Hijo de Rodolfo Velasco y Lidia Aracely Cea Chávez, nació en la ciudad de San Salvador, el 14 de octubre de 1932.
Entre los 9 y 13 años de edad, se dio en Hogar y escuela, sección semanal de La Prensa Gráfica, a la vez que colaboraba con poemas y cuentos en Diario Latino.
Mientras estudiaba y dirigía la revista Alma joven, se enamoró de la cojutepecana Irma Lanzas Watson. Con ella fundó el Cenáculo de Iniciación Literaria, a cuyas reuniones de intercambio artístico asistieron futuros escritores y autoras, como Mercedes Durand, Irma Lanzas Watson, Álvaro Menéndez Leal, Eugenio Martínez Orantes, Ítalo López Vallecillos, Orlando Fresedo, Mauricio de la Selva y otros, quienes presentaron sus trabajos ante las manos críticas y conductoras de escritores de mayores edades, como Claudia Lars, Serafín Quiteño, Oswaldo Escobar Velado, Luis Gallegos Valdés, Ricardo Trigueros de León, Juan Felipe Toruño, Luis Mejía Vides y otros, quienes acudían a sus reuniones periódicas de forma entusiasta y comprensiva.
A inicios de octubre de 1950, en compañía de Orlando Fresedo presentaron en el Cenáculo a la intelectual mexicana Blanca Lydia Trejo, quien disertó acerca del movimiento juvenil en América.
Con Fresedo, Martínez Orantes y José Luis Urrutia escribieron y publicaron el volumen poético conjunto Bomba hidrógena (1950), título retomado del de un poema de Fresedo.
Graduado de bachiller en 1950, a inicios del año siguiente se matriculó en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, para iniciar su doctorado en Derecho.
En febrero de 1951, los periódicos capitalinos anunciaron la organización de la Compañía Teatral Centro Americana, dirigida por el actor teatral y radiofónico Miguel Ángel Ortega y en cuyo elenco figuraban Waldo Chávez Velasco, Irma Elena Fuentes, Paco Campos y otro grupo de hombres y mujeres más.
En mayo de 1951, resultó electo como representante del primer curso ante la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de El Salvador, según los cargos establecidos en esos comicios de la Asociación General de Estudiantes Universitarios (AGEUS).
En septiembre de 1951, con Viaje. Poema en cinco estancias se hizo acreedor a una mención honorífica en los Juegos Florales de Quezaltenango (Guatemala) y a una elogiosa mención en las páginas del diario guatemalteco El imparcial.
El 14 de marzo de 1952, medio centenar de intelectuales jóvenes del país se reunió en la casa capitalina del poeta y diputado Serafín Quiteño, con el fin de discutir la situación política contraria a las acciones gubernamentales dirigidas por el presidente Óscar Osorio y declararse militantes activos a favor de la revolución salvadoreña iniciada el 14 de diciembre de 1948. Así surgió la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios –que poco después trocó su nombre por el de Sociedad de Artistas y Escritores Jóvenes de El Salvador (SAEJES)-, cuya junta directiva provisional fue formada por Ricardo Vides Siguí (presidente), Oswaldo Escobar Velado (secretario) y los vocales Waldo Chávez Velasco, Orlando Fresedo, Rosa Amelia Guzmán y otros.
Mientras cursaba el segundo año de su carrera universitaria, un jurado compuesto por Alberto Rivas Bonilla (decano de Humanidades), Juan Felipe Toruño (redactor de Diario Latino) y Claudia Lars le confirió el premio poético “Francisco Gavidia” –consistente en trescientos colones, donados por la Logia Masónica-, que era el máximo galardón del Certamen Centroamericano de Poesía, organizado por Sociedad de Estudiantes de Derecho de la Universidad de El Salvador. Presentado bajo el seudónimo “Peregrino”, su texto galardonado fue Canción de amor para la paz futura (cuatro cantos y una imagen), que fue publicado por el sansalvadoreño Diario Latino, el 5 de julio de ese año.
Debido a su poema Canción de amor para la paz futura, fue escogido por universitarios radicales y enviado como uno de sus delegados al Congreso de la Paz Mundial, en Pekín (hoy llamada Beijing), la capital de China. Junto con Daniel Castaneda y Jacinto Castellanos Rivas, arribaron a la capital china el viernes 26 de julio de 1952. El viaje aéreo de ida y vuelta los llevó por la ciudad de México, Ámsterdam, Moscú, la república soviética de Azerbaidján, Zurich y San José (Costa Rica), donde Chávez Velasco se separó del grupo, para entonces ya considerado entre los compuestos por los izquierdistas más buscados por el régimen salvadoreño del teniente coronel Óscar Osorio, que para ese momento ya había suspendido las garantías constitucionales, fundado diferentes estructuras locales del Comité Nacional Patriótico Anticomunista y perseguido a varias personas que, acusadas de ser elementos desestabilizadores y contrarrevolucionarios, abandonaron el país bajo la figura del asilo político, otorgado por dos embajadas centroamericanas.
Sin poder retornar a El Salvador, residió en la capital costarricense, entre diversas penurias y severas limitaciones económicas, apoyado por el intelectual tico Fabián Dobles (1918-1999). Mientras tanto, se dedicó a escribir crónicas de su viaje, las cuales difundió en periódicos sansalvadoreños.
A partir de abril de 1953, varios de sus antiguos compañeros del desaparecido Cenáculo de Iniciación Literaria formaron al grupo Octubre, llamado así en homenaje a las revoluciones bolchevique y guatemalteca de 1917 y 1944, logró publicar cuatro números de su periódico Octubre. Esta nueva asociación intelectual sería la base constitutiva para la autodenominada Generación Comprometida.
Gracias a las gestiones de sus amigos y colegas literatos Serafín Quiteño y Manuel Aguilar Chávez –quienes desempeñaban cargos de importancia en diversas instancias del partido y régimen de turno en San Salvador-, el presidente Osorio le concedió una beca, cuyo contrato correspondiente dejó asentado que el joven debía regresar a El Salvador una vez concluidos sus estudios.
Merced a esa beca, pudo marcharse de San José hacia New York y Roma, con el fin de estudiar en la universidad italiana de Bolonia, en la que se inscribió en julio de 1952 y cursó su doctorado en Derecho Internacional Público.
Durante sus estancias vacacionales en Roma, trabó amistad duradera con personajes como los doctores Álvaro Magaña Borja, Humberto Cuestas, Enrique Borgo Bustamante y los coroneles Julio Adalberto Rivera y César Yánez Urías, todos llamados a servir la Presidencia o Vicepresidencia de El Salvador entre 1960 y 1999.
Desde el extranjero, envió diversos trabajos literarios para las revistas nacionales Síntesis, Cultura y Letras de Cuzcatlán, al igual que para el diario capitalino y progobiernista Tribuna libre.
En agosto de 1956, se hizo acreedor al segundo premio de la rama de teatro de los Juegos Florales de la ciudad de San Salvador.
Desde el segundo semestre de 1957 y a lo largo de dos años, fue director de escena del Teatro Universitario de Bolonia, adscrito al Instituto de Estudios Teatrales de esa universidad italiana, del que también fue codirector.
En noviembre de 1958 su obra dramática en verso Ruth de Moab obtuvo una recomendación para publicación en el acta del jurado del III Certamen Nacional de Cultura.
Alcanzó su grado doctoral en la primavera italiana de 1959.
Para diciembre de 1959, tenía escritas varias obras, como el poemario Pausa en tono menor, la pieza teatral Un poco de silencio en la tormenta y los ensayos El poeta en la jaula (trabajo sobre el poeta Ezra Pound) y Anotaciones sobre el expresionismo alemán.
Como parte de sus actividades al frente del Departamento de Teatro de la Dirección General de Bellas Artes, a mediados de 1960 desarrolló diversos Festivales de la Cultura en localidades del interior del país, como Santa Ana, Cojutepeque, La Unión, Sensuntepeque, Chalatenango, Usulután y otras, donde los elencos de artistas y ejecutantes a su cargo presentaron obras de teatro, música de cámara y exposiciones de pintura, ocasiones que él mismo aprovechó para disertar, en más de una ocasión, acerca del neo-simbolismo en el teatro contemporáneo.
A fines de noviembre de 1960, la Junta de Gobierno Cívico-Militar le confió la máxima jefatura de la Dirección General de Bellas Artes, en sustitución de Luis Gallegos Valdés. Pocos días después, en la mañana del sábado 3 de diciembre y en el local del Departamento de Artes Plásticas de esa institución gubernamental, un grupo de intelectuales salvadoreños suscribió un manifiesto en el que le exigían al gobierno mexicano la inmediata salida de prisión del pintor muralista David Alfaro Sequeiros. Esa acción culminó el martes siguiente, con una manifestación que recorrió las principales calles de la capital salvadoreña y concluyó frente a la embajada mexicana en San Salvador, en la que se entregó el referido documento. Esas acciones pusieron en alerta a las altas autoridades de la seguridad nacional, las que comenzaron a estrechar sus lazos de vigilancia sobre muchos elementos de la intelectualidad salvadoreña, incluido el Dr. Chávez Velasco.
El nuevo régimen de facto surgido tras el golpe del 25 enero de 1961decidió nombrarlo agregado cultural en la embajada salvadoreña en Londres (Inglaterra). A inicios de abril de 1961, ese nombramiento le fue cambiado por una beca gubernamental para estudios de Estética e Historia del Arte en Madrid (España), los que completó con otros acerca de Filología, Historia de España y Comunicaciones.
Una vez radicados en la capital española, junto con su esposa se incorporaron a la compañía teatral “La cazuela”, dirigida por Salvador Salazar Carrión, con la que ganaron el máximo galardón del III Festival de Teatro Aficionado (1961), obtenido en el Teatro Cervantes por el montaje de Los pasos, una pieza dramática de Lope de Rueda.
En 1962, su obra teatral El sombrero de otoño fue galardonada con el segundo lugar en los Juegos Florales de Quetzaltenango (Guatemala).
En noviembre de 1962, su libro Cuentos de hoy y de mañana obtuvo el primer premio compartido en el VIII Certamen Nacional de Cultura, al que se presentó amparado por el seudónimo “Aries”.
En el otoño de 1963, fue trasladado a Bonn, entonces capital de la República Federal Alemana, donde se desempeñó como primer secretario y encargado de negocios a. i. de la embajada salvadoreña. Permaneció en tierra germana hasta 1966, estancia que le sirvió para ver algunos de sus poemas traducidos al alemán, al igual que para trabar conversación con el estafador polaco Novak y gestar, con esos materiales orales, el argumento para su Historia de un caballero de industria, cuyo manuscrito permaneció extraviado en sus archivos personales por más de 30 años, hasta que fue reencontrado e impreso en San Salvador, en 1999, en un folleto de 32 páginas, costeado por el propio autor.
Fue fundador del diario capitalino El Mundo, donde laboró del 6 de febrero de 1967 al 31 de diciembre de 1969. Después se desempeñó como director técnico del Centro Nacional de Información (CNI, lunes 5 de enero de 1970) y secretario de Información de la Presidencia de la República, cargos en los que trabajó para los regímenes presidenciales del general Fidel Sánchez Hernández y del coronel Arturo Armando Molina. En posteriores gobiernos fungió también en puestos administrativos vinculados con las comunicaciones y con aspectos políticos de la seguridad del Estado, así como con la redacción de discursos oficiales para cinco regímenes presidenciales.
Desde 1973 y por espacio de quince años, se marchó a vivir a la ciudad estadounidense de New York, en la cual ejerció el cargo de cónsul general y desde donde viajaba con regularidad para asesorar a los mandatarios salvadoreños de turno.
Con el golpe militar del 15 de octubre de 1979, que instauró en el poder ejecutivo nacional a la primera Junta Revolucionaria de Gobierno, el Dr. Chávez Velasco se quedó sin empleo. Tras vender sus residencias en la colonia San Francisco (San Salvador) y West Heamsted (New York), se marchó con su familia a Querétaro (México), donde su capital ahorrado se perdió con la violenta devaluación económica de 1982.
En 1986, fue internado en el Beth Israel Hospital (Newark, New York) y sometido a peligrosas intervenciones quirúrgicas de operación abierto, debido a la obstrucción de varias arterias y venas. En una de esas operaciones, su corazón se detuvo y fue declarado muerto, limbo del que fue resucitado por la ciencia médica, que lo sometió a cinco operaciones más y a la implantación de un fuerte número de marcapasos.
De vuelta en el país, fue director de Diario Latino (1986-1989) y del semanario Siete días (1990). Por espacio de ocho años (1992-2000), fue responsable editorial de la revista sensacionalista Gente.
Otros títulos escritos por este autor nacional son Fábrica de sueños, La corrupción y otras yerbas, Cuentos medioevales, Lápidas de la guerra civil ,¿Quién secuestró a Scott?, Los corruptos son gente honesta, Sonata de la violencia, Carmelita y las hormigas y Pausa en tono menor.
Dejó inéditas las piezas teatrales La ventana, El mesón y Los leñadores, el canto Los muertos de El Salvador, la tragedia Medea y la historia épica moderna Ulises siembra un jardín y el libro, titulado Los presidentes, en el que narra anécdotas de todos los mandatarios salvadoreños que ha conocido y con los que ha laborado.
Fue incorporado en 2002 como miembro de número de la Academia Salvadoreña de la Lengua, donde le fue destinado el sillón “L”, antes ocupado por el Dr. Hugo Lindo. Su discurso de incorporación –titulado Antecedentes y entorno de la Generación Comprometida- fue respondido por el Dr. David Escobar Galindo y publicado al mes siguiente por el suplemento cultural Tres mil, del diario capitalino Co-Latino.
En octubre de 2002, su vida y su obra fueron reconocidas por el Club Rotario San Salvador Cuscatlán, mediante la entrega, en ceremonia de gala, del Premio del Talento Rotario en la rama de Literatura, conferido en el mes dedicado por este club internacional al servicio a través de la ocupación.
Como una forma de homenaje, el centro escolar rural del cantón El Sauce, Tonacatepeque, departamento de San Salvador, fue bautizado con su nombre.