Fuimos impactados por los barbudos de la Sierra Maestra…Entrevista con Américo Araujo (II) ( segunda versión, aumentada y corregida)

Fuimos impactados por los barbudos de la Sierra Maestra…Entrevista con Américo Araujo (II) ( segunda versión, aumentada y corregida)

SAN SALVADOR, 31 de julio de 2009 (SIEP) “Para nosotros, adolescentes en el 58, que andábamos por los 13-14 años, los rebeldes y barbudos guerrilleros cubanos de la Sierra Maestra eran héroes, eran nuestros ídolos juveniles…” nos relata Américo Mauro Araujo, destacado luchador social salvadoreño.
Agrega que “conocí al Zarco (Armando) Herrera cuando yo cursaba el séptimo grado (primero de Plan Básico) y Armando cursaba el octavo. Ambos estudiábamos en el Liceo José Martí, que era propiedad del Lic. Manuel Luís Escamilla y se situaba sobre la Calle Delgado, una media cuadra hacia el oriente de la esquina sur oriente del mercado cuartel. El uniforme que usábamos era, (ridículo para mi criterio actual), saco, camisa y pantalón blanco…era el año 58, febrero del 58…Lemus era presidente…”
Y escuchábamos y leíamos las noticias de los rebeldes barbudos de la Sierra Maestra…de Fidel Castro, Camilo Cienfuegos, el Che…estábamos pendientes de escuchar en los radios marca Telefunken, Grundig, Philips y Zenith que entonces se encontraban en las casas de capas medias, incluso en aquellas de bajos ingresos, la señal de “Radio Rebelde” que salía todos los días por las tardes desde la Sierra Maestra. Igualmente, comprábamos en el centro de San Salvador, sobre todo en la Librería Claridad de Ana Rosa Ochoa, la revista Bohemia, que venía de Cuba, y que traía mucha información sobre la lucha guerrillera del Movimiento 26 de Julio, venían fotografías, reportajes…los jóvenes nos sentíamos atraídos hacia este tema.
En esos años había crisis de héroes y rápidamente los rebeldes cubanos se convirtieron en nuestros héroes. Hablo de que los adolescentes de entonces no teníamos ninguna cultura política ni ideológica y admirábamos a aquellos barbudos solamente por su valentía y rebeldía. Los ídolos de la juventud del 57-58-59 eran James Dean por lo de la película “El rebelde sin causa” y Elvis Presley, el Rey del Rock; incluso, muchos tratábamos de imitar su corte de pelo.
Los rebeldes de Sierra Maestra eran nuestros héroes y cuando triunfa la revolución cubana el 1 de enero de 1959 hubo un gran regocijo, recuerdo que sin estar organizado, asistí a un mitin convocado por un Comité de Solidaridad con Cuba…habían muchos universitarios, era una convocatoria para celebrar la victoria popular en Cuba…en el predio Universitario, al costado poniente de catedral. Debe de haber sido como el 7 u 8 de enero de aquel año.
Me llamaron la atención por su porte y aspecto de clase media, de estatura alta en comparación con la media salvadoreña de aquellos años, cuatro muchachos universitarios, a los cuales tiempo después conocería, estaban bien vestidos- camisas mangas larga- y bien nutridos…ellos eran Raúl Castellanos Figueroa, Roberto Castellanos Calvo, Schafik Handal y Mario Flores Macall…
Ese año 1959, ingrese a segundo año de Plan Básico (octavo grado actual) al INFRAMEN, allí me reencontré con Federico Baires, a quien había conocido, años atrás, en el Colegio Instituto América, cuando yo cursaba quinto grado, y Federico el sexto grado. En el América fui compañero de grado de Miriam Medrano, hermana de Mario, uno de los fundadores de ANDES 21 de Junio. Con Miriam años después coincidimos como estudiantes en la Universidad Patricio Lumumba, de Moscú. Al Instituto América llegue en junio del 56 pues durante el primer semestre de ese año estuve interno, en Santa Tecla, en el Juniorado Menor de los Maristas pues quería estudiar para ser Hermano Marista. El Juniorado funcionaba junto a un Colegio que se llamaba “María Inmaculada” y estaba enfrente a la Alcaldía Municipal de Santa Tecla, exactamente donde hoy se encuentra la infraestructura de la Iglesia María Inmaculada.
En aquella época esa iglesia era como una capilla y se encontraba a un lado del Juniorado. En el Juniorado conocí a Héctor Oquelí Colindres que también quería hacerse Marista. Cuando en el mes de mayo el Director del Juniorado me comunicó que tenía que viajar a Cuba para continuar mis estudios en el Juniorado Latinoamericano. Entonces apenas tenía once años, lo pensé mucho, me entró una duda, una crisis de identidad y, felizmente, mi madre me ayudo rápidamente a tomar una sabia decisión: desistir de hacerme Marista. Por eso me salí del Juniorado y llegué, a medio año, al Instituto América. Menos mal que tomé aquella decisión porque los Maristas en Cuba rápidamente entraron en conflicto con la Revolución y confrontaron y atacaron al gobierno revolucionario. Luego salieron de Cuba y aquel Centro Marista se convirtió desde 1963 en Villa Marista que es, hasta la fecha, un centro penal.
En 1959, como referí, ingrese al INFRAMEN a segundo de Plan Básico. En 1960 estallaron las jornadas populares contra Lemus y junto con Lico Baires , ya en 3er curso de Plan Básico (noveno grado), decidimos participar en las protestas contra la dictadura lemusista y desde agosto asistíamos a las concentraciones y marchas de protesta…el viernes 2 de septiembre de ese año me encontraba con Lico en uno de esas marchas cuando, la guardia nacional comenzó a reprimir, comenzaron a perseguirnos, de oriente a poniente, sobre la calle Rubén Darío, desde el Hula Hula hacia el Parque Bolívar.
En la esquina de la 9na. calle nos separamos; yo continué corriendo sobre la Darío hacia el poniente y Lico se fue para el Paraninfo Universitario, donde muchos años después construyeron el Hotel Ritz, enfrente de las Oficinas Centrales Administrativas de ANDA, porque consideraba que la Rectoría de la UES era más segura. Entonces la UES quedaba en la manzana frente a ANTEL centro, entre la 9 y 7 avenida sur. Haberse ido a la UES fue un fatal error, porque los Guardias, sin importarles la autonomía universitaria, irrumpieron precisamente en la Rectoría e incluso golpearon en la cabeza al Rector Dr. Napoleón Rodríguez. A Lico lo capturaron, estuvo como 4 días preso…el lunes 5 de septiembre cuando llegamos a clase Lico no llegó, estaba preso…esta represión creo una coyuntura que condujo al golpe contra Lemus el 26 de octubre de ese mismo año…
Había un grupo de muchachos, a quienes siempre veíamos en las concentraciones y marchas de protesta contra Lemus, donde estaban Armando “ el Zarco Herrera”, (con quien habíamos estudiado en 1958 en el Liceo José Martí), Mario Aguiñada Carranza, Alfonso “El Chiquitín” García, su hermana Esperanza García, Chequelito, “Pepita” de nombre Rubén y el poeta erótico Ricardo Castro Rivas. Meses después, ( el 26 de octubre del 60, el mismo día del golpe contra Lemus), este grupo constituyó, por instrucciones del P.C.S., del cual ellos ya formaban parte, la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Media, UNEEM. Días después del golpe contra Lemus llegaron al Instituto a repartir propaganda e invitando a organizarse.
Terminamos el año escolar pocos días después del golpe y comenzaron las vacaciones de fin de año…estando en vacaciones, en los primeros días de diciembre del 60, la UNEEM convocó al Paraninfo Universitario para una charla, decidí asistir. Llegué al Paraninfo, vi que había poca gente y me retiré, …a mediados de enero del 61 conocí de una nueva convocatoria de la UNEEM. Esa vez convocaron para una reunión en una barbería, que estaba sobre la cuarta avenida sur, en la esquina nor poniente de donde comienza la Cuesta del Palo verde (8va Calle Oriente); a una cuadra al oriente del Cine Apolo. Lico Baires y yo decidimos asistir y esta vez nos inscribimos en la UNEEM, luego, el 25 de enero se efectuó el contragolpe de estado y participamos, ya como miembros de la UNEEM, en manifestaciones de repudio, en febrero comenzaron de nuevo las clases…
La Vanguardia de la Juventud Salvadoreña
Ya en abril de ese año conocimos sobre la existencia de Vanguardia de la Juventud Salvadoreña, VJS, una organización clandestina juvenil y en mayo ingresamos junto con Lico Baires …nos convocaron para el Parque Cuscatlan y allí nos juramentaron…lo hizo un compañero al que llamábamos Pepita. Nos convertimos en el Grupo 7 de la VJS. Yo pensaba en ese momento que éramos miles, después supe que éramos muy pocos…
Rápidamente fui ascendiendo…en la UNEEM pronto llegué a ser responsable de educación y en la VJS miembro del equipo de organización dirigido por el entonces Palmiro ( A. Herrera)y me nombraron responsable de un grupo en Santa Ana.
En Santa Ana, como VJS me tocaba atender a un grupo de jóvenes entre los que se encontraba Carlos Abrego, que fue también de la UNEEM, y con quien viajamos el siguiente año a estudiar en la URSS. Carlos Ábrego hoy vive en Francia; también estaba Alfredo Pineda Dubon, conocido como el León Dorado, que luego se convirtió en el León Peinado, porque en aquellos años tenía una melena rubia larga y alborotada, como melena de León, que luego, con la edad, el pelo rizado se volvió lacio y decidió peinarlo, ya para ese entonces, aunque jovencito, era maestro. Desde 1972, cuando el ejército, por órdenes del Coronel Molina, se tomó la Universidad, fue exiliado a Costa Rica y desde entonces vive allá. A Lico Baires le tocaba atender Usulutan y allá el dirigente local era Toni Handal, tanto de la UNEEM como de la VJS
Luego vino el periodo del Frente Unido de Acción Revolucionaria, el FUAR, y como VJS nos convertimos en su columna juvenil; me acuerdo que en mayo del 62 volví a encontrarme con aquel joven que había visto en enero del 59 en el Predio Universitario, Schafik era dirigente del FUAR y coordino una asamblea en mayo del 62, que fue en el edificio Chahin, en la azotea. Ahí le hable por primera vez a Schafik.
Ingreso al PCS
A finales de octubre de 1961 nos propusieron, a un grupo de jóvenes, que ingresáramos al PCS. Y nos convertimos en candidatos a miembros atendidos por el Zarco Herrera. Nos convocaron a una reunión que se celebró el 26 de diciembre. En esa reunión nos juramentaron. La reunión se desarrollo en una casa situada al costado oriente del Parque Bolívar sobre la 13 Ave. Sur, casi vecina de lo que actualmente es el Hospital Paravida. La casa la prestaba un miembro del P.C., que era estudiante de derecho y profesor de primaria, se llamaba Salvador Sagastizado, después se gradúo, se especializó en derecho laboral y fue asesor de muchos sindicatos, abogado de miles de obreros que presentaban sus demandas ante el Ministerio del Trabajo o apoderado de estos en los juzgados laborales del país. A. Cuando yo regresé de estudiar la Universidad de la URSS, a finales de los sesentas me hice amigo de Sagastizado. Salvador murió hace dos años atrás.
La juramentación para ingresar al PCS fue un acto sencillo pero muy solemne , en el que juramos lealtad al PCS y a la clase obrera salvadoreña. La Juramentación estuvo a cargo de Raúl Castellanos Figueroa, miembro de la Comisión Política del P.C.S. Ingresamos ese día a las filas del PCS los y las siguientes siguientes Compañeras: Diana Minero (hija de Camilo y que actualmente tiene complicaciones en su salud), Américo Duran (Pelo Pincho), Federico Baires (Lico), Guadalupe Rosales Carpio (hija mayor de Salvador Cayetano Carpio), un joven de apellido Arrazate y mi persona.
Nos constituimos como célula del PCS. Recuerdo un detalle de la reunión: a mitad de la reunión a Raúl le dieron ganas de fumar y me pidió que le fuera a comprar una cajetilla de cigarrillos Kent con filtro, que era los que fumaba. Lo hice, a propósito una vez Ricardo Castro Rivas, que era un poco mayor que nosotros, nos jugó una broma: recién regresaba de la Unión Soviética, y fue y compró cigarros y les corto el filtro para que no viéramos la marca y llegó a ofrecernos “cigarros soviéticos” y todos gustosos aceptamos y nos pusimos a fumar celebrando las delicias del tabaco soviético, no obstante que era tabaco muy fuerte y la final escuchamos las carcajadas de Ricardo y sus burlas por nuestra ingenuidad.¡Así era Ricardo!
Usualmente nos reuníamos en un local para estudiantes universitarios, donde había juegos de mesa, le llamábamos La Casona, o en San Jacinto, en la casa del Chiquitín García, que quedaba en un pasajito…y después en la casa de la Familia Baires. déjame decirte que el Chiquitín García era el más destacado de nuestro grupo. Era un poco mayor, era a la vez secretario general de la UNEEM y de la VJS. Estudiaba en el Colegio Orantes, donde estudiaba también Mario Aguiñada. El, junto con Mario Aguiñada y Armando Herrera habían vivido la experiencia política de la Juventud 5 de Noviembre, años antes, donde estuvo Ricardo Bogrand, y el mismo Ricardo Castro Rivas.
En julio de 1962, me convocaron a una reunión en casa de Salvador Cayetano Carpio, quedaba en el Barrio Santa Anita, cerca del Boulevard Venezuela, en un pasajito…en la misma casa vivía también Miguel Ángel Ortega y su hija Liudmila (que desde hace muchos años vive en Chile). Miguel era un reconocido Director de Teatro, le apodaban como “Cara de Olla” por su rostro redondo; había sido alumno del Maestro Edmundo Barbero. Miguel Ángel durante muchos años fue el Director de un prestigioso grupo de teatro llamado “Teatro Obrero” y también fue Director del Teatro del Colegio Celestino Castro. Miguel emigró a Cuba y allá murió en la década de los ochenta, durante los años de la guerra
En esa reunión el propio Cayetano Carpio nos comunicó que habíamos sido seleccionados para estudiar con una beca en la URSS. Cayetano nos instó a aceptar la beca pues nos aseguró que la victoria de la revolución estaba cerca y el nuevo estado revolucionario necesitaría de un nuevo tipo de profesionales. Nos expresó que la beca para estudiar la tomáramos como una tarea que la revolución nos asignaba. Todos aceptamos. Éramos un grupo de 8 jóvenes. De ellos siete viajamos a la URSS y uno a Alemania. A Moscú, para estudiar en la Universidad ”Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba” viajamos : Carlos Abrego, Victoria Cortez, Fernando Flores, Manuel García, Jorge Palacios, Vladimir Acosta (hijo de Daniel Castaneda, en ese entonces Secretario General del PCS.) Américo Araujo y para Alemania a estudiar economía un compañero que creo todavía trabaja en la Alcaldía de Santa Tecla conocido como el “Chino Lone”.
Viajamos a la URSS en la segunda quincena de agosto vía México. Aunque era uno de los menores en edad me nombraron el responsable del grupo y al llegar a la Ciudad de México me correspondió ir a buscar al compañero Miguel Ángel Vásquez que trabajaba en la Librería “Fondo de Cultura Popular” que estaba situada a un costado del Parque “Alameda Central” cerca de las Estaciones de Metro Hidalgo, Juárez y Bellas Artes, en el centro histórico del Distrito Federal. A Miguel le entregamos nuestros pasaportes para el visado soviético y el los devolvió junto con los pasajes aéreos. Por cierto, Miguel Ángel Vásquez, murió solitario, a la edad cercana a los 90 años, en su apartamento de Distrito Federal. Su cadáver fue encontrado varios días después de fallecido cuando sus vecinos avisaron a la Policía.

Aquel año de 1962, en octubre, dos meses después de haber llegado a Moscú, estalló la “Crisis de Octubre”, el mundo estuvo al borde de la guerra nuclear y cientos de estudiantes latinoamericanos y yo, entre ellos, nos dirigimos a la Embajada de Cuba en Moscú para inscribirnos como voluntarios para ir a defender la revolución de los Barbudos que 3 años atrás habían despertado toda nuestra admiración. La Revolución Cubana es la principal cómplice de mi involucramiento en el proceso revolucionario y social salvadoreño. La Revolución Cubana me impacto de tal manera que enrumbo mi vida, trazó la ruta de mi vida. Por ella he transitado, sin variarla, durante los últimos 50 años y hoy, casi al final de ella ya no existe ninguna posibilidad de variarla. Me siento totalmente satisfecho.

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