PARAISO DE OSORIO, Cuscatlan, 10 de marzo de 2009 (SIEP) En el corazón de una montaña fue enterrado esta tarde el corazón de una gran luchadora social salvadoreña, de nombre Ester Tejada, de 62 años, fallecida la medianoche del pasado 7 de marzo.
“Mi mamá murió feliz porque murió luchando por lo que le gustaba, por sus sueños…”expresó Lorena Tejada, hija de la fallecida. Ester había llegado a El Salvador en enero, desde la urbe de Los Ángeles para incorporarse a la campaña de Mauricio Funes para la presidencia. Fue la última campaña política de una vida dedicada a luchar por la paz y la justicia.
En 1980, cuando trabajaba en la INSINCA fue víctima de amenazas por lo que salió del país, buscando refugio en Los Ángeles, Estados Unidos. Allí trabajo en la industria textil y luego de sufrir un accidente laboral fue pensionada.
En el cementerio, el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular, quien a principios del 2007 fue hospedado en la casa de la fallecida, expreso el siguiente testimonio:
“Deseo expresar a nombre de mis compañeros y compañeras del FMLN de Los Ángeles y en el de mi Iglesia, como pastor de la Iglesia Luterana Popular, mi dolor por la muerte de nuestra querida hermana Ester Tejada. Ester se encuentra ya en presencia de nuestro Padre Celestial…ya terminó su camino en esta tierra. Ya cumplió con su tarea. Cada uno de nosotros tiene una misión en esta tierra. La misión de Ester fue ser sal de la tierra y luz del mundo. Conocí a Ester hace dos años en Los Ángeles, Ester era una mujer que tenía tres grandes amores.
Los tres grandes amores de Ester.
El primer amor era por su familia, por sus hijos e hijas. Por sus nietos y nietas. Pensaba mucho en ellos. Pasaba preocupada por garantizar que sus nietos y nietas que le decían “grandma” le entendieran en español, que no fueran a olvidar sus raíces, sus orígenes hispanos y salvadoreños. Es una tarea que deja para sus hijos e hijas…
El segundo amor era por su país. Por esta tierra que hoy conozco que es tan linda, llena de montañas, de árboles y esta brisa que nos acaricia. Y ella vivía allá rodeada de edificios y autopistas y añoraba esta tierra. Soñaba con regresar y regresó…Pero no era solo la naturaleza, ella adoraba a este pueblo, a su gente. Y por eso le daba mucha tristeza e indignación cuando venía a visitar a su pueblo y se encontraba con jóvenes sin empleos, con mujeres abandonadas por sus esposos con dos o tres hijos, cuando presenciaba la angustia que surge de la pobreza, el miedo en los rostros ante las amenazas de los ricos, los niños en las escuelas sin pupitres, la gente enferma sin tener para la consulta o para comprar las medicinas, los jóvenes sin oportunidades de conseguir un empleo. Todo eso le dolía y le indignaba y le daba más ánimos de seguir luchando. Y por eso en cada campaña electoral se venía antes para incorporarse a las brigadas del FMLN.
Porque ella, Ester, había comprendido que para terminar con la pobreza, con la explotación se necesitaba cambiar la historia del país y expulsar a los ladrones del gobierno. Y por eso ella se había organizado, era activista del FMLN, y creyó que con la fórmula de Mauricio y Salvador la esperanza había nacido y había que venir a empujar ese cambio, porque hoy iba a ser diferente. Y se preparaba para el 15 de marzo. Es otra tarea que nos deja, derrotar a ARENA el 15 de marzo. Será una victoria por Ester.
Me acuerdo cuando llegue a Los Ángeles, ella con otros compañeros fue a esperarme al Aeropuerto y sus ojos se iluminaban cuando me oía hablar del movimiento popular salvadoreño. Y sus ojos se ponían tristes cada vez que uno de nosotros regresaba a la patria, ella soñaba con regresar a este sol que nos quema la piel, y a estas luchas que surgen en nuestros sectores populares. Y regreso para quedarse. Y estoy seguro que murió tranquila. Cuando se vive con dignidad se muere con tranquilidad. Y ella vivió una vida muy intensa entregada a los demás. De eso es que habla el Evangelio, eso era lo que hacía Jesús, luchar por los demás…y ella lo entendió muy bien.
Tuve el privilegio de presenciar, de conocer ese compromiso. Era una persona que veneraba a Monseñor Romero. Por eso colocar el retrato de Monseñor en su ataúd fue muy significativo. Respetaba mucho a Schafik Handal. Tenía una confianza muy grande en la capacidad de nuestro pueblo de lograr la victoria. Y ella quería presenciar ese momento. Y lo hizo. La convocatoria popular del cierre de campaña fue para ella muy impactante. Una señal del triunfo, de la fortaleza popular, de la esperanza que se vuelve victoria.
Y Ester tenía un tercer amor. El amor por la justicia. El amor por los débiles, por los pobres. Y la indignación en contra de los abusos. Ester era un carácter alegre, le gustaba bailar, reírse de las ocurrencias de los demás. A mí que soy pastor me evangelizó en más de alguna ocasión. Les cuento una anécdota: una vez veníamos de regreso de una actividad y al llegar cerca de la casa vimos que la Policía tenía detenidos y abusaba de unos jóvenes latinos, yo acelere el paso para sortear la situación y ella me llamó y me dijo: mire lo que les están haciendo…y se fue directamente a enfrentar al oficial al mando. Yo no quería meterme en problemas y ella me evangelizó…
Los Ángeles es una ciudad inmensa, de largas avenidas y millones de gente. Y en esa ciudad gigantesca Ester dejo una huella de solidaridad y de dignidad. Ester estaba siempre con el cartel, con el megáfono, con la hoja informativa, denunciando las injusticias de los poderosos. Tenía su propio megáfono que era su arma de combate.
Ester era parte del Comité de Base Feliciano Ama del FMLN de Los Ángeles. Una militante disciplinada, activa, siempre dispuesta a cumplir las tareas, a sacrificarse, a ayudar, a reclutar nuevos miembros, a vender números para una rifa…EL FMLN era la expresión de sus sueños de justicia y liberación.
Era parte también de la Primera Iglesia Unitaria Universalista. Allí además de preparar el café para después del servicio religioso, también participaba en diversos comités, invitaba gente para los cultos, era muy activa.
Lo mismo del Sindicato de Pasajeros. En Los Ángeles los buses son municipales y entonces los pasajeros se han organizado para garantizar un pasaje justo y que las rutas lleguen a comunidades negras y latinas. Las reuniones se hacen en ingles, español y coreano. Es un sindicato multirracial dirigido por un salvadoreño. Y Ester siempre estaba presente en sus luchas.
También en las luchas por los derechos de los indocumentados. Ella era una ciudadana estadounidense, viajaba con pasaporte de Estados Unidos. Pero ayudaba a los hermanos y hermanas sin papeles. Varias veces fuimos a vigilias en el edificio de Inmigración junto con sacerdotes de la Placita Olvera. Hasta estuvo en una huelga de hambre por esta causa.
También era de la mesa directiva de la Coalición Los Ángeles. Una organización de inquilinos que lucha por que no desalojen a familias pobres de edificios viejos, que a veces los dueños los queman para construir luego condominios. Y la gente pobre se queda sin sus apartamentos, sin un lugar donde vivir.
Y también en la lucha contra la guerra en Irak. Estuvimos en manifestaciones exigiéndole a Bush el regreso de las tropas a casa. En eventos con objetores de conciencia convocados por Latinos por la Paz, una organización de las comunidades mexico-americanas en contra de la guerra. Y podría seguir, Ester era una llama iluminando las conciencias de la gente de Los Ángeles. Ester ya esta en la casa de nuestro Padre, y Ester esta también en las luchas de este pueblo, y de los pueblos del mundo. Su vida nos enriqueció a todosy todas. Amén.”