo en el desarrollo de las FPL y al sacrificio y ejemplar heroísmo de nuestros compañeros caídos en combate, que han impreso una mística revolucionaria a nuestra organización y a los principios que sustentan su vida. Sin embargo, se ha llegado a un momento que la organización para no estancarse, y para superar los retrasos de todo género necesita urgentemente toma runa serie de medidas prácticas que signifiquen un salto de calidad. De lo contrario, al estancarse, caerá en una serie de deformaciones internas y en su accionar que le podrán conducir a su declinación. En el momento presente, renovarse o estancarse es la alternativa que se presenta. La organización ya no es la misma de la que fue en sus inicios (desarrollo dialectico) y su estructura y métodos deben de renovarse en el mismo sentido y con el dinamismo requerido.
Con plena conciencia de esta situación, el Co-Cen entró en julio de 1975 al estudio y aplicación de los pasos iníciales del plan de reestructuración orgánica y al estudio de los aspectos políticos de las debilidades de la organización. Desde esa fecha se comenzó a dar pasos importantes, la creación de dos organismos de Dirección Nacional verdaderamente claves:
La Comisión Nacional de Masas y la Comisión Militar.
Uno de ellos se completó más pronto con cuadros de bastante responsabilidad, la mayoría de los cuales ha mostrado creciente capacidad para el desempeño de tan complejas tareas. Esto ha conducido a fortalecer la capacidad de la organización en su responsabilidad de conducción del pueblo.
La proyección de su trabajo general tiene cohesión y claridad y cada sector está dotado de planes de trabajo concreto. Este renglón del trabajo se ha convertido en piedra angular para la revolución. De ser apreciadas sabiamente las reservas y posibilidades que abre este campo de identificación con la energía del pueblo, será aquí donde se encontrara el ESLABON CLAVE del cual podrá nutrirse las FPL.
El otro Organismo de Dirección Nacional del Co-Cen tuvo retrasos es su formación. Fue estructurado posteriormente al primero, y aún está en periodo de consolidación, de creación de los primeros órganos de apoyo y planificación. Sin embargo, ha iniciado pasos muy positivos en una serie de terrenos (que no es posible detallar aquí) y que darán perspectivas, solidez, continuidad, extensión e intensificación creciente a la lucha armada organizada por las FPL. Podemos decir que con todos los retrasos y necesidades, ahora nuestra Organización está en mejores condiciones que nunca de desarrollar la lucha armada, medio fundamental de la Guerra del Pueblo.
EN LO ORGANICO INTERNO.
¿En qué terrenos ha sido urgente desplegar los esfuerzos prioritarios? – Construcción de verdaderas direcciones intermedias. – Compartimiento de organismos, cuadros, militantes y colaboradores. – Desarrollo y especialización de cuadros. – Distribución de cuadros de distintas áreas de trabajo. – Coordinación de organismos a diverso nivel. – El establecimiento del funcionamiento del Centralismo Democrático y Dirección Colectiva. – Restablecimiento de la estricta observación de las reglas del trabajo clandestino y normas de seguridad. – El desarrollo de la contextura revolucionaria de los miembros. – Revisión de los métodos de trabajo. – El impulso del plan de reestructuración hasta su culminación (celebración del Consejo y creación de un sólido Co-Cen), para poder entrar a conducir los medios adecuados para la integral superación, comenzando este proceso con la consulta a los organismos (comisiones nacionales y direcciones locales) y discusión por ellos de los documentos orgánicos; sintonización de sus opiniones, críticas y sugerencias; y sobre esta síntesis, proceder a la preparación concreta del Consejo (o del Congreso) que marcaría un acontecimiento de transcendencia singular para la organización, para la superación de las debilidades y para poner a la organización en la vía de su conversión en una poderosa organización revolucionara de la clase obrera, vanguardia marxista-leninista de la misma. Con ello las FPL entrarían en una nueva etapa de su desarrollo.
Es precisamente en este eslabón clave; en este proceso llamado a romper dialécticamente el circulo vicioso formado por las correlaciones entre las necesidades y posibilidades, entre las urgencias creadas por el desarrollo y los rezagos, los retrasos e insuficiencias; entre las exigencias de las masas y del proceso revolucionario y la carencia de cuadros, entre lo complejo de la organización y la debilidad en la dirección, etc. donde más se le ha enredado la madeja a la organización.
Veamos:
Por un lado, la dirección nacional se ha visto más debilitada, por la pérdida de compañeros y enfermedades, disminuyendo su capacidad para echar adelante con energía todo el plan de reestructuración y produciéndose un abrumante recargo de trabajo en sus miembros.
Por otra parte, los retrasos en algunos renglones mencionados se han acentuado grandemente.
Asimismo, la comprensión sobre la necesidad de las transformaciones urgentes y de los medios a emplear para que la organización pueda dar el salto de calidad en todos sus aspectos no ha avanzado con igual claridad en todos los cuadros.
Y, por otro lado, las necesidades a que obliga la compartimentación necesaria en una organización político-militar, dificultan ver por igual, a todos los cuadros, el estado real del trabajo en toda su integridad, lo ramificado y complejo de su estructura y de sus tareas, lo que asimismo dificulta la comprensión por igual de las necesidades y urgencias en toda su extensión y profundidad y de las apropiadas medidas para superarlas.
Sin embargo, no hay cuadro que no converja en la conclusión de que es necesario encontrar con urgencia los medios y métodos para superar la actual situación ( que se siente con toda la intensidad en cada área fundamental de trabajo ) y entrar de inmediato a superar los problemas, retrasos, debilidades e insuficiencias actuales que, de seguirse demorando, ocasionaran deformaciones cada vez más difíciles de superar.
¿Qué efectos causaría en la organización y en el movimiento revolucionario mayores retardos en la solución de los problemas básicos mencionados?
La Dirección Central no podría dividir las responsabilidades adecuada y racionalmente y sus pocos componentes, abrumados por el exceso de trabajo, quedarían aún más atrapados en el remolino de las tareas practicas urgentes e inmediatas, sin poder realizar sus responsabilidades de dirección estratégica político-militar, de coordinación y control, de dirección política e ideológica , de estudio, análisis y síntesis creadora.
Es decir, cada vez se debilitaría más la función de dirección efectiva y la organización quedaría como nave sin pilotaje, con el consiguiente efecto deprimente sobre toda la organización, sobre todo su complejo orgánico, sobre su actividad y su influencia de masas. Una verdadera dirección colectiva no podría operar en la práctica en tales condiciones. Ahora bien, es evidente que una organización revolucionaria político-militar requiere, como elemento básico, de una dirección central con suficiente prestigio, capacidad, firmeza y experiencia revolucionaria, que goce del debido respeto consciente, confianza plena u autoridad revolucionaria de la organización. Si este elemento clave no existe, si su deficiencia se prolonga por mucho tiempo, se generan las más diversas deformaciones en todo el cuerpo de la organización. Sin este elemento es imposible desarrollar correctamente las normas leninistas del centralismo democrático, con todas las consecuencias negativas que de ello se derivan: o bien la imposición a base de autoritarismo para mantener cohesionados a los organismos; o el democratísimo liberal que termina por corroer y romper toda la estructura.
A falta de una dirección firme y capaz que sienta sobre si el respaldo, la confianza y el respeto revolucionario de todo el colectivo y que este en capacidad de ejercer una coordinación y control firme y correcto –leninista-, florecen las tendencias al departamentalismo por áreas y sectores que terminan por crear fragmentos que despedazan a la organización por áreas o sectores. O, al margen de la dirección central, se van formando relaciones organizacionales o personales o de grupos, que conducen al mismo final.
En una palabra, sin una dirección central que goce de la confianza de la organización por su capacidad, ponderación y firmeza revolucionaria inquebrantable, es imposible conducir correctamente la guerra con todos los complejos aspectos políticos y militares; e inclusive, es imposible conservar la cohesión ideológica y orgánica de la organización.
Junto a ese elemento clave, es urgente e impostergable entrar a la decidida resolución de los problemas orgánicos internos:
 Al reforzamiento de los Organismos Nacionales del Co-Cen; especialmente la rama militar, para que pueda organizar adecuadamente en forma progresiva el complejo y ramificado campo de sus atribuciones; elemento básico para el incremento de la lucha armada revolucionaria, tanto en el terreno de las unidades regulares (la guerrilla como medio estratégico para la formación del ejército popular de liberación) como las unidades irregulares entre las masas.
 Es urgente revisar la membrecía y colocar en sus respectivas funciones y campos orgánicos a los miembros, los aspirantes y colaboradores y establecer métodos dinámicos de su desarrollo y promoción.
 Es necesario establecer los lazos correctos y las estructuras concretas para combinar acertadamente los distintos niveles y formas de trabajo, lo político con lo militar, de tal manera que podamos intensificar a los respectivos y crecientes niveles de capacidad, la lucha armada como eslabón fundamental de la guerra del pueblo, impulsar la organización y la lucha popular como medio para la incorporación del pueblo a la guerra.
 Es necesario el cumplimiento de nuestros deberes para con la guerra revolucionaria a nivel centroamericano.
 Es preciso revisar los métodos de trabajo y ponerlos a la altura de las necesidades y del desarrollo de la organización, aplicando decididamente los métodos leninistas de dirección y de trabajo.

Ahora bien, junto a las medidas orgánicas reseñadas hay un terrenoEJE sobre el que ya no podrá postergar más su atención prioritaria la Dirección político-militar; este consiste en DESARROLLAR DIALECTICA Y CREADORAMENTE, PULIR Y COMPLEMENTAR INTEGRALMENTE Y DARLE TODA LA PROYECCION (que es la guía de todo el trabajo de la organización en todos sus aspectos) a la LINEA ESTRATEGICA POLITICO- MILITAR DE LAS FPL Y A SUS LINEAMIENTOS TACTICOS; DESARROLLAR SU LINEA POLITICA, SU LINEA MILITAR Y SU LINEA ORGANICA.
Esta es una tarea trascendental para la Revolución en el país y Centroamérica que hay necesidad de emprender con toda responsabilidad, seriedad y profundidad, pues a la altura que ha llegado el desarrollo de la organización y del proceso ya no sería posible actuar eficazmente, si no es sobre la base del ordenamiento científico-dialéctico marxista del conocimiento y previsión de la realidad concreta. No es preciso recalcar mucho que una organización llena de retrasos orgánicos y prácticos de todo género y una dirección debilitada y maniatada por los mismos se ve imposibilitada de cumplir con la concienzuda concentración y sistematización necesarias a tan transcendental tarea. De allí la necesidad de despejar correctamente y superar dialécticamente a corto plazo los retrasos y debilidades señaladas con lo que se despejará el terreno para hacer fluir la sabiduría colectiva de toda la organización en la solución de los problemas estratégicos y permitirá a la dirección político-militar realizar su labor de ordenamiento, sistematización y síntesis estratégica.
Resumiendo: ya no puede esperar más tiempo la toma de medidas conscientes y enérgicas para ir resolviendo los problemas más claves y prioritarios aquí reseñados, abrirle paso a la superación de todas las debilidades que se pueden convertir en un tapón para el desarrollo de la organización y, por consiguiente, pata la marcha ascendente de la guerra revolucionaria de nuestro pueblo.
Es necesario cobrar conciencia de los problemas claves si queremos que la organización se desarrolle y continúe su marcha ascendente que ha traído desde sus primeros pasos. Debemos entrar resueltamente y sin demora a tomar las medidas necesarias para terminar con sus retrasos y debilidades. Y esto no puede hacerse ya con medidas o medios que fueron buenos para otras etapas de su desarrollo. La organización ahora ya es sumamente compleja, con grandes responsabilidades de dirección organizada del pueblo. El único método eficaz en estos niveles de desarrollo es el método marxista leninista de la dirección colectiva con responsabilidad individual, el concurso colectivo, el pensamiento colectivo, la voluntad, la determinación y la conciencia colectiva, concentrados en el área titánica de impulsar correctamente la revolución y hacer grande, fuerte e indestructible a las FPL, convertirla en la verdadera vanguardia marxista-leninista del proletariado y del pueblo.
Solo así, con la efectiva participación colectiva, con la directa participación de los cuadros con mayores responsabilidades le abriremos paso a un prodigioso desarrollo de las FPL y de la revolución (situación envidiable -en el plano de la posibilidad-que ninguna organización ha tenido hasta hoy en el país, por lo menos en las últimas décadas)
¿CUAL ES EL CORRECTO METODO DIALECTICO MARXISTA LENINISTA PARA LA SUPERACION DE LAS DEBILIDADES EN ESTE MOMENTO, DADO EL DESARROLLO ADQUIRIDO POR LA ORGANIZACIÓN?
Es el de la participación efectiva COLECTIVA de los cuadros más responsables de la organización en el estudio, deliberación y toma de decisiones claves, para la superación de las actuales debilidades.
Y en la medida en que las condiciones de seguridad lo aconsejen la participación de toda la membrecía en la deliberación y consulta para la aplicación de las medidas que se tomen.
En esta dirección se impone la necesidad de realizar al más corto plazo posible unas reuniones integradas por los compañeros con mayores responsabilidades de direcciones -escogidos por el Co-Cen de acuerdo con el conocimiento que tiene de sus responsabilidades, méritos y calidad revolucionaria- (reunión que puede tomar el carácter de consejo)
COMPAÑEROS
Estamos viviendo un momento importante en la vida de la organización, de grandes posibilidades de avance en el cumplimiento de las tareas político- militares y al mismo tiempo, con una seria de debilidades y deficiencias que es necesario superar para propiciar el desarrollo revolucionario.
En esta situación, frente a tales responsabilidades, no estamos partiendo de cero. Seis años de lucha revolucionaria, de acercamiento al pueblo, de sacrificios de toda su membrecía, de sangre de nuestros queridos compañeros caídos en combate contra el enemigo, han fructificado en una poderosa fuerza revolucionaria con capacidad múltiple en diversos terrenos, que se proyecta hacia el corazón de las masas, hacia la clase obrera y el campesinado, hacia el futuro combativo de nuestro pueblo.
El tesoro más valioso de nuestra organización son sus cuadros que se han forjado en plena lucha por los intereses del pueblo, en plena aplicación de la teoría revolucionaria a la práctica revolucionaria.
Hemos demostrado a nuestro pueblo que la lucha armada no solo es necesaria, sino que es posible en el país, y estamos en la obligación de mostrar que es el único medio capaz de conducirle en sus batallas decisivas.
A este nivel de su desarrollo las FPL cuentan con una experiencia revolucionaria incomparablemente mayor que en sus etapas iníciales. Por esa experiencia, labrada en la práctica viva. Sabemos ya definitivamente, que NINGUNA VANGUARDIA REVOLUCIONARIA SE FORJA AISLADA DEL PUEBLO; QUE NINGUNA ORGANZIACION POLITICO-MILITAR REVOLUCIONARIA ES CAPAZ DE SOBREVIVIR A LAS TENACES ENBESTIDAS DEL ENEMIGO SINO SE ATRINCHERA FIRMEMENTE EN LAS PROPIAS ENTRAÑAS DE LAS MASAS POPULARES (experiencia que la hemos visto repetirse una y otra vez en los últimos años con el desaparecimiento de valiosos destacamentos revolucionarios a lo largo y ancho de nuestra América), que solo el pueblo, es el que nutre a su organización de vanguardia, el que acrecienta las filas de su ejército, el que responde a los combatientes caídos en la cruenta lucha de creciente intensidad que solo el pueblo, fundido con sus fuerzas de vanguardia, las vuelve cada vez más poderosas, invencibles, indestructibles. Estamos conscientes de que solo aquellas organizaciones que han encontrado las formas concretas de incorporar a las masas y los medios y canales concretos de combinar acertadamente a su trabajo político-militar han sido las que han podido conducir a su pueblo -como en el caso de Viet-Nam y Cuba- a la victoria final.
Estamos frente a esa encrucijada clave. Tenemos todo para emprender esa tarea: organización; elementos básicos estratégicos; tácticos; político e ideológico; tenemos valioso elemento humano y revolucionario que crece a medida en que nos vamos acercando al pueblo y que no estamos utilizando en plenitud; tenemos ya cierto nivel de conocimientos técnicos, y medios materiales en proporción no despreciable. Sin embargo, el enemigo es aún muy fuerte con sus intenciones y planes enfilados al objetivo de destruirnos. Su gran debilidad es el pueblo contra cuyos intereses fundamentales lucha y al que nosotros debemos ganar definitivamente para llegar a ser más poderosos que el imperialismo y sus títeres.
Tenemos que cerrar lo más rápidamente las brechas al enemigo por donde en esta etapa nos pueda atacar y destruir; esas brechas son nuestras deficiencias y nuestras debilidades, nuestro aun no completo acercamiento al pueblo.
Con la resolución de cumplir con nuestras responsabilidades históricas, no tenemos motivos para ver con pesimismo las grandiosas tareas que tenemos enfrente, sino que hay bases reales para emprenderlas con optimismo y entusiasmo revolucionarios.
¡ADELANTE, COMPAÑEROS!
¡A cumplir esas tareas con honor! ¡Cada uno de nosotros es constructor de nuestra gran organización revolucionaria! ¡A convertir a las FPL en la vanguardia revolucionaria político-militar del proletariado!
¡REVOLUCIÓN O MUERTE! ¡EL PUEBLO ARMADO VENCERÁ!
EL CONSEJO REVOLUCIONARIO DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACIÓN –FPL- “FARABUNDO MARTI”

EL SALVADOR, CENTROAMERICA, JUNIO DE 1976

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