Mi primera captura fue en 1977… Entrevista con Héctor Acevedo

SAN SALVADOR, 28 de junio de 2010 (SIEP) “Fíjate que la primera captura que tuve fue en 1977 y fue en Santa Ana, ya que desde 1969 trabajaba en esa ciudad, aunque soy originario de Texistepeque…” nos comenta Héctor Acevedo, de 63 años, conocido en la guerra como Octavio Martínez, y actualmente diputado del FMLN.

“Del año 69 al 77 forme parte del movimiento sindical en Santa Ana, junto con Mario Rivera, el Viejo Moran, Villeda, Edito Genovés. Fui dirigente sindical de la FESTIAVTSCES, de la secretaria de organización junto con Rafael Jiménez, Jorge Alberto Moran Cornejo, Sorto…trabajaba en una fábrica de cuero y calzado de nombre Cosmos.”

“Me integre al sindicato y fui de la directiva, primero de Organización y luego secretario general. Y luego me promovieron como miembro de la junta directiva federal de la FESTIAVTSCES. En esta fábrica Cosmos funcionaba una célula del PCS. Y me reclutan, me incorporo a un círculo de estudio, luego simpatizante, candidato hasta ingresar al PCS. Todo esto me llevo dos años…ingrese en el filo de la ruptura.”

Me acuerdo que en octubre o noviembre del 70 me invitaron a un entierro, y nos fuimos a San Salvador, al llegar me impresionó ver el local llenó de banderas rojas y en especial la que cubría el féretro con las siglas PCS. Se trataba de Raúl Castellanos Figueroa. Ese año ingrese al Partido…Moran me contactó, mi primer pseudónimo fue Saúl, en honor a Saúl Santiago Contreras, camarada asesinado en febrero del año 68, junto con Oscar Gilberto Martínez, por su solidaridad con los maestros en huelga.

Dirigía el Partido un grupo de camaradas que integraban el Comité departamental. Estaban Germán, que era el Perico Moran, el profesor Orlando Guerrero Chamul, Mario Rivera, Edito Genovés, Jorge Villeda, Virgilio Guerra. Las discusiones en la célula giraban alrededor de la reciente ruptura y la situación política nacional. Se inicio una campaña de reclutamiento de nuevos miembros, provocada por la ruptura…

En el año 1973 asesinan a mi mejor amigo, a mi compañero de aventuras sindicales. Su nombre era Carlos López Henríquez, y lo llamábamos el Seco Teto. Estábamos en el sindicato y en la célula. Y siendo militante del PCS fue reclutado por el ERP. Ellos lo reclutan y no nos dice nada. Sigue militando. Y participa en una acción de recuperación de fondos de una sucursal de una agencia cafetalera. Y es detectado, capturado, desparecido y luego aparece su cadáver por la línea férrea, lo torturaron y al final le echaron acido sulfúrico en la cara. El era alguien muy conocido en la ciudad…me dolió mucho.

Para el entierro llega Rafael Aguiñada Carranza y Alfredo Acosta. En ese momento yo era el dirigente sindical más visible de la ciudad y dirigente de la fábrica Cosmos. Rafael y Alfredo me plantean que los voy a acompañar, que ya no me puedo quedar. Les pido que me permitan irme a despedir de mi familia y a traer ropa. Me dicen que luego resolvamos eso. Termino obedeciéndolos y acompañándolos. Me dijeron: venite…te van a matar, venite y ya. Me fui en el carro con ellos para San Salvador.

Paso seis meses en San Salvador y luego en 1974 me envían a estudiar a la URSS. Voy con un compañero de Zacatecoluca de nombre Jorgito a quien luego matan. Paso 14 meses en la Unión Soviética, en Moscú. Este viaje me permitió ampliar mi horizonte teórico, conocer experiencias revolucionarias y compañeros de distintos países del mundo, profundizar sobre la historia revolucionaria del PCUS y el papel de Lenin…los profesores rusos nuestros además de ser académicos eran veteranos de la segunda Guerra Mundial, habían sido pilotos, tanquistas, y nos contaban sus experiencias de guerra contra los nazis.

Regreso en 1975 a El Salvador. La represión ya esta golpeando, habían asesinado ya a Jorge Alberto Moran Cornejo, El Beatle, compañero de FESTIATSCES. El nivel de represión era mayor. Regreso a Santa Ana. Logro reincorporarme a la fábrica Cosmos. El dueño era un vasco de nombre Iñaki Artinano. Me reintegro a la actividad partidaria y sindical. Organizamos la UNO. Luego de la masacre de febrero de 1977 en la Plaza Libertad realizamos diversas actividades de protesta.

Me capturan en octubre de 1977

Me capturan en octubre de ese año, todavía se oían los ecos de las jornadas de la campaña de la UNO, que llevamos al coronel Claramount como candidato a la presidencia. Fue una movilización política impresionante la que habíamos realizado en Santa Ana. Fíjate que yo me había ido a vivir con mi familia a Texis (tepeque) y allá llegan a capturarme…llegan a traerme, me llevan primero a Santa Ana y luego a San Salvador.

Al llegar a Santa Ana me empiezan a golpear, iba vendado, me preparan para el “avioncito” y lo realizan, me golpeo la frente, inician los interrogatorios sobre mi militancia en el PCS y quienes eran mis contactos. Resisto, me había preparado psicológicamente, ideológicamente para este momento, sabía que iba a llegar… Lo que no sabia era cuando ni donde. Me tienen colgado de los brazos por horas y horas…fíjate que todavía tengo secuelas de estas golpizas…

Siento los brazos muertos, insensibles…se suben para hacerme más peso…me golpean la cabeza y el corazón…se ponen toallas para pegarme en el corazón…siento que la cabeza va a explotarme…son 22 días los que me tiene torturándome y luego me trasladan al cuarte de la Guardia Nacional en San Salvador. Ahí continúan las torturas. Finalmente, me regresan a Santa Ana, una madrugada me sacan de la GN y me llevan a un cañal, pienso que es el final y siento alivio, estoy vendado de los ojos, me los han amarrado con tirro…oigo una voz que dice: te vamos a matar…a menos que nos digas los secretos y te salvas…Respondo: no hay nada que decir…y espero el momento final… El oficial al mando da la orden de prepararse y oigo que cargan los G-3, y oigo las descargas, un ruido infernal, han disparado, siento un culatazo del oficial en el pecho…pierdo el conocimiento.

Despierto al filo de la madrugada, esta amaneciendo, aparecen los primeros rayos del sol. Como puedo me pongo de pie y empiezo a caminar, escucho ruido de vehículos, alcanzo a distinguir luces de vehículos, estoy cerca de una carretera… camino temeroso, pensaba que estaba muerto y descubro que estoy vivo ¡estoy vivo! ¡Que linda es la vida! Siento una gran alegría que se extiende por todo mi cuerpo adolorido, ¡estoy vivo! Estoy sin zapatos y sin camisa, y con el pantalón muy sucio, estoy hediondo, los brazos me cuelgan sin vida, decido esconderme, y entonces alcanzo a ver un rotulo que decía: ¡Bienvenido a Sonsonate!

Salgo a la calle, veo una gasolinera y antes de llegar me encuentro con un grupo de jóvenes que están estudiando, se me quedan viendo extrañados, sorprendidos por mi facha, decido acercarme y les digo: miren muchachos, soy sindicalista, me secuestraron en Santa Ana y acaban de dejarme libre…Me ven con recelo, pero luego reaccionan y me ayudan. Me meten a una casa. Me bañan, me dan de comer, me quitan el tirro que andaba todavía pegado, me dan ropa limpia, zapatos….se arriesgaron por alguien que no conocían.

Se jugaron el pellejo, así es mi pueblo. Les pido ir a hablar por teléfono y me llevan a un público. Me piden el número para marcarme. Decido pedirles monedas y hacerlo yo aunque los brazos y la mano me duelen intensamente…Hablo, responde Orlando Guerrero, se alegra al escucharme, le digo donde me encuentro. En la tarde llegaron a traerme. Me llevan a San Salvador. Era el día 2 de noviembre de 1977, y pensaba en mi esposa y mi hija de tres años. ¡Me había salvado!…Hoy soy abuelo de una joven de 14 años.

En San Salvador me sometí a un prolongado tratamiento ortopédico, para lograr recuperar el movimiento de mis brazos. Mis brazos no respondían a los llamados de mi cerebro, eran como ramas independientes, colgadas, desconectadas…pase año y medio jodido, me ayudo mucho el ortopeda Girón Flores, a quien le esplique que me había caído de un árbol, y quede colgado de una rama…ni creo que me creyera pero me ayudo mucho ahí en el ISRI…hasta que logre recuperarme.

Hacia la lucha armada…

Nos venimos a vivir con mi familia a San Salvador, y me dedique al trabajo clandestino del Partido. Me involucre en actividades orientadas a lo que luego serían las FAL. En la semana santa del 79, fui delegado al VII Congreso del PCS. Y fui electo como miembro del Comité Central y luego de la Comisión Política. Ya antes había estado participando en reuniones ampliadas del CC. Mi trabajo político era clandestino.

Ya antes, cuando estuve en el Comité Departamental del PCS en Santa Ana había trabajado con la Juventud, y me sentía cómodo con ellos. En Santa Ana tuvimos un grupo numeroso de Juventud Comunista, de JC, incluso yo atendía políticamente a una célula de la JC en el PDC, en la que estuvo Juan José Martel, eran cinco compañeros, y los capturaron y los torturaron luego de una movilización en el INSA.

Y entonces en el 78 iniciamos lo que serían los GAR y los GAP, incluso antes del VII Congreso. El congreso vino a respaldar estas iniciativas. Ya me había recuperado y hacíamos acciones de propaganda armada. Fui destacado por el Partido para este grupo de la JC que debía de empujar al propio Partido hacia la lucha armada y prepararlo para la guerra que se avecinaba…

Me dedique junto con un grupo de jóvenes que incluían a Ramiro, Miguel, etc., a la discusión sobre las modalidades que tendría el Partido en Guerra, que fue la caracterización que luego hicimos para definir el viraje del PCS hacia la lucha armada. Y como implementar este acuerdo trascendental del VII Congreso. El 24 de marzo de 1980, en una reunión de la CP en una casa que tenía en la Col. Zacamil, fue que le pusimos nombre a nuestro esfuerzo militar, se llamaría FAL y se creo su Estado Mayor, su estructura de dirección. Cuando salimos de la reunión escuchamos una noticia que nos conmovió a todos: habían matado a Monseñor Romero.

También pertenecía a la Comisión Nacional de Organización, la CNO, que dirigía el Viejo Neri, (Alfredo Acosta), que era también de la CP, y de la cual formaban parte Raúl Granillo, Julio Cesar Castro Ramos (Alejandro, originario de Chalchuapa) el Negro Pedro, y uno de los hermanos Chamorro de Quezaltepeque. Me correspondía atender Occidente. Y participaba de las reuniones de coordinadores departamentales junto con Hugo, que era el subsecretario general. Me acuerdo que por San Salvador llegaba el Tío Julio.

En septiembre del 79, me comisionaron para formar parte de un grupo que debía entrar en contacto con los militares golpistas. Estábamos Jorge Arias Gómez, Mario Aguiñada, Norma Guevara y mi persona. Nos veíamos con Majano, incluso le ayudábamos a moverse. Después le ayudamos a que saliera del país. Luego del golpe le acompañábamos a los cuarteles a las asambleas con los oficiales, lo hacíamos con la bandera del UDN.

Y así llegamos al año 80…en los primeros meses varios recibimos capacitación militar profesional en la Isla para asumir los nuevos desafíos. El primer contingente para la academia militar estuvo al mando de Lucio. Yo participe del segundo, en el año 81.

Para aquella época teníamos una oficina del Partido que funcionaba como una oficina abierta, con horarios de trabajo establecidos. Quedaba sobre la 2da. Avenida, cerca de Mejicanos. Ahí funcionaba el secretariado (Simón, Nando y el Viejo Hugo). Una vez le cayeron a la casa y se llevaron todo, el siguiente día cuando llegue encontré la puerta entreabierta, entre, y estaba solo, no habían dejado ni los clavos de las paredes, la habían vaciado, después descubrimos que los dueños eran de la RN y por eso le cayeron a la casa.

En agosto del 80 hubo una reunión de la CP que quedó grabada en mi memoria. Fíjate que nos informaron de Costa Rica que Simón había viajado a Cuba por un padecimiento y que estando allá, había sufrido un infarto y que era difícil que se recuperara…esto nos cayó como una bomba. Creo que hasta se me salieron las lagrimas…Fue un gran golpe, una gran sacudida, algo impensable…Y se generó una discusión, el primero que tomó la palabra fue J.J., planteo que dada la situación había que nombrar inmediatamente sustituto y se ofreció para asumir esta responsabilidad, ya que había que contar con una reserva inmediata. Imaginate. Hugo reaccionó planteando con firmeza que no debíamos de tomar ninguna decisión hasta no contar con mayor información. El Viejo Hugo se enfrentó y dijo que no era el momento y ese fue el acuerdo…

Somos ocho hermanos…

En mi familia somos ocho hermanos…yo soy el mayor, la mitad nos metimos en la guerra…mis hermanos de alguna manera fueron influenciados por la situación del país. Yo llegue por la ruta sindical y partidaria…tengo una hermana que participó a finales del 78 o principios del 79 en una Brigada del PCS que combatió en Nicaragua con los sandinistas contra la dictadura somocista. Y allá se quedó a vivir luego del triunfo, se integró al Ejercito Popular Sandinista, y alcanzó el grado de subteniente. A finales del 79 regreso al país para incorporarse a la lucha. Su primer pseudónimo era Beatriz y después fue Xaviera. Su nombre es Irma Deisy Acevedo Moreno. La desaparecieron, se la llevaron de una casa en la Metrópolis…

En Cerros de San Pedro

Regrese del adiestramiento militar a principios del 82 y fui enviado al campamento de las FAL ubicado en Cerros de San Pedro, San Vicente. El jefe militar era Roberto, un antiguo camarada de la Juventud de Santa Ana. Era ya otro momento, el momento de la guerra…

En el 83 me destacan en el cerro de Guazapa como Comisario Político. Y a finales de ese año nos movimos todo el Comité Central y Jefaturas Militares hacia Morazán, íbamos a reunirnos aprovechando una reunión de la Comandancia General del FMLN. Casi todos estábamos en el frente, me acuerdo que una de las discusiones giró sobre el cambio de estrategia militar. Íbamos a pasar de la concentración a la desconcentración. A fortalecer el trabajo de expansión en la periferia de San Salvador. A la creación de Comandos urbanos en la Metro. Y de fondo reactivar el trabajo de masas para acelerar lo que creíamos iba a ser la Insurrección Popular. No todo nos resultó, pero mucho nos resultó… Luego de estas reuniones regreso a mis tareas en el cerro de Guazapa.

A principios del año 85 se toma la decisión de enviarme a San Salvador. Tenía tres años de no estar en la capital…iba para conducir a nuestras unidades urbanas. Y entonces estaba aquí en San Salvador cuando a principios de agosto cae Hugo…y recibimos la orden del Mando de estudiar la posibilidad de sacarlo a él y a Nidia, que también había sido capturada. Y empezamos una intensa y agitada búsqueda de información y preparación de varias posibilidades de acción. Al final nos inclinamos por Inés Guadalupe.

Acordamos una reunión para decidir la operación y afinar los últimos detalles. La hicimos en la casa del Viejo Pío. Era una reunión de coordinación. Estuvieron Eduardo que recién ingresaba al país, Cesar que vivía en esa casa, Ramiro que vino de Guazapa, y este servidor. Cuando estábamos reunidos Pío y su hija Coni nos dicen que hay gente rara merodeando afuera y viendo para acá… Suspendemos la reunión y nos disponemos a salir. Avisen cuando este despejado le pedimos a Daniel y a Coni. Salimos con Ramiro, el toma por unas veredas hacia el río y yo bajo hacia una esquina que da a la calle a Montserrat y ahí estaban esperándonos, me capturan…Ramiro logró cruzar el río y escapó…

Me llevan a una casa, ya en el interrogatorio, me preguntan: ¿en esa casa donde estabas vive Cesar? ¿De ahí venís y no lo encontraste? ¿Donde se van a ver? ¿Cuál es el lugar del próximo contacto? Y se me ocurre decirles: -en la U vamos a vernos. Y sonríen y salen apresurados a buscar a Cesar. Ya lo andaban siguiendo. Cuando regresan sin nada yo me la sople, me cae gran talegueada…pero esto dio tiempo para que tanto Cesar como Eduardo pudieran irse de donde Pío sin problemas. Más que Eduardo andaba cargado de plata…sabían que algo se estaba planeando pero no tenían idea de que se trataba. Empieza el interrogatorio. Sacan un tarjetero, me buscan y me encuentran, con biografía y foto. –este sos vos mirá…a todos los tenemos. En realidad tenían mucha información.

-Sos hombre muerto. Llévemelo al Castillo. Me llevan directo al Castillo. A la sala de torturas. Y luego a la celda, en la pasada mi sorpresa es que veo a Nidia, le doy un fuerte abrazo y le susurro: -ya nos vamos ir de aquí…se me queda viendo sorprendida, pensando, a este loco lo traen ya. Pasan como quince días, estoy golpeado, vendado, todos los días del cuarto de interrogatorios a la celda. Y sucede lo peor para un torturador. Me quedo mudo debido a la humedad y me da alergia. No podía hablar…

Y como esto no les interesaba me mandan a la enfermería, y me quitan la venda de los ojos, veo que estoy en la enfermería, y alcanzo a ver a un miembro de la Cruz Roja Internacional y me le acercó y le digo: soy fulano de tal, me tienen detenido ilegalmente, me están torturando, informe a mi familia…Y llegan unos policías a tratar de quitarme y sigo gritando, me jalan los policías. El de la Cruz Roja me dice: tenemos quince días para asumir responsabilidad…

Fue mi salvación, a los tres días llegan delegados del CICR a buscarme a mi celda. Pude contactar con mi madre. Las torturas habían sido crueles, bárbaras…Y me envían para Mariona. Veo a muchos compañeros, una gran alegría. Estaba el Viejo Hugo que se me quedaba viendo como desconfiado. Cuando nos quedamos solos y platicamos le digo: no te preocupes, que ya nos vamos ir de aquí…y le conté acerca de la operación, que seguía su rumbo. Y entonces empezó a dar brincos en la celda. No dejaba de saltar de la gran alegría. ¡Ya nos vamos a ir…! Se comunico con el frente. Ramiro asumió la preparación y echamos adelante la operación. Y como es la vida, lo que preparamos para Nidia y para Hugo sirvió también para que yo saliera…

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