2 de febrero de 2011.
Al pueblo de Venezuela
Al Gobierno del Presidente Hugo Chavez
A los movimientos sociales de Venezuela
Estimados compañeros y compañeras,
Hace doce años, el pueblo venezolano decidió cambiar el rumbo de la historia de su país y romper con la larga noche neoliberal y décadas de manipulación de una oligarquía que se saciaba con los recursos del petróleo, sin beneficiar en nada al pueblo.
El pueblo venezolano pagó el precio de la pobreza y de las desigualdades sociales.
El día dos de febrero de 1999, resultado de muchas movilizaciones populares, y de una masacre en Caracas que costó la vida de millares de ciudadanos, finalmente tuvimos una elección democrática y el presidente venezolano Hugo Chávez asumió la Presidencia de Venezuela, con el compromiso popular de refundar el país por medio de un proceso de transformación social, basado en la participación popular y en el rescate del papel del Estado como gestor de políticas públicas en pro de la mayoria de la población.
A partir de entonces, se inició un programa de erradicación del analfabetismo, la universalización del sistema primario de salud, la apertura de nuevas universidades, la democratización de la propiedad de la tierra en el campo y en la ciudad, y la construcción de un proyecto económico que use los recursos del petróleo para resolver los problemas del pueblo de vivienda, educación, salud, y acceso a la energía. Y asumió una vocación internacionalista de ayuda a otros pueblos, a través del proyecto ALBA, siguiendo el ejemplo de Simón Bolívar.
No basta que bajo la mirada y las reglas de la democracia representativa, Chávez y su proyecto de gobierno haya salido victorioso en 14 procesos electorales realizados desde este período. No basta que este gobierno haya admitido derrotas electorales como en 2008, cuando fue rechazado en las urnas el proyecto de reforma constitucional propuesto por el gobierno. Las empresas transnacionales, las clases dominantes locales y los intereses del imperio de los Estados Unidos, no se conforman con la pérdida del control del petróleo venezolano y con la pérdida de poder político. Por esto, durante todos estos años, han organizado una campaña permanente, sistemática, para descalificar el proceso, agrediendo al pueblo venezolano y a su presidente, como nunca sucedió antes en la historia del país.
Pero todavía reclaman que falta derecho a la opinión y a la libertad de expresión. Estas fuerzas derechistas, que mantuvieron al continente latinoamericano precisamente al servicio de los intereses del capital de los Estados Unidos, como ahora, perdieron el poder político en la mayoría de los países, y se articulan a través del control que tienen sobre los medios de comunicación. Usan los medios de comunicación de masas como su arma permanente para mentir, manipular, y atacar.
Esto viene ocurriendo no sólo en Venezuela, sino también en Brasil, en Argentina, y en todos los países de América Latina.
Por confiar en el carácter popular y democrático de la revolución bolivariana, por defender el derecho soberano del pueblo venezolano y de todos los pueblos del mundo a decidir su destino, sin injerencia del capital y de las fuerzas del imperio, por considerar de fundamental importancia el proceso de integración regional que viene siendo impulsado en América Latina en los últimos diez años, y que se concreta a través de UNASUR, del CELAEC, y del proyecto de integración popular del ALBA, salimos públicamente a manifestar nuestra solidaridad con el pueblo hermano venezolano, con su gobierno, y con el proyecto de cambios sociales en curso en aquel país.
En el año del bicentenario de la independencia política de varios países de América Latina, reiteramos que a pesar de la campaña de odio orquestada a partir de los medios masivos de comunicación contra Venezuela, reiteramos nuestro compromiso de realizar todos los esfuerzos para construir la verdadera integración de nuestros pueblos, y apoyar el ejemplo del pueblo venezolano, que inspirado en Simón Bolivar y el Che Guevara, José Martí y tantos otros, nos impulsa en la necesidad de unirnos en América Latina, para ayudarnos a resolver juntos los problemas fundamentales de nuestros pueblos.
Defendemos que haya un proceso de democratización de todos los medios de comunicación de masas en nuestros países, para liberar a nuestros pueblos de la manipulación y de su uso por los intereses de la burguesía y de las empresas que quieren retomar el control de nuestros recursos económicos.
Los pueblos de América Latina precisan caminar con sus propios pies, abriendo un mismo camino de soberanía política, económica, de control de sus recursos naturales, para construir sociedades más justas, democráticas e igualitarias.
Defender al pueblo venezolano de las agresiones que sufre, es defender a los pueblos de todo el continente, es defender también los intereses del pueblo brasilero.
Atentamente
Rev. Ricardo Cornejo, coordinador de Comunidades de Fe y Vida de El Salvador
Rev. Roberto Pineda, coordinador de Comunidades de Fe y Vida de El Salvador