SANTIAGO, 17 nov (IPS) – Activistas chilenos se disponen a poner el grito en el cielo para que el gobierno de la socialista Michelle Bachelet deje de enviar militares a la estadounidense Escuela de las Américas, famosa por impartir técnicas de torturas entre otros conocimientos especializados.
Unas 40 organizaciones de la sociedad civil pedirán a la presidenta Bachelet que ponga fin al envío de militares al Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica de Estados Unidos, ex Escuela de las Américas, que este año ha capacitado a un centenar de uniformados de este país.
“A lo largo de sus cincuenta y nueve años (sic), la Escuela de las Américas ha entrenado a más de 61.000 soldados latinoamericanos (más de tres mil de ellos son chilenos), en cursos tales como técnicas de combate, tácticas de comando, inteligencia militar y técnicas de tortura. La experticia adquirida por estos graduados ha dejado un rastro de sangre y sufrimientos imborrables en sus propios países”.
El anterior es uno de los párrafos de la carta abierta dirigida a la presidenta por 37 organizaciones sociales y un centenar de ciudadanos, exigiendo que se prohíba el envío militares al Instituto, cuyas siglas en inglés son Whinsec.
El Instituto reemplazó en 2001 a la cuestionada Escuela de las Américas, establecida inicialmente en Panamá en 1946 bajo otro nombre y trasladada luego al sureño estado estadounidense de Georgia, en 1984.
El Instituto funciona en el mismo lugar que la Escuela, Fort Benning, y con los mismos instructores y técnicas aplicadas por las sangrientas dictaduras latinoamericanas de los años 70 y 80, afirman los activistas.
“Cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados y desaparecidos por oficiales entrenados en dicha academia militar”, continúa la misiva, que entregarán el lunes 20 a la mandataria.
Entre los firmantes están Amnistía Internacional Chile (AI), la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y el Comité de Refugiados Políticos Peruanos, además de un centenar de ciudadanos chilenos y extranjeros, entre los que destaca el lingüista e intelectual estadounidense Noam Chomsky.
El interés de los activistas se reactivó con la visita realizada en agosto de este año por una delegación del no gubernamental Observatorio de la Escuela de las Américas de Estados Unidos (SOAW, por sus siglas en inglés), liderada por su fundador, el sacerdote católico Roy Bourgeois.
Miembros del SOAW se reunieron con la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, quien se comprometió a “sugerir”, pero no “imponer” al ejército que cancelara el envío de efectivos a la polémica academia militar.
El Observatorio asegura haber convencido ya a los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina de no seguir remitiendo a oficiales, suboficiales y soldados a Fort Benning.
El lunes 13, se inició en la capital de Chile una campaña de información y denuncia contra la Escuela, con la exhibición del filme “Secreto a voces”, un debate entre los que apoyan y rechazan la existencia de ese centro de entrenamiento, con entrevistas a Chomsky y el escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Este sábado se efectuará una caminata de repudio por las calles de la capital, que concluirá con un acto político cultural en Londres 38, sede de un ex centro de tortura de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
El asunto también se tratará en el II Foro Social de Chile, que se llevará a cabo el 25 y 26 de noviembre, en el panel “Por el fin de la Escuela de las Américas: cierre de la escuela de torturadores”.
“Hace dos o tres décadas que AI y otras organizaciones como SOAW vigilan a la Escuela de las Américas y hay evidencias de que un importante número de militares que pasaron por esa institución están implicados en graves violaciones a los derechos humanos”, dijo a IPS el director ejecutivo del capítulo chileno de Amnistía, Sergio Laurenti.
Chile no escapa. Entre sus graduados figura Manuel Contreras, director entre 1974 y 1977 de la represiva Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) y condenado por el asesinato en Estados Unidos del ex canciller chileno Orlando Letelier, y Humberto Gordon, fallecido ex director de la Central Nacional de Inteligencia, sucesora de la DINA.
En la lista de ex alumnos también sobresalen los mayores retirados Alvaro Corbalán Castilla, condenado por varios crímenes de derechos humanos, y Carlos Herrena Jiménez, autor material del asesinato del dirigente sindical Tucapel Jiménez en 1982.
Inclusive el actual comandante en jefe del ejército, Oscar Izurieta Ferrer, nombrado por el ex presidente Ricardo Lagos (2000-2006), se formó en Fort Benning.
“Hay una correlación entre la Escuela de las Américas y militares implicados en golpes de Estado, violaciones sistemáticas a los derechos humanos, torturas, posiciones claves en gobiernos dictatoriales”, añadió Laurenti.
El director de Amnistía Chile aclaró que no todas las personas que recibieron instrucción en ese centro de adiestramiento tienen automáticamente un “interés golpista”, ya que “depende de la moral de cada individuo”, pero hay evidencias de la conexión.
Además, sostiene que la presencia de entrenadores y asesores estadounidenses en conflictos armados de todo el mundo no es casual.“La cooperación militar es funcional a los intereses políticos de Estados Unidos”, afirmó Laurenti.
Pese a que la campaña ha tenido una importante adhesión y difusión en Chile, las organizaciones no se atreven a asegurar que la respuesta de Bachelet sea positiva.
Mientras el secretario de la Comisión Ética contra la Tortura, Patricio Quevedo, cree que la mandataria se sensibilizará, dado que ella y su familia fueron víctimas de la dictadura de Pinochet, Laurenti se muestra más escéptico.
“Chile ha sido muy cauteloso en la relación con Estados Unidos, y si consideramos como antecedente la larga demora que ha sufrido la ratificación del tribunal (Corte) Penal Internacional (por las presiones de Washington), es altamente improbable que se tomen medidas efectivas contra la Escuela de las Américas”, indicó el director de AI Chile.
Las movilizaciones continuarán a cargo de un capítulo nacional del SOAW hasta conseguir que el gobierno suspenda el envío de personal militar a Fort Benning.
“La ciudadanía en general no sabe que Chile sigue mandando a un centenar de miembros del ejército y de Carabineros (policía uniformada) a la Escuela de las Américas”, dijo a IPS Quevedo.
Laurenti apuntó la necesidad de generar conciencia de que la postura que se tome en torno a la Escuela de las Américas está relacionada con el tipo de sociedad de y democracia que se pretende construir.(FIN/2006)