Lunes, 24 de Mayo de 2010 / 09:31 h
A un año del primer gobierno de cambio, ¡sigamos adelante! (1ra. Parte)
La esperanza tiene rostro en niños, madres, ancianos, campesinos.
Licda. Norma Guevara de Ramirios
El 15 de marzo 2009, el pueblo decidió cambiar, luchó para que se reconociera su voluntad y abrió con su coraje una nueva época histórica para nuestro país. El Presidente y Vicepresidente juramentaron el 1 de Junio y pronto se cumplirá el primer año de su gestión que es evaluada por el pueblo como lo prometido, cambio a favor del pueblo. Por supuesto que la derecha que se vio frente a lo inevitable sabe que el gobierno por sí solo es insuficiente para dejar atrás, el poder edificado con mañas, con aparatos organizados; y su conducta frente a la nueva realidad ha sido diversa; es hora entonces de hacer un balance de este histórico proceso abierto, de sus novedades, de sus problemas, de su expectativas.
Lo primero en este balance es darse cuenta de las condiciones en que se recibió el país luego de décadas de gobiernos de derecha y del impacto de los fenómenos externos de crisis financiera y económica internacional; y debe evaluarse las respuestas de este nuevo gobierno ante semejante crisis. Se heredó una economía dolarizada, un Estado debilitado y saqueado, con una economía débil y un sinfín de necesidades insatisfechas. Desde 1990 a 2009, la estructura tributaria fue modificada para sacar más fondos de impuestos indirectos, del IVA, de la renta de los trabajadores, mientras se reducían los tributos de las importaciones; se abrió el país y se debilitó la capacidad productiva y exportadora; a esto se suman, desde 2008, los impactos externos en la economía y las finanzas públicas, primero con altos precios de petróleo, alimentos, materias primas; las alzas de precios internos, disminución de la capacidad adquisitiva y en consecuencia del consumo familiar; la recesión global estalló el 2009, y nuestro país terminó de ser impactado por la crisis financiera y la recesión estadounidense.
Cayeron las remesas, las importaciones y las exportaciones y en consecuencia cayeron los ingresos fiscales. Fue necesaria una operación de endeudamiento gigantesca realizada en Mayo del año pasado para finalizar el funcionamiento de la administración saliente por un volumen cercano a los dos mil millones de dólares.
Así llegó el Presidente Funes a la Presidencia; con un presupuesto imposible de cumplirse por el lado de los ingresos, los supuestos de aquél presupuesto 2009, resultaron falsos, se creía que la economía mundial crecería 3% y apenas llegó al 1.3%, se creía que la economía salvadoreña crecería 4% y decreció hasta menos 3.5%, se creía que las exportaciones crecerían 13% y más bien decrecieron en menos 16%; se creía que las importaciones crecerían 10% y bajaron en 26%, se creía que las remesas aumentarían hasta 7.5% y en verdad disminuyeron 8.5%; todo ese castillo de naipes representó el déficit fiscal más grande desde 1990.
Al nuevo gobierno ganado por el FMLN y presidido por Mauricio Funes, se le presentó una realidad más dramática; su manera de encarar la crisis ha tenido una dirección coherente con la promesa de sacar al país de la crisis; le llevó tomar las medidas que permitan evitar que el impacto de esa crisis descrita afecte irreversiblemente a los más pobres, a las familias más desfavorecidas y a las capas medias bajas. El Plan Anti Crisis, responde a esta realidad encontrada; y en medio de esa realidad plantearse además que las medidas asumidas sirvan al otro objetivo de programa de gobierno, dar pasos hacia el desarrollo y fortalecer la democracia.
Sin duda, cuando la ciudadanía expresa que sí hay cambio, está reconociendo las dificultades y los esfuerzos del gobierno para superarlas. Con más restricciones que sus antecesores, el Gobierno del Cambio atiende necesidades ancestrales: Se eliminaron las cuotas mal llamadas voluntarias en la red de hospitales, se fortaleció financieramente a FOSALUD, se amplió la vacunación incorporando vacunas nuevas para proteger a nuestros niños del neumococo y de la gripe A H1 N1, se adquirió terreno para construir el Hospital de Maternidad, se amplió la cobertura de salud, se compran equipos para diagnostico de enfermedades, se abastece mejor de medicamentos, antes compraban 42 millones, ahora 72 millones. Se amplió la cobertura de alimentación escolar, se dota de útiles, zapatos, cuadernos, se imparte bachillerato sin pago de colegiatura en los centros oficiales; se amplió la transferencia de recursos en programas de protección como pensiones a adultos mayores en los municipios más pobres.
Por medio de los hechos, en medio de la adversidad de condiciones encontradas, el cambio camina a pesar del ruido y la confusión que la derecha busca crear. La esperanza tiene rostro en niños, madres, ancianos, campesinos; jamás debe caer, el impulso del cambio será continuada los años por venir. (Continuará).