La ruptura del orden constitucional por parte de las fuerzas armadas o de sectores oligárquicos ha sido una constante histórica en El Salvador y sus alrededores, desde los días en que empezó a gatear la Republica y se turnaban entre conservadores y liberales el dominio de lo que nuestro pueblo calificó sabiamente como “la guayaba.”
En nuestro caso, la historia de El Salvador es la historia de los golpes de estado. Son como los terremotos y los volcanes, parte del paisaje geopolítico. Y también lo es la resistencia popular. Como regla histórica cuando las clases dominantes ven en peligro sus intereses recurren invariablemente a la violencia, y en nuestra aldea, a la represión y a los golpes de estado.
Han pasado 30 años desde el último golpe de estado un 15 de octubre de 1979. Luego vino una guerra que mantuvo entretenidos a nuestros militares por doce años hasta que en 1992 regresaron a sus cuarteles. Desde entonces los uniformados se han mantenido silenciosos y obedientes al poder civil. Pero…dice nuestro pueblo: gallina que come huevos aunque le corten el pico.
Se pensaba ilusamente que en Centroamérica, luego de las guerras civiles de los años ochenta, que los golpes de estado y sus respectivas resistencias, eran reliquias de museo. Pero el año pasado, en pleno siglo XXI, en pleno gobierno imperial de Obama, en plena era digital, con TLC y Parlacen incluido, la derecha junto con los militares hondureños, Roberto Micheletti junto con el General Romeo Vásquez, nos dan una singular sorpresa al “destituir” al presidente electo Zelaya.
En la más tradicional de las modalidades, los militares van de madrugada a sacar al presidente Zelaya de su casa y lo mandan a otro país. En la vía chilena de 1973 asesinaron al presidente Allende y asumió el dictador Pinochet. En la variante hondureña asume un dictador civil, se realizan elecciones, el dictador civil entrega el mando y aquí no ha pasado nada. Dice también la sabiduría popular: cuando veas las barbas de tu vecino rasurar, pon las tuyas a remojar…
En los últimos tiempos en nuestro vecindario centroamericano, esta hazaña de la derecha hondureña únicamente ha sido superada, y precisamente a un año del golpe, por la decisión del congreso costarricense de autorizar convertir a Costa Rica en una gigantesca base militar para siete mil soldados de Estados Unidos. Los militares hondureños pisotean la democracia y los políticos ticos mancillan la dignidad de Centro América.
Son dos fenómenos que inciden negativa y fuertemente en el escenario político regional. Parece que Obama permite que en la región sean los halcones del Pentágono los que definan como arrinconar al gobierno de Daniel Ortega. Parafraseando a Bécquer podemos decir: volverán las tropas invasoras, en tu balcón sus nidos a colgar. Y estamos seguros que regresara también la resistencia…porque nuevos golpes militares y nuevas intervenciones de tropas extranjeras provocaran sin duda alguna la respuesta popular. Surgirán nuevos Sandinos y Farabundos…
¿Y como esto nos afecta en la patria chiquita mía…?
La reciente y valiente decisión de cuatro magistrados de la Corte Suprema de Justicia de admitir las candidaturas independientes para las elecciones legislativas y municipales del 2010 se ha convertido en un terremoto político. Frente a este terremoto político todas las fracciones legislativas rápidamente han blindado el sistema y salido a la defensa del status quo afirmando que solo se puede ser candidato desde el cántaro de los partidos del sistema.
Por otra parte, la derecha hace crecer en la opinión pública el desencanto por una Asamblea Legislativa improductiva y costosa, con muchos diputados viajeros y que cambian de partido como cambiar de camiseta. Es parte de un diseño estratégico para justificar la necesidad de golpear.
Se ha abierto una peligrosa crisis de institucionalidad. Esta en crisis el sistema político de partidos diseñado a partir de los Acuerdos de Paz de 1992. Y es una crisis vinculada a una crisis socio económica que no logra ser mitigada con los préstamos internacionales. Pero también la decisión de la CSJ abre nuevas posibilidades de expresión popular y de ampliar la participación ciudadana.
Y si a esto se le agrega la crisis en el tema seguridad es una combinación explosiva. Y es por esto que el Presidente ha pedido prudencia mientras que es sumamente curiosa la posición del FMLN defendiendo al sistema vigente. Podría uno fácilmente preguntarse: ¿Es debido al mareo por las alturas? ¿Se les ha subido el champagne?
Y mientras tanto los que sueñan con el golpe perciben que la vida les presenta otra nueva oportunidad para actuar. Audaces fortuna juvat.
Las lecturas de estos hechos nacionales y regionales son variadas de acuerdo al prisma ideológico y las necesidades de las fuerzas políticas en contienda. Vamos a hacer un recorrido por sus distintas vertientes.
Para un sector de la derecha, el golpe en Honduras y la presencia masiva de tropas estadounidense en Costa Rica, son un sello de garantía y a la vez una oferta única en un momento complejo en el cual marzo del 2012 se acerca inexorable y la maquinaria electoral llamada ARENA se encuentra fundida, con un líder cuestionado y una base confundida. Están esperando para actuar los resultados de las elecciones en Venezuela de septiembre próximo.
No están preparados para el 2012. Una operación de emergencia, preventiva, con un bisturí afilado, podría extirpar el tumor maligno. La prueba es que los hondureños pudieron hacerlo. La factura por la operación se paga en el camino, solo se necesita convencer a los cirujanos, definir donde cortar y buscar la sala de operaciones.
Hay otro sector de la derecha, más cauteloso, experimentado, que piensa que se puede y se debe navegar y bañarse en las tibias y tranquilas aguas del Gobierno Funes, el cual en el ejercicio del gobierno, aprenderá que la opinión de la empresa privada es crucial para todo tipo de proyecto. Un año les ha enseñado a los banqueros convertidos en hoteleros, como manejarse en esta nueva carretera, sin dañar sus vehículos y sin pagar multas de transito. Temen despertar la ira de la gente y abrir una caja de Pandora que luego será difícil de cerrar, piensan incluso que pueden vivir con una reforma tributaria light, pactada y segura.
La peor pesadilla de Funes
Para el gobierno Funes la posibilidad del golpe es la peor pesadilla que se abre en el horizonte inmediato y prefiere pensar que no debe de suceder. Confía Mauricio y su equipo que su “buen comportamiento” internacional –Honduras, Taiwán, próxima y principalmente Colombia y luego Brasil- y nacional – lectura de Biblia en las escuelas, reunión con cúpulas del FMLN y Arena, consultas a la ANEP, el CES- les permitirá contar con la bendición y protección de Washington para evitar cualquier tipo de aventura golpista. Ojala que las hojas no le toquen el cuerpo cuando caigan.
Para el FMLN como principal y más experimentada fuerza de la izquierda, y como partido de gobierno, y en medio de un proceso electoral interno, la posibilidad del golpe se percibe como remota. Confían demasiado en lo caminado en 18 años y piensan que no puede haber marcha atrás. Consideran que han mostrado en los hechos su decisión de jugar con las reglas del sistema y la opción del golpe no la ven factible, realista. Ojala tengan razón y los fascistas le teman a los niveles de la respuesta popular y al seguro inicio de una nueva guerra.
Pero los vientos de golpe soplan en los cuarteles así como soplaron los vientos de cambio en los barrios populares. Las ventanas de los cuarteles se abren siempre ante los clamores de la sociedad. Y las banderas buscan a los soldados. Esto lo vimos en marzo del 1972 con el golpe progresista del Coronel Benjamín Mejía. Y podríamos verlo de nuevo…con otro signo ideológico, no hay nada nuevo bajo el sol dice el Eclesiastés. Y también dice vanidad de vanidades, todo es vanidad…
¿Es posible un golpe de estado contra Funes? Es posible. El fascismo criollo levanta cabeza…y debemos de preparar la respuesta al zarpazo. No queda alternativa.
Roberto Pineda, docente de la Universidad de El Salvador
San Salvador, 8 de agosto de 2010