SAN SALVADOR, 17 de abril de 2010 (SIEP) “Definir el sujeto político de la revolución salvadoreña para el siglo XXI es una tarea de orden estratégico” sostuvo esta tarde el Lic. Roberto Pineda, del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete” en una charla organizada en la UES por el Movimiento de Profesionales, Técnicos e Intelectuales de El Salvador, MPTIES.
Agrego que “de esa definición se derivan para las fuerzas revolucionarias tareas concretas de organización, educación política, movilización y construcción de alianzas que permitan prepararse para una nueva situación revolucionaria, que ponga a la orden del día el problema del poder, de la construcción de un nuevo orden social. Primero vamos a revisar la teoría y luego nuestra experiencia.”
“Este problema del sujeto político es un viejo problema de la teoría revolucionaria, que se enriquece por medio de la experiencia internacional de los procesos revolucionarios, de sus victorias y principalmente de sus derrotas. Es un tema apasionante y de mucha importancia que siempre debe estar en la agenda si se aspira a transformar la sociedad y no simplemente a reformar el sistema capitalista…”
“Definimos al sujeto político de la revolución como la fuerza social que impulsa las transformaciones revolucionarias, que se posiciona frente al sistema capitalista como su enemigo y cataliza la protesta social para convertirla en factor de acumulación política orientada a la toma del poder y la construcción del socialismo.”
La polémica entre Marx y Bakunin
“Ya durante mediados del siglo XIX Mijaíl Bakunin, padre del pensamiento anarquista, sostuvo con Carlos Marx, una interesante polémica al respecto, al interior de la 1ra. Internacional. Y desde entonces han sido incontables los debates, incluso en nuestro país, durante la década del setenta entre las diferentes fuerzas revolucionarias, que luego constituyeron en 1980 el FMLN. Y la ausencia actual de este debate señala la crisis en que nos encontramos.”
Bakunin sostenía que para hace la revolución se necesitaba “tener el demonio dentro.” O sea estar indignado, odiar el sistema de tal manera que la única solución era destruirlo, acabarlo, lanzarse al combate revolucionario. Y sostenía que esto solo podían hacerlo los estudiantes, los campesinos y el lumpenproletariado, sectores en situación de desesperación. Bakunin privilegiaba el factor subjetivo. Y a nivel internacional, la revolución se realizaría en aquellos países periféricos sujetos a una intensa opresión “como España, Rusia e Italia.”
Marx por su parte, refutaba estas tesis afirmando que el proceso histórico universal de la lucha de clases señalaba que el proletariado y particularmente el industrial era la única clase verdaderamente revolucionaria, por su posición al interior del sistema capitalista y por sus niveles de concentración, organización, educación, etc. El proletariado industrial era entonces el sujeto revolucionario. Y por lo tanto a nivel internacional la revolución se iba a desarrollar en los países capitalistas mas avanzados, como Inglaterra y Alemania. Esa era la visión y el pleito ideológico en aquella época…
Las clases sociales son grandes grupos de personas que se diferencian por el papel que ocupan con respecto a los medios de producción, como la tierra, las fábricas, las empresas, etc. La clave es si son propietarios o tienen que vender su fuerza de trabajo. En el sistema capitalista existen dos clases fundamentales: el proletariado y la burguesía. Y también existen remanentes de clases sociales de sistemas anteriores, como son los campesinos y los terratenientes, que fueron las clases principales del sistema de producción feudal.
La clase obrera tiene diversos componentes: un sector industrial, del transporte, de la construcción y del agro. La burguesía a su vez se divide en comercial, industrial, bancaria y agraria. La fusión entre burguesía bancaria e industrial origina la burguesía financiera. Entre estas dos clases principales del capitalismo existen los sectores medios como profesionales, técnicos, estudiantes, empleados públicos y privados, militares religiosos, etc. Los sectores medios políticamente fluctúan entre estas dos clases, en las épocas revolucionarias son atraídos hacia los cambios y cuando sobrevienen derrotas caen en la apatía e incluso pueden apoyar a los sectores dominantes, como sucedió en los regímenes fascistas.
Estas clases sociales se encuentran en una permanente lucha, las clases dominantes por defender sus intereses y conservar sus privilegios y las clases dominadas por mejorar sus condiciones de vida y al tomar conciencia de su situación, por alcanzar el poder político. “La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestro días es la historia de la lucha de clases…hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, siervos y amos se enfrentaron siempre…” plantea el Manifiesto Comunista de 1848, escrito por Marx y Engels.
La lucha de clases se expresa en tres terrenos. El primero es el económico en el cual los obreros se organizan en sindicatos para exigir mejores condiciones laborales, mejores salarios y prestaciones. En el ideológico que le permite a la clase obrera difundir su propia concepción del mundo, sus valores, opuestos a los de la burguesía que controla los instrumentos de dominación ideológica, que incluyen la educación, la religión, los medios de comunicacion,etc.
Y el político, en el cual la clase obrera construye su propio instrumento para enfrentarse a los partidos políticos de la burguesía. Es este instrumento político el que orienta y conduce a la clase obrera y sus aliados a la toma del poder político para transformar la sociedad. Nosotros debemos de tener la capacidad para leer, interpretar los diversos acontecimientos de la vida del país desde esta óptica de la lucha de clases, eso se llama posición de clase. No permitir que sea el pensamiento de la burguesía el que nos oriente…
En cada época el sujeto revolucionario nace de la necesidad de organizar la lucha contra la opresión y explotación de los sectores dominantes. Así fue en la Roma de Espartaco donde el sujeto revolucionario estuvo compuesto por los sectores mas decididos de los esclavos; así fue durante la toma de la Bastilla por los sectores populares durante la Revolución Francesa que fue de naturaleza burguesa que en ese momento era una clase revolucionaria; así ha sido en la experiencia de cada pueblo y nación. En nuestro caso, todavía en al década del sesenta se hablaba de la necesidad de la revolución democrática burguesa.
En la teoría clásica marxista el sujeto revolucionario es el proletariado industrial, de cuyo seno nace su vanguardia organizada, integrada por los elementos más conscientes de la clase obrera que se organizan en partido, en partido comunista… Vladimir Illich Lenin a partir de sistematizar la experiencia de la lucha contra el zarismo en Rusia, hizo este diseño que luego adquirió validez universal y alrededor del cual surge la III Internacional y se crearon en las primeras décadas del siglo pasado los partidos comunistas, incluyendo el nuestro, el PCS que nace en Ilopango el 30 de marzo de 1930.
Las experiencias rusa, china, vietnamita, cubana y nicaragüense
Durante el siglo pasado esta tesis clásica marxista fue puesta a prueba por medio de distintas revoluciones triunfantes. La revolución rusa en 1917, la revolución china en 1949, y para acercarnos a nuestro continente, la revolución cubana en 1959 y la revolución nicaragüense en 1979. Cada una de estas revoluciones nos ilumina sobre el tema en estudio. En Rusia la consigna movilizadora fue la de paz, pan y tierra. Y el sujeto revolucionario incluyo a la clase obrera de San Petersburgo y Moscú organizada en soviets, en concejos, pero Lenin hizo el diseño de la alianza obrero-campesina, y se atrajo al sector campesino y participaron también los soldados que se negaron a ser usados como carne de cañón y abandonaron el frente de guerra. Y la revolución tuvo lugar en “el eslabón mas débil” del sistema, en un país relativamente atrasado, con fuerte remanentes feudales.
En la experiencia de la revolución china Mao rompe con el patrón clásico y a partir del análisis de la realidad china concluye que el sujeto político es el campesinado. Y decide concentrar el grueso de los esfuerzos organizativos en el campo, se va a las zonas rurales a crear bases revolucionarias que luego rodearían a las ciudades, como efectivamente sucedió. Y en sus zonas de control realizan una reforma agraria y se ganan la confianza del campesinado, y desde ahí organizan la resistencia guerrillera contra la invasión japonesa en 1945 y luego la derrota de las fuerzas nacionalistas…en China el sujeto revolucionario fue el campesinado.
En la experiencia de la revolución cubana el sujeto revolucionario es el campesinado y sectores de capas medias de la ciudad, universitarios. Es desde la Sierra Maestra que surge el núcleo que luego se convierte en ejército popular y va “rodeando las ciudades” hasta derrotar al ejercito de la dictadura y entrar triunfalmente en La Habana. La clase obrera de las ciudades interviene finalmente mediante una huelga general.
En Vietnam la revolución tuvo un fuerte contenido anticolonial. El sujeto revolucionario estuvo integrado por las fuerzas patriotas que incluyeron fundamentalmente al campesinado, a la clase obrera de las ciudades, a sectores religiosos budistas, estudiantes e incluso sectores de la burguesía patriota. La guerra se desarrollo en el campo por medio de lucha guerrillera. En 1954 se logro la liberación del Norte del país y en 1975 fue reunificado. Se lucho contra los franceses, contra los japoneses y finalmente contra los norteamericanos.
En la experiencia de la revolución nicaragüense el sujeto revolucionario es pluriclasista. Se manifiesta inicialmente como campesinado, pero incluye en la fase final incluso a sectores de la burguesía, de las comunidades eclesiales de base, sectores populares de las ciudades, sindicatos, desempleados, vendedores informales, indígenas de Monimbo, etc. El sujeto revolucionario se amplio y enriqueció. Las revoluciones cubana y nicaragüense son las únicas revoluciones triunfantes de Nuestra América donde se destruyo el aparato político-militar de las clases dominantes y se construyo uno nuevo. En el caso de Nicaragua el imperialismo y las clases dominantes lograron recuperar mediante elecciones en 1990 el poder formal. Pero no lograron desmovilizar el poder real de las masas organizadas.
Nuestra experiencia del 32, 44, 60, 70 y 80
En nuestra experiencia histórica el sujeto revolucionario ha estado integrado por múltiples sectores, entre estos la clase obrera, el campesinado, los indígenas, los estudiantes y los empleados públicos. En 1932 el sujeto revolucionario que se lanzo a una insurrección contra el orden existente fueron las comunidades indígenas y sectores campesinos. El levantamiento tuvo lugar en el campo y no en San Salvador, aunque se planifico en la capital. La clase obrera artesanal no se levanto, aunque fue posteriormente cruelmente reprimida.
En la experiencia del 2 de abril de 1944, del levantamiento cívico-militar contra la dictadura del general Martínez aparecen como sujeto revolucionario sectores de empleados y de militares. Fueron fusilados. Posteriormente es el estudiantado universitario el que asume en mayo la convocatoria a una Huelga General de Brazos Caídos que resulta exitosa. Se abre un periodo de apertura democrática que dura algunos meses. Y ante el zarpazo de la dictadura en octubre, de nuevo sectores estudiantiles y de militares demócratas penetran desde Guatemala en diciembre para iniciar la resistencia pero son derrotados.
En la experiencia de las jornadas de septiembre y octubre de 1960 que condujeron al derrocamiento del coronel José María Lemus el sujeto revolucionario fueron de nuevo los estudiantes universitarios, junto con sectores organizados de la clase obrera y de empleados. Estos sectores estaban influenciados por la experiencia de la revolución Cubana. Tanto en el 44 como en el 60 esta ausente el campesinado y el escenario de lucha fueron las ciudades principales.
Durante los años setenta presenciamos el reaparecimiento luego de cuarenta años, del campesinado como sujeto revolucionario junto a nuevos sectores como los de los maestros, los artistas y los pobladores de colonias marginales, que vienen a acompañar a los estudiantes universitarios y de secundaria, y a sectores de la clase obrera industrial, que en nuestro país es de reciente formación y que se incorporan a la lucha revolucionaria.
La Guerra Popular Revolucionaria iniciada por el FMLN a principios de los años ochenta junto con los procesos de globalización del capital internacional modificó sustancialmente la composición y la lucha de clases en El Salvador, y por lo tanto los componentes del sujeto revolucionario. Fue una valiosa experiencia revolucionaria de doce años. El sujeto revolucionario básicamente campesino construyo un ejército popular y controlo regiones del país. Al final no logro tomarse el poder por la vía armada y hubo un desenlace negociado en 1992 que abrió una nueva etapa histórica.
Entre los cambios provocados por la guerra y la globalización se encuentra el desplazamiento del sector agroexportador de las clases dominantes, y su sustitución por el sector financiero globalizado. La antigua oligarquía basada en la tierra contra la que se comenzó la guerra no sobrevivió al conflicto. Se implanto una nueva modalidad de acumulación basada en el sector servicios y respaldada por las remesas de los salvadoreños en el exterior. Y a la par se modifico el sistema político de dominación de dictadura militar por un sistema de democracia representativa, permitiendo la participación política de la izquierda. Los militares regresaron a los cuarteles fueron sustituidos por los dueños de los medios de comunicación y los dirigentes políticos de ARENA.
Y esto ha conducido a que el FMLN luego de 15 años de lucha electoral lograra el 15 de marzo de 2009 alcanzar la presidencia, llegar al ejecutivo, controlar el espacio principal del poder formal. Por otra parte, los nuevos sectores dominantes han logrado afinar sus instrumentos de dominación ideológica mediatizando a sectores anteriormente combativos como los universitarios, los maestros, los artistas, y penetrando en las mentes de los sectores más pobres del campo y la ciudad.
A nivel de los sectores populares estos cambios se manifiestan por el debilitamiento tanto de los sectores sindicales organizados como de los sectores campesinos. Pero han surgido nuevos sectores que se perfilan como los nuevos componentes del sujeto revolucionario entre los que sobresalen los vendedores informales que llenan los mercados de las principales ciudades, y que se están organizando, y se movilizan frente a la represión policial. Son una fuerza en disputa. La organización popular en general se ha debilitado. Pero el desarrollo de la crisis nacional e internacional necesariamente hará brotar las luchas por el pan y el empleo, de donde surgirán las fuerzas que integraran el nuevo sujeto revolucionario. Nos corresponde ir al encuentro de estos desarrollos para propiciarlos y conducirlos.
La nueva situación del sujeto revolucionario
Existe una situación singular en el campo de la izquierda que afecta la construcción del nuevo sujeto revolucionario. Antes, el movimiento popular era el vivero de donde se nutria el movimiento revolucionario. Los revolucionarios conducían el movimiento popular y desde este fortalecían sus distintas organizaciones. Así fue la izquierda salvadoreña desde 1924 con la creación de la FRTS, pasando por la UNT, el CROS, la CGTS, el FUAR, el FNOC, el FAPU, el BPS, hasta la UNTS de 1992.
Con la transformación del FMLN en partido político legal el ejército popular se convierte en fuerza política y atrae hacia si a toda la base social revolucionaria construida durante el desarrollo de la guerra y a nuevos sectores democráticos que aspiran a un cambio en el país. El escenario político pasa a ser el principal y gradualmente se va derrotando a ARENA y fortaleciendo la presencia municipal y parlamentaria. El FMLN se convierte en un partido de masas. En una poderosa maquinaria electoral que derrota políticamente a la derecha como en el pasado la derrotaba militarmente. Y esto es positivo para la revolución. Es un gran logro.
Pero se necesita recuperar el elemento de la organización popular. En la actualidad el FMLN es una fuerza mayor que el movimiento popular y esto no es adecuado porque bloquea el potencial revolucionario de la gente al canalizarlo exclusivamente al ámbito electoral.. El FMLN cuenta con cuadros, recursos, locales, influencia política de la que carece el movimiento popular. Antes en los años setenta los principales cuadros del FMLN –que todavía no existía como fuerza unificada- se encontraban al frente de la organización popular. Durante la guerra estuvieron al mando de los frentes guerrilleros y del frente internacional, diplomático y de masas. Hoy están en los ministerios, en el parlamento, en las alcaldías. Pero no están en el movimiento popular y social. No hay un solo miembro de la dirección nacional del FMLN que sea un dirigente del movimiento popular y social. Y esto es una gran debilidad que afecta la construcción del sujeto político. El proceso revolucionario salvadoreño necesita para avanzar que los mejores esfuerzos y cuadros revolucionarios estén también dedicados al movimiento popular y social. Lo que Schafik llamaba combinar la lucha social con la lucha electoral.
La construcción del sujeto político va avanzar mucho más en la medida que el FMLN este rodeado de una amplia, multifacética, variada, y diversa fuerza social. Es un desafío planteado para el FMLN como fuerza revolucionaria. Es la condición que permitirá transformar el poder formal alcanzado hasta ahora en poder real, en poder popular. El poder popular es la organización popular junto con lo ya alcanzado.
Y la construcción del sujeto político de la revolución salvadoreña pasa por diferenciar el poder formal del poder real. Es un hecho que las clases dominantes salvadoreñas hoy globalizadas siguen controlando el poder real de la economía, de los medios de comunicación, de la iglesia, de la industria del entretenimiento, y mantienen en reserva a la fuerza armada ante cualquier peligro de cambio del sistema. Y seguramente va pronto a reconstruir su instrumento político. Así sucedió en el pasado. El PRUD sustituyo al Pro-Patria. El PCN sustituyo al PRUD. La democracia Cristiana sustituyo al PCN. Luego estuvo ARENA administrando el sistema por 20 años. Y hoy se inventaron a GANA. Y es un hecho que van a defender su sistema con uñas y dientes. Y cuando el sistema político ponga en peligro el sistema económico van a recurrir a la violencia como siempre lo han hecho. Honduras es un espejo y también una brújula. Necesitamos luchar por una Asamblea Constituyente.
El presente es de lucha, el futuro es nuestro.