Mateo 11:25-30 En Evangelio muy escondido

EN EVANGELIO MUY ESCONDIDO.

En estas ltimas semanas hemos sido testigos del debate que se produjo en Espaa con relacin al tema de la aprobacin de la modificacin de la ley de matrimonios, que ahora permite ese contrato entre personas del mismo sexo. En medio de ese debate, hemos tratado de escuchar la voz del evangelio. Si duda era difcil encontrar esa voz en aquella manifestacin de apoyo a un concepto limitado de familia que exclua la pluralidad de modelos vigentes en la realidad cotidiana. Realidad que no necesitaba de esa ley para existir sino que, como siempre, las leyes actan sobre la realidad, nunca la crean.

En ese contexto el discurso del Presidente del Gobierno Espaol ha estado. En primer lugar y para sorpresa de muchos y muchas, es un acto en cumplimiento de promesas electorales. Cosa extraa hoy en da. Seguramente esta aprobacin hecha por Espaa no ser el ltimo pas en hacerlo. La dinmica de la historia nos hace esperar que habr en el futuro prximos otra serie de pases que lo irn incorporando en su legislacin. El gobierno espaol fundamenta ente acto en dos derechos: derecho a la libertad y derecho a la igualdad. Realmente en ello veo la voz proftica del evangelio.

La breve modificacin abre una inmensa dimensin de respeto y dignidad. Un pequeo cambio en la letra para un gran cambio en el espritu. Libertad e igualdad para miles de ciudadanos y ciudadanas, de hermanos y hermanas. Esta legislacin, segn Zapatero, no afecta a gentes remotas y extraas. Estamos ampliando las oportunidades de felicidad para nuestros vecinos y vecinas, para nuestros compaeros y compaeras de trabajo, para nuestros amigos y amigas y para nuestros familiares. Esta ley no afecta solamente a personas que estn fuera de las iglesias o a personas que hemos excluido de la iglesias. Esta libertad e igualdad tambin tiene que ver con hermanos y hermanas dentro de nuestra comunidad de fe y dentro de nuestro grupo familiar. Es por eso que la familia nos importa, porque queremos una familia en la cual todos y todas tengan su espacio de libertad y de igualdad. Estos es el evangelio, an cuando Zapatero no lo sepa. Esta pequea modificacin construye una sociedad ms decente porque ya no humilla ni excluye a nadie. Espero que el ejemplo dado por la sociedad civil tambin pueda hacerse carne en la misma comunidad cristiana.

En su discurso ante las Cmaras Legislativas, Zapatero afirma dar una respuesta a personas que durante aos han sido humilladas y cuyos derechos han sido ignorados, personas sobre las que hemos impuesto yugos muy pesados. Personas que estn abrumadas y agobiadas por nuestras exclusiones e imposiciones legales. Estas personas cuya dignidad ha sido ofendida, su identidad negada y su libertad reprimida hoy escucha en los labios de Jess y de aquellos y aquellas que pretendemos ser fieles a su tradicin: Acercaos a m todos los que estis rendidos y abrumados, que yo os dar respiro. Cargad con mi yugo y aprended de m, que soy sencillo y humilde: encontrareis vuestro respiro, pues mi yugo es llevadero y mi carga ligera. Esa es la proclamacin de hoy, ese es el gran cartel que la comunidad cristiana levanta en todas las marchas y contramarchas. Acrquense a nosotros y nosotras todos aquellos y aquellas que han sido excluidas y tienen tantas sospechas con relacin a nuestras actitudes. Vengan todos y todas aquellas personas que estn abrumadas por nuestras infidelidades al evangelio inclusivo de Cristo. Que todos los grupos vulnerables al vih y al sida compartan con nosotros el yugo llevadero de la liberacin y de la inclusin.

Segn el Presidente del Gobierno de Espaa, esta no es un logro de una minora sino un triunfo de todos y todas porque es el triunfo de la libertad y de la igualdad a la cual nos llama el evangelio y que en cuanto Congreso Internacional de SIDA aquellos y aquellas que formamos parte de las comunidades cristianas repetimos y tratamos de vivir. Esta aprobacin de una pequea modificacin a una ley nos hace mejores a todos y a todas, tiene que ver con una sociedad ms igualitaria y que esperamos ayude a construir una comunidad cristiana ms igualitaria e inclusiva.

Esta legislacin no puede ser considerada como un ataque a la institucin matrimonial porque justamente aquello que demandan este derecho es porque quieren ordenar sus vidas con arreglo a las normas y exigencias del matrimonio y de la familia afirmo el Presidente del Gobierno espaol. Nunca esta legislacin puede producir un mal sino que muy por el contrario ahorrar sufrimientos intiles de seres humanos, que son nuestros vecinos y vecinas, nuestros hermanos y hermanas. Eso es evanglico.

Estoy tan sorprendido por el profundo contenido evanglico del mensaje del Presidente del Gobierno espaol a las Cortes que no puedo evitar la tentacin de citarlo textualmente una vez ms: Con la aprobacin de este Proyecto de Ley nuestro pas da un paso ms en el camino de libertad y tolerancia que inici en la Transicin democrtica. Nuestros hijos nos miraran con incredulidad si les relatamos que no hace tanto tiempo sus madres tenan menos derechos que sus padres y si les contamos que las personas deban seguir unidas en matrimonio, an por encima de su voluntad, cuando ya no eran capaces de convivir. Hoy podemos ofrecerles una hermosa leccin: cada derecho conquistado, cada libertad alcanzada ha sido el fruto del esfuerzo y del sacrificio de muchas personas que hoy debemos reconocer y enorgullecernos de ello. Hoy demostramos con esta Ley que las sociedades pueden hacerse mejores a s mismas y que pueden ensanchar las fronteras de la tolerancia y hacer retroceder el espacio de la humillacin y la infelicidad..

Este mensaje poltico, que nace de las entraas de la sociedad civil, es la mejor introduccin al texto evanglico del da de hoy. Nuestras comunidades cristianas al igual que aquellos religiosos del tiempo de Jess han impuesto sobre las conciencias de hermanos y hermanas una increbles serie de rituales, leyes, decretos, normas y estatutos. Con estas imposiciones y condicionamientos gran parte de la humanidad queda excluida de la comunidad cristiana. Aquello que tena que ser para todos y todas finalmente lo hemos reducido a un pequeo grupo de iniciados y puros. Los mandamientos han vuelto a ocupar el centro de la escena desplazando al evangelio. Muchos personas creen que ser cristianos es no fumar, no beber, no bailar, no ver televisin, no ir al cine, no contaminarse con aquello que llaman mundo. Todo se mide por los centmetros de una pollera o de un escote o de un pantaln demasiado corto.

La lectura fundamentalista de la Ley, es decir, la salvacin viene por el cumplimiento de reglas y mandamientos y no por el amor a una persona y su utopa est dividiendo nuevamente las aguas en las comunidades cristianas. Le comprensin legalista del proyecto de Dios se ha instalado en el corazn de muchas iglesias desplazando a la lectura proftica que nos ensea Jesucristo.

El mensaje de Jess era ms simple pero ms comprometedor. No era cuestin del cuerpo, era cuestin de la persona y de toda la persona. El corazn es el centro de sencillo y humilde de la tica de Jess. Esa sencillez desafi y desafa an la complejidad de los sistemas religiosos y teolgicos que con un vocabulario complicado quieren quitarle al evangelio su fuerza revolucionaria. Es la prudencia que le tema a la locura del evangelio.

Jess simplific ese sistema en un solo mandamiento: Amar a los dems tal como YO los he amado. Suficientemente fcil, profundamente comprometedor. Basta con amar con la simplicidad y humildad de Jess. Esa humildad eclipsa la soberbia de los que se sienten dueos de la verdad. Dios siempre se da a conocer en una historia de liberacin. La historia de liberacin de los seres humanos se hace historia sagrada y de salvacin. No existen dos historias, una sagrada y otra secular. Existe una sola historia para los que saben leerla con ojos profticos. All donde hay liberacin e inclusin de los marginados y explotados, all est Dios. All donde hay amor, all est Dios. Es por ello que no toda marcha, no toda manifestacin es signo de la presencia de Dios. Aquellas que promueven la integracin y la ampliacin de derechos para los excluidos all est Dios.

Nuestra relacin con Dios siempre se fundamenta en la historia de liberacin que se hace historia de salvacin. Los profetas lo anuncian una y otra vez, los santos y santas lo vivieron a la largo de los tiempos. La experiencia de la accin liberadora de Dios en la nica historia de los seres humanos es el centro de nuestra memoria, fuente de nuestra accin contempornea y objetivo de un futuro siempre ms justo y solidario. Es imposible relacionarnos con Dios si nos ponemos en prctica la justicia y el derecho con nuestro prjimo.

El proyecto de Jess tiene sus exigencias, su yugo no es insoportable ni excluyente que esclavice a los seres humanos al cumplimiento de reglas y normas imposibles de cumplir para muchos y muchas. Dios no es un tirano que pretende que estemos pendientes de l, centrados en frecuentar el templo y ofrecer sacrificios. Dios dirige nuestras miradas y nuestras acciones hacia nuestros vecinos y vecinas, hacia nuestros hermanos y hermanas, tratando de discernir y evitar toda accin que pueda reproducir esclavitud, opresin y marginacin. Esa es la esencia del evangelio, ese es el amor al prjimo.

Dios no es un tirano que est atento a castigar sin piedad las equivocaciones ms insignificantes o celoso de la felicidad de sus criaturas. Dios no se irrita por aquellas cosas que nos dan alegra. No es como el refrn que dice que todo lo que nos agrada es pecado o engorda. Dios espera de nosotros, tal como lo muestran los profetas y Jesucristo mismo, que abramos las prisiones, todas las prisiones, derribemos los muros de separacin, todos los muros de separacin y que aquellos y aquellas que estaban lejos se sientan prjimos amados por Dios y por su pueblo.

Esta es la fuerza revolucionaria del Evangelio de hoy: anunciarle a todos los grupos vulnerables por el sida y por toda exclusin y estigmatizacin: Acrquense a mi todos aquellos y aquellas que estn cansados y abrumados por la exclusin y la marginacin que yo les dar respiro, organcense como modelo alternativo y sean signos de mi historia. Sean una comunidad comprometida en vivir la alternativa evanglica que pueda mostrar visiblemente que otro mundo y otra iglesia es posible.

Para la revisin de vida

Dice Jess: “vengan a m todos los que estn cansados y agobiados, y yo les aliviar”. Cules son nuestros cansancios en estas dos dcadas trabajando en el contexto de la epidemia del vih y del sida? Qu los causa: el trabajo por el Reino alternativo o la magnitud de los intereses que debemos enfrentar? Dnde y cmo buscamos alivio a nuestro cansancio?

Para la reunin de grupo

El Padre ha revelado las cosas del Reino a la gente sencilla, a los pobres Jess no est hablando quiz de ningn milagro, de ninguna revelacin positiva, sino de un hecho fcilmente comprobable: dada la naturaleza del Reino de Dios, slo lo ven con claridad (slo entienden estas cosas’) los sencillos, los que tienen corazn de pobre, los que no dejan que el egosmo les sofoque la transparencia de su mirada

Para la oracin de los fieles

Por la Iglesia , para que sume su esfuerzo al de tantos hombres y mujeres de buena voluntad que luchan por conseguir la esperanza, la alegra, la paz y el gozo de quienes se saben en manos de Dios padre. Oremos.

Por todos aquellos y aquellas que viven su fe como una obligacin que cumplir, para que se encuentren con el Jess vivo que libera de toda atadura y agobio, incluso de los de la ley. Oremos.

Por todo aquellos y aquellas que no tienen paz en sus vidas, en sus relaciones con los dems, en su relacin con Dios; para que encuentren la paz que Jess trae para todos y todas. Oremos.

Por todos los gobernantes, para que sus palabras y promesas de servicio a la comunidad y al bien comn se traduzcan en hechos reales. Oremos.

Por las personas que viven con vih y con sida, los sencillos, los pequeos para que tengan parte esencial en la construccin del nuevo mundo, justo y fraterno, que todos anhelamos. Oremos.

Por todos nosotros y nosotras, para que encontremos en Jess la paz y la alegra que l nos trae de parte del Padre, y que nos libera de nuestras fatigas. Oremos.

Oracin comunitaria

Te bendecimos, Padre, Seor de cielo y tierra, porque has escondido grandes cosas a los sabios y prudentes’, y se las has revelado a los sencillos. Te pedimos que tambin a nosotros y nosotras nos des un corazn de pobre, un amor a la Causa de los excluidos, y el desprendimiento necesario para no dejarnos atar por los intereses egostas, de forma que siempre sepamos captar el sentido de la historia que revelas a los sencillos.

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