Biografía de Augusto Cotto
(basada en la “Reseña de la Vida de Augusto Cotto”, pronunciada por Jorge Pixley en el acto de homenaje del sábado 27 de septiembre de 1980)
Augusto Cotto, nació el 21 de octubre de 1941 en Jerez, Jutiapa, Guatemala, hijo menor de María Luisa Cotto, mujer campesina que permaneció a lo largo de su vida en el fronterizo pueblo. Al ser el único hijo, su madre hizo el esfuerzo de enviarlo a estudiar, oportunidad que no tuvieron sus dos hermanas mayores, Blanca y Olimpia, así que fue a hacer sus estudios primarios a Jutiapa.
La población de Jerez de la Frontera siempre ha tenido una vida activa entre ambos países. Su madre decidió mejor enviarlo a estudiar el plan básico a El Salvador, aprovechando que Augusto tenía un tío que dirigía el Instituto Democracia, colegio ubicado en San Marcos, cerca de San Salvador. Entre 1954 y 1956 cursó el plan básico y en 1958 obtuvo su título de Bachiller en Ciencias y Letras.
En este instituto conoció a Isabel Castaneda, compañera de estudios que más tarde sería su compañera de vida. El hogar de Isabel vino a ser punto de apoyo en San Marcos, y a través de su influencia tuvo una conversión a la fe cristiana. Las tres cosas, el traslado a El Salvador, el conocer a Isabel y su conversión a Jesucristo, marcarían el resto de su vida.
Al egresar del Instituto Democracia hizo un año de Química y Farmacia en la Universidad Nacional en San Salvador. Pero había sentido el llamado a una vida en el ministerio pastoral y en 1961 salió para Los Ángeles, California, a estudiar en el Seminario Bautista Hispanoamericano de esa ciudad. Recibió su licenciatura de esa casa de estudios teológicos en mayo de 1964. Su tesis sobre el teólogo alemán radical Rudolf Bultmann causó asombro en la institución y temor entre algunos profesores, pero indicó el potencial de teólogo en este joven pastor.
Inmediatamente al graduarse, volvió al país y fue llamado por la Primera Iglesia Bautista de Santa Ana como su pastor. Pastoreó esta iglesia, la segunda iglesia bautista del país, de 1964 hasta 1969. El 30 de agosto de 1964 se casó con Isabel Castaneda, y fundaron el hogar cuya hospitalidad tantos pudimos conocer a través de los años. Tuve personalmente el privilegio de ser uno de los primeros en conocerlo, el mismo año de 1964. De este matrimonio nacieron cuatro hijos, Augusto, Gerardo, Carlos y Dámaris.
El pastorado de Augusto en Santa Ana es recordado con afecto por los feligreses de esa iglesia. Allí comenzó a mostrar su compromiso por la causa de los pobres. Tuvo una intervención destacada en el movimiento de protesta por un alza de tarifas eléctricas en un cincuenta por ciento, hablando por Radio Tecana a nombre de los habitantes de las colonias populares.
El joven pastor había llamado la atención en círculos bautistas internacionales y en noviembre de 1969 fue invitado a ser Profesor de Ética en el Seminario Bautista de México. Así comenzó lo que sería una breve pero distinguida carrera como teólogo y maestro de teología netamente latinoamericana. En 1971 hubo un levantamiento estudiantil en el seminario para protestar contra la corrupción de una administración que había perdido su sentido de compromiso evangélico. Augusto fue el profesor en quien confiaron los estudiantes, y vino a ser el orientador de su Movimiento de Resurrección, que sentó las bases para el nuevo seminario Bautista en México.
En los años subsiguientes en nuestro seminario Augusto nos enseñó que una educación teológica evangélica en América Latina no podía disociar teoría y práctica, evangelización y promoción humana, ni separarse de la situación de latinoamerica. Hasta el día de hoy, la educación entre nosotros se desarrolla en las líneas que él dejó plantadas. De 1971 a 1974 fue Decano del seminario, y de 1974 a 1977 fue Rector.
A través de la Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos comenzó a tener influencia cristiana internacional, que lo llevó a viajar a muchos lugares para difundir sus ideas de liberación. Especialmente importante fue su participación en el esfuerzo de restaurar relaciones con las iglesias de Cuba, en reconocimiento de lo cual fue invitado como profesor visitante al Seminario Evangélico de Teología de Matanzas, en el segundo semestre de 1976.
La experiencia de pueblo que Augusto llevaba consigo desde su infancia, fortalecido por la solidaridad con los pobres que su fe le exigió, llevaron a Augusto cada vez más hacia una militancia política en los movimientos de lucha populares de El Salvador. Siendo ya un reconocido teólogo, tomó una licencia, por así decirlo, de sus labores docentes para dedicarse a las tareas urgentes de la revolución.
En la segunda mitad de la década de los 70’s se involucró en la organización revolucionaria Resistencia Nacional, como responsable de relaciones internacionales del Estado Mayor del Exterior dedicándose, entre otras cosas, a tareas vinculadas a la solidaridad internacional. Una de sus últimas misiones tuvo que ver con la construcción de la unidad revolucionaria en lo que se llamó al inicio la Dirección Revolucionaria Unificada “DRU” y posteriormente en la conformación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional “FMLN”.
El 17 de septiembre de 1980, viajando de Nicaragua a Panamá en una avioneta, en compañía de Ernesto Jovel, la nave sufre un percance y se impacta contra las aguas del mar atlántico. Un avión comercial avistó el siniestro y notificó a las autoridades panameñas, lo que dió lugar a una búsqueda de varios días sin éxito, que solamente localizó manchas de aceite y papeles en la superficie del agua. El hecho nunca se investigó y hasta la fecha no existe una explicación de lo sucedido que determine con claridad las causas, los motivos y los pormenores del siniestro.
Sin ver la conclusión de esta lucha, lo sorprendió la muerte. Será recordado como cristiano evangélico, revolucionario y amigo.