1. En la concepción original de Marx el partido no era un ente
burocrático, una organización cerrada que requiera un registro ante la
burguesía de su tiempo. El Partido Comunista era en realidad un
programa de lucha de los trabajadores (obreros o proletarios de la gran
industria contra el capital); en abstracto era el gran partido del
trabajo (los explotados), para luchar contra el poderoso partido del
capital (los explotadores). Sólo fue hasta 40 años después del
“Manifiesto” cuando la corriente socialdemócrata –contraria a Marx-
comenzó a introducir la idea y la práctica de participación electoral y
el trabajo parlamentario. Marx sí habló de que los “comunistas” eran
los más avanzados, pero en la cabeza de Marx no estaba que el partido
fuera ajeno a la clase. Aunque se opuso al anarquista Bakunin, recogió
de él cierta descentralización.
2. Los partidos de la llamada izquierda comenzaron a constituirse en
aparatos de poder en el mundo desde el momento en que los intelectuales
–a falta de obreros o proletarios- comenzaron a “obrerizarse”, por
“conciencia” o propia voluntad y a formar partidos. Aunque algunos
obreros ingresaron a los aparatos partidarios, la realidad es que la
masa jamás aceptó integrarse a un compromiso más que se sumaba a sus
ocho o 10 horas de prisión en la fábrica. En los hechos fueron los
intelectuales –no los obreros- los organizadores y militantes de los
partidos comunistas, socialistas o de los trabajadores. Marx, Engels,
Lenin, Mao, Trotski, Gramsci, Guevara, Castro, Bakunin –a pesar de las
diferencias entre ellos- eran intelectuales que rebasaron la conciencia
burguesa y se situaron en la posición clase oprimida.
3. Y es que los intelectuales, por más leídos y por más títulos
universitarios que posean, nunca han podido ser independientes o
neutrales en una sociedad dividida por intereses de clase social. ¿Se
puede ser independiente, neutral, ante los problemas diarios que se
presentan? Sí se puede ser intelectual “exquisito”, privilegiado,
sentir que se está muy arriba de los demás por los títulos o los
libros, viajar al extranjero, ser comentarista seleccionado, pero esos
hechos demuestran con contundencia por qué los intelectuales justifican
o forman parte de la clase opresora. Son pocos, muy poquitos, los que
han aprovechado sus conocimientos y experiencias para ponerse al
servicio de la lucha social. Y la realidad es que no hay una tercera
vía que permita que los intelectuales caminen en medio de la lucha
entre las clases. O se deciden por igualarse a la burguesía o deciden
hacer causa común con los trabajadores.
4. Formados los partidos como aparato –con intelectuales esencialmente-
cuentan con varios caminos que se han experimentado en el mundo para
ensayarlos de acuerdo a las condiciones económicas y políticas en cada
país: a) la guerrilla rural o urbana, b) el movimiento de masas y la
ocupación de calles y fábricas, c) las elecciones, el parlamentarismo y
los cargos de gobierno, d) las huelgas generales y nacionales. Lo
importante es subrayar que no hay luchas pacíficas y luchas violentas
“de por sí”, porque el carácter de ellas depende de cómo las enfrente
el Estado y sus fuerzas armadas. Los trabajadores, sin armas para
defenderse, sólo hacen uso de los reclamos y del desbloqueo de sus
demandas. Es el Estado –mediante la represión, el encarcelamiento y los
asesinatos, el que obliga a los trabajadores a tomar otro camino ante
la cerrazón.
5. Casi todos los grandes partidos del mundo han tomado el camino de
las elecciones, el parlamentarismo, los acuerdos entre dirigentes y los
cargos de gobierno porque es el camino más redituable para el Estado,
la burguesía y para los intelectuales. Los movimientos guerrilleros
–aunque obligaron a las burguesías a hacer reformas- fueron masacrados
o dieron resultados pírricos. Las huelgas generales o nacionales
–aunque lograron muchas reivindicaciones- tampoco fueron una
alternativa sin movimientos de masas que las antecedieran. El
movimiento de masas en las calles han dado mejores resultados para los
procesos de concientización y de experiencia de los trabajadores, pero
sus procesos de maduración son muy lentos porque el desarrollo de los
medios masivos de información de la burguesía han sido 10 veces más
rápidos.
6. Se han cumplido ya 35 años que los más altos funcionarios, Reyes
Heroles y López Portillo, decretaron –por propia conveniencia de la
burguesía, pero con aplausos de la socialdemocracia y la derecha, la
reforma política. Casi todos los partidos y partiditos entraron al
juego político y sus circunstancias cambiaron radicalmente: de ser
partidos pequeños y sin recursos autodenominados de oposición: el PCM,
el PMT, el PST, el MAUS, el MAP, algunos trotskistas y maoístas, viendo
claramente que era la oportunidad para crecer en número y convertirse
en un aparato de poder, le entraron gustosos a la reforma política. En
sólo 10 años pudieron hacerse incluso de la Presidencia de la
República; y en pleno siglo XXI el grupo progresista –encabezado por
López Obrador- ha sido despojado electoralmente en dos ocasiones.
7. Sin embargo, a pesar de que los partidos electorales han logrado
crecimientos 100 veces más rápidos y que incluso han estado en el
gobierno durante décadas, en ese mismo ritmo han quintuplicado su
oportunismo político obligándolos a ser iguales a los partidos de
derecha o del sistema: los ejemplos pueden verse en Suecia, Italia,
Francia, España, Alemania, Inglaterra y demás, donde los partidos
socialdemócratas se han hecho del gobierno para servir en mejores
condiciones al capitalismo. ¿Puede olvidarse acaso que incluso los
empresarios europeos han dicho que prefieren a la socialdemocracia que
a la derecha brutal? En México el PRI de los años 30 y de los 70, así
como el PRD en los últimos 20 años, a pesar de sus discursos
nacionalistas y progresistas, no hicieron o no han hecho más, que
servir a los intereses del capital.
8. Los movimientos sociales hoy encabezados en México por los
electricistas, profesores, mineros, campesinos, tienen la terrible
limitación de ser muy artesanales, muy de su oficio, muy economicistas;
por el bajo nivel de conciencia les es difícil superar sus demandas
particulares y comprender que su lucha pertenece a los trabajadores en
conjunto. Esa súper negativa limitación les impide entender lo que
significa la lucha de clases y la batalla conjunta contra la clase
explotadora. Por eso a la burguesía le ha bastado con otorgar migajas
para mediatizar cualquier lucha artesanal y economicista. Por ello
también los partidos políticos aparecen más avanzados al presentar que
el movimiento social al presentar los problemas generales con carácter
local, nacional e internacional. ¿Cómo erradicar el carácter artesanal
y localista de los movimientos sociales?
9. Si bien López Obrador y su partido son lo único que existe como
movimiento de masas, si continúan deslindándose de otras formas de
lucha que no sean la electoral y la pacífica, en el futuro se quedarán
solos o de plano transformados en el menor tiempo posible en otro PRD
socialdemócrata. El oportunismo de los militantes del PRD no aparece
por la maldad de los militantes sino por la línea política del partido.
Si es un partido donde puedes ser diputado, senador, gobernador y
además pagan por cualquier trabajo que hagas en ese sentido, ¿qué
partido se está construyendo y al servicio de quién? ¿Y si no paga el
partido viajes, viáticos y recompensas y está recibiendo subsidios
gubernamentales y altos salarios para sus funcionarios, quién se lleva
el botín? Parece que el Estado y sus gobiernos aprendieron rápido a
mediatizar y controlar a la llamada oposición política.
10. En conclusión: el problema central del oportunismo de los partidos
no es de errores, desviaciones o de corrupción de las personas y, por
el contrario, tampoco es que sea necesario que se integren con
individuos que hayan tenido la suerte de nacer sin mancha y estén
vacunados contra la corrupción. El problema a preguntar: ¿Tienen los de
abajo, los militantes de base, la suficiente conciencia para
organizarse y exigir a los de arriba? ¿No resultará acaso que los de
arriba tienen mejores armas económicas, de represión y control, para
someter a los de abajo? ¿Serán los partidos pequeños Estados cuyas
jerarquías cuentan con los suficientes medios para dominar? Lo anterior
me lleva a pensar de que estos problemas de los partidos y la lucha
social no es un asunto sencillo que pueda resolverse en una declaración
de buenos deseos con buenas intenciones; es un problema de mucha
reflexión crítica. (24/XI/12)
Consultar Blog: http://pedroecheverriav.wordpress.com
pedroe@cablered.net.mx