Socialdemócratas “renovadores” versus burocracia “guerrillera” del FMLN

Por Ernesto Sánchez

En el Movimiento por una Democracia Participativa (MDP) se cristaliza el proyecto social demócrata en El Salvador. La dirección de dicho movimiento se encuentra conformada por miembros disidentes y expulsados del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), como producto de la lucha por el control burocrático del mismo FMLN. Entre uno de los dirigentes del MDP está Dagoberto Gutiérrez, líder de la Tendencia Revolucionaria (TR), una escisión socialdemócrata del FMLN, pero que al inicio y ante las mayorías, en sus discursos aparentaba ser revolucionaria.

La socialdemocracia se mueve a donde le conviene

Un sector que conforma actualmente el MDP, se mostraba a favor de Funes y del FMLN al inicio de su gobierno, mientras otro que era crítico. La dirección del MDP se ha caracterizado por criticar las posiciones, las acciones y las políticas de la dirección burocrática del FMLN. Esto es entendible debido a que fueron vencidos por la actual dirección en la lucha por el control del FMLN, pero dicha lucha no fue por posiciones en favor de las mayorías.

Es correcto que se critique las desviaciones de la dirección del FMLN, pero no es correcto que en el afán de atacar a la dirección del FMLN se termine haciendo alianza con el empresariado salvadoreño. Tal es caso de la participación de elementos del MDP en la organización Aliados por la Democracia, el cual es un instrumento creado por la clase dominante tradicional ante las amenazas de nuevos grupos económicos, que buscan tomar el timón del Estado para consolidarse en grupos económicos dominantes.

Las organizaciones políticas revolucionarias y socialistas no podemos permitir el recorte de las ínfimas libertades arrancadas al sistema democrático burgués y debemos luchar por mayores libertades, pero esta lucha debe ser independiente de las organizaciones de la clase dominante, ya que deben prevalecer los intereses de la clase trabajadora, los cuales son antagónicos con los de la burguesía. Como revolucionarios se debe denunciar toda maniobra que atente contra los intereses de la clase trabajadora. En estos momentos, miembros de la dirección del MDP bailan al son del empresariado salvadoreño, pero existe la posibilidad de que recapaciten. Las bases de las organizaciones que integran el MUSYGES y la CTD deben exigirle la convocatoria a asambleas de bases para discutir y determinar la no alianza con el empresariado salvadoreño. Lo anterior plantea la necesidad de luchar para que se garantice la democracia obrera en todas las organizaciones.

Derrota electoral del FMLN y desesperación del MDP

Como se mencionaba al inicio, la dirección del MDP en su mayoría está integrada por ex miembros del FMLN, quienes arrastran las prácticas que tanto le critican a la actual cúpula del FMLN. Pero al igual no escapan de la crítica.

Así como ejemplo se tiene el accionar de la dirección del MDP en la recientes elecciones legislativas, en donde tras haber superado todo los obstáculos impuestos por antidemocrático sistema político electoral levantaron la bandera de las candidaturas independientes, entre las que figuraba la candidatura de William Huezo, miembro de la Asociación de Empleados Públicos y Municipales de El Salvador (AGEPYM) y del MDP. Huezo no alcanzó la cantidad de votos necesarios para ser diputado. Esto se debió en gran medida al proceso burocrático de postulación, el cual no fue el resultado de una amplia consulta a las bases; prevaleció el verticalismo y el autoritarismo.

Tras la anterior derrota electoral nuevamente el proyecto socialdemócrata de los disidentes y expulsados del FMLN, aún con la participación de la TR, fue derrotado. Tras dicha derrota nuevamente buscan consolidar el proyecto socialdemócrata constituyendo el partido Nuevo País que gira en torno a la figura de Dagoberto Gutiérrez, partido que se pretende presentar como una alternativa de izquierda, pero cuya dirección aglutinada en el MDP actualmente ha realizado alianzas con el empresariado salvadoreño, lo cual deja entrever el verdadero carácter de dicho organismo.

El FMLN ha formado una escuela de dirigentes cuya tendencia política es el reformismo: la intención de maquillar el capitalismo con pequeños cambios, sin excluir la alianza con sectores de la burguesía en algún momento. Además, estos individuos tienen como método el autoritarismo y la ausencia de democracia interna en sus organizaciones. Contra esta generación viciada, los revolucionarios debemos contraponer un programa revolucionario de lucha y el funcionamiento democrático de sindicatos, asociaciones, organizaciones de base y organismos políticos.

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