ONGs, el mercado de la compasión
7/2/08
Bob Geldof, músico
“La idea de dar a aquellos que tienen hambre es una idea excitante, se la puede vender como un buen disco de rock”
Adam Smith: Teoría de los Sentimientos Morales.
“Por egoísta que pueda suponerse al hombre, evidentemente hay algunos principios en su naturaleza que lo interesan en la fortuna de los demás y hace su felicidad necesaria para él, aunque no saque nada de ella salvo el placer de verla. De este tipo de lástima o compasión es la emoción que sentimos hacia la miseria de otros cuando la vemos o imaginamos muy vivamente… ….“El hombre perfectamente virtuoso, no sólo quiere ser amado sino digno de amor… no sólo quiere elogio sino ser digno de elogio… Sentir mucho por los demás y poco por nosotros mismos… restringir nuestro egoísmo y complacer nuestras afecciones benévolas, constituye la perfección de la naturaleza humana”.
Robert Kuttner: Todo está a la venta:
“Si asumimos que casi cualquier relación puede entenderse como un mercado y que los mercados optimizan siempre los resultados, entonces la conclusión es siempre ¡marquetizar!. Si, en la práctica el mercado no está produciendo óptimos sólo cabe una posibilidad: el asunto en cuestión no ha sido suficientemente marquetizado.”
Arundhati Roy: “Las ONG tienen fondos que pueden darle empleo a personas locales que en otra situación pueden ser activistas en movimientos de resistencia, pero que ahora pueden sentir que están haciendo algo bueno inmediato, creativo (y que se ganan la vida mientras lo hacen). “… “mientras más grande la catástrofe causada por el neo-liberalismo, más grande el florecimiento de las ONG. Nada ilustra esto de forma más vívida que el fenómeno de los Estados Unidos que prepara la invasión de un país y que simultáneamente prepara a las ONG para ir y limpiar el desastre.”
William Blum (Funcionario del Dep. de Estado norteamericano):
“Las ONGs forman parte de la imagen y del mito, (…) contribuyen a conservar en el extranjero un nivel de credibilidad que una agencia oficial no podría alcanzar”
Lo que aquí abajo se expone no es una crítica generalizada a las ONGs, sino a una deriva que han abrazado buena parte de ellas. Por supuesto que existen ONGs que intentan desarrollar una estrategia alternativa en la lucha contra el sistema esforzándose en ligar su actuación local y sus proyectos a los movimiento socio-políticos contra los intereses del neoliberalismo, y como es natural ninguna de ellas recibe fondos del BM, o de agencias gubernamentales.
Origen de las ONGs
Las organizaciones no gubernamentales de ayuda empezaron a surgir en los años sesenta como una alternativa a la ayuda, a menudo interesada y o/condicionada, de carácter público. Este tipo de organizaciones han experimentado un verdadero boom durante los años ochenta. Hoy en día las ONGs son tan numerosas como las diferentes variedades de queso. Se las cuento por millares: pequeñas, grandes, nacionales, locales, confesionales, laicas, independientes, ligadas a un sindicato, un municipio, una empresa, un partido político, una Iglesia, con o sin voluntarios, de corto o largo plazo, especializadas o no respeto a una aldea, un país, o un continente del Sur, concentrando o no su esfuerzo sobre un determinado tema particular (educación, salud, agricultura, infancia, alimentación).
Las razones de este boom son diversas:
– El desenmascaramiento de la doble intención de la ayuda organizada por los gobiernos (ayuda pública). – El desvío de los fondos en beneficio propio por parte de los funcionarios, políticos y demás corruptelas de los países destinatarios. – La desestructuración ecónomica de muchos países endeudados gracias a las políticas neoliberales impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. – La crisis de las ideologías de izquierda ha suministrado un fondo importante de energía en la dedicación de numerosos cooperantes y voluntarios. – Camuflar y canalizar la financiación de causas relacionadas con los intereses de las multinacionales.
ONGs y neoliberalismo.
James Petras: “ la punta y lanza de la globalización neoliberal capitalista. Las ONG son en su mayoría brazos de los poderes internacionales que buscan despolitizar el conflicto de clase y estrangular el germen de la organización social de las bases, a fuerza de apoyar políticas asistencialistas y la filosofía de la microempresa. Es bajo la filosofía de la microempresa que aparecen los microcréditos, los cuales se han convertido en uno de los programas de moda en las políticas de la cooperación internacional.”
Ahora bien, por respetuosos que sean los objetivos declarados por este tipo de organizaciones, es preocupante ver que bien encajan dentro de los planteamientos de la derecha neoliberal. Los gobiernos neoliberales ven en ellas la mejor manera de librarse de sus responsabilidades sociales con respecto al 3r mundo.
Para los defensores de la desvinculación del Estado respeto la cuestión social, la existencia de las ONGs es la demostración de la bondad del funcionamiento automático del sistema de mercado capitalista. La privatización de los servicios públicos, impulsada por el Banco Mundial en favor de las multinacionales del sector, significa siempre que dejan de ser “públicos” para quien no puede pagarlos. Las ONGs entran en acción para suavizar el impacto de quedar desconectados de la red de transportes, del suministro de agua y luz, de la asistencia sanitaria, de la educación escolar …
Las ONG están llenando el vacío creado por un Estado ausente. Para obedecer los dictados de los ajustes estructurales, el Estado del país pobre privatiza las empresas y los servicios públicos, anula la legislación laboral y retira los fondos del desarrollo rural, la agricultura, la energía, el transporte, la educación y la salud pública para dedicar todos los recursos públicos disponibles a subsidios para las multinacionales que copan el sector exportador y a engrosar los beneficios del negocio financiero mundial.
Como el Estado renunció a su rol tradicional, las ONG entran en estas áreas y distribuyen como ayuda o benevolencia lo que la gente debería tener por derecho. Promueven proyectos de “auto-ayuda”, “micro empresas”, “educación popular”, y programas de formación laboral para minimizar el impacto y al mismo tiempo cooptar líderes locales que podrían haber organizado la protesta, para los pequeños proyectos y minar así las resistencias antisistema.
De hecho la instrumentación de las políticas neoliberales actúa en forma de pinza: Propuestas bien documentadas desde arriba (FMI, BM, etc.) y propuestas implementadas desde abajo (micro proyectos, micro créditos, micro empresas, … de las ONGs) .
La ayuda que puedan suministrar las ONGs sólo alcanza para pequeños sectores de la población afectada creando desigualdades y rivalidades entre comunidades, minando el sentido de solidaridad de clase, creando falsas expectativas y aumentando la desorientación y la capacidad de respuesta conjunta de la población frente al sistema impuesto.
Cuanto más grande la catástrofe causada por el neo-liberalismo, más grande es el florecimiento de las ONGs. Como ha estudiado Naomi Klein, la crisis es el medio ideal para que la acumulación capitalista avance. Y cuando hay crisis es cuando mejor trabaja el tándem neoliberal, BM y FMI dictando medidas neoliberales y la ONGs medidas de auto-ayuda. Es casualmente en épocas de crisis cuando las ONGs reciben los mayores paquetes de ayuda gubernamental.
De hecho la mayoría de las ONGs tienen muy poco de no-gubernamentales pues en la mayoría de los casos, aparte de recibir ingentes fondos gubernamentales, trabajan en régimen de subcontratación para los gobiernos locales colaborando a menudo abiertamente con agencias gubernamentales del país de origen o del país pobre.
El Banco Mundial bajo la presidencia de James Wolfensohn (1995) , promovió la incorporación de las ONGs en su estrategia incorporando sus puntos de vista directamente en el diseño de los PRSP (Poverty Reduction Strategy Papers). En la actualidad una organización como el Banco Mundial, la Fundación Ford o la Fundación Friederich Ebert, trabajan a través de ONGs de primera fila que subcontratan a ONGs sobre el terreno.
La demanda a tener en cuenta es pues la del donante deseoso de dar, y no la del receptor del Sur. Los programas que diseñan y su eficacia no son responsables frente a los ayudados sino frente a los filántropos del Norte con lo que minan la democracia arrancando de las manos de los locales el control y la implementación de los programas sociales y usurpan la auténtica voz de los pobres. Los altos cargos de las ONGs actúan como verdaderos virreyes evaluando y supervisando la conformidad de los resultados con respecto a los objetivos, los valores y las ideologías de los “donantes”. Poner un sello de “éxito” o de “fracaso” en el programa puede significar la continuación o no de la ayuda a la población afectada.
Los gobiernos de derecha están encantados de demostrar su espaldarazo y hacer públicas sus subvenciones a determinadas ONGs de tal manera que hoy en día más del 60 % de los ingresos de las principales ONGs provienen de las subvenciones “gubernamentales”. sic!
La CIA y las ONGs
William Blum: “Lo que se ha hecho ha sido transferir las numerosas actividades detestables de la CIA a una nueva organización con un nombre que suena bien. La creación de la NED es una obra maestra de política, de relaciones públicas y de cinismo.”
Origen de las fundaciones
Desde hacía años frente a las luchas democráticas contra las dictaduras militares bananeras habían ido apareciendo en escena una serie de extrañas “fundaciones” y ONGs con rimbombantes nombres y apellidos como Open Society Institute (G. Soros), National Endowment for Democracy, USAID, Ford Fundation, …, cuyo objetivo bananero era el mismo que el de las dictaduras, pero utilizando medios más sutiles.
A principios de los 1980s los sectores más perceptivos de las clases dirigentes neoliberales advirtieron que sus políticas estaban polarizando la sociedad y provocando descontento social a gran escala. Estos dirigentes empezaron a financiar una estrategia paralela “desde abajo” promoviendo organizaciones de base con una ideología antiestatista, “no gubernamental”, como si se tratara de ONGs, para intervenir entre las clases y ambientes potencialmente conflictivos y convertirse en una especie de “amortiguador social”.
El 23 de nov. de 1983 se creó la NED (National Endowment for Democracy), una ONG supervisada desde su nacimiento por Walter Raymond, alto responsable de la CIA y financiada por el Departamento de Estado norteamericano. ¿A que se dedica esta ONG? Pues su primera prueba de fuego fue la financiación de la Contra antisandinista y luego a Violeta Chamorro. En 1984 La NED distribuyó ayuda directa para crear sindicatos, periódicos y grupos de defensa de los derechos humanos en Polonia, facilitando 2,5 millones de $ a Solidarnosc de Lech Walesa.
A partir de entonces interviene en todo proceso político en que tengan intereses los norteamericanos. Entre 2001 y 2006 más de 20 millones de $ fueron remitidos por USAID y la NED a los grupos y los rotativos de oposición venezolanos. Las organizaciones anticastristas son asiduos beneficiarios de sus fondos de ayuda. Tras la invasión de Afganistán proporciona “ayuda a toda una serie de ONGs nacientes” para “ayudar a construir la democracia y la economía de mercado”. El mismo esquema en Irak. Toda una serie de organizaciones locales se convertirán en dependientes de la NED y se pondrán a trabajar para los americanos.
Según M. Carl Gershman, presidente de la NED desde 1984, la NED ha de proporcionar financiación a las ONGs que hacen frente a gobiernos “semi-autoritarios que se oponen a la libre empresa, a la entrada de inversiones extranjeras, a la economía de mercado, …”
A la NED le han salido muchos imitadores: Rights & Democracy (canadiense), Westminster Fundation for Democracy (inglesa)… y la española FAES del PP. Es en este contexto que se ha creado el Democracy Projects Database, que coordina unos 6.000 proyectos de ONGs en el mundo controlado por la NED.
Este tipo de organizaciones no gubernamentales, financiadas por grupos de intereses neoliberales, estaban diseñadas también para competir por el reclutamiento de líderes o activistas locales que de otra forma podrían encabezar movimientos sociopolíticos opuestos a sus intereses. En los 1990s, este tipo de ONGs se contaban ya por millares y recibían en conjunto fondos cercanos a los 4.000 millones de dólares del bolsillo de sus patrocinadores.
Una ONG francesa al servicio de la CIA es Reporteros sin Fronteras (Jean Guy Allard y Marie-Dominique Bertuccioli: Le dossier Robert Ménard: Pourquoi Reporters sans frontières s’acharne sur Cuba, Lanctôt Éditeur, Québec, 2004) . En contra de lo que parece sugerir su nombre, esta ONG no se compone de periodistas ni ayuda a la prensa que padece dificultades de censura. Actúa más como una agencia de publicidad centrada en denunciar a Cuba y Venezuela. Recibe financiación del gobierno francés, FNAC, Vivendi, CFAO, Hewlett Packard, Fundación Hachette, Fundación EDF y Fundación Soros entre otros.
El “mercado” de la compasión
El capitalismo tiene la habilidad de mercantilizarlo todo. Dónde hay una necesidad que cubrir cabe la posibilidad de traficar, montar negocios y sacar pingues beneficios. La enfermedad, la educación, el sexo, la paternidad, el deporte, el reposo, respirar aire libre, el arte … ¿ Por qué no traficar con la compasión?
Así pues, los pobres que genera el sistema, los “perdedores”, los marginados, también pueden participar del sistema, y participan por la vía del mercado de la compasión.
La mercantilización de las ONGs significa que el centro de atención de los traficantes de ayuda deja de ser los damnificados. Todo mercado capitalista genera en sus operadores una ineludible necesidad de crecer y ganar cota en un medio cada vez más competitivo. El centro de atención pasa a ser los donantes. Se trata de ofrecer “un producto humanitario” cada vez más perfeccionado y “venderlo” utilizando sofisticadas técnicas de marketing. Para ello es preciso contar con técnicos y directivos experimentados.
Durante los últimos años, muchas ONGs han crecido y se han “modernizado”. Han adoptado métodos de gestión empresariales, se han convertido en multinacionales de la compasión. Se han dado cuenta que la compasión puede considerarse como una necesidad de consumo. Han asumido que existe un mercado de la compasión como existe un mercado de automóviles. El mercado de la compasión ha crecido los últimos años a medida que se amplifica la polarización social y esto ha permitido la entrada de numerosas ONGs, algunas de ellas con planteamientos puramente fraudulentos, pero el crecimiento no es extensible hasta el infinito.
Los agentes del mercado de la compasión
Los productores
Podría atribuirse a los “desastres naturales” la responsabilidad de generar situaciones que despierten estados de compasión masiva. En realidad es el mismo sistema capitalista el que proporciona la mayor parte del combustible para que los fenómenos naturales se conviertan en “desastres humanitarios”
Los clientes
La demanda proviene de los solidarios con motivaciones éticas o religiosas, pero también de los interesados en cultivarse una determinada imagen para triunfar en otros mercados (relaciones públicas) o de los gobiernos que quieren camuflar o encubrir operaciones poco éticas.
Los damnificados
En el mercado de la compasión una perversa lógica se impone. Aunque el objetivo del negocio es “la solidaridad”, el funcionamiento del mercado exige que haya muchos damnificados, cuantos más mejor.
Así pues, el sistema capitalista roza la perfección: los pobres que genera el sistema, los “perdedores”, los marginados, también pueden participar del sistema, y participan por la vía del mercado de la compasión.
Competencia en el mercado de la compasión. Las multinacionales de la compasión.
De hecho en el mercado de la compasión, desde hace unos años, la competencia ha sido feroz. Sólo las ONGs que han tomado la delantera y consigan una talla suficiente podrán sobrevivir. Se han acabado los días para las ONGs que se han quedado en el estadio del amateur. Las modernas multinacionales de la compasión compiten con las más sofisticadas tecnologías del marketing, del tratamiento de la información, de la gestión y de las finanzas. Todo esto exige capitales cada vez más importantes.
No todas las ONGs pueden seguir el ritmo. Solamente sobreviven las más preparadas, las más agresivas, las más competitivas. Algunos bancos emiten tarjetas de crédito que se caracterizan porque un porcentaje de la comisión de emisión y de su utilización se destina a determinadas ONGs con las que están concertadas. Las ONGs figuran (cómo si se tratara marcas de jabón) en las revistas de información al consumidor. El nº 21, de febrero de 1994, de la revista “Dinero y derechos” publicó una lista comparativa de 18 ONGs para que el consumidor esté informado a la hora de consumir.
En los países destinatarios se comportan como expatriados, desplazándose en 4×4s climatizados y residiendo en zonas especiales de alto standing, junto a los expatriados de Shell, Exxon … las agencias de la ONU o las embajadas. En Kinshasa tienen sus cuarteles generales en el selecto barrio de Utex Africa, en Gombe, la antigua villa blanca de la época colonial. La proporción corriente entre expatriados (que detentan todos los puestos de responsabilidad) y personal local subalterno es de 40 a uno.
La transformación de las ONGs “competitivas”
La “modernización” no afecta sólo el ámbito de la recaudación de fondos, sino qué impone su lógica a toda la estructura organizativa. La colecta de fondos se profesionaliza. La propaganda ahoga la información. Los especialistas del marketing enseñan que son la fisonomía y las expectativas del “donante” los que deben dictar la conducta a seguir. Hay que tratar al donante como una empresa trata a un cliente, es decir, le propone un “producto” especialmente concebido para seducirlo. Es necesario promover “el producto” ante el generoso donante anónimo mediante los técnicas más sofisticadas del marketing … y que triunfe el mejor.
Las ONGs y la lucha por las porciones del mercado: La imagen de marca
Además de los anuncios y los campañas postales, los analistas de marketing tienen en cuenta, en primer lugar, la cuestión de la “imagen de marca”. La ONG que más haga hablar de ella a la TV y en los medios de comunicación, sea más conocida y haya sabido construirse una mejor imagen de marca, es la que se quedará con las más grandes porciones del mercado.
Médicos Sin Fronteras de Francia, el 18 de junio de 1985, demandó a Médicos Sin Fronteras de Bélgica con una citación judicial por vía de urgencia, exigiendo que le fuera prohibido, en lo sucesivo, la utilización de las siglas “Médicos Sin Fronteras”. Médicos Sin Fronteras de Francia se hizo representar por la Sra. L. Van Bunnen, especialista en cuestiones referentes a licencias y marcas comerciales. La demanda no prosperó, pero es una muestra clara del que aquí se expone.
Las ONGs competitivas y los medios de comunicación
La ONG competitiva se ha de esforzar en hacer creer al público que ella es la mejor, la más eficaz, la más moderna. La prueba de su superioridad la da el número a veces que sale en la TV o en los periódicos. Para continuar ganándose el interés de un público cada vez más esquivo, estos nuevos misioneros rivalizan con los reporteros para estar “bien situados” en los campos del horror.
Cuando estos nuevos misioneros, estos voluntarios blancos con la marca en la camiseta, se hacen presentes entre los escombros, los cadáveres y los heridos, se dispara el rendimiento financiero del anuncio publicitario. Funciona a la perfección el “proceso de identificación”, tan valorado por los publicistas.
El domingo 29 de enero de 1994, el diario “El País” iniciaba una serie de reportajes con colaboración de la ONG »Médicos Sin Fronteras”, con fotografías de la agencia “Magnum” y los textos de “destacados escritores”. La foto de rigor de un médico sin fronteras luciendo la camiseta de la organización, no podía faltar. Todo un cóctel para el consumidor-donador.
¿Interesan las causas de la pobreza?
No interesan. Se ha de ir rápido, rápido. Se ha de hacer ver al “donante” anónimo que estamos delante de una catástrofe y no es el momento (nunca es el momento) de perder el tiempo discutiendo las causas. Como en el caso de un accidente de automóvil lo más importante es llegar a tiempo y no pararse a discutir quien ha tenido la culpa. En casos de urgencia la motivación tiene la fuerza categórica de la evidencia: es indiscutible.
No nos podemos quedar sin hacer nada. Lo que se debe hacer es algo y rápido. Es esto lo que cuenta. Es la evidencia. Querer poner cuestiones sobre el porqué de la pobreza y sobre qué se puede hacer para combatirla es perder un tiempo precioso para actuar y complicar peligrosamente las cosas simples que por ellas mismas nos llevan a actuar.
Cuando el grito se convierte en un lenguaje articulado, pierdo su fuerza y su impacto; degenera en parloteo insípido o intelectualismo. Si la caridad intenta ser lúcida, si se organiza, si se da los mediados para luchar, pierde espontaneidad y se devalúa. Lo que es importante no es dónde va nuestra ayuda y que consecuencias producirá, sino que lo esencial es que la ayuda parta y que llegue deprisa.
Para muchas ONGs sin catástrofe humanitaria no hay ayuda. La medicina de prevención no liga con la compasión. Liga más la UVI. La ayuda, mientras todavía estamos a tiempo de prevenir la catástrofe no interesa, no es “vendible”, no es noticia. Las ONGs competitivas no pueden malgastar sus fuerzas. Ahora bien, cuando hay una verdadera catástrofe hay codazos para estar presentes y salir a la foto.
¿Cooperación para el desarrollo?
Demasiado complicado. Tratándose del desarrollo las cosas se complican: la política, la cultura, la historia, la economía, la demografía, constituyen unos factores demasiados complejos. La caridad, la compasión, parece que pierde parte de su pureza si se entra en estos temas. No hay cosa peor que mezclar la moral o la religión (la caridad privada) con la política o la economía. Querer ir más allá de la limosna puntual es exponerse a la colaboración, al compromiso de participar en el nacimiento de quien sabe qué nueva monstruosidad política.
Bajo estos presupuestos, la cooperación para el desarrollo se ha convertido en una sucesión de gritos, imágenes de choque u operaciones comando. No se habla del hambre si esta no se convierte en hambruna. La penuria de la miseria no interesa si no es en la forma de una sucesión espectacular de hambres o de accidentes climáticos.
Las ONGs en Bolivia, una línea demasiado habitual de comportamiento
En 1985 el gobierno boliviano se lanzó de lleno a la “globalización” según plan de ajuste dictado por el FMI y el BM. Por decreto se congelaron los salarios y se eliminaban los subsidios a los productos de primera necesidad mientras se desbocaba una inflación del 15.000 % anual. Se privatizaban las empresas públicas y se despedía a buena parte de sus trabajadores. Drásticos recortes en educación y sanidad ponían a dieta al ya esquelético sector público. Resultado: la pobreza creció exponencialmente con huelgas generales y confrontaciones violentas como respuesta.
El BM se sacó de la manga el “programa para aliviar la pobreza”, el Fondo Social de Emergencia (738 millones de $ en 1990) que canalizaría la ayuda a las ONGs que implementaran el programa según los designios del BM.
El resultado fue una proliferación de partos de nuevas ONGs. Antes de 1980 había 100 ONGs. En 1992 la cifra se había incrementado en un 500%. Del total de los fondos del BM sólo un 18% llega a los pobres “beneficiarios”. El resto se lo embolsan estos intermediarios de la ayuda humanitaria. El objetivo era debilitar la resistencia popular al plan de ajuste. Muchos izquierdistas fueron absorbidos por la deriva neoliberal entrando a formar los cuadros de las nuevas ONGs.
Conozco casos de apadrinamiento de niños por parte de ciudadanos americanos en que la ONGs intermediaria controla estrictamente el correo entre padrinos y niños tachando desvergonzadamente la dirección de los padrinos para evitar perder el control – y las comisiones – de la intermediación.
En la actualidad USAID financia y colabora en la balcanización del país en beneficio de las corporaciones petroleras y agroindustriales. El “estatuto” del departamento petrolero-gasístico de Santa Cruz (redactado por cierto con la colaboración políticos y empresarios catalanes que aportaron su experiencia en el modelo del Estatut catalán. Higinio Clotats, octubre 2006: “Nos parece oportuno apoyar con nuestra experiencia el proceso autonómico que llevan adelante ustedes en Bolivia”) ha gozado del apoyo incondicional de ésta y otras ONGs.
ONGs y greenwashing
La necesidad perentoria de mejorar su imagen ha llevado a las grandes corporaciones a buscar el consejo inestimable de muchas ONGs a cambio de aportaciones sustanciales. Como parecer verde o socialmente responsable es el quebradero de cabeza de los consejos de administración de petroleras, químicas, farmacéuticas, …. ¿Y quien sabe más del asunto?
Más sobre el tema:
Arundhati Roy: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=55051
http://html.rincondelvago.com/ong-y-leyes-del-mercado.html
http://www.tni.org/detail_page.phtml?page=interviews_mundo