Un joven muere en Honduras…

Un joven muere en Honduras…
Reflexión sobre Marcos 6: 14-29
“Cuando meditamos correctamente en la pasión de Cristo, vemos a Cristo y nos aterramos por el espectáculo. Nuestra conciencia se hunde en la desesperación. Este sentimiento de terror necesita ocurrir para que comencemos a reconocer plenamente cuán grande es la ira de Dios contra el pecado y los pecadores…”
Martín Lutero. Cómo meditar en la pasión de Cristo

La muerte de un joven en cualquier parte del mundo es un hecho doloroso, rompe el orden natural de la vida. Pero cuando la muerte es el resultado de una bala lanzada por el fusil de un soldado contra un manifestante pacifico se convierte en un hecho simbólico. Se transforma en el símbolo de la lucha de la vida contra la muerte. Ese fue el significado del asesinato de Juan El Bautista y es el significado del asesinato el 5 de julio, en Tegucigalpa, del joven Isis Murillo. En el fluir del río de la historia las historias se repiten…

Un profeta muere en Jerusalén…

En el relato bíblico, Juan El Bautista denuncia la soberbia y corrupción del “rey” Herodes y esto le ocasiona la muerte. Los poderosos no perdonan el atrevimiento de los sectores populares y sus líderes y castigan la rebeldía contra el sometimiento, el temor de perder sus privilegios los empuja a encarcelar y matar…los poderosos son esclavos de su soberbia.

Herodes sabia que no podía domesticar a Juan y por eso decidió encarcelarlo y decapitarlo. Pero los vientos del pueblo siempre esparcen las semillas de la rebelión y del corazón de la gente surgen los profetas y héroes. Es el espíritu de Elías el que se manifiesta…es la sucesión histórica en la que cada generación deja impresa su huella para el futuro. La muerte de Juan fue decidida en un banquete, entre tragos y madrugadas. Este fue también el ambiente en el que vivió y murió Jesús. El presencio como los jueces, militares, legisladores y empresarios conspiraban contra los pobres y su fuerza organizada.

En el relato actual, Manuel Zelaya denuncia la soberbia y corrupción de los poderosos de Honduras y siendo presidente esto le ocasiona que los militares lleguen de madrugada a su casa y lo capturen y lo expulsen hacia otro país. Los poderosos no le perdonan el atrevimiento de acercarse a los sectores populares y castigan su rebeldía prohibiéndole que ingrese a su país siendo presidente legítimamente electo. Los poderosos deciden lo que es legal y para ellos es legal arrebatarle su presidencia…
La oligarquía hondureña sabia que no podía domesticar a Mel Zelaya y por eso decidió capturarlo y expulsarlo de Honduras. Pero el espíritu de Morazán que es el mismo espíritu de Elías soplaba por los pinares y ciudades de Honduras y la gente salió a las calles a exigir el regreso de su presidente. Y la gente seguirá luchando porque en la lucha se encuentra la razón de la vida. Ese es nuestro compromiso…

Iglesia Luterana Popular de El Salvador

San Salvador, 10 de julio de 2009

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