SAN SALVADOR, 5 de abril de 2021 (SIEP). En el diario digital Contrapunto, dirigido por Juan José Dalton, apareció recientemente una entrevista sobre la coyuntura poselectoral con Julio Flores, dirigente en los años setenta del Bloque Popular Revolucionario, hoy integrante del colectivo Escuela Política para un Nuevo Proceso, que reproducimos como SIEP por sus interesantes aportes.
“Pregunta: tu valoración de los resultados electorales del 28 de febrero de 2021?
Respuesta: creemos que no es una situación particular de la izquierda salvadoreña, sino que es una situación regional, y en cierto sentido hasta mundial. La izquierda pasa por una crisis, pero en el caso de El Salvador nosotros ya valorábamos que estábamos en un estado de derrota, ya que lo que acabamos de ver este fin de semana, este 28 de febrero, realmente es un aplastamiento, la derrota llega a una profundidad extrema, y nosotros decimos: esta derrota , esta crisis no es particular del FMLN, es una crisis que se extiende a toda la izquierda en general, en la cual el FMLN ha sido el principal actor político de izquierda, y el que quiso arrogarse ser la única izquierda del país.
Lo cierto es que ha habido una izquierda mucho más amplia pero esta izquierda mucho más amplia al no configurar alternativas, cada vez que vienen los eventos electorales, terminan entusiasmados con las ideas del Frente y esto lo pudimos ver esta semana, dos días antes de las elecciones, casi se instala en el mundo progresista, casi se instala en el mundo de esa izquierda, más allá del FMLN, una especie de burbuja, de sensación como que el pueblo iba a reaccionar, como que el pueblo ya no quiere más autoritarismo, más fascismo y que el pueblo iba a dar por lo menos un margen para sostener una oposición fuerte, para hacerle frente desde la asamblea a este gobierno, yo creo que fue un entusiasmo, una burbuja de entusiasmo, aunque los datos ya lo habían dicho en cientos de encuestas, más de un año de encuestas , donde esto se ha estado midiendo y los datos siempre fueron claros.
Por otro lado, creo que el gobierno, y Bukele en particular, y todo su aparataje nunca se ha apartado, de lo que él siempre ha venido trabajando: el abuso de lo mediático, el exceso del manejo de redes, la construcción de mentiras, el no rendir cuentas, pero en la medida que él hace todo esto pero lo justifica en términos de que es la manera de destruir a “los mismos de siempre” con el odio, en lo exacerbado que ha estado el pueblo ante los errores, no de ARENA, ya que ARENA hizo lo que toda derecha tenía que haber hecho en ese momento.
Pero en el Frente que siendo un proyecto de la izquierda diez años después de gobernar, periodo donde tuvo una bancada significativa en la asamblea legislativa, y periodo donde alcanzo una importante cantidad de consejos municipales de alcaldías, al no recibir la ofertas de una izquierda o lo que se presumía la oferta de una izquierda es obvio que la reacción sobre la base este manipuleo del pueblo iba a ser una reacción aplastante, manifestada en las urnas. Con esto cierro.
Pregunta: Que se viene para el movimiento social? Cuál es el nuevo proyecto? Necesitamos un nuevo referente político partidario?
Respuesta: Yo me permito asumir estas elecciones como un quiebre histórico relevante, es como si la democracia liberal burguesa hubiese alcanzado su éxito más grande, es decir: ¿que es lo que ha logrado? Ha logrado legalizar a través del voto popular un régimen autoritario, que probablemente no va a hacer desaparecer cada uno de los rasgos de la democracia formal de baja intensidad, pero ya está hartamente demostrado que el autoritarismo está en plena vigencia, hay un nuevo retorno a los roles viejos del ejército y los cuerpos de seguridad, eso nos indica que el panorama va a ser muy difícil para la población salvadoreña.
No obstante, el cuadro de condiciones objetivas se ha precipitado en este periodo de crisis, de pandemia, la situación económica del país y especialmente de la población es cada vez mucho más precaria, la perdida de fuentes de trabajo, los salarios reducidos al mínimo y sin ningún tipo de control, todo esto nos indica que a nivel de condiciones objetivas pueden haber importantes reacciones populares.
Para nosotros el gran reto es cuál es la dirección política que van a tomar las reacciones populares que se pueden presumir que vienen. Hoy por hoy el movimiento social sigue estando bastante disperso, concentrándose en muchas reivindicaciones justas pero que están siendo llevadas con formatos de lucha que no representan la masificación suficiente de las reivindicaciones como para que tengan visos de éxito. Creemos que ese es el problema. Entonces, es un momento muy difícil.
Lamentablemente, casi al cierre de la campaña tuvimos dos muertos y varios heridos, este es un hecho lamentable, ojala que esta tendencia de violencia, esta tendencia represiva no fuese la que se vaya a abrir. Bien yo creo que tenemos un gobierno con excesos autoritarios y donde se pone al ejército en primera línea y bajo las órdenes del presidente, esos riesgos existen y había que tomárselos muy en serio.
Creo que el movimiento social y sobre todo los actores políticos deben entrar prontamente a un estado de reflexión, digo actores políticos, porque no se trata del FMLN en particular, se trata de las universidades, el mundo sindical, iglesias, un sinnúmero de instituciones que en otro momento fueron un cuerpo progresista importante, que funcionaron como actores políticos, direccionando a la población.
Yo creo que si no entramos a una fase donde se recupere la izquierda, y sobre todo se restituya, ya que estamos en una fase donde la izquierda luce prácticamente desaparecida del mapa, hay que restituirla, hay que reconstituirla, porque es obvio que hay que fortalecerla, hay que acceder a los nuevos pensamientos revolucionarios, y hay que reestructurarse, pero no de la misma manera.
Yo creo que el punto central para la izquierda está en saberle apostar a su restitución, a su reconstitución, y a partir de esto abrir un nuevo ciclo revolucionario en el país y de esto es de lo que se trata.
Pregunta: será posible restituir a esa izquierda política y social a partir de la reestructuración del FMLN?
Respuesta: Con las características que en estos momentos tiene el FMLN no me parece que eso sea posible. En primer lugar, porque las tendencias que ahí se pueden prever o percibir, son tendencias que no tienen una vocación propiamente revolucionaria. En segundo lugar, el Frente ha tenido una base muy quieta, una base que no está realmente fundamentada en formación política sino más en criterios emocionales, hay gente muy apasionada en la base, muy apasionada por el Frente, con su militancia, lo quieren mucho, pero esto es sobre la base que ahí murió mi papa, ahí murió mi hermano, ahí quedo mi vida, quedo mi juventud, y no ha habido la debida actualización política de las bases.
El debate en el Frente, si vos te fijas, no pasa exactamente por ser un debate de tendencias políticas, sino que pasa por un debate sobre una serie de componendas y de negociaciones de tres o cuatro grupos de poder que hay al interior del FMLN. Y yo no veo que haya condiciones para que eso se rompa, ahora sí creo que en la izquierda no vinculada al FMLN, que es un sector bastante amplio, que están en la academia, que están en algunos sectores del movimiento social, que están en algunas personalidades que han tenido relevancia en la vida política del país, creo que ahí está la clave, pero esto implica salirse de ese esquema donde: yo quiero ser analista, yo quiero ser figura de los medios y entrar al objetivo concreto de construir proyectos políticos de izquierda.
Pregunta: en qué medida lo que ustedes proyectan no va ser una copia del pasado?
Respuesta: Realmente nosotros hablamos de la necesidad de recrear, rehacer, restituir, los actores de tipo político y reconstruir el movimiento social. Sí, yo creo que en América latina en los últimos años, incluso en los Estados Unidos, hemos visto grandes reacciones populares, yo creo que hay que analizarlos bien porque hay que ver donde terminan esas grandes reacciones populares.
Por ejemplo, la que acabamos de ver en los Estados Unidos, ante el acoso de la población negra hubo todo un cataclismo, sin embargo eso no modifica la viabilidad de los Estados Unidos. Al final fortalece también los procesos electorales y en particular el acumulado de votos, con el que el Partido Demócrata terminó esta vez ganando las elecciones.
Vimos algo semejante en Puerto Rico, que la misma izquierda puertorriqueña al final terminó reconociendo que no tuvieron la capacidad de direccionarlo a algo más profundo. Estamos viendo luchas parecidas en Republica Dominicana. Aquí mismo, en Guatemala y Honduras, hemos visto grandes reacciones de la población pero al final ¿dónde terminan?
Creo que en todo el continente hay un problema bastante serio en la direccionalidad de la lucha. Creo que las condiciones objetivas abren espacios para nuevos procesos de reacumulación populares. El asunto es hacia dónde vas a llevar esa posible reacumulación que las realidades nos están abriendo y que es obvio pues, están ahí.
Vaya ¿cómo surge el proceso venezolano? Es a partir de una reacción popular pero que tiene en un momento determinado la dirección de Hugo Chávez, y de su aparato político. Eso es lo que lleva la lucha venezolana a un rumbo diferente al que han andado las luchas recientes en todo el continente.
Nosotros creemos que en el país para la reacción popular posiblemente existen las condiciones, lo que hay que construir es en términos de la direccionalidad, por ejemplo: para no hablar de partidos, imagínate o pensemos en el rol político de la Universidad Nacional de El Salvador jugó en el derrocamiento de Martínez, en el rol que jugó la Universidad en la construcción del sentimiento de oposición que cerró los años sesenta y abrió los años setenta, nosotros creemos que ahí es donde necesitamos hacer una reparación, de los actores políticos.
Hoy por hoy, digamolo, la mayoría del movimiento social tiene como instrumento de conducción o de dirección básicamente a ONGs, y las ONGs han hecho un papel muy bueno, son quizás la cara visible de la resistencia en el país, pero creo que tenemos que ser sinceros e insistir en el sentido que sus direccionalidades son limitadas, sus finalidades son muy específicas, y terminan dándonos movimientos sociales muy fraccionados.
Un ejemplo, yo quisiera ver en el país montado un movimiento de mujeres amplio, pero cuando uno entra al pequeño movimiento de mujeres, uno encuentra un excesivo fraccionamiento, y es lo que encontramos en las esferas sindicales, y en los sectores de empleados públicos. Solo al asomarse a la Alcaldía Municipal de San Salvador, donde ahí hubo por años un solo sindicato, hoy hay más de 12 sindicatos, eso es terrible, de esa manera es difícil construir la direccionalidad de un movimiento popular.
A eso hay que darle cohesión. Si nadie se echa bajo su responsabilidad los procesos de concientización, los proceso de politización y de organización popular esto puede tener reacciones espontaneas. En el país está bastante demostrado que esa población que se concentra como vendedores públicos, como vendedores ambulantes en las grandes plazas de todo el territorio es capaz de reacciones espontaneas, pero no es capaz de generar procesos organizativos y no está en ellos ese punto.
El problema es que no hay los suficientes actores políticos con las suficientes cosas claves para ir generando tres cuestiones: concientización, organización y politización. Es eso lo que le va dar direccionalidad. No nos olvidemos que a base del gran movimiento popular de los años setenta y de la radicalidad política de los años setenta tiene que ver con proyecciones como la teología de la liberación, la organización del magisterio, el surgimiento del sindicalismo revolucionario, y de instituciones honestas y relevantes muy cerca del pueblo como la UES y luego en un momento la UCA.
Ese panorama está bastante desdibujado y no es que queramos volver al pasado, porque yo creo que a veces hay un equívoco en esa dirección, no. Por eso nosotros necesitamos partir de tener una comprensión más clara, firme y científica de cual es la formación social del país, que no solo pasa por una nueva estratificación, sino pasa también por una nueva subjetividad, por una nueva realidad económica, una nueva realidad psíquica y una gama de fenómenos sociales que generan diversas identidades de tipo cultural.
Nosotros estamos hablando de hacer un esfuerzo por conocer a nuestro pueblo y sobre esa base estructurar la nueva alternativa política. No se trata de repetir…De esta situación vamos a salir, históricamente está abierto el proceso…”concluyó Julio Flores.
Finalmente, Juan José Dalton, entrevistador y director de Contrapunto, agradece y reitera la continuación de estas pláticas.