NAHUIZALCO, 12 de octubre de 2005 (SIEP) “Los tambores de la resistencia siguen sonando-nunca se detuvieron- siguen convocando a nuestras comunidades a la lucha contra los invasores europeos” dijo la Revda. Sihuat Tutut, pastora indígena de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.
“Debemos reconocer que la sorpresa de la invasión sorprendió a nuestros guerreros, y que la pólvora y los caballos nos perturbó, nunca nos imaginamos el grado de salvajismo que los caracterizaba, por el oro y las riquezas establecieron la muerte en nuestros campos…”manifestó.
“Pero nunca –aseguró- abandonamos el maíz de la resistencia. Les hicimos la guerra como mejor pudimos, con flechas y lanzas, yéndonos a las montañas, escondiéndonos en los ríos, pelando mujeres y niños cuando murieron nuestros hombres. Nunca lograron vencernos.”
“Establecieron la colonia, la republica, la dictadura militar, y hoy esta tiranía financiera, y durante todo este tiempo, casi quinientos años, desde 1524, les hemos hecho frente, hemos rechazado tanto la encomienda como los TLC, tanto a los imperios español como a los gringos.”
Indicó la pastora luterana que “nunca hemos renunciado a la rebelión, a recuperar lo que nos fue arrebatado, nuestras tierras, nuestras creencias, nuestro idioma, nuestra vida. Pero practicamos la paciencia, sabemos esperar el momento adecuado, el tiempo de la purificación.”
“Somos herederas y herederos de las tradiciones combativas de Anastasio Aquino, de Feliciano Ama, de Farabundo Martí, de las enseñanzas de nuestras abuelas y abuelos que nos trasmitieron la confianza en la victoria popular, la fe en la dignidad de nuestra raza, de nuestro pueblo.”
“Seguimos soñando con recuperar la tierra que nos fue arrebatada, con pronunciar la palabra prohibida, con comer todos y todas de la milpa nueva, vestirnos con la aurora de una nueva patria en la que bailemos todos la danza de la amistad y la justicia. Y sabemos que tenemos que luchar fuerte para lograrlo.”
Opinó que “esta tormenta Stan y la erupción del volcán sagrado Ilamatepec son mensajes del viento y del fuego. Nuestra Madre Tierra resiente la explotación de sus comunidades, de sus hijos e hijas. Nuestra Madre Tierra rechaza la civilización del cemento y el consumo. Y nuestra Madre Tierra habla, se manifiesta, acusa al capitalismo dominante y exige respeto.”
“Si no aprendemos a respetar a nuestra Madre Tierra no podremos sobrevivir. El respeto a la naturaleza, a sus leyes, es vital. A los capitalistas de ARENA y de la ANEP esto no les importa. Unicamente ven el dólar en todo lo creado por nuestros dioses.”
Concluyó haciendo un llamado “a todo nuestro pueblo a reconocer la dimensión indígena de nuestra identidad, que es una dimensión de lucha, de resistencia, de rebeldía, de protesta y es por eso que no podrán derrotarnos, y es por eso que venceremos pero tenemos que quitarnos la cabeza de Cristóbal Colón de nuestras mentes, como lo hicieron una vez unos estudiantes en el Palacio Nacional, y poner la cabeza de Aquino, de Ama, de Martí. Ese es el desafío, enfrentar la globalización neoliberal con la delicia de nuestras tortillas, con la política y con la cultura, de izquierda siempre. ”