Live 8 : el imperialismo realiza un ataque ideolgico

“El mayor evento musical de la historia” ha sido, probablemente, el mayor ataque ideolgico al movimiento anticapitalista internacional desde su renacimiento a mediados y finales de la dcada de los 90.

Cientos de miles de personas acudieron el sbado 2 de julio a los 10 conciertos celebrados en nueve pases, coincidiendo con las reuniones que los lderes de los 8 pases ms ricos del planeta realizarn cerca de Edimburgo, Escocia, entre el 6 y el 8. Tokio (Japn) abri la jornada musical del Live 8 que sigui en Mosc (Rusia), Johannesburgo (Sudfrica), Edimburgo (Escocia), Londres (Gran Bretaa), Pars (Francia), Roma (Italia), Berln (Alemania), Filadelfia (EEUU) y Barrie (Canad). La prensa internacional present este acontecimiento como “el mayor evento musical de la historia, para presionar al G-8 en la toma de medidas contra la pobreza”.

El evento fue respaldado por la participacin de decenas de “estrellas” de la industria musical, como Elton John, Pink Floyd, Madonna (que preguntaba al pblico “estis preparados para iniciar la ‘fucking’ revolucin?”), Sting, Coldplay, REM, Will Smith, Die Toten Hosen, Green Day, Roxy Music, Brian Wilson (ex lder de Beach Boys), Destiny’s Child, The Dave Matthews Band, Alicia Keys, Bon Jovi, Stevie Wonder, Zucchero, Duran Duran, Pet Shop Boys…

Adems cont con la participacin de actores, como Brad Pitt (que dijo a la multitud: “Indignmonos, seamos enrgicos, seamos audaces”) o Richard Gere (seguidor del Dalai Lama).

El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, asisti a los conciertos de Londres para mostrar su “apoyo a los millones de personas en el mundo que pueden beneficiarse si se alcanzan los Objetivos del Milenio, especialmente los nios que se salvarn del VIH/Sida o la malaria”. Nelson Mandela denunci la “obscena desigualdad en frica” al final del concierto en Johannesburgo. El dueo del gigante empresarial Microsoft, Bill Gates, tom la palabra casualmente en Hyde Park en Londres.

El Comit por la Anulacin de la Deuda al Tercer Mundo denunci que para reunir los 38 millones de euros que cost el evento, Live 8 pidi la contribucin a empresas multinacionales.

Un seguimiento de miles de millones de personas

Hagmos ahora el anlisis numrico y veamos cuntas personas participaron activa o pasivamente de este evento. En primer lugar, presento las cifras aproximadas de personas que, segn medios de prensa y organizadores (no se conocen estimaciones independientes), participaron en los conciertos en directo:

Londres – 200.000 personas

Edimburgo – 120.000 personas

Tokio – 10.000 personas

Berln – 110.000 personas

Johanesburgo – 8.000 personas

Filadelfia – 1.000.000 personas

Barrie – 35.000 personas.

Roma – 150.000 personas

Mosc – 20.000 personas

Pars – sin confirmar, los medios apuntan escuetamente que “los organizadores convocaron frente al palacio de Versalles, pero pareci haber menos pblico de lo inicialmente previsto”.

El espectculo fue tambin seguido a travs de Internet. El diario El Pas seala que “los conciertos solidarios tuvieron en Internet una audiencia de cinco millones de personas, el doble de lo previsto”. La iniciativa tambin bati marcas en los mviles, pues la organizacin de Live 8 recibi ms de 26 millones de mensajes de texto de apoyo. El enorme nmero de mensajes SMS recibidos en apoyo de las reivindicaciones expresadas en los conciertos “es la mayor llamada a la actuacin poltica” a travs de mviles, segn declar Ralph Simon, coordinador de la campaa de mensajes de texto en Filadelfia.

A esto hay que aadir el dato ms importante: el seguimiento por televisin. Bob Geldof, principal impulsor del Live 8, fue criticado por la prctica ausencia de artistas africanos en los conciertos. Geldolf responda a las crticas argumentando que “pretenda sobre todo que miles de millones de personas viesen el concierto por televisin en todo el mundo y que la presencia de artistas poco conocidos, ya fuesen de frica, Nueva York o Londres, podra hacer que muchos cambiasen de canal”. [El Universal, Mxico]

La revista Focosdeinteres.com calcul que “dos millones de espectadores en directo y ms de 3 mil millones de teleespectadores se solidarizaron con frica en el maratn de conciertos que uni por una tarde a las naciones”.

Y por fin el domingo 3 de julio, el gran titular que muchos esperaban: “El primer ministro britnico, Tony Blair, ha colocado en la agenda el tema de la pobreza” [Reuters].

Motivaciones

En este evento se ha dado una dinmica habitualmente repetida por el poder: sealar las consecuencias de los actos del imperialismo, pero nunca las causas ni los responsables de la pobreza resultante. Por el contrario, los causantes de guerras, hambre y enajenacin son mostrados como lderes concienciados de este “grave problema” que necesitan ser “presionados” con acciones pacficas (por supuesto) y ldicas, respaldadas, eso s, por un sin fin de smbolos pblicos referenciales de la industria del entretenimiento.

Live8 ha sido una espectacular operacin de propaganda con el objetivo de lavarle la cara al imperialismo. Y todo ello con la aprobacin directa de los responsables directos de la injusticia, que son los que han puesto el grueso del dinero para financiar un evento de estas caractersticas. Ha sido una demostracin de que “el sistema funciona”, permite la crtica, fomenta la lucha contra la pobreza. Eso que tanto insistimos los anticapitalistas de que los medios estn al servicio de los poderosos es mentira: ah estn las televisiones y los grandes diarios llenos de imgenes de la lucha contra el hambre… Para cambiar las cosas basta con decir NO, rezaba una de las entradillas cuidadosamente elegidas en la TV.

Conclusin

Una maniobra de esta envergadura no pretenda engaar a los activistas mayormente concienciados. Presentar como “solidario con la pobreza” a un smbolo del capital como Bill Gates es una seal demasiado descarada. Lo que se pretenda con este evento era aislar al movimiento anticapitalista, atacarlo ideolgicamente, ridiculizarlo numricamente, restar importancia a la lucha en la calle, imponer la idea de que el nico camino posible es delegar al propio G8 la responsabilidad poltica de actuar por un mundo justo, anular la necesidad de un enfrentamiento con los opresores y, en consecuencia, esconder por una larga temporada el concepto “lucha de clases”.

Pero Live 8 no slo tiene objetivos de largo plazo: tambin sirve de excusa para dar abundantes palos a los anticapitalistas que estos das se atrevan a manifestarse y enfrentar a la polica defensora del G8 en Escocia. Con esto nos quieren convencer de que ya no tenemos argumentos: para qu protestar en la calle si ya millones de personas se han pronunciado? Parece que los poderosos quieren recuperar la legitimidad del sistema, desacreditado estos aos por el movimiento anticapitalista internacional. Ahora esperan un paulatino resurgir de las grandes movilizaciones antiglobalizacin (al ritmo que marcan las revueltas en Amrica Latina, Oriente Medio y otros lugares del mundo) y abrieron el paraguas antes de que llueva. Lamentablemente para ellos, nuestras protestas no se suspenden por mal tiempo.

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