Semper erectus…

Semper erectus…
Entrevista con Dr. Humberto Velásquez

SAN SALVADOR; 4 de octubre de 2006 (SIEP) La conversación con el Dr. Humberto Velásquez esta siempre llena de sorpresas y acompañada por el humor y la sabiduría popular. Al preguntarle. ¿Cómo esta, Doctor? Nos responde con su sonrisa característica: semper erectus…

Al preguntarle sobre Julio Fausto Fernández nos responde: Ah, Julio “Reclinatorio” Así le decíamos porque después que aceptó un puesto diplomático en Brasil y allá escribió un libro “Del materialismo ateo al realismo cristiano” se transformó totalmente y de ser ateo empezó a asistir a misa, y a confesarse y se hizo devoto. Pedro Geoffroy Rivas le puso así, era jayán como ninguno. Algunos dicen que influyó la muerte de una hija para esta transformación, otros dicen que…allí déjemelo ¿Otra cosa?

¿Sobre Alejandro Dagoberto Marroquín? Se refieren ustedes a Alexevich. Así le decíamos. Fue en 1944 que lo conocí. En julio de 1944. Lo conocí estando trabajando en Mejoramiento Social, él había regresado del exilio, medio lo conocí, él dirigía una publicación, una hoja volante de Mejoramiento Social, una oficina fundada por el General Martínez y que después dio lugar al IVU y al ICR.

Lo volví a ver cuando estaba en Ingeniería, siempre en Mejoramiento Social, que era una unidad para construir vivienda popular, yo dibujaba y hacía cálculos. Sí, estudie Ingeniería hasta el 3er. Año, y después vi que no era para mi y lo deje aunque fui de los pocos que en la asignatura de Calculo Diferencial saque diez.

La Facultad de Humanidades quedaba en ese entonces en la Quinta Avenida Sur, frente al Telégrafo, donde estaba el Colegio Sagrado Corazón, en la salida de la 3ra. y 5ta. Ante estuvo viendo en frente del Palacio Nacional pero se incendió o la incendiaron y por eso se trasladó al Edificio Sagrado Corazón. Fue a esta Facultad de Humanidades que en 1957 él, Alexevich, ingresó como docente, porque ya viene graduado de México. Fue docente, Sociología daba. Regresó luego de 13 años de exilio. Me acuerdo que el Chino Rosales y Rosales detestaba a quien llamaba “ese comunista.” Marroquín era serio, se manejaba.

Cuando Marroquín regresa, viene peleado con el Partido (Comunista). Osorio había mandado a miles de gente al exilio, pero les pagaban un salario. El vivía junto con su esposa Amparo Casamalhuapa, por el Zurita, en la 10ma. Avenida Sur, entre la 4ta. y la 6ta. Calle Oriente. Era una casa de balcones, y al otro lado quedaba el Zurita. Por nuestros trabajos nos hicimos amigos y yo lo visitaba en su casa. El era muy próximo a los estudiantes. Su mujer tenía un fuerte don de mando, era dominadora. Cuando ella decía: mire Doctor, porque así lo trataba, era como que ya lo iba a cachimbear…

Alexevich como decano de la Facultad de Humanidades fundó la Escuela de Historia pero como solo llegaron 4 alumnos, tuvo que cerrarla. El Dr. Fabio Castillo Figueroa le sucedió como decano. Entre las virtudes del Dr. Marroquín citaría como primera la de la sabiduría, la de la inteligencia, tenía una mente fabulosa.

En segundo lugar, su integridad moral. Era lo contrario de Manuel Luis Escamilla, que siempre fue un corrupto, siempre andaba viendo a quien se bajaba.

Schafik Handal fui mi compañero de Bachillerato en el año 44. Lo expulsaron y se fue al Colegio Francisco Gavidia, salió el 48 y el 49 llegó a la U. Me llevaba un año, yo salí el 49 y entre el 50. Cada mediodía íbamos con Schafik y otros compañeros y nos parábamos frente a la Universidad y gritábamos: ¡Salgan boqueteros! ¡Salgan boqueteros! Schafik comandaba. El hoy magistrado Enrique Silva salía a gritar. Yo estaba en Ingeniería y Schafik en Derecho. Era para protestar contra el boquete que habían hecho Guardias Nacionales en las paredes de la Universidad para meterse. El rector en ese entonces era Napoleón Rodríguez Ruiz.

Alexevich hizo investigación sociológica en Panchimalco, fueron a trabajo de campo. Llevo para ayudarla a Lucía García de Omeany. Ella siempre fue muy cercana a él. También en San Pedro Nonualco hizo trabajo de campo. Estuve ahí. A él lo llevamos de candidato para decano de la Facultad de Humanidades.

Una vez fuimos a visitarlo a Honduras donde lo habían exilado. Estaba con Fabio Castillo Figueroa. Fuimos Lucía, Aída, el Negro Obdulio Nunfio, que era un músico sordo y yo a visitarlo a Tegucigalpa. Aída era una estudiante. Todavía no estábamos graduados para ese entonces. En ese país una hondureña le robó el corazón, era muy hermosa y además leía la mano.

Alejando tuvo un hijo y una hija. El hijo Alejandro ya murió. La hija, Rosalba vive.

En el año 1964 me gradué en la UES de Doctor en Filosofía. Y fue el torturador de la Policía de Hacienda, el Mayor Castro Sam el que me entregó el título. El Coronel Chacón Arévalo se graduó un año después. Mi tesis versó sobre “Marxismo y antimarxismo en América Latina.” Fue publicad en la Revista La Universidad en 1965. Italo López Vallecillos era el Director.

Bueno, no se olviden, que nosotros somos amigos…pero no como aquellos dos amigos que siempre andan juntos pero nunca se han hablado…Nos presenta a unos docentes de la Universidad Pedagógica y les dice: ellos son unos comanches de la Nacional…

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