Los actores políticos en nuestros países enfrentan generalmente un retraso de uno o más años en entender las realidades políticas internacionales, las realidades económicas-financieras, y las implicaciones políticas de ambas. Siete años y medio le tomó al FMLN y dos años y medio a su gobierno entender la gravedad fiscal y aceptarla, aunque sea parcialmente y a regañadientes. Sus responsabilidades actuales en el gobierno frente a la perspectiva de una crisis fiscal-financiera con graves implicaciones políticas y electorales los llevó –finalmente– a entender que no pueden continuar en “modo de negación” o responsabilizando a ARENA de la situación siete años y medio después de estar en el gobierno, menos hoy que tanto necesitan su apoyo.
Ahora con el agua en la nariz y subiendo, están finalmente entendiendo que se les acabó el tiempo y que no les queda más remedio que comenzar a actuar en consecuencia. ARENA, por su lado, continúa creyendo que puede seguir responsabilizando de todos los males a la gestión del Frente, resueltos a hacerle pagar el mayor precio político y electoral en los próximos dos años, creyendo que puede negarse indefinidamente a un acuerdo y que puede salir ileso en el intento. A este síndrome de comprensión lenta y tardía generalizada entre los políticos del tercer mundo lo denominé hace tres décadas el “tortuguismo reumático” en la comprensión de la realidad y “el compromiso estratégico con el entendimiento retardado”…
Dos semanas después de tomar posesión como secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres nombró como su enviado especial para facilitar el diálogo entre los salvadoreños al embajador Benito Andión, para abordar nuestros principales problemas y desafíos a 25 años de la firma de los Acuerdos de Paz. La segunda misión del embajador Andión a nuestro país comenzó esta semana, coincidiendo con el informe que ayer le dio el presidente de la República a los partidos políticos de la misión que el secretario técnico de la Presidencia y el ministro de Hacienda realizaron al Fondo Monetario Internacional y al Banco Interamericano de Desarrollo la semana pasada. Allí les solicitaron su apoyo para un acuerdo fiscal, en el marco de una estrategia de sostenibilidad de las finanzas públicas de mediano y largo plazo. Ambos procesos de diálogo/negociación y el ajuste fiscal determinarán, en gran medida, la situación política de los dos próximos años y del resto del gobierno del presidente Sánchez Cerén.
Respecto a los acuerdos con el FMI, el presidente afirmó: “Tenemos que garantizar una fiscalidad sana en el país, por eso yo voy a invitar a los partidos políticos, porque estos acuerdos con el FMI solo son posibles si el país los hace suyos, y para que el país los haga suyos debe tener el respaldo de los partidos políticos”. La doble facilitación/mediación de la ONU y del FMI terminará metiendo a todos los partidos políticos en la mesa de diálogo-negociación.
El gobierno y el FMLN intentarán impulsar un plan de ajuste más largo y moderado, y compartir con ARENA y el resto de partidos sus costos políticos, enmarcados en un acuerdo nacional con respaldo de la ONU y del FMI. ARENA intentará exactamente lo contrario, impulsando un plan de ajuste más corto y severo, responsabilizando en exclusiva al Frente de los costos económicos y sociales para que paguen el mayor costo político en las próximas elecciones legislativas y municipales (2018) y presidenciales (2019). La ONU y el FMI mediarán dichos procesos encontrando el mejor punto medio, que para los dos partidos en plena coyuntura electoral no será el mejor sino el “menos peor”.
Una nueva coyuntura política se abre esta semana en nuestro país determinada por dos procesos/batallas vinculadas: 1. el proceso de diálogo/negociación facilitados por Naciones Unidas y por el FMI; 2. el proceso electoral y las elecciones legislativas y municipales de 2018 y presidenciales de 2019.
Dos grupos de actores podrían inclinar la balanza en las mesas negociadoras y en el terreno político-electoral: la ONU y el FMI por un lado, y los tres partidos pequeños (PDC, PCN, GANA) por el otro. Nadie podrá negarse a participar o retirarse en el camino, y nadie podrá darse el lujo de ignorar a los actores mencionados sin pagar caro sus consecuencias.
Compatriotas, una nueva etapa política ha comenzado en nuestro país. De su desenlace dependerá la profundización de la crisis hacia el Estado Fallido y la tormenta perfecta, o evitarla sentando las bases para el impulso de un mejor futuro para nuestro sufrido pueblo. – See more at: http://www.laprensagrafica.com/2017/02/16/la-nueva-etapa-politica#sthash.fwscBwnT.dpuf