Si bien la estructura poltica del Collasuyo (hoy Bolivia) se hallaba herida de muerte ante la expansin Quechua en el siglo XV, es indudable que el podero Aymara estaba intacto en su compleja expresin religiosa. Esto dio lugar a un matrimonio de facto entre las principales deidades Aymaras, representadas por la Pachamama, y el Inti o dios Sol Quechua de los Incas.
Cochabamba (Bolivia) – 8 de enero de 2005
Al promediar el siglo XV de nuestra era, el mundo andino fue escenario febril de dos naciones en pugna, de dos proyectos marcados por la dialctica de la historia: El imperio Colla del pueblo Aymara que haba heredado la concepcin comunitaria y politesta del extinguido Tiahuanaco, y el imperio Inca del pueblo Quechua-tambin de raz tiahuanacota- que se hallaba empero en una etapa activa de centralismo poltico y de constitucin estatal al influjo de una tendencia monotesta.
Eran dos procesos paralelos, de origen comn, pero diferenciados por la dinmica azarosa del desarrollo de las fuerzas productivas.
Los Aymaras del Collasuyo se resistan a ser sometidos por el centralismo del Estado inca y luchaban por conservar su organizacin econmica y social con rasgos an matriarcales rigindose por divinidades masculinas y femeninas, sustentando instituciones fundamentales como el ayllu y el ayni donde los conceptos de produccin comunitaria y reciprocidad laboral determinaban las caractersticas de la vida pblica y privada.
Los Quechuas del Cuzco incaico, en cambio, pretendan dar el salto cualitativo del comunismo primitivo hacia un socialismo de Estado1 bajo la centralidad teocrtica del dios Inti y su hijo directo el Inca. Este proyecto dinstico propenda a la expropiacin del excedente en un proceso de formacin de castas y divisin clasista del trabajo.
A pesar de su debilitamiento poltico, los Aymaras vencieron a los Quechuas no precisamente en el plano militar tras sangrientas batallas que multiplicaron el podero armado de los incas, sino en los planos cultural y religioso2. La expansin del imperio incaico tropez con una fuerte resistencia civil del pueblo Aymara, cuya fortaleza radicaba en su slida organizacin comunitaria protegida por mil dioses y muchas ms diosas.
El Collasuyo Aymara3 abarcaba una vasta extensin de seoros como los Canas, Collas, Canchis, Lapacas y Callahuayas al norte del Lago Titicaca, y por el sur los Pacajes, Charcas, Soras, Chuis, Carangas, Quillacas, Urus, Chipayas, Yamparaes, Caracotas y Chichas que atravesaban los actuales territorios bolivianos de La Paz, Cochabamba, Oruro y Potos, adems de los territorios norte de Argentina y Chile.
Para los incas era de estratgica necesidad expandir su dominio sobre esa vastedad Aymara. En 1440 el dominio Quechua se circunscriba apenas a Cuzco y Quito.
Los Quechuas cruzaron el Titicaca homogeneizando lingstica y religiosamente a las etnias que caan conquistados por el dios Inti; pero esta hegemona no lograba penetrar en los indmitos pueblos Collas (Aymaras), muchos de los cuales poblaban el actual territorio cochabambino.
Los Aymaras Soras por ejemplo, informa Gisbert, posean un extenso territorio que abarcaba la actual comunidad de Paria, llegando hasta Sipe Sipe y Tapacar. Otro grupo, los Charcas, abarcaba una superficie de 30.000 kilmetros cuadrados incluyendo Sacaca, Chayanta, Tiquipaya, Tomata, Macari, Cochabamba (Kanata) y Santiago de El paso. Otras zonas del valle cochabambino eran habitadas por Chuis y Cotas, tan indomables como los Soras y Quillacas.
Una religin unificadora
Al no poder someterlos por la fuerza, los incas optaron por pactar con los Collas y este pacto se produjo esencialmente en el mbito religioso, aproximadamente entre 1463 y 1493, apenas tres dcadas antes de la conquista espaola.
Dijimos que si bien la estructura poltica del Collasuyo se hallaba herida de muerte ante la expansin Quechua, es indudable que el podero Aymara estaba intacto en su compleja expresin religiosa. Esto dio lugar a un matrimonio de facto entre las principales deidades Aymaras, representadas por la Pachamama, y el Inti o dios Sol de los Incas.
El Estado Inca, al final, tuvo que asimilarse oficial y formalmente a la religin Aymara todava hegemnica en el ancestral mundo andino.
El antroplogo Steve Stern, de la Universidad de Wisconsin, nos explica con claridad ese hecho:
En lugar de destruir las huacas4 regionales ms poderosas, los incas trataron de asimilar su prestigio al del Estado. Los incas inundaron de rebaos, tierras, servidores y regalos para los santuarios pacarinas y otros santuarios preincaicos e hicieron transportar al Cuzco en literas a los principales dioses, como invitados de honor en las festividades reales. Al elevar los recursos y el prestigio de determinados dioses (Aymaras) bajo los auspicios de los incas, el Estado esperaba poner a los dioses locales a su servicio, establecer una red de lealtades y de obligaciones mutuas que dara a la dominacin imperial un carcter menos forzado.
Confirmando aquello, de Huarochiri emergi una hermosa leyenda segn la cual el inca Quechua Tupac Yupanki que gobern entre 1471 y 1493 aproximadamente, se vio obligado a rendir devocin a uno de los huacas ms influyentes del mundo Aymara, Pariacaca, exigiendo en recompensa que, con su mediacin, los dioses colaboren con el Inca en su guerra contra los ayllus rebeldes.
El captulo 23 del referido manuscrito narra lo siguiente5:
Se dice que cuando el inca Tupac Yupanki seoreaba y haba conquistado todas las comunidades, descans varios aos con gran contento.
Entonces, en algunas comunidades, grupos rebeldes se alzaron.
A saber: ni los Alancu Marka, ni los Calanco Marka queran ser sbditos del Inca. Lograron arrastrar a su causa a varias huarangas6 de hombres, y juntos guerrearon durante unos doce aos.
Como aniquilaban a todas las fuerzas que enviaba contra ellos, el Inca estaba muy afligido y, lamentndose mucho, se pregunt: : Qu va a ser de nosotros?
Entonces, un da pens: Para qu sirvo a estos huacas con mi oro, mi plata, mi ropa, mi comida y todo lo que poseo? A ver, voy a mandar a llamarlos a todos ellos para que me ayuden contra los enemigos.
As mand convocar a los huacas de todas las comunidades que reciban oro y plata para que viniesen al Cuzco.
Los huacas aceptaron y se pusieron en marcha.
Pachacmac vino transportado en una litera; de la misma manera todos los huacas locales de todo el Tahuantinsuyo vinieron transportados en literas.
Todos los huacas locales llegaron al Haucaypata, pero Pariacaca no llegaba an. Segua resistiendo preguntndose si deba ir o no.
Finalmente Pariacaca envi a su hijo Macahuisa dicindole: Ve t, despus de haber escuchado lo que digan, vuelve.
Cuando Macahuisa lleg (…) el Inca empez a hablar: Padres, les dijo, Huacas y Huillcas, ya sabis cmo yo os sirvo de todo corazn con oro y plata; es posible que vosotros no me ayudis a m, que os sirvo con tanta generosidad, ahora que estoy perdiendo tantas huarangas de mis hombres? Por ese motivo os he hecho convocar.
Ninguno de ellos contest. Ms antes, permanecieron en silencio.
Entonces, de nuevo el Inca les dijo: Hablad! Es posible que permitis que los hombres que han sido animados y hechos por vosotros sean aniquilados en la guerra? Si no queris ayudarme, en este mismo instante os har quemar a todos! para qu pues yo os sirvo y embellezco envindoos todos los aos mi oro y mi plata, mis comidas, mi bebida, mi coca, mis llamas y todo cuanto poseo? Entonces, no me ayudaris despus de haber escuchado todas estas mis quejas? Si me negis vuestra ayuda, arderis ahora mismo.
Entonces Pachacmac empez a hablar: Oh inga sol, yo no propongo nada puesto que suelo hacer temblar la tierra entera con todos vosotros juntos. No slo aniquilara al enemigo, sino que acabara con todos vosotros y con el mundo entero tambin. Por eso me he quedado callado.
Como todos los dems huacas se callaron, Macahuisa (el hijo de Pariacaca) empez a hablar: Oh inga sol, yo voy a ir all. T permanecers en las proximidades en una tienda bien instalada e identificada con una seal distintiva para que no te aniquile con los dems; en un mnimo de tiempo voy a conquistarlos para t.
Mientras Macahuisa hablaba, de su boca sala un aliento muy denso cual si fuese humo verde.
Y se dice que tambin en esa sazn comenz a soplar su zampoa de oro. Su pinquillu tambin era de oro. En su cabeza llevaba coronada la diadema. Su phusuca tambin era de oro, en tanto que su camiseta era negra7.
Dieron a Macahuisa para su viaje una litera de las que se llaman Chicsirampa, destinada a transportar al propio Inca. Y fueron escogidos por el Inca, para acompaarlo, unos fornidos callahuaya. (…).
Lo transportaron hasta la cima de un cerrito; una vez all, Macahuisa, el hijo de Pariacaca, comenz, poco a poco, a caer bajo la forma de lluvia.
Los hombres de las comunidades rebeldes empezaron a organizarse, preguntndose qu podra significar este fenmeno.
Atacndolos con sus rayos, Macahuisa aument la lluvia y as abri quebradas por todas partes, y arrastr a los miembros de todas estas comunidades rebeldes con sus aguas torrenciales.
Aniquil a los kuracas principales y a los hombres valientes con sus rayos. Slo una parte de la gente comn se salv. Si hubiera querido, habra aniquilado a todos.
As, despus de haber vencido a todos los dems rebeldes, los persigui hasta el Cuzco.
Desde esa poca, el Inca apreci todava ms a Pariacaca y le otorg cincuenta Yanas8.
Padre Macahuisa, le dijo al huaca victorioso, qu te dar?. Pide todo lo que quieras. No ser avaro. El otro respondi: Yo no deseo nada excepto que te hagas huacsa9 y celebres mi culto como lo hacen nuestros hijos de Yauyos.
El Inca acept, pero, como le tema mucho a este huaca, quiso ofrecerle todo lo que pudiera para que no lo aniquilase a l tambin.
As mand que se le ofrendara comida, pero Macahuisa le dijo: Yo no suelo comer estas cosas y pidi que le trajeran corales.
Se dice que cuando le trajeron corales, los comi con rapidez, ronzando, haciendo sonar kap, kap.
Despus el Inca mand que le entregaran a sus ustas10, escogindolas entre las ms nobles, pero el huaca las rechaz.
Y as volvi Macahuisa donde su padre Pariacaca, informndole acerca de esta su misin.
Desde entonces, y por mucho tiempo, los incas tambin fueron sus sacerdotes devotos en Jauja, donde bailaban teniendo a Macahuisa en gran estima… .
Esta alianza espiritual Aymara-Quechua, fruto de una relacin de fuerzas donde lo militar-coercitivo cede ante lo religioso-consensual, consolidar la estructura dualista y recproca del sistema incaico, dentro el cual las deidades matriarcales de la comuna Aymara terminan convivendo en armona con el Estado centralista del Inti (en un escenario que muy poco despus ser suplantado por el monotesmo cristiano, que tambin habr de ceder ante el paganismo sincretizante de los ayllus politestas) .
Tal estructura en la cual se origina la utopa del Estado Comunitario que late en estos tiempos de posmodernidad es un rasgo fundamental todava vigente en la vida cotidiana de los festivos, msticos y holsticos pueblos indgenas que habitan sobre la cordillera de los Andes desde el sur de Colombia hasta el norte de Chile y Argentina, pasando por Ecuador, Per y Bolivia.
Wilson Garca Mrida, SERVICIO INFORMATIVO DATOS Y ANLISIS
Director del Servicio Informativo Datos & Anlisis, antroplogo y comunicador boliviano.
Altercom
NOTAS:
1.- En su libro Buscando un Inca, Carlos Flores Galindo advierte que la famosa obra de Louis Baudin sobre El Imperio Socialista de los Incas fue escrita en 1928 para criticar al socialismo como un rgimen opresivo.
2.- En 1438 los kuracas (seores) Collas Cari y Zapana se encontraban en disputas por la concentracin de ayllus, facilitando los aprestos expansionistas del Inca Viracocha, segn informa Gisbert.
3.- El Collasuyo era la regin andina ms importante que los incas incorporaron a su imperio denominado Tahuantinsuyo (cuatro regiones). Chinchansuyo, Condesuyo y Andesuyo fueron las otras tres.
4.- El o la Huaca (o Guaca) es el nombre genrico con que se conoce en el mundo Aymara a los dioses (o diosas) mayores. Los dioses o diosas menores son llamados genricamente Huillcas y Villcas.
5.- Elaboramos el texto en cuestin en base a traducciones del Manuscrito de Huaruchiri realizadas por Angel Herbas Sandval en 1989 y Gerald Taylor en 1999, que presentan diferencias lingsticas y matices complementarios en varios prrafos a lo largo de todo el Manuscrito.
6.- Una huaranga era equivalente a una divisin de mil comuneros armados que eran dirigidos por un jefe local conocido como Mallku, de menor jerarqua respecto a los kuracas, pero superior al jilakata.
7.- En el original Quechua, antara por zampoa. El pinquillo es una flauta de sonido agudo. El vocablo phusuca podra ser, segn Herbas, una especie de cerbatana que usaban los ejrcitos desaparecido del Collasuyo.
8.- Los yanas o yanacunas eran servidores seleccionados por el inca para realizar tareas domsticas y administrativas en favor de los seores. Tenan privilegios de casta y constituan la base social de la burocracia emergente en el Estado incaico.
9.- Los huacsas eran los sacerdotes devotos que dirigan y organizaban las fiestas rituales. Generalmente este clero andino estaba constituido por los propios kuracas, mallkus y jilacatas, hasta por el Inca mismo como se puede ver.
10.- usta: doncella que tena rango de princesa en la corte del Inca.