SAN SALVADOR; 25 de septiembre de 2006 (SIEP) “Con mucha tristeza, con mucho dolor, con mucha indignación denunciamos ante el mundo el asesinato de un sacerdote comprometido con su pueblo, de Antonio Romero” expresó el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.
El sacerdote Antonio Romero, de 39 años, fue asesinado esta madrugada en la población occidental de Acajutla, por escuadrones de la muerte. Durante la década de los setenta fueron asesinados 12 sacerdotes incluyendo al Obispo Monseñor Romero, el 24 de marzo de 1980.
“Antonio fue un sacerdote de la Iglesia católica profundamente comprometido con las luchas del pueblo salvadoreño por la paz y la justicia, una persona de una fe sólida, una completa confianza en este pueblo salvadoreño…” agregó.
“Antonio por sus posiciones progresistas había sido removido de la catedral de Sonsonate y había sido trasladado hacia Santa Catarina Masahuat donde ejercía como párroco y desde donde promovió la organización y la lucha popular…”
Subrayó que “estamos claros que este asesinato marca el inicio de la persecución contra la iglesia popular salvadoreña. Antonio es un mártir de esta nueva etapa abierta con los Acuerdos de Paz de 1992 que esta concluyendo.”
“Es un asesinato que responde a las amenazas vertidas el pasado jueves por diputados de ARENA en la Asamblea Legislativa, cuando se aprobó la Ley Antiterrorista. Están cerrando con broche de oro fascista el 25 aniversario de creación del partido ARENA.”
“Sabemos que Antonio se encuentra ya en presencia de nuestro Padre celestial informando sobre las luchas de este pueblo salvadoreño. Sabemos que desde la eternidad Antonio nos seguirá acompañando. Su sonrisa victoriosa ha perdonado y vencido ya a los que lo asesinaron.”
“Como Iglesia Luterana Popular manifestamos nuestras condolencias a la Iglesia católica por la perdida de este sacerdote, siervo de nuestro Señor Jesucristo, discípulo de Monseñor Romero, y a ti Antonio te decimos, que no van a amedrentarnos, que tu sangre será semilla de libertad y tu testimonio de vida ejemplo para nuestro heroico pueblo. ¡Antonio Romero, presente. Ahora, y siempre!