TEJUTLA, Chalatenango, 22 de julio de 2006 (SIEP) Miles de manifestantes iniciaron esta mañana una Caminata por Una Paz con Justicia Social que partiendo del desvío Amayo concluirá el lunes a mediodía en el Ministerio de Economía.
La actividad fue convocada conjuntamente por el Bloque Popular Social y el Frente Farabundo Martì para la Liberación Nacional y esta encabezada por comunidades del departamento norteño de Chalatenango que enfrentan las amenazas de la industria minera, una represa El Cimarrón y la construcción de una carretera Longitudinal del Norte que destruirà la biodiversidad de esta región.
Efraín Cerna, pastor responsable del Socorro Luterano de la Iglesia Luterana Popular indicó que “ también estamos marchando para exigir que se detenga la represión contra la sociedad salvadoreña, este gobierno de Saca disparó contra una demostración estudiantil, allanó un templo católico y capturó a un dirigente sindical, a Ricardo Monge del STISSS.”
“Por una parte –aseguró- golpea al movimiento social y por la otra aparece haciendo llamados al diálogo. Luego del 5 de julio se dedicó a perseguir al movimiento social, difamó tanto a la Universidad de El Salvador, al FMLN y también al Bloque Popular Social.”
“Esta caminata masiva, de fuerza organizada, es una demostración que no le tenemos miedo y que estamos en disposición de luchar para defender nuestro derecho a una vida digna. No va lograr arrodillarnos. Este es el pueblo de Monseñor Romero y Schafik Handal.”
Por su parte, el pastor bautista Alex Orantes, de las Comunidades de Fe y Vida (COFEVI) explicó que “lamentamos que el gobierno de Antonio Saca ha concedido autorización para que empresas mineras vengan a llevarse nuestros recursos naturales, vengan a saquearnos aquí en Chalatenango y en Cabañas.”
Agregó que “han dado 37 permisos para la exploración minera en la zona norte y oriental del país para que transnacionales se instalen y exploten la minería sin importarles la destrucción de grandes áreas de nuestro suelo y subsuelo.”
Concluyó exhortando “a que nos incorporemos a este gran marcha, a que exijamos que se aumente el salario mínimo y se detengan los aumentos a la gasolina, a la electricidad y al transporte público. Esta es una lucha por la vida y por una vida con dignidad y como iglesia acompañamos a este pueblo, nuestro pueblo.”