SAN SALVADOR; 16 de septiembre de 2008 (SIEP) “Hace cien años nació en Santa Ana, Pedro Geoffroy Rivas, padre de la poesía rebelde salvadoreña y destacado revolucionario salvadoreño” expresó el Lic. Roberto Pineda, coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”
Agregó que “ Durante treinta años , de 1933 a 1963, la vida y obra de Pedro estuvieron dedicadas a cantar las tristezas y alegría de la lucha del pueblo salvadoreño contra la dictadura militar y por el socialismo, fue un hombre de izquierda y por esto sufrió exilios y persecuciones pero también por esto su voz alcanzó la altura de la esperanza en la victoria popular …”
“Después se alejó de la lucha pero siguió pensando en la patria…un hombre contradictorio, soberbio, con una cultura muy amplia, controversial, fue pilar de la búsqueda por nuestras raíces…”
“Pedro fue conmovido desde muy joven por la herida abierta del 32, por Ama ahorcado en una ceiba de Izalco, por el negro Farabundo y su Partido Comunista, por las heroicas jornadas de abril y mayo del 44, con Paco Chávez desafiando a la muerte en San Miguelito; por la soledad del exilio en México, por la lengua de nuestros abuelos y abuelas, y por el mundo del socialismo, entre otros temas de su poesía y de sus estudios antropológicos y lingüísticos.”
“Pedro fue la semilla de donde surgieron Oswaldo Escobar Velado, Roque Dalton, Chema Cuellar, Rafael Mendoza, Otoniel Guevara y los que faltan por venir…Pedro junto con Matilde fueron y son la semilla…”
“Es en memoria de este gran poeta que acompañó a su pueblo en su momento, que como homenaje a esta iluminada rebeldía compartimos su poemario Para cantar mañana, publicado en México en 1935, tres años después del levantamiento indígena popular, conducido por el PCS, que identifica nuestra lucha” concluyó el catedrático universitario.
PARA CANTAR MAÑANA
MEXICO, 1935
CANCIÓN DE LOS IZALCOS
Hombres de los izalcos
hombres altos y oscuros de las cumbres
sembradores silenciosos que os quedasteis así
con los puños en alto,
en ademán de sacudir el yugo
o de arrojar semillas a los surcos musicales del cielo
Yo cantaré canciones por vosotros
Yo
renuevo alegre de vuestra semilla triste y subversiva antihombre de hoy
promesa de hombre para un mañana
a la sombra de vuestro enorme y cálido recuerdo
quiero cantar canciones que digan el milagro del 23 de enero/
cuando el volcán izó rojas banderas en sus llamas más altas/
y vosotros bajasteis de las cumbres como ríos oscuros desbordados indómitos como ríos salidos para siempre del cauce doloroso
Yo cantaré canciones en tu nombre
indio Feliciano Ama
Yo gritaré el poema del corazón inmenso que latía en tu mirada/
en tu mirada vieja de siglos
con la que nos miraban nuevamente el abuelo Tutecotzimit/
y el tata Tacho Aquino
Yo cantaré la gloria de tu muerte vertical y suspensa
Hombres de rojo oscuro de sangre india caída
miradores de auroras lejanas
pulsadores del gran dolor universal
Yo cantaré en mi ardiente canción estremecida
los vuelcos de la angustia
la alegría del grito
la recia sacudida
con que un día rompisteis los cercos del oprobio
Hombres de los izalcos que dejasteis la tierra
preñada de la roja simiente
surcada por los lentos arados de silencios tremendos
ya llegará la hora del parto milagroso
cuando en peregrinación vayamos a buscar vuestro huesos/
para fincar con ellos los cimientos de nuestra nueva vida para afianzar con ellos las rojas barricadas
para labrar las cachas del corvo justiciero
Hombres rojos y oscuros de las cumbres
mañana
cuando la flor radiosa de los vientos
desparrame por todos los rincones de América
la mazorca simbólica
que creció en el sepulcro del negro Farabundo
cuando los hombres nuevos levantemos del polvo vuestro sueño/
vosotros
los bandidos de hoy
los criminales que erigisteis el soviet de Juavúa
seréis los santos rojos
precursores de nuestra felicidad
Yo cantaré canciones por vosotros
hombres de los izalcos
NO VUELVAS AL CAFETAL
No vayas al corte hermano
aunque el café esté en sazón
que hay sangre tuya en el grano
que le llevas al patrón
Soldados y nacionales
vinieron por los caminos
abonando cafetales
con huesos de campesinos
Y por la cal de esos huesos
por esa carne deshecha
el patrón se hartó de pesos
duplicando la cosecha
Deja en las ramas los granos
y que se vuelvan carbón
que lo corte con sus manos
si quiere café el patrón
Hasta que llegue otro enero
y entonces verás hermano
que se llena tu granero
y no el patrón con el grano
AHORA TENEMOS MUCHO
No teníamos nada y ahora tenemos mucho
Tenemos 10.000 muertos
Tenemos el recuerdo de 10.000 hermanos
que ofrendaron sus vidas
por enseñarnos a vivir
tenemos un dolor mucho más grande
que aquel dolor de ANTES.
No teníamos nada y ahora tenemos mucho
Tenemos 10.000 tumbas que gritan:
20.000 ojos sin vida que nos ven fijamente
Tenemos un anhelo sin límites
y una bandera roja en cada rancho.
No teníamos nada y ahora tenemos mucho
Hoy tenemos el grito ronco y áspero
y la angustia que late
como otro corazón dentro del pecho.
No teníamos nada y ahora tenemos mucho
Tenemos a Martí y al indio Ama.
tenemos un 23 de enero
y tenemos Izalco y tenemos Juayúa
y tenemos también a quien amar y a quien odiar
y para qué vivir y un tremendo para que morir.
No teníamos nada y ahora tenernos mucho
POR EL HERMANO QUE CAYÓ AQUEL DÍA
Por el hermano que cayó aquel día
hoy me corono de palabras crueles,
de palabras punzantes como espinas.
Una mañanita clara,
como él soñó los ojos del hijo que aún no le nacía,
lo llevaron junto al cementerio.
Nadie fue a despedirlo
y los maussers rezaron su oración tremenda.
Ahora duerme dentro de la roja caja
que unos cuantos amigos le llevaron
Una mujer preñada nos dejó en herencia.
ROMANCE DE ENERO
Viene la cívica hermano
con rifles y tartamudas, vienen los guardias de caqui
y los soldados azules.
Traen la muerte en las manos
y te buscan campesino
quieren beberse tu sangre
y la sangre de tus hijos.
Viniendo vienen, viniendo,
tremenda racha de muerte.
Al primer soviet de América
lo hicieron mierda a balazos.
El arzobispo Belloso
dijo misa de campaña
les perdonó los pecados
y les bendijo las armas
por Dios vienen protegidos
y a ti nadie te protege
no creas en Dios hermano
que en su nombre te fusilan
el cura que te robaba
los pollos y las mujeres
te mintió cuando te dijo
que es de los pobres el cielo
que cambiaras tus sudores
por una gloria hipotética
para qué quieres la gloria
si puedes tener la tierra
Trescientos años pasaste
mascullando tu amargura
y cuando al fin protestaste
a tu alarido tremendo
respondió la tartamuda
el jefe de operaciones
fue el general Calderón
en ocho días tan sólo
más de diez mil liquidó
la guardia barrió caminos
con escobas de metralla
limpias quedaron las sierras
y abonado el cafetal
La culpa la tienen ellos
(como escribió don Gabino)
por decirte que eras hombre
y que tenías derechos.
Tu derecho, hermano, era
ir, por ejemplo, a votar:
por cada voto que dabas
te daban guaro y tamal
mas el café que cortabas
era del amo no más
de la milpa que sembrabas
nunca veías el máis
Pero un día en tu quebranto
rompiendo el yugo te alzaste
quisiste que fuera todo
de todos, como en el Cristo,
y en zanjas de veinte metros
te dieron ni comunismo
Yo te ofrezco estas canciones
camarada campesino
para que cantes mañana
cuando florezca tu grito
en otro enero izalqueño