1. Me he referido anteriormente a la necesidad de construir la unidad de todas las fuerzas y actores de izquierda para conformar en torno a ella un amplio bloque antineoliberal. Sin embargo, no creo que este objetivo pueda ser logrado de manera voluntarista, creando desde arriba coordinaciones que pueden terminar siendo sólo una suma de siglas.
2. Pienso que es en la lucha concreta por objetivos comunes donde se puede ir gestando esta unidad. Y por ello me parece que se crearían mejores condiciones para esa articulación si ponemos en práctica una nueva estrategia de lucha anticapitalista.
3. Se trata de una estrategia que toma en cuenta las importantes transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales ocurridas en los últimos tiempos en el mundo. Que entiende que las nuevas formas de dominación del capitalismo van mucho más allá del ámbito económico y estatal y que éstas se infiltran en todos los intersticios de la sociedad fundamentalmente a través de los medios de comunicación de masas que invaden indiscriminadamente los hogares de todos los sectores sociales cambiando las condiciones de la lucha.
4. Hoy más que antes debemos enfrentar no sólo los aparatos de coerción política de las clases dominantes sino los mecanismos e instituciones presentes en la sociedad civil que generan una aceptación popular del orden social capitalista. Estas suelen lograr una significativa hegemonía sobre importantes sectores populares, una dirección cultural sobre la sociedad; tienen capacidad para subordinar ideológicamente a las clases dominadas. Ya se ha dicho que la propaganda es a la democracia burguesa lo que la cachiporra al estado totalitario.
5. Nuestro desafío entonces es elaborar una estrategia revolucionaria en condiciones de una democracia burguesa que goza de un nivel suficiente de aceptación por parte de los sectores populares como para poder mantenerse sin tener que recurrir a la represión; es más, hay que partir por reconocer que extensos sectores populares aceptan de buen agrado la conducción capitalista del proceso.
6. Por esta razón, la mera propaganda de una sociedad alternativa hoy no basta La mayor complejidad que asume la dominación, la presencia de importantes factores extra estatales que producen y reproducen la desarticulación popular actual y que pretenden desprestigiar ante la opinión pública el pensamiento y proyecto de la izquierda, exigen que ésta demuestre en la práctica aquello que prédica.
7. Para ello, en los territorios y espacios conquistados la izquierda debe desarrollar procesos de construcción popular alternativos al capitalismo, que busquen romper con la lógica del lucro y las relaciones que ella impone, tratando de instalar lógicas solidarias, humanistas.
8. Debe impulsar luchas que no se reduzcan a la simple demanda de reivindicaciones económicas ?aunque necesariamente las tiene que incorporar? sino que avancen en el desarrollo de un proyecto social más global que gesten auténticos grados de poder desde la base.
9. Se trata de construir experiencias de democracia popular que sean tangiblemente superiores a la democracia burguesa. Por ejemplo, construir un proyecto de ciudad humanista y solidario en un gobierno local, promoviendo diversas instancias participativas que permitan que el vecino se transforme en un miembro activo de su comunidad. O construir un polo de asentamientos rurales, donde los campesinos puedan establecer diversas formas de colaboración entre ellos, no sólo en la producción agrícola, sino en la industrialización y comercialización de sus productos, en la educación de sus hijos y la formación de sus cuadros de acuerdo a un modelo que prefigure la nueva sociedad. O construir una federación estudiantil que defienda una participación democrática de los estudiantes en la gestión de una universidad comprometida con la sociedad, O construir una central sindical que ponga fin a las direcciones burócraticas separadas de las bases, que defienda un sindicalismo socio- político, que supere el mero reivindicacionismo económico, planteándose como objetivo su inserción activa en la transformación social.
10. Una estrategia de este tipo facilita enormemente la articulación de todos los sectores de la izquierda, tanto de los militantes de partidos como de los militantes sociales, porque permite hacer un tipo de convocatoria diferente. Para militar no hay que adherir necesariamente a un partido, a un frente, a un movimiento, se puede militar colaborando en la puesta en práctica del proyecto de construcción alternativa.
11. Más que una utopía propagandizada, que se intenta estérilmente introducir en forma pasiva en la cabeza de los hombres y mujeres del pueblo, como enseñanza iluminista sin una práctica de construcción concreta , se trata de construcciones democráticas populares referenciales que, por reflejar prácticas diferentes, tienden a atraer a nuevos sectores.
12. Por otra parte, sólo a partir de esas prácticas es como mucha gente comienza a entender que para expandir sus proyectos humanistas y solidarios es necesario terminar con el sistema capitalista, que con su lógica del lucro plantea enormes dificultades a cualquier tipo de construcción alternativa.
13. Urge, entonces, terminar con el “tacticismo” de los atajos, con el coyunturalismo, con los brotes agitativos pasajeros, y enhebrar una práctica centrada en el impulso de luchas democráticas de base, en la construcción local de formas de poder y de democracia popular, que permita definir el sentido accesorio y la oportunidad de la lucha electoral, u otras formas de lucha. De lo contrario, éstas últimas prácticas no superarán el largo hilo de inmediatismos de los últimos años.
14. Pero también urge superar el basismo, el localismo, el apoliticismo, el corporativismo, que limita la lucha de los sectores populares a horizontes gremiales o luchas económicas.