Prohibir las bombas de racimo – Ucrania no es una excepción. ACR. Julio de 2023

El suministro de bombas de racimo por parte de EE UU a Ucrania debe ser combatido. Las personas anticapitalistas y las internacionalistas apoyan incondicionalmente al pueblo de Ucrania en su resistencia armada para liberar a su país de la invasión genocida rusa.

Pero el apoyo a Ucrania no está necesariamente desprovisto de espíritu crítico. Hemos sido críticos con el ataque del gobierno de Zelensky contra los derechos laborales en el país y su adopción de las políticas neoliberales. Ahora tenemos que criticar su uso de municiones de racimo.

Las bombas de racimo utilizadas en áreas con civiles hacen que un ataque sea indiscriminado y una violación del derecho internacional humanitario. Las municiones de racimo se abren en el aire y dispersan docenas e incluso cientos de bombas más pequeñas en un área del tamaño de una manzana de una ciudad.

Muchas bombas no explotan en el impacto inicial, dejando restos que actúan como minas terrestres, lo cual representa una amenaza para las y los civiles durante años e incluso décadas después. Es la razón por la cual las bombas de racimo han sido totalmente prohibidas por más de 100 países que se adhirieron a la Convención sobre Bombas de Racimo. Pero Rusia, Ucrania y EE UU no han firmado el acuerdo.

Es comprensible que Ucrania quiera obtener todas las armas necesarias para obtener una victoria rápida y decisiva contra el ejército ruso. Pero las y los socialistas han estado haciendo campaña por la prohibición de las bombas de racimo, así como de las armas nucleares y químicas durante décadas, y no deberíamos cambiar nuestra postura hoy.

El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, ha declarado que el objetivo principal de las bombas de racimo será romper las defensas rusas y no se utilizarán en áreas urbanas, y que solo después de la victoria se utilizarán para desminar áreas de Ucrania.

Señala que Rusia ha utilizado ampliamente bombas de racimo en Ucrania, lo que implica que, por lo tanto, es aceptable que Ucrania también las use. Este tipo de argumento es peligroso, ya que podría usarse para justificar el uso de otras armas de destrucción masiva, como las nucleares o químicas, o de armas ecocidas, como el napalm o el agente naranja.

Human Rights Watch ha documentado que Ucrania también ha utilizado municiones de racimo, aunque a una escala mucho más pequeña. Aunque no se usaron en las ciudades, sin embargo, causaron muertes y heridas entre las y los civiles.

Siempre según Human Rights Watch, «las bombas de racimo que Estados Unidos está considerando enviar a Ucrania tienen más de 20 años de antigüedad, se dispersan por un área amplia y tienen una tasa de fallos notoriamente alta, lo que significa que podrían seguir siendo mortales durante años».

Con la amplia prohibición de las municiones de racimo, los Estados Unidos tienen interés en deshacerse de las existencias antiguas que no se pueden vender, y es peligroso y caro desmantelar. Sin embargo, deja un legado peligroso para las y los ucranianos. Cientos de personas siguen muriendo cada año a causa de bombas de racimo sin explotar en todo el mundo.

Cualesquiera que sean los argumentos militares, oponerse a los preceptos de la Convención sobre Bombas de Racimo hará que sea más difícil para Ucrania argumentar a favor del Estado de derecho internacional. Si Ucrania obtiene armas que la mayoría de los Estados miembros de la ONU (incluido el Reino Unido) intentan prohibir, ello afectará a su capacidad de ganar solidaridad y a la condena de la ocupación ilegal de Rusia por parte de estos Estados.

A menos que el ejército ruso deje de luchar y se retire, los ucranianos no tienen más remedio que continuar su resistencia armada. Es poco probable que Rusia deje de luchar en un futuro previsible, dados los objetivos establecidos por Putin, es decir, la desnazificación y desmilitarización de Ucrania y su integración implícita en la órbita de Rusia.

Por esta razón apoyamos su derecho a obtener armas convencionales y apoyo para el desminado. También necesita ayuda no militar, en particular ayuda médica y apoyo para las y los refugiados.

Muchos países que han sido invadidos por otro mucho más grande han resultado victoriosos, pero no solo por medios militares. Si Ucrania quiere mantener la solidaridad en todo el mundo, no debería romper la prohibición de las bombas de racimo decretada por parte de más de 100 países.

Ucrania también necesita apoyar a las y los activistas contra la guerra en Rusia y dar la bienvenida a los desertores de su ejército. La reconstrucción después de la guerra debe ser para otra Ucrania con justicia económica y social, no para una en la que los activos del país se entreguen al capitalismo occidental.

Tal reconstrucción daría a las y los ucranianos la esperanza de que la liberación de su país no se limitará a derrotar al ejército ruso. Y Ucrania también necesita un movimiento internacionalista de solidaridad masiva que apoye su resistencia armada pero, al mismo tiempo, haga frente a la escalada del militarismo en Occidente.

(Original publicado en https://anticapitalistresistance.org/ban-cluster-bombs-ukraine-is-no-exception)

https://europe-solidaire.org/spip.php?article67139

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