EL BAUTISMO DEL SEOR

ABRAMOS EL CIELO

La Iglesia en su sabidura ha puesto en perspectiva el Evangelio de este da con la comprensin de la historia de la salvacin que expresa el Profeta Isaas. Es por ello que puede ser de mucha utilidad entender el relato evanglico desde esa perspectiva. Isaas 42: 1-9 pertenece a aquello que llamamos el Deutero o Segundo Isaas y que tambin se le conoce como el Libro de Consolacin. De qu puede servirnos este texto en la comprensin de la epidemia del VIH-SIDA y como construir palabras de consuelo y de esperanza a las personas que viven con el VIH y el SIDA?

En primer lugar el profeta le habla a personas que estn viviendo en un exilio forzado y que anhelan regresar al hogar para fundamentar la esperanza en que el retorno est prximo. Nosotros tambin le estamos hablando a personas que han sido exiliadas de nuestras comunidades cristianas y obligadas a vivir en la intemperie de una sociedad annima y muy poco solidaria. Nosotros y nosotras tambin estamos llamados a anunciar en medio de ese exilio impuesto por aquellos que se sienten dueos de la verdad que la comunidad cristiana inclusiva que les ha de recibir con los brazos abiertos y de forma incondicional es una realidad al alcance de la mano.

Asimismo, y frente a muchos fundamentalistas, que consideran que las verdades son eternas y que aquello que fue valido para un momento y una situacin determinada tienen valores absolutos en el tiempo y en el espacio, en este texto de Isaas vemos claramente como la revelacin de Dios es una accin dinmica. El pueblo de Dios arriba a una nueva comprensin con relacin a la naturaleza misma de Dios y de la responsabilidad de la comunidad de fe. En medio de la epidemia del vih-sida nosotros y nosotras tambin crecemos en la comprensin de la naturaleza de Dios y de la responsabilidad de nuestra comunidad como pueblo de ese Dios. Las profecas y las revelaciones de Dios no han cesado sino que cada da y en cada circunstancias nos llama a ser creativos y fieles.

El profeta Isaas descubre y comunica a sus hermanos y hermanas que Dios mismo es el que nos ha llamados a ser su pueblo. Que este pueblo tiene una misin especfica que es la de ser testigos de la accin transformadora y dinmica de Dios. Como afirma Santa Brgida de Suecia: Oh Jess, Hijo de Dios, T que estuviste en silencio delante de los que te juzgaron, silnciame, hasta que haya podido considerar qu y cmo hablar. Mustrame el camino y hazme dispuesto a seguirlo. Fatal es quedarse y peligroso seguir

Y con ese horizonte podemos aproximarnos al texto del Evangelio de hoy. Aqu encontramos dos formas muy claras de predicacin y de anuncio del Reino de Dios. Muchas de nuestras comunidades tendrn que reflexionar a qu escuela de predicacin pertenecemos. Juan el Bautista impone la conversin por el temor al Reino que ya viene. Es urgente convertirse porque de otra manera caer sobre todos y todas la condena. El temor es la base de la urgencia del llamado a la conversin. Muy semejante a lo que escuchamos en plazas y programas religiosos. Se leen los signos de los tiempos como calamidades que no deben hacer temer un fin apocalptico prximo. La misma epidemia del vih-sida se la entiende en ese contexto.

Jesucristo viene a predicar desde otra perspectiva. La conversin esta relacionada con la venida del Reino pero no por temor sino porque sabemos que esa conversin ha de acelerar la venida del Reino. La conversin de cada uno de nosotros y de nuestras instituciones son un anuncio de que la justicia y la paz que estn relacionadas con el Reino son el fruto de la conversin. Los cambios que debe mostrar nuestros pensamientos y acciones son herramientas para acelerar el establecimiento del Reino que quiere el Seor.

El otro hecho sorprendente es que Juan el Bautista acta exactamente como actuamos nosotros como individuos y como instituciones. No entendemos absolutamente nada de la accin de Dios en Jesucristo. Siempre Jess se coloca para nuestro escndalo y escndalo de Juan el Bautista, en la fila de los pecadores. Todos y todas hubiramos visto como lo polticamente correcto y pastoralmente esperado, que Jess comenzara a bautizar junto con Juan. Lo desconcertante entonces y ahora es que Jess se coloca del otro lado del mostrador. Jess se ubica en la fila de los pecadores y pecadores para mostrar que su compromiso es total. No tiene ningn temor que ser confundido con ellos y ellas porque sabe que desde esa comunin y compromiso de fila el cambio es posible. Sabe que ese ubicarse en ese contexto y en esa proximidad es la revolucin del Reino. Jess no solo se mezcla sino que a los ojos de Dios se hace marginado y excluido.

En esa ubicacin de Jess en la fila de los estigmatizados fundamentamos nuestra esperanza en el contexto de la epidemia del vih-sida. Podemos hoy anunciar que Jess se ha colocado en la fila de los grupos vulnerables al vih-sida, en todos esos grupos y con todos los hermanos y hermanas que viven con vih-sida porque estamos convencidos que Dios no hace diferencia entre personas. A los ojos de Dios todas y todas estamos en la misma fila, todos y todas necesitamos de ese bautismo que nos hace morir a los prejuicios y nos hace renacer a la comunin, solidaridad y justicia.

Esa accin de solidaridad, comunin y compromiso es la accin que abre los cielos. Si realmente la iglesia y la comunidad cristiana quiere ser puerta del cielo dependemos de una accin que asombre y confunda a muchos Juan el Bautista de nuestro tiempo. La iglesia misma necesita ser bautizada en ese bautismo de arrepentimiento para que el cielo se abra nuevamente a muchos hermanos y hermanas que viven hoy con el vih-sida y a las personas que forman parte de los exiliados de los grupos ms vulnerables a la epidemia.

Entonces todos y todas van a escuchar nuevamente Este es mi Hijo y mi Hija muy querida, en quien tengo puesta toda mi predileccin. El amor de Dios es la que nos hace hijos e hijas de Dios y hermanos y hermanas.

Para la revisin de vida

En este da volvemos a afirmar nuestro compromiso de Bautismo. Queremos que nuestras vidas sean iluminadas por la presencia de Cristo en ellas de tal forma que el Espritu del Reino descienda sobre cada uno de nosotros y nosotras para que este tiempo no se comn ni ordinario sino que sea un tiempo extraordinario de sorpresas y creativada en la fe y en la vida comunitaria.

Para la reunin de grupo

Cumplamos todo lo que es justo. Esas palabras de Jess se aplican hoy a la comunidad de fe, al pueblo llamado y convocado por el Espritu. Esa es la misin de los bautizados: cumplir todo lo que es justo. En el contexto de la epidemia de f debemos preguntarnos cmo y a travs de que alianzas estratgicas ayudamos a que se cumpla todo lo que es justo.

Para la oracin de los fieles

-Para que todos los hombres y mujeres, seropositivos o seronegativos, acepten y fomenten el Amor, la Justicia y el Derecho, roguemos al Seor

Por todos los seguidores de Jess, para que se distingan siempre como el Mesas en el que creen por su amor a la paz, a la concordia, a la justicia y al derecho

-Para que aprendamos de todos los hombres y mujeres, seropositivos o seronegativos, que han descubierto el imperativo absoluto de los derechos humanos, que vienen a ser derechos divinos

-Para que todos renovemos nuestro bautismo: nuestra decisin de seguir a Jess y comprometernos con su proyecto mesinico de implantar el Derecho en el mundo

-Para que la Iglesia se pueda colocar con simplicidad y humildad en la fila de aquellos y aquellas que necesitan el bautismo de conversin para que el reino se haga una realidad.

Oracin comunitaria

Dios nuestro, que en el bautismo de Jess lo has proclamado como tu Hijo muy amado, el predilecto; te suplicamos nos cobijes bajo su nombre y nos concedas conformarnos cada da ms cercanamente a su imagen, haciendo nuestra su Causa y prosiguiendo su misin de ser luz de las naciones y de implantar el Derecho en la tierra. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Seor

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