3 de Agosto de 2013 Llegados a tal punto en el bombardeo de encuestas y ditirambos de los escribidores y mercenarios de los tres candidatos a la Presidencia de la República el escenario planteado se resume a que tanto Salvador Sánchez Cerén, del FMLN, como Norman Quijano, del partido ARENA, podrían disputarse la segunda vuelta mediante las posibilidades del 30 % del voto duro con que cuenta cada uno y que los podría catapultar al desempate. Tony Saca o la supuesta Tercera Vía podría incidir de forma inesperada, si hay descalabros y todo apunta a que los habrá, en el andamiaje proselitista de sus contrincantes.
En el FMLN, el ala ortodoxa del antiguo Partido Comunista Salvadoreño (PCS), ahora reciclado en PCM (Partido Comunista de los Millonarios), no ve con buenos ojos al candidato a vicepresidente, Óscar Ortiz, y se ha replegado en el trabajo territorial, actualmente desarrollado por el ala felipa (antiguas Fuerzas Populares de Liberación), que logró imponer la fórmula presidencial. Parte del ala ortodoxa se estaría moviendo hacia posiciones pragmáticas cercanas a la llamada Tercera Vía, a cambio de cuotas de poder en las cuales como fundamento ideológico entran incluso los camaradas chinos y su fórmula socialista de poder político para los comunistas y libre mercado para los capitalistas.
Confiados en los pronósticos de que aun perdiendo las presidenciales los ortodoxos mantendrían sus posiciones en la Asamblea Legislativa, la Tercera Vía les viene como anillo al dedo bajo la justificación de que no tienen por qué pagar los platos rotos que dejó el neoliberalismo de los gobiernos de ARENA.
Además, es mejor negocio ser oposición que estar en el poder. Internamente el candidato Sánchez Cerén no está para tafetanes y su falta de carisma y poco poder comunicativo está creando dolores de cabeza a los estrategas de campaña pues al parecer ya tocó techo. Por el lado de Norman Quijano, ARENA parece decidida a autodestruirse en una guerra civil que lejos de calmarse con la llegada del superasesor y expresidente de la República Francisco Flores se ha tornado más virulenta. Todo apunta a que se camina a una implosión acelerada por los padres fundadores de este instituto político establecido por el mayor Roberto d’Aubuisson.
En la Tercera Vía, Tony Saca funciona como el Chichimeco que anuncia la feria de agosto. Probablemente sea descalificado por la Sala de lo Constitucional de acuerdo con el artículo 152 A de la Constitución que lo inhibiría como candidato debido a que fungió como presidente de la República “por más de seis meses consecutivos o no, durante el período inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidencial”.
El ungido tercerviista sería Francisco Laínez, un rostro moderado y una figura de consenso entre derechas y centro. Alrededor de él se aglutinarían los más variados especímenes del bestiario y del angelicario político nacional. Desde Convergencia Democrática, el Partido Socialdemócrata, la Tendencia Revolucionaria, donde se ubicarían Dagoberto Gutiérrez y Félix Ulloa del Instituto de Estudios Jurídicos de El Salvador (IEJES) así como los Amigos de Mauricio, reciclados en Amigos de la Tercera Vía, una fracción ortodoxa del FMLN e históricos de la Democracia Cristiana.
Así el trigal donde tres tristes tigres traman la mejor forma de llegar a la guayaba presidencial.