MIGUEL MÁRMOL: CIENTO DOS AÑOS EN LA HISTORIA REVOLUCIONARIA –
Una luciérnaga contra el oscurantismo
(Tomado del art, publicado en el Co-latino Sabado, 23 de julio, 2005)
Este 4 de julio de 2007 0se cumple 102 años del nacimiento en Ilopango, de Miguel Mármol. Después de superar las pruebas de mayor gravedad como el fusilamiento, se convirtió en un revolucionario comunista ejemplar que con su actividad creadora enriqueció la experiencia de la revolución, y marcó con claridad a la izquierda, como el verdadero sujeto histórico de la lucha del pueblo salvadoreño.
La trayectoria de Miguelito Mármol, como le decíamos sus compañeros, es admirable y aleccionadora por su actividad participativa en las propias vertientes sociales, donde se producía la historia político-revolucionaria del pueblo, y por su calidad ética y moral que siempre sustentó ante los principios que guiaron su vida de luchador social.
Con su prodigiosa memoria contribuyó a la elaboración teórica de la trayectoria popular que sirve de divisa, inspiración y orgullo al pueblo salvadoreño. El desempeño social y revolucionario de Miguel Mármol, dieron grandes aportes las tradiciones democráticas que configuran la tendencia nacional-popular de la rebeldía salvadoreña, impulsada por las organizaciones revolucionarias en sucesivas etapas del proceso de lucha, y de la cual, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, es fiel e inclaudicable representante.
Miguel Mármol vivió una riquísima vida en materia de actividad social, siendo un salvadoreño de legítima extracción popular, con grandes esfuerzos y preclaras intuiciones personales logró cultivar importantes aspectos del conocimiento.
Las relaciones con la naciente clase obrera nacional, de tipo artesanal en un inicio agrupada en talleres de zapatería, panadería, etc. fueron escuela vital para su espíritu de joven inquieto que deseaba servir a su clase y a su pueblo.
Así lo encontró la historia de las primeras décadas del siglo XIX, a los 17 años, arengando a grupos de trabajadores de Ilopango, San Martín, Soyapango, San Salvador y otros municipios, como propagandista de la revolución y organizador de grupos de trabajadores a quienes orientó a fin de que crearan organizaciones proletarias para que fueran el instrumento que les serviría para defender sus derechos ante las patronales explotadoras del trabajo ajeno. Apenas tenía conocimientos muy rudimentarios y escasos acerca de la lucha revolucionaria en aquellos años, pero era uno de sus mayores impulsadores.
En aquel ambiente el joven Miguel Mármol formó parte de clubes de artesanos que le permitían hacer contacto con los trabajadores que era su objetivo principal, a fin hablarles de que sólo con los cambios revolucionarios operados por los propios trabajadores podían los pueblos conquistar su liberación y les ponía de ejemplo las revoluciones mexicana, rusa y luego la lucha ejemplar del General Sandino, combatiendo en las selvas nicaragüense contra los marines invasores de Estados Unidos.
La actividad organizadora y participativa de Miguel Mármol en los acontecimientos laborales ya en los años 1925, era importante. A los 24 años viajó a la recién fundada Unión Soviética que apenas practicaba sus primeros planes quincenales, y Vladimir Ilich Lenin, su creador, había sido asesinado pocos años atrás, en 1924.
Para entonces, Mármol había conocido al dirigente histórico de los revolucionarios salvadoreños, Agustín Farabundo Martí, quien a pesar de provenir de una familia acomodada, acogió como suya la causa del pueblo por liberarse de la opresión de los ricos terratenientes.
Los acontecimientos de 1932, debidos a la crisis estructural del sistema capitalista, (1929/1934) repercutieron en El Salvador, porque el país dependía de la venta de café en el exterior. En primer lugar vendía en Estados Unidos que una década antes sustituyó al imperialismo inglés en el ejercicio de la hegemonía política en la región centroamericana.
Las demandas del pueblo salvadoreño que exigía trabajo y tierra para sembrar, fueron reprimidas por el general Maximiliano Hernández Martínez que había asaltado el gobierno, el 2 de diciembre de 1931. De ese modo a los 27 años de edad, Miguel Mármol, se vio una noche ante el paredón de fusilamiento en el cantón El Matasano de Soyapango. De allí logró salir herido de entre sus compañeros muertos. Después de su odisea con que regresó a la vida, se repuso y tomó las medidas necesarias para su seguridad. En vez de acobardarse, Miguel Mármol, retomó sus actividades de organizador revolucionario. A partir de aquel 1932, cuando fueran fusilados, Farabundo Martí, Alfonso Luna y Mario Zapata; y ahorcados Feliciano Ama, Francisco Sánchez y 30 mil compatriotas más fueron asesinados. Los pocos comunistas que sobrevivieron a la masacre de los militares y terratenientes, con mucha actividad y mayor inteligencia reorganizaron los grupos dirigentes y continuaron llevando el mensaje de liberación al pueblo a través de la clase trabajadora.
La tenacidad de Miguel Mármol en lucha revolucionaria del pueblo salvadoreño contribuyó de manera importantísima a enriquecer la historia del movimiento revolucionario y al mismo tiempo, aportó a la memoria histórica su labor y vida de un comunista ejemplar, fiel a los principios del Marxismo- Leninismo, y sobre todo, leal a la causa liberadora del pueblo salvadoreño.
Jamás, se la pasó por la cabeza, a Miguel Mármol, exigir un empleo de diputado, alcalde o concejal, en nombre del pueblo.
¡Gloria infinita a la memoria de Miguel Mármol!