Al compañero 519: Tamba Aragón
Jueves, 10 Septiembre 2009
Por Julio Molina (*)
Caído en septiembre de 1981, uno de los guerrilleros más excepcionales que tuvo el Fmln: el rockero “Tamba” Aragón
SAN SALVADOR – Al no poder ejercer su vocación, la música, en medio de la guerra, dedicaba los momentos que tenía libres para escribir poesía. En los últimos meses antes de separarnos (en Cuscatancingo, en la casa de mi papá) lo vi organizar sus manuscritos con poesía y pasar los textos a máquina. Cada poesía quedaba mecanografiada en papel blanco y su respectiva copia en color celeste. Nunca supe a dónde fueron a parar las distintas copias que el “Tamba” escribió.
Después de la ofensiva de 1981 nos reencontramos en Chalatenango en el área del Cascajal, en los filos que bordean Arcatao. En ese momento era el jefe de las Fuerzas Especiales Selectas (FES) pues el famoso Felipito no llegaba. Felipito fue el segundo jefe que tuvo las FES, de las FPL, posteriormente asumió Roque, hasta el final de la guerra.
El “Tamba” me contó que estaba escribiendo una especie de sinfonía poética, en la que las distintas secciones de la orquesta eran los distintos sectores que integraban el movimiento popular. Esto lo estaba haciendo en un cuaderno de esos que uno llevaba a la escuela. Me preguntó si ya había escuchado la última canción de Lennon, y como por arte de magia sonó Woman en la radio portátil que tenía en su puesto de mando. Se puso a traducírmela.
Meses más tarde, en los días finales del mes de agosto, tuvimos otro encontrón en la Montañona, la zona donde estaba basificado el pelotón número uno de las nuevas fuerzas guerrilleras que se conocieron como Unidades de Vanguardia (UV) y que “Tamba” comandaba.
Me llamó la atención cuando me contó que su cuaderno de poesía se lo había dejado a una compañera sanitaria del hospitalito de la Montañona, donde, por cierto, se encontraba herido Juan José Dalton en este momento.
Al día siguiente entendí por qué había entregado sus manuscritos. El me confirmó que pronto salía a cumplir una tarea a la Subzona Dos. El objetivo era San Fernando, ya que ahí había una unidad del Ejército. La operación le salió bien, cumplió su misión, su unidad no tuvo bajas, requisó material de guerra y hasta una pistola 9 mm para él.
Emprendió el regreso y en el camino se cruzó con unos compañeros correos que le informaron que sobre la calle que de San Fernando conduce a Dulce Nombre, ellos habían bordeado una emboscada. Sebastián y su unidad iban por aquella calle y decidieron otro camino paralelo, donde encontraron un naranjal y ahí se tomaron el tiempo para retomar energía chupando naranjas.
Después reemprendieron su marcha sin percatarse que la unidad enemiga que tenía la emboscada sobre la calle la cambió al camino que llevaba el primer pelotón de UV. Se rompió el secreto, se inició el combate y el compañero vanguardia de la unidad guerrillera cayó inmediatamente mortalmente herido.
Sebastián o el “Tamba”, al darse cuenta, entró a la línea de fuego a sacar al compañero. No pudo sacarlo, pero alcanzó a sacar el fusil. Sebastián quedó atrapado dentro de la línea de fuego.
Murió en el mes de septiembre de 1981, con días lluviosos como los actuales. Este pueblo perdía de esta manera a uno de los tantos artistas que dejaron alma, corazón y vida, para empujar el proyecto de ser felices, pero todos.
Hoy tuve su nombre en mis manos al rescatar, entre pilas de papeles viejos, una lista de caídos de las FPL Fuerzas Populares de Liberación. La lista, compuesta en fecha desconocida, consiste de 807 nombres registrados.
Tal cantidad no refleja la totalidad de los caídos de nuestra organización, pero da algún indicio. Se lee: número 519, nombre: Tamba Aragón; Lugar donde cayó: La Palma.
En este caso debemos mínimamente ponerle su nombre completo: Carlos Francisco Aragón Cabrera. También debemos corregir la ubicación del lugar donde cayó combatiendo, ya que pertenece a Dulce Nombre de María o en todo caso a San Fernando, pero ciertamente está a varias leguas de La Palma.
Creo que tenemos como pueblo salvadoreño y como movimiento de izquierda una deuda con los artistas caídos. Sin lugar a dudas, debemos cambiar nuestros conceptos y dentro de estos el de Memoria Histórica, ya que llevamos 17 años que no se ha tocado la “lista” ni para conmemorar los artistas caídos ni para corregir los datos y dejarlos asentados en nuestra historia.
En estos tiempos que muchos compañeros y compañeras están trabajando arduamente en las transformaciones necesarias para nuestro país, no nos debemos de olvidar que la Memoria Histórica también es importante. Tenemos la responsabilidad de reivindicar la memoria de nuestros caídos.
(*) Ex guerrillero, artista y colaborador de ContraPunto