Lunes, 31 de Mayo de 2010 / 08:17 h
A un año del primer gobierno de cambio, ¡sigamos adelante! (II Parte)
El cambio se percibe en la mayor libertad de los sectores de expresar sus
demandas, de expresar exigencia de cumplimiento de promesas
Licda. Norma Guevara de Ramirios
Sin duda, las circunstancias de saqueo del patrimonio público, las obligaciones de pago de deuda heredados y el impacto de la recesión internacional, limitan la capacidad de responder a necesidades insatisfechas, especialmente en el campo del bienestar económico de las familias y de la seguridad; pero es justo reconocer que pese al cuestionamiento orquestado en materia de seguridad, las acciones realizadas por las distintas dependencias de ese ministerio reflejan avances. Bloqueo de teléfonos para impedir extorsiones; más de 70 mil detenciones que incluyen a grupos involucrados en graves delitos; decomiso de alrededor de cinco mil armas de fuego y procesos de mejora de la corporación policial.
En el campo de política exterior se abrieron relaciones con Cuba, Vietnam y el Reino de Camboya, se abrió nuevo consulado en México, se suscribieron convenios de cooperación con Brasil y Cuba entre otros. La atención a la memoria histórica de nuestro pueblo, de su sufrimiento por determinación política de Estado y el pedido de perdón por el daño causado, es el elemento de promesa política mejor cumplido, abarca esfuerzos para reconocer deudas morales a las familias de las víctimas y la reivindicación de las decenas de miles de mártires sin los cuales este nuevo capítulo de la historia sería inimaginable.
Ha hecho falta sin embargo aprovechar el tiempo para avanzar en la reforma política de instituciones vinculadas a la democracia, como es el sistema electoral, en materia registral, en apoyo al voto residencial y de salvadoreños en el exterior. Es lamentable la oportunidad perdida para iniciar un proceso que vuelva más respetable la identidad de las personas al abortar la reforma a la ley orgánica del RNPN. Esta seguirá siendo una deuda difícil de ser aquilatada por el Señor Presidente.
El manejo de los riesgos ambientales requiere mayor velocidad, se ha hecho bastante con enfoque nuevo frente a los daños causados el 7 y 8 de noviembre del año pasado; para empezar la forma rápida en que se acudió a resolver problemas de agua potable, salud, de despeje de vías, de apoyo a las víctimas y el enfoque para resolver el resarcimiento de manera más definitiva con el programa de viviendas y reparación de puentes. ¿Cuándo otro gobierno acudió con enseres domésticos como lo hizo el Ministerio de Gobernación o con medios para reponer lo sembrado como lo hizo en su momento el Ministerio de Agricultura?.
Hay un humanismo renovado en la manera de encarar los problemas más agudos de los sectores vulnerables de áreas alejadas, y en la forma de atender los riesgos desde la organización de la gente así como el deterioro que gráficamente se expresa en la explosión de cárcavas por todos lados; la gente lo aprecia; sabe que los miles de problemas acumulados a lo largo del tiempo difícilmente pueden ser resueltos en un año, pero aprecia que se dan pasos serios y esto ocurre en el peor momento de la economía impactada por la dolarización, y la dependencia extrema de la misma respecto a Estados Unidos.
El cambio se percibe en la mayor libertad de los sectores de expresar sus demandas, de expresar exigencia de cumplimiento de promesas, de mayor concertación con todos, y exigencia de diferenciarse de las prácticas tradicionales de la derecha en la manera de hacer política; y esto en sí mismo es una resultante natural del proceso de cambio abierto, que difícilmente puede ser confundido con musarañas de grupos ultraderechistas a la usanza de la gusanera cubana, aunque se vistan de blanco manipulando sentimientos y necesidades de mayor seguridad.
El resultado de la voluntad de cambio impactó tanto que estremeció a la derecha y ésta está impelida de buscar su propio cambio. Se alza para bloquear poderes como lo hizo ante la necesidad de renovar un tercio de la Corte Suprema de Justicia, se agrupa para ofrecer respaldo al Presidente buscando presentar como innecesaria la participación del FMLN, se contradice en lo que hace en los medios y en la calle, con lo que busca pactar para cercar al Gobierno; pero con todo y esos acontecimientos, la sola victoria y el respeto impuesto a la misma por voluntad popular, ha abierto para nuestra patria una nueva época política.
Es deber aprovecharla bien, para lo justo, para el cambio que favorece a la gente, a la transparencia, a la democracia, a la seguridad, al desarrollo material y espiritual del pueblo. Afortunadas y afortunados quienes podamos vivir con lucidez este momento y trabajar por su impulso hacia nuevos logros.