«¿Quién teme al género?» Conversación con Judith Butler. Doni Holloway. Viento Sur. Enero 2025

¿Por qué se han generalizado tanto los ataques al género, especialmente dentro de los movimientos de derechas? Nuestra invitada de esta semana señala que «la cuestión de género está fundamentalmente ligada al futuro de nuestro mundo democrático». Judith Butler es filósofa, teórica del género y crítica cultural. También es profesora distinguida en la escuela de posgrado de la Universidad de California en Berkeley. Butler es autora de numerosos libros, entre ellos su último ¿Quién teme al género?.

Judith Butler: La cuestión del género está fundamentalmente vinculada al futuro de nuestro mundo democrático y creo que cometeríamos un error si pensáramos que se trata simplemente de una política de identidad o que está fragmentando a la izquierda o que es una noción artificial. No lo es.

Chris Hayes: Recuerdo que en el fin de semana anterior a las elecciones del 2022 leí un artículo de Dave Weigel. Dave había ido a una especie de gran mitin de clausura en Michigan de la candidatura republicana. Y una de las personas que fue cabeza de cartel en este mitin fue una ex-nadadora llamada Riley Gaines, campeona de natación en la Universidad de Kentucky, cuyo nombre se usó posteriormente para una campaña contra los atletas trans. Riley Gaines se ha convertido en una especie de causa célebre para las personas que están profundamente interesadas en mantener a las personas trans fuera del atletismo competitivo u obligarlas a competir en un género que no es su género declarado. Era un tema extraño para cerrar la campaña en el Estado. Recuerdo que pensé, ¿esto les va a funcionar? Bueno, no funcionó en Michigan, donde los demócratas barrieron. Lo que no ha impedido que los republicanos y los conservadores hayan invertido increíblemente en la batalla contra las personas trans y les jóvenes trans y, más ampliamente, contra lo que ellos llaman la ideología de género: que el género no es innato, que es fluido, que la gente puede tener géneros diferentes a su sexo biológico. Que son categorías diferentes. Y no sólo luchan contra esas concepciones, sino especialmente contra les niñes o les jóvenes. Y esto se ha convertido en una enorme causa en la guerra política. Es una obsesión en toda la política de derechas y no sólo en EE UU, sino en todo el mundo. Vladimir Putin habla de ideología de género y Viktor Orban también. ¿De dónde viene esta obsesión y cuál es esta ideología que dicen que están combatiendo?

Y sobre la respuesta a esta pregunta hay un nuevo libro de la persona que creo que es la principal teórica del género de nuestros tiempos, ¿Quién teme al género?. Judith Butler saltó a la fama en 1990 con su innovador libro El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Bienvenida al programa.

Tengo curiosidad por conocer cómo empezaste a pensar en el género como teórica y a reflexionar sobre su significado.

Judith Butler: Bueno, en primer lugar, permítanme decir que creo que todos teorizamos sobre el género. La teoría del género es un campo, podríamos decir, o parte de una disciplina, los estudios de género, los estudios feministas, los estudios sobre la mujer. De niña, creo que probablemente teorizaba sobre el género sin saber que lo que estaba haciendo. No entendía muy bien lo que significaba cuando mi madre decía que iba a maquillarse o a arreglarse los ojos o la cara. Eran expresiones muy interesantes. Yo la observaba, como una especie de etnógrafa infantil, preguntándome ¿cómo se define uno mismo como género o como el género que casualmente le tocó a mi madre?

Y tal vez mi percepción se complicó también por el hecho de que mi familia estaba involucrada en los cines locales, que proyectaban las principales películas de Hollywood. Se estaba asimilando como judía en los Estados Unidos y tomaron algunas de esas figuras de Hollywood como modelos, ¿de acuerdo? Así que mi abuelo se parecía mucho a Clark Gable, o lo intentaba, y mi madre, o más bien mi abuela, intentaba parecerse a Helen Hayes, y no sé muy bien a quién emulaba mi madre, pero a mí me parecía un poco a Joan Crawford, la verdad.

En cualquier caso, creo que más adelante en mi vida, es decir, cuando estuve en el instituto y en la universidad, fui sin duda una feminista comprometida y sigo siéndolo. Y, por supuesto, una de las preguntas fundamentales del feminismo es ¿qué significa ser mujer y ser hombre? O ¿hay restricciones sobre cómo podemos vivir o a quién podemos amar o qué tipo de trabajo podemos hacer? Y todas ellas implicaban decidir y volver a decidir cuáles eran esos géneros, mujer y hombre. (Ser mujer o ser hombre suponen) decisiones que no se zanjan de una vez para siempre en la vida. Y de hecho, de eso eramos conscientes.

Así que, a través de la teoría feminista empecé a interesarme en el género, aunque no esperaba escribir sobre ello. Pero mis amigos del departamento de estudios de género me dijeron: mira lo que puedes hacer sobre esto. Y como me estaba formando como filósofa, pensé que vale. Así que elegí a Simone de Beauvoir como punto de partida y eso fue realmente importante para mí.

Chris Hayes: Ya que hablas de tu formación como filósofa, una de las cosas sobre las que escribes en tu libro más reciente, ¿Quién teme al género?, es una de las cosas que creo que lo que tu trabajo y el de otros ha hecho con el género es en realidad algo que la buena filosofía hace, de alguna manera, con cada concepto.

Como estudiante de filosofía llegas a una clase y se plantea un concepto. ¿Qué es la verdad? ¿Qué es el amor? ¿cierto? Y piensas, bueno, yo ya sé lo que es. Ando todo el día usando esta palabra y la empleo por todas partes. Todo el proceso de la filosofía es tomar eso y decir, bueno, espera un segundo. Abordas los casos extremos. Empiezas a desmontarlo. Miras diferentes usos y lo que a menudo descubres es que, sea cual sea el concepto, es un concepto mucho más complicado de lo que pensabas.

Y parte de lo que hace tu trabajo y parte de lo que escribes en ¿Quién teme al género? es simplemente aplicar ese procedimiento filosófico.

Judith Butler: En la vida cotidiana la gente asumimos que entendemos el género o que sobre lo que es ser una persona. Pero por el camino, muy a menudo nos encontramos confundidos, perdidos o desorientados. Creo que para muchas de nosotras, especialmente las que supongo que no nos conformamos con el género, el género se convierte en un problema porque la gente espera que nos conformemos con las normas que existen y que sigamos la corriente, y algo en nosotras nos impide seguir la corriente.

O se trata de una incapacidad muy sentida o un distanciamiento o tal vez otro tipo de deseo de vivir el propio cuerpo de una manera diferente. Por lo tanto, algo no estaba funcionando. Y entonces tuvimos que pensar en el concepto que se interponía en nuestro camino. El género era una barrera o tal vez era un deseo que no tenía forma de realizarse.

Chris Hayes: ¿Sintió eso personalmente?

Judith Butler: Creo que lo sentí personalmente. Creo que caí entre las categorías disponibles, que es un lugar muy extraño para vivir porque estás constantemente pasando o tratando de encontrar una manera de vivir sin sentirte del todo bien en cualquier categoría.

Chris Hayes: Quiero ver si podemos hacer un curso introductorio de estudios de género con una de las grandes teóricas del campo, porque creo que hay que introducir a muchas personas en este tema (…) elaborar algo sobre la estructura conceptual básica (…), si podrías hablar un poco de dos grandes avances conceptuales. Uno es la diferencia entre sexo y género, dónde está la diferencia, y el otro, que el género es una performance (NdeT: ejecución, exhibición, representación). Pero vamos a empezar con esta diferencia básica entre sexo y género, que creo que es un punto de fricción para mucha gente.

Judith Butler: Sí. Bueno, creo que, en primer lugar, cuando escribí El género en disputa a finales de la década de 1980, creo que no pensaba en el sexo y el género de la misma manera que lo hago ahora. En aquella época, tendíamos a decir que el sexo es la naturaleza o es un hecho biológico de algún tipo y que el género es la interpretación cultural o social de ese hecho o la forma en que se organiza socialmente o lo que llega a significar en una sociedad concreta.

Pero esa formulación no funcionó del todo porque resulta que la propia asignación del sexo es un proceso bastante complicado. Cuando nace un niño, la asignación del sexo se lleva a cabo normalmente por una autoridad médica de un tipo u otro de acuerdo con una serie de normas. Así que las personas que no se ajustan necesariamente a la idea de lo que es la niña hembra o lo que es el niño varón caen en las grietas entre estas categorías. Esas personas pueden ser intersexuales o quizá usen otra forma de describir su distanciamiento de esas categorías.

Pero, de hecho, creo que las personas determinan el sexo de forma muy diferente y existen distintos paradigmas científicos. El mismo Comité Olímpico tiene muchos problemas y siguen cambiando de opinión. ¿Son las hormonas? ¿Son los cromosomas? ¿Es una combinación? ¿Es social? ¿Es psicológico? ¿Y si algo llamado sexo viene determinado por un complejo conjunto de factores?

En mi opinión, cuando empezamos a preguntarnos cómo se determina el sexo y si se determina correctamente o si la gente debería poder reasignar su sexo, estamos hablando de género porque estamos hablando de la relación entre los modos de poder existentes, los esquemas de normas en los que vivimos y la experiencia vivida del cuerpo, la forma en que el cuerpo es tratado médica o institucionalmente.

Todas estas cosas juntas forman parte de los estudios de género. Por tanto, no estamos seguros de que podamos distinguir, a la vieja usanza, entre el sexo como biología y el género como organización social del sexo. Tenemos que hacernos algunas preguntas sobre ambas categorías y ver qué pasa si las juntamos.

Chris Hayes: Anna Faustus Sterling, en Brown en ese momento, tenía un gran libro llamado Cuerpos sexuados, que complica todo esto… Pero, bueno, sigue con el género. ¿Qué es el género? Es algo totalizador. Es lo primero, ya me entiendes, que identificas cuando nace un niño, la primera información.

Es algo tan global, tan esencial, que casi resulta extraño expresarlo. Ni siquiera sé qué respondería si un extraterrestre viniera y me preguntara qué es el género.

Judith Butler: Bueno, tal vez todos somos extraterrestres en relación con el concepto de género. El género nos convierte a todos en alienígenas. Bueno, mira, tal vez sea bueno empezar con la distinción.

Mucha gente ahora tiende a pensar: oh, el género es la identidad de género. ¿Cómo te identificas? ¿Cuál es tu género? ¿O cuáles son tus pronombres? ¿Cómo te defines o cómo te identificas? Eso es la identidad de género, que es una noción muy importante y que a mucha gente le preocupa, a veces de maneras muy favorables y otras muy desfavorables.

Pero el género no es lo mismo que la identidad de género. Es un concepto más amplio. Incluye la identidad de género. Pero yo diría, quizás basándome en la historiadora Joan Scott, que el género es una forma de poder a través de la cual se organizan las sociedades. Si hablamos de la división del trabajo en función del género, ¿cuál es el tipo de trabajo que suelen hacer las mujeres? ¿Cuál es el tipo de trabajo que generalmente hacen los hombres? O si hablamos del género en la pobreza, nos referimos a cómo las personas experimentan la pobreza de forma diferente y si el género es un factor en ello.

No estamos hablando de identidad de género. Hablamos de cómo se organiza la sociedad en un conjunto de relaciones de poder diferenciales. Y, creo que es muy importante recordarlo, que el género es una perspectiva, un marco para entender la diferencia, el poder, el desequilibrio de poder, las jerarquías, también las aspiraciones a superar la jerarquía o a vivir en el mundo según principios de igualdad.

Funciona de muchas maneras diferentes. Y odio ser demasiado intrincada al respecto, pero al menos podemos decir, creo que con cierta seguridad, que la identidad de género es una cosa, y el género, como categoría más amplia, es una forma de hablar de la división del poder en la sociedad, al menos de uno de los principales ejes del poder.

Chris Hayes: Me gustaría hablar de los binarismos y luego sobre la noción de performance. La noción del género como algo binario es totalizante en los mensajes que emitimos y recibimos, desde el primer momento, desde la codificación del rosa y el azul en el hospital (…) podemos decir que una cosa es negra y la otra es blanca, o el sí y el no o, ya sabes, lo verdadero y lo falso, pero en lo relacionado con el género bueno ¿por qué existe ese binarismo y esa resistencia conceptual a su desaparición? (…) cuando aprendes una lengua ves que tiene dos formas diferentes de sustantivos…

Judith Butler: Bueno, en primer lugar, recordemos que incluso las lenguas que inflexionan sus verbos o sus sustantivos a través del masculino y el femenino también suelen tener un lugar para el neutro. Y eso es importante (porque deja) un lugar para algo que está más allá de lo binario. Pero tienes razón al decir que lo binario es muy insistente en muchas lenguas. También soy consciente de que en África, por ejemplo, hay un vocabulario más rico para los diferentes géneros que no siempre se reduce a lo binario. También vemos que, creo que en las naciones del Primer Mundo, hay, podríamos decir, ejemplos que provienen de partes de la Tierra que no han sido totalmente colonizadas o que escaparon a la colonización que no se ajustan totalmente a lo binario.

Y, por supuesto, el lenguaje es histórico, lo que significa que también estamos innovando. También podemos encontrar y encontramos diferentes pronombres o diferentes formas de referirnos al género. Supongo que no puedo darte una razón de por qué este binarismo es tan insistente. Pero creo que sería un error decir: oh, mira, lo binario se da en todas partes. Debe haber algo innato o inevitable o universal en lo binario. No. Es dominante.

Es dominante. Pero siempre hay una periferia que no se conforma. Siempre hay un grupo de personas que dicen: yo no pertenezco. Siempre hay una forma de organizar la sociedad para que llegue a ser indiferente a eso. Por tanto, siempre es reproducido, pero también va acompañado de sus márgenes y de su lado positivo. Por lo tanto, creo que tenemos que pensar en ello como una forma de poder que se reproduce y no como una estructura necesaria de la sociedad.

Chris Hayes: Bueno, y creo que esto se relaciona con uno de los puntos que planteas en ¿Quién teme al género? Es la historia de que había una jerarquía fija, un binarismo fijo, una especie de conjunto fijo de conceptos y relaciones de poder. Y ahora ese conjunto se está desmoronando porque la gente está presionando en contra. Y una de las cosas que observo en tu libro es que te resistes a esa historia. ¿por qué?

Judith Butler: Bueno, depende de dónde estemos en el mundo. Pero incluso si pensamos en los Estados Unidos y decimos, oh, bueno, en los años 50, sabíamos lo que eran las mujeres y los hombres, teníamos un binarismo estricto, y eso continuó en cierta medida en los años 60. Pero a partir de ahí las cosas empezaron a saltar por los aires.

Tenemos que preguntarnos en esas décadas en las que pensamos que el binario de género estaba fijado y en las que todo el mundo vivía en perfecta conformidad con las normas de género existentes, ¿quién quedó fuera, quién sufría, quién carecía de un vocabulario o quién vivía en espacios subterráneos donde podría ser reconocido o donde podría encontrar solidaridad entre otras que estaban igualmente excluidas o marginadas de la sociedad?

Creo que es falsa la historia que contamos de que hubo una vez en la que el género se consolidó, y que ahora los jóvenes están leyendo los textos equivocados en la universidad y están alucinando e inventando cosas, y que lo que tienen que hacer es volver a la realidad que existía antes. Bueno, volver a como eran antes las cosas es volver a un mundo en el que la gente que estaba profundamente enajenada e incluso sufría bajo la asignación de sexo que se les dio o bajo las normas de género en que se les pidió que vivieran tenía que permanecer en silencio.

Es decir, volver a una época de censura absoluta. Volvamos a una época en la que las normas se imponían y la gente estaba demasiado asustada o demasiado estigmatizada para hacer público que no les funcionaban. Así que creo que esa historia es una fantasía sobre el pasado. Y mucha gente de derechas lo que pide ahora es que se restaure esa época de la historia.

Chris Hayes: Sí, muy explícitamente.

Judith Butler: Sí. Creo que deberíamos estar muy preocupados, porque probablemente también están pidiendo la restauración de las jerarquías raciales y una noción pura de identidad nacional que excluya a las personas inmigrantes. Así que tenemos que pensar quién está pidiendo eso, la restauración de esa fantasía. Soy muy escéptica.

Chris Hayes: ¿Podrías explicar la noción de género como performance a la gente que la escucha por primera vez?

Judith Butler: Sí, bueno, nunca quise decir que el género era una especie de papel que jugamos o algo que presentamos como una forma de payasada. Creo que aprendemos a ser los géneros que somos. Creo que muy raramente el género surge de forma natural. Les niñes son socializades. Están expuestas a ciertas convenciones o ciertas prácticas en la escuela. Se les dice que se pongan en esta fila o en aquella, o se les ofrece ropa a una edad muy temprana que básicamente les comunica un cierto tipo de mensaje.

Creo que algo de eso es inevitable, pero creo que repetimos lo que vemos, no de forma conductista, no automáticamente, pero tenemos la sensación de que hacer las cosas así es lo aceptable. Y hay ciertos tipos de castigos que nos esperan si no lo hacemos de la manera correcta. Así que creo que existe una ansiedad para asegurarnos que aparentamos ser de una determinada manera o de que hablamos de la manera correcta o incluso de que nos reímos de la manera correcta.

Y la forma en como asumimos un género, es decir, como lo asumimos y lo encarnamos. Creo que eso ocurre a través de una serie de repeticiones. Lo representamos. Promulgamos las normas y las normas funcionan porque las promulgamos. Tal vez la palabra promulgación sea mejor que performance, porque esta confunde a la gente. Pero creo que con el tiempo aprendemos a actuar de una determinada manera y lo llegamos a hacer mejor o peor, o jugamos con ello, o nos encontramos cambiando los términos en mitad del guión.

Y eso es parte de lo que significa estar profundamente configurados de forma social al mismo tiempo que intentamos encontrar nuestro propio camino en la sociedad. ¿Cuál es nuestra trayectoria correcta? Esa es mi idea de la performatividad. Sé que es una palabra larga y extraña, pero creo que esa es mi idea básica.

Chris Hayes: Bueno, creo que la actuación y la representación son útiles porque creo que la forma predeterminada en que a muchos de nosotros se nos enseñó a pensar sobre el género, es que es un estado o una verdad esencial o simplemente un hecho, ¿verdad? Por ejemplo, no tengo que representar el hecho de que mido 1,80 metros. Simplemente mido 1,80. Físicamente mido 1,80. Entiendeme, puedo encorvarme o puedo ponerme de pie, pero no estoy haciendo un conjunto de elecciones y prácticas sobre eso. Simplemente es así.

Y creo que la gente piensa sobre el género de la misma manera.

Judith Butler: Sí. Creo que por un momento debería dar un paso atrás y decir, mira, mucha gente siente que el género que son es algo que experimentan internamente, como algo muy fijo y muy cierto. Y no lo discuto. Creo que puede haber sentimientos profundos sobre quién es uno y el género es una parte fundamental de ello. Y parte de la reacción contra el género como concepto es una reacción que proviene de ahí. Mirame, yo sé quién soy. No me digas que esto se adquiere de algún modo con el tiempo o que podría ser de otro modo. No, sencillamente esto es lo que soy, no hay nada más.

Pero incluso en esos casos, como cuando digo que soy de este género y que lo sé, o cuando dices, tal vez la analogía funciona aquí, que eres un tipo alto. Hay formas de vivirlo, ¿verdad? Hay diferentes maneras de vivirlo. Algunos tipos altos, como, guau, realmente usan su altura, por ejemplo diciendose que voy a ser el tipo más alto y voy a usar mi altura para imponerme. Y otras personas reaccionan de forma diferente, oh, soy alto. Me siento mejor si me agacho cuando hablo con esta persona. O me da vergüenza estar mirándolos siempre hacia abajo. Hay formas de vivir tu altura. Hay formas de vivir tu género.

Chris Hayes: Bueno, esto es divertido. Cuando dije lo de la altura, yo estaba como, oh, no, Judith Butler me va a decir que la altura está socialmente construida.

 Judith Butler: Pero recuerda, construido no significa falso o artificial. Significa que lo estás haciendo de una manera específica. Tu sabes, y sabes que eres de un cierto tipo. Lo sabes, lo estás haciendo de esta manera en lugar de hacerlo de otra manera. Bueno, tal vez hay una serie de maneras de hacerlo, pero no sólo lo eres, también lo haces. Y esa es la parte que podríamos llamar de «representación» (enactment). Y no quiero decir con esto que si lo representas suplantas el hecho de serlo. Podría ser ambas cosas.

Chris Hayes: Una de las cosas que dices en el libro que creo que es muy simple, directa y profunda es que escucho cuando decís que os sentís amenazados por mí o por nosotras, cuando decís que hay algo que poseéis en vuestra esencia que pensáis que estamos intentando quitaros (…) que estamos tratando de eliminar su valor …

Judith Butler: Sí. Hay dos cosas que decir al respecto. Una, tomemos el caso de Italia hoy. Giorgia Meloni, quien ahora dirige el gobierno de Italia, en sus campañas dijo que los ideólogos o ideólogas de género te despojarán de tu asignación de sexo. Ya sabes, eliminarán tu sexo. Tu identidad sexuada, lo llama ella. Y yo estaba tratando de pensar, ¿por qué se imagina que alguien quiere quitarle a otra persona su identidad sexuada? De hecho, si pensamos que las personas trans deben ser capaces de cambiar su asignación de sexo para que esta sea más clara y que se corresponda con el sexo que se asignan a sí mismos, ¿Cómo puede afectar eso las personas que se quedan con su asignación de sexo original?

Podríamos decir que algunas personas se quedan con el sexo que les asignaron y que se sienten bien con ello e incluso puede que les encante. Escriben, sí, me asignaron este sexo y es lo mejor que me podría haber pasado. Y otras personas dicen: «Me asignaron un sexo que no me corresponde en absoluto y voy a cambiarlo para poder vivir y florecer como la persona que soy». Pues bien, no hay una contradicción obvia entre esas dos posiciones.

Pero si la persona que está viviendo su sexo asignado de forma feliz, o incluso con entusiasmo, siente que esto es lo natural o lo universal, que todo el mundo debería sentirse como yo o que todos deberíamos estar confinados al sexo al que fuimos asignados al nacer, y que es una idiotez verlo de otra forma, lo que están haciendo básicamente es decir que su experiencia de asignación de sexo debería ser la experiencia de todo el mundo.

Están generalizando, universalizando, y no se percatan del hecho de que realmente esto no funciona así, que en realidad no es justo que la gente tenga que vivir con una asignación de sexo que no les pertenece y que no se corresponde con lo que ellos entienden que son. Nadie le está quitando esa asignación de sexo a la persona que se siente a gusto con la que se le asignó al nacer.

Lo que sí se les quita es la sensación de que lo que vivencian es una experiencia universal. No es así. No es natural ni universal, ni necesariamente compartida. Pueden afirmar sus vidas y mantener su sexo. Nadie se lo va a quitar. Pero tienen que abandonar la creencia de que todo el mundo debería vivir exactamente como ellos y compartir el mismo significado que le dan ellos a la asignación de sexo.

Chris Hayes: Donde todo esto se tensa y disputa en el contexto de los EE UU es en el caso de les niñes o de forma más específica debería decir de los adolescentes. Creo que gran parte de esto es producto de un deseo de engañar, es el uso de una especie de palanca útil para poder entrometerse en lo que se ve como una fisura política.

Hablemos de las niñas y niños que reciben atención de afirmación de género. Se está tratando de prohibir toda la atención afirmativa de género (…) ¿Qué piensas de esto? ¿Cómo debería verlo la gente?

Judith Butler: A ver, aquí hay muchas preguntas. Es interesante el hecho de que algunas personas que se declaran trans son mayores de 40, 50 e incluso 60 años. ¿Decimos que siempre fueron trans? ¿Decimos que se hicieron trans, que lo comprendieron más tarde? ¿Eran así al nacer? ¿Fue a una edad temprana? No tengo una opinión al respecto. Creo que es un tema interesante.

Pero creo que probablemente nos equivocamos si imaginamos que la identidad de género se consolida en un momento determinado y luego se mantiene para siempre. Muchas cosas afectan a nuestro sentido del género que somos o deseamos ser.

Supongo que lo que más me preocupa son les niñes queer o les niñes trans o les niñes que no se ajustan al género y que son enviados a instituciones médicas para ser corregidos, o para que se les hagan evaluaciones psiquiátricas, o para que se les incluya en programas que intentan normalizarlos de una forma u otra. Tenemos que recordar que algunas formas de atención médica pueden ser muy perjudiciales para les jóvenes que intentan encontrar su camino en una vida ampliamente no conforme con su género.

Mi sensación es que la oposición de la derecha a la atención médica de afirmación de género se basa en las ideas de que les niñes han sido adoctrinados en la escuela, o que son excesivamente susceptibles a la presión de grupo, o que aprenden sobre estos temas en las clases de educación sexual o en los libros que leen que afirman el género y que se convierten en el personaje sobre el que leen.

Todo esto no respeta ni dignifica a les niñes como jóvenes que intentan encontrar su camino y que a menudo lo encuentran jugando y experimentando, y probando esto o aquello, o intentando averiguar qué lenguaje se ajusta a lo que son, experimentando con el lenguaje, con la autodefinición.

Creo que debería dedicarse mucho tiempo a esa etapa de la vida en la que uno intenta encontrar su camino y que no deberíamos intervenir tan rápidamente para detenerlo o para dar por sentado que ya sabemos cuál es el final de ese proceso. Deberíamos escuchar lo que dice el niñe. Me parece interesante que algunes niñes, cuando les preguntas de qué sexo son, te dan un animal, ese es mi sexo. Porque si les preguntas, sienten que les estás preguntando algo como, por ejemplo, ¿cuál es mi identificación más profunda en la vida? Bueno, podría ser una morsa, podría ser realmente una morsa … o una foca, ¿verdad? Del mismo modo, un objeto de deseo, como mi sexualidad. Bueno, eso podrían ser gatos. Sí, definitivamente gatos. Entiéndeme, lo que quiero decir es ¿qué estamos haciendo realmente? Estamos tratando de imponer de forma muy precoz algo en les niñes que necesitan encontrar su camino y descubrir el lenguaje y ser capaces de hablar de ello abiertamente.

Por tanto, creo que la atención afimativa de género es, en términos generales, un compromiso para escuchar lo que dicen les jóvenes e intentar ofrecerles un entorno seguro en el que puedan explorar todo lo que necesiten explorar. No creo que se deba acelerar de forma precipitada. También me opongo firmemente a que se bloquee.

Creo que necesitamos una relación con les niñes y sus formas de ser y de saber más, no sé, éticamente capaz. Y, por supuesto, es enormemente perjudicial para les jóvenes trans y les niñes que no se ajustan al género, para les niñes queer, para les niñes gays y lesbianas que se les diga a una edad muy temprana que la forma en que se identifican, o que lo que pueden desear, es patológico o que no van a recibir el tipo de atención afirmativa que necesitan para florecer en este mundo.

Es una práctica perjudicial. Y es desgarrador ver cuántas comunidades están convencidas de que de alguna manera tienen que controlar y dañar a les niñes de hoy en día en lugar de darles la libertad de encontrar su camino.

Chris Hayes: Es la cuestión de entender la relación de la gente con el género y ampliar una visión éticamente capaz de cómo una sociedad trata eso. Sabes que hay dos maneras de verlo, lo que creo que es la clave del conflicto político, en particular para el tipo de fuerzas de derecha que se han puesto en contra. Y usted escribe sobre ellos en el libro, sobre la Iglesia del Vaticano. Vladimir Putin ha hablado sobre el espectro de la ideología de género, Giorgia Meloni, en los EE UU obviamente figuras conservadoras como (el político republicano) Ron DeSantis. Lo que tú dices es que queremos que cada persona florezca lo mejor que pueda y que se produzca un conjunto de normas sociales de flexibilidad que lo fomenten y faciliten. Y lo que ellos dicen es que se está desmantelando un conjunto de creencias y un orden, que se está adoctrinando a les jóvenes en particular para sacarlos de ese orden y deconstruirlo.

Judith Butler: Es muy emocionante. Esa atribución de poder es muy emocionante.

Chris Hayes: Bueno, creo que (…) tu teorización y los teóricos en los que trabajas son bastante radicales y que en realidad hacen algunos desmantelamientos…

Judith Butler: Bueno, te diré lo que me parece paradójico. Veamos si podemos llegar a un acuerdo. Digamos que toda persona tiene derecho a florecer y que ese florecimiento tiene lugar en comunidades que le apoyan y que cuentan con infraestructuras institucionales que apoyan su forma de vida. No estamos diciendo realmente nada superradical. La idea de la libertad de vivir libremente sin miedo a la violencia, la patologización o la discriminación no es especialmente nueva.

Lo que es nuevo es que insistamos en que el género también es un espacio para esa libertad y que la reasignación de sexo lo es, que la autodeterminación y el florecimiento se ven de una determinada manera si aceptas que los binarismos y las jerarquías de género no son la forma natural y necesaria de estructurar la sociedad para las personas que intentan vivir fuera de esas normas o en los márgenes críticos de esas normas, o que están haciendo algo con esas normas de una manera diferente.

¿Por qué nos asusta tanto que intenten prosperar y vivir sin miedo ni violencia? Muchos de nosotros estamos comprometidos con ello. ¿Debería la gente poder vivir sin miedo a la violencia? Sí, la gente debería poder vivir sin miedo a la violencia. La gente no debería ser discriminada (…) Todo esto no está tan lejos de una posición liberal clásica, excepto que yo insistiría en que los individuos sólo florecen bajo cierto tipo de condiciones sociales. Y estamos pidiendo el cambio de esas condiciones para que la gente pueda florecer más plenamente. Eso suena radical.

Chris Hayes: Lo estás situando en el liberalismo más básico.

Judith Butler: El problema con los principios que fundamentan el liberalismo es que siempre han tenido sus límites, ¿verdad? Siempre se aplicaron a ciertas poblaciones y no a otras, ¿verdad? Así que, puedes tener una Constitución de los Estados Unidos escrita por esclavistas. Lo sabemos. Por lo tanto, siempre estamos probando los límites de la democracia. ¿Se aplicarán esos principios a los inmigrantes? ¿Se aplicarán a las personas que sufren racismo? ¿Se aplicarán a las personas con género no normativo? Y has de trazar la línea en algún punto, ¿verdad? Y de repente nos encontramos con una contradicción con la que mucha gente está dispuesta a vivir.

Chris Hayes: La única cosa que yo diría es que creo que hay una parte considerable de la gente en todo el mundo, aquí y en otros lugares, que en realidad no piensan que un florecimiento individual pueda ser un valor social especialmente importante. Piensan que la cohesión social, o cualquier tipo de proyecto comunitario u orden social son, en realidad, más importantes. Es un fastidio si no quieres ser ama de casa y eso es realmente importante para el orden social. Así que ese florecimiento no es algo que me importe tanto …

Judith Butler: Sí. Pero también estoy pidiendo un nuevo orden de la sociedad, ¿verdad? El orden social que creen que están defendiendo del caos o de la destrucción es un orden muy conservador, que tiene jerarquías inflexibles y que muy a menudo se basa en nociones de ley natural que son nociones del siglo XVII que no tienen nada que hacer en la organización de nuestras vidas sociales e íntimas.

Por tanto, no sólo abogo por el florecimiento individual, sino por la reordenación de la sociedad para que ésta actualice más adecuadamente los principios de igualdad, libertad y justicia. Eso es lo que supongo que llamaríamos una posición democrática radical.

Así pues, mi enfoque del género pertenece a una visión democrática radical, que también es antinacionalista y antiautoritaria. Muchas de las personas que quieren volver a un orden soñado, a un orden patriarcal, también apoyan a candidatos autoritarios y un gobierno autoritario porque piensan que eso es seguridad y que eso les protegerá.

Pero, por supuesto, eso les sitúa en el lado de la antidemocracia. Así pues, la cuestión de género está fundamentalmente ligada al futuro de nuestro mundo democrático. Y creo que cometeríamos un error si pensáramos que se trata simplemente de una política de identidad o que está fragmentando a la izquierda o que es una noción artificial. No lo es.

Chris Hayes: Bueno, volvamos a lo que acabas de decir sobre la fragmentación de la izquierda, (…) también hay gente que se considera de izquierdas, que se considera liberal, que se ha radicalizado en contra (…) Tienes un capítulo en el libro sobre esto, en especial sobre la experiencia en el Reino Unido, donde esta radicalización es extremadamente intensa. No creo que se llamen a sí mismas TERF, aunque creo que en cierto modo son una forma renovada de feministas radicales transexcluyentes. Se trata de una tradición que se remonta a varias décadas atrás y que parte de algunas cuestiones fundamentales sobre el esencialismo de género, de la comprensión de lo que es el feminismo de la segunda o tercera ola. ¿Cómo entiendes la intensidad de este tipo de activismo antitrans entre parte de la gente que se considera o se ha considerado liberal o de izquierdas?

Judith Butler: Es una muy buena pregunta. Admito que me confunde. No entiendo por qué la gente, especialmente las feministas, que han luchado contra la discriminación durante tanto tiempo, defienden activamente la discriminación contra las personas trans o desacreditan la autodefinición de las personas que se someten a un cambio de género o a una reasignación de sexo.

Creo que es posible que el feminismo se haya dividido internamente entre quienes intentan fundamentar el feminismo en un esencialismo biológico para establecer una base muy específica para sus políticas, una política de discriminación, antidiscriminación o una política de derechos reproductivos. Pero, de hecho, creo que cometen un error, porque sólo mediante la alianza y la solidaridad podremos defender los derechos básicos, especialmente los derechos de las minorías en sentido amplio.

Pero creo que la izquierda se ha desmoronado por razones que, no creo que tengan que ver con el mundo trans queer. Creo que las alianzas de izquierda están sufriendo en todas partes, en parte porque algunos grupos se han dejado capturar por las tendencias neoliberales y otros están trabajando al margen de la política electoral democrática porque han desistido de encontrar una representación decente.

Creo que hay mucha segmentación y fragmentación, lo cual es lamentable, y por eso creo que es realmente importante ver que los mismos grupos de derechas que atacan al feminismo atacan a las personas trans, que las bandas violentas que ejercen violencia contra las personas trans también están más que dispuestas a ejercer violencia contra las mujeres.

Y existen toda la razones del mundo para tejer alianzas más grandes que manifiesten un nuevo tipo de izquierda que incluya centralmente a actores trans, queer, feministas de una variedad de orientaciones que pueden no estar siempre de acuerdo entre sí. Pero quien dijo que las coaliciones solo lo son de gente enamorada. No, no hay que estar enamorados los unos de los otros. No pasa nada. Pero permaneces en ellas porque las fuerzas del fascismo y el autoritarismo, como vemos, están aumentando.

Por lo tanto, creo que tendríamos que hacer un análisis más profundo de por qué la izquierda se ha dispersado de la manera en que lo ha hecho para entender cómo las feministas transexcluyentes han roto su alianza con las personas trans y queer. Es enormemente lamentable. Y vemos que quienes han renegado incluso de la izquierda se han encontrado coincidiendo con Putin o con Orban o con Meloni en el esencialismo biológico. Y ese no puede ser el feminismo que queremos afirmar, un feminismo que se encuentra haciéndose eco de los peores autoritarios de nuestro tiempo.

22/3/2024

msnbc.com
(entrevista abreviada para esta edición)

Trump contra la ‘dictadura woke’.Miguel Urban. Viento Sur. Enero de 2025

Desde que Donald Trump ganara las presidenciales el pasado noviembre hasta la toma de posesión, este próximo veinte de enero, el republicano ha ido desgranando los ejes de su nuevo mandato: comprar Groenlandia; ocupar el canal de Panama; acabar con los generales wokes del Pentágono; sellar las fronteras; llevar a cabo la mayor deportación de la historia de los Estados Unidos; prohibir los programas de diversidad, equidad e inclusión en instituciones públicas y empresas privadas; «detener la locura transgénero»; y «mantener a los hombres fuera del deporte femenino».

De hecho, tanto Trump como su vicepresidente, J.D. Vance, hicieron de los ataques contra las personas transgénero el tema central de la recta final de su campaña. Discursos, parodias burlonas y decenas de millones de dólares gastados en publicidad, tanto de la campaña oficial como de los comités de acción política alineados con los republicanos. Todo para atacar los derechos de las personas transgénero, la enésima guerra cultural enmarcada en la cruzada contra la dictadurawoke

Al igual que los neconservadores en su momento consiguieron convertir términos como corrección política, valores familiares y libertad religiosa en garrotes con los que golpear a la igualdad y la lucha feminista, ahora han redefinido con éxito un concepto positivo como woke –una persona despierta ante las injusticias sociales y raciales- para convertirlo en un término peyorativo, sinónimo de todo lo que odia la extrema derecha. Así, lo  antiwoke se ha convertido en uno de los indicadores más claros de los cambios de la política estadounidense en los últimos años, una ideología en sí misma al servicio del trumpismo.

Un buen ejemplo de la importancia que ha adquirido el concepto woke en el debate público norteamericano, es la obsesión de la figura emergente del trumpismo, Elon Musk, quien se ha convertido en uno de los azotes del wokismo. Una cruzada que el multimillonario libra desde hace años contra lo que considera la ideología woke, a la que acusa de diversos males, desde la excesiva inclusión LGTBIQ+ en la industria del entretenimiento -en el último tiempo Disney se ha convertido en el blanco de los ataques neoconservadores- hasta una supuesta agenda progresista en los colegios estadounidenses.

De hecho, en una entrevista concedida por el magnate de X al controvertido psicólogo Jordan Peterson a finales del pasado julio, afirmó: “mi hijo Xavier está muerto, asesinado por el virus woke». Un claro ejemplo de deadnaming, al llamar a una persona transgénero por su nombre anterior a la transición como una forma de agredirlo y negar su propia identidad de género. Una muestra más de cómo el concepto woke se ha convertido en una etiqueta sin significado que sirve como coartada para el racismo, la homofobia, la transfobia y cualquier otra defensa de la desigualdad.

Al propio Musk se le suman en el ejecutivo trumpista otro elenco de cargos reconocidamenteantiwokes, como Stephen Miller, elegido jefe adjunto del gabinete, quien se opuso ferozmente a los programas de diversidad en el mundo corporativo a través de su grupo de defensa legal conservador America First Legal. El secretario de Defensa Pete Hegseth, un exmayor del ejército estadounidense y actual presentador de la cadena Fox News, muy crítico con las políticas de diversidad dentro del ejército y encargado de combatir a los generales wokes del Pentágono. Y el multimillonario Vivek Ramaswamy, fundador de Roviant Sciences, que codirigirá con Musk el departamento que pretende aligerar la burocracia estadounidense.  Ramaswamy no solo ha escrito varios libros contra los criterios ESG -que contienen factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo- y lo woke, sino que ha llegado a crear un fondo propio de inversión antiwokellamado WhiteStone -piedra blanca, en inglés, frente a la roca negra de BlackRock.

Un adelanto de lo que se avecina en el próximo periodo en los EEUU ha sido la reacción de las grandes empresas, como los supermercados Walmart, que desde la victoria de Trump han comenzado a recortar en sus políticas de diversidad, responsabilidad social corporativa o equidad de género. Así mismo, la propia Disney anuncio que eliminará de su serie de Pixar, En la victoria o la derrota, la subtrama centrada en una adolescente transgénero, justificando la decisión como una medida para permitir que los padres aborden ciertos temas “en sus propios términos y tiempos”.

El oportunismo de las grandes empresas sumándose a la ola reaccionaria, las declaraciones de Trump y la composición de su ejecutivo, son toda una declaración de intenciones: la cruzada antiwoke contra los derechos sexuales y reproductivos, contra las minorías, el ecologismo y la identidad de género será un eje fundamental de batalla en el nuevo mandato de los republicanos. La inquisición contra las desviades y la diversidad se vuelve abrir paso en medio del siglo XXI.

Miguel Urbán, Ex eurodiputado por Anticapitalistas

Entrevistan a poeta Guillermo Campos en Radio El Mundo

SAN SALVADOR, 14 de enero de 2025 (SIEP) “Aquí en El Salvador se liberó a  Prometeo…”compartió el poeta Guillermo Campos, en entrevista realizada esta noche por la reconocida locutora Aida Mancía, en su prestigioso programa Tu, el amor y la música, de Radio El Mundo.

Campos presentó su séptima obra poética, titulada Diamante Rojo, en la cual se hace desde la poesía “un llamado a la fraternidad  universal de los pueblos, en un clamor por la paz mundial en un mundo desangrado por la guerra…”

Indicó que “este es un llamado dirigido principalmente a los jóvenes, para que con su entusiasmo construyamos un nuevo mundo, a que abandonemos la indiferencia y nos sumemos a la búsqueda de la emancipación cultural.”

Explicó que “a finales del año pasado creamos el Movimiento Cultural Salvadoreño “Prometeo Liberado” para poder así difundir la cultura salvadoreña, aglutinando a hombres y mujeres poetas, músicos, pintores, y otros, que dan su amor a través del arte.”

Campos declamó algunos de los poemas de Diamante Rojo, entre estos el titulado La unidad de almas, que inicia: Un volcán, el lago, la vegetación, tu mirada/ al horizonte/ tu futuro, mi pasado, tu dibujo, una apuesta/ la tarde…”

Radio El Mundo, trasmitiendo música instrumental desde 1962, tiene como lema: porque la música es el lenguaje de las almas y forma parte indiscutible del patrimonio cultural de El Salvador. Puede sintonizarse en el 93.7 FM Stereo.

Round 2. Sam Webb. January 205

Soon the two coalitions, albeit with some variations, that confronted each other in last year’s election will clash again, but this time with the MAGA movement occupying the commanding heights of the state – the Presidency, Congress, and Supreme Court. This is not the first time that a party has exercised such command over our main political institutions. But this is the first time that a party (and movement) in that position have expressed a willingness to employ their dominance over these institutions to lay waste to U.S democracy in order to impose their fascist like vision and project on our society.

Of course it won’t happen without meeting resistance. Indeed, these cross class coalitions will clash on various levels and fight on more than one terrain. On our side of the great divide, the struggle will be defensive in character for now. On the other, Trump and the MAGA movement will use their power and momentum to reshape the state and society in accord with their political aims. In the words of Project 25, Trump’s immediate objectives are:

*Secure the border, finish building the wall, and deport illegal immigrants

*De-weaponize the Federal Government by increasing accountability and oversight of the FBI and DOJ

*Unleash American energy production to reduce energy prices*

*Cut the growth of government spending to reduce inflation

*Make federal bureaucrats more accountable to the democratically elected President and Congress

*Improve education by moving control and funding of education from DC bureaucrats directly to parents and state and local governments

*Ban biological males from competing in women’ s sports

This plan of attack conveniently leaves out any mention of massive tax cuts to corporations and wealthy families, while backgrounding Trump’s desire to “radically” restructure the state and eviscerate democracy and democratic rights.

Not surprisingly, Trump and MAGA hope to move their agenda at great pace. After all, they are mindful that the next election is only two years away. And, unlike FDR, who gained Congressional support in the 1934 elections, thus setting the stage for the enactment of key pieces of New Deal legislation, Trump and MAGA worry that they could well lose the House to the Democrats in the midterm elections in 2026, and with it much of their political leverage.

In the face of this existential challenge, broadly constructed strategic and tactical concepts of struggle on the part of the democratic and progressives movements are in order. Simply squirreling away in political formations of the left makes little sense at all.

As one keen analyst wrote recently,

“With a few exceptions—mainly in the labor movement although this shouldn’t be exaggerated — progressives are not embedded enough in large organizations of working class that are membership-driven and tap into the energy and creativity of those who are exploited and oppressed. But for building durable power, there is no substitute for a political culture where radicals who are embedded in the workplaces, neighborhoods, and cultural and religious institutions of working-class life act as catalysts to unleash the energy, combativity, and all-around political leadership potential of their co-workers, neighbors, and others with whom they share the same conditions of life.”

This strikes me as good advice. One has to hope that progressive and left activists heed it.

La piscucha de la vida. Roberto Pineda. Enero 2025

Isabel

mirá y ese señor

que está ahí sentado en el sillón

quién es?

Me parece conocido,

pero no logro precisar

de donde es que lo conozco…

Y cuando vino? No lo

escuche entrar…

Isabel vos tenés la culpa

porque lo dejaste entrar…

Y mirá, decile   que no

este hojeando mis libros  

sin permiso

porque eso me molesta mucho,

que no respondo, golpe avisa…

Yo lo veo bastante confianzudo,

está arrancando las hojas amarillas

de mis plantas, y con qué permiso?

y que ya lo conocías?

Y de donde es que lo conocés?                                                

Es de la U, del partido, de la iglesia,

o es familiar tuyo, de allá de San Miguel? 

O ha venido de Estados Unidos?

Si hasta ya abrió la refri

y pretende cocinar, es atrevido,

decile que no toque mis ollas, 

que no se meta con mis platos mexicanos

y no le vayas a permitir que suba

a los cuartos a ver televisión…

Y que es lo que se cree este señor?

Isabel vos tenés la culpa

porque lo dejaste entrar…

mirá hoy se está viendo en el espejo.

Y dice que me conoce?  De donde?

Será aquel que vivía allá por el

Yankee Stadium

o el que siempre se subía al metro

en el parque Sokolniki…

No puedo reconocerlo,

será aquel que repartía manifiestos

de madrugada en la

Col. Santa Lucía  o el que vivía

cerca del metro de

Tasqueña, o aquel de allá

por el Mercado Huembes…

Isabel

decile que se identifique, 

no será aquel que vivía en los multis

de la Colonia Atlacatl y le decían

Chileno, te acordas?

En fin, déjalo que se tome un café

y que por fin nos revele de donde

es que lo conocemos.

Historia en la Ciudad de los Niños. Luis Antonio Chávez. Enero de 2025

Si se trata de anécdotas, considero que cada uno de nosotros que nos dimos cita a la Ciudad de Los Niños, llegamos de diferentes puntos, llámese Oriente, Centro y Occidente del país, tenemos historias que contar… Veamos…

Corría el mes de febrero de 1973… día lunes para ser exacto, llegué con mi madre pasadas las cinco de la tarde, pues ella se dedicaba a echar tortillas y debía atender a su clientela primero… en la glorieta, frente al edificio nuevo, no la que estaba por la piscina o frente a la oficina de la señorita Maria Julia Barahona, sino, como ya dije, en la ubicada en la parte alta de donde estaba la bodega. Me recibieron Pa Zavala, Pa Guayo y Pa Interiano. Ocurre que me asignaron dormir en el Prefabricado, cuya orientadora era la señorita Ofelia… ese día «anantío» alcancé a recibir un vale para la cena, sino la hubiera «marciado», después aprendí hasta a pedir «barbas», quedándome el dolor de ver partir a mi madre de regreso a San Salvador. Como dije, ya no había nadie -por la hora-, que me entregara en la bodega el colchón para dormir y por consiguiente, me tocó dormir en los meros barrotes y la pura malla ciclón, cuyo resultado fue las marcas en aquel cuerpo de cuya anatomía se podían contar las costillas fácilmente… pero bueno, el despertarme tan de mañana no era problema, pues a diario lo hacía para ir a vender el periódico que sacaba de las agencias que, por cierto, un día de tantos un bicho me dio una tunda de padre y señor mío, por lo que ese día, con los ojos inflamados de tanto llorar, me dije que un día no muy lejano ya no vendería la noticia, sino que yo la escribiría, Dios escuchó mis palabras porque ejercí el periodismo durante dos décadas, bueno, pero eso es otro pisto, porque no hay bicho que no se avive.

Con los días aprendí que en la bodega vendían pintura cuadriculada, que si se iba la luz, podía ir al taller de mecánica donde Pa Escamilla a comprar corriente en polvo y que, sino andaba buxo y me dormía en los catres al mediodía, corría el riesgo que me pusieran «calambre» -como ya lo ha dicho el chelito José Ramos-, que no era más que doblaran un pedazo de papel de diario y ponerlo en medio de los dedos prendiéndole fuego, para después reír a mandíbula abierta por la travesura cuando la víctima saltaba del susto y del dolor provocado por las quemaduras… fue en la CN donde al mediodía, mientras el Chele René Antonio Lazo (Dientes de Paleta), Edgar Alonso Henríquez, René Humberto Guevara, Guillermo «Negro» Hernández (Colocho), Callejas y Luis «Chele» Borja en la portería jugaban fútbol, yo me iba donde «mi tío Portillo» a hurtar naranjas, mangos… encontrándome el vigilante subido en el palo de mango y apuntándome con una pistola mohosa me gritaba que si no me bajaba con esa me haría bajar de dos «vergazos», tanto fue mi miedo que me tiré provocándome un esguince en el pie derecho, me fui corriendo y el vigilante detrás de mí, para evitar que me identificara cambié de ropa, pero mi sorpresa fue que al estar en formación veo al custodio y se me iban los colores, mucho más cuando dijo «Tachito», «ese que ahora andaba en el cerro hurtando mangos y naranjas que salga de la fila», la advertencia la hizo tres veces, «que salga o lo voy a sacar yo»…

A estas altura nuestro bien recordado y ponderado «Tachito» estaba hasta colorado de la colera, mientras yo me hacía el de los panes, cuando siento el primer mameyazo «Con usted es carajito» fue tan fuerte la palmada que salí gateando -igual como lo hizo con el » Cabo» Morán, de donde me levantó de nuevo, diciéndome que fuera a la dirección, que allá íbamos a hablar, dicho y hecho, no porque iba renqueando me salvé de la aplicación de la «ley de la CN», pues de allí salí hacia el hospital de donde regresé enyesado, a cuidar los talleres, que para mí no fue castigo tres meses, porque la pasé leyendo La Cabaña del Tío Tom, Los Viajes de Gulliber, El Lazarillo de Tormes, Trenes, de Miguel Angel Espino, Emilio Salgari, Los Cañones de San Sebastian, sin faltar Jicaras Tristes, del poeta niño Alfredo Espino… lo terrible fue que cuando me levantaron el castigo, fui a la colonia 2 al enterarme que no aparecía en la lista «negra» a preguntarle a Jorge López, conocido como pájaro, quien por cierto tenía un hermano mayor de nombre Eduardo… que si iría a su casa con permiso, respondiéndome que sí, entonces le dije que sí me esperaba para irnos juntos, pues vivía en el mismo barrio donde crecí, con tan mala suerte que al manifestar el Pájaro que si me esperaba salí corriendo como quien se quita una braza de allá, pero al iniciar mi descenso por las gradas que estaban por las cabañas 14-15, mi pie se fue en blanco hasta caer abajo, con otro esguince y tres meses más a esperar que me sanara del disloque del mismo pie dañado.

Los fabulosos 70’S Y 80’S. «Nuestra jerga popular.” Así hablábamos… Salvador Montufar. Enero de 2025

En los años setenta y ochenta había una jerga popular bastante peculiar. Buena parte de la población juvenil hablaba de esa forma. Muchos nos engasamos con ese léxico, porque era bien tuanis, o bien nais. Ciertamente había majes que no agarraban barco, pero ni modo. Siempre hay mara turbia y otros bastante bagres.

Era igualmente tuanis en aquellos dorados tiempos ir de compras y regresar con unos caballos o unos rieles nuevos. Cuando había jaira uno pasaba por algo de trama por ahí.

Una frase que me encantaba era “ya vas”. Se utilizaba para confirmar algo:

__¿Ya hiciste el deber?

__ Ya vas.

También para responder que sí, pero en tono irónico:

__¿Te cae bien esa güisa?

__Ya vas.

Otras frases utilizadas para responder afirmativamente eran “me extraña” o “ah, mex” o “Toda la vida”

__¿Vas a ir al toque el sábado?

Ah, mex.

__¿Te llegan las serchas? Toda la vida.

Claro que había palabras para sí y para no. Estas eran respectivamente Simón o Simonchis y nel o Nelson:

__¿Te llegó la Guerra de las Galaxias?

Simón. Solo ese Vader, nel.

Una palabra utilizada también para afirmar algo, pero que también podía utilizarse para despedirse era “órale”:

___¿Ya jaleas?

___Órale pues.

__Va pues, adiós.

__Órale.

__Órale.

Para decir que algo era evidente se tenía una expresión bien chilera:

__¿Será que ese maje ya le cayó a aquella güisa?

___Abuelitas.

___Abuelitas de Batman y Robin

Estas expresiones provenían de un juego de palabras muy interesante, dado que abuelitas, era la derivación de “a huevos”. Algo similar ocurría con otras expresiones o palabras, como por ejemplo:

__¿Vos y le caés bien al suéter?

Un cacho. Me mastica, pero no me traga. A veces creo que me tiene algo de tirria.

El verbo conectar se utilizaba para que una persona pudiera servir de enlace entre dos más, principalmente para iniciar una relación sentimental.  En lugar del sustantivo conexión, se utilizaba la palabra “conecte”:

__Mano, haceme el conecte con esa tu amiga.

El verbo besar tenía un sinónimo en versión de jerga popular:

__ Pues fíjate que me cambió un 21 y nos trincamos.

Cuando alguien le quería tomar el pelo a una persona se usaba el verbo vacilar:

__ Vos me estás vacilando.

__Vos sí te vacilaste al ruco.

El verbo vacilar también se usaba para divertirse:

__Por ahí vamos a ir a vacilar a la Sexta, o nos vamos de vacile.

Para decir que se iba a corriendo de algún lugar se decía:

__Nos fuimos guindeando.

Ahora, si se había ido de habíamos salido de diversión se decía:

__Nos fuimos de gran guinda.

Las autoridades policiales eran conocidas como la tira, que eran los policías nacionales y la jura, que era la policía judicial.

Para referirse a la casa había opciones como choza o chante.

__ ¿Paso por vos a tu chante?

Los medios de transporte más utilizados eran las burras, aunque había mara que se iba en su propio charnel.

Las expresiones para despedirse eran “nos chocamos”, “sobres” y “ahí nos vidrios”.

__Por ahí nos chocamos.

__ Sobres.

__Ahí nos vidrios.

Otra forma de despedirse era con la expresión

__“Por ahí nos controlamos”.

Unas despedidas algo más ácidas, por su mensaje simbólico eran las siguientes:

___ Va pues vos, ahí te vas por la sombra.

___ Órale pues, ahí te echás cal.

En ese orden de ideas, se tenía un sinónimo bien chilero para igualmente:

__Va pues, ahí te cuidás.

__Iguanas ranas.

Para hacer referencia a alguien sin mencionar su nombre, la expresión apropiada era maje.

__Ese maje es bien engasado.

Igualmente maje era sinónimo de tonto o ignorante:

__¡Vos qué maje, no entendí nada!

Para responder sin afirmar ni negar del todo, o decir que algo no era grato en un cien por ciento, la frase típica era “dos que tres”.

___ ¿Te llegó la lica?

__Dos que tres.

Claro que una palabra utilizada a diario era “mano”.

__¿Qué onda mano?

__Mano, vos si te pelás.

También se utilizaba, con alguna frecuencia la versión derivada del inglés:

__¿Qué onda broder?

Una palabra derivada de mano era Mannix. Este era el nombre de una serie de tv de por aquellos tiempos.

__Mirá Mannix, entonces nos controlamos al cacho.

A propósito de cacho, esta palabra tenía dos connotaciones: la primera era, como sinónimo de poco:

___¿Agarraste la onda en mate?

___ Un cacho.

La segunda, para expresar que algo sucedería luego, como ya fue mencionado: nos controlamos al cacho.

Había una frase que contenía la palabra cacho, y que se utilizaba para cuando alguien nos había hecho algo que nos no había parecido, y le anunciábamos que su actuar se podía revertir:

___ Vos mano qué mala onda. Pero ahí te acordás que al cacho es uno.

Una palabra que me encantaba, y que podía sustituir a mano era ese o esa:

¿Qué onda ese?

Había una palabra derivada de ese, y que igualmente me gustaba utilizar, y que de hecho, la sigo utilizando para saludar a los amigos. Utilizo esta palabra para recordarme de esos tiempos tan chileros. La palabra en mención es “maese”.

___¡Qué buena onda maese!

Algunos pronombres personales también tenían sus expresiones coloquiales:

__¿Quién le habla al ruco?

__Botas. (o bolsas)

__¿Quién me explica mate?

__Johnny.

De igual manera había algunos verbos que se decían a la manera de jerga popular:

__¿Quién va por las tortillas?

__ Boinas.

Para indicar que alguien era inteligente, o para pedirle a alguien que estuviera listo o alerta la palabra idónea era “buzo”.

__Esa chava es bien buza para inglés.

__Ponete buzo pues mano.

Para hacer referencia a la mara que se le iba el cinco, decíamos:

___Ese maje sí es bien lurias.

Algo similar era esta expresión:

__Vos sí ya pelaste cables.

Para decir que algo no iba a salir se decía:

___Te vas a ir feo, o te vas a ir horrible.

__ En ese examen me fui feo.

Para decirle a alguien que no nos parecía su actitud, e incluso decírselo en un tono amenazador se utilizaba la expresión:

__Estás pendiente.

Para ir de paseo se decía:

__Nos vamos a echar un rol.

El dinero se contaba en varas:

__¿Cuánto te costó el tacuche?

__ Cien varas.

Los nombres de las monedas eran respectivamente: quinto, diego y choca.

__La burra costaba quinto, luego le subieron a diego y ya después choca.

Si algo era gratis se decía grolis.

__Me fui de grolis en la burra.

Una palabra muy utilizada era “casaca”.

___Vos solo casaca me diste.

Cuando no le creíamos a alguien:

___¡Qué casaca!

Y otra muy famosa:

___Ese maje tiene buena casaca con las chavas.

Un clásico saludo que quedó inmortalizado en el imaginario nacional es este:

__¿Qué onda, cómo te va?

__Pues ahí, bien piscinas, pero con tenis.

Un saludo poco usual, pero que recuerdo muy bien era este:

¿Dónde estabas, que no te había vigas?

Yo pesebres que ya te habías muebles.

que si estás bien biblias.

La frase “el otro” o la “la otra” también se utilizaba con frecuencia.

Cuando alguien decía algo chistoso o algo difícil de creer se le decía:

__Ya va el otro.

__El otro, vaa.

Para hablarle a un grupo, además de la ya existente muchá, por aquel tiempo se utilizaban sus derivadas: “muchades” y “muchis”

__Muchades, ¿va a haber repaso el sábado?

__Pues sí muchis, ¿en qué estábamos?

Claro que una palabra central en la jerga setentera y ochentera era la palabra onda. Se utilizaba muchísimo.

Como saludo:

__¿Qué onda?

Para referirse a la actitud de una persona:

__Ese profe es buena onda.

__Vos qué mala onda sos.

Para hacer preguntas generales sobre alguien:

__Vos, y qué onda con esa chava?

Para indicar que alguien no se concentraba en algo:

__A vos como que se te va al onda vaa?

Para explicar que alguien no captaba la situación, o no había entendido algo:

__ Mano, vos si no agarrás onda.

Así que buena onda muchades. Nos controlamos al cacho. Ojalá que se hayan engasado con estas letras.

__Órale pues.

Del tren de la memoria. Galería Tlaolli, El Salvador 1981- 1986.  Isaías Mata. Enero de 2025

Fue una propuesta que la iniciamos con el Dr. Gilberto Barillas Brand y este servidor, por razones de su carrera el Dr. Barillas abandonó el proyecto, posteriormente se incorporará como socio el artista Armando Solís que aguantó la peña 1 año.

Esta iniciativa surgió como una alternativa estética en los momentos difíciles del país. Participaron muchos artistas pintores como son los maestros: Raúl Elas Reyes (QEPD), Ricardo Carbonell (QEPD), Luis Ángel Salinas (QEPD), Julio Hernández Alemán, Armando Solís, Victor Barriere (QEPD), Mario Sarakay, y los jóvenes de ese momento como  José David, Antonio Bonilla, Enzo Martinez (QEPD), Mauricio Linares, Luis Lazo, y por primera vez exponen los hermanos Rolando y Francisco Reyes, entre otros.

La idea fue hacer un espacio de reflexión estética, política y cultural, que para la época era muy bien arriesgado, fue así que se rodeó y participaron muchos amigos y colegas como el escritor José Roberto Cea, la familia Salinas, el poeta director de teatro Andrés Escobar (QEPD), el escritor Esteban Echeverría (asesinado, QEPD), los poetas emergentes Mirna Martínez, René Rodas, Fito Herrera, los hermanos Morales, Ricardo Roque Valdovinos, Alfredo Espino hijo, entre otros.

Se presentaron en varias ocasiones los grupos de música: Xolotl, Güinama, Voces y notas, Tahuil, Música Barroca (cuarteto), y en clásico con los músicos de la orquesta Sinfónica: la pianista japonesa Mishiko Masaki y el primer violín Maximiliano Hernán, y el flautista Juan Méndez; en teatro: Roberto Franco con su Rana Aurora, Chicho, Teatro Bululú, el grupo de teatro de la UCA, danza con María Elena Albergue, Guadalupe Aguiluz, Marisol Salinas y por primera vez hace su debut el bailarín Mauricio Bonilla, y otras actividades más como presentaciones de libros, cine forum, etc.

Me permitió hacer mi taller y dar clases de dibujo y pintura. La galería, pretendió ser antítesis de las galerías, fue un espacio libre y alternativo, fue refugio de compañeros que eran sentenciados públicamente a muerte por fuerzas oscuras; se fortaleció por muchas y muchos amigos como Imelda Iraheta, Alba (no recuerdo su apellido), Claudia Acosta, mis hermanos Mario y Rolando, de Clásico Roxil, Rosa, José Leoncillo y sus hijas Silvia y Roxana, estudiantes del colegio La Sagrada Familia, Fernando Escamilla Encargado de Negocios de la Embajada de México, Oscar Vásquez, los amigos pintores Raúl Elas Reyes y Enzo Martínez, Ricardo Roque B. Alfredo Espino hijo, el periodista guatemalteco Victor Valdés y todos los colegas teatreros, músicos, escritores y bailarines.

Fue para mi un período de mucho crecimiento en el ámbito humano y estético con los distintos géneros del arte. Mis disculpas a los colegas o grupos que nos los menciono, y no es a propósito, sino por el retardo de mi memoria. Después de casi 40 años, les envio con un abrazo fraterno mis respetos, y agradeciendo sus aporte al arte y a la cultura y por la participación en la galería Tlaolli.

Convocan a jóvenes de Chalatenango a certamen de poesía “Roberto Armijo”

SAN SALVADOR, 8 de enero de 2025 (SIEP). “Uno de los sueños de Roberto era que la juventud de Chalatenango se preparara  culturalmente y en general de todo el país…y es en este espíritu que como Fundación Roberto Armijo, lanzamos este certamen de poesía…” indicó William Armijo, hermano del poeta fallecido.

Explicó que “este Primer Premio de Poesía, va dirigido a jóvenes, hombres y mujeres,  entre 14 a 25 años de edad, como un estimulo para potenciar su creatividad poética y desarrollo intelectual, y es un esfuerzo tanto de la Fundación como de nuestra familia.”

Indicó que “el jurado estará compuesto por reconocidos escritores del  país, y las fechas de entrega de los trabajo será  del 25 de enero al 25 de febrero, y podrán ser enviados a la página digital: revistapezsoluble.com. El 21 de marzo será el acto de premiación.”

El primer lugar recibirá la suma de 300 dólares, y el segundo lugar la de 200 dólares además de la  divulgación de su obra poética. Las bases de participación estipulan que los participantes deberán escribir una obra de tema libre, con textos poéticos de entre 3 a 5 páginas.

Roberto Armijo, 1937-1997, nacido en Chalatenango, fue autor de El asma de Leviatán, e integró la Generación Comprometida, que en 1956, marcó una ruptura de estilo y contenido en la literatura salvadoreña, enfatizando lo social. Entre sus integrantes  figuran Manlio Argueta, Tirso Canales y José Roberto Cea, entre otros.  

Presentan proyecto MCS-Prometeo Liberado en Club de Lectura de Biblioteca Chapultepec

SAN SALVADOR, 7 de enero de 2025 (SIEP) El proyecto del Movimiento Cultural Salvadoreño “Prometeo Liberado”,  fue presentado esta tarde  a más de una docenas de hombres y mujeres, que integran el Club de Lectura de la Biblioteca Chapultepec, en el centro histórico de esta capital.

Roberto Pineda, integrante del MCS-Prometeo Liberado, explicó  que se trata de un esfuerzo por construir un espacio de apoyo y solidaridad entre escritores y artistas en general, que permita la promoción de sus obras así como realizar acciones a favor de la emancipación cultural de El Salvador.

Pineda dio lectura  al Manifiesto Prometeico, aprobado en la reunión de constitución el pasado 30 de diciembre, que plantea “nuestra voluntad de invocar el espíritu rebelde de Prometeo, para encender el fuego de la fiesta y la alegría en nuestra patria.”

El Club de Lectura  de la Biblioteca Chapultepec surge un 6 de julio de 2021 a iniciativa de Mariano Espinoza, Dimas Castellón, Manuel Saravia y del escritor Mario Noel Rodríguez, del Ministerio de Cultura, que ejerce la coordinación de este esfuerzo.

En esta reunión acordaron iniciar como primera lectura del 2025, la obra El Libro del Trópico  de Arturo Ambrogi. Han realizado ya la lectura de O-Yarkandal  de Salarrué, Cenizas de Izalco de Claribel Alegría y la antología Patria Exacta de Oswaldo Escobar Velado.