Adan, Eva y la tentaciòn del poder

ADAN, EVA Y LA TENTACION DEL PODER
Reflexiòn sobre Genesis 3: 7-24

La relaciòn de los seres humanos con los dioses siempre ha sido complicada, y en particular con el Dios hebreo Yahvè, que es un Dios diferente, celoso con la causa de la justicia. Ha sido una historia de enfrentamientos y de rupturas. El libro del Genesis, Bereshit, el primer libro de la Biblia, que se ayudò de la tradiciòn sumeria, nos relata esta difìcil historia.

Dios lo creo todo bueno

Dios lo crea todo bueno. Crea el universo, crea la naturaleza y crea a los seres humanos. Dios nos ofrece la vida y su amistad como expresiòn misteriosa de su amor divino. Dios es el creador y nosotros somos las criaturas, las creaturas, las creaciones.

Los seres humanos somos fragiles, dependientes, limitados. Nuestras vidas son efimeras. Somos como flores que nacemos, vivimos un momento y luego morimos. Surgimos de la tierra y regresamos a la tierra. Somos un soplo de viento, una ola del mar, una huella en la arena.

Y Dios en la grandeza de su amor tambièn nos concede la inteligencia. La capacidad de razonar. La capacidad de decidir entre diversas opciones. Dios no querìa como hijos e hijas a personas robotizadas, a personas que fueran facilmente manipuladas. O a personas que explotaran a los demàs. Dios nos querìa libres.

Y por esto Dios coloca a la humanidad simbolizada en Adan y Eva, en un jardìn. Era un lugar donde no existìa la explotaciòn. Era un lugar donde predominaba la amistad. Y por eso no existìa la vergüenza. Eran hermanos y hermanas que cuidaban y cultivaban el jardin de todos y de todas. No habìan pobres ni habìan ricos.

Y Dios les ordena que no pueden comer del arbol del bien y del mal, que no pueden ceder a la tentaciòn de convertirse en dioses porque son humanos, son fragiles, limitados, y encontrarìan la muerte. Pero la tentaciòn de adquirir poder, de poseer riquezas, es mucho màs fuerte.

Y la serpiente de la ambiciòn penetra en los corazones de Adàn y Eva y caen en las redes del pecado. El pecado es la desobediencia al mandato divino de la amistad, de la solidaridad. El pecado es la soberbia de los poderosos. El pecado es el afan de riquezas, de explotar a los dèbiles.

Hay que aclarar que la orientaciòn androcentrica de los que escribieron la Biblia y el peso de la tradiciòn cultural patriarcal señalò a la mujer,a Eva, como responsable de la desobediencia, para reforzar en las mentes de los pueblos la milenaria dominaciòn de los hombres sobre las mujeres.

Y cuando Dios les pregunta donde estaban se esconden porque sienten vergüenza. Saben que han desobedecido el mandato divino. El egoismo se apoderò de sus corazones y rechazaron al Dios de la justicia y la amistad. Y Dios tambièn los rechaza, son expulsados del paraiso. El paraiso no acepta a los explotadores del genero humano y la naturaleza.

Con Adan y Eva se produce la ruptura entre los seres humanos y Dios. Los seres humanos caen en la tentaciòn del poder y pretenden ser como dioses. Y se confunden y se olvidan de su naturaleza perecedera. Y los poderosos comienzan a explotar a los màs dèbiles y se olvidan del mandato dìvino de la solidaridad y la justicia.

Me acuerdo que en los ochenta,caminando por el centro de la ciudad de Mèxico, me sorprendio ver en los quioskos de revistas un libro de Raùl Macìn con el sugestivo tìtulo Eva no fue una mujer. Muy claro el libro lo mismo que su autor, el ya fallecido militante cristiano y comunista.

Dios nos manda servir y proclamar la verdad, la paz y la justicia

Dios nos manda servir y proclamar la verdad, la paz y la justicia. Adan y Eva renunciaron a este mandato y prefirieron esconderse. De la misma manera actuan muchos pastores y sacerdotes que hoy prefieren esconderse en sus iglesias y templos que proclamar la verdad. No obedecen al llamado de Dios.

Pero existen personas que como Monseñor Romero, como Prudencia Ayala, como Schafik Handal, que si denuncian el pecado de la injusticia. Y por obediencia a Dios, Monseñor Romero se convirtiò en la voz de los sin voz de este pueblo. Y por eso el pueblo lo reconoce como santo. Y cada año que pasa, ya van 26 años de su muerte, su figura se agiganta.

Dios nos manda luchar por la paz. Estamos llamados a obedecer este mandato. Y por eso denunciamos a este gobierno que envìa tropas a Irak, a matar a sus hermanos en Irak. Imaginense salvadoreños matando a iraquìes para defender el petroleo del imperio. Tropas salvadoreñas participando en la ocupaciòn militar de Irak.

Y por obediencia a Dios denunciamos a la Escuela Internacional de Policìa (ILEA) que han establecido en nuestro suelo. Asì como denunciamos a la Base Militar estadounidense de Comalapa y los ejercicios militares Fuertes Caminos. Son acciones militares del imperio de Washington. Y por eso como iglesias somos fundadores del Movimiento Salvadoreño por la Paz, dirigido mundialmente por el compañero cubano Orlando Fundora.

Dios nos manda luchar por la justicia. Y por eso nos oponemos a los tratados comerciales como el TLC, como el Plan Puebla Panamà, como las medidas de la Organizaciòn Mundial de Comercio. Es por eso que acompañamos a nuestro pueblo en su lucha por la vida, por la dignidad, por trabajos y por salarios justos, por salud y educaciòn. Por eso formamnos parte del Bloque Popular Social.

Es por este mandato de luchar por la justicia que nos solidarizamos con los esfuerzos de la Comunidad Gomez-Anderson de defender su derecho a la vivienda, ante la pretensiòn del Obispo Medardo Gòmez de expulsarlos de sus casas. La iglesia no puede convertirse en terrateniente. Los obispos no deberìan ser explotadores. No pueden venderse las casas que fueron donadas por la cooperaciòn internacional. Nos duele denunciar este hecho pero si callamos las piedras hablarìan.

Es por este mismo mandato que denunciamos al presidente Antonio Caìn Saca, que se burlò del pueblo salvadoreño en el caso de las hermanitas Serrano, niñas desaparecidas durante la guerra, irrespetò la resoluciòn de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y se negò a pedir perdòn y enviò a su canciller a Chalatenango. Pesò màs la soberbia de este presidente que el grito de justicia de esta familia pobre, campesina, que fue escuchado en todo el mundo.

Es por este mandato que exigimos que se haga justicia y se castigue a los responsables de la masacre del Mozote, cometida por militares en diciembre del 81; que se haga justicia con los millones de indocumentados que trabajan en los Estados Unidos, con los millones de trabajadores franceses que marchan por las calles de Paris, con los miles de estudiantes de la Universidad de El Salvador a los que se les pretende imponer la privatizaciòn de la UES por medio de un prestamo del BID.

En cada una de estas luchas por la justicia vibra el espìritu de Dios que se hizo presente en el Gènesis para crear la vida, una vida que como lo proclamaba nuestro Señor Jesucristo, debe ser una vida abundante y plena para todos y todas. Señor te pedimos que nos des fuerzas para evitar caer en la tentaciòn de Adàn y de Eva, en la tentaciòn del poder, en la tentaciòn de la riqueza, en la tentaciòn del pecado. Amèn.

Rev. Roberto Pineda

Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

San Salvador, 31 de marzo de 2006

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