CUADERNO No. 2
NUESTROS ESFUERZOS POR COMPARTIR NUESTRAS OBLIGACIONES CON
OTROS SECTORES QUE SE CALIFICAN MARXISTAS
(estrictamente interno)
Como FPL sabemos que tenemos la obligación de formar el Partido Marxista Leninista.
A finales del año antepasado, tomando en cuenta que el PCS al fin había aceptado la línea política
militar y que era el más cercano en ideología, nuestra Organización trazó una línea de acercamiento gradual,
aunque no hacia la fusión pero si de acercamiento. Al principio no en los terrenos orgánicos. Y se empezó a
aplicar dicho proyecto.
Se les planteó, que nosotros no queremos bloques dentro de la Unidad y que debemos tomar en cuenta
también otros destacamentos: que como no existe todavía un Partido único, el Partido verdaderamente Marxista
Leninista en El Salvador, que por los retrocesos que tuvo el Partido Comunista de El Salvador, en tomar la línea
de la lucha armada, tuvo muy poca incidencia en lo armado y que también en masas ha perdido gran influencia y
que no se deja sentir la influencia de un verdadero Partido Comunista dentro de la Unidad. Esta se
mueve……………………………………..como mas…… ……. ……………………….de comunistas
Les dijimos que entre las FPL y el PCS existe un tronco común, que es la teoría del Marxismo
Leninismo; que las FPL no nacieron como negación del Marxismo Leninismo, sino, como expresión de la
necesidad de interpretar y aplicarlo a las condiciones del país, y como en eso no nos pusimos de acuerdo durante
los años 60 y principalmente del 70.
Que las principales discrepancias fueron principalmente porque el PCS no estuvo de acuerdo en que la
lucha armada era necesaria como vía de desarrollo y hubo necesidad de crear el instrumento integral de lucha del
pueblo. Las discrepancias fueron en cómo interpretar y aplicar correctamente el Marxismo a la realidad de
nuestro país. Por eso hay ahora dos organizaciones con tronco Marxista. Las FPL consideró, que la mejor
aplicación del Marxismo en las condiciones del país es la estrategia político militar de Guerra Popular
Prolongada, unida a los otros medios de lucha, como vía de desarrollo para la acumulación de fuerzas políticas y
militares que nos permitiera después cambiar la correlación de fuerzas aplastante que tenía el enemigo contra el
pueblo.
“Ustedes siguieron planteando el camino de las elecciones, de las vías pacificas todavía durante varios
años. Ahora se ha llegado más o menos a un consenso de que la línea político-militar correctamente aplicada, es
la proyección para la liberación del pueblo y para el subsiguiente paso al socialismo”.
Ahora, gran parte de aquellas razones por las cuales hubo necesidad de que nos separamos se han
menguado, aunque naturalmente no todas.
Existen, pues, dos organizaciones que están basadas en la ideología Marxista Leninista.
Podemos considerar entonces, que existe una gran base Marxista Leninista en el país, para poder, a
través de un entendimiento, dirigir el proceso y hacer avanzar la unidad de manera consecuente. Podemos incidir
de una manera adecuada, positiva y consecuente a fortalecer la unidad. Porque las otras Organizaciones, ya
sabemos como ha sido y es su desarrollo.
Hay tres o por lo menos otras dos organizaciones que han tenido un tronco común, y que se bifurcaron,
que a consecuencia de sus malos métodos, se cortaron y que ahora son organizaciones distintas, pero al principio
formaban parte del mismo tronco. Estas ramas, ya se sabe su desarrollo, y que acepten llamarse Marxistas
Leninistas por conveniencia en algunas momentos, pero en esencia ellos dudan mucho del Marxismo. Tienen
otros conceptos sobre el Marxismo, por su misma forma como se desarrollaron.
Si tomamos conciencia de que los marxistas deben dirigir este proceso, debemos de ponernos de
acuerdo las dos organizaciones en algunas cosas claves, para poder hacer avanzar la unidad verdadera. Esto no
significa ni debe significar un bloque, pero si, significa en primer lugar que los Marxistas tomen conciencia de su
papel en ésta sociedad para hacerla avanzar y que luego, éste acercamiento pueda ir dando frutos a nivel de
bases, que haya reuniones de bases, que hayan intercambios y que pueda irnos permitiendo un acercamiento, que
tal vez a la larga pueda ser el núcleo de un Partido único, Marxista de la Revolución.
Durante algún tiempo, ellos dijeron que eso era correcto, pero luego, el año pasado su actitud fue
diferente, cuando ya estaban metidos en la ilusión de unas prontas negociaciones, y para ello, en la necesidad de
tener una imagen diferente.
Les recordamos la necesidad de echar adelante éste proyecto y que la unidad estaba muy mal y que si
nosotros nos poníamos de acuerdo iba a marchar mejor. Ya en esta ocasión ellos rechazaron de plano el
proyecto. Estaban envalentonados y nos dijeron que éramos insinceros, que había algunos incidentes en los
frentes y que habían perdido la confianza en nosotros. Que creían ¿que nosotros queríamos el acercamiento del
Partido, como una puerta para poder entrar al mundo Socialista? Es decir, adoptaron una actitud muy
presuntuosa y autosuficiente.
Tuvimos que decirlos que con esa actitud y esa desconfianza mostraban no estar preparados para
cumplir el deber de los Marxistas en El Salvador y crear un núcleo que pudiera orientar mejor el proceso
revolucionario y, en consecuencia, retiramos por de pronto, la proyección propuesta mientras ellos tuvieran esa
actitud. Lamentábamos que no estuvieran maduros para la gran responsabilidad que los Marxistas les toca
desempeñar en el país; y que dejáramos pendiente eso hasta que ellos puedan tener una verdadera conciencia del
deber histórico de los Marxistas en defensa de los intereses en la clase obrera y el pueblo.
Realmente su actitud fue un pretexto, nosotros jamás hicimos por el canal del Partido Comunista,
ninguno de nuestros acercamientos con los partidos hermanos. Nuestras relaciones las hemos ganado por nuestro
propio trabajo revolucionario. Recordemos que el primero de Abril de 1970 una de las líneas fundamentales que
tomamos fue no acercarnos a ningún Movimiento hermano del exterior hasta que pudiéramos presentarnos
genuinamente como revolucionarios. Esta línea la seguimos al pié de la letra. De tal manera, nosotros no
tomamos ni siquiera nombre al principio ante el pueblo, ni nos presentamos ante ninguna Organización hermana
del exterior, blasonando que éramos revolucionarios, sino hasta haber ganado esa calidad y hasta que nuestro
pueblo nos reconoció como organización revolucionaria por nuestra práctica revolucionaria. Hasta entonces
hemos establecido relaciones e intercambio internacional.
Quedaba claro que su actitud era un simple pretexto para alejarse de un aliado que les estorbaba en la
maniobra que en esa coyuntura ellos consideraban maestra. “La maniobra de negociación y otras”; por ejemplo
con los militares. Ellos creían que nosotros al estar cerca podíamos estarlos criticando. De manera que
rechazaron la posibilidad de que los Marxistas formaran lo que nosotros habíamos llamado como un eje Marxista
Leninista en nuestro país.
Por ese lado, no pudo llevarse a cabo la formación de un pivote Marxista que orientara conjuntamente
al pueblo. Este es otro elemento que muestra con mayor razón aún, la necesidad histórica de que las FPL por si
misma debe cobrar conciencia y decisión de convertirse en el verdadero Partido Comunista en El Salvador. Urge
dejar la idea un poco ingenua de que el PCS puede ser en éste momento y a corto plazo otro Partido Comunista
verdadero. No se puede descartar, que con el correr del tiempo y en el transcurso de la revolución, lleguen a
tener la conciencia y a abandonar determinados métodos para llegar a convertirse en Partido Comunista. Pero no
podemos dejar los destinos de la revolución en esa esperanza, sino que tenemos una responsabilidad histórica
que cumplir ahora mismo sin delegarla en nadie más.
En estos momentos, no debemos de descargar en ellos la responsabilidad de que se conviertan en un
verdadero Partido Comunista. En tales condiciones, tenemos que cobrar conciencia de que somos nosotros los
que tenemos que hacer el esfuerzo de convertirnos en el verdadero Partido Comunista de El Salvador.
En el Co-Cen se vio que se puede tomar dos puntos de vista: convertirse en un Partido Comunista de
nombre o convertirse en el verdadero Partido Comunista.
Hay aquí una diferencia casi abismal entre una y otra cosa: por la conciencia, por el esfuerzo, por la
mística, por el sacrificio, por lo complejo que significa el convertirse en el verdadero Partido Comunista de El
Salvador. Si decimos “convertirse en un Partido Comunista”, estamos dando involuntariamente idea de que en
este momento otras Organizaciones pueden también cumplir igualmente con esa tarea, y que nosotros cojemos
sólo una parte de ella. Que por tanto nos tomamos todo el tiempo, con calma, sin tomar a pecho la
responsabilidad de que las FPL se conviertan en el verdadero Partido Comunista.
Con esto, inconscientemente delegamos en otras organizaciones nuestra propia responsabilidad, con la
idea de que por ese camino de retardemiento y de delegación en otros se lograría, con el tiempo, mediante el
avance de la revolución construir el Partido único de la revolución, un partido único que puede o no ser Marxista
Leninista.
Sin embarco, nos ha tocado a nosotros la tarea, no podemos menospreciarla, y si la menospreciamos,
entonces no estamos a tono con ella y la vida espontáneamente va ir marchando, porque los pueblos, se dan lo
que necesitan. El que no muestra ser merecedor de las tareas históricas de la revolución se queda atrás. El pueblo
encontrará otros conductores.
Sólo el verdadero Partido Comunista puede dirigir integralmente la guerra, porque el ejército solo no
puede tomar en sus manos la tarea múltiple de dirigir todo y combinar todo por lo mismo, la dirección de las
masas y la dirección del ejército. Si un Estado Mayor tomará en sus manos en la misma forma la dirección de
todas las organizaciones de masas, realmente no alcanzarla a hacer su labor militar que es especifica. Y si la
dirección de los sindicatos quisiera dirigir las estructuras militares como se llegó a pensar en determinados
momentos en FECCAS: toda esa estructura militar a partir de la propia directiva de masas, sería un desastre
militar. Porque una organización de masas no puede realizar esas funciones. El único que tiene la capacidad
integral es un partido que sepa organizar bien todos los terrenos del trabajo, hacer bien el trabajo clandestino y
que se tengan buenos métodos para el trabajo abierto.
Es el único que pueda dirigir lo militar y lo político, la ideología y la línea, lo abierto y lo secreto y
combinar todos los terrenos de lucha.
La Falta del Verdadero Partido Marxista Leninista Impide Aprovechar Correctamente las Coyunturas
Históricas
Las FPL han estado en parte cumpliendo esa tarea, pero las grandes debilidades que tenemos derivan de
que no hemos logrado convertir a las FPL en el verdadero Partido Marxista Leninista del proletariado
Salvadoreño.
En el desarrollo del movimiento revolucionario se ha sentido esta necesidad para el avance del pueblo
Salvadoreño. La falta del Partido Marxista Leninista no ha permitido al pueblo organizarse como se debe, hacer
avanzar más rápido su proceso, acumular fuerzas político-militares más rápidamente. En cada una de las
coyunturas se ha ido viendo eso, lo mismo que en el proceso general.
Por ejemplo la gran oportunidad que tuvo el pueblo para avanzar hacia un régimen más adecuado a sus
intereses en 1944. Allí fue el chance más grande de romper el eslabón de las tiranías militares. No tuviéramos
ahora 50 años de tiranía militar, sí en ese momento el pueblo hubiera profundizado sus aspiraciones
revolucionarias, para lo que estaba bien dispuesto, dada la crisis en que en ese momento entraron las esferas del
poder. Estaban tan socavadas las contradicciones internas de las clases dominantes, que estaban pasando por una
crisis interna aguda y el pueblo estaba tan aburrido y cansado ya de la tiranía martinista y tan dispuesto a la
lucha, que allí hubiera bastado una buena dirección de clase para hacer avanzar el proceso. Pero ¿Qué sucedió?
El PCS de El Salvador, durante los 13 años posteriores a 1932 había estado organizado en mínima escala, sin
células, sin funcionamiento verdadero, apenas con algunos supervivientes de 1932 que tenían mucho sacrificio y
abnegación pero con el partido casi deshecho. Hasta cerca de 1942 empezó a conformarse nuevamente una
especie de Comité Central, más que todo unidos por las casualidades.
Se formó un Comité Central en 1944, con Dagoberto Marroquin a la cabeza, algún grupo de
compañeros como Mármol que venía desde 1932, pero con una gran aversión a la violencia, porque habían
sacado la conclusión de que la violencia no utilizada de manera oportuna, fue la culpable de todos los males que
había venido desde la violencia de 1932. Un Comité Central balbuceante, incipiente, que ni siquiera estaba
convencido de la práctica revolucionaria Marxista. Por otra parte, la dirección de la huelga cayó sobre un grupo
de profesores de la Universidad y estudiantes organizados como Comité de Huelga.
A principios de Mayo de 1944, cuando todo el pueblo se levantó en huelga a base de los llamamientos
de éstos y que se incorporó la clase obrera, ese núcleo de la pequeña burguesía funcionaba como núcleo real de
la dirección política de este movimiento.
Cuando Martínez se tambaleaba y comenzaron las primeras muestras de violencia del pueblo, entonces
estos se asustaron y entraron en tratos con Martínez para la “sucesión” constitucional!: Una sucesión legal en el
poder, lo que equivalía a romper el espinazo del auge revolucionario del pueblo. La última condición que
Martínez puso fue que no se rompiera la constitucionalidad, porque entonces el pueblo iba a “desbordarse”. La
dirección popular pequeño burguesa aceptó, y en vez del tirano Martínez pusieron como Presidente al Vice-
Presidente, al Gral. Ignacio Menéndez, y de esa manera lograron bajar los ánimos del pueblo. Aquello se
convirtió en triunfo y en humo. 6 meses después, estaba en toda su fuerza la tiranía con el golpe militar de Osmín
Aguirre; y así se ha ido repitiendo en las distintas coyunturas, donde el pueblo realmente pudo haber
profundizado su revolución popular, pero siempre ha sido mediatizado por sectores burgueses y pequeño
burgueses en su dirección por la inexistencia del verdadero Partido Marxista Leninista, el Partido del
proletariado, que le imprime el sello y que lo lleve hacia adelante con las masas organizadas y unidas en torno a
un esquema que garantice la continuación del proceso.
En todos esos campos, el PC, desde 1932 para acá, tiene el mérito de haber llevado la continuidad de la
lucha, eso no lo podemos negar. Es la única Organización que dentro de grandes sacrificios y represiones ha ido
llevando la continuidad, pero no la realidad de ser el verdadero PC.
Recuerdo que cuando entré al Partido Comunista, éste estaba compuesta por unos pocos artesanos,
dueños de taller, campesinos medios, pero clase obrera prácticamente no había.
Durante muchos años luchamos por cambiar esta debilidad y persistía la situación de que sólo
trabajadores de pequeños talleres, sastres, zapateros ingresaban, pero a la Organización del proletariado
industrial no le podíamos meter el diente para ingresarla al Partido, al campesinado tampoco. Era un partido que
vegetaba. Por años, dos cosas no se podían romper: el aparato del control del enemigo en el campo. No se pudo
hacer una Organización de trabajadores del campo. Luego, entre la clase obrera, que allí nosotros hacíamos
mucho trabajo, pero cada dos, cada cuatro años nos deshacía el trabajo el enemigo a base de represión.
El Partido era un partido que nunca pasaba de 300; de sus círculos de gente gremialista, maestros,
estudiantes y algunos profesionales, con una línea que dependiendo de las coyunturas, navegaba en el
oportunismo político, por el dogmatismo, la desproletarización, la débil práctica revolucionaría.
Por ejemplo en 1946 cuando Osorio dio el Golpe de Estado, inmediatamente la dirección en ese Partido
comenzó a recomponer su línea, considerando que en El Salvador “había habido una verdadera revolución” con
el golpe de estado del Cnel. Osorio.
Mecánicamente interpretaban que los industriales que habían estado sofocados por la oligarquía
terrateniente habían tocado los resortes del poder y que eso era una derrota de los feudales. Por tanto que eso era
el triunfo de la revolución burguesa, y un gran avance para la revolución de El Salvador aplastando al
feudalismo.
El Partido Comunista de El Salvador, con esa composición poco proletarizada, estuvo manteniendo la
bandera de la continuidad de la lucha, pero sin tener una verdadera consistencia ni característica de verdadero
Partido Comunista.
Por eso no fue una cosa casual que ocurriera lo que ocurrió, que cuando ya era claro e imposible de
negar frente de los sectores avanzados del pueblo que la lucha armada era necesaria, el Partido se impuso una
posición recalcitrante y reaccionaria, hasta que vio que la lucha armada se había vuelto un hecho innegable sin su
consentimiento y contra de su voluntad, hasta entonces pude sumarse con muchas limitaciones.
La Línea Político-Militar Avanza Progresivamente
Después de que las FPL apareció y puso en aplicación su línea político-militar, también otros sectores
tuvieron la capacidad de irse organizando. Aparece el ERP con “El Grupo” en su primera etapa. Era como un
grupo muy heterogéneo, integrado más que todo por muchos que adversaban la idea del Partido Comunista, con
bastante inclinación a las ideas en boga en Europa, que se llamaban Neo Marxistas, de Marcuse, Cohn-Bendit
etc. Algunos de ellos habían vivido en Europa en 1968. Se formó también de círculos de estudiantes de la
Juventud Social Cristiana; pero desde el principio adoptaron una línea y una modalidad orgánica que no se podía
decir que fuera Marxista; algunos se habían salido de la Juventud Comunista, otros eran anarquistas, etc. Toda
una serie de elementos descontentos de las tácticas del PCS y que tenían de común en ese momento la condena
al PC; pero era una conformación bastante diferente a las FPL. Las FPL fueron creciendo sobre la base del
reclutamiento personal y no de ingreso de grupos. El ERP se fue formando de tendencias ideológicas diversas,
anticomunistas y con una fuerte impregnación de métodos militaristas. A tal grado, que sus métodos iniciales de
operatividad estaban impregnados de militarismo y aventurismo. No actuó sobre la base de irse desarrollando
por si mismos y actuando de acuerdo con sus fuerzas de lo simple a lo complejo, sino comenzó por hacer una
operación muy grande, cuando todavía no tenían consistencia sus miembros, cuando apenas unos de ellos eran
colaboradores y muy pocos sus miembros. Pero también con otra modalidad; la primera acción que hicieron fue
una operación de gran envergadura, y no la hicieron ellos propiamente, sino que con hombres y asesoramiento de
otra organización centroamericana. Su forma de desarrollarse fue distinta, el concepto de desarrollo de su
organización, de su forma orgánica y también en cuanto al acento, el enfoque de la guerra, un enfoque y métodos
muy militaristas que condujeron a lo que sucedió después: que se les desprendió grupo tras grupo. Después se les
desprendió la RN. En una ola de asesinatos, incluso pusieron emboscadas contra doce de los futuros miembros
de la RN.
Esos métodos tuvieron su culminación en 1975, pero se prolongaron durante dos ó tres años en una
lucha interna de la misma naturaleza. Fusilaron a varios más. En 1977-78, comenzaron a presentar una nueva
imagen, pero de eso, es evidente que por dentro ha quedado un modo de actuar que no es la marxista.
Para hacer buena labor entre los aliados, es necesario conocerlos, no caer de ingenuos. Ese proceso del
ERP para que se purifique es un proceso no tan sencillo. El Cro. Jovel de la RN antes de morir decía:
a. Nosotros los conocemos bien, ellos sólo han disimulado, pero sus métodos los siguen utilizando. Si
los metemos a la unidad, esto se va a revertir en forma negativa.
b. La simulación que llaman pragmatismo burgués no es todo de enseñanzas del proletariado, sino
métodos burgueses, incluso de palaciegos feudales que siguen las enseñanzas de Maquiavelo y de
Fouché, de la simulación y el engaño, la traición. Método que puesto en el tapete de la política es un
arte de maniobrerismo y politiquería de acuerdo a las coyunturas. Para lograr el máximo provecho, se
simula haber adoptado determinadas posiciones y determinados aliados, por eso se simula cambios en la
ideología. Pero cuando ya se han logrado los objetivos, entonces se saca el filo y ya no hay porqué
esconder la cara y los objetivos.
Para llegar al poder y conseguir determinadas posiciones dominantes de acuerdo a ésa ideología o
filosofía se puede hacer cualquier cosa, cualquier simulación. Hoy se puede estar de aliado estrechísimo
con alguien, pero si mañana las condiciones para los mismos objetivos se presentan de tal manera que
ya no haya necesidad, entonces se entibia o se abandona esa amistad, porque ya están por otro lado las
posibilidades de hacer avanzar sus objetivos particulares.
Es decir, esto es lo que Jovel les criticaba como pragmatismo burgués. Ellos mismos, se lo han
autocriticado, pero como error de sus anteriores dirigentes. Y eso está en sus documentos de autocrítica
que después hicieron en el año de 1978 en donde se atribuye los malos métodos de pragmatismo
burgués nada más a una persona (Sebastián) y no como el método fundamental que esta Organización
ha venido desarrollando.
c. El cálculo de la utilización de la persona por un tiempo. Después, ya se le sacó todo el jugo y ya se
puede considerar hasta como enemigo. Ese método lo siguen utilizando perfectamente. Si en una
organización encuentran una persona débil, que no los conozca, que se deja llevar por el humo de los
halagos, hacen lo posible de romper esa organización, influenciando a esas personas. Por eso nosotros
tenemos que estar bien claros de cuales son los métodos, cómo son nuestros aliados, pues así como
tenemos que conocer a nuestros enemigos, con mayor razón tenemos que conocer a nuestros aliados
con quienes tenemos que trabajar durante largo tiempo diariamente.
Por otra parte, nosotros vemos que la RN no logra cohesionarse internamente y pasa por una perenne
crisis interna. Está formada por una serie de grupos y gente de diversas naturaleza a quienes no les exigen una
ideología homogénea de su Organización, sino lo que buscan es ampliar su organización, a base de todo lo que
llegue. La RN, se encuentra en una situación de debilidad interna que no se termina de configurar como una
Organización Marxista, sino con muchas vacilaciones por dentro.
Luego, el PRTC, parece que todavía no está bien cohesionado en una sola ideología.
Estas cuestiones son parte del desarrollo del movimiento revolucionario de El Salvador y no podemos
negarlo y menos ignorarlo. Si los recordamos es para reforzar el conocimiento de una realidad histórica en el
país. Si eso ha sido el desarrollo, si esa es la situación en el movimiento revolucionario en relación a las
Organizaciones más avanzadas con las que se conforma la Vanguardia Genérica, histórica: El Partido Comunista
de El Salvador no ha estado ni está en capacidad de tomar en sus manos la dirección correcta del movimiento
revolucionario como una verdadera organización proletaria Marxista-Leninista, si el ERP y la RN están en
situación más difícil de enrumbar hacia ese objetivo y el PRTC reciente su muy tierna formación, realmente si no
llegamos nosotros los de las FPL a la conclusión de que tenemos que tomar en nuestras manos y pecho y
decididamente la tarea de formar verdaderamente el Partido Comunista, no habría en El Salvador en estos
momentos la esperanza de que nuestro pueblo tenga a corto plazo ese instrumento para llevar a cabo la guerra,
para triunfar y hacer que ese triunfo, aún cuando sea intermedio y aún no completo, pueda estar en
correspondencia con los intereses del pueblo y del proletariado, el campesinado y sus aliados y pueda marchar
firmamente hacia la profundización de las condiciones para el Socialismo. Sería una enorme responsabilidad
histórica que nosotros tendríamos si no nos concientizamos en ésta tarea de honor y si no tomamos la
determinación y la llevamos adelante con éxito.
!REVOLUCIÓN 0 MUERTE! !EL PUEBLO ARMADO VENCERÁ!
FIN DEL CUADERNO No. 2
Prohibido su reproducción total o parcialmente
Preparado por el Cro. Marcial;
1er Responsable del Comando Central de las
FPL – Farabundo Martí
Junio 1982