LAS LUCHAS POPULARES DEL SIGLO XX EN EL SALVADOR
Por Roberto Pineda*
1930. Se funda el Partido Comunista de El Salvador, PCS.
De acuerdo con Jorge Fernández Anaya, secretario general de la Juventud Comunista Mexicana “el Partido Comunista de El Salvador se fundó a orillas del lago Ilopango el 30 de marzo de 1930. En la preparación del Congreso Constituyente participó activamente, en enero y febrero de 1930, el compañero Jacobo Hurwitz (comunista peruano que regresaba a su país), y su actividad consistió en la mejor organización de los cursos de marxismo-leninismo a varios núcleos de compañeros, y en algunas tareas de organización preparatorias del Congreso Constituyente del Partido Comunista de El Salvador. Trabajo con nosotros dos meses. Lamentablemente se fue al Perú. Otro camarada que estuvo una semana con nosotros, ya en el periodo de preparación del Congreso (febrero), fue Ricardo Martínez, de Venezuela, pues era representante de la Confederación Sindical Latinoamericana.
La preparación del Congreso urgía un informe sobre la situación del país, un manifiesto, el Programa, la Declaración de Principios y el proyecto de Estatutos del futuro partido comunista. Todos estos documentos fueron elaborados, discutidos y aprobados por el Congreso Constituyente.
Constituido el Partido Comunista de El Salvador, su primer secretario general fue el obrero Luis Díaz; estaban en el Buró Político compañeros como Aquilino Martínez, Rafael Bondanza, Martínez “El Mango”, Castillo, Hernández, Víctor Angulo, un electricista, un ferrocarrilero, Guarneros y en el Comité Central estaban Miguel Mármol y Cordero. Sólo Víctor Angulo no era obrero. Habrá que hacer la lista de ellos, pues muchos de estos compañeros son verdaderos héroes del Partido Comunista de El Salvador. Esa tarea está pendiente.
Constituido el Partido Comunista, se comenzó rápidamente a desarrollarlo con los más seguros; en el curso del mes de junio el PCS ya tenía 600 miembros; al finalizar el año, al hacer el balance en el mes de enero, tenía 1 800 miembros. El Partido crecía muy cuidadosamente, para evitar la penetración del enemigo en nuestras filas y para asegurarnos de que cada militante era un digno comunista, firme y valiente. (19)
La primera dirección del PCS estuvo integrada por Luis Díaz (carpintero) como secretario general, Luis López (albañil) los profesores Víctor Manuel Ángulo (organización) Juan Campos Bolaños (propaganda). Miguel Mármol asumió como secretario de organización de la Juventud Comunista. José Ismael Hernández (zapatero) y Balbino Marroquín (albañil) responsables del Socorro Rojo Internacional. Carlos castillo (ebanista) secretario general de la FRTS.
Posteriormente Gilberto Narciso Ruiz (panificador) asumió la secretaría general hasta 1935 que fue electo Medardo Mejía, de nacionalidad hondureña, luego Alejandro Dagoberto Marroquín en 1946, Julio Fausto Fernández en 1948, Daniel Castaneda en 1950, Salvador Cayetano Carpio en 1964, Secretariado (Raul Castellanos Figueroa, Roberto Castellanos Calvo y Schafik Handal) en 1970, Schafik Handal en 1973, José Luís Merino de 1993 a 1995.
Y los congresos del PCS fueron el de fundación el 30 de marzo de 1930, el II en agosto de 1946, el III en agosto de 1948, el IV en agosto de 1950, el V en abril de 1964, el VI en abril de 1970, el VII en abril de 1979, el VIII en agosto de 1993, y el de disolución en agosto de 1995.
1. 1930. Viaje de Miguel Mármol y Modesto Ramírez a la URSS.
La FRTS designó a Miguel Mármol y a Modesto Ramírez para asistir en agosto de 1930 al Congreso de la Sindical Mundial Roja, que se celebraría en la capital del socialismo, en Moscú. Fueron los primeros obreros salvadoreños en viajar a la URSS y su regreso divulgaron entre los trabajadores los avances del país del socialismo.
2. Agustín Farabundo Martí
La figura de Agustín Farabundo Martí es legendaria. Representa las mejores tradiciones de combatividad, solidaridad y lucha del movimiento revolucionario salvadoreño del siglo XX. Martí encabezó el evento histórico más significativo: la insurrección indígena-campesina de enero de 1932. Solo la Guerra Popular Revolucionaria de 1980-1992 puede acercársele en términos de significado político como expresión de la lucha de clases en nuestro país.
Martí nació en Teotepeque, La Libertad el 5 de mayo de 1893, en una familia terrateniente. Es en este medio que desde muy joven rechaza la injusticia que le rodea y se identifica con los humildes, con los explotados, con los desheredados de la tierra.
Estudio Bachillerato en el Colegio Santa Cecilia de Santa Tecla. Se graduó de bachiller en 1913. El siguiente año ingresa a estudiar derecho a la Universidad Nacional. En ese entonces la Universidad era una casona de madera ubicada al poniente de Catedral.
En la Universidad su inteligencia despierta chocó con una educación memorística y conservadora. No obstante esto, en la biblioteca conoció las primeras obras marxistas que le ayudaron a formarse. Y estudia a Marx y a Engels, Era un lector ávido de informarse sobre lo que pasaba en el mundo. Y también participa del movimiento estudiantil universitario. Estaba concluyendo la primera guerra mundial. Y el país vivía la dictadura de una dinastía: la de los Meléndez-Quiñónez.
Martí pasa cinco años exilado en Guatemala. Allí se vincula al movimiento revolucionario, y conoce la vida de la gente pobre, se sumerge en el mundo de los trabajadores, de los desempleados y se vuelve uno de ellos, también viaja a México y conoce esa experiencia revolucionaria y luego participa en la creación del Partido Comunista Centroamericano.
En 1925 regresa a El Salvador y se incorpora al creciente movimiento popular. En particular, a la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños, conocida como La Regional que había sido formada un año antes el 21 de septiembre de 1924 por los sectores más avanzados del movimiento obrero, que tenían e esa época un marcado carácter artesanal, eran zapateros, sastres, panaderos, talabarteros, pero muy combativos e instruidos.
En 1927 asume la presidencia Pío Romero Bosque quien inicia una campaña de persecución contra Martí. Eso no impide que Farabundo contribuya a la creación de la AGEUS, que iba a ser desde entonces un poderoso instrumento de lucha del pueblo salvadoreño, junto con su “órgano de combate” el periódico Opinión Estudiantil.”
En marzo de 1928 viaja a Nueva York comisionado por La Regional para estrechar lazos con la Liga Antiimperialista Americana, que era la organización continental de un frente mundial antiimperialista, con sede en Moscú, que era la patria del socialismo triunfante. Regresa a El Salvador en mayo de ese año.
En junio de 1928 la Regional lo selecciona para incorporarse a las tropas del General Augusto César Sandino, al Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua. Y se va para Las Segovias y alcanza el grado de Coronel y además de Secretario Privado de Sandino. No obstante esto, diferencias ideológicas lo conducen en octubre de 1929, estando en México, a romper con Sandino.
En mayo de 1930 regresa a El Salvador como representante del Socorro Rojo Internacional, organismo internacional de apoyo a los perseguidos, que ya funcionaba en El Salvador, conducido por el dirigente comunista Ismael Hernández.
En enero de ese año a orillas del Lago de Ilopango había sido creado el Partido Comunista de El Salvador, el destacamento político de vanguardia de la clase obrera salvadoreña, la conducción política de todo este esfuerzo organizativo de obreros, campesinos, indígenas, intelectuales, jóvenes y mujeres. El PCS conducía a la Regional, a AGEUS y al SRI.
El 1 de agosto de 1930 la FRTS convocó a una de demostración en contra de la guerra de agresión de los países capitalistas contra la Unión Soviética. Era una campaña internacional. La demostración fue reprimida y se capturaron a 100 trabajadores, 20 de los cuales fueron pasados a los tribunales. El SRI se activó para luchar por la libertad de estos trabajadores. La represión iba aumentando para tratar de contener a la ola de protestas populares.
En diciembre de 1930 Martí junto con Ismael Hernández es capturado, se declaran en huelga de hambre, luego de cuatro días son llevados ante el Director de la Policía y este decide el 31 de diciembre desterrarlo y lo embarca en un buque mercante hacia Panamá, pero Martí se mantiene firme y logra regresar en febrero de 1931. Incluso pasó por San Pedro, en California, donde recibió la solidaridad de los comunistas estadounidense aglutinados en el International Labor Defense.
En marzo y abril de 1931 se producen huelgas y demostraciones exigiendo mejores condiciones de trabajo, que son reprimidas por el ejército. En abril Martí es detenido y luego liberado como resultado de una campaña de los sectores populares organizados, del PCS, SRI y FRTS. En mayo es capturado nuevamente y se declara en huelga de hambre hasta conquistar su libertad.
En septiembre de 1931 es reprimida una huelga en Hacienda Asuchillo, matan a 15 trabajadores. La gente esta indignada y exige una respuesta enérgica. Los sectores populares están cansados de tanta represión y demandan del partido Comunista preparar una respuesta. En octubre de 1931 se convoca para elecciones municipales y legislativas para el 3 las municipales y 9,10 y 11 de 1932 las legislativas. El PCS decide participar para poner a prueba el sistema y medir el grado de respaldo a su programa político.
El 2 de diciembre de 1931 ocurre un golpe de estado contra el presidente Araujo. Los golpistas se autodenominan Concejo de Soldados, Obreros y Campesinos. La excusa fue el atraso en el pago de salarios para la tropa. Una de las razones fue el temor ante al avance electoral del PCS. Nombran a Martínez presidente “provisional.” El PCS no denuncia el golpe, se mantiene a la expectativa.
El 3 de enero de 1932 se realizan las elecciones municipales. En los sitios donde gana el PCS, se anulan los resultados. Crece el descontento ante la imposición y el fraude. Se empieza a hablar de insurrección popular. Ante la creciente y brutal represión el Comité Central del PCS decide enviar una delegación para hablar con el General Martínez. El fingiendo dolor de muelas no los recibe. Hablan con el Ministro de Guerra Valdez. Este manifiesta no tener autoridad para decidir.
El CC discute sobre la insurrección. Se traza una línea insurreccional y se designa a Martí para que la ejecute. Hay diferencias. Algunos plantean que no existen las condiciones y se marcha hacia el suicidio. Otros incluyendo a Martí que no se puede abandonar a las masas aunque estén equivocadas, hay siempre que acompañarlas. Se nombran Comandantes Rojos., entre estos Modesto Ramírez. Se fija la fecha del inicio de la insurrección para el 16 de enero, que luego es pospuesta en dos ocasiones.
El 19 de enero por la noche es capturado Martí, con Alfonso Luna y Mario Zapata. Con su captura la insurrección pierde a su cabeza principal, a la persona que concentraba hilos claves del desarrollo del movimiento insurreccional, como los contactos en el ejército, y con el oriente del país. La insurrección ya no podía detenerse, pero iba sin conducción.
El 22 de enero de 1932 a medianoche estalla la insurrección. En Ahuachapán, Sonsonate y La Libertad. Se combate durante tres días, al final la superioridad militar del ejército lograr aplastar el ánimo de combate de los sectores populares que izaron la bandera roja en diversos pueblos.
Los insurrectos se encuentran con un ejército mejor preparado y son derrotados en tres días. Feliciano Ama es colgado de un árbol en Izalco. Con Ama se integra a las filas de la causa comunista los sectores indígenas, que habían sido previamente organizados por medio de La Regional. Las cofradías fueron las estructuras organizativas que jugaron el mismo papel que los sindicatos en las ciudades. En Juayúa es colgado Francisco Sánchez. Unos fueron colgados y otros fueron fusilados. La derecha había ganado.
El 1 de febrero de 1932 Martí, Luna y Zapata son fusilados. Los sectores populares son reprimidos y sus organizaciones ilegalizadas. La derecha se había impuesto. Martínez duró trece años en el gobierno.
3. 1931. Surge el periódico Estrella Roja
El 9 de diciembre del 1931surge el primer número del periódico La Estrella Roja, órgano del Grupo Marxista de la UES, dirigido por Alfonso Luna y Mario Zapata. Claramente planteaba “la revolución proletaria marxista-leninista, como única solución a la crisis económica y social del país.” (20) Deja de circular luego de enero del 32.
4. El levantamiento del 22 de enero de 1932
El 22 de enero de 1932, miles de campesinos, indígenas y obreros se levantaron en armas y avanzaron tomando poblaciones en el occidente de nuestro país, en Tacuba, Ahuachapan, Izalco, Nahuizalco, Colón, Sonzacate, Juayúa, para instaurar un nuevo sistema social y político, basado en la justicia y la solidaridad.
La insurrección indígena logró marchar y apoderarse de diversos pueblos en los departamentos de Ahuachapán, Sonsonate y La Libertad. Luchaban por recuperar la tierra que les había sido arrebatada, por conquistar el derecho al pan sobre las mesas y por rescatar su dignidad como comunidades libres.
El sonido del caracol y los gritos de guerra en nahuat fueron de nuevo escuchados en las montañas y los valles. La rebeldía indígena levantaba cabeza en Cuscatlán y los poderosos huían aterrorizados por la furia desencadenada del pueblo.
La respuesta de los poderosos y sus sirvientes fue disparar las ametralladoras contra niños y mujeres indefensos, sembrar nuestra Patria de 30,000 cadáveres y establecer una larga noche de dictadura militar que se prolongó por cincuenta años. Pero no lograron destruir la memoria subversiva…
La memoria subversiva del 32 no pudo ser aniquilada. Las voces de la justicia no pudieron ser silenciadas. Y los fantasmas de Feliciano Ama y de Francisco Sánchez se aparecieron a las nuevas generaciones de luchadores sociales y les trasmitieron el espíritu de lucha, la mística del sacrificio y la visión de la victoria de nuestros abuelos y abuelas indígenas.
El 32 definió el rostro de nuestra historia, de nuestra sociedad y de nuestra cultura. Sobre las cenizas de los cadáveres calcinados se construyó un régimen represivo y autoritario, que premiaba el servilismo y castigaba a los desobedientes. Nuestra Patria se convirtió en una inmensa cárcel, donde estaba prohibida la alegría y la esperanza y se castigaba lo diferente y lo novedoso. Se construyeron cuarteles en lugar de escuelas y hospitales.
Los sectores dominantes de la época, los dueños del café y de los cuarteles, en su desesperación para evitar nuevas insurrecciones en el futuro, para borrar la pesadilla del 32 de sus mentes angustiadas, impulsaron el anticomunismo y el antiindigenismo, como herramientas de dominación ideológica.
Acusaron a los comunistas y a los indígenas como responsables del ataque a la propiedad privada. Los comunistas fueron ilegalizados y condenados al clandestinaje mientras que los indígenas sufrieron el genocidio cultural, se les obligó a despojarse de su lengua, de su vestimenta, de sus costumbres y tradiciones. Pero no pudieron destruir el espíritu de Ama y de Sánchez.
Para los dueños de este país el 32 representa históricamente la victoria de los cafetaleros y la derrota de los subversivos. Es por esto que lo celebran en Izalco todos los años. Los vencidos fueron ahorcados y fusilados. Un siglo antes lo mismo le había ocurrido al cacique indígena Anastasio Aquino. En El Salvador, la rebeldía y el compromiso con el pueblo, cuando es verdadero, se paga con la muerte. No hay escapatoria, ni la hubo ayer ni la habrá mañana.
Los mártires y héroes del 32 viven en la memoria del pueblo. El ejemplo de sus vidas y de su muerte fue bandera en los corazones de miles de jóvenes que en las décadas siguientes levantaron sus frentes en resistencia contra la dictadura militar.
Y sigue siendo luz que ilumina los esfuerzos de los que seguimos luchando para que haya tierra, pan y dignidad en esta tierra de temblores y huracanes. La Ceiba donde fue ahorcado Ama en Izalco y el muro donde fueron fusilados Martí, Luna y Zapata nos siguen convocando a la resistencia…
En aquella época, la Iglesia se colocó al lado de los opresores. Junto con los militares y los finqueros cafetaleros. Se utilizó al Dios de los humildes y de la liberación para legitimar el genocidio indígena. La cruz de nuevo, como en la época de la Conquista, fue usada para defender a los ídolos de la riqueza y del poder, así como para adormecer las conciencias de los oprimidos.
Fue hasta mediados de los años setenta que se logró derrotar el miedo de las conciencias, y los campesinos de nuevo marcharon por las calles de San Salvador exigiendo la tortilla y el jornal justo, con sus cebaderas llenas de firmeza y esperanza, y con el sombrero azul de la organización. La guerra estaba a las puertas… La semilla de la rebeldía había dado frutos. Los oprimidos recuperaban la iniciativa… Ama sonreía.
A casi 80 años del levantamiento, hay sectores dominantes que no abandonan la idea de reconstruir su sistema de dominación con base al terror y la represión. No obstante que hubo una guerra de doce años y que posteriormente se ha tratado de articular un nuevo modelo político, existen sectores autoritarios que sueñan con repetir la matanza y asegurarse así un nuevo período de dominación. Las manos de estos sectores necesitan ser atadas por el movimiento popular, que aunque es débil y disperso, sigue con vida.
La memoria de los fusilados continúa alimentando el imaginario democrático de las actuales generaciones de revolucionarios. El 32 es una herida que no cierra… Es una herida y a la vez un horizonte que nos sigue animando a la lucha y a la victoria. (21)
5. Los cacique Feliciano Ama, Timoteo Lue y Arturo Neri
Miguel Mármol narra que “José Feliciano Ama, indígena oriundo de Izalco, fué uno de los jefes destacados de la insurrección obrera y campesina de 1932. Ama sustentó la causa del Partido Comunista, por haber sufrido en carne propia la soberbia y tropelía de quienes los explotan inmisericordemente, que los deja sin sus tierras, sin sus solares, que les negaron su autoridad local, su fuero, segregados y marginados en la indigencia, siendo los propios nativos del país.”
La injusticia que por centurias venía sufriendo la población indígena, se prolongo con el desarrollo de la agricultura, principalmente en el renglón del café. Para que los agrarios cultivaran el café en grandes extensiones, el gobierno que presidía el Dr. Rafael Zaldívar, llevó a efecto la reforma agraria burguesa. Con tal aviesa reforma, el nuevo régimen de la tierra despojó de sus tierras “legalmente” a las comunidades indígenas, y abolió los ejidos, dejando sin donde cultivar a masas de labriegos mestizos. Labriegos naturales y mestizos fueron sometidos al régimen salarial, unos, y otros al régimen de la servidumbre.
En 1881 fueron extinguidas las propiedades de las comunidades indígenas, y en 1882, decretada la abolición de los ejidos, propiedad municipal trabajada por los labriegos ladinos en aparcería y usufructo, pagándole al Alcalde los impuestos establecidos. Los terratenientes extendieron sus propiedades cuanto más pudieron, abarcando cientos de caballerías de tierra (64 manzanas de suelo conforman una caballería), unos para extender la caficultura, otros para ampliar la siembra de caña de azúcar y terceros para ampliar la ganadería. Fue así que se fue concretando el régimen salarial en el campo, y concretando el régimen de la servidumbre que somete a mozos, colonos y aparceros.
Con el nuevo régimen de la tierra, también pudieron adquirir derecho de la propiedad del suelo, decenas de miles de familias rurales tanto mestizos como naturales. En Izalco, la familia Ama tuvo propiedades en buena extensión, ya que eran de las familias emprendedoras, como en Ilopango mis abuelos Chicas; pero a partir de 1894, que los conservadores volvieron a recuperar el poder político por medio de los militares oportunistas y pancistas, los agrarios procedieron a expropiar campesinos con el agiotismo leonino del 25 por ciento de interés, con el acaparamiento barato de sus cosechas, con la Ley de Prisión por Deuda, ante lo cual los campesinos preferían entregar sus terrenos que ir a la cárcel. Para expropiar a los campesinos, los terratenientes se valían de mil marrullerías y de la tortura.
En Cután, Izalco, Ama me mostró sus dedos pulgares con cicatrices visibles, de cuando fue torturado por los esbirros del Presidente General Tomás Regalado (1882-1903), esbirros que le arrancaron el título de propiedad de la hoy floreciente Hacienda “San Isidro” de la familia Regalado (una de las familias más importantes de la oligarquía salvadoreña)
Cuando el Partido Comunista arremetió contra la expropiación de campesinos, proclamando la confiscación de la tierra mal habida departe de los terratenientes y exmandatarios para restituirsela a sus antiguos dueños, Feliciano Ama, aún ya entrado en años, abrazó la causa comunista para organizar y movilizar a sus congéneres en vias de conquistar sus legítimas reivindicaciones. Los naturales para no ser observados, se reunían clandestinamente. Para la convocatoria usaban el caracol, instrumento antiquísimo de comunicación. El paso destinado para la reunión lo indicaba una hoja de plátano, una rama o una piedra. Aumentaron sus actividades cuando se intento elegir la autoridad local propia.
Por la actividad de Ama en la campaña electoral dirigida por el Partido Comunista, el Presidente General Martínez, invitó a Feliciano a Casa Presidencial para hacerle reflexiones, advirtiéndole que ese “hueso tenía hormigas coloradas”. Ama le respondió: “Sin las hormigas coloradas me devoran, no importa”.
El 3 de enero del 32, los naturales de Izalco concurrieron a las urnas para depositar sus votos con fiesta en el alma, dispuestos a recuperar la autoridad perdida a partir de 1894, pero aún ganando los comicios masivamente, hubo el fraude descarado e indignante. Seguido del fraude electoral, las autoridades desataron la persecución, y con la masacre de huelguistas en los campos de Ahuachapán, también los nativos Náhuatl se insurreccionaron.
Como el volcán de Izalco que al extractorar retumba estremecientemente, así los naturales náhuatl irrumpieron violentos al combate en la hora señalada, haciendo tambalear a la burguesía y al gobierno. Los Izalqueños lucharon con furor, con la Bandera Roja de la Hoz y el Martillo en alto, causándole al enemigo numerosas bajas, a filo de machete, a tiro de escopeta y revólver. Ama obtuvo del comercio local, todo cuanto necesitaron para ayudarle al pueblo necesitado, firmando vales a pagar después del triunfo. Se dijo insistentemente que la insurgencia indígena de Izalco, hizo a las burguesías del lugar, moler maíz y hacer tortillas para los revolucionarios.
Cuando Ama fué detenido, lo torturaron cruelmente para que revelara planes de la insurrección, pero el contesto carajudamente: “-¡Eso no se dice!”. Enseguida fué ahorcado en las ramas de un arbusto de aceituno (olivo) de la plaza pública, para saciar cobarde venganza y sembrar el terror en la población. La prensa diaria decía que los comunistas engañaron al héroe Feliciano Amas(expresión mía) ofreciéndole tierras, cosa que fué falsa, ya que el compañero Ama tenía tierras y graneros.
El Frente Farabundo Martí (FMLN) que emprendió la lucha a muerte por conquistar definitivamente la libertad del pueblo salvadoreño, hizo honor a Feliciano Ama y a sus congéneres heroicos y elevo su nombre al denominar al Frente Occidental, Feliciano Ama. Porque la sangre de nuestros héroes sigue y seguirá presente en la historia humilde y combativa de nuestro país. (22)
6. 1933. Se publica Cuentos de Barro de Salarrue
La publicación de Cuentos de Barro de Salarrué, es una respuesta desde la literatura a la situación de explotación en que vivían los sectores campesinos. Es una denuncia hecha desde la poesía. Considera que “recoge la traición oral del campo y refleja el universo del campesino salvadoreño a través de narraciones cargadas de mitos, leyendas, pero también dan cuenta de la cruel situación de abandono, explotación, y desprecio en el que se halla sumido.”
7. 1933. Daniel Castaneda y Virgilio Guerra
El revolucionario salvadoreño Domingo Santacruz comparte que luego de la matanza de 1932, “en 1933 el santaneco Daniel Castaneda, el Viejo Pío, asume la presencia como Partido Comunista. En 1934 otro santaneco, Virgilio Guerra (1904-1982) se le une a este esfuerzo. En esos mismos años aparece Miguel Mármol activando en Usulután, Modesto Ramírez, Segundo Ramírez. Y todos los que sobrevivieron a la masacre de 1932.”
Daniel Castaneda, (1906-2002) de oficio sastre, fue desde 1950 secretario general del Partido Comunista de El Salvador, PCS. Fue sustituido en el V Congreso de 1964 por Salvador Cayetano Carpio.
Ambos firmaron, junto con profesionales y empresarios, en octubre de 1943 una histórica Carta Memorial ante la Corte Suprema de Justicia denunciando las ilegalidades del General Martínez, que fue publicad por los hermanos Pinto en el Diario Latino, provocando la ira del tirano.
Y hay que señalar la contribución al proceso revolucionario por muchas décadas del intelectual revolucionario, abogado Miguel Ángel Vásquez, ((circa 1904-1990) quien participó junto con otro abogado, Moisés Castro y Morales en la fundación el 1 de mayo de 1925 del Partido Comunista de Centro América en la ciudad de Guatemala, donde estaban exilados. Ellos fueron luchadores desde la década del veinte del siglo pasado.
Miguel Ángel Vásquez luego se exila en México y vivió allá por cuarenta años, era el director del Fondo de Cultura Popular, editorial del PCM. Muere en la ciudad de México a principios de los noventa.
Moisés Castro y Morales es originario de Chalchuapa pero vivió mucho tiempo en Usulután. Fue profesor de la Universidad Popular en los años veinte y fundador del Partido Comunista de El Salvador el 30 de marzo de 1930.Muere en 1982 exilado en San José, Costa Rica. (24)
8. Amparo Casamalhuapa
Amparo Casamalhuapa (1909-1970) es una mujer salvadoreña que simbolizó la protesta ciudadana contra la dictadura militar. Y fue una militante de izquierda que en el siglo XX soñó con un nuevo El Salvador. Sus ideas de una patria libre de militarismo y llena de hospitales y escuelas, con empleo justo y vivienda digna, siguen iluminando la lucha del pueblo salvadoreño.
Nace en San Salvador en 1909, a los 18 años se gradúa como maestra. Y por sus posiciones antidictatoriales se le hostiliza. En 1935 ingresa al Partido Comunista. En
1938 publica la obra El joven sembrador, producto de sus ideas inspiradas en la doctrina vitalista del pensador, Alberto Masferrer.
El 29 de agosto de 1939 al hacer una ofrenda floral en el aniversario del fusilamiento del líder liberal del siglo XIX, Gerardo Barrios, pronuncia un discurso atacando públicamente al tirano Maximiliano Hernández Martínez. Comparó a Barrios con el dictador; un genocida “que hace siete años ordenó asesinar –en tres meses- a doce mil ciudadanos inermes para consolidarse en el Poder y que luego ha pisoteado la Constitución de la República y la dignidad de todo ciudadano honrado”
Ese mismo año huye de la persecución política del tirano, primero a Honduras y luego a México, donde contrae matrimonio con el también militante comunista Alejandro Dagoberto Marroquín. En 1944, en mayo junto con su esposo regresa a El Salvador luego de la caída del tirano Martínez y se incorpora a la construcción de la Unión Nacional de los Trabajadores, UNT. Ese mismo año sale de nuevo al exilio luego del golpe de estado del 21 de octubre.
En 1957, junto con su esposo Alejandro Dagoberto Marroquín y sus hijos Lenin Alejandro, Rolando y Rosalba, regresan a El Salvador. En 1971 publica El angosto sendero, novela autobiográfica, que relata su odisea vital hasta los 28 años cuando se enfrentó al tirano Martínez. (25)
9. Julio Fausto Fernández (1913-1981)
El Dr. Julio Fausto Fernández fue una personalidad controversial. Uno de los más destacados intelectuales de la izquierda de 1933 a 1952 y uno de los pilares ideológicos de la derecha más recalcitrante a partir de ese año en que reniega del marxismo y adopta la visión neo-tomista. Su producción teórica en un primer momento enriquece la visión marxista y luego propaga una visión de derecha clerical. No obstante esto, es parte de nuestra herencia cultural. Y como dice Mármol “así es la lucha de clases.”
1913. Nace el 17 de junio en Berlín, Usulután. Sus padres son el médico Dr. José Antonio Fernández y Blanca Padilla. En el año 1932 a la vez que estudia trabaja como Bibliotecario de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales. En
1933 ingresa al Partido Comunista de El Salvador.
Miguel Mármol lo describe como “el entonces camarada, que llegaría a ser secretario general del Partido y una figura más o menos internacional y que luego traicionaría pasándose a las filas del enemigo con todo y cartuchera, filas en las cuales llegó a ser ministro del Justicia del régimen criminal de Lemus (1956-1960) además de filosofo cristiano y profesor universitario y juez de primera instancia y diplomático y no se cuantas cosas más. Por cierto que Julio Fausto era entonces un joven optimista y muy activo en la lucha y me impresionó favorablemente desde que lo conocí en Paleca, en una reunión clandestina, por su entusiasmo e inteligencia. Era uno de esos muchachos brillantes a quienes se les nota el ajuste del talento en las manos y en los ojos. Siempre llegaba a las reuniones contando los pequeños éxitos organizativos y los grandes planes para el futuro. Leía y nos hacía leer de todo, reproducía nuestros manifiestos a máquina después de corregirles el estilo y hacía que sus amigos estudiantes y compañeros pequeño-burgueses los distribuyeron en sus respectivos círculos sociales. Una verdadera lástima su destino posterior, su falta de firmeza disfrazada con una conversión al cristianismo que no le han creído nunca ni los curas. Pero así es la vida. Más bien dicho, así es la lucha de clases en la cabeza de los aliados del proletariado.”(26)
En 1935 es Redactor de Opinión Estudiantil. Ese mismo año publica en Editorial Nosotros, de San Salvador la obra A propósito de la Reforma Universitaria, que es un discurso pronunciado en el paraninfo de la UES. En 1936 sale del país como exilado a la ciudad de México. En 1939, el 13 de noviembre se gradúa como Licenciado en Derecho en la UNAM. En 1944 luego de la caída del tirano regresa y asume como dirigente del partido Unión Nacional de Trabajadores, UNT, junto con Raúl Castellanos Figueroa, Alejandro Dagoberto Marroquín, Carlos Alvarado, Luís Díaz, Miguel Mármol, Abel Cuenca, entre otros.
En 1944, luego del 21 de octubre pasa a la clandestinidad. En 1945, en marzo, se gradúa como Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la UES. El 30 de ese mes, preside una reunión del Comité Central unificado del PCS, era en el 15 aniversario de su fundación. En 1946, luego de la marcha del 15 de septiembre es expulsado hacia Costa Rica, junto con otros revolucionarios, entre estos Blas Escamilla.
Ese mismo año regresa al país y asume le puesto de Fiscal General de Hacienda.
En 1948 asume como Jefe de Correspondencia del Instituto de Mejoramiento Social, y ala vez es nombra como secretario general del PCS en su III Congreso, en agosto de ese año. El 12 de junio de 1948 pronuncia un discurso en Asamblea General de Académicos Salvadoreños, en el Teatro del Jardín Infantil Municipal de San Salvador. En 1949 es nombrado el 2 de febrero cónsul general en Montevideo, Uruguay. Concluye su labor en abril de 1950. Ese mes es nombrado
cónsul general en Brasil, con sede en Sao Paulo. Ese año de 1950 publica en la Editorial del PCU, Pueblos Unidos de Montevideo, Uruguay su interesante obra “El existencialismo, ideología de un mundo en crisis.”
En diciembre de 1950 es expulsado del Partido Comunista de El Salvador, “por aceptar cargos diplomáticos de la dictadura militar, de acuerdo a Jorge Arias Gómez. Meses antes, en agosto, había sido reemplazado como secretario general del PCS por el sastre Daniel Castaneda. En 1952 ocupa el cargo de codirector del diario “Patria Nueva.” En 1952 publica en Santa Ana, en la Editorial Antorcha, su obra “Del materialismo marxista al realismo cristiano.” Y en 1953, pronuncia una conferencia el 29 de enero, en el Paraninfo de la UES en la que abjura del marxismo y de su pasado.
10. Alejandro Dagoberto Marroquín (1911-1977)
El Dr. Alejandro Dagoberto Marroquín fue un destacado dirigente del Partido Comunista, que además se desempeño como catedrático universitario, e investigador. Un valiente joven que enfrentó a la dictadura del general Martínez y un brillante sociólogo, que nos dejó obras de mucho valor científico.
Nace el 24 de marzo de 1911 en San Salvador. En 1929 ingresa a la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la UES. En 1932, ante el cierre de la UES, sale hacia Montevideo, Uruguay a estudiar Derecho junto con su amigo Ovidio Siliezar. En
1935 regresa a El Salvador y se reintegra a la UES, en ese año se incorpora al Partido Comunista de El Salvador, PCS.
Ya militante del PCS, asume en 1935 la responsabilidad de Asesor jurídico del sindicato Unión de Trabajadores Ferrocarrileros (UTF). En 1936. Publica en la revista de la AGEUS el artículo “Consideraciones sobre el concepto del orden público.”
Fue hasta 1937, el 30 de noviembre que se gradúa como Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales. Ese mismo año es expulsado del país por el General Martínez y viaja a México, donde contrae matrimonio con Amparo Casamalhuapa. En 1944, en mayo regresa al país y asume la conducción del partido Unión Nacional de Trabajadores, frente político abierto del PC. En octubre de ese año, sale de nuevo hacia México luego del golpe de estado del coronel Osmin Aguirre y Salinas. En 1946 en el II Congreso del PCS es electo secretario general, y dos años después, en 1948, presenta su carta de renuncia.
En 1957 regresa al país junto con otros exilados y se incorpora a la UES. En 1959 publica la primera investigación sociológica del país, Panchimalco. En 1961 publica La filosofía social de Juan Jacobo Rousseau y sus proyecciones históricas. En 1964 publica la investigación sociológica San Pedro Nonualco y la investigación histórica
Apreciación sociológica de la independencia salvadoreña. En 1977 publica Estudio sobre la crisis de los años treinta en El Salvador.
11. 1941. Periódico Mundo Libre
En el marco de una creciente oposición a la dictadura martinista, bajo la cobertura de apoyo las fuerzas aliadas que se enfrentaban a los nazis durante la segunda Guerra Mundial, surge el periódico antifascista Mundo Libre, que naturalmente despertó la sospecha dela dictadura. Estaba dirigido por el estudiante universitario y periodista Se publico a partir de 1941, durante tres años.
12. 2 de abril de 1944 Fracasa el levantamiento cívico-militar contra la dictadura militar martinista
El domingo de Ramos, 2 de abril de 1944, a las tres de la tarde, sonó la clarinada libertaria de ese movimiento reivindicador. A esa hora, los revolucionarios empezaron a tomar posesión de los cuarteles comprometidos, así como del Telégrafo y la Radiodifusora Y.S.P.
Momentos después, se escuchó en el cielo de San Salvador el ruido de los aviones piloteados por los audaces aguiluchos de la revolución y los disparos de la fusilería. La metralla y los morteros, dejaron oír estampidos, en tanto que la radio Y.S.P. se lanzaba al aire con el grito de redención de los patriotas, invitando al pueblo a unirse en la lucha por las libertades conculcadas.
Una en pos de otra, se fueron escuchando en la Y.S.P. las palabras con los mensajes patrióticos del Dr. Arturo Romero, Dr. Salvador Merlos, Dr. Julio Eduardo Jiménez Castillo, Crescencio Castellanos Rivas, Juan José Castaneda, María Loucel, Elena Valiente, José Quetglas, José Flores Figeac. Etc. (Miguel Mármol en el libro de Roque afirma que también la Dra. Matilde Elena Lopez lanzó su voz por la radio, anunciando la caída del dictador: “Tuve un gran alegrón cuando Matilde Elena López, una intelectual progresista que ahora es catedrática de la Universidad…” (27) Víctor Manuel Marín, el CRISTO FUSILADO, acaudillaba a la gente del pueblo que acudía al llamado de la revolución, para derrocar al dictador más sanguinario que desafortunadamente ha tenido El Salvador.
Los militares patriotas comprometidos en el movimiento que estaban destacados en Ahuachapán y Santa Ana, hicieron su parte y fue tomado el cuartel de Santa Ana, donde el pueblo heroico también se unió fervorosamente a la lucha contra la tiranía. La tropa Santaneca se llegó hasta San Salvador y participo en aquella lucha por la consecución de las libertades ciudadanas.
Fueron tres días de grandeza, tres días de pelea heroica, tres días en que el pueblo salvadoreño, rompiendo las cadenas del silencio, luchó por sus legítimos derechos. Y si bien es cierto que el dictador dominó el movimiento insurreccional y persiguió con saña a los patriotas, también es cierto que Maximiliano Hernández Martínez no pudo ahogar con sangre, con pelotones de fusilamiento y sentencias de muerte, el grito de libertad lanzado aquel glorioso 2 de abril de 1944….(28)
13. 9 de mayo de 1944 El triunfo de la Huelga General de Brazos Caídos
Un protagonista de los acontecimientos, el Dr. Fabio Castillo nos comenta que “luego que concluyó la Semana Santa del 44 los del grupo estudiantil nos reunimos en La Rotonda, éramos unos cuarenta o cincuenta, y tomamos importantes acuerdos: el primero que los estudiantes declarábamos una huelga indefinida, y el segundo, nombrar lo que se llamó el “Comité Secreto” que era un grupo de estudiantes encargados de nombrar a otro grupo conservando el secreto de sus nombres y luego desaparecer. Formamos parte del designado Comité Secreto los estudiantes Jorge Bustamante (Medicina), Reynaldo Galindo Pohl (derecho) y este servidor.
Fuimos designados como los responsables de dirigir la lucha contra la dictadura, y no teníamos la menor idea de que hacer. Empezaron los fusilamientos y no sabíamos que hacer. La primera medida que tomamos fue nombrarme para ir a buscar al Dr. Arturo Romero, que ya estaba capturado y se encontraba en el Hospital de San Miguel, gravemente herido, con un machetazo en plena cara. Ya antes había trabajado con el Dr. Romero, el nos hizo participes de sus planes. Con una gabacha de médico viajo en tren desde San Salvador hacia San Miguel. En el tren me fui pensando en lo que iba a hacer. Y logre entender una verdad: reconocer que la actitud contra el dictador era uniforme en todo el país. Me preguntaba: ¿cómo podíamos usar esta unidad nacional?
Llegó al Hospital de San Miguel, solo, con gabacha de médico, no tuve dificultades para encontrarlo y le habló en francés. (Mi familia, mi papá y mi mamá viajó a Francia para salvar a mi hermana que tuvo un accidente con la corriente eléctrica y esto me permitió aprender francés.) Pudimos conversar en francés. El había estudiado en Francia. Le explique la idea que teníamos para rescatarlo. Romero aceptó. Estaba enjuiciado y condenado a muerte. Aceptó el plan, no tenía otra alternativa. De haber realizado este plan no solo el hubiera muerto fusilado sino todos nosotros, ya que el plan consistía en doblegar a los 3 o 4 guardias que lo cuidaban y escapar. Seguí meditando. El plan era absurdo. Regrese a San Salvador a informar al Comité Secreto que Romero había aceptado. De haber realizado este rescate de seguro no estaría contándole esta historia.
En realidad no sabíamos que hacer. Sabíamos que todo el país estaba en contra del dictador, había unidad nacional. Pro ¿cómo usarla? Seguimos hablando, meditando. ¿Qué podíamos hacer? Un día, mientras discutíamos, reflexionando en como utilizar la unidad de todo el país contra el dictador, propongo la organización de paralizar el país, todo el país paralizado. Reflexionando llegue a la conclusión siguiente: paralizar el país mediante una huelga de toda la población.
Al proponerlo, Reynaldo me dice: ¡estás loco, Fabio! Ese hombre nos mata a todos. Le respondo: ¡no va a poder matarnos porque no nos va a encontrar! No andamos haciendo nada. Aceptaron la idea. Y se acordó la organización nacional de la huelga. Ya antes habíamos visitado al Sr. Palacios de la Imprenta Palacios. Cuando llegamos el despidió a todos sus empleados y nos aseguró que él podía imprimir lo que quisiéramos con tal le pagáramos. Aceptamos y empezamos a publicar. No cobraba ni mucho para el riesgo que corría.
En ese momento, el Comité Secreto tenía fondos. Empezó a correr el dinero de la oligarquía contra el dictador. Orlando de Sola, el médico, el papá del actual, me buscó. Y me entregaba dinero y en la primera entrega le di un recibo y me lo devolvió diciéndome: no, nada de recibos y ni se le ocurra mencionar mi nombre. Eran cantidades grandes de dinero, billetes de 100 colones de aquel tiempo.
El Comité Secreto tuvo fondos. Hicimos propaganda, lanzamos hojas sueltas. El “Comité Secreto” las firmaba. La gente era muy cuidadosa, imprimíamos 40 0 50 ejemplares y en cuanto empezaban a salir las secretarias en los bancos y oficinas reproducían las hojas sueltas y las ordenes eran atendidas inmediatamente. Había un apoyo popular generalizado.
No teníamos idea de que hacer y surgían los caminos. Nos reuníamos en una casa de dos plantas propiedad de la familia Wright, de Doña teresa Wright, esposa del viejo Juan Wright, dueño de la hacienda La Carrera y desde allí nos movilizábamos con toda tranquilidad. Al tercer o cuarto día de huelga estábamos preocupados porque habíamos logrado paralizar los ferrocarriles. Les adelantábamos semanas de salarios y a los fogoneros, les pagábamos para que subsistieran escondidos. Consideremos que no existían sindicatos. Les pagábamos un mes por adelantado.
Al cuarto o quinto día de huelga, el policía que custodiaba la casa del ministro Morales, que quedaba a la vuelta de la de la familia Wright, donde sesionábamos. Por accidente mata a Chepe Wright, de 14 años, hijo de Juan Wright y Teresa Alcaine de Wright. La noticia se divulga y con la muerte de Chepe Wright la huelga toma más fuerza. La muerte del muchacho fue por imprudencia, un accidente, él era muy apreciado, todos lo querían. Y dio base para convocar para asistir al sepelio y llegan cantidades enormes de gente, se convoca después del entierro a una misa y ya la gente no iba a dormir a sus casas sin que nos quedábamos en los alrededores intercambiando noticias, esperando el desarrollo d acontecimientos.
El problema nuestro era: ¿y después de esto que hacemos? El país estaba paralizado, a los ferrocarrileros, a los buseros les pagábamos. ¿Qué vamos a hacer? La idea de la huelga había sido producto de mis reflexiones, pero no teníamos una formación política seria. Pero de repente el gobierno empezó a sentir que se lograba mantener el país paralizado.
El 9 de mayo estábamos Reynaldo Galindo Pohl, Jorge Bustamante y yo en la esquina entre el Palacio Nacional y la Catedral cuando escuchamos que a las 9 de la noche el presidente iba a dirigirse a la nación. A las 9 lo escuchamos que dice: “he cumplido con lo que me comprometí a hacer por este país. Ante la actual situación no puedo hacer otra cosa que renunciar. La historia me juzgará, pro yo n creo en la historia porque la escriben los hombres.”Debió decir la hacen los hombres pienso.
¡Hemos triunfado! ¡Hemos derrocado al dictador Hernández Martínez! Gritamos llenos de alegría. ¡Tontos, allí empezó nuestro error! Tomamos una decisión política equivocada al decidir: ahora les corresponde a los adultos mayores organizar a sucesión presidencial. Fue un gravísimo error y nosotros fuimos culpables de no darle continuidad al esfuerzo de lucha popular que tanto nos había costado. Y al final no solucionamos nada, la situación continúo lo mismo. Los adultos mayores eran ignorantes. No tuvimos la capacidad de reflexionar sobre la pregunta: ¿quién derrocó al dictador? El pueblo, el pueblo, los sectores populares. (29)