Rolando Orellana: hasta la victoria siempre!

SAN SALVADOR, 13 de abril de 2025 (SIEP) “Con mucha tristeza hemos conocido este día de fallecimiento de nuestro querido camarada comunista Rolando Orellana…” expresó el escritor salvadoreño Roberto Pineda.  

Agregó que “conocí a Rolando  a finales de 1981 en Managua, Nicaragua. El ya era de la dirección del Partido (Comunista) y yo como militante trabajaba en la agencia de prensa NOTISAL. Había él salido del país porque iba a realizar una gira por los países socialistas, dado su conocimiento del ruso…”

Lo conocíamos cariñosamente como Semita, dada su baja estatura,  y pudimos  cultivar una amistad dado que ambos desarrollábamos nuestra labor política en el local del PCS, que quedaba en el residencial Planetarium, en la carretera vieja a León.

Hablábamos largamente sobre política salvadoreña, sobre el movimiento comunista internacional, el desarrollo de la guerra, el original proceso revolucionario nicaragüense, y hasta de poesía y literatura.

Me acuerdo que le bromeaba mucho por su tendencia a expresar la realidad mediante  términos jurídicos, dada su formación en Derecho Internacional allá en el lejano Moscú, de la entonces Unión Soviética.

Luego de los Acuerdos de Paz de 1992, nos vimos pocas veces, hasta que por casualidad me lo encontré hace como diez años, y supe que trabajaba en la Corte Suprema de Justicia, y felizmente accedió a concederme varias entrevistas para el SIEP.

En estas entrevistas  quedo registrada parte de su larga y fructífera vida revolucionaria, que lo llevó a ser el primer secretario general de la reconstituida segunda Juventud Comunista en 1973, cuarenta años después que la primera fue destruida por la represión de Martínez en enero de 1932.

Querido Rolando, hasta la victoria siempre!

Luto en Iglesia Reformada Ecuménica (IREES): fallece nuestro hermano Frank

SAN SALVADOR, Comunidad La Fosa, 11 de abril de 2025 (SIEP) Esta día, por complicaciones de salud, falleció el Hermano Frank Carrillo, uno de los fundadores y líder laico de la Iglesia Reformada Ecuménica, IREES.

La velación del Hermano Frank se realizó en la Comunidad La Fosa, desde donde realizaba su labor pastoral, ubicada al costado oriental de la UES, y la comunidad así como hermanos de diversas Comunidades Eclesiales de Base estuvieron acompañándolo.

El Rev. Mario Luna, pastor de IREES,  condujo el servicio religioso de duelo, que fue una celebración de la Pascua de la Resurrección. Comprendió la lectura del Salmo 90, luego el pastor Mario pidió a “Dios Padre-Madre, en cuya presencia viven todos los que mueren en el Señor: recibe a nuestro hermano Frank en los atrios de tu morada en los cielos…”

A continuación se cantó Resucitó…y se leyó la Buena Noticia según la Comunidad de Juan 6:47-59. Luego el canto Yo le resucitaré…Posteriormente se escuchó el Mensaje del pastor Mario, que hizo una reseña de la vida de fe y esperanza del hermano Frank.

Luego se hicieron oraciones de petición por el hermano Frank.  Enseguida se canto el Padre nuestro de la calle y El banquete ya está listo. Después se celebró el sacramento de la eucaristía.  Y se concluyó cantando de nuevo Resucito…

Rinden homenaje en MUPI a Dr. Miguel Ángel Parada, Exrector de UES (1980-1986).

SAN SALVADOR, 11 de abril de 2025 (SIEP) Esta tarde fue realizado en el  Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI), un significativo y emotivo homenaje al Dr. Miguel Ángel Parada, exRector de la UES, del periodo 1980 a 1986, e integrante de la Generación Comprometida.

La organizadora del evento fue su esposa, Dra. Yolanda Guirola, quien presentó el libro Nunca más y se refirió a la importante contribución del Dr. Parada (1936-1998) a la defensa de la autonomía universitaria, y a lograr que el campus fuera  entregado por los militares, luego de cuatro años de ocupación.

Una cita clave del Dr. Parada sobre la UES es la siguiente: “La universidad no fue fundada por el gobierno salvadoreño, fue creada por la Asamblea Constituyente que creo también el Estado Salvadoreño; universidad y estado tienen entonces la misma esencia ¡son producto de la voluntad popular y no decisión voluntaria de ningún gobernante!

Por eso históricamente, la universidad se debe a su pueblo y no tiene compromisos con el gobierno. Así como surge, así se desarrolla y pasa todas las vicisitudes  de nuestra sociedad, de nuestro pueblo. Todas las luchas de nuestro pueblo se han reflejado en una u otra manera en la vida universitaria.”

Manlio Argueta, asistente al evento  y amigo cercano del Dr. Parada recordó que  este ocupó el cargo después del asesinato del Rector Félix Ulloa, y se mantuvo en esas condiciones, por casi 4 años, (Un rector fuera de la Ciudad Universitaria). A eso se refiere su frase: «Realmente nunca nos morimos, nos obligaron al exilio, pero no pudieron destruirnos»

Añadió que “con recuerdo y orgullo escribo esto para quien más que amigo fue mi hermano: Miguel (Q.E.P.D) con quién compartimos tantas experiencias desde la Educación Media en San Miguel, y toda la carrera de plan de doctorado en Jurisprudencia y CC. Sociales de la UES.

Por su parte, Roberto Pineda opinó al respecto que “en este caso la Minerva ha sido muy ingrata con Miguel y también con Lucho (Luis Argueta Antillón, Rector de la UES de 1986 a 1990), que fueron los que asumieron la dirección de la UES durante el difícil periodo del conflicto armado, durante toda la década de los años ochenta…”

“Me imagino que esto está relacionado con la militancia de ambos en el Partido Comunista del Salvador, PCS,  y que en administraciones posteriores predominaron resabios anticomunistas,  a los que les resultaba incomodo el proyecto político-académico de los años ochenta, de una Universidad Popular, Democrática, Libre y Humanista.”

Finalizó Pineda exhortando “a despojarse de telarañas ideológicas y rendir tributo a todos aquellos y aquellas, que como Miguel sufrieron cárcel por la UES, y que independientemente de su filiación partidaria de izquierda, defendieron, durante la dictadura militar, las sagradas banderas de la autonomía universitaria.”

Celebran en UES cumpleaños 86 de José Roberto Cea

SAN SALVADOR, Ciudad Universitaria,11 de abril de 2025 (SIEP) “Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliz! cantaron esta tarde amigos y amigas de José Roberto Cea,  nuestro querido Pichón, mientras este soplaba emocionado, las velas de su pastel de cumpleaños 86.

La actividad, organizada por el Movimiento Cultural Salvadoreño Prometeo Liberado, estuvo presidida por el poeta Guillermo Campos, quién saludo a Cea y explicó que la promoción de la cultura se convierte en nuestro país y el mundo, en una denuncia del fascismo.

Luego el escritor Raymundo Calderón, leyó dos poemas: Carta  a José Roberto Cea y  Güijar y el niño de maíz, ambos inspirados en el libro de Cea, titulado Todo el Códice.

A continuación, Roberto Pineda hizo una invitación a un Brindis Poético, consistente en la lectura de poemas propios o de la antología poética de José Roberto Cea, Pocas i buenas, publicada en 1986 por su editorial Canoa.

Fue el mismo Pineda quién inició con el poema Ensalmo contra la ceguera, le siguió Donald Paz con el poema Oración al colibrí sagrado, Alex Campos con el poema Evocación de la  ciudad perdida, Dimas Castellón con Instrucciones para escribir en piedras, Bartholomé de Pazz leyó un poema propio: Desde el cráter del volcán Chinchontepec…

Luego Mariano Galan hijo, leyó el poema la Juana Torres, Edgardo Mejía (El Gato) contó anécdotas del Pichón y el Bachillerato en Artes; María Isabel Villegas leyó Homenaje a tu cuerpo, Brenda Medina cantó una canción en nahuat; Susana de Calderón leyó Recordando las primeras de cambio o el noviazgo, Nora Vanegas con el poema La vasija sagrada, Abelino Rodríguez con el poema Los herederos de Farabundo y finalmente, Iván Escobar con un poema propio. Desde París, Francia, el músico William Armijo envió saludos.

Esta actividad en homenaje al maestro José Roberto Cea, se realizó con la valiosa colaboración de Ivis Barrera en el diseño de la invitación. Iván Bonilla en la fotografía y Dimas Castellón, en su divulgación.

Rinden homenaje en UES a cosmonauta ruso Yuri Gagarin

SAN SALVADOR, Ciudad Universitaria, 11 de abril de 2025 (SIEP) Una ofrenda floral fue depositada esta tarde en homenaje a la gesta del cosmonauta ruso Yuri Gagarin, primer ser humano que viajó al espacio el 12 de abril de 1961.

El busto de Gagarin se encuentra en la Facultad de Ciencias Naturales y Matemática, y la ofrenda fue depositada conjuntamente por Aleksandr Iliúkhin, Jefe de Misión de la Federación Rusa, Juan Rosa Quintanilla y Evelyn Farfan, Rector y Vice-Rectora de la UES y por el poeta José Roberto Cea, miembro de la Generación Comprometida.

El diplomático ruso Aleksandr Iliúkhin agradeció a las autoridades universitarias  por este acto “que fortalece las relaciones de amistad existentes entre la Universidad de El Salvador y la Federación de Rusia.”

Por su parte, el Rector Juan Rosa Quintanilla reiteró el cariño de la Comunidad Universitaria de la UES y pueblo salvadoreño, por el pueblo ruso y por uno de sus más insignes representantes, el cosmonauta ruso Yuri Gagarin.

Asimismo el poeta Cea manifestó que “en aquella época, en 1961, como universitarios salvadoreños manifestamos nuestro regocijo y admiración   por la proeza de Yuri Gagarin, digno representante del pueblo de Maiacovski, de Pushkin, de Tolstoi, y hoy volvemos a hacerlo…salud,  querido pueblo ruso!”

Presentan en Fundabril antología poética Rabiosa Aurora

SAN SALVADOR, 10 de abril de 2025 (SIEP) Una antología de 19 poetas salvadoreños, fue presentada esta tarde de manera conjunta por la Fundación 1ro. de abril y el Colectivo Patria Exacta.

Pedro Martínez, del Colectivo Patria Exacta, explicó que esta publicación dirigida a la juventud, es un esfuerzo por enfrentar la pretensión de reducir el escenario cultural a mero entretenimiento, cuando el arte es una vía para el desarrollo del pensamiento crítico…”

Por su parte, Victoria Ramírez, de la Fundación 1ro. de Abril (Fundabril),  expresó que con esta publicación se promueve desde el arte y la cultura, la recuperación de la memoria histórica, ya que existe una coincidencia entre la lucha popular y la poesía…

Ilich Rauda, uno de los compiladores de la antología, junto con Josué Andrés Moz, indicó que se trata de una antología de poesía comprometida, abarcando un siglo de poesía con versos que tienen su raíz en la realidad…

Entre los poetas incluidos en la antología se encuentran: Pedro Geoffroy Rivas Oswaldo Escobar Velado, Rafael Gochez Sosa, Ricardo Bogrand, Álvaro Menéndez Leal, Roque Dalton, Manlio Argueta, José María Cuellar, Roberto Armijo, Jose Roberto Cea, Matilde Elena López, Salvador Juarez, Leyla Patricia Quintana Marxelly, Arquímedes Cruz, Julio Iraheta Santos, Eva Ortiz, Otoniel Guevara, Alfonso Quijadurías y Luis Borja.

Presentan en UNSSA libro de Roberto Valdés sobre Masones y reformas liberales. El Salvador (1871-1886)

SAN SALVADOR, 9 de abril de 2025 (SIEP) Esta tarde fue presentado el libro Masones y reformas liberales. El Salvador (1871-1886) por su autor, el historiador Roberto Valdés Valle, en las instalaciones de la Universidad Nueva San Salvador, UNSSA.

Las palabra alusivas al acto, fueron dichas tanto por el Rector Ing. Erick Salguero, como por el Rector Emérito, Dr. Hernán Contreras, y además hizo uso de la palabra, el Ing. Fernando Aceto Contreras, representante del Gran Maestro de la Gran Logia Cuscatlán.

El autor explicó que realizaría una reseña del formato de su obra. Inició mostrando una fotografía de los miembros del primer Supremo Consejo de la Republica de El Salvador, establecido en mayo de 1898, en la que aparecen diez personajes de la Masonería local.

 Son los siguientes: Francisco de Borja Pastor, Hermogenes Alvarado, Manuel Monedero, Manuel Delgado, Santiago Barberena, Rafael Reyes, Tomas Miguel Palomo, José Emilio Alcaine, Santiago DAubuisson,

La introducción la tituló: Masones, espacios públicos y de poder entre1871-1890. Luego se refirió en la primera parte de su obra, a Los primeros masones (1871-1872) que comprende los estatutos de la Logia Progreso 5  (la primera en el país, establecida en 1871); y una reseña sobre su fundador, Manuel Méndez, masón liberal radical y anticlerical, que fue vicepresidente (del presidente Santiago González, también masón) desde febrero de  1872  y asesinado ese año en septiembre.

Así como trató sobre la Reacción católica (excomuniones); la radicalización del anticlericalismo gubernamental; y el debate periodístico sobre el carácter político de la masonería entre 1871-1890.

La segunda parte del libro trata sobre Masonería y Política centroamericana del siglo XIX. El autor identifica las líneas generales del programa histórico del liberalismo: la prohibición a los eclesiásticos a ocupar cargos de elección popular, cementerios laicos (no parroquiales), registro civil ( no parroquial), modernización de los mercados,  el matrimonio civil ( antes que el religioso)  y el divorcio ( uno de los temas más polémicos, lo tesis era que lo que el estado unía , el estado lo podía separar).

Además la libertad de cultos (fin del predominio católico); libertad absoluta para dictar testamentos; hospitales para la atención de prostitutas (el Estado cuidando la salud de sus ciudadanos)  Y la cereza del pastel liberal: la privatización de las tierras ejidales y comunales (desde una visión individualista burguesa, a beneficio de la naciente oligarquía cafetalera).

La tercera parte trata sobre como los masones dirigieron el segundo (1880-1884)  y tercer gobierno (1884-1888) de Rafael Zaldívar.  Sobre Zaldívar surge la pregunta: ¿simpatía o pertenencia  a la masonería salvadoreña).  

La cuarta parta trata sobre las alianzas que permitieron la llegada de Francisco Menéndez al poder en 1885-1890, y como este garantizó la continuidad del proyecto de secularización liberal-masónico. La quinta parte trata sobre la convocatoria a Constituyente y el proceso eleccionario de 1885.

Por su parte, el escritor Roberto Pineda consideró que “fue sobre estos álgidos temas del programa histórico del liberalismo, que se desarrolló el conflicto político-ideológico entre el nuevo (de los cafetaleros) y el viejo orden (de la Iglesia católica). Se trataba de la modernización de la vieja sociedad colonial, todavía vigente incluso luego de la independencia política.”

 Opinó Pineda que  “esta obra es una importante y valiosa contribución  a la historia de las ideas y de la disputa ideológica en nuestro país, de los compromisos y rupturas entre el proyecto liberal modernizante y el proyecto conservador, encabezado por la Iglesia Católica, que había dominado por largos 400 años.”

Agregó que “no todos los liberales eran masones pero si una buena parte de ellos, por lo que se identifica desde la masonería, a personajes y situaciones (control del aparato de Estado) que moldearan definitivamente a finales del siglo XIX,  la futura cultura política, social y cultural de El Salvador.”

Roberto Cea: A quienes mandan en El Salvador les doy miedo. Por Luis Canizales. Diario 1. 2015

Inicio de los años sesenta.

Es tarde. El escritor José Roberto Cea está reunido con sus amigos en El Paraíso, un rústico bar de San Salvador. En la misma mesa está Roque Dalton, Hildebrando Juárez y Manlio Argueta. Hay cervezas y mucho ruido. En ese lugar los minutos se consumen en debates sobre literatura, política y mujeres.

El tiempo transcurre rápido. Es hora de pagar la cuenta. El mesero está frente a los jóvenes poetas, mientras ellos cruzan miradas entre sí. Comprenden. Nadie tiene dinero y  no queda otra alternativa. Hildebrando se saca un anillo, Manlio se quita el saco, Roque pone sobre la mesa una chaqueta de cuero. Por ahora es suficiente: la cuenta está liquidada. Tal vez mañana haya dinero para recuperar las prendas. Y quizá para un par de cervezas más.

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Tarde de mayo. Afuera el cielo amenaza con derramar una fuerte tormenta. El portón de una casa del Barrio Santa Anita se abre. Un hombre, de cabello blanco, asoma el rostro. Suelta una ligera sonrisa y nos invita a pasar.

José Roberto Cea nos ha recibido en chancletas, camisa blanca y short gris. Horas antes habíamos hablado por teléfono y concertado la entrevista. No hubo reparos. A las tres de la tarde estábamos en su domicilio.

Adentro está oscuro. Al fondo se divisa un amplio patio, aireado, con árboles. Subimos unas escaleras que llevan a una pequeña habitación repleta de libros. Entramos. El poeta nos tiende dos sillas  de madera y luego se acomoda atrás de un escritorio atestado de papeles.

El nombre José Roberto Cea es sinónimo de letras. Ha escrito poesía, novelas, cuentos, ensayos y teatro. Es un prolífico escritor. También ha ejercido como periodista en diversas revistas culturales.

Perteneció a la Generación Comprometida, un grupo de intelectuales que hacían incómodas críticas a los gobiernos militares que gobernaron El Salvador en las décadas de los sesenta y setenta. Por esa razón, algunos tuvieron que salir exiliados a otros países.

El grupo se consolidó poco a poco. Los jóvenes escritores se anudaron por azares de la vida y conformaron una de las generaciones literarias más memorables de El Salvador.

El grupo estaba integrado, entre otras personas, por Italo López Vallecillos,  Manlio Argueta, Roque Dalton, Tirso Canales, Roberto Armijo y José Roberto Cea, quien ahora recuerda algunos pasajes de esa época.

— ¿Y qué sucedió esa tarde en el bar?

— (Risas) Resulta que días antes había ganado los Juegos Florales de Apopa. Quedamos de reunirnos en El Paraíso. Se suponía que todos íbamos a poner dinero, pero al final nadie puso nada. Yo tuve que pagar con el pisto que me habían dado del premio.

— Lo engañaron.

— Sí, sí. Pero a los dos días otra vez la misma babosada. Que hoy sí, todos tenemos que pagar, que no sé qué. Llegamos al bar y todos comenzamos a pedir. A la hora de pagar, nadie tenía nada.Y todos se me quedaban viendo pensando que yo tenía dinero. Entonces, ellos tuvieron que dejar sus pertenencias. Ese fue el pago.

— ¡Jajaja!

— Pero todo era camaradería. Claro, los meseros nos conocían y sabían que éramos jodarria. En uno de los periódicos que editábamos, que se llamaba La Jodarria, poníamos: “¿A dónde van nuestros hijos?, a ponerse a verga a El  Paraíso”. ¡Jajaja! Era un bar de mala muerte.

Foto D1: Salvador Sagastizado

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Los libros y viajes en tranvía 

Nació en abril de 1939. En la pequeña ciudad de Izalco, Sonsonate. Se crió con su abuela. A los siete años comenzó a sentir atracción por los libros. Cuando hacía sus primeras lecturas descubrió que tenía memoria fotográfica. No le costaba recordar las cosas.

Le gustaba declamar poemas, tanto, que para los eventos cívicos escolares siempre lideraba algún acto. Sus regalos predilectos eran los libros. Eso le pedía a su abuela cuando ella le ofrecía comprarle  algún juguete.

Pero los libros en Izalco eran escasos, difíciles de conseguir. Ante la ausencia de bibliotecas y librerías, pagaba tres centavos para trasladarse en un tranvía halado por caballos hasta la biblioteca departamental.

Rodeado de volúmenes antiguos sentía que vivía, porque su vida eran los libros. Leía de todo. Pero fue una lectura que lo marcó para siempre. El libro “Mentiras y verdades” del escritor izalqueño Francisco Herrera Velado, tío del poeta Oswaldo Escobar Velado.

“Yo tengo la primera edición de ese libro que apareció en 1923. Herrera Velado cuenta todas las cosas que sucedían en su medio; que era un medio pequeño burgués, de cafetaleros y productores de tabaco. Era un mundo de terratenientes. Él plantea cosas como el uso de nahuatlismo. Ese libro para mí fue un impacto. Siempre lo anduve cargando”, recuerda.

Por esa época conoció a Claudia Lars, quien llegaba a pasar sus vacaciones en una casa ubicada contigua a la de su abuela.  “Yo tenía un instinto de meterme en esto de la literatura y con Claudia conseguía  libros”.

Cuando finalizó el bachillerato se mudó a la capital. Tenía 16 años. Comenzó a estudiar periodismo en la Universidad Nacional e ingresó en distintos círculos literarios. Conoció al poeta y abogado  Oswaldo Escobar Velado, con quien trabajó en una revista periodística llamada Gallo Gris.

“Eso fue entre 1955 y 1956. En esos años sacar una revista con pasta roja era peligrosísimo. Era sinónimo de comunismo. Pero aún así logramos publicar, por ejemplo, un artículo de Miguel Ángel Asturias que causó un gran impactó. El texto se titulaba “La influencia de la literatura rusa en la literatura latinoamericana”, detalla.

Cea recuerda que un grupo de jóvenes se reunía en torno a Escobar Velado, quien era el director de la revista que se publicaba cada mes. En esa época comenzó a publicar sus primeros libros de poesía.

En esos mismos años, junto a Tirso Canales y Roque Dalton crearon un noticiero llamado “A mediodía”. La noticias eran transmitidas en la radio YSKL. Pero debido a las críticas que lanzaban, fue censurado por el presidente José María Lemus.

Los días sábados tenían un programa denominado “Antología de la palabra: Toro y Espuma”. Ahí aprovechaban pare declamar sus poemas. Era la génesis de una generación que florecía poco apoco.

***

Roberto Cea tiene mucha imaginación. Habla sin parar. Recuerda fechas, lugares y anécdotas con facilidad. Su memoria es equiparable a una gruesa enciclopedia donde parece estar  escrita la historia de El Salvador.

Si de algo está convencido a sus 76 años, es que el mejor combustible para vivir es la autenticidad y la coherencia entre las ideas y la forma de actuar.  Quizá eso explique el porqué no ha encajado en un cargo público, ni siquiera en los últimos dos gobiernos de supuesta línea  de izquierda.

— En el gobierno del presidente Mauricio Funes su nombre sonó como uno de los posibles candidatos a dirigir CONCULTURA, ¿por qué cree que no lo eligieron?

—  Al final no me escogieron porque quienes mandan aquí les doy miedo, porque yo trato de ser independiente en ciertos criterios que sean necesarios al momento histórico que necesita el país.

—  ¿Después  trabajó como consultor del Ministerio de Educación, verdad?

—  Fue en 2010 y 2011, mientras estuvo de viceministro Eduardo Badilla Serra. Hice un diagnóstico sobre el modelo educativo que se llama “Descolonizando las conciencias mientras se descoloniza la sociedad”. Claro, los tecnócratas que estaban en el MINED se asustaron, porque lo que planteaba era algo integral.

Cea se pone de pie y hurga entre un rimero de papeles que están en el piso. Saca un voluminoso folder y durante varios minutos explica a detalle el planteamiento que los “tecnócratas” ignoraron.

Foto D1. Salvador Sagastizado. De derecha a izquierda: Manlio Argueta, Roberto Cea, Roberto Armijo y Tirso Canales, en casa de Oswaldo Escobar Velado en 1954.

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La Generación Comprometida

El presidente Óscar Osorio – quien gobernó el país de 1950 a 1956- envió a un selecto grupo de jóvenes talentos a estudiar a Europa. Entre ellos estaba el poeta Italo López Vallecillos, quien recibió una beca para estudiar periodismo en España.

“Italo regresó al país en 1956 y se encontró con un grupo de jóvenes que ya estábamos acercándonos. En ese año todos vivíamos en San Salvador. Yo pertenecía a una organización juvenil llamada “5 de Noviembre”. Hacíamos actividades como leer poesía en los parques”.

López Vallecillos logró que se fundara la Editorial Universitaria. En ese mismo año, Roque Dalton regresó a El Salvador proveniente de Chile. Ya se había incorporado al Partido Comunista. Y es entonces que se crea el Círculo Literario Universitario que aglomera a escritores que dan vida a la Generación Comprometida.

El grupo fue bautizado con ese nombre por Italo López Vallecillos, quien traía influencia del filósofo francés Jean-Paul Sartre. Con el papel que sobraba de la Editorial Universitaria imprimían La Pájara Pinta, una revista de corte cultural.

También salió un periódico llamado La Jodarria, que lo editaba Roque Dalton, Tomás Guerra, Manlio Argueta, Roberto Cea y otros escritores más que criticaban al gobierno en las páginas de ese diario clandestino.

“Era un periódico irreverente, sarcástico, que costaba caro porque después había que desaparecer todo ese material.  Ahí hasta una bomba nos pusieron”, recuerda

Los roces con escritores que eran más afines a los gobiernos militares estaban latentes. Tal era el caso de Waldo Chávez Velasco y Álvaro Menen Desleal. Cea recuerda una anécdota.

“Cuando murió el director de El Diario de Hoy (Napoleón Viera Altamirano) sacaron una carta mía apócrifa diciendo que yo me condolía de la muerte de Altamirano. Y yo no tenía nada que ver con eso. Lo había redactado Álvaro Menen Desleal con Rafael Hasbún, quienes eran servidores del gobierno. Yo mandé una carta diciendo que no tenía nada contra Viera Altamirano, que sentía la muerte del señor, pero que eso no lo había escrito yo. Tiempo después me enseñaron el documento original y comprobamos que había sido redactado en la máquina de Menen Desleal. Eran parte de las luchas ideológicas que había”, dice.

***

Afuera llueve. El cielo ha oscurecido. Un foco de luz cenital ilumina la habitación en la que aún continuamos charlando.  En el escritorio hay fotografías de antaño y ediciones de libros antiguos.

Llama mi atención una de las imágenes donde Roberto Cea está junto a Manlio Argueta, Alfonso Kijadaurías y Tirso Canales. Están muy jóvenes y aparecen sentados en un sofá, en la casa de Oswaldo Escobar Velado.

—   ¿Eran muy amigos?, pregunto.

—   (Asiente con la cabeza y un aire de melancolía recorre su rostro).

—   ¿Y ya no se reúnen?

—    Muy poco. Manlio se ha perdido en algunos planteamientos. Yo realmente lo creía más inteligente y hoy me he dado cuenta que no, por todo lo que está haciendo.

—   ¿Imagino está molesto con él porque aceptó trabajar con gobiernos de ARENA?

—    (Asiente de nuevo y responde luego de un corto silencio) No, yo no tengo problemas con nadie. Mire (Cea me extiende un pequeño papel donde se lee: “Dice Manlio que por qué estás así con él”). Es un recado que me envió con una amiga.

Sus labios reflejan una afectuosa sonrisa mientras observa una fotografía añeja donde aparece junto a Manlio en el suelo árido del volcán Irazú de Costa Rica.

Foto D1: Salvador Sagastizado. Roberto Cea con Manlio Argueta y Ernesto Cardenal en el volcán Irazú de Costa Rica.

***

Los exilios y  la imprenta

En los años sesenta trabajó con un grupo de guerrilleros que recién habían fundado el Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR), coordinado por Schafik Hándal, que  se oponía al régimen militar.

“Yo era responsable de todas las publicaciones de la organización. En el primer escrito que sacó  COPREFA, señalando a los responsables de la guerra, yo era el tercero de la lista. El primero era Salvador Cayetano Carpio y el segundo Shafick Handal.  Alguien decía que yo pagaba con el oro de Moscú. Y yo me preguntaba, ¿cuál oro de Moscú?”.

A inicio de los años setenta vivió en Chile y trabajó en la editorial del presidente Salvador Allende. Regresó al país después del golpe de Estado orquestado por Augusto Pinochet. Pero, la experiencia adquirida le sirvió para montar, en 1973, su propia editorial. La bautizó con el nombre de Canoa Editores.

“Lo primero que hice fue hablar con los profesores para que apoyaran el proyecto. Les conté que en Chile los profesores trabajaban en cooperativas. Creamos una cooperativa,  pero el problema fue que ellos pensaron que así como se imprimían los libros, se iban a vender. El cuello de botella es la distribución. Entonces, ellos comenzaron a recibir los libros y no los pagaban. Todo se vino abajo”, evoca.

Durante la guerra, Cea se dedicó al trabajo editorial. Su libro más vendido fue uno que estaba compuesto por tres tomos: Letras I, II y III. También publicó algunos libros de poesía, ensayos y narrativa.

Estuvo exiliado en Guatemala, Cuba y Costa Rica. Ahí trabajó en la reconocida Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA), fundada por Italo López Vallecillos. Recuerda que antes que Roque regresara a El Salvador para integrarse a la guerrilla, dejó dos libros  para que se los editaran. Uno era “Pobrecito poeta que era yo” y el otro “Miguel Mármol y los sucesos de 1932”.

“Cuando salió el libro de Roque, Miguelito estaba en contra del libro. Nos hizo llegar un documento donde planteaba las críticas a ese libro. Nos decía que en algunos pasajes contradecía la línea del Partido Comunista que él había fundado en los años 20. Yo hablé con Italo, le enseñé el documento y me dijo que ya lo había visto. ¿Qué vas hacer?, le pregunté. Hay que publicarlo, me dijo.  Sí, pero consultá, porque a Roque lo acaban de matar en El Salvador y este documento de Miguel  va a justificar su asesinato y eso no lo permitás, le dije. Entonces, Italo se guardó ese documento”.

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En la actualidad, Cea continúa escribiendo. Tiene al menos seis libros inéditos, entre estos, un poema de más de 500 cuartillas llamado “Xipe Tótec con bolivariana carta”. También un libro anecdótico titulado “La última tarde con Roque».

Todos los días se levanta a las cinco de la mañana.  Escribe, revisa textos y da de comer a su perro, un Caniche que permanece junto a él casi todo el tiempo. En el plano económico, sobrevive de la venta de sus libros. Aunque ahora la editorial ya no funciona como antes.

Hace unos meses recibió una propuesta que no pudo más que tomarla a broma. Roberto Cañas, un exlíder guerrillero que compitió por la alcaldía capitalina en la recién pasada elección,  le llamó para decirle que si quería acompañarlo como concejal.

—  ¿Y qué le contestó?, cuestiono.

—  Me puse a reír y le dije que yo no era serio para esos volados. Puta y eso, me dijo.  No, yo no, le contesté. ¡Jajaja!

—  ¿Aún se considera un hombre con pensamiento de izquierda?

—  Yo antes que toda ideología tengo una conciencia crítica. Eso es lo único que sostiene la autenticidad.  Si yo me demuestro que soy honesto conmigo mismo, soy honesto con los demás. Pero si no, no soy honesto con nadie.

—  ¿Todavía se siente un hombre comprometido?

—  Es que mire, acá  tenemos unos políticos ignorantes. Aún siendo de izquierda. Yo se los he dicho y conmigo se molestan, pero yo solo tengo compromiso con la honestidad, con ser coherente con mi discurso. Y si por eso me toca estar como estoy, pues así me estoy. No tengo ningún problema.

Al decir eso, Roberto Cea se pone de pie. En seguida comprendo que la plática ha terminado. Bajamos las gradas en silencio. Afuera está oscuro. La lluvia ha dejado de caer.

JR Cea: un balance histórico generacional de su obra. Alfonso Velis Tobar. 2019. Suplemento Tres Mil de Colatino

Imposible vivir en El Salvador, y no haber oído de la popular poesía de José Roberto Cea, originario de Izalco, al occidente del país, región de tradición indígena y de trágicos sucesos históricos. Ahí se dio en 1932 una rebelión popular  disuelta en sangre por el régimen militar del Gral. Martínez, dictador de 1932 a 1944. Siete años después de aquel genocidio nació José Roberto Cea en 1939, bajo el signo de Aries, en plena dictadura Martinista. El Pichón Cea, como se le  dice cariñosamente. Quien con el tiempo se convertiría, en un poeta y escritor, en un  trabajador por la Cultura. Para mi un orgullo de la historia de la Literatura Salvadoreña, para decirlo a calzón quitado. Hoy casi a 81 años, escribo esto como homenaje a su persona, en este día de su cumpleaños y sobre lo mucho que me hace reflexionar su poesía.

Ahora que vemos, a un Roberto Cea,  vivito y coleando, dicharachero, sonriente, jodión, alegre y andalón, rebosante en vida, salud y ojalá lo tengamos todo el tiempo para gozar de su presencia. Viéndolo crear poesía y gozando de su amistad,  poeta con el mérito de otros, de su generación de 1956. Y que unos ya se fueron. Cea es un poeta testigo de trágicos y violentos sucesos políticos y populares en los últimos casi 69 años. Y el poeta toma conciencia de esos sucesos para dar imagen a través de su obra. Reflejada en narrativa y poética, una realidad histórica, hecha ficción o ficción hecha de la realidad salvadoreña. Trato para los lectores hacer un retrato de Cea y valorar su obra y me imagino que tiene sus detractores también.

Hablar de la trayectoria poética de Cea,  cuya literatura en El Salvador,  mantiene hasta hoy una conducta, y otra, como escritor,  una postura moral,  ante su pueblo. Ser  la literatura con causa justificada una rebeldía social,  ser la gran lengua, el brujo ancestral, el chaman de Izalco y ser la mala lengua de la sociedad (y la mía que también no es muy buena). Una literatura,  ojo al Cristo, alerta a denunciar a los opresores y ser voz de los oprimidos. Es una postura moral,  actitud de compromiso con el pueblo. Poeta, vital ejemplo como escritor, para las generaciones de hoy y mañana. Como cataloga a este tipo de creadores típicos el profesor  italiano, Domingo Miliani, un teórico que concibe a un hombre como “hombre-signo histórico” ,  tal cual Cea,  ha sabido a lo largo de su vida ser un escritor consciente de “Signos literarios”, enmarcado en un contexto histórico. Creando una poesía, que dé rompimientos y continuidades, en el proceso productivo de las letras nacionales. Si hablar de generalidades de su poesía, se caracteriza, por esa clara renovación,  de su estilo expresivo, ameno en sus narraciones, coloquial en su forma del hablar,  muy popular en el uso del lenguaje urbano. Poesía de contenido histórico, antropológico, de protesta social, cuestionando la injusticia, la libertad y la democracia. Una poesía de testimonio social, de temática histórica que Cea sabe poetizar con desenfado, poniendo el dedo en la llaga, entre las paredes del odio,  irónico y sarcástico para dar a cada quien su cucharada moral. Además hay dejos en su buen humor para decir punzantes o con gracia sus expresiones. Como se caracteriza a la poesía latinoamericana de hoy,  la poesía de Cea en El Salvador,  se refleja en esta nueva vanguardia latinoamericana en la poesía de nuestro tiempo.

Como joven inició un estilo de diferentes sensaciones y emociones  al poetizar el espacio geográfico de El Salvador con sentido de identidad diría.  Pero analizada detenidamente su trayectoria poética,  el “Pichón” del grupo de 1956, a los 17 años, fundador del Círculo Literario Universitario “Oswaldo Escobar Velado”, junto a otros poetas y ensayistas  como: Jorge Arias Gómez, Ítalo López Vallecillos, Roque Dalton, Manlio Argueta, Roberto Armijo, Tirso Canales, Napoleón Rodríguez Ruiz, Jorge Cornejo, y otros que escapan a mi memoria, de la llamada “Generación Comprometida” movimiento literario de la década de 1950,  que motiva a la crítica literaria. Una generación rebelde en momentos de beligerancia política. Por esa casualidad,  esos años de 1960, colaboran en el grupo: Otto René Castillo y Árqueles Morales, guatemaltecos exilados, solidarios con la revolución. En nuestra historia hemos visto, poetas de Centroamérica,  de Guatemala, Nicaragua y El Salvador,  dieron la vida, poetas mártires, que cayeron por sus mismos ideales, la utopía de sus sueños,  en la lucha por el pueblo y su obra poética aboga por la liberación nacional, los poetas mencionados se encontraban exilados en nuestro país.

Intentar cuestionar el proceso evolutivo en la poética de Cea, es encontrar un creador,  “conceptuado “hombre-signo histórico” y no insertable, en determinada  corriente de vanguardia,  influencias a los cuales  es difícil sacudirnos, todo por los factores Psico-sensoriales en el flujo y reflujos de la literatura, empozando el espíritu creador.  Por ejemplo Cea, de sus primeros poemas: “Los Días Enemigos” (1956), de “Naufrago Genuino” (1967), “Casi el encuentro” (1964), una poesía adolescente, de juventud,  reflexiva de filosofía existencial en algunos versos, poesía que vino, madurando, labrando contenido y forma, con sentido de compromiso social. Una poesía suya de un demiurgo, lucido, lobo estepario. Sus primeros versos de juventud, creados en circunstancias y situaciones cotidianas, dejos surrealistas, de opinión existencial, oníricas, en la voz de los poetas del verso libre, de esos años.  En un principio de estilo, en elucubración apegados al estilo nerudiano, del que supo escapar el poeta Cea, lo denotan sus “Poemas de Exilio” (1961) Neruda está presente en su tono,  lo que también es privilegio; textos poéticos de protesta social, literatura que trajo persecución política, del régimen militar de 1960, del Chema Lemus a los poetas de su tiempo.

Periodo también se escucha de Roque Dalton García (1935-1975),  poeta que caería bajo un trágico destino, desde joven encarcelado, exilado, por sus ataques al gobierno fascista de la dictadura de los sesenta en adelante. Se oye hablar de poetas muy peculiares como: Roberto Armijo, Alfonso Quijada Urias, Manlio Argueta y de  Ítalo López Vallecillos (QDDG) y por otros extremos creadores de David Escobar Galindo. Quiero recordar el Roberto Cea,  de sus “Poemas, perseguidos, per siguientes” (1962), periodo de una poesía,  en camino de formación de nuevas  expresiones, giros en el lenguaje,  secos, roncos,  aquel estilo, de sus inicios, su ritmo lirico, objetivo o subjetivo, espíritu en trance platicando, comulgando  el misterio de la vida,  la muerte y la esperanza,  con realismo expresivo en sus manos. Así vamos todos en este camino de la creación.

Roque Dalton (1935-1975), es uno de los compañeros de la generación de Cea, desde  1960. Claro la evolución poética, Dalton, es caso especial en el oleaje violento de nuestra cultura política en El Salvador.  Poeta que en entrevista del poeta Mario Benedetti,  en Casa de las Américas,  preguntara a Dalton (1935-1975), de sus influencias poéticas. Roque, el poeta reconoció influencias vanguardistas, primero, nerudiano, surrealista a lo André Bretón,  de Nazin Himet,  el poeta turco;  poetas rusos Essenin y Mayakoski,  influyeron en él,  a lo Jaques Prevert su “Poema de amor”, claro en su forma expresiva, también Vallejo e incluso escribió un ensayo de su poesía “Cesar Vallejo” había influido en su poesía mucho.

Y pareciera que me salgo del tema, pero no queridos lectores,  es a partir de tratar la poética de Cea, hablamos de otros representativos de su entorno. Autores como Roberto Cea y Roque Dalton, Oswaldo Escobar Velado, Pedro Geoffroy Rivas, Alfonso Quijada Urias, José María Cuellar, Roberto Armijo, Manlio Argueta, conscientes de su vanguardia; una forma de “Anti poesía”, a lo Nicanor Parra; “exteriorista” a lo Ernesto Cardenal, Francisco de Quevedo, James Joyce, César Vallejo, en lo antigramatical de las normas; ellos contribuyen  a enriquecer la imaginación y ellos deben también a escritores de la literatura latinoamericana, norteamericana: como: Hemingway, William Faulkner, Jong Sing,  Walt Whitman, Ezra Pound,  Arcibal Mackleys,  influyen en tono creador;  todos ayudan  incluso a romper una novela tradicional, a otra nueva novela latinoamericana, con escritores nuestros como: Carlos Fuentes, Mariano Azuela, Julio Cortázar,  Juan Rulfo, Gabriel García Márquez  y una mejor muestra es la novela de Dalton: “Pobrecito poetas que era yo…” y las de Manlio Argueta, como “Un día en la vida”, novelas que rompen por su forma y manejo del tiempo.  Lo advertimos en la poética de Cea, su proceso temporal, esos cambios recientes, se le siente lo bastante  decantada, más documental, realista y popular que lo denota desde “Los Herederos de Farabundo”, dentro de la historia. Y estoy  hablando de generalidades de o Cea  y no en específico de ninguno de sus libros. Desde la esencia de la poesía, es de esos poetas,  “sujetos de cambio, individual y social”,  imposible para un escritor, a partir de su conciencia de clase,  jamás la poesía ignora  soslayar la historia,  ni los problemas del hombre y la sociedad. Me he fijado en su nueva poesía, “Conceptual”, estilo coral,  a secas, conversacional,  lenguaje urbano,  sin figuras tropológicas, “Poema-ensayo” (Sinfónico), al estilo de crónicas periodísticas en ocasiones. Incluso sin olvidar lo diferenciable en el trayecto gradual de su poesía y su tradición lírica desde juventud, adquirió madurez con el tiempo.  Cea,  rompe a nuevas formas de expresión del verso libre, sus modalidades y de fondo su temática de tendencias históricas.

Cea, en el nivel de otros mencionados, para mi es de los  más representativos de su  entorno y balance generacional como poeta, dramaturgo y narrador y amante de los aspectos historiográficos de la literatura salvadoreña.  Por ello se necesita de una crítica capaz de captar, el rompimiento y seguimiento expresivo de la literatura en el proceso histórico, en el uso del lenguaje de los más representativos de la generación comprometida.  La obra tiene que ser dialéctica, reflejo de espejo de su tiempo, momento que se vive, a partir de la ficción, un marco teórico propio, de un espacio histórico. Con una poesía y un arte que  tiendan a la universalidad y al gozos del espíritu humano. Y cada acción, la temática creadora de Cea, es de vitalidad humana y social.  Debemos un compromiso a una verdad poética. Y la poesía también inventa, imagina el bien, supone utopías para el bien humano, para labrar justicias y libertades.  El que es creador es creador, el poeta sigue siendo poeta venga lo que venga, en  sus facultades expresivas sigue siendo poeta y todos seguirlo siendo hasta el último suspiro de la vida.

A diferencia del Cea, del “Códice de amor”,  de “Todo el Códice” (1967), “Códice liberado”, lenguaje  florido de una vieja raza. Sabe rescatar con el  monologo de su poesía, un hito típico, el sentido mágico de la realidad, recoge tradiciones, mitos, costumbres rituales, filtros amorosos, de fondo en su poesía, hechos históricos y pronunciada por el rescate de la identidad nacional. Poesía imaginativa, con ironía social y política, ocurrente en tropos y expresiones  onomatopeyas. Con esta obra,  de Todo el Códice,  Cea ganó el Premio de poesía “Adonais” de España en 1967. El Cea, de humor negro, andando y jodiendo, y en verso blanco, ameno.  Su mejor muestra “Mester de Picardía” (1968), una poesía de lenguaje simbólico, candente, secreto de picardías, de lengüetazos libidos,  labioso de salivazos y de nuestras  obscenidades para hacer en casa.  Hay una mezcla mágica de lo sexual con lo social, equivale decir que hacer el amor es también como hacer la revolución decía un poeta, no recuerdo su nombre.

Después en 1975 vino “Misa Mitin”, poesía siempre de viraje popular, de fondo un sincretismo religioso, con esa simbiosis de lo autóctono, lo colonizado de una religión en la mente del hombre, lenguaje duro, punzante. Poeta que busca las hondas raíces ancestrales en su empeño de descolonizar una conciencia, al mismo tiempo descolonizar una sociedad,  enajenada, alienada, la publicidad, el consumismo, el amarillismo capitalista. Enfrentando  una realidad falsa y de aparente “modernización”, cuando más atrasados estamos, el subdesarrollo mismo de la cultura,  el puro consumismo, entre los  empuje de una globalización (neoliberal), del imperio que ya parece perder su hegemonía en el mundo. Y vaya la poesía de Cea, a celebrar los héroes y personajes míticos,  históricos como San Simón y el Anima Sola, Bolívar,  Sandino, Farabundo, Anastasio, nuestra nacionalidad por la identidad cultural latinoamericana.

Luego vendría con el tiempo otra poesía con expresión de aires folclóricos, expresión libre, sin abandono del ritmo y la musicalidad del verso,  se palpa en “El Cantar de los Cantares y otros boleros” (1993) Poesía, erótica y social en su ritmo cantado y alabado de lenguaje lirico, con sus bombas coloquiales. Y así entre otros libros de su poesía: “Poemas para seguir cantando (1968), “Poesía revolucionaria y de la otra”, “Realidad Virtual” (1998) Y donde Cea en sus temas de ficción plantea la tesis de la reivindicación social, busca conformar una conciencia  social de participación liberadora.  Una poesía que evoca la gesta del Che, como la epopeya de 1959, con el triunfo de la revolución cubana. Una poesía de peculiar  expresión estética a favor de la felicidad, de la justicia social. Poeta solidario de ese grito que aboga en apoyo a un socialismo del Siglo XXI.  Su obra por lo general,  plantea,  la reivindicación social y económica del pueblo, la nacionalidad, respeto a la soberanía y a los derechos humanos. Crear un clima de paz, con justicia social para el pueblo, que solo sabe de sufrimientos, para construirse un buen futuro. Aquí mismo en nuestro suelo, el poeta se encuentra, ante un ambiente de inconformidad social, un pueblo sumido en un caos de desintegración social, de crisis económica, de falta de trabajo, salud, educación, falto de una vejez digna, sin pensión social, laboral, sin oportunidades, un pueblo desesperado, de ambiente de desconfianza,  miedos de inseguridad. Pero siempre con esperanza de salir de la locura, sin que el miedo nos lleve a perder los sueños. Una sociedad enfrentada a una  cruda realidad que golpea. Entonces el poeta consciente de la lucha social debe tomar una actitud militante en todo momento de coyuntura histórica. Cea, es un intelectual honesto, consecuente  con  su visión  política y visión humana de su obra. Un escritor  astuto que no se deja absorber por el sistema, ni anda en busca de los huesos gordos,  como poetas del alpiste, acomodados y con sus salarios de lujo; un escritor humilde, sencillo y grande por sus virtudes humanas. De ahí, que es un acto heroico, para un escritor  entregarse con pasión y fe en los valores de nuestra cultura y sin andar bailando como un pavo real buscando acomodos o que hagan de ti horma de tu zapato. Toda literatura que sale de su pluma, es consecuente, con su manera de actuar y pensar. Una conducta noble de su parte al imaginar que se sueñan utopías para un futuro no lejano papa gloria de nuestros pueblos.

Cea, escritor de espíritu antiimperialista,  identificado en el camino de la lucha popular,  por la justicia social y por la liberación nacional. En este sentido, sus obras de mejor muestra  “La Guerra Nacional” (1992), llamado El Filibustero siempre, o Siempre el filibustero.” Comprende la trilogía: “Los herederos de Farabundo” (1981), “Los pies sobre la tierra de preseas” (1985) y La “Resistencia Nacional”. Su poética que nos lleva a conocer desde las luchas del filibustero  William Walker de 1860, quería apoderar de Centroamérica, a buenos ojos del imperio yanqui. Su poética nos trae  la lucha contra los Mariner  y  el patriotismo nacionalista de Sandino,  en Nicaragua en 1929,  y a su lado Farabundo Martí como su secretario,  en lucha solidaria contra del imperio Yanqui. Cea, cuenta la historia, en forma coloquial,  describe una época violenta, rescata la memoria histórica. Por ejemplo, habla de la Guerra Nacional, después de la independencia, el caudillismo y las luchas de Morazán, luchas fratricidas entre liberales y conservadores por unir y desunir Centroamérica. En fin toda una historia de fondo en su” Guerra Nacional”, que enfoca la problemática  nacional y centroamericana…

Y loable su temática de fondo en los “Herederos de Farabundo”, en que plasma épicamente la gesta de 1932  del líder salvadoreño Farabundo Martí, héroe popular, y junto a otros compañeros, obreros y universitarios,  mandados por orden del dictador, al paredón de fusilamiento en 1932, sin seguir juicio alguno.  Este Gral. Maximiliano Hernández  Martínez (Promotor de un golpe de estado a Enrique Araujo, hombre de ideales democráticos). Martínez, como presidente,  es alabado por unos, claro por la oligarquía y sus sectores retrógrados.  Aunque  un para otros, un desalmado, un dictador,  asesino por la masacre que hizo, de  30,000 almas en 1932 en solo seis meses. Desde entonces, se implantó un régimen dictatorial, quien mejoro la maquinaria represiva del país.  Todo esto, dicho de fondo hace reflexionar ante  la obras  literarias de Cea, tal cual su trilogía poética, los pasajes del pueblo organizado, su guerra armada. Es una literatura, que refleja lo épico del pasado histórico y el presente cuando evoca  a los herederos de Sandino al triunfo de la revolución Sandinista de 1979 en Nicaragua contra la tiranía de Somoza. Y su literatura, también lleva al reflejo del conflicto armado 1980 a 1992 de nuestro país, resalta  el  “Farabundísmo” y sus herederos, desde 1980 como Frente heroico,  y el recuerdo de sus ofensivas hasta  1989. Porque después a decir verdad lo que uno siente. Quien ahora ya como partido político, común y corriente hay mucha tela que cortar desde su interioridad conspirativa, después de los Acuerdos de Paz de 1992,  ha dejado desencantos, perdiendo simpatía desde su base misma en la mayoría popular. Frente por el que arriesgamos la vida,  pues miles  la dieron por la vida de otros. Frente revolucionario que admiramos, que en un tiempo pasado fue mejor, una esperanza se disipó en nuestra conciencia; a menos que los adueñado del partido lo abandonen como dirigentes,  y claro no quieren perder sus privilegios, al frente se le necesita ver un trabajo concreto,  un giro estratégico, fuerza que se renové desde su cúpula misma. De lo contrario se convertirá en un fósil histórico. Como son los otros partidos del pasado con poca base y con recuerdos malos. Queremos un liderazgo,  que represente por derechos humanos del pueblo. Partido en el pueblo sembró esperanzas  parece lo bastante anquilosados con sus dirigentes, algunos son otros empresarios más,   con una retorica revisionista su discurso. Y un partido acomodado,  que lo hemos visto, cuando le conviene no perder sus privilegios partidarios,  como le hace  el juego a políticos de la derecha, a  los mismos de ayer  sus enemigos de clase, cuando hoy se dan de coqueteos y nalgaditas,  debajo de agua hacen sus pactos absorbidos  por una política neoliberal, un negocio gordo con sus salarios de lujo, mientras el pueblo vive en condiciones económicas infrahumanas.  Frente que no quiere perder sus privilegio en que la política neoliberal, diputados y magistrados, los ha colocado hasta hoy el negocio de la política,  ya bien hartados como lechones gordos,  gozando de la vida en viajes y placeres,  aumentándose cínicamente el salario a costillas de los fiscos del pueblo, mientras se oponen contra un justo salario mínimo para el pueblo.  Este tipo de partidos Arena y el Frente estan labrando su propia tumba,  si bien el frente intento producir, es una esperanza, pero convertirse en un partido tristemente  célebre para solo ser recordado en el tiempo en la nostalgia heroica de su glorioso pasado histórico.  A todo esto me lleva a reflexionar la poética de José Roberto Cea,  como lector a pensar frente al drama social de nuestro pueblo hasta hoy. Esa es la grandeza de José Roberto Cea, de ubicar su conciencia creadora a la par del pueblo y de la historia.  Crear una literatura de resistencia, diferente al tono de la otra poética como “Celebración de Lisistrata” (1986), “De Hospitales y Dibujos” (1974) y su otra “Diálogos con la sangre”, una poesía social, de sarcasmo e ironía.  Un poeta profundamente, meditativo, contemplativo, autentico preocupado por el pueblo y sus problemas. Abogando por erradicar, una sociedad libre de buitres, coyotes y chacales, la cizaña del sistema, devorando las arcas, sin preocupaciones por el pueblo mismo; una oligarquía, solo con ánimos de privatizar, todo para sus huesos, para sus intereses creados, y queriendo una justicia que actúa a sus privilegios de clase, donde anda de por medio,  la corrupción,  el crimen organizado, las maras, la mafia y sus artimañas.

Ahora en cuanto a los teóricos de la literatura, se piensa que la esencia de un texto literario, es su historicidad. Y no se le puede privar de su eje histórico, carecería de sentido, si también se privara esa temática y forma literaria. Todo se caracteriza, en el uso del  lenguaje, de características formales, sociales, de tomar en cuenta la historicidad del escritor y su lenguaje, pues la literatura como una forma de conciencia social,  es un fenómeno de ficción, entonces escritor y lenguaje, son motivo de una función estética, una función histórica, cultural y realismo social para dar imagen…

Estas reflexiones o aproximaciones a la nueva poesía de José Roberto Cea en El Salvador. Hoy a sus 81 años el poeta es fiel al espíritu prolífico de su visión creadora,  y lo encontramos, promoviendo sus textos para la enseñanza de la literatura. Cea vive de su oficio literario, su pasión la poesía y es la literatura la base de todo su quehacer laboral y sustento.  Para su oficio la literatura, es un medio de mejor conocimiento del mundo, de los problemas que atañen al hombre, a la sociedad, su Historia, a enfrentar las diversas circunstancias de la vida y de la muerte. Hemos tratado de señalar con alguna claridad su estilo expresivo, temporal, sus directrices poéticas. Sus obras hablan desde su infancia, adolescencia, la vida social y política, sus amigos de la barra querida de aquellos tiempos. Y en lo narrativo destacan: “De la Guanaxia irredenta” (1987),  sus novelas: “Ninel se fue a la guerra” (1984), “Dime con quién andas y…” (1989), “En este paisito me toco y no me corro” (1989). Cea tiene esa capacidad de reflejar con su imaginación esa plasticidad, de gozo sus narraciones, captan la esencia de los acontecimientos, su numen poético, su inspiración de la realidad social,  de la historia de la revolución salvadoreña y centroamericana.

Recuerdo haber oído de Mario Benedetti, hablando de poesía, en alguna revista, decía  que “Todo lo que se puede decir en un cuento, o en un ensayo, o en una novela, puede también decirse en un poema.” Y la verdad que tiene razón el poeta uruguayo, cuando vemos la nueva poesía latinoamericana de hoy. La nueva estética expresiva de Roberto Cea, en la poesía de hoy cabe todo, caben los datos estadísticos, los anuncios, Hoy  en la Historia, fragmentos de cartas, editoriales, recortes  periodísticos, crónicas, documentos, chistes, anécdotas, putiadas, elogios, malos augurios, fotos, filtros amorosos, rituales, los “refranes y fabulas” cosas que antes eran considerados, elementos propios de la prosa y no de la poesía. Últimamente ha sucedido con la poesía de José Roberto Cea (1939),  desde lo mítico de “Todo el Códice” (1967),  su poesía coral, conceptual, conversacional el Cantar de los Cantares y otros boleros (1992) hasta su más  reciente poesía  Xipe Totec (2016), inédito, en cuanto a forma de mensaje que sabe aplicar, introduciendo una especie de  “Collage” en el discurso poético literario,  documentos  oficiales, y noticias en relación con la historia. Todo esto a reflexionar sobre su más reciente obra “El Xipe Totec”. Cuyo solo título es acto de mítico, símbolo histórico del antepasado,  desarrolla esa visión materialista de la historia, al abordar críticamente su poética. Su más  reciente libro de poesía  “El Xipe Totec” todavía inédito, Roberto Cea, muestra un discurso antropológico y solidario, político, adaptado a lo nuestro. Un texto referido a nuestra  historicidad de nuestro tiempo.

En este tiempo, la poesía de Cea, rompe su estilo tradicional, obedece a un “collage” coloquial,  que converge en un lenguaje de carácter épico.  Existe en esa nueva dirección de su poesía, un ritmo expresivo de excitación emocional y de lucida en memoria histórica; su raciocinio de cómo siente y sabe ver la realidad,  como una película documental,  su poética nueva de las últimas décadas, de voz peculiar, muy suya,  identificada con un pasado violento, una realidad de posguerra, una realidad  aparente, virtual, de esta falsa “modernización”, cuando más atrasados estamos. Por eso gritamos con él: “No lo convoca ni la esperanza el diamante-alegría como recompensa /por construir la sociedad con rostro humano / ya no es de él ni su propia labor /  Trabaja para el esclavista / Es suya la calentura ajena para el ocio / de la sociedad del espectáculo consumista / Su propia mano te señala se señala” (Del Xipe Totec  “Para variar en lo mismo”)

La literatura de Roberto Cea,  da testimonio al abordar los conflictos nacionales, al cuestionar esa mala cizaña, esas Flores del mal. Contra los corrompidos y corrompedores del medio,  pone el dedo en la llaga, combate los males, para cambiar las cosas, conformar, un sistema más justo y más humano; todos deseamos vivir en paz, y la injusticia social impide la paz social,  para vivir la vida en paz, la justicia social es la paz social, con trabajo bien remunerado, esa ciencia de la vida, que ayude a salir del subdesarrollo, del caos en que vivimos,  sin una salud favorable,  vivienda, cultura, educación como base de la conducta en el desarrollo de un pueblo; donde se abran puertas y ventanas con nuevas oportunidades, para no pensar en  abandonar nuestro patio, buscando sueños falsos, lejos de la tierra que te vio nacer, y todo por todos y con afán de alcanzar, esa felicidad de vivir todos esa utopía de país prospero y vivir  entre gente civilizada.

¿Y por qué quiero tanto a Cea, entre otros grandes escritores de su generación de 1956?  Todos aquellos que sentimos esa profunda admiración por su obra literaria les recuerdo a interesarse por su  obra en general.  Al Cea de hoy hay que reconocerle méritos. El poeta tiene derecho a tener una vejez digna, una pensión vitalicia, y ¿qué ha hecho el gobierno por agradecer todo su valioso aporte a la cultura? En otros países al artista, al escritor, se reconoce y se les pensiona. Se pone su nombre en las escuelas y levantan su rostro en monumento. Por hoy Izalco, su tierra natal, inauguro una avenida con su nombre. Cea es uno de los poetas que mas galardones literarios en el país, que honra a las letras nacionales y centroamericanas. Cea merece el Premio Nacional de Cultura, y  ¿Qué espera el Ministerio de Cultura para otorgarle este reconocimiento? ¿Qué espera la Universidad Nacional para otorgar en vida, un Doctorado Honoris Causa? Por sus conocimientos de literatura, por sus aportes intelectuales a la cultura nacional,  y este ensayo es  mi reconocimiento, mi regalo  de mérito y es mejor reconocer ¡en vida hermanos en Vida!… /2018.

PARA VARIAR EN LO MISMO

DIJO un sobreviviente

Ten piedad del que fue compañero

Camino a tu lado y ahora

Comiendo de tus privaciones

Está en la otra orilla

Con el adversario Hundiéndose en la nueva subordinación a la ganancia, la usura

No suda ya nuestros sudores

No lo convoca ni la esperanza el

diamante-alegría como recompensa

por construir la sociedad con rostro humano ya no es de él ni su propia labor

Trabaja para el esclavista

Es suya la calentura ajena para el ocio

de la sociedad del espectáculo consumista

Su propia mano te señala se señala

Se fue por la globalización

de la bolsa de valores dominantes

Está en alto siempre a la baja

Cada sistema económico tiene

su propia semilla de inflación

el es semilla de su bajo poder adquisitivo

Pero tiene su espectáculo neoliberal

Nueva subordinación al lucro,

la usura, ya se dijo ¿Se le agoto el amor?

–Pregunte ¿O no tuvo en verdad?

¿Confundido con la dureza y la debilidad?

No se tiene la muerte fácilmente

Pesados los que no saben morir ni vivir consigo mismo en la justa injusticia de sus deseos (mis deseos no son la realidad)

Y se sintieron nuestros representantes

a veces en el extranjero

Ten piedad del que fue compañero

-insistió el Sobreviviente

Ya no está contra la estupidez del  inteligente consumista

la idiotez del listo que se pasa de tal

la imbecilidad del angelito lucido del sistema ¡Cínico, sin muerte luchadora!

Es un número más pero famoso en masa

Abandonó esta cuerda floja del optimismo

contra la otra muerte que no cesa

Se fue a jugar la comidita y de muñecas

Dolor que te hayas ido para allá

Barbi barbada

Pena que te quedaras sin ser nuestro

¿Nunca lo fuiste de verdad?

Pena y ocultamiento cuando es

mejor con esperanza y vergüenza

¿Quién, qué lo dispersó? – Pregunte

Ten piedad del que fue compañero

-insistió el Sobreviviente

Han llegado los terremotos

siempre están de visitas demenciales

en este Valle de las Hamacas

En nuestro día Pavo Real ¿Quién soy

para no tener piedad de alguien

que se desmoronó y está fuerte

en el fango de la historia con histeria?

¿Solo es de cobre?

¿Se le notó en tampoco el desperdicio?

Aquí está mi piedad

como una flor antigua y nueva

en internet, globalizada

Oro molido entre malezas computarizadas

después será medalla

En él y para el mas allá… Nada más recordarle –insistió el Sobreviviente

Todos tenemos un límite,  un precio tope a veces injusto y la injusticia social impide la paz social y el país no es nuevo

siempre es el mismo de hace unos años Mas espoliado, si, más escombros por ahora  Nuestro es el día Pavo Real

Búscale su lado virtual si es necesario Insiste que el asunto era es por la Humanidad y contra el  neoliberalismo…

Tú, para variar en lo mismo

Incomodo  incomodando

Pero ten piedad del que fue

Todos somos una brizna de paja en el vientre del monstruo…

Nota: Tomado de “Xipe Totec” manuscrito inédito  dado a su servidor por el autor.

Concluyen en UES estudio sobre pedagogía desde el enfoque de derechos humanos aplicada a estudiantes con discapacidades

SAN SALVADOR, Ciudad Universitaria, 7 de abril de 2025 (SIEP) Una valiosa investigación sobre “La pedagogía desde el  enfoque de derechos humanos aplicada a estudiantes con discapacidades de la Universidad de El Salvador” fue recientemente concluida porlas estudiantes Doris Bonilla e Ivis Barrera.

La investigación formó parte del requisito para graduarse en la Maestría de Derechos Humanos y Educación para la Paz,  que se imparte en la UES y su exitosa defensa ante un jurado académico ya concluyó, por lo que están listas para graduarse.

Los temas medulares de esta investigación son los de discriminación, inclusión, equidad y respeto por la diversidad, y como estos se reflejan en la relación entre docentes y estudiantes con discapacidad  en el Alma Mater.

Este enfoque pedagógico –consideran- aspira a que todos los estudiantes, independientemente de sus condiciones físicas, mentales o sensoriales, tengan acceso a una educación de calidad que promueva su desarrollo integral y les permita participar activamente en la sociedad salvadoreña.

Estiman que los derechos humanos coadyuvan a crear un ambiente educativo que reconoce, valora y protege las necesidades particulares de los estudiantes con discapacidad, y les facilita las herramientas adecuadas para  su plena integración social y académica.

Finalmente, ambas estudiantes, valoran como altamente positivo que la UES promueva el derecho a la educación como un derecho fundamental, entendiendo que la diversidad funcional no debe ser un obstáculo para el acceso y permanencia en el sistema educativo superior.