Padre Octavio Ortiz Luna, y los cuatro catequistas que que dieron su vida por la causa del Evangelio.
Eran las cinco de la mañana del Sabado 20 de Enero de 1979; en San Antonio Abad empezaba a amanecer…El cielo estaba azul manchado con una que otra nube…pero estaba la mañana triste…en las calles se sentia un frio de muerte; los gallos no anunciaron la llegada del nuevo dia, los perros amanecieron aullando como lobos, presintiendo la llegada de la muerte. En las calles no habia casi gente, solo la vendedora de “Shuco” en la esquina de la calle, rodeada de cuatro o cinco personas que trataban de quitarse el frio con “Shuco” caliente.
En la casa de retiro espiritual llamada El Despertar, se encontraban reunidos desde el dia anterior, un grupo de jovenes que oscilaban entre los 12 y veinte años de edad; realizaban un cursillo de iniciacion cristiana, estaba dirigido por un sacerdote joven y de aspecto campesino y humilde, segun se supo era originario de Cacaopera, departamento de Morazan en la zona oriental del pais. Le ayudaba en el retiro una monja de Belgica, se llama Maria Jose Forrier y todos le llamaban con cariño “Hermana Chepina”.
Habia mucha sabiduria celestial en el grupo de refleccion, esta mañana el sacerdote joven de aspecto campesino, abrio la biblia en el libro del profeta Isaias y leyo: “EL ESPIRITU DEL SEñOR ESTA SOBRE MI; EL SEñOR ME CONSAGRO POR SU ESPIRITU.
ME ENVIO A TRAER LA BUENA NUEVA A LOS POBRES, A ANUNCIAR A LOS CAUTIVOS SU LIBERTAD Y A LOS CIEGOS QUE PRONTO VAN A VER. A DESPEDIR LIBRES A LOS OPRIMIDOS Y A PROCLAMAR EL AñO DE GRACIA DEL SEñOR”…
Cerro el libro y formulo preguntas para reflexionar el texto; en ese momento se escucho un ruido fuerte en la entrada del porton principal, el sacerdote salio para ver que sucedia, en el mismo instante que los soldados entraban disparando sus armas; una tanqueta del ejercito habia irrumpido salvajemente rompiendo en pedazos el porton del sagrado recinto.
Los soldados disparaban a diestra y siniestra, los jovencitos gritaban y corrian de un lado a otro; nadie pudo escapar; cuatro de ellos fueron presa de las balas de los soldados; y el resto fueron conducidos al cuartel general de la Guardia Nacional, junto con hermana Chepina, mientras el Padre Octavio quedaba tirado en un charco de sangre, con la cabeza aplastada por la tanqueta.
Otros soldados entraron al sagrado recinto destruyendo imagenes y guitarras y todo cuanto se encontraba en el recinto, tal parecia que volviamos a los tiempos de persecusion de siglos pasados. Alrededor de la casa habia un cordon militar completo. Muy cerca de alli un grupo de mujeres esperaban saber del futuro de sus hijos dentro de la casa pero ya no estaban alli, los soldados se los habian llevado para el cuartel… “HIJAS DE JERUSALEN, NO LLOREIS POR MI, LLORAD MAS BIEN POR USTEDES MISMAS Y POR VUESTROS HIJOS…” (Lucas 23,28).
El señor Arzobispo se apresuro a viajar desde el arzobispado a San Antonio Abad, para servir de mediador, pero se le nego la entrada.
Para los jovenes, en el cuartel General de la Guardia nacional, todo era una pesadilla, los guardias tocaban a las a las jovencitas y les decian que si no se declaraban culpables les iba a pasar lo mismo que a las niñas de San Pedro Perulapan (los soldados habian violado y asesinado posteriormente a las niñas de aquella ciudad meses antes), los jovencitos de entre 12 a 20 años eran sometidos a torturas, la Hna. Chepina era sometida a intensos interrogatorios, mientras el Socorro Juridico del Arzobispado y la embajada de Belgica, negociaban la libertad de los detenidos.
El cadaver del Padre octavio Ortiz Luna fue llevado a la morgue de la Funeraria Maria Auxiliadora donde los medicos hicieron grandes esfuerzos para arreglarle la cara al padre Octavio, mas todo fue en vano; Monseñor Romero dijo a este respecto :
“OCTAVIO YA SE TRANSFORMO PORQUE DIO SU CARA POR CRISTO”.
Los soldados trasladaron a Monseñor Romero a las instalaciones del cuartel de la Policia Nacional donde fue interrogado junto con un dirigente del equipo de formacion cristiana; entre los interrogatorios, habia tambien cuestiones acerca del señor Arzobispo, de que si era verdad que llegaba a sembrar la subversion en los centros de formacion cristiana.
Monseñor Romero oficio una misa a las ocho de la mañana en catedral junto con cien sacerdotes y mas de 500 personas, donde se encontraba presente el señor Lara Braud, representante del Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra y del Consejo Nacional de Iglesias de USA y amigo intimo de monseñor Romero. Antes de la homilia de Mons/ Romero, el Dr, Lara Braud pronuncio unas palabras de pesame al pueblo Salvadoreño, entre las que entresaco las siguientes: “ Puedo escuchar al Sacerdote Octavio Ortiz Luna, ya desde la eternidad, donde no hay mas muerte ni llanto, diciendonos a cada uno de nosotros sus hermanos sobrevivientes: AHORA ME GOZO EN LO QUE PADEZCO POR USTEDES Y CUMPLO EN MI CARNE LO QUE FALTA DE LAS AFLICCIONES DE CRISTO PARA BIEN DE SU CUERPO, LA IGLESIA…. En representacion de mi pais adoptivo, Los Estados Unidos de Norte America, en representacion de estos cristianos de mi pais adoptivo, pido perdon a ustedes, mis hermanos Salvadoreños, en la medida en que mi pais apoya un orden social que fabrica pobres y que premia a los opresores..”
Monseñor Romero agradecio vivamente este gesto de solidaridad y vio en ello la esperanza de un verdadero movimiento de Solidaridad Ecumenico.
(Frankie Flores escribiendo desde Santuario en La Iglesia Unitaria Universalista- Enero de 1985)