Carta a los activistas del FMLN – Friday, March 17, 2006 hora 12:05
Dagoberto Gutiérrez
El proceso electoral y las votaciones del 12 de marzo arrojan para ustedes los hechos más absorbentes sobre los que es necesario reflexionar: Separando proceso electoral de las votaciones pueden darse cuenta que esta última no correspondió con el primero; las derechas, clasistas partidarias y económicas, invirtieron dinero, jerarquía e ideología en una campaña larga e intensa. Sin mayores recursos políticos internos necesitaron del apoyo de la Casa Blanca Estadounidense para anunciar la prolongación del TPS y la entrada en vigor del TLC sin impactar significativamente la campaña; la incorporación directa del Presidente Saca mostró la creencia de que el Presidente es, efectivamente, un líder y que necesitaban echar mano de todos los recursos humanos para alterar a su favor la correlación electoral.
El partido FMLN por su parte entra a la campaña electoral en uno de sus peores momentos de división, disensión, fugas y exportaciones de recursos humanos hacia los cuatro rumbos cardinales de las ideología posibles; sin autoridad política y sin demostrar que son mejores que las derechas en el arte de gobernar o en la ciencia de la firmeza, transparencia y compromiso con el pueblo en todo momento, en todo tema e instancia.
La muerte de Schafik Handal llevó oxígeno a este ambiente enrarecido, alumbró rincones y reconstruyo puentes con el pueblo, pero a la hora de la votación lo más significativo fue la sabiduría política del pueblo que votando en contra de la política de las derechas uso el partido de ustedes como instrumento para golpear esas políticas. Esto permitió reconstruir la correlación en los aparatos de estado dándoles a los dos partidos más fuertes la fuerza necesaria para confrontar con éxito o para negociar con honor o deshonor. Hasta ahora, ninguno de estos partidos es grandemente victorioso o grandemente perdedor. Porque los votos partieron al país.
El pueblo no acudió masivamente a votar porque no considera al voto como recurso eficiente ni cree confiable al Aparato Electoral y así, cuando la mitad de la población decide no votar la otra mitad votante decide apoyar a los puntos extremos y recrea la polarización real del país.
Las perdidas electorales de su partido expresan, sin embargo, la debilidad de ese partido y no el vigor de las derechas y cuando el Presidente de la República convierte la elección en un plebiscito esperando inclinar, poderosamente, la balanza a su favor; el equilibrio resultante en la votación se convierte en derrota política para el partido de gobierno mientras que para vuestro partido es la ocasión en que el pueblo votante los usa como instrumento político para enfrentar y derrotar la política de derecha que el régimen impone esta es, sin duda, una buena noticia.
Esta campaña fue cruzada por la lucha política social que superó a la electoral vaciándose, como caldero de molienda, en las urnas, con votos de protesta, reclamo malestar y repudio; todos ustedes, muchachos y muchachas valientes e inteligentes, fueron instrumentos valiosos de esa conversión social; y aquí tenemos una campaña electoral que va más allá de ser una competencia y se transforma en una confrontación en la urna y fuera de ella.
Es relevante San Salvador porque es el lugar donde los errores y debilidades estallaron con más virulencia y vergüenza al grado que el Concejo Municipal Capitalino prácticamente implosiona al calor de la lucha intestina. Pese a esta debilidad la derecha, con campaña millonaria, no tiene fuerzas éticas políticas e ideológicas suficiente para desalojarlos, holgadamente, de la Alcaldía Capitalina; ahora bien, aquí el pueblo, de nuevo ha votado en contra de las derechas y de su política salvaje, inhumana y hambreadora sin extender a vuestro partido un reconocimiento por un buen gobierno municipal. Esto explica el cerrado enfrentamiento electoral, donde aparece un equilibrio; pero no explica el desequilibrio político que esta campaña ha producido en la capital y en todo el país desfavorable al gobierno y favorable al pueblo, que hace política propia.
Esta es la campaña electoral más importante de la postguerra porque ha obligado al poder estatal a quitarse los antifaces y mostrar sus vísceras sin perfumes, el poder se muestra como la Joya defendida sin cuartel y sin límites, más allá de la Ley, la Democracia y el bien común. Todos ustedes, cuerpo y músculo, idea y ánimo, saben muy bien que el pueblo está dando una nueva oportunidad a vuestro partido, para que haga política popular, para que entienda la realidad, para que evite funcionalisarse, para que aprenda a ser instrumento de abajo y no arriba. Ustedes pueden ayudar decisivamente en lograr esto.