El próximo mes de marzo nos disponemos a conmemorar el XXVI aniversario del asesinato de nuestro Pastor y líder espiritual, Oscar Arnulfo Romero, martirizado aquel fatídico lunes 24 de marzo de 1980.
En 2005, en torno al XXV aniversario, escribí un artículo titulado ROMERÍA DE ARTISTAS, que me sirvió de referencia para promover la nueva edición de mi poemario Romero Crucis, publicado por primera vez en 1990 por la Iglesia Luterana de El Salvador.
En dicho artículo presentaba yo un listado de las diferentes expresiones artísticas que durante veinticinco años se habían producido a nivel nacional e internacional, alrededor de la figura de monseñor Romero (literatura, música, escultura, pintura, cine, teatro); y en ese mismo artículo mencionaba también a grandes teólogos de la talla de Jon Sobrino y James Brockman, así como otros/as intelectuales y religiosos/as que con mucha propiedad y exactitud han contribuido a estructurar la memoria del más representativo y jesuánico de los mártires salvadoreños, entre ellos monseñor Jesús Delgado y la escritora María López Vigil.
De igual forma el año pasado, el director de YSUCA, Carlos Ayala Ramírez, publicó su libro LA PALABRA DE MONSEÑOR OSCAR ROMERO: INSPIRA E INTERPELA, editado por Fundación Romero, en el cual, basado en la bibliografía de los autores arriba mencionados y otros, Carlos hace un tejido de diferentes ejes temáticos que a la manera de vademécum o prontuario, sirve para entender de una manera sencilla y puntual el gran legado de monseñor Romero.
Ahora tengo frente a mí la segunda edición de este libro de Carlos Ayala, con una portada diferente y con más fotografías según el mismo autor, fechada en noviembre de 2005, y cuyo significado inmediato es que la primera edición se agotó el mismo año y eso por supuesto es más que bueno.
Se compone el libro de cinco grandes capítulos, subdivididos en treinta temas variados, que el autor va desarrollando de una manera didáctica, ya que en cada apartado encontramos una introducción, una selección de textos propios de monseñor Romero tomados de sus cartas pastorales y homilías, y además, textos magisteriales de concilios o encíclicas papales; al final de cada subtema encontramos también una serie de interrogantes que sirven al lector para reflexionar sobre lo que acaba de leer.
Al respecto un comentario. Para mejores resultados didácticos, hubiera sido acertado aplicar a cada parte: introducción, homilías, magisterio y preguntas; una tipografía diferente para cada una, jugando con negritas, cursivas u otras fuentes, tras el objetivo de diversificar la lectura volviéndola más amena.
Los títulos de los cinco capítulos del libro de Carlos, son: I. Perfil de Monseñor Romero, II. Opciones Fundamentales de Monseñor Romero, III. Monseñor Romero: Interpela e Inspira, IV. Monseñor Romero y sus Fuentes de Inspiración, y, V. Algunos Desafíos Pastorales Planteados por Monseñor Romero.
Quiero comentar muy brevemente la relación del capítulo III con el título de la publicación ¿por qué monseñor Romero inspira pero al mismo tiempo interpela, es decir cuestiona? Inspira por su valentía, ya en su homilía del 28 de agosto de 1977, Monseñor decía: “Queremos ser la voz de los que no tienen voz para gritar contra tanto atropello de los derechos humanos”; y un día antes de su asesinato había suplicado, rogado y ordenado al ejército salvadoreño, con la virilidad que sólo Dios le confería, cesar la represión.
Pero esa denuncia del pecado histórico manifestado en la violencia del Estado contra el pueblo de Dios, interpelaba también por una conversión, por una “metanoia” que significa cambiar de mentalidad, ir al encuentro de la verdadera liberación. La palabra de monseñor Romero inspira porque brinda esperanza, pero interpela porque cuestiona nuestra capacidad de amor y misericordia.
A propósito de la coyuntura electorera en la que actualmente nos encontramos nuevamente los salvadoreños, me quiero referir al numeral 25 del libro de Carlos, titulado: “La Dignificación de la Política según Monseñor Romero”, que forma parte del capítulo V donde el autor aborda algunos desafíos pastorales planteados por nuestro Pastor.
En la homilía del 31 de julio de 1979, decía monseñor Romero que “es una caricatura de amor cuando se quiere apañar con limosnas lo que ya se debe por justicia; apañar con apariencias de beneficencia cuando se está fallando en la justicia social”.
Más adelante Carlos Ayala menciona que por ello Monseñor demandaba una mayor responsabilidad ciudadana, ya que hay mucho desconocimiento de la realidad, producto de una actitud superficial o indiferente ante la problemática sociopolítica.
En la homilía del 20 de enero de 1980, monseñor Romero hacía un llamado a aquellos que se mantienen al margen de la política, a quienes las encuestas clasifican como abstemios o indecisos, por miedo o comodidad; para que actúen a favor de la justicia y dejen a un lado su pasividad cobarde, porque de lo contrario serán también responsables de la injusticia y sus funestas consecuencias.
Dichas palabras que inspiran e interpelan pronunciadas por nuestro Santo Varón hace veintiséis años, hoy en esta nueva coyuntura electorera que vivimos los salvadoreños cobran vigencia estratégica, ya que por cierto son estos sectores blandengues e irresponsables los que al final terminan definiendo de forma ignominiosa los destinos de la patria.
Dios quiera que esta segunda edición del libro de Carlos Ayala, se agote tan pronto como la primera, ya que ello significará que la gente lo está leyendo y que por tanto la palabra de Monseñor está circulando.
Como colofón quiero decir que a pesar de que todos los libros a la hora de imprimirse están sujetos a erratas, esta edición del libro comentado contiene por lo menos 24 errores veniales que se le fueron al corrector de pruebas, lo cual por supuesto no demerita su calidad ni mucho menos su contenido, lo consigno simplemente con el objetivo de que la tercera edición se imprima mejor depurada, como Monseñor se lo merece, y ojala también con una buena nota de introducción (exegética y escatológica), que le sirva al lector como brújula en el entendimiento de los temas.
Exhorto entonces a leer este nuevo libro sobre Monseñor Romero, con el objetivo de sentirnos inspirados e interpelados en estos momentos tan cruciales para el país, donde la cobardía ya no tiene espacio ni mucho menos las campañas de terror, que a estas alturas provocan más risa que el cuento de caperucita tricolor amenazada por el lobo colorado que se come a los niños y las niñas ¡Abur!