Identidad Linguística y Educación enmancipadora: debates y propuestas desde la Lingüística Social.
Introducción
La génesis y desarrollo de la Lingüística Social está vinculada a la génesis, aprendizaje y desarrollo del lenguaje de la infancia y adolescencia de los sectores populares en la provincia de Tucumán. Historia compleja en la que fuimos descubriendo la importancia de investigar, afianzar y defender los puentes inter e intra-generacionales de la comunicación humana, por entender que todo proceso político o social que minusvaloriza o atenta contra la transmisión cultural, debilita la memoria histórica de un pueblo, de una sociedad y dificulta autorías de la palabra independientes. Tarea de particular relevancia en la actualidad ya que observamos procesos sistemáticos de debilitamiento de estos puentes intergeneracionales, cuando no de menosprecio por la palabra y la cultura de las generaciones anteriores, sino también de las más jóvenes.
Las producciones linguísticas en su conjunto, y cada una de ellas en particular, constituyen necesarios sostenes y puentes inter e intra-generacionales de la práctica social del idioma y de la memoria e historia de cada comunidad. Al estudiar, entonces, el lenguaje de la infancia y adolesencia accedemos, de algún modo, a la comprensión de la socio-génesis de la palabra e historia de nuestro presente. Y si bien aceptamos que sin el sostén y puente generacional que nos garantiza el lenguaje de la infancia y adolescencia la humanidad en su conjunto quedaría enmudecida ya que no habría posibilidad alguna de sobrevida lingüística y cultural, a la vez reconocemos que sin el sostén generacional de los adultos y de los ancianos, la palabra infantil no se gestaría. Si bien la autoría de la palabra, que es una conquista progresiva y permanente, requiere de identificaciones positivas con la cultura y el lenguaje de los orígenes, también reclama apertura y conocimiento de nuevos mundos posibles. En cambio, el debilitamiento o ruptura de los nexos inter o intra-generacionales contribuye a desconocer y /o minusvalorizar nuestro pasado social y cultural; aún el más reciente.
El instantaneismo, la casi aceptada certeza de que sólo lo “joven” es actual y vigente, debilita la trama subjetiva y vincular más profunda que sostiene la memoria y cultura de un pueblo.
La memoria lingüística puede entenderse como sostén subjetivo y psicológico, y es siempre social, histórico y cultural. Gesta condiciones objetivas y subjetivas en el sujeto para protegerse contra la desmemoria y el olvido; aunque hemos comprobado que, muchas veces, el olvido y la desmemoria pueden ser legítimos recursos de resistencia activa del sujeto.
La memoria lingüística constituye, entonces, una característica estructural, vital y necesaria de cada cultura y de cada sujeto. Cualquier intento de borrarla, negarla o confundirla constituye una violación explícita de un derecho humano. Nos preguntarnos si la situación actual de desvalorización y/o de desconocimiento impuesto del pasado en las generaciones más jóvenes, o la pretensión de saturar la memoria infantil y adolescente con instantaneísmos y aculturaciones mediáticas del presente, no contribuye a gestar condiciones que debilitan la trama social de la autoría de la palabra.
Aún en nuestros días, los derechos linguísticos que se le han adjudicado a la norma de prestigio, denominada
Existen ejemplos históricos preocupantes, ya que nuestro continente está recorrido por dolorosos procesos de desmemoria impuesta y de glotofagia (gloto: lengua / fagia: muerte), lo cual ha sido y es indicador de dominaciones, así como de desigualdades político-económicas y culturales a las que han sido sometidos pueblos e idiomas a partir de la conquista de 1492. Aún en nuestros días, los derechos linguísticos que se le han adjudicado a la norma de prestigio, denominada “culta”, les son negados a los idiomas originarios y a las formas populares del lenguaje. Lo cual es evidencia de una política lingüística y educativa en gran medida discriminadora, racista. Se ha naturalizado en la escuela, por ejemplo, que para aprender a escribir, los niños tengan que cambiar de dialecto, lo que equivale a escribir por fuera de la propia cultura e historia. Se fractura, de este modo, el puente entre oralidad social, dialecto social del origen y escritura; situación que contribuye al debilitamiento de sostenes identitarios.
En nuestros países, las culturas populares han sido subvaloradas, silenciadas por los sectores dominantes-culturales, políticos, educativos, económicos. Uno de los objetivos principales de la dominación actual ha sido lograr la “adopción” de pautas culturales homogéneas que anulen la diversidad, y casi han logrado su aceptación y naturalización por las mayorías. A pesar de lo cual subsisten y se manifiestan cotidianamente evidencias de pautas lingüísticas, rasgos identitarios y conciencia de pertenencia real a una sociedad no homogénea.