Carlos Hernndez…presente, presente, presente! Gritaban los centenares de participantes mientras colocaban pequeas cruces de madera con los nombre de desaparecidos en las escalinatas del Senado colombiano, exigiendo justicia para los miles de asesinados por los paramilitares y ejrcito de este pas.
Los manifestantes, que celebraban una Vigilia por la Paz este 31 de octubre, en el Parque Santander, decidieron desafiar una prohibicin de concentrarse en la Plaza Bolvar y realizaron una marcha silenciosa con velas encendidas, por las aceras, que al regreso se convirti en una manifestacin popular, con pancartas y consignas, seguida amenazadoramente por unidades de polica militarizadas.
Mtele a la marcha, mtele al tambor, mtele que tengo, mi pueblo en mi voz…cantaban jubilosos los manifestantes mientras recorran la Plaza Bolivar en un crculo de dignidad y rebelda, desafiando los fusiles del gobierno autoritario de Alvaro Uribe.
Uribe, paraco…el pueblo est verraco! gritaban los manifestantes colombianos acompaados por religiosos latinoamericanos y caribeos, que se sumaron a esta peregrinacin silenciosa que se volvi marcha combativa, con menciones de Monseor Romero y Camilo Torres Restrepo, ante los ojos rabiosos de los militares.
Cristo Jess es nuestra fe…no queremos ALCA ni TLC! coreaban las comunidades eclesiales de base colombianas en la Plaza Bolvar. Minutos antes, haban escuchado en el Parque Santander, la predicacin del pastor evanglico Carmelo Alvarez, quien hizo un llamado a la unidad de las iglesias y a la defensa de la vida de nuestros pueblos porque el reino est cerca.
Se escuchaba el Himno del Movimiento de Cristianos por la Paz: Cristianos son… ya lo veras/ que caminan …por la vida y por la paz/ millares son …los que vendrn/ la patria grande y la unin continental…elaborado por Hctor Guzmn.
La Vigilia por la Paz form parte de un conjunto de actividades que se desarrollaron desde el 26 de octubre y concluyeron el 1 de noviembre en la capital colombiana, y que incluy un Encuentro Internacional de telogos y telogas as como un Encuentro Continental de Cristianos por la Paz con Justicia y Dignidad.
En el encuentro de telogos y telogas participaron el chileno Pablo Richard, la cubana Raquel Surez, el puertorriqueo Carmelo Alvarez, los venezolanos Tomas Luna y Gamaliel Lugo, el peruano Bernardo Campos, los colombianos Ignacio Madera, Jairo Surez y Elizabeth Jara, el mexicano Jos Icaza, el espaol Jess Olmedo, el estadounidense Tom Driver, los ecuatorianos Salvador Rodrguez y Juan Carlos La Puente, la nicaragense Michele Najlis y los salvadoreos Ricardo Cornejo y Roberto Pineda.
En el Documento de Trabajo elaborado por este equipo se seala que como cristianos consideramos que la vida humana y csmica es un absoluto, pero en la economa de mercado surgen otros absolutos como la eficiencia, la tecnologa, la competitividad, y lo absoluto es el mercado. Y surge la disyuntiva entre mercado y vida. Para el dios mercado la ganancia es el valor absoluto.
Sostienen que este modelo neoliberal que se implementa desde hace tres dcadas coloca a la humanidad, por primera vez en la historia al borde de su desaparicin, ya que es esencialmente un sistema depredador. Y fomenta una cultura del consumo que lleva la agotamiento de la vida como la hemos conocido en el planeta.
Opinan que Jess es claro en su posicin frente al dinero. En el ejemplo de la multiplicacin de los panes, los discpulos representan una visin de la economa de mercado al decir con respecto a las gentes: diles que se vayan, mientras que Jess encarna una visin de economa de la solidaridad: denles ustedes de comer, a la vez que promueve la organizacin popular: que se organicen en grupos de personas.
Por su parte, el Encuentro Continental de Cristianos y Cristianas fue una celebracin de la lucha y la esperanza de los pueblos latinoamericanos y caribeos. Una expresin de la riqueza cultural y de fe de las comunidades de base colombianas. Centenares de jvenes, mujeres, indgenas, desplazados, afrodescendientes, campesinos que venan de la Guajira, Huila, el Putumayo, Cali, Medelln, Popayn, y que viajaron largas horas para intercambiar ideas, contar historias y bailar juntos, y orar y compartir tristezas y alegras, y discutir, soar y marchar por la calles de Bogot.
La riqueza cultural y el compromiso cristiano de miles de colombianos y colombianas se puso de manifiesto en estos tres das inolvidables de bailes, oraciones, testimonios, reflexiones bblicas, comidas y bebidas tpicas. Fue un festival de la solidaridad y la lucha contra el militarismo.
De este encuentro continental surgi el siguiente llamado, ya como Movimiento Continental de Cristianos por la Paz con Justicia y Dignidad:
Empujados y empujadas por el Espritu de Dios, llegamos al barrio Bosa de Bogot, desde diferentes lugares de Colombia y de Amrica Latina y el Caribe, un grupo significativo de hermanos y hermanas de diversas iglesias y organizaciones cristianas. Nos motiv la bsqueda de mecanismos de articulacin en un movimiento continental por la paz con justicia y dignidad.
Esta experiencia la vivimos en medio de la situacin dramtica que atraviesa Colombia. La continuidad en la implementacin de las medidas neoliberales y de ajuste estructural, sigue ampliando mucho ms la brecha entre unos pocos ricos y una abrumadora mayora empobrecida. Como consecuencia de estas medidas en algunos lugares como Buenaventura, sobre la costa Pacfica, el desempleo de la poblacin alcanza un 80%.
Este mismo sistema se vale de estrategias militares legales e ilegales como medio para expropiar a las poblaciones de sus territorios. Sus recursos naturales estn siendo entregados a las corporaciones privadas nacionales y multinacionales. Tal es el caso de las comunidades indgenas, campesinas y afrodescendientes del Pacfico colombiano que estn siendo despojadas de sus territorios para la construccin de megaproyectos y la siembra de palma africana. De esta manera se acaba con la variedad de cultivos tradicionales de pan coger y se deteriora el ecosistema, uno de los ms ricos en biodiversidad del planeta.
El proyecto de estado comunitario y de seguridad democrtica del actual gobierno, est desmontando los derechos de propiedad colectiva de la tierra y la autonoma de las comunidades. Esta poltica no es sostenible sin una fuerte represin contra los movimientos sociales y de resistencia, expresada en los ltimos aos por una estrategia paramilitar que est produciendo el desplazamiento masivo de poblaciones enteras, atentando contra la vida, las culturas y sus tejidos sociales.
Esto ha llevado a una degradacin del conflicto armado que involucra y afecta cada vez a mas capas de la poblacin civil. Las mujeres estn siendo vctimas de todos los actores armados, sometidas a todo tipo de abusos; sus cuerpos son utilizados como botn de guerra, sin importar la edad. Igualmente los jvenes, nios y adolescentes son reclutados a la fuerza por los grupos armados. El hecho de ser jvenes y pobres es estigmatizado y criminalizado, convirtindolos en vctimas principales de acciones de limpieza social, situacin que se agrava si se es negro. El desplazamiento en Colombia es de tal magnitud que se considera la segunda crisis humanitaria en el mundo.
A nivel continental y mundial, se presenta una situacin similar. Vemos con preocupacin como los derechos humanos y de los pueblos estn siendo sometidos por los intereses econmicos de los poderosos. Para esto se valen de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, la Organizacin Mundial del Comercio y el Banco Mundial. Estas instituciones hoy estn por encima del bien y del mal, pues son las que determinan las polticas que deben regir a los pases, pasando por encima de las constituciones nacionales.
Un ejemplo de esto es el proyecto del rea de Libre Comercio para las Amricas (ALCA) y la negociacin de los tratados de libre comercio con Estados Unidos, que nuestros gobiernos adelantan sin consultar a las organizaciones y comunidades. La corrupcin administrativa generalizada, a nivel local y nacional, sirve de caldo de cultivo para facilitar la imposicin de estas polticas diablicas. El otro instrumento utilizado es la militarizacin y paramilitarizacin hasta de la vida cotidiana. Es tal el grado de dominio y la arrogancia de este imperio del mal, que se erige como dios para ejercer control sobre todo pueblo, lengua y nacin (Ap 13,7).
Esta realidad de pecado nos indigna como pueblo de Dios, pues es una afrenta contra toda la creacin. Revestidos y revestidas con la victoria gloriosa de los hijos y de las hijas de Dios, gracias al triunfo del Cordero que fue sacrificado por los poderosos de su poca, condenamos este sistema de muerte. Jess resucitado nos inspira como cristianos y cristianas a reafirmar el valor absoluto de la vida, vida en abundancia (Jn 10, 10) y a rechazar todos los sacrificios humanos y de la naturaleza que hoy cometen las fuerzas del mal del imperio.
Desde los diferentes rostros y cuerpos presentes en este encuentro, nos sentimos interpelados e interpeladas a vivir una espiritualidad de la esperanza. Hemos compartido ricas experiencias organizativas de resistencia. Estas son testimonio de la recuperacin del protagonismo poltico de los pueblos; la afirmacin de los derechos de sectores especficos, como los indgenas, las negritudes, las mujeres, el campesinado, la niez, la juventud, iglesias pentecostales y otros, as lo demuestran.
Las marchas indgenas en Colombia, Ecuador y Bolivia, el movimiento social de mujeres contra la guerra en Colombia, la produccin agrcola campesina alternativa libre de qumicos, las teologas y las lecturas especficas de la Biblia desde las culturas profundas de Abya-Yala, entre otros procesos organizativos, son kairs de algo nuevo que Dios est haciendo, que su Espritu ha puesto en marcha (Is 43,19) y que en medio nuestro va creciendo. Crece como la pequea semilla de mostaza y produce frutos de colores, sabores, olores y texturas que reivindican la vida, tejiendo lazos inclusivos que son anticipacin de la plenitud del Reino donde hay espacio para todos y todas.
Entre las organizaciones colombianas que organizaron estas actividades se encuentran la Comisin de Pastoral Popular de las Hermanas Dominicas de la Presentacin, Red Ecumnica de Colombia, Conferencia de Religiosos de Colombia, Comisin Claretiana de Justicia, Paz e Integridad de la Creacin y Comisin Interfranciscana de Justicia, Paz e Integridad de la Creacin.
En el plano internacional, entre los acuerdos de este nuevo referente ecumnico latinoamericanos y caribeo se encuentran los de realizar en el 2005 acciones nacionales de acompaamiento a la Marcha Mundial por la Paz, hacerse presentes en la conmemoracin de los 25 aos del asesinato de Monseor Romero en San Salvador, El Salvador, as como sumarse a la Semana de Accin Global por un Comercio Justo.
La constitucin del Movimiento Continental de Cristinos por la Paz con Justicia y Dignidad marca un importante paso en la construccin de redes de resistencia contra el modelo de globalizacin neoliberal que pretende imponernos la exclusin y la guerra. Es una nueva fuerza orientada construir una Agenda Comn de Lucha inspirada en la memoria rebelde y subversiva de Jess de Nazaret, el rebelde que fue crucificado y resucit al tercer da segn las Escrituras.
Rev. Roberto Pineda
Santa Fe de Bogot, 2 de noviembre de 2004