SAN SALVADOR, 30 de agosto de 2006 (SIEP) “De joven era muy cinero y me impactaron profundamente dos películas que exhibieron en Santa Ana de Emiliano Zapata. Me convertí en zapatista…” expresó Víctor Gregorio Rivera, de 70 años de edad, veterano militante revolucionario salvadoreño.
“Nací en 1936 en la ciudad de Texistepeque. Soy de origen campesino. Hijo de Eulalio Gómez y Salvadora Rivera. La mamá de mi papá, Nicolasa Gómez, era una india refajada del Quiché, Guatemala. En 1955, me integre a trabajar a una fábrica de ladrillos en Santa Ana.”
A esta fábrica empezaron a visitarnos inspectores del Ministerio de Trabajo que nos explicaban proyectos de seguridad social, sobre riesgos profesionales y también nos exhortaban para que nos afiliáramos al Sindicato de la Industria de la Construcción.”
“También llegaban seguido a darnos charlas dirigentes del Sindicato bajo la sombrilla de los inspectores del Ministerio de Trabajo. En ese momento las charlas que me daban, sinceramente no me gustaban, me caían mal, pensaba que llegaban a quitarnos el tiempo. Yo venía del campo, hijo de agricultores, con una mentalidad muy conservadora. Mi papá admiraba al general Martínez porque según él tenía la disciplina para gobernar, y argumentaba muchas cosas más.”
“Pero al fin de tanta insistencia de los sindicalistas poco a poco fui cambiando y les fui poniendo más atención a sus mensajes. Me ayudo que de joven era muy cinero y me impactaron profundamente dos películas que exhibieron en Santa Ana de Emiliano Zapata. Me convertí en zapatista…por la lucha por la conquista de la tierra y contra la injusticia social que cometían los feudalistas en México.”
“Supe también de Pancho Villa en el norte de México pero prefería a Zapata porque en su pensamiento era un socialista agrario, en la zona sur de México las cosas fueron diferentes, había más claridad en la lucha…Esto me fue calando, me iba cambiando. Recuerdo que el planteamiento de zapata era: tierra, trabajo y libertad.”
“Debo reconocer que tenía defectos. Era tomador. Todos los fines de semana me iba a chupar. Pero con el tiempo iba cambiando. Con los años poco a poco me fui disciplinando…Y es que tengo tradición. Nosotros teníamos sacaderas, hacíamos chaparro, se como hacer chaparro y yo era el puntero, el catador… Otros grandes defectos que tenía es que era enamorado y parrandero.”
“Una vez, al fin de tantas invitaciones, me acerque a una asamblea del Sindicato de la Construcciòn. Allí conocí a Julio Cesar Castro Belloso, y Hugo González, conocido en el medio de la construcción como Pajita. Los dos eran del Partido Comunista y llegaban a darnos charlas políticas y sindicales. El Oso (Castro Belloso) era un gran dirigente y profesor sindical. Llegaba también Alberto Quijano, que luego fue del Comité Central del PCS y que lamentablemente murió borracho en la calle, el alcohol lo dominó y lo destruyó como dirigente.”
Buscábamos irnos para la Sierra Maestra en Cuba
“Así fue como me empecé a acercar a las estructuras sindicales entre los años 57 y 60. Un hecho que me impactó profundamente fue el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959. En 1956 junto con Felipe “El Cuche” Zaldivar, nos fuimos para México, a buscar contactos en la Universidad de México con los cubanos del Movimiento 26 de Julio, decididos a irnos a incorporar como combatientes a la lucha en la Sierra Maestra.
“Nosotros seguíamos de cerca las noticias, oíamos a Radio Rebelde y llegaba la revista Bohemia. Estábamos bien enterados del proceso revolucionario cubano. Lamentablemente no encontramos los contactos quedándonos varados en la capital mexicana. Felipe y yo éramos unos jóvenes aventureros, queríamos ir a luchar a Cuba contra el dictador Batista pero no teníamos conciencia de lo que estábamos haciendo.”
“Para irnos a México Felipe me dijo: mirá yo tengo guardados unos quinientos pesos, y vos conseguite unos doscientos. Me acuerdo que nos juntamos una mañana en el Parque Central de Santa Ana y de allí tomamos una camioneta para la frontera…Con Felipe vivíamos cerca, una pared separaba los mesones en que vivíamos. La mujer de Felipe hacía y vendía batidos. Éramos de la misma edad y platicábamos mucho, él era muy inquieto.”
“Todo esto me fue llevando a tomar conciencia de la realidad. Me incorpore a la lucha contra la dictadura de José María Lemus. Del 56 al 59 fueron años de trabajo político, de convencimiento, dentro del Sindicato de la Construcciòn, que pertenecía al Comité de Unidad Sindical, CUS. Hubo dos compañeros que me talonearon, me buscaron para reclutarme para el PCS. Se llamaban Mariano Carranza que era ladrillero y Santos Medardo Villeda, que era albañil. En el año 1959 me dieron los estatutos del PCS para que los estudiara.”
“Empecé a reunirme con un grupo de partido, con los compañeros Mariano El Chino Carranza, Santos Villeda y Virgilio Guerra, que eran obreros de la construcción; Pedrito Yanez, que era motorista y dirigente del Sindicato del transporte, y Eduardo Camporeal, talabartero conocido como El Potro. Nos reuníamos en nuestras casas y cuando realizábamos reuniones ampliadas las hacíamos en una pequeña finca, de una compañera que vendía queso que quedaba en el cantón El Mora.”
“Las hacíamos a veces en la madrugada para evitar ser detectados por la Guardia Nacional. Eran reuniones clandestinas, secretas. Recuerdo que una vez que me invitaron por primera vez a participar en una ampliada del Comité departamental del PCS, como delegado escogido de las células, nos dijeron que iba a llegar a hablarnos el Hermano Pedro, la compañera que me lo manifestó era profesora de ANDES 21 de Junio, me imagine que era algún pastor evangélico, pero no.”
“Se trataba nada más y nada menos que de un señor alto, de barba negra recortada, medio pelón y con cachucha. Se trataba de Schafik Handal, acompañado por su motorista, Víctor Manuel Sánchez, conocido como “El Niño” que fue muy solidario conmigo , con mi esposa Dinora, y con mi hija Leyla, cuando fue capturado y desaparecido entre el 75 ye 76. Al Niño lo desaparecieron en 1977.”
“Un pequeño comentario popular: ambos él y Schafik eran buenos para el diente. Una vez que viajaban para la ciudad de Santa Ana, en El Congo compraron un racimo de guineos manzanos maduros y al llegar ya se lo habían terminado y en la reunión continuaron con un puño de mangos sazones. Recuerdos históricos que nunca se olvidan. Estos fueron Schafik y el recordado Niño.”
Me juramentaron al PC en un mesón en Santa Ana
“En 1960 estaba claro acerca del Partido Comunista. Pero esto me causaba un conflicto familiar ya que mi papá era martinista. Al final en 1962, el 23 de diciembre, a los 26 años entre al partido. Me juramentaron en un mesón en Santa Ana en una pieza que alquilaba Mariano “El Chino” Carranza.”
“Mi pseudónimo fue el de Emiliano Zapata y nunca me lo cambie. El, Mariano, todavía vive. Y mi familia también todavía vive en Santa Ana.
En la primera célula donde milite estaban Mariano Carranza, Santos Villeda, Daniel González (hermano de Hugo) Mario Rivera (zapatero) y yo, que era el nuevo.”
“Durante los años 60 tanto los presidentes Osorio como Lemus desataron la represión contra el movimiento sindical y de izquierda. Lemus rompió a la Confederación General de Trabajadores Salvadoreños, CGTS, creada en 1957 cuando formó la Confederación General de Sindicatos, CGS.”
“Empecé a venir a marchas y mítines a San Salvador. En mi militancia desde que ingrese al movimiento revolucionario comencé realizando taras muy importantes, tales como reparto de propaganda, concentraciones, marchas, mítines, y otras actividades que se realizaban a nivel sindical, del PRAM, del FUAR.”
“Me acuerdo que conocí a Leonel González, que era de la Juventud, de la Juventud Universitaria. Fui miembro de la Columna Obrera del Frente Unido de Acción Revolucionaria, FUAR, en Santa Ana. Y también de la Comisión Militar del PCS en Santa Ana. Llegue a ser el responsable de esta última.”
“Cuando ya era miembro del Partido Comunista, a mediados de 1960 comencé a recibir instrucción político militar de parte de los compañeros Remberto Carrillo, conocido como El Ronco y Rafael Canales, conocido como Maclovio.”
“La dirección del Partido había montado en San Salvador una Escuela Político-Militar, con el interés de preparar cuadros jóvenes, quedaba por la Colonia La Rabida. La conocíamos como “Bambú” o como “La Campiña.“Quijada, -que era del CC elegido en el V Congreso del PCS en 1964, en el que Cayetano quedo como secretario general-era del FUAR, me invitó para asistir.”
“Se trabajaba con el Plan 1-10, que significaba traer todos los fines de semana a 10 compañeros de Oriente, luego 10 de Occidente, 10 del Centro. Se entraba el sábado y se salía el domingo por la tarde si uno trabajaba, lo que estaban desocupados entraban el jueves y salían el sábado…”
“Schafik era el director. Fui seleccionado para participar en esta escuela, pero todavía no estaba muy convencido y comprometido y muchas veces fallé varias veces para asistir. Decía que iba a ir y no llegaba. Hasta me rogaban que fuera. Una vez me dije: voy a asistir porque es mucho lo que se esmeran en invitarme. Y fui donde mis amigos y les dije: hoy no voy ir a tomar porque tengo un compromiso. Y se sorprendieron y me dijeron: ¡no jodas!”
La vez que me salve de ser capturado
“Pero mantuve la decisión y tome rumbo para la escuela. Me fui a buscar a los otros compañeros donde habíamos quedado para venirnos a San Salvador. Al llegar al Parque Central ya no estaban. Me retrase por cinco minutos. Y no me esperaron porque ya antes los había dejado burlados. Y escuchó en el noticiero de Radio Reloj que cae la escuela.”
“Llegó la Guardia Nacional y la Policía Nacional. Y caen presos Schafik y otros. Informan que este grupo se estaba preparando para la lucha armada. Les dieron una gran penquiada y los mandaron para la penitenciaria, que quedaba donde esta hoy el Fondo Social para la Vivienda al costado occidental del Parque Bolívar.”“
“Fue un gran escándalo. Radio Reloj dio la noticia. Escuela prepara la lucha armada… Un gran desvergue. Me dije a mi mismo: ¡Dios me quiere! Cayó Maclovio preso. A todos los cachimbearon. Ya para ese tiempo el Partido tenía armas bonitas, y cayeron. Los sacaron de la cárcel a los tres días. Me acuerdo que Schafik al salir golpeó al policía que lo había capturado, y entonces lo querían guardar de nuevo.”
“Me acuerdo de Alberto Carrillo, que trabajaba en el Ministerio de Salud, y que fue del primer grupo que estuvo entrenando en Cuba, y de Maclovio, que murió ahorcado, se llamaba Rafael Canales, y lo mataron en la cárcel de Sonsonate, lo más seguro, conociéndolo, es que murió peleando, combatiendo…Otra versión dice que murió cubriendo la retirada de su mujer, Teresa Tule y sus hijos. Cuando sucedió esta tragedia él pertenecía a la Resistencia Nacional.”
“Me acuerdo que con El Ronco y Maclovio nos encargábamos de pasar gente, de entrar y de sacar gente. Mario Aguiñada, (Guillermo) que era de la comisión de relaciones internacionales del PCS, era el responsable. Pasábamos gente para Guatemala por puntos ciegos y traíamos a gente de Guatemala. Pasábamos a gente del Partido Guatemalteco del Trabajo y de las FAR. Éramos como guardafronteras. A Schafik lo pase dos veces, a Domingo Santacruz una vez.”
“Estábamos en la Comisión Militar Regional Maclovio, mi persona, Virgilio Guerra que era miembro del CC (V Congreso), Pedro Yánez directivo del Sindicato del Transporte, que era muy teórico; y Eduardo Camporeal (El Potro). Les dábamos enseñanza militar a los miembros de las células de base del Partido.”
“Hubo incluso un contingente de mujeres del Partido que querían ser guerrilleras: Ada, la compañera de vida de Alfredo Acosta, Neira, universitaria, Ana Celia, enfermera e Imelda Mazariego. Esta última todavía vive en Santa Ana y es pequeña comerciante. Todas estas compañeras fueron ejemplo en la lucha política, pero en lo militar no dieron el ancho.”
“Pero fueron muy valientes ante la represión de la dictadura militar. En esta época mi jefe político-militar era Ricardo Rivera, conocido como Vanzzeti. Para ese tiempo enviaron a Miguel Ángel Cea para que fortaleciera al movimiento sindical en Santa Ana, pero ya el alcohol lo tenía dominado.
“Tenía una mente muy receptiva. La memoria me ayudaba mucho porque nunca apuntaba nada, todo en la cabeza. No apuntaba pero cumplía. Grababa en mi mente lo que escuchaba. Captaba toda la escuela que fueron Carpio y Schafik, lo que decían. Iba acumulando conocimientos. Y empecé a tener posiciones, a expresar mis pensamientos, a no ser veleta que la lleva el viento, a analizar y sacar conclusiones, a reflexionar y eso lo he mantenido hasta ahora.”
“En los años del 50 al 70 hubo una efervescencia de organización obrera a nivel nacional. En Santa Ana los comunistas organizamos nuevos sindicatos como en IMACASA (donde se fabrican aperos de labranza, en INCALSA (fábrica de tejidos) en la industria del cemento, calzado, cuero (El Búfalo) y organizaciones como la Asociación de Campesinos de El Salvador, CES.
Schafik tuvo un motorista que era informante
“Por cierto, me acuerdo que Schafik tuvo un motorista, conocido como German, que era informante del Chele Medrano de la Guardia Nacional, y conocía las casas de algunos compañeros, incluyendo la mía, y una vez llegaron para capturarme pero por suerte yo entraba por una finca y logre detectar la emboscada y logre fugarme.”
“En 1965 visitó el presidente Lyndon Johnson el país. Organizamos una protesta contra la visita. Lo fuimos a esperar por el Reloj de Flores. El aeropuerto –acordate- era el de Ilopango. Y ahí estrenaron contra nosotros los gases lacrimógenos que habían recibido de los gringos. Y la Guardia Nacional estrenó los fusiles M1, nuevecitos. Pero compañeros del Sindicato de la Industria de la Construcción y estudiantes universitarios les hicimos frente y no lograron disolver la marcha, pero el enfrentamiento fue muy intenso.”
“En 1968 me trajeron de Santa Ana para dar seguridad a Salvador Cayetano Carpio y Melida Anaya Montes. Se estaba desarrollando la segunda huelga nacional de ANDES 21 de Junio. Se había instalado una tarima en el parque San José. Allí conocí a Venancio, a Mario López Alvarenga, gran dirigente magisterial, que luego durante la guerra encontré en el cerro de Guazapa y compartimos algunas reuniones.”
En 1970 para un 1ro. de mayo organizamos una marcha en Santa Ana. Participó Victoriano García, y Mario Rivera, y otros. Ellos hacían trabajo en el volcán de Santa Ana. Esa vez organizaron dos grupos para que vinieran, de la finca Buenos Aires y del Matazano. Y Mario con un megáfono le decía a la gente que hiciera filas y agarrara los carteles, pero la gente no le respondía.”
“Hasta que un señor se acercó y le dijo, se los ordeno. Mario accedió y el señor les gritó: todos a la calle, tres en uno. Hagan fila, y le hicieron caso. Y le explicó que eran sus soldaditos ya que él era el comandante cantonal. Suerte que la mayoría no sabía leer lo que decían los carteles. Esa experiencia fue muy valiosa y nos enseñó a tener tacto, a ser cuidadosos a conocer más a la gente. Es fue la primera experiencia como partido de organización agraria, campesina.”
“Éramos cinco los de Comisión Militar Regional del PCS. Estaba El Sonriente, que era de Metalìo, de nombre Carmelo Jordán, era estudiante universitario…recuerdo a Ricardo Rivera, de la Comisión Militar central. Su pseudónimo era Vanzetti. El viejo Vanzetti. Lo tomo de Sacco y Vanzetti. Cayo combatiendo en la zona sur oriente, en el Puente de Oro, cuando transportaba armamento para la ofensiva de enero de 1981, porque a partir de esta ofensiva general se constituirían o ingresaríamos a los frentes de guerra.”
“El había sido el que fundó y entrenó los primeros grupos armados en nuestra zona, la zona occidental. Militarmente hablando, nosotros tuvimos dos escuelas: la soviética y la cubana. La esposa de Ricardo, que vivía en la casa de Toni Handal, un taller llamado Euralas, Salarue al revés, fue capturado junto con él y desaparecidos ambos. Ella llevaba una niña que se la llevaron y después la fueron a dejar, la regresaron. Se llama Ana María”
Mi trabajo en los beneficios de café
“El 69 fue un año muy intenso. Ya estaba acompañado. Trabajaba en los beneficios de café, de jalar camiones. Trabaje en los beneficios Montealegre y Río Zarco de Santa Ana. Uno de mis tíos era caporal y esto me ayudaba. Era puntero (o sea catador). Para esa época corte café, desgrane café y también en la construcción, me precio de haber hecho el ladrillo de la Catedral de Santa Ana. El café valía en esa época y nos pagaban bien.”
En el movimiento sindical, después de la huelga de ANDES quedamos jodidos. Recibíamos una ayuda y nos la quitaron. Pero antes que se agotaron los fondos nos llamo Cayetano a una reunión en la FUSS. El local quedaba frente a la Clínica Concepción, en la Calle Concepción, y nos dijo: miren hijos, así nos decía siempre o compañeros, el dinero de la organización se esta terminando…Y Saúl explicó la situación del país.”
“Habían tres tareas estratégicas: Uno. La alianza obrero-campesina. Dos. Y con el campesino como ustedes saben no hay trabajo, y es una fuerza motriz de la revolución en nuestro país, y tres, los indicados para desempeñar esa tarea son ustedes porque los jóvenes son el baluarte de la revolución. Entonces, ¿quien quiere ir a cortar café? ¿Quien quiere ir a cortar caña? ¿Quien quiere ir a recoger algodón? Se crearon de esa reunión brigadas con dos tareas: a) protestar por la comida y b) exigir un salario justo.”
“Así fue como llegue a Sonsonate. A trabajar al Ingenio Tazulath. , de los Menéndez. Tuve al principio una experiencia jodida. Me fui a topar con una morenota que era una fiera cortando caña y yo no había cortado nada, solo un poquito. Ella lo notaba y me dijo: ¡puta! ¡Peinadito! ¡No le abunda! Usted es desgraciado para esto ¿por qué esta trabajando en esto? Le respondí: ¡por el hambre! Me vio que tenía toda ampollada la mano.”
“Me dijo que llegara en la noche a su casa. Fui y le vi que estaba afilando una guarizama. Y ella me ayudo a como decimos en el campo a “hacer las burras” hacer lo que no lograste hacer. Y me enseñó. Mirà, la caña se hace así y así y así, se corta así. Quería técnica. Vengase aquí a la casa y le van a dar comida me dijo. Y con el tiempo la reclute para el Partido.”
Con los días, y con ayuda del administrador, me pasaron a fogonero del ingenio. Pase de ganar 3 colones diarios a ganar 15. Y empecé a organizarlos. La primera bandera fue la de la alimentación. Protestamos por la comida. Allí fue que empezó a surgir la primera semilla de ATACES en Sonsonate.”
“Tenía ya un núcleo de 28 compañeros. Estaba aplicando las tesis vietnamitas: comer, dormir y trabajar junto con el campesinado. Allí estaba con ellos. Por el día trabajaba con ellos y por la noche les daba charlas de orientación política. Todo esto hizo que tanto Cayetano como Schafik le fueran prestando atención a mi trabajo. Viéndolo con respeto. Y fui escalonando. Me eligieron para el Comité departamental del PCS de Santa Ana.”
En el 69 estudie en la Unión Soviética
“En el 69 atravesé una crisis personal muy seria, mi mujer me había sido infiel y esto fue un duro golpe, aunque yo tuve la culpa porque por andar metido en la política la había abandonado, yo di lugar para que eso me pasara. Pero me sentía muy mal, andaba de capa caída.”
“Y en esta situación discuten en el Partido enviar a un grupo para capacitarse en la URSS. Y salgo de candidato. Schafik me apoya porque “me lo había ganado, además de la situación que tiene, el viaje le va ayudar…” Y tuve que hacer maletas…éramos cinco: El Venado (del ISSS), El Niño, Adán Chicas (Víctor), el hermano del Dr. Renan Rodas Lazo y mi persona.”
“La travesía comprendió viajar a Guatemala, luego México, República Dominicana, España, pasamos allí por cuestiones de vuelo, vagando por Madrid toda la Semana Santa, luego a Francia y estábamos aterrizando en Moscú…recuerdo que hacía un frío terrible. Estábamos en abril. Había otro grupo que también viajaba, eran campesinos.”
“Cuando llegamos nos trataron muy bien, nos dieron el mingo mingo, nos llegaban unas señoras a lavar, a cocinar, a limpiar los cuartos. Y después tuvimos que enfrentarnos con nuestra tradición machista de no saber hacer nada de la casa, de oficios domésticos. Unos estaban más jodidos que otros, pero a todos nos afectó. Al mes se zafaron las señoras y nos dejaron solos, y algunos hasta lloraban.”
“Le metimos fuerte al estudio, sacamos en un año un curso para cuatro años. Allá me puse Julián Grimao, en homenaje a un comunista español. Entrábamos a las 8 de la mañana a la escuela y salimos hasta en la tarde. Eran cinco clases diarias las que recibíamos. Vimos muchos temas: armas, topografía, explosivos, sanidad militar, inteligencia, etc.”
“Me acuerdo que una vez llego un coronel soviético de Ucrania, que había dirigido una fuerza guerrillera de 25, 000 hombres contra los nazis. Era un héroe soviético. Nos hablo sobre logística, jefatura, como se construye un Estado Mayor. Y allí estaba yo, escuchándolo atentamente aunque solo había llegado hasta el cuarto grado de primaria en mis estudios.
Entre Cayetano y Schafik
“Ese año del 69 nos llegó a visitar Cayetano, llevaba un gran legajo de papeles, documentos, comunicados, para justificar su posición política de enfrentamiento con Schafik. Nos habló de la posición derechista que se adoptó frente a la guerra con Honduras, de apoyar al ejército salvadoreño.”
“A las semanas se apareció Schafik con el mismo propósito. Explicar su posición y criticar las actitudes fraccionalistas de Cayetano. Se hizo acompañar de Carlos Marín (miembro del CC del V Congreso) de oficio sastre, un gran luchador. Por cierto debemos de ir a visitar a este Carlos, que se encuentra en un asilo para ancianos allá en la Cima. Su nombre creo es Carlos Cuchilla.”
“Fue una gran discusión que tuvimos en nuestra célula sobre este tema, los cinco que estudiábamos constituíamos una célula. Había diversas opiniones. Unos apoyaban a Carpio: alegaban que en el momento de la guerra el partido no oriento a la población y cayó en posiciones chovinistas “en defensa de la patria”. Y que por tres días se mantuvo esta posición oficial derechista. E incluso que Schafik era burgués y agente de la CIA.”
Otros alegaban que Carpio era un dogmático incurable, un viejo terco, que había sido seminarista y le había quedado actitudes de religioso. No logramos ponernos de acuerdo y ya estábamos por regresar al país. Al final resolvimos no apoyar a ninguno hasta que se resolviera esta situación. Y con esta posición regresamos. Al regresar, Cayetano me mandó a llamar. Y me pregunto: ¿y el camarada que piensa? le dije: estoy con Usted. ¿Y si yo me fuera se fuera conmigo? No le respondí.”
“Pero cuando Cayetano renunció del Partido a finales del 69 se llevó a José Dimas Alas, del Sindicato de Empleados de Comercio, y al Gato Trigueros, el hermano de Elsa Morales. Por todos eran siete. Y con esos siete Saúl creo una organización gigantesca. Y también Emilio (Schafik) me mando a llamar para preguntarme sobre mi decisión.”
“En ese momento Rafael Aguiñada y Milton (Alfredo Acosta) que eran de la Secretaría de Organización realizan la maniobra, porque fue una maniobra, de enviarme para Sonsonate con la tarea de organizar núcleos de campesinos y tomarnos haciendas. Te vamos a dar Sonsonate y la Zona Sur de Ahuachapan me dijeron para que organices el Partido y la autodefensa. Y esto me sacó de esta pugna entre Schafik y Cayetano.”
Trabajo político en Sonsonate
La primera toma de tierra la realizamos en La Hachadura, medimos 1,000 yardas desde el Puente Arce hasta Garita Palmera. Llegaron los de la Policía de Hacienda y me capturaron, me llevaron esposado al cuartel, y me dio tanta alegría cuando presencie como la gente agarrò valor y se fueron a rodear el cuartel. Los agentes se pusieron nerviosos.”
“Y para sacarme sin que la gente se diera cuenta me zamparon en un camión de hielo, que ya me estaba ahogando, hasta que lograron llevarme al cuartel central de la PH aquí en San Salvador. Fue la primera vez que caía preso de nueve veces que lograron capturarme. Me zamparon a un cajón con candado, subterráneo, solo para comer me sacaban. Era una cárcel clandestina. Claro, cuando llegaban a buscarme, a preguntar por mí, no me encontraban. Estaba bien guardado, pensé que me iban a matar.”
“Cuando salí de la cárcel, el Partido me paso a trabajar a la Comisión Rural. La dirigía Carlos Marín. Allí eche a andar la experiencia acumulada. En Cara Sucia, había una hacienda donde no pagaban el salario mínimo. Dimos la orientación de ir a poner queja a la Guardia Nacional sobre esta injusticia, sobre esta ilegalidad.”
“Pero los guardianes de la hacienda eran gente armada y no le hicieron caso a la Guardia Nacional. Los administradores eran militantes de la Organización Democrática Nacionalista, ORDEN. Nos fuimos a la huelga y nos tomamos el edificio administrativo de la hacienda. Éramos unas cinco mil gentes, decididas a todo.”
“Llegó la Guardia y el sargento al mando llegó a decirnos: aquí esta la Guardia protegiéndolos y no a los poderosos, sino a ustedes los humildes. Es que habíamos logrado agudizar las contradicciones entre la Guardia y la gente de ORDEN y esto nos favoreció.”
“Y los guardias les dijeron a los administradores: dialoguen, paguenle a los trabajadores o los llevamos presos, pero a ustedes. La posición de la GN inclinó la situación a nuestro favor. Y tuvieron que llegar a pagarle a la gente. Y allí estuvimos hasta que se le pagó al último trabajador. Fue una gran victoria popular.
“Y este sargento de la Guardia luego que habían pagado a los trabajadores nos buscó para decirnos: no sean pendejos, busquen local para reunirse. Y me buscó para conocerme y me dijo: lo felicito, por usted estos majes ya no van a andar llorando, a gente como usted la apoyamos, es solo a los comunistas a los que vamos a joder. El sargento ni se imaginaba con quien estaba hablando.”
“Me acuerdo de Julio Padilla, que se destacó en esta huelga por su valentía. Para organizar a estos trabajadores hasta aprendí a jugar chivo, a manejar los dados. Jugábamos hasta la madrugada y cuando terminaba el juego empezábamos la reunión sindical. También Héctor Padilla, hermano de Julio, se destacaba. Estas son experiencias de lucha de masas en América Latina.”
“Allí alquilamos un local en Cara Sucia y empezó a funcionar ATACES, la Asociación de Trabajadores Agrarios y Campesinos de El Salvador. Yo era el secretario general. Luego unimos pedazos de varios trabajos rurales en distintos sitios. Raúl Vargas, el Bache Campesino era nuestro asesor. Alberto “Piluya” Jiménez nos hizo los estatutos.”
“La Asamblea de Constitución de ATACES la hicimos en 1973 en el Teatro de Cámara. Vinieron campesinos de Suchitoto vinculados al sacerdote Inocencio Alas. Su hermano Higinio Alas. Un cura francés de nombre Eduardo, que venía de Cojutepeque. Otro cura de nombre Gregorio que vino con campesinos de Chalatenango.”
“También gente que trajo el cura Rutilio Sánchez. Con estos curas luego emprendimos la lucha contra los desalojos campesinos provocados por la construcción de la presa del Cerròn Grande. Y también estaba nuestra gente del sur de Ahuachapan. Y nos acompañó todo el movimiento sindical. La FUSS, la FESTIAVTCES, FENASTRAS. Incluso llegaron representantes de la Unión Comunal Salvadoreña, UCS. “
“Chencho Alas nos invitó a la Escuela Campesina en Suchitoto. Y los de la FUNPROCOOP nos invitaron a su escuela en Nueva Concepción, en Sacacoyo. Allí conocí a Facundo Guardado, que se estaba preparando, era el niño bonito de los curas y yo era el patito feo, el comunista. Armábamos buenos debates sobre estrategia y líneas políticas.”
“Elegimos en la Asamblea de Constitución de ATACES un Comité Ejecutivo integrado por Victoriano García, Braulio Carranza, de Zacatecoluca; Ordóñez de Chalchuapa, y yo como secretario general. El local era en la Federación Unitaria Sindical Salvadoreña, en la FUSS, en la 6-30 como le decíamos por el número de la casa en la Avenida Cuscatlan.”
“Logramos organizar como ATACES toda la cordillera de la costa en Sonsonate. Puro proletariado agrícola. Pero por el lado de Santo Domingo de Guzmán no pudimos organizar porque la población indígena todavía estaba marcada por el 32 y era muy reacia, muy temerosa. Definimos tres líneas programáticas: luchar por la tierra, por la Reforma Agraria; por la reducción del límite de tenencia de tierra a 100 hectáreas; y la lucha por el salario mínimo de 2 colones.”
“El dólar costaba dos colones con cincuenta centavos. O sea luchábamos por 0.80 centavos de dólar ya que lo que pagaban era 1.25 de colón para corta de café y algodón. Y por la construcción del sujeto histórico que se manifestaba como la alianza obrero-campesina que era la fuerza motriz de la revolución.”
“Hicimos huelgas a lo largo de la costa. En la playa de San Marcelino logramos que muchas parcelas quedaran en manos de compañeros porque luchábamos por salarios justos y vivienda digna. Hicimos una huelga en la Finca California, propiedad de la familia Palomo. Fue una huelga perra. Habían militarizado la hacienda. Yo entraba por el mar para asesorar a los compañeros. La Guardia Nacional nos esperaba a la entrada de la hacienda para capturarnos.”
“Me acuerdo que en 1970 gane un juicio laboral en Metalìo, en la Concretera Salvadoreña. DAubuison para ese entonces era teniente de la Guardia Nacional. La patronal alegando falta de mercado para su producto les dio “vacaciones” a los trabajadores y luego alego en los tribunales que se habían ausentado de las labores y por eso estaban despedidos, además que no tenían mercado.”
“Con apoyo de Jiménez puse la demanda por despido injusto. Y ¡gane el juicio! La fábrica era de un alemán y el llegó a pagar. Se llamó a toda la gente el siguiente día para que llegara a cobrar. Y cada quien recibió lo que justamente le correspondía. Y él mismo les dijo: tienen que cumplir con el sindicato. Luego de pagar, el alemán sacó una botella de whiskey y nos invitó a un trago al administrador y a mí. Además nos invitó a cenar. Me lleve a Roberto Màrchan que era el secretario general del Sindicato de la Construcción.”
“Nos dio 2000 pesos. Con eso pagamos 4 meses que debíamos del local del sindicato y llevamos comida a nuestras casas. En la noche con Marchan nos fuimos al Hotel Sonsonateco en Acajutla para cenar con el alemán. Era una cena de mariscos y con whiskey. Me pregunto que en cual universidad de cual país había estudiado derecho. Le conté que había estudiado hasta sexto grado. Y no lo podía creer, y enojado mando a llamar al abogado que le perdió el caso que era su apoderado.”
“Cuando llego el abogado, el alemán le dijo: desgraciado, le ganó el juicio un analfabeto. El abogado le respondió: fue por descuido. Y le dijo: por descuido he perdido miles de colones. ¡El tiene solo sexto grado! Usted ya no es mi apoderado y olvídese que le vaya a pagar. Esta victoria se regó por todo Metalìo e impulsó mucho la organización sindical.”
“Allí mismo en Metalìo, en la hacienda La Atalaya, que era grande, tenía la sección coquera, ganadera, agrícola. Firmamos el primer Contrato Colectivo de Trabajo. Tuvimos local sindical, logramos aumento salarial. 50 centavos por palo de coco cortado. Era alemán también el dueño. Formamos allí el Sindicato de Trabajadores de La Atalaya.”
“El primer secretario general fue Miguel Valenzuela, el de Finanzas Juan Estrada, y había una mujer Celia Morales. El Bache Campesino nos llegaba a dar charlas. La cuota sindical se descontaba por planilla. Logramos la seguridad social y la libertad sindical. La Guardia Nacional nos respetaba, no nos jodìa…Esta otra experiencia exitosa se regó por todas partes…”
El VI Congreso del Partido Comunista
El VI Congreso que fue en abril de 1970 lo realizamos en la casa de Virgilio Guerra, que era una venta de muebles, allá por el Cementerio de Los Ilustres…en este congreso pase a integrar el Comité Central del PCS. Y también estuve en 1979 en el VII Congreso, que realizamos en Perulapìa, y fui reelecto como miembro del Comité Central…