FMLN: de partido de izquierda a partido del régimen burgués

FMLN: de partido de izquierda a partido del régimen burgués

Escrito por Camilo Aguilar

Jueves 28 de Junio de 2012 01:21

Con este primer artículo queremos iniciar una polémica teórico, política, e ideológica, con todas las organizaciones de la izquierda que se mantiene por fuera del FMLN, y con el grueso de la base militante de este partido. Se trata sobre uno de los temas que en la izquierda salvadoreña está comenzando a tomar su lugar, se trata de la discusión sobre la necesidad de crear un nuevo partido dela izquierda en este país, ante la traición de la cúpula del FMLN, que ha convertido al Frente en un partido que viene en un claro retroceso rumbo hacia la derecha, es ahí donde la necesidad de construir un nuevo partido con un sólido programa y principios revolucionarios socialistas, es una tarea que no es simplemente un deseo de la subjetividad de unos cuantos individuos, creemos que sus causas son objetivas, es decir, tienen relación con el desarrollo de la situación política de la lucha de clases en nuestro país.

Como UST creemos que este debate no solo se dará entre la base del FMLN y demás organizaciones de la izquierda, sino que también se trata de polemizar con el MDP, que también ya comienza aparecer con su propuesta de construir un nuevo partido de la izquierda, es por eso que creemos que este debate pone a la orden del día, la discusión de la concepción de partido revolucionario bajo la concepción de Lenin, en especial porque los reformistas están queriendo mantener la concepción de un partido de izquierda con un programa de conciliación con sectores de la burguesía. Manteniendo la misma concepción y política que la vieja burocracia que dirige el FMLN.

Los orígenes revolucionarios del FMLN ya no existen más

El FMLN nació en los años 80 producto de la unidad militar de cinco organizaciones político militares, que combatieron a la dictadura militar y al ejército de la burguesía salvadoreña, financiado directamente por el imperialismo. Bajo ese nombre se originó una identificación del pueblo trabajador y sus organizaciones de masas, que con grandes expectativas apoyaban la lucha contra la dictadura, con grandes movilizaciones y huelgas.

En el marco de un proceso revolucionario centroamericano, la lucha que dirigió el FMLN, por su dinámica y por sus objetivos se convertía no solo en democrática, es decir, derribar a las dictaduras militares, sino que también se convertía en anti imperialista.

Varias décadas han transcurrido y la actual burocracia gobernante en el FMLN, prefiere dejar atrás en el basurero de la historia, estas heroicas luchas y los miles de muertos que dieron sus vidas por el triunfo de la revolución, y no por un pacto negociado con el gobierno y el imperialismo, que fue donde la comandancia en aquel entonces, no solo le puso fin a las aspiraciones revolucionarias de las masas, sino que también aceptaban su nueva condición como partido político, que obedecería las reglas del juego dentro del capitalismo.

Así se abría una nueva etapa en este partido, en donde se iniciaba el camino de renuncia de los principios revolucionarios, y se comenzaba a erigir una poderosa burocracia que usurparía el pasado revolucionario.

Los avances electorales distancian al FMLN de la concepción de partido revolucionario y de sus bases

Después de la firma de los acuerdos de paz, la dirección del FMLN comenzaba su nuevo camino rumbo a preparar su aparato a estar listo para las elecciones, competir por diputados, alcaldías, y la presidencia, todo dentro de la lógica y concepción burguesa de la participación en estos procesos, y luego a ser administradores directos de una pequeña parte de la instituciones y cargos públicos dentro del Estado burgués salvadoreño.

Si la dirección del FMLN hubiera optado por construir un partido revolucionario y socialista, la participación en estos espacios electorales se hubiera orientado bajo la claridad que servían como tácticos, es decir, solo eran medios para hacer llegar las propuestas y programas revolucionarios a mayor cantidad de trabajadores, y con esto también denunciar la falsedad de este régimen electoral.

Para un partido bajo la concepción leninista, las elecciones no son una estrategia, sino como hemos dicho es una táctica, la estrategia a la que renuncio la dirigencia del FMLN, es a la organización y movilización de las masas trabajadoras en contra del capitalismo, que hoy en la actualidad ellos ayudan a sostener con su política en el gobierno, y manteniendo los mismos ataques que la derecha hacia a los sindicatos más clasistas y luchadores.

La burocratización alcanzada en la asamblea legislativa y en la administración de las alcaldías han distanciado al FMLN de un régimen interno de centralismo democrático, y de un programa revolucionario, en el actual partido FMLN, la base es la que obedece y solamente es tomada en cuenta para las tareas de propaganda electoral, manipulando a la militancia de forma utilitarista.

En cuanto a este régimen podríamos definirlo en palabras de Nahuel Moreno1:

“La necesidad de vida interna democrática tiene que ver con la relación objetiva que el partido tiene con el movimiento de masas y con la dialéctica de esa relación. En primer lugar, el partido necesita democracia porque la elaboración de su línea política es colectiva. No es obra de algunos individuos particularmente inteligentes o preparados, sino del choque de las opiniones de todos aquellos que componen el partido; de todos esos militantes que expresan al sector del movimiento de masas sobre el que desarrollan su actividad. Pero una vez elaborada, esa línea debe ser confrontada con la realidad, lo que se hace a través de la actividad militante de cada uno de los equipos e individuos y del partido en su conjunto.”

La realidad se ha encargado de demostrar que en el Frente ningún militante de base discute, ni mucho menos decide la política del partido en ningún organismo, por ejemplo: la tan famosa convención nacional es solamente un show donde levantan la mano los miembros del partido más cercanos a la cúpula del partido. La cuestión del régimen interno y el programa es fundamental, ya que este es el que define el carácter revolucionario de un partido que se disponga a luchar por los derechos históricos de la clase trabajadora, haciendo referencia al partido revolucionario bolchevique2

Moreno mencionaba lo siguiente:

“La actividad central del partido revolucionario no era la electoral, sino la lucha de clases. Es el partido del trabajo diario, que interviene en las luchas de todos los días de la clase obrera y las masas explotadas, las acompaña, las trata de organizar y organiza en la clase y sus luchas al propio partido. Está en las peleas de la clase, en todas: tanto en las grandes como en las pequeñas. Siempre trata de estar al frente de ellas, de dirigirlas y organizarlas o, como mínimo, intervenir en esas luchas espontáneas que hace la clase.”

La cúpula y su partido, rojos por fuera burgueses por dentro

Creemos que este no es el partido de las bases que todavía en su mayoría está compuesta por militantes honestos y revolucionarios, pero que siguen maniatados de pies y manos por la cúpula, gran parte de esta base es testigo de la degeneración de la dirección y muchos de ellos ya son conscientes de este proceso, pero a pesar de esto muchos todavía guardan la esperanza de que el Frente cambie de rumbo, pero este no pasa de ser solamente un buen deseo, porque la cúpula mantiene el control total de los espacios de discusión y decisión del partido, el blindaje es tan duro, que hoy en el gobierno les está permitiendo escalar en sus planes como empresarios, constituyéndose como una nueva burguesía que se viste de rojo.

Mientras las bases siguen siendo de la clase trabajadora que hoy está viendo que el partido de la cúpula en el gobierno, mantiene las mismas políticas de beneficio a la burguesía y de obediencia al imperialismo.

Construir un nuevo partido revolucionario socialista e internacionalista

Trotsky dijo sobre la derrota de la revolución del 36 en Francia bajo el gobierno de frente popular: “los obreros fueron incapaces de reconocer al enemigo porque este se disfrazaba de amigo”. Este problema de la claridad del gobierno sobre su naturaleza de conciliación con la burguesía, puede ser el gran obstáculo para el avance de la revolución salvadoreña y por eso mismo el gran desafío para las fuerzas que se reivindican de la izquierda revolucionaria en El Salvador. Desde la UST hacemos un llamado a las corrientes y militantes de la izquierda en el FMLN, a que entren en la vía de la ruptura con la cúpula en el FMLN, y discutamos un programa y un nuevo partido revolucionario, en alternativa al FMLN.

[1] Nahuel Moreno 1924-1987: uno de los principales dirigentes trotskistas de la posguerra, fue el fundador y máximo dirigente del Movimiento Al Socialismo de Argentina, en su momento el partido trotskista más grande del mundo y también la LIT-CI.

[2] Bolcheviques: deriva de la palabra rusa que significa mayoría. En el congreso de 1903 del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, celebrado en Londres, se produjo una ruptura en torno al tipo de organización revolucionaria que debía construirse. Lenin impuso sus posiciones por mayoría; desde entonces se conoció a su tendencia como bolcheviques. La otra fracción, dirigida por Martov, quedo en minoría, de ahí su nombre de mencheviques. Los bolcheviques dirigieron la revolución rusa de octubre de 1917.

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