Martes, 27 de Diciembre de 2011 / 09:54 h
Año Politico 2011-2012
Dagoberto Gutiérrez
Los meses transcurridos durante el año 2011 que termina han sido los más cargados de tensiones, amenazas, peligros y esperanzas. En el transcurso del mismo se ha manifestado que la humanidad está situada dentro del fenómeno del cambio climático y que esperamos una naturaleza agresiva y ominosamente destructora. Que los huracanes y los temporales causarán alta destrucción y aniquilarán vidas; mientras tanto se cierne la amenaza de confrontación atómica en una guerra entre los grandes centros de poder mundial.
El telón de fondo tiene que ver con el descenso del imperio estadounidense, de su condición de imperio hegemónico a súper potencia; mientras que China avanza de su condición de potencia a imperio hegemónico. Nadie ignora que semejante transformación en la correlación de fuerzas no es posible sin enfrentamientos peligrosos.
Estados Unidos ha perdido, todo lo indica así, su condición de cabecera económica y la misma crisis de la Unión Europea y del Euro empuja hacia abajo al dólar estadounidense, dado que la economía planetaria funciona en una creciente interconexión.
Es cierto que el poder militar estadounidense resulta incontrastable, pero sin el respaldo económico ese poder es temporal, y precisamente aquí radica su peligrosidad. Esto explica la decisión estadounidense de optar por la vía de la guerra como único camino para sostener hegemonías. Por supuesto que este camino no excluye para nadie ni la posibilidad ni la necesidad de acuerdos estratégicos o virajes estratégicos o tácticos; pero cuando los aliados estratégicos como los europeos se hunden en la crisis mayor de su historia y el euro naufraga, una y otra vez, los acuerdos con aliados angustiados no parecen aconsejables, aunque sean inevitables. La confrontación planetaria consiste en la distribución de los recursos naturales y se trata de la confrontación por agua, petróleo, gas natural, y ahora por las llamadas tierras raras.
El alineamiento ruso-chino-iraní frente a Estados Unidos-Israel expresa actualmente la línea de confrontación militar estratégica de más envergadura y podemos afirmar que la confrontación militar es la salida y la opción del imperio estadounidense en descenso. No se trata de algo nuevo; por el contrario es lo que hacen los imperios cuando pierden su hegemonía, siempre usan el recurso de la guerra y en eso se está ya.
En América es Sur América el punto neurálgico del continente, y la reciente reunión de todos los gobiernos sin Estados Unidos ni Canadá determina el horizonte estratégico del proceso político regional. En el sur se encuentran todos los recursos naturales estratégicos que cualquier imperio requiere, pero como nunca antes, los países de esa región están en condiciones de defender sus recursos, y en ese afán juega un gran papel la potencia brasileña que cada vez vincula más sus intereses al poder comercial chino; mientras que la geopolítica regional no lo aproxima necesariamente al imperio decadente del norte. De nuevo, la fuerza militar del imperio es el recurso para asegurarse las riquezas naturales que necesita.
Centroamérica sigue siendo el área más pobre y atrasada del continente y el único punto donde el imperio mantiene control. La guerra de narcotráfico que envuelve a México ha hecho que la actividad capitalista y mercantil del negocio planetario de la drogas traslade sus rutas de ingreso al mercado total de las drogas de los Estados Unidos a la región centroamericana y esto convierte a Centroamérica en un encendido teatro de operaciones, toda vez que la droga que abastece al insaciable mercado estadounidense pasa toda por Centroamérica, y siendo el gobierno actual de El Salvador el más entregado e incondicional a los intereses de la Casa Blanca, resulta hasta natural que Washington mueva sus fronteras hacia Centroamérica, preparándose para convertir la región y a El Salvador en su teatro de operaciones, en su guerra mercantil y militar de la droga.
El régimen político salvadoreño es sacudido en sus cimientos partidarios y aunque hasta ahora estos partidos se enfrentan con éxito al pueblo que los repudia y rechaza, resulta que las candidaturas independientes, nacidas de abajo, enfrentadas al régimen partidario, no son sino una parte de todo un proceso de política geológica que se mueve en las entrañas sociales. Es la sujeticidad de los movimientos sociales que, naciendo desde abajo y desde adentro, se enfrentan ya al corrupto y oprobioso régimen partidario. Mientras tanto el año político nos ha presentado a una oligarquía dispersa, confundida y debilitada ante el mercado transnacional, instalado dominantemente en la economía local.
El año 2012 nos mostrará desenlaces de la configuración de una nueva distribución del poder planetario, mientras que tendremos más claras las nuevas líneas de una nueva conducción estratégica de nuestro país.