La reconstrucción de la memoria

Andrés Moreno y Fina Jiménez
La reconstrucción de la memoria
(Página Abierta, 173, septiembre de 2006)

Los pasados 28 y 29 de junio se celebraron en Granada las Jornadas Memoria y reconstrucción de la paz, bajo la coordinación de Rosa Mª Medina Doménech y Beatriz Molina Rueda, organizadas por el Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada, el Foro por la Memoria y Acción Alternativa. De las reflexiones y debates que allí se llevaron a cabo se habla en el siguiente texto (1).
El punto de partida de estas Jornadas ha sido el interés por mantener la memoria histórica como un procedimiento para restaurar la justicia ante acontecimientos violentos que han afectado históricamente a la humanidad en diversos contextos sociales, históricos y culturales. Y, del mismo modo, favorecer una recuperación de esa memoria que contribuya a devolver al pasado su valor como experiencia humana, con la firme creencia en la posibilidad de generar futuros más justos y pacíficos a partir de la experiencia de ese pasado. Con ellas se pretendía, además, estimular la reflexión conjunta de ponentes, profesorado, estudiantes y agentes sociales sobre diferentes discursos y conflictos que generan memoria sobre nuestro pasado, así como sobre las prácticas sociales y culturales concretas que tratan de restaurar la memoria.
Las Jornadas se componían de cuatro mesas: “Memoria y reconstrucción de identidades”, “Cultura, trauma colectivo y reconstrucción de la paz”, “Memoria y reconciliación: una mirada de género” y “Memoria, reparación y democracia”.
Conflictos como la guerra de los Balcanes, el holocausto nazi, Colombia, Congo, la Guerra Civil española, el franquismo, la transición… sirvieron para analizar y pensar desde cuestiones más generales sobre la memoria, el perdón, la reparación, las políticas del duelo, el trauma… a aspectos más parciales, como es el caso de las políticas lingüísticas en los Balcanes; el discurso colonial español en África; los testimonios y miradas de mujeres; el papel y sentido de las exhumaciones; las líneas de actuación y reivindicaciones en el caso español de Amnistía Internacional, la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía, el Foro por la Memoria…
La magnífica exposición del fotógrafo Jonathan Moller “Nuestra cultura es nuestra resistencia. Represión, refugio y recuperación en Guatemala” (2) en el patio central de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, en la que denunciaba la represión sufrida por el pueblo indígena guatemalteco hace una veintena de años, y la presentación de diferentes libros, como el de la exposición de J. Moller, Nosotras que perdimos la paz de Llum Quiñonero y El canal de los presos de Ángel del Río, completaban las actividades de las Jornadas.

Las reflexiones en torno a la memoria

Muy sugerentes nos parecieron algunas reflexiones, como es el caso de las de Joan Ramón Resina sobre el sentido de revitalizar la memoria, como análisis ético y como elemento de la praxis política, con el objetivo de lograr avanzar en la reconciliación como un elemento no sólo exigible, sino inexcusable. Reconciliación, que es diferente del perdón y del olvido, y que no tiene por qué suponer renunciar a la memoria, al procesamiento de los culpables, a la realización de actos de justicia redistributiva… Cuestiones que si bien no “resuelven” el pasado (nada puede ya cambiar lo sucedido) son necesarias para reconstruir la paz. Habló sobre diferentes formas y discursos con los que se aborda la reconciliación y sobre diferentes experiencias (el caso surafricano, en el que se ofreció perdón a cambio de verdad; las dictaduras de Chile y Argentina, que han pasado por diferentes momentos de cierre y ajuste de cuentas con el pasado; la experiencia de la transición española, en la que se pactó el silencio a cambio de amnistía y olvido, lo que dio lugar a un debate posterior sobre los límites, injusticias e insuficiencias con las que se afrontó este asunto en el caso español…).
De forma muy resumida habló también sobre algunas polémicas y discursos sobre este tema: el perdón entendido como un movimiento íntimo de las víctimas que compete en exclusiva a su voluntad y deseos, quedando para la política la condena, la reparación… (Kristeva); el perdón entendido como necesidad de cambiar la mirada del pasado para diseñar otros futuros; la imposibilidad de cambiar un pasado en el que se han producido rupturas y males que no se pueden reparar; la posibilidad de procesos de reparación colectiva; la eficacia y la necesidad del duelo; la idea de que la responsabilidad de lo sucedido no se hereda pero de ella sí que se derivan obligaciones…
O las realizadas por Nadav Davidovitch sobre trauma y memoria, con el objetivo puesto en acercarse al trauma para sanarlo, entendiendo éste como daño no exclusivamente físico, siendo la amnesia un aspecto esencial de él. Davidovitch alertó sobre los peligros del uso del término por su polisemia y abstracción. Diferenció a su vez entre traumas individuales y colectivos, por más que ambos estén conectados entre sí. Destacó cuatro dimensiones del trauma: la obligación de recordar para superarlo, la distinción sobre lo que tiene que ser recordado (la sustancia), la interpretación y el papel que juega. Habló del trauma como una cualidad que se sitúa entre el pasado y el futuro y advirtió sobre los riesgos de explotar el trauma, poniendo como ejemplo el discurso de los colonos en Israel.
Michal Alberstein, a través de tres películas, Caminando sobre las aguas, Portero de noche y Un país en África, explicó diferentes “modelos” de perdón y justicia. Desde modelos en los que la justicia se centra en examinar los crímenes cometidos y castigarlos, definiendo el crimen como trasgresión de las leyes (el caso de la Segunda Guerra Mundial), a otros modelos en los que el crimen contra las personas se pone por encima a la trasgresión de la ley, en los que más que castigar y buscar culpables, se pretende ayudar a las víctimas y buscar responsabilidades, con un enfoque hacia el futuro y dirigido a la comunidad, que entra en la reparación del daño y precisa de confianza y empatía, como es el caso de la Comisión de la Verdad en Sudáfrica. Otros modelos en los que se combinan varios elementos: establecer un orden sobre lo sucedido, clasificar los hechos, tener en cuenta a la sociedad y los elementos culturales de los individuos que dificultan instaurar un nuevo orden, combinar el castigo a los mayores culpables con otras formas basadas en el diálogo…
De las exhumaciones como un elemento más para construir la memoria nos habló Ángel del Río. Las exhumaciones no son el único elemento, ni el más importante, pero que han cobrado importancia por el peso mediático adquirido. Reivindicó el interés de aquéllas como forma de recuperar a los seres queridos; de darles nombre, pues tienen una historia; de hacer el duelo por la importancia que tiene para las personas la vivencia de la muerte; de acercarnos a la verdad y a las dimensiones de lo sucedido.
Por otro lado, M’ Baré N’Gom nos relató los discursos sobre los africanos que se hacían desde “la ciencia” y las fuerzas coloniales para justificar sus actuaciones; de la colaboración de sectores de las élites y de la población en la represión, y de las formas de resistencia a estos discursos por parte de la población.
En la mesa de “Memoria y reconciliación: una mirada de género”, Llum Quiñonero y Nicolasa Castaño de la Vega, más que una mirada, lo que pusieron sobre la mesa fueron miradas, testimonios de diferentes mujeres que vivieron la Guerra Civil, el franquismo y la transición, que nos sirvieron para meditar sobre la importancia, los límites y el papel de las emociones, de las vivencias narradas en la recuperación de la memoria.
Diana Britto, a partir de las experiencias de Sudáfrica, Perú y Colombia, habló sobre los diferentes contenidos y funciones de las mismas, para después entrar en aspectos específicos de género (criticó la idea de mujeres siempre víctimas, pues también hay mujeres combatientes, y relató una serie de aspectos que son manifestación de la asimetría con la que mujeres y hombres viven estos conflictos), lo que suscitó un posterior debate sobre las dificultades de hablar de las mujeres como un todo homogéneo, que cuestionan la tendencia a buscar y encontrar ante cualquier tema asimetrías de forma forzada, para acabar expresando las dudas sobre las posibles implicaciones posteriores de estos análisis en las políticas que se aplican.
Mirjana Djorjevic relató la forma en que las diferencias lingüísticas fueron tratadas antes, durante y tras la guerra de los Balcanes, diferencias que se llevaron a la exageración y al paroxismo por su importancia como símbolo identitario.
La falta de espacio y la dificultad para resumirlos nos impide entrar en todos los temas que se abordaron. De mucho interés fue también la exposición del informe de Amnistía Internacional España: poner fin al silencio y a la injusticia. La deuda pendiente con las víctimas de la Guerra Civil española y el régimen franquista, en el que se expone un listado de propuestas y reivindicaciones de interés, así como algunas exposiciones y debates en torno a la Comisión para la Reparación y Reconciliación de Colombia.

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(1) Rosa Mª Medina es profesora titular de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada y miembro del Instituto de la Paz y los Conflictos de la UGR. Beatriz Molina es profesora titular del Departamento de Estudios Semíticos de la Universidad de Granada y miembro del Instituto Paz y Conflictos de la UGR. Joan Ramón Resina es profesor del Departamento Romance Studies, Universidad Cornell (New Cork). Nadav Davidovitch es historiador y profesor del Departamento de Salud y Ciencias Sociales de la Universidad Ben Gurion y miembro de la Comisión para la Preservación de la Memoria Histórica de las Víctimas del Holocausto (Israel). Michal Alberstein es profesora de Jurisprudencia en la Universidad de Bar-Ilan (Israel) y consultora en mediación. Ángel del Río es antropólogo e investigador de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Es responsable del Proyecto Mapa de Fosas de la Consejería de Justicia y de investigación en la Asociación Memoria Histórica y Justicia en Andalucía. M’ Baré N’Gom, guineano, es docente-investigador en la Morgan State University en Baltimore (Maryland-EE UU), y director del Programa de Estudios Africanos, cuya principal línea de investigación se centra en los estudios sobre identidad y memoria. Llum Quiñonero es autora del libro Nosotras que perdimos la paz. Nicolasa Castaño de la Vega es una veterana militante del PCE, que tenía 18 años cuando comenzó la Guerra Civil española. Diana Britto es psicóloga, profesora de la Universidad del Valle (Colombia) e investigadora en Justicia Restaurativa y Género. Mirjana Djorjevic es filóloga en la Universidad de Belgrado y secretaria de Informativos de Radio Televisión de Serbia (1983-1997).
(2) Las fotografías de Jonathan Moller están recogidas en un libro cuyo título coincide con el de la exposición, editado por Turner Libros, Madrid-México, 2004.

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