Comentario a libro de José Luis Merino. Por Roberto Pineda, San Salvador,  11 de mayo de 2025

Introducción

Buenos días. Es para mí un gran honor y además una grata responsabilidad poder compartirles algunas ideas sobre este libro titulado FMLN. De guerrilla a partido; de partido a gobierno: ¿y ahora qué?  de nuestro camarada José Luis Merino. Gracias al Centro de Estudios Schafik Handal por invitarme.

Es un libro poderoso, de un fuerte espíritu autocrítico, y a la vez muy útil para el difícil momento del proceso de repliegue que vivimos como izquierda.

El libro de Ramiro se divide en doce grandes apartados, que mencionaré, describiré y comentare.: El primer capítulo trata sobre el FMLN y sus diferencias de origen, el segundo sobre Un frente convertido en partido, el tercero sobre el problema del poder, el cuarto sobre lo que él califica como el “tridente diabólico”, el quinto sobre el FMLN como partido de gobierno ( tanto durante los gobiernos de Funes como de Sánchez Ceren).

El sexto sobre el papel de la embajadora Jean manes durante los gobiernos del FMLN; el séptimo sobre las acusaciones de un “sector bukelista” en el FMLN, el octavo sobre las actitudes de sectarismo al interior del FMLN, el noveno sobre las empresas ALBA, el decimo es un balance ddel FMLN como partido y como gobernó; el onceavo sobre el contexto internacional y finaliza con un apartado sobre las perspectivas de futuro.

1.Sobre el FMLN y sus diferencias de origen

Ramiro considera que “las diferencias entre sus organizaciones miembros y dentro de sus organizaciones miembros son la  causa esencial de la crisis que el FMLN arrastra desde su fundación que … es una misma crisis política permanente…”

En esta parte se aborda tanto el origen del FMLN, el contexto internacional, la estrategia de los estados Unidos frente a los procesos revolucionarios, e incluso detalla elementos sobre la primera ofensiva militar de enero de 1981. 

Comentarios

El FMLN surge como una poderosa alianza de fuerzas político-militares, con fuertes raíces populares, para enfrentar la dictadura militar. El objetivo estaba claramente definido: la derrota de la dictadura militar. Pero era una alianza político-militar pero no ideológica, en esto éramos diferentes. 

Nace como un instrumento para la guerra desde cinco ejércitos populares diferentes (conducciones diferentes, estrategias diferentes, territorios diferentes, base social diferente, etc.)

El FMLN de octubre de 1980 es a la vez el resultado histórico de  una acumulación de 25 años, iniciada en 1956  y continuada con múltiples batallas populares en los años sesenta y setenta. Y también de diez años de intensos debates, de crecimiento en disputa de diversas fuerzas de izquierda. El terreno popular era tan fértil que todos pudimos crecer.

Durante la guerra estas diferencias marcaron un principio no establecido formalmente, el de la complementariedad, el de lo que llamo el crecimiento en disputa,  y así fue en el esfuerzo militar, conspirativo, diplomático, de solidaridad, movimiento popular, etc.

El problema fundamental y aquí retomo la tesis de Ramiro, es que fue una alianza cimentada en la lucha por derrotar la dictadura militar. Cuando este objetivo se cumple y la modalidad negociada como se cumple (Acuerdos de paz y no toma del poder) determinaron  el quiebre irreversible de esta alianza en 1994  y dejaron sembrada la semilla de  nuevas y prolongadas crisis, con los que se quedaron y con los nuevos que llegaron, hasta hoy.

2. Sobre Un frente convertido en partido

En esta apartado Ramiro aborda las dificultades y las nuevas situaciones derivadas de la transformación del FMLN de fuerza guerrillera, fuerza militar a fuerza electoral, a partido político. Distingue tres fases en este último periodo: entre 1992 y 2009, entre 2009 y 2019 y a partir de 2019 hasta el momento actual.

Considera que al terminar la guerra en 1992, ya “no había objetivos comunes, sino divergentes…” lo que condujo a la decisión del ERP y RN de romper con el FMLN en 1994. También que “al convertirse en partido político unificado, el FMLN dejo de ser un frente en cuanto a  estructura y organización, pero no en cuento a ideología y política.” En definitiva, que siguió siendo un “partido multitendencias.”

Además menciona el cambio en la composición del FMLN, mientras los antiguos guerrilleros se vieron obligados a la búsqueda de la sobrevivencia, una masa de ciudadanos, sin formación política y con sus propios hábitos sociales, llegaron a engrosar sus filas. Y concluye con una nueva reflexión sobre el papel de Estados Unidos y sus tácticas de “ablandamiento” de los antiguos guerrilleros.

Comentarios

12 años de guerra no borraron las diferencias, pero si las ocultaron ante la población, la gente veía al FMLN como una fuerza sólida, unificada de jóvenes valientes.

Después de los Acuerdos de Paz, el objetivo se evapora, desaparece y el nuevo objetivo que surge es confuso, se hablaba de “desenlace diferido”, se hablaba de profundizar los cambios democráticos, pero la reforma lograda en 1992 era esencialmente política, ya que no tocó lo socio-económico, mucho menos lo cultural.

Para algunos, (direcciones de la RN y ERP) la tarea había terminado  y había que sumarse al sistema. Para otros, como el PCS, la lucha continuaba, y había que transformar el sistema.

Y cual era entonces el enemigo? Se definió que era ARENA y la oligarquía, lo de los Estados Unidos se fue difuminando, y lo de la FFAA mucho más… se volvió una institución “modelo” porque “había sido depurada…”  y hasta nosotros lo decíamos.

Y empezó a tomar fuerza la idea que la lucha era para conquistar el gobierno y no ya para tomar el poder, eso se decía se había intentado y no resultó, lo concreto era llegar a las alcaldías, a las diputaciones hasta alcanzar el ejecutivo. Además el mundo había cambiado y la gente necesita respuestas a sus problemas, se argumentaba.

Y a medida que se iba avanzando en la conquista de espacios institucionales, nuestra conducta iba cambiando y nos íbamos volviendo “respetables”  y a la vez nos íbamos alejando de las luchas y del contacto mismo con los sectores populares…podemos mencionar miles de ejemplos al respecto.

En síntesis, de aquel frente de cinco partidos en guerra  surgió un solo partido electoral. Los militantes se convirtieron en candidatos o en desempleados, y lograr ser funcionario de lo que fuera se volvió en el sueño de los muchos  que llegaron y de algunos, incluso de origen campesino,  que también fueron transformados por “el dulce encanto de la burguesía.”

Y la antigua solidaridad de sobrevivir frente a los bombardeos o en la clandestinidad, fue sustituida por la indiferencia y el sálvese quien pueda, para sobrevivir en este sistema capitalista.

3. Sobre el problema del poder

Ramiro vincula el problema del poder a la acumulación o desacumulación de fuerzas en los procesos revolucionarios. Explica que en la alianza FDR-FMLN existían diversas concepciones sobre el poder. En el caso del PCS, en este periodo, creo su brazo armado para la lucha por el poder, las FAL.

Y en términos de objetivos, se consideraban dos fases, la de la revolución democrática, que resolverá los problemas de  una reforma agraria, la democracia y la recuperación de la soberanía, y la cual al profundizarse, se convertiría en revolución socialista. Para Schafik Handal el socialismo sería la forma más avanzada, más completa, de la democracia. 

Consideraba Schafik que la lucha por el poder en El Salvador pasaba por la participación en los procesos electorales, como oportunidad para divulgar las propuestas revolucionarias y como un instrumento para movilizar y organizar al pueblo.

Plantea Ramiro que “si hoy tenemos la necesidad de recuperar  la confianza del pueblo es porque cuando ejercimos el gobierno no cumplimos con el deber de informar, explicar y fundamentar los enormes esfuerzos que realizamos pro mejorar las condiciones de vida de una inmensa cantidad de salvadoreñas y salvadoreños.”

Sostiene Ramiro que al final de la jornada, terminamos convertidos en administradores del sistema, terminamos haciendo las cosas que el Fondo Monetario Internacional nos dictó cuando estábamos en el gobierno.”

Comentarios

En uno de sus principales escritos -obra clásica del marxismo salvadoreño- Schafik en plena guerra, diciembre de 1981, profundiza sobre el problema del poder y argumenta de manera autocrítica que “el problema fundamental de la revolución es el problema del poder; el alejamiento en la práctica de esta verdad es, a nuestro juicio, uno de los factores principales que, de no corregir a tiempo, podría habernos dejado fuera de la línea delantera de la revolución salvadoreña.”

Nuestra reflexión actual se da en otro contexto, pero forma parte de la misma tradición, expresa esta misma continuidad pero ahora  en un contexto de repliegue, de reflujo, de derrota, de aislamiento.

Por lo tanto este análisis está orientado a reflexionar, a extraer lecciones de una gran derrota, de cara al futuro, de cara a los nuevos desafíos  que la realidad nos demanda, para poder cumplir nuestra tarea transformadora.

Hay una riquísima tradición marxista de análisis de situaciones de derrota iniciada por el mismo Marx en su análisis de la Comuna de Paris, de Lenin en su análisis de la derrota de la revolución de 1905, donde se crearon los primeros concejos de obreros y soldados, los soviets.

En nuestro caso, no haber realizado un análisis profundo acompañado de una lectura equivocada de la gran insurrección indígena-campesina de 1932,  como un grave error, nos costó décadas de repliegue popular y auto aislamiento del PCS.

Incluso después y hasta 1979, la revolución estaba postergada hasta que se diesen las condiciones objetivas y subjetivas para realizarla, mientras tanto estábamos en el periodo de acumulación de fuerzas.

De 1980 hasta 1992 el problema del poder estuvo  planteado como problema inmediato, incluso con nuestro respectivo ejército popular. Después de 1992 dejamos de  hablar  de poder y pasamos a hablar de gobierno, y luego de la necesaria estabilidad del gobierno, ya como parte del desmontaje ideológico y político. No podemos repetir ese mismo error.

Desde el movimiento popular latinoamericano, a la par de la tradición leninista clásica de lucha por la toma del poder, se prefiere hablar de construcción de poder desde el sujeto revolucionario. 

Creo que esta visión ayuda a ver el poder como un proceso, como una relación social,  una relación de reconocimiento y no como un fin, como un objeto, como un lugar.  

Construimos un nuevo poder en la medida que construimos fuerza social, fuerza partidaria de izquierda, organización, pensamiento de izquierda, capacidad de convocatoria, de movilización, de lucha, en que recuperamos la confianza de la gente en nosotros acompañándola en sus luchas, en que construimos nuevas relaciones humanas…

Si el otro es un objeto para mi, un soldado, un compita, estamos reproduciendo el poder de dominación, estamos bajando línea para que otros obedezcan, en el que unos mandan y otros obedecen, en una clara lógica de dominación, y no debatiendo y construyendo línea entre sujetos que se reconocen como iguales, y que construyen desde valores socialistas como la amistad, la solidaridad, el diálogo, el debate, la fiesta, la alegría de luchar…

Antes de la guerra, bajo difíciles situaciones de clandestinidad, como PCS la elaboración de la línea era un proceso de debate, consulta  y construcción colectiva. 

Recuerdo que en un viejo debate de marxistas alemanes, entre Carlos Kautski y Rosa Luxemburgo, ella planteaba que “la actividad misma educa a las masas.” O sea los sectores populares adquieren conciencia mediante la lucha, y no mediante conferencias o cursos de marxismo.

4. Sobre el “tridente diabólico”

Ramiro plantea en este apartado del libro, que como respuesta de la derecha latinoamericana y el imperialismo estadounidense, frente a la llegada al ejecutivo en América Latina de fuerzas de izquierda, el diseño de una estrategia basada en tres componentes: la guerra mediática la guerra judicial y la guerra legislativa. 

Y que este mismo esquema fue implementado contra el FMLN en sus diez años de gobierno, y muchas veces lograron sus propósitos debido a que no existió la voluntad de enfrentarlos.

5. Sobre el FMLN como partido de gobierno

En este apartado se hace una crítica a los diversos errores cometidos  por el FMLN en el ejercicio del gobierno. Explica Ramiro como el FMLN fue acumulando la fuerza electoral que le permitió en 2009 acceder al ejecutivo  en el marco de su “mayor acumulación social, política y electoral”. 

Opina sobre el gobierno de Mauricio Funes que este enfrentó la oposición de una oposición de derecha  desatada, y en este marco es que se decide la alianza táctica con GANA. También comenta sobre las relaciones con Funes, y como este con sus actitudes provocó que el proceso de acumulación de fuerzas se estancara.

En relación con Sánchez Ceren considera que este gobierno “nació débil, muy débil”  y en su accionar sufrió una “desteñidita” del rojo al rosadito. Afirma que “administró el sistema bien, y en muchos casos mucho mejor que la oligarquía y la burguesía, pero sin tocarlo.”

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La participación del FMLN como partido político desde 1992 y ya en el gobierno desde el 2009 deja muchas lecciones. Comento sobre algunas de estas, en tres grandes periodos.

Luego de los Acuerdos de Paz de 1992, el FMLN informa  a sus bases del Movimiento Popular que quedaban “liberadas” de los vínculos partidarios existentes durante la guerra.

Y el FMLN pasa a absorber  buena parte de la militancia popular, que  se lanza a la preparación de la participación en las elecciones de 1994. El FMLN pasa a ser la principal fuerza política y social, incluso hasta hoy 2025, como se observó en la marcha del 1 de mayo. Antes el movimiento popular comprendía, contenía al FMLN, que  nace del movimiento popular, hoy es al revés, es una relación distorsionada.

A partir de 1994 y particularmente después del 2009  se va consolidando una nueva capa social al interior del FMLN, que estaba integrada por los funcionarios públicos. Era una capa social diferenciada por sus recursos y prestigio. La encabezaban los miembros de la CP, y le seguían los del Consejo Nacional, los cuales pasaron a  ser ministros, diputados, embajadores o alcaldes.

Y presenciamos una virtual rueda de caballitos en que estos cargos eran intercambiables. El FMLN pasó de ser un instrumento de lucha social a ser un instrumento de ascenso social.

Y finalmente después de la derrota del 2019,  presenciamos la dispersión,  y el cierre del ciclo de acumulación electoral abierto en 1994. Aquí es que estamos ahora.

6. El papel de Estados Unidos. 

Considera Ramiro que la exembajadora Jean Manes jugó un papel fundamental en el combate contra los gobiernos del FMLN, ya que construyó una gran coalición social para atacarlos.

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Durante la guerra, el interés estratégico de Estado Unidos de destruir al FMLN coincidió con la Democracia Cristiana y las Fuerzas Armadas, mientras que con la oligarquía y ARENA tuvo diferencias tácticas, de enfoque. Después del 92 el interés estratégico de Estados Unidos se desplaza hacia una alianza política con la oligarquía (FUSADES) y su instrumento político, ARENA.

Después del 2009 el interés estratégico de Estado Unidos se desplaza a cultivar relaciones con Funes y luego con Sánchez Ceren, y logra mediatizar cualquier proceso de cambio. Descubre que pueden ser gobiernos manejables, potables, “amigos”. Anécdota de la ILEA, nos opusimos como movimiento popular y luego  nuestro presidente Sánchez Ceren inauguraba los cursos.

Después del 2019, los Estados Unidos seguramente disfrutan de la arremetida del presidente Bukele contra el FMLN. Ellos practican con sabiduría el principio del aprovechamiento de las contradicciones en el campo enemigo.

7. El FMLN y el presidente Bukele

En este apartado Ramiro da su versión de lo sucedido con Bukele en el FMLN. Inicia planteando que no fue Bukele el que destruyó en 2017 al FMLN sino que a esa altura  “nosotros ya estábamos destruidos, golpeados a fondo.”

Opina que “el capitulo mas controversial y costoso para el FMLN fue la expulsión de sus filas” Plantea que “a Bukele no debimos expulsarlo, y mucho menos en octubre de 2017, cuando ya estábamos políticamente derrotados y Bukele era nuestro Alcalde de San Salvador, cuya reelección estaba garantizada.”

Asegura que “con una visión sectaria y arrogante, al maltratar a Bukele en ese momento, el FMLN fabricó un enemigo “a su medida…No tuvimos conciencia del daño que nos iba  a causar”

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Bukele representa un esfuerzo de un sector de la burguesía (de origen palestino) por adueñarse del estado y ponerlo a su servicio, para acumular poder político a la vez crecer económicamente, sea en oposición o en alianza subordinada con la oligarquía. Inicialmente en oposición a Estados Unidos por la gestión demócrata de Biden, hoy en alianza subordinada con Trump.

Bukele representa un nuevo capítulo de la lucha de clases en el país, en el que sectores de la burguesía han intentado disputarle la dominación política  y económica a la oligarquía. Lo hizo Araujo en 1931, Duarte en los años de la guerra, incluso el FMLN mediante Albapetroleo.  Estos últimos dos intentos y el de Bukele fueron posibles por la pérdida del control oligárquico de la economía y el predominio del capital transnacional. Nuestra actitud frente a él es clave en relación a  la táctica del momento. ¿Cómo lo enfrentamos?

8. La unidad del FMLN y sus problemas

Ramiro nos indica que en 2017 “tres actitudes dañinas se exacerbaron dentro de la dirección del FMLN. El sectarismo, la arrogancia y la prepotencia…habían transcurrido ocho años de estar en el gobierno…esto lo digo con el mayor espíritu autocritico, incluyéndome…habíamos perdido a humildad, creció la distancia entre nosotros y la gente.”

Explica que fue en 2018 “el primer duro golpe posterior a la acumulación de fuerza social, política y electoral…a ese primer golpe le seguiría otros aun más duros” en 2019, 2021 y 2014.

Aclara Ramiro categóricamente que “hay quienes me acusan de ser bukelista de tener una relación oculta con él…después de la expulsión no he tenido relación alguna con él ni con su partido. Nunca deje de estar con el FMLN y dentro del FMLN…” 

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La izquierda siempre se ha caracterizado por sus polémicas y debates, los cuales muchas veces se realizan desde la prepotencia y el sectarismo, como en este y muchos otros casos.

Hace 100 años, en 1925 estalló al interior de la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños, que era conocida como la Regional, una intensa disputa de los ya entonces comunistas (aunque todavía sin partido) contra los reformistas de la Internacional de Amsterdam y contra los anarquistas, que fueron finalmente expulsados de la Regional.  Eran los tiempos del periodo sectarista de la estrategia de “clase contra clase” de la entonces Internacional Comunista.

En 1932 se volvió a repetir este error cuando la dirección comunista del levantamiento rechazó “por principios” llegar a acuerdos con los sectores araujistas-laboristas del presidente derrocado Arturo Araujo, lo que le permitió a Martínez  enfrentarse a un movimiento popular dividido y por lo tanto debilitado.

Durante los años treinta, cuarenta y cincuenta predominó en el PCS una línea de rechazar las elecciones y los acuerdos con fuerzas democráticas, progresistas fueran estas civiles o militares. Fue hasta finales de los años sesenta que se abrió la posibilidad de realizar alianzas con otros sectores, y surgió la candidatura de Fabio Castillo con el PAR Nueva-Línea.

Fueron largos años de sectarismo, de rechazo de las alianzas, que solo pudo ser superado con la experiencia de la UNO, y luego en el FDR y FMLN. Hoy se repite este mismo fenómeno y amerita por lo tanto, dar la batalla ideológica y política al respecto.

9. Las empresas ALBA

Explica Ramirio que en 2004 a iniciativa de Hugo Chavez y Fidel Castro surge la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP)  , de donde deriva Petrocaribe, la matriz del sistema empresarial ALBA-Petróleos de El Salvador, establecido en 2006.

Uno de los programas de Alba-Petroleo fue el de fomentar la agroindustria mediante el impulso al cultivo del  frijol, maíz y arroz.  Esta iniciativa productiva enfrentó la oposición de  la oligarquía y de las compañías petroleras, que se inventaron diversos mecanismos para boicotear las actividades de Alba-Petroleo. Lamenta dar a conocer que la decisión de intervenir a Alba-Petroleo fue tomada  no por el presidente Bukele, sino por el entonces presidente Sánchez Ceren el 31 de mayo de 2019.

10. El balance político

Considera Ramiro como aspecto positivo principal la Guerra Popular Revolucionaria, realizada entre enero de 1981 y enero de 1992, que permitió la firma de los Acuerdos de Chapultepec, que garantizaron “la desmilitarización del estado y la apertura de espacios políticos democráticos nunca antes existentes.”

Así como desde el gobierno, impulsar  cambios en el sistema institucional que beneficiaron a  la gente, como el de destinar más del 50% del presupuesto nacional a los gastos sociales.

Valora que “amplios sectores de la sociedad salvadoreña son conservadores en temas sociales e indiferentes en temas políticos, ante todo como resultado de la historia de dominación dictatorial y de hegemonía reaccionaria…”

Estima Ramiro que para evaluar la experiencia de gobierno del FMLN se requiere tomar en cuenta el contexto regional, la incidencia de la hegemonía oligárquica en la sociedad salvadoreña y por último, el balance de lo positivo y negativo del FMLN como partido y como gobierno.

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Pienso que es importante preguntarnos del 2009 al 2019: ¿Para quién gobernamos como FMLN? ¿Gobernamos para los sectores populares o para la oligarquía? Y creo que la respuesta es ambigua.

A veces para una parte y a veces para la otra, dependiendo de las presiones o los temores. Los programas sociales compitieron con las grandes obras de infraestructura  al servicio del capital, construidas en El Espino o en la carretera al Aeropuerto. Por qué no se construyó en Apopa o en Soyapango?  Cuáles eran las prioridades?

Me pregunto, si tuvimos acaso una política exterior independiente, lo de Cuba con Funes al inicio fue positivo, pero para lo de China nos demoramos tanto.

Incluso sobre los programas sociales, estos se realizaron desde una concepción asistencialista, de papá Estado que otorga y sectores populares que reciben. No como un mecanismo para organizar, concientizar y movilizar a los sectores populares. Y por eso la gente no los valoraba, y por eso no los defendió, no eran parte de su lucha. Por eso la gente no defendió al SITRAM, a  Ciudad Mujer, a ningún programa. No eran el resultado de sus luchas.

Por otra parte, la gente si nos vio, observó como rápidamente fuimos adoptando las prácticas tradicionales del sistema, de los sectores dominantes, y la gente nos vio y dijo: estos son los mismos!  Es más, la gente se indignaba cuando veía en sus comunidades pobres la llegada de caravanas de lujosas camionetas, de donde bajaban guardaespaldas armados cuidando a los ensacados ministros, diputados, alcaldes del FMLN. Esto es lo que explica el abandono de la base guerrillera.

Todos los puntos son importantes, pero hay un apartado que considero es muy valioso y se refiere a la calidad humana y la formación de cuadros, creo que retrata la vida y al  Ramiro que todos conocemos. Trata sobre la conducta de los militantes, sobre su humildad, su compromiso y su relación con la gente, trata sobre cómo construir poder popular, como construir tejido social y tejido partidario.  

En síntesis, el sistema no fue transformado como lo soñó Schafik sino fortalecido, y esto dinamitó los puentes entre nosotros y la gente. Nos transformó a nosotros, hoy debemos de recuperar nuestro espíritu revolucionario.

11. La situación internacional y regional

En este capítulo Ramiro va describiendo os diversos elemento de una situación regional e internacional muy compleja, de enfrentamiento entre diversos proyectos  y de crisis del imperialismo estadounidense.

Pero a la vez emite opinión sobre el proyecto de Bukele y señala que su gran fortaleza es que llega para los sectores populares con la imagen de lo nuevo y diferente, de lo largamente esperado y deseado, y su gran debilidad es que nada de eso es cierto.

12. ¿Y ahora qué?

 Ramiro concluye su tratado revolucionario con  valoraciones sobre  la historia del FMLN y su tránsito por el gobierno.  Finaliza sobre la necesidad de efectuar una reflexión autocrítica a fondo y de realizar un replanteamiento tota, político y organizativo, estratégico y táctico, que tenga en cuenta el pasado, el presente y el futuro.

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¿Cómo se recupera la confianza de los sectores populares? Con humildad y entrega, luchando a la par de la gente. Los sectores populares necesitan de nuestra experiencia y conocimientos  como luchadores sociales, esto va a contribuir a fortalecer sus luchas.

Necesitamos un contingente de izquierda, partido o movimiento, consciente y disciplinado, que garantice niveles de conducción de la organización y lucha popular, estudioso de nuestra sociedad y el mundo, que plantee banderas de lucha, solidario y antiimperialista.

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