LLAMADO A ACCIONES CONTRA LAS FINANCIERAS MULTILATERALES

LLAMADO A ACCIONES GLOBALES
CONTRA LAS INSTITUCIONES FINANCIERAS MULTILATERALES
del 14 al 20 de Septiembre de 2006

La siguiente es una declaración para firmar, que expresa una
crítica al papel y las operaciones de las Instituciones Financieras
Internacionales, y un llamado a los movimientos sociales,
organizaciones populares, ONGs, grupos ciudadanos,
organizaciones comunitarias, sindicatos y organizaciones obreras
y movimientos políticos a librar una campaña concertada contra
las IFIs sobre una plataforma común; y a organizar movilizaciones
coordinadas en la mayor cantidad de países posible, para culminar
durante la semana de las Reuniones Anuales en septiembre de
2006.

La propuesta surgió durante la 2° Consulta Sur-Norte sobre
Resistencia y Alternativas a la Dominación de la Deuda, donde los
y las representantes de movimientos y organizaciones de más de
50 países acordaron entre otras iniciativas conjuntas el Llamado a
Acciones Globales contra las IFIs en el 2006. Posteriormente la
iniciativa fue asumida por la Asamblea de Movimientos Sociales
reunida en Caracas, Venezuela, durante el VI Foro Social Mundial
(Policéntrico) en enero de 2006.

¡ Invitamos a su organización a sumar su adhesión a la
declaración, a difundirla a todas las redes y grupos que estén a su
alcance, y a participar activamente en la implementación del
llamado !

Durante más de sesenta años, el Fondo Monetario Internacional y
el Banco Mundial junto a los bancos regionales de desarrollo y
agencias de crédito para las exportaciones aliados, han utilizado el
capital financiero internacional para ejercer el control y
reestructurar las sociedades del Sur a fin de servir a los intereses
de las corporaciones privadas globales y a la agenda económica y
geopolítica de las pocas naciones poderosas que controlan estas
instituciones.

Los efectos resultantes sobre las vidas de los pueblos, sobre las
comunidades, sobre el medioambiente y sobre las estructuras
tanto económicas como políticas en el Sur han sido profundos, y a
través de los años han generado numerosas luchas de resistencia
contra estas instituciones.

A pesar de evidencias bien documentadas e innumerables
testimonios de la destrucción, el desplazamiento y el
desposeimiento que han causado sus políticas y operaciones,
estas instituciones insisten en legitimar su papel. En años
recientes se han declarado a sí mismas campeonas de la
“reducción de la pobreza” y del “buen gobierno”.

En este año 2006, nos comprometemos a intensificar nuestras
luchas contra estas instituciones y elevar el nivel de coordinación
internacional y acciones concertadas. Nos comprometemos
especialmente a organizar diversas formas de movilización y
acción directa en muchos países de todo el planeta durante la
semana de las Reuniones Anuales del FMI y el BM, del 14 al 20
de Septiembre de 2006. Esto incluirá varias actividades y acciones
en las cercanías de sus Reuniones Anuales en Singapur.

HACEMOS UN LLAMADO a todas las organizaciones populares,
movimientos sociales, movimientos de trabajadores, movimientos
de mujeres, grupos campesinos, pueblos originarios, grupos
religiosos y culturales, organizaciones comunitarias, ONGs,
fuerzas políticas, y a todas las y los ciudadanos interesados del
mundo, a que se unan a nosotros/as para montar acciones
contundentes que centren la atención del mundo en la destrucción
y violación de los derechos humanos causados por el FMI y el
Banco Mundial, los bancos regionales de desarrollo, las agencias
de crédito a las exportaciones y el sistema neoliberal global que
aplican.

Nuestras acciones identificarán temas y articularán exigencias que
reflejen los impactos específicos de estas instituciones sobre cada
uno de nuestros países, pero también se unirán sobre las
siguientes exigencias globales:

1. Anular inmediatamente el 100% de las deudas multilaterales,
como parte de la anulación total de las deudas reclamadas al Sur,
sin la imposición de condicionalidades externas.

Las consecuencias inhumanas y destructivas de la dominación de
la deuda, en la perpetuación de las cuales las Instituciones
Financieras Internacionales juegan un rol fundamental, son la
evidencia contra las declaraciones escandalosamente engañosas
de estas instituciones de que están trabajando para la “reducción
de la pobreza” y el “financiamiento del desarrollo”.

A la fecha las iniciativas para el alivio de la deuda de las
Instituciones Financieras Internacionales han cubierto sólo una
pequeña parte de la deuda reclamada al Sur. Peor aún, estas
iniciativas vienen con condiciones que minan la soberanía de los
pueblos para decidir su propio camino al desarrollo, han
demostrado ser dañinas para el bienestar y el medioambiente, y
mantienen las economías de los países del Sur atadas a los
intereses del lucro privado global.

La anulación de sólo una pequeña parte de la deuda podría liberar
algunos fondos que podrían usarse para servicios básicos, pero no
liberaría al Sur de la servidumbre de la deuda. La anulación de la
deuda debe ser del 100%.

Para la acción inmediata destacamos los casos especialmente
urgentes: la mayor parte de África, Haití, Nepal, países afectados
por los tsunamis y otros recientemente devastados por
calamidades naturales, países arrasados por las guerras,
sociedades agobiadas por el HIV/SIDA, y otros que están
sufriendo severas crisis sociales, financieras y económicas.

Rechazamos el marco de “deuda sustentable” que siguen
aplicando las instituciones financieras internacionales. No existe
ningún nivel de deuda “sustentable” en un sistema económico
global basado en la dominación y la explotación de los pueblos,
las economías y los recursos del Sur. Este marco es un medio a
través del cual estas instituciones justifican el mantenimiento del
“endeudamiento” de los países del Sur.

La insistencia en un “marco de deuda sustentable” es además una
negativa a tratar la cuestión más fundamental de la ilegitimidad de
la deuda reclamada al Sur. Los pueblos del Sur no deben ser
obligados a pagar deudas ilegítimas – deudas de las cuales no se
han beneficiado, deudas que financiaron proyectos que han
causado el desplazamiento de comunidades y daños al
medioambiente, deudas gastadas en corrupción o proyectos
fallidos, deudas contraídas por medios antidemocráticos y
fraudulentos, deudas con términos completamente injustos y
condiciones dañinas, deudas odiosas incurridas por dictaduras,
deudas contraídas en el contexto de relaciones internacionales
económicas explotadoras, deudas por las cuales los pueblos del
Sur ya han pagado varias veces.

Aunque las deudas financieras reclamadas al Sur sean
cantidades sorprendentes, totalizando más de $2.3 billones de
dólares, de hecho el Norte le debe al Sur una deuda varias veces
mayor. Es la deuda histórica, económica, social y ecológica
acumulada a través de siglos de saqueo y explotación por parte
del Norte con la colaboración de las elites del Sur.

El FMI y el Banco Mundial deben correr con el costo de anular
deudas que reclaman, utilizando la Disposición acerca de pérdidas
por préstamos incobrables (loan loss provisin) del Banco Mundial
(valuada en $3 mil millones de dólares al 30 de Junio de 2005),
ganancias retenidas (valuadas en 27 mil millones de dólares al 30
de Junio de 2005) y las reservas en oro del FMI. Al sobrepasar la
cotización del oro los $600 dólares la onza, los 103.4 millones de
onzas de oro del FMI valen más de U$S 60 mil millones, en vez de
los U$S 9 mil millones asentados en los libros del FMI.

2. Realizar Auditorias Externas abiertas, transparentes y
participativas de las operaciones de préstamos y las políticas
relacionadas con ellas de las Instituciones Financieras
Internacionales, comenzando por el Banco Mundial y el FMI.

Campañas contra la deuda, movimientos, organizaciones
populares y ONGs están involucradas actualmente en la
preparación e implementación a niveles nacionales, de Auditorias
Ciudadanas independientes de las Deudas reclamadas a los
países del Sur. Así también están exigiendo a los gobiernos del
Sur que realicen Auditorias oficiales (por ej. parlamentarias)
transparentes, abiertas y participativas de estas deudas. Estas
auditorias apuntan a examinar los orígenes y causas del problema
de la deuda, hacer un inventario de sus efectos e impactos, sacar
a la luz el carácter dudoso e ilegítimo de las deudas identificando
responsabilidades, y estableciendo y fortaleciendo las bases para
cambios urgentes en las políticas nacionales sobre deudas y
problemas relacionados.

Desafiamos a las instituciones financieras internacionales a
someterse a auditorias independientes similares de los préstamos
que han otorgado, de sus políticas crediticias, sus procedimientos
y operaciones, y los términos y condiciones que han acompañado
estos créditos, y hacer inventario de los efectos e impactos. Tales
auditorias deberían investigar la culpabilidad y responsabilidad de
estas instituciones financieras internacionales y evaluar qué
restituciones y reparaciones deben realizarse.

Recientemente las instituciones financieras internacionales han
aumentado sus esfuerzos por mostrarse como campeonas del
“buen gobierno”, incluyendo anuncios de esfuerzos y estrategias
renovadas para luchar contra la corrupción. Desafiamos a estas
instituciones a empezar por ellas mismas y examinar la forma en
que han estado involucradas en la creación y exacerbación del
problema de la corrupción. Las auditorias externas independientes
de sus préstamos, operaciones crediticias y condicionalidades
deberían incluir este tema. Más aún, la corrupción debe verse
como un problema sistémico que también involucra al sector
privado, especialmente a las corporaciones transnacionales.

3. Poner fin a la imposición de condiciones y la promoción de
políticas y proyectos neoliberales.

Por medio de las condicionalidades que acompañan los préstamos
y programas, el FMI y el Banco Mundial han logrado reestructurar
la economía global. La utilización extendida de los “programas de
ajuste estructural” desde principios de los 80 en países con una
deuda importante, pobreza y problemas financieros, han forzado a
la mayoría de países del Sur a imitar las políticas económicas de
los países industrializados, al margen de cuan inapropiadas
pudieran ser éstas para las necesidades de desarrollo del país.

Debido a la imposición de políticas neoliberales sobre países
desesperados por acceder a los créditos, los pueblos de todo el
Sur se ven enfrentados a economías orientadas a la producción de
exportaciones antes que a la provisión de los mercados locales, a
sectores manufactureros devastados, a un gran porcentaje de
factores económicos en manos extranjeras, a valiosos recursos
públicos privatizados, a servicios de salud y de otros servicios
sociales mutilados por décadas de falta de inversiones, a recursos
ambientales devastados por la sobreexplotación, las chacras y los
pequeños emprendimientos arruinados por la denegación de
créditos y subsidios, y un desempleo masivo.

Nuestra lucha contra la dominación de la deuda se libra en gran
parte para liberarnos de las condiciones que se chantajea a los
gobiernos endeudados a aceptar. Para las acciones de Septiembre
de 2006 exigimos:

a. En este 50° aniversario de la Corporación Financiera
Internacional (CFI), que las IFIs pongan fin a la promoción de
privatizaciones de los servicios públicos y al uso de recursos
públicos para apoyar las ganancias privadas.

El FMI y especialmente el Banco Mundial han sido los impulsores
principales de la privatización de los servicios básicos; y junto a
ellos otras instituciones como los bancos de desarrollo regionales
y las agencias de crédito a las exportaciones.

Las instituciones financieras internacionales promueven la
privatización a través de políticas condicionantes y asesoramiento
en políticas, financiando proyectos que abren el camino a las
privatizaciones, proveyendo asistencia técnica en la preparación de
estudios de factibilidad como también en el proceso de
implementación y hasta apoyando directamente a las compañías
privadas para que compren los servicios públicos. La Corporación
Financiera Internacional juega un rol preponderante en la provisión
de garantías de riesgo tanto como de capital accionario para estas
compañías privadas, y facilitando el rescate público de los
servicios privatizados en apuros.

El énfasis continuo en la privatización de servicios básicos como la
provisión de agua – o cuando ninguna compañía está interesada en
adquirir el servicio, el arreglo de arrendamientos y contratos de
servicio – y la “comercialización” hasta de agencias de socorro
como las que administran las reservas de alimentos, reflejan una
fijación en el mercado como el único principio organizador para las
economías aún en vista de evidencias abrumadoras en su contra.
Un fracaso tras otro en las privatizaciones del agua en el Sur no ha
disuadido a las IFIs de su misión de arrebatar los bienes de
propiedad pública.

Nuestro mensaje a la CFI y sus socios multilaterales es claro: no
más recursos públicos para el mantenimiento de las ganancias
privadas.

b. Detener el financiamiento y colaboración de las IFIs en
proyectos destructivos del medioambiente, empezando por las
grandes represas, el petróleo, el gas y la minería, e implementar
las principales recomendaciones del Examen de Industrias
Extractivas (EIR).

Las instituciones financieras internacionales también se presentan
como liderando la lucha contra el cambio climático y la
destrucción medioambiental. Sin embargo ningún tipo de retórica
astuta sobre un compromiso más fuerte y nuevas estrategias
pueden ocultar el hecho de que muchos proyectos diseñados,
dirigidos y apoyados por las instituciones financieras
internacionales violan las ya diluidas normas y salvaguardas
declaradas por estas mismas instituciones y causan tanto
problemas ambientales como sociales enormes.

El mismo Banco Mundial es un deudor ecológico muy importante,
ya que ha financiado grandes proyectos como represas
hidroeléctricas, minas, tuberías, exploraciones petroleras y el
desarrollo de proyectos que han desplazado poblaciones y
producido daños ambientales enormes. El Banco Mundial ha
rechazado implementar recomendaciones importantes de su
propia Examen de Industrias Extractivas, incluyendo 1) el principio
de que las comunidades enfrentadas a los proyectos de extracción
de recursos deben dar su consentimiento libre e informado, 2) y el
retiro progresivo de inversiones en proyectos de extracción de
hidrocarburos.

El intento del Banco Mundial de establecer su liderazgo en el
problema del cambio climático con la aplicación de su desarrollo
de la comercialización de créditos de carbono es otro trágico
ejemplo del fundamentalismo de mercado. Confiar el precario futuro
del clima mundial a las ingeniosas soluciones de mercado que
inventa el Banco Mundial distrajo a los actores principales de
concentrarse en el sobre consumo que amenaza de muerte al
planeta y a todos los que viven en él. Mientras tanto el Grupo
Banco Mundial, que declama su liderazgo en el desarrollo de
energías alternativas, dedica muchos más recursos a desarrollar
fuentes de energía convencionales. En efecto, el Banco Mundial es
el líder mundial en la financiación de proyectos que producen el
efecto invernadero.

c. Poner fin inmediatamente a la imposición de condiciones que
exacerban las crisis sanitarias como la pandemia de SIDA y
hacer restituciones por prácticas pasadas tales como la exigencia
de pago de cuotas a los usuarios de la educación pública y los
servicios públicos de salud.

Las políticas de las IFIs han agravado las crisis sanitarias como la
pandemia de SIDA de muchas formas. Las medidas de austeridad
han restringido los presupuestos para la salud, impedido la
contratación de maestros y trabajadores de salud sumamente
necesarios debido a los límites impuestos al gasto en empleos del
sector público, y alejó a los usuarios de las clínicas y a los y las
niños de las escuelas por la insistencia en el pago de aranceles.
Las políticas macroeconómicas que han impuesto las
Instituciones Financieras Internacionales durante los últimos 25
años – incluyendo la austeridad fiscal, altas tasas de interés,
liberalización comercial unilateral y la privatización de servicios
esenciales – han llevado a índices inferiores de crecimiento y
menores progresos en los indicadores sociales que los de las dos
décadas entre 1960 y 1980.

Las IFIs les deben una enorme deuda social a los países cuyos
servicios públicos han sido dañados por sus políticas. Sus
acreedoras son las mujeres de los países del Sur quienes han
tenido que intervenir para proveer los cuidados de la salud, la
alimentación, la docencia, el agua y los otros bienes y servicios
básicos que fueron puestos fuera del alcance por las políticas de
las IFIs. El Banco Mundial y el FMI deberían pagar por la
educación y la salud primaria gratuita como una forma de
reparación o restitución por el daño causado por sus políticas.

Mientras salimos a las calles y plazas del 14 al 20 de Septiembre
en Singapur y en todo el mundo, permanecemos unidos/as en
nuestro llamado para poner fin a la destrucción infligida al Sur por
el FMI, el Banco Mundial, los otros bancos multilaterales y los
países que los controlan.

Solicitamos a los movimientos y organizaciones que adhieren a
este Llamado que compartan con nosotros la información acerca
de sus planes de acción y los resultados, a fin de poder
respaldarnos mutuamente a través de la amplia difusión enviando
un mail a la Secretaría Regional Jubileo Sur/Américas:
jubileosur@wamani.apc.org.

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