Un agradable reencuentro de ex presos políticos
Con los naturales cambios físicos que el tiempo genera en las personas después de más de dos décadas, un grupo de ex prisioneros políticos se reencontró hace unos días en lo que fuera el local del centro Penal de Santa tecla. El motivo de tan singular reunión se debió a una cita que les hiciera la Alcaldía de aquella localidad, para exponerles el proyecto de convertir ese local en un museo y donde una parte será destinada a rescatar la memoria histórica referente a los presos políticos de El Salvador.
A la cita acudieron puntualmente algunos de los que en ese lugar estuvieron en calidad de prisioneros políticos, acusados del delito de pertenecer a organizaciones populares o algún sindicato que en aquella época luchaba contra un régimen que reprimía a la clase obrera y los diferentes gremios de campesinos, estudiante, religiosos y políticos que demandaban una mejor justicia social y democratización para el país.
Entre los que se encontraron en esta histórica reunión estaban: José Morales, mejor conocido como “Tono”, Francisco Quezada, Rolando González, José Arnulfo Grande, Oscar Garza y Bernabé Recinos, todos ellos fieles exponentes de lo que significaron las luchas populares en uno de los momentos más críticos de la historia política reciente de El Salvador.
La reunión se realizó en la antigua prisión tecleña, que actualmente se encuentra entre escombros debido a la restauración a que está sometida para alojar ahí el Museo de la ciudad de las colinas. El antiguo edificio todavía guarda su aspecto lúgubre a media luz, con gruesos barrotes en las ventanas y en sus interiores aún se respira el aire con el peculiar olor nauseabundo de las cárceles. En este singular ambiente que rememora la represión y entre recuerdos de viejas anécdotas se reencontraron algunos de los que en 1980 estuvieron recluidos en esta prisión y que en aquella época fundaran el Comité de Presos Políticos de El Salvador (COPPES).
Frescos están los recuerdos periodísticos cuando junto a otro compañero de trabajo en la Agencia de Noticias UPI, en septiembre de 1980, acudimos a cubrir la primer huelga de hambre realizada por los presos políticos del centro penal de Santa Tecla y en una argucia periodística burlamos la vigilancia del reclusorio y logramos entrar con una cámara fotográfica y grabadoras, con la cual registramos aquella histórica acción.
En aquella época, en ese antiguo centro penal, todos los prisioneros estaban juntos, no había ninguna diferencia, pero luego que los políticos deciden realizar una huelga de hambre para demandar mejores condiciones humanas y su inmediata libertad, se toman un pasillo y se separan de los reclusos comunes. Esta primera actividad fue liderada, entre otros, por Tono Morales y Roger Blandino Nerio, actual alcalde Mejicanos, quienes guardaban prisión por realizar acciones en las organizaciones populares a las que pertenecían.
En la entrevista que realizamos en aquella ocasión, a los líderes de los presos políticos durante la huelga de hambre en el reclusorio, conocimos de cómo algunos miembros de organizaciones populares habían sido capturados y torturados en las cárceles del régimen militar. Blandino Nerio nos relató de cómo fue capturado durante el desalojo de la sede del Partido Demócrata Cristiano, la cual había sido tomada por miembros de las Ligas Populares 28 de Febrero (LP-28) para denunciar la fuerte represión militar. En este desalojo murieron seis activistas y el resto fue hecho prisioneros.
Por su parte Tono Morales, cuyo padre Antonio Morales Erlich, era un prominente miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno, fue capturado en un local de la colonia Zacamil, acusado de pertenecer a las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) y primeramente fue llevado al tenebroso cuartel de la Policía Nacional, donde permaneció un tiempo siendo testigo de oído, de las torturas que ahí se realizaban; posteriormente fue recluido en el penal de Santa Tecla.
Otro de los “huéspedes” de este reclusorio era José Arnulfo Grande, quien fue capturado por pertenecer al sindicato de la energía eléctrica (CEL), que durante el mes de agosto de 1980, durante una protesta realizó un corte energético, por lo que fueron capturados 16 dirigentes gremiales y se consumó la militarización de la compañía eléctrica estatal.
Hoy, a 28 años de que los presos políticos de El salvador hicieran de la cárcel una trinchera de lucha en los momentos más difíciles de la historia, se ve con mucho optimismo ésta iniciativa de la alcaldía de Santa Tecla, para la edificación de un museo en uno de los edificios más emblemáticos de la represión en la época oscura de los regímenes militares.
También es muy importante la idea de dedicar una parte de este museo para rescatar la memoria histórica referente a los presos políticos de EL Salvador, con la participación de los actores principales, quienes vivieron y aún guardan en lo más íntimo de su ser aquellos malos recuerdos; pero, a pesar de eso están dispuestos a colaborar en la elaboración y desarrollo de tan importante proyecto cultural.
Sin lugar a dudas el reencuentro de algunos de los ex presos políticos, realizado recientemente, ha despertado el interés por trabajar en el rescate de todos aquellos elementos básicos que sean referentes para ilustrar lo que vivieron miles de personas en las diferentes cárceles del país. Para esto será necesario trabajar arduamente en la recopilación de archivos, fotografías, audios, videos, periódicos y lo más valioso, los testimonios de los que en su momento fueron catalogados como prisioneros políticos.
Todo lo anterior conlleva el objetivo de presentar una parte de los hechos históricos tal cual sucedieron, para que pueda ser apreciado por las recientes y futuras generaciones, con la intención de que esas páginas sombrías de nuestra historia, nunca más se vuelvan a repetir.
“Y ahora escribe” Iván C. Montecinos, articulista de Diario Co Latino y Raíces.