PCS: 60 Años Jóvenes en la Lucha por la Democracia y el Socialismo

Los cambios habidos en el mundo en e! último lustro y más aún en el último año de la década pasada, resultan en una exigencia para todas las fuerzas políticas –con independencia de su signo ideológico- de realizar un amplio replanteamiento de sus acciones, por lo menos,
cuando no una revisión profunda y exhaustiva de sus referentes en el campo de las ideas.

Esa exigencia se vuelve más radical y urgente cuando se trata de fuerzas que pertenecen al llamado Tercer Mundo y, en particular, cuando corresponden a la geografía latinoamericana y sustentan
principios democráticos, progresistas, nacionalistas y revolucionarios.

La necesaria revisión de principios, de instrumentos de análisis y de acciones por parte de las organizaciones de intención y práctica inspiradas por el socialismo, es la impronta de este tiempo.
Luego de la desaparición de lo que se conocía como campo socialista convulsionado y en algunos casos maltrecho por los efectos combinados de acontecimientos y hechos surgidos de la acumulación de contradicciones y tensiones incubadas en el seno de sus propias sociedades, con la insurgencia en la Unión Soviética de ideas nuevas que impulsan el cambio social sin poder aún establecer rumbos precisos y metas factibles, en una Latinoamérica también convulsionada por sus problemas endémicos; agravados después de la invasión imperialista contra Panamá y la derrota electoral del sandinismo; cuando se prepara el escenario, por parte de Estados Unidas, para profundizar el marco de agresión y confrontación contra Cuba, la necesidad de nuevos planteos por parte de las fuerzas revolucionarias y socialistas del continente aparece como una tarea imprescindible para revertir los efectos negativos en el campo ideológico y de acción que imponen los hechos anteriormente señalados.
E! aniversario 60 de la fundación del PCS fue el leit motiv adecuado para que su Secretario General, Schafik Jorge Handal comandante Guerrillero de las FAL, miembro de la C. G. del FMLN hiciese un amplio planteo que incluyó una visión histórica de la organización, una reafirmación de la vocación revolucionaria socialista del partido, un análisis profundo y preciso de las nuevas realidades en el mundo y una formulación propositiva para enriquecer la vida partidaria en el marco unitario de trabajo en el FMLN y con otras fuerzas nacionalistas, antiimperialistas y progresistas de El Salvador.

En la larga lucha del pueblo salvadoreño por su liberación, el Srio. Gral. del PCS destaca y valora en toda su extensión el aporte hecho por los comunistas, sin omitir los aspectos críticos y autocríticos, necesarios para perfeccionar la estrategia de las grandes masas en marcha por la conquista de sus más caras aspiraciones democráticas.
Seis décadas de resistencia antidictatorial y una década de guerra popular han logrado permear, a grandes y mayoritarios segmentos de la sociedad salvadoreña, la necesidad de que el fin del militarismo no puede significar sólo el desembocar en una democracia formal, carente de contenido social. Como bien señala Handal, por
responsabilidad histórica y coherencia política, corresponde a las fuerzas revolucionarias y al PC entre ellas, con un espíritu renovado y unitario, fortalecido en sus principios, actuar como motor de impulsión entre las masas y sus organizaciones para que el fin del militarismo y de la guerra permita luego la implantación de un modelo transformador de sociedad, con una democracia popular y participativa que concrete la lucha de liberación nacional, abonada por el sacrificio de 60 años del pueblo y regada por la sangre de los héroes y mártires.

Presentado en el original como un discurso en el marco de la celebración del 60 aniversario de la fundación del PCS, este valioso aporte ha sido revisado por el autor y toma la forma de folleto para su difusión pública, como aporte del Partido al necesario debate de este tiempo que reafirme principios y adecue y rectifique procedimientos.

El Editor

INDICE

PCS: 60 AÑOS JÓVENES EN LA LUCHA POR LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO 5
UN JUSTO RECUERDO POR LOS CAÍDOS 8
A 6() AÑOS. EL PARTIDO CONTINÚA EN LA SENDA REVOLUCIONARIA
EL PARTID SE FUNDÓ EL 30 DE MARZO DE 1930
QUE LOS PRIMEROS COMUNISTAS NOS SIRVAN DE EJEMPLO
LOS INDÍGENAS COMUNISTAS 11
MODESTO, ¿POR QUÉ TE HICISTE COMUNISTA? . 12
LA CREATIVIDAD DE SEGUNDO RAMÍREZ . . . 14
LA VERDADERA DEMOCRACIA POPULAR 16
MIGUELRMOL SOBREVIVIÓ Y ASEGURÓ LA CONTINUIDAD 18
LOS AÑOS DIFÍCILES 19
UN AÑO REVOLUCIONARIO
EL REVISIONISMO BROWDERISTA 23
LOS OBREROS RESPONDIERON:“ESO ES TRAICIÓN”
UN NUEVO FLUJO REVOLUCIONARIO .25
LA UNIVERSIDAD, NUEVA FUENTE DE REVOLUCIONARIOS
ELECCIONES Y LUCHA ARMADA 29
EL IMPERIALISMO ES PODEROSO Y SABE MANIOBRAR 35
LOS 60 AÑOS SE CUMPLEN LUCHANDO 37
TENEMOS UN PROYECTO POPULAR Y REVOLUCIONARIO 39
EL IMPACTO DE LAS ELECCIONES NICARAGÜENSES 41
BAJO DOMINACIÓN IMPERIALISTA, CASI SIEMPRE HAY QUE NADAR CONTRA CORRIENTE 43
EL NUEVO MUNDO POSTPERESTROIKA .
LA LUCHA DE CLASES Y LA REVOLUCIÓN, REALIDADES OBJETIVAS
PENSAR CON CABEZA PROPIA 48
UN MUNDO INTERDEPENDIENTE Y CONTRADICTORIO..51
NUESTRAS CONCEPCIONES DEBEN AJUSTARSE A NUEVAS REALIDADES…55
NUESTRA TAREA …. 59
USTEDES TIENEN LA PALABRA…. 59

UN JUSTO RECUERDO POR LOS CAÍDOS

Vamos a comenzar-creo yo que es lo más justo y legítimo- haciendo un minuto de silencio en honor de los miles de revolucionarios, y en particular de los comunistas, que a lo largo de todos estos años han caído. Un minuto de silencio en honor de todos los luchadores por la democracia, por los intereses generales del pueblo trabajador que a lo largo de 60 años entregaron sus vidas, sufrieron en las cárceles, o fueron desaparecidos o asesinados combatiendo contra la dictadura militar, en homenaje a todos lo heroicos combatientes de las FAL y de las organizaciones hermanas del FMLN que han caído en el transcurso de la guerra popular revolucionaria que estamos librando. Pido pues, para todos ellos, que guardemos un minuto de silencio.

A 60 AÑOS, EL PARTIDO CONTINUA EN LA SENDA REVOLUCIONARIA

Sesenta años de la vida de nuestro Partido abarcan más de la mitad de este crucial siglo xx, crucial para toda la humanidad.

Cuando hace un mes inauguramos la jornada del 60 aniversario del Partido Comunista y del 10º. aniversario de las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), dijimos que esta era una jornada diseñada más de cara al presente y al futuro que de cara al pasado. Que se abría un proceso de debate, de reflexión de toda la militancia del Partido para encarar los retos actuales, para elaborar la posición del Partido, sus ideas, su línea frente a los cambios que conmueven al mundo de nuestros días.

Esa jornada de debates ha tenido lugar. La militancia opina, debate, interroga, reflexiona. Esto refuerza la voluntad de combate del Partido Comunista de El Salvador, refuerza el carácter revolucionario de nuestro Partido. Deseamos que la reflexión y el debate continúen aportando sus valiosos frutos permanentemente.

Ahora, es justo que echemos una mirada, aunque sea rápida, a nuestra existencia. Es necesario extraer de ahí enseñanzas, extraer de ahí firmeza. Es necesario hacer justicia histórica a quienes, a lo largo de todas estas décadas, participaron y siguen participando en nuestra lucha y deducir de ahí algunos rasgos de nuestra organización que es necesario tener en cuenta, sobre todo ahora que estamos en medio de tormentas, de confusiones, de muchas presiones. En medio de esta situación, tenemos planteado el desafío de darle culminación victoriosa a nuestra revolución.

EL PARTIDO SE FUNDÓ EL 30 DE MARZO DE 1930

El Partido Comunista de El Salvador, como se sabe, fue fundado en marzo de 1930. Quiero aprovechar esta ocasión solemne para hacer una corrección. No fue el 28 de marzo -como habíamos venido diciendo-la fecha de la fundación de nuestro Partido, fue el 30 de marzo.

La historia de nuestro Partido ha sido muy azarosa. Después de la insurrección de 1932 sufrió mucha persecución, se perdieron sus archivos y los datos de la historia de sus primeros años de vida quedaron librados únicamente a los recuerdos de los militantes y dirigentes sobrevivientes. Se perdió así una parte de sus rastros. Muchos años después, reunimos allá por los años 60 a un grupo de fundadores para determinar mejor las condiciones en que fue fundado el Partido, conocer su fecha y otros datos.

Esos compañeros parte de los cuales ya murieron, después de muchos recuerdos y deliberaciones, nos dijeron que la fecha de fundación de nuestro Partido había sido el 28 de marzo de 1930, que fue un día domingo, a orillas del lago de Ilopango, cuando se reunió la pequeña asamblea de comunistas que fundó el PCS. Todos eran obreros, campesinos o, más bien dicho, artesanos y campesinos; hubo entre ellos un par de maestros de escuela. Ellos nos dijeron estar seguros de que aquél fue el último domingo de marzo y habían calculado que ese día fue 28. Y lo aceptamos así.

No volvimos a ocuparnos del asunto hasta hace unos pocos años, cuando comprobamos que el último domingo de marzo de 1930 fue el día 30 y no el 28, pero decidimos esperar al 60 aniversario para hacer la corrección. Así que la .hago por encargo de nuestra Comisión Política y pido qué, de aquí en adelante, lo tengamos por establecido definitivamente.

Dicho sea de paso, antes de ese consejo de fundadores, como no teníamos seguridad, celebrábamos el 15 de marzo, razonando así: “fue en marzo, eso está seguro, no sabemos si al comienzo o al final, entonces que sea al medio”. Esto no es una señal de desorden, sino expresión de los combates y embates de la vida de nuestro partido, especialmente del heroísmo y el drama de sus primeros tiempos.

QUE LOS PRIMEROS COMUNISTAS NOS SIRVAN DE EJEMPLO

El Partido Comunista de El Salvador (PCS) surgió de las filas más combativas de los obreros y campesinos de esos años que estaban en ebullición. Había un gran movimiento huelguístico. Se había formado en 1924 con la participación y contribución decisiva de los compañeros que después fundaron el Partido la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños, que jugó un gran papel organizador y concientizador en la historia de aquellos años. En aquellos años, amplias fuerzas populares y democráticas se enfrentaban en lucha intensa a la represiva dictadura derechista de los Meléndez-Quiñónez (1913 a 1927), instalada en 1913 sobre el asesinato del Presidente liberal reformador, Manuel Enrique Araujo. Y de esas filas surgió el Partido Comunista de El Salvador. Se fundó en un momento combativo y surgió en combate.

Por esa razón, menos de dos años después, estaba encabezando la insurrección de enero de 1932. Pero sobre esto se conoce bastante y no voy a repetir esa historia. Quisiera sí, dar a conocer unas estampas que perfilan algunos de nuestros compañeros de aquel tiempo, cuya conducta, estilo y acción, recogen las características de su época y del carácter revolucionario de nuestro Partido.

LOS INDÍGENAS COMUNISTAS

Primero, voy a hablarles un poco de Feliciano Ama y de Chico Sánchez, dos jefes indígenas que se incorporaron al Partido Comunista de El Salvador, junto con su pueblo. Cuando recibieron la explicación de que al Partido sólo se podía ingresar individualmente, ellos no lo aceptaron y dijeron: “sí, está bien, pero nuestro pueblo viene con nosotros al Partido, desde este momento todos somos comunistas”.

Eran los indígenas de Izalco, Nahuizalco, Juayúa, Sonzacate, Tacuba, etcétera. En todo el sur de la zona occidental del país todavía existía bastante cohesionada esa etnia (los Pipiles, descendientes de las tribus migrantes de toltecas y aztecas, llegadas de México siglos antes de la conquista española), que después se ha ido dispersando. Su reivindicación más sentida era recuperar las tierras de las cuales los despojaron los terratenientes, dueños del poder del Estado, a finales del siglo pasado y comienzos del siglo actual. Especialmente el general Regalado y los señores Dueñas, fundadores de las muy conocidas familias Regalado y Regalado Dueñas, de las más conspicuas y reaccionarias de la oligarquía del país.

Los indígenas querían recuperar sus tierras; todavía vivían muchos de los que sufrieron aquel despojo o lo presenciaron.

El Partido Comunista fue el primero que levantó la bandera de la tierra en la historia social de nuestro país, la bandera de la solución del problema agrario, de la reforma agraria. Y esto fue lo que movió a Feliciano Ama y Chico Sánchez a incorporarse en nuestras filas. Como es sabido, ellos encabezaron en sus regiones la insurrección popular y ambos fueron ejecutados al fracasar el movimiento. Feliciano Ama fue colgado, ahorcado, en un árbol del pequeño parque de la ciudad de Izalco y fue dejado allí hasta que se descompuso su cadáver, por días y días, hasta que se lo comieron los zopilotes, para infundir el terror. Chico Sánchez fue fusilado. Su firmeza, su espíritu combativo, su resolución, dejaron honda huella, fueron dos destacados jefes de la insurrección de 1932. Por eso los mataron de ese modo, para sepultar con ellos el espíritu revolucionario, el espíritu combativo de su pueblo.

MODESTO, ¿POR QUÉ TE HICISTE C0MUNISTA?

Voy a referirme a Modesto Ramírez. Él también participó en las luchas de aquel tiempo, jornalero agrícola, de la caña, de allí cerca de San Salvador; trabajaba en lo que era la hacienda Venecia donde ahora hay una colonia con ese mismo nombre en Soyapango.

Como casi todos los jornaleros, Modesto Ramírez era analfabeta. Él sobrevivió a los acontecimientos de 1932. En el libro escrito por Alfredo Schlesinger –guatemalteco-sobre la insurrección de enero de 1932 en El Salvador, se menciona a Modesto como fusilado. Pero realmente no fue fusilado. Murió muchísimo después, en los años sesenta, con más de 80 años de edad.

Modesto era un hombre muy claro y bastante culto, pese a ser analfabeta Había sido uno de los más destacados dirigentes del movimiento campesino, uno de los jefes de la insurrección y llegó a ser miembro del Comité Central. Muy pocos sabían que él casi no podía leer ni escribir, porque era un hombre con mucha cultura, con un manejo del idioma muy claro. Se había acostumbrado a que le leyeran, le leían mucho y él absorbía mucho. Conocía y manejaba incluso conceptos de la teoría. Hasta el último minuto de su vida tuvo plena conciencia.

Yo lo visité como un mes antes de su muerte; en su lecho de enfermo, le pregunté: “Modesto y tú ¿por qué y cómo te hiciste comunista?”

Entonces él rápido respondió: “Mirá, yo era jornalero de la hacienda Venecia. Me pagaban dos reales eran 25 centavos diarios y todavía había allí castigos físicos como en los siglos anteriores”. Me contó sobre esos castigos. El “trozo”, por ejemplo, consistía en un trozo grande (de madera) cortado por la mitad, a lo largo, donde tenía huecos para las manos y los pies. De acuerdo con el castigo podían prensar allí al castigado por una mano o las dos manos, por uno o los dos pies, o por las manos y los pies al mismo tiempo. Y le ponían candado. Lo mantenían así por uno o dos días. Había otro castigo: una horqueta, de palo grueso, pesado, sujeta a la garganta del castigado con una cadena, para que anduviera arrastrándola. Es decir, el compañero Modesto había sido un trabajador semiesclavo.

Continuó su respuesta relatándome que, cierto día, fue a cortarse el pelo a una barbería de Soyapango. Y el barbero le estaba hablando a otro cliente sobre la revolución francesa, acerca de la cual había leído algo. Modesto me dijo: “lo que a mí me llamó la atención fue quiénes y cómo se tomaron la Bastilla. Sobre todo me impresionó mucho que eran trabajadores, hombres, mujeres pobres del pueblo, artesanos, lavanderas, cocineras, campesinos. Eso me llamó la atención y le pedí que me lo repitiera. Eso fue lo que me abrió los ojos. Yo creía que la vida que llevábamos nosotros los pobres, los trabajadores, era un castigo divino. Eso pensaba. Que era un castigo de Dios. Pero el relato que este hombre hizo, de que la Bastilla, esa enorme fortaleza, la pudieron tomar simples trabajadores, pobres como yo, eso me alumbró.” (¡La revolución francesa iluminando dos siglos después!) “Entonces, yo me empecé a interesar y me di cuenta que había ese movimiento de la Regional de los Trabajadores. Me fui acercando allí y allí me ganaron los camaradas y desde entonces estoy aquí”.

LA CREATIVIDAD DE SEGUNDO RAMIREZ

Segundo Ramírez, otro, campesino que también sobrevivió a los acontecimientos de 1932 y murió en 1971. Segundo Ramírez era campesino pobre; en su juventud se incorporó a las filas porque conoció a los comunistas y desde entonces se dedicó por entero a la lucha. Lo que yo quiero contar de Segundo es su participación en la insurrección, relatada por él.

El Comité Central tomó la decisión de organizar la insurrección, hizo un plan para aplicarlo, nombró “Comandantes Rojos” a los cuadros que consideraba, en cada lugar, en cada zona, tenían capacidad para organizar la insurrección. Segundo Ramírez fue nombrado “Comandante Rojo” en Izalco y debía producir el levantamiento.

Claro, había una gran efervescencia, se vivía una situación revolucionaria real, madura. El asunto es que tenía que levantar a la gente, alzarla y tomarse el cuartel que está a no muchos kilómetros de allí, en la ciudad de Sonsonate. Esa era su misión. Alzar al pueblo de Izalco y llevarlo a asaltar el cuartel. En el cuartel había soldados comunistas, “soldados rojos”, que iban a actuar desde adentro.

La fecha de la insurrección fue modificada tres veces. Y en esos cambios los “soldados rojos” fueron descubiertos en sus preparativos. De manera que cuando Segundo estaba organizando la insurrección en Izalco, ya no había en quién apoyarse dentro del cuartel. Pero él no lo sabía. A los soldados los habían capturado y asesinado.

Segundo Ramírez contaba que desde que recibió la orden del Comité Central pasó noches sin dormir, pensando en cómo lo haría. Lo que tenía muy claro era que debía cumplir la misión a toda costa. Y al fin se le ocurrió algo. Razonó de esta manera: “aquí hay muchos reservistas del ejército y como soldados que han sido conocen el lenguaje de la corneta” (en ese tiempo, en los ejércitos se utilizaba para transmitir algunas órdenes). Recordó que había por allí, en un cantón, un simpatizante del Partido que había sido corneta durante su servicio militar.

Lo fue a buscar y convencer, se dieron maña para conseguir una corneta con los músicos de la Banda Regimental, porque en ese tiempo los cuarteles tenían sus bandas. Y lo llevó en la mañana del día fijado a la plaza que está frente la iglesia. Le dijo: “toca a reunión”. Sonó la corneta y efectivamente se empezaron a reunir en la plaza muchos reservistas y muchas otras personas atraídas por el suceso.

Cuando ya se había reunido una cantidad que él consideró eran miles aunque a estas alturas es difícil establecer si eran miles o cientos, pero dijo que la plaza estaba llena entonces Segundo Ramírez les hizo un discurso muy clasista, muy incendiario, acerca de que había llegado el momento de tomar el poder, de cambiar la situación, de recuperar la tierra que les fue arrebatada, en fin, de acabar con la explotación del hombre por el hombre… al final les dijo: “Los que estén a favor de irse conmigo, que se pongan aquí, de este lado, y los que no, de ese otro lado”. Contó que todo mundo se puso de lado de él. Entonces les dijo:
“vayan inmediatamente a buscar sus machetes. El que tenga alguna escopeta, alguna pistola, la trae. Y nos vemos aquí mismo cuanto antes”. Izalco era una población pequeña, la gente se fue y volvió armada pronto, casi todos únicamente con machetes.

Sin embargo., tropas de la Guardia Nacional estaban avanzando ya desde Sonsonate. Y así, sin más, los insurgentes emprendieron su marcha hacía Sonsonate; en el camino se encontraron que la Guardia había emplazado una ametralladora y comenzó a disparar. Allí murió mucha gente, pero combatieron, flanquearon, fueron atrás del nido de la ametralladora, lo asaltaron, acabaron con aquellos guardias y siguieron adelante.

En la proximidad de la ciudad esperaron las señales convenidas desde el interior del cuartel, pero no aparecían y allí se pasaron esperando el momento toda la noche, emboscados en los alrededores de Sonsonate. Compañeros enviados a buscar información en la ciudad conocieron que los soldados rojos habían sido asesinados, el cuartel estaba reforzado y no podía hacerse nada. Segundo organizó el repliegue de la gente.

Esta estampa insurgente nos revela a comunistas revolucionarios fundidos con las masas, con iluminada confianza en ellas, con inmenso prestigio y autoridad entre éstas. Las masas confiaban en aquellos comunistas ilimitadamente.

LA VERDADERA DEMOCRACIA POPULAR
Una última estampa se refiere a Farabundo Martí, quien no asistió a la asamblea de fundación del Partido y, contrariamente a lo que se cree, tampoco fue Secretario General del Partido. Cuando el Partido se fundó, él estaba fuera del país. Sin embargo, Farabundo Martí era un hombre de mucha influencia, el comunista más destacado y prestigioso.

Dentro de los trabajos que organizaron los comunistas en la Federación Regional de Trabajadores, estaba lo que se llamaba la Universidad Popular. En realidad era como un centro de conferencias en donde llevaban a valiosos intelectuales progresistas: profesores, abogados, periodistas, escritores, etcétera los economistas no se formaban en escuela a que dieran charlas, a que les explicaran a los obreros las cosas de la actualidad, que les transmitieran conocimientos, les expusieran sus ideas democráticas. A eso le llamaban Universidad Popular.

En esos años, el acontecimiento más destacado y central que conmovía a la América Latina era el alzamiento del General Augusto César Sandino, en Nicaragua. El combate del General Sandino contra las tropas invasoras norteamericanas en las montañas de las Segovias y el forjamiento del “Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua”, motivaba una gran solidaridad. Especialmente en El Salvador hubo una enorme solidaridad.

Un día de esos, ante noticias impactantes de lo que estaba ocurriendo en Nicaragua, se convocó una asamblea de trabajadores, en la Universidad Popular, para deliberar y tomar medidas que impulsaran la solidaridad con el General Sandino.

Según el relato que conocí muchos años después, de uno de los presentes en aquella asamblea, un obrero tomó la palabra y dijo: “Dejémonos de cuentos y habladas. Lo que debemos hacer es ir a combatir junto a Sandino y yo propongo que aquí, de una vez, nombremos el primer grupo que se va a ir a combatir allá a Nicaragua”. La iniciativa contó con el apoyo de todos y eligieron -así, por elección-al primer grupo.

El primer elegido fue el mismo Farabundo Martí. Junto con él, ocho o diez compañeros. Pocos días después emprendieron el viaje hacia Nicaragua y se incorporaron a la guerra antiimperialista.

Así es como Farabundo Martí se incorpora junto con Sandino. Literalmente, por mandato democrático de una asamblea de trabajadores. Por iniciativa de un obrero. El Partido todavía no existía. Lo que había eran grupos comunistas, los primeros grupos inquietos que se reunían por ahí, leían alguna literatura marxista que empezaba a llegar. Esta es una estampa extraordinaria, llena de grandes
enseñanzas. No sólo muestra el temple, la firmeza, la decisión revolucionaria combativa de Farabundo Martí y de los compañeros que lo acompañaron a Nicaragua, sino que muestra también el enorme respeto y acatamiento de los dirigentes de aquella época a las masas, a la base. Un ejemplo de democracia revolucionaria, desde la base, en su plenitud.

MIGUELRMOL SOBREVIVIÓ Y ASEGURÓ LA CONTINUIDAD

Bueno, dejo hasta aquí las estampas de aquella época. Primera época heroica del Partido Comunista de El Salvador que culminó con la insurrección y la masacre. Enorme matanza de decenas de miles de trabajadores, matanza dirigida contra el Partido. El Comité Central fue literalmente asesinado, quedó en pie de lucha sólo uno de sus miembros, Miguel Mármol Secretario General de la Juventud Comunista, a quien ejecutaron en esos fusilamientos improvisados que hacían, en las afueras de San Salvador, pero quedó vivo. Lo hirieron y creyéndolo muerto como los demás, lo abandonaron y sobrevivió. Lo primero que hizo Miguel Mármol fue dedicarse a buscar a los comunistas que habían quedado vivos, para reagruparlos y reorganizar el Partido; se trasladó a Usulutan y se empeñó en promover la lucha de masas contra las medidas económicas y represivas de la sangrienta dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez, consolidada por la derrota de la insurrección.

Uno de los méritos más importantes de Miguel Mármol, es el que le dio continuidad a nuestro Partido y a la resistencia popular en momentos de mucho terror, confiando en las masas, confiando en las bases, a pesar de aquella tremenda derrota.

LOS AÑOS DIFICILES

Vinieron luego años difíciles. Surgieron nuevas generaciones de comunistas. Muchos de ellos influidos por el terror y forjados, ya no en las filas del movimiento de los trabajadores sino que, sobre todo, provenientes de la Universidad.

Entonces, el Partido entró en un momento en que predominaba mucho la teorización, el análisis de si había sido correcto tomar las armas. La mayoría de los nuevos comunistas sostenían que la insurrección había sido un tremendo error, que jamás debió tomarse las armas. Alegaban que eso fue el resultado de la ignorancia de aquellos comunistas primeros, que no conocían la teoría marxista, que no podían hacer análisis científicos y agregaban otros argumentos parecidos.

Se generó así un período de enfrentamientos y falta de cohesión en el Partido Comunista. Un período muy negativo, no sólo por la dispersión de las filas partidarias porque esa dispersión podría haberse superado con otro enfoque, sino porque se educó a las nuevas generaciones de militantes del Partido en la idea de que era malo alzarse, de que era malo combatir. Se llegó a negar la existencia misma del Partido.

Durante muchos años fue prohibido aceptar que el Partido existía, según el criterio de que si el Partido luchaba sería destruido. Que primero debía fortalecerse y después luchar. Claro, aquello era una falacia, ¿cómo se iba a fortalecer sin luchar? Los comunistas luchaban individualmente, sin aceptar su pertenencia al Partido. Muchos de ellos tenían renombre, pero negaban que eran comunistas. Si alguien decía “tú eres comunista”, la respuesta era “y ¿tú eres policía? “Aquí no hay comunismo, lo que hay es hambre”. Eso es lo que habían orientado los dirigentes de aquel tiempo.

Cuando yo ingresé al Partido, en 1950, todavía eso se practicaba.

En los años 40, esa situación empezó a cambiar. Se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial, la lucha antifascista. El tema de la democracia floreció. En El Salvador continuaba imperando la brutal dictadura militar del General Hernández Martínez. La alianza antifascista de la Unión Soviética con Inglaterra y Estados Unidos neutralizó bastante el anticomunismo. Todo ello alentó el reagrupamiento de los revolucionarios y de los demócratas. Las gentes progresistas de distintos sectores sociales empezaron a confluir en la lucha contra la dictadura martinista.

UN AÑO REVOLUCIONARIO

Un año revolucionario de extraordinaria importancia fue 1944. Un año de lucha revolucionaria desde abril hasta diciembre. El 2 de abril, levantamiento en los cuarteles en combinación con el movimiento popular. Levantamiento de parte del ejército que entrega armas al pueblo civil. Insurrección que duró tres días, pero fracasó. Después, gran matanza contrarrevolucionaria y, luego, la victoriosa “Huelga General de Brazos Caídos”. Se llamó así porque ya no había armas para enfrentar a la dictadura. La huelga general de “brazos caídos” fue organizada por los estudiantes universitarios, con el propósito de derribar la dictadura e instaurar un régimen democrático. El tirano fue derrocado el 9 de mayo. Cinco meses de libertad y, luego, contrarrevolución de nueva. Golpe de Estado contrarrevolucionario encabezado por el Coronel Osmín Aguirre jefe de la Policía Nacional, uno de los asesinos de 1932 y nuevas matanzas, nuevas capturas, miles de prisioneros y exiliados.

En Guatemala, en esos mismos momentos (20 de octubre de 1944), triunfó un movimiento insurreccional similar al de abril, de donde emergió la figura de Arbenz; el entonces Capitán Arbenz, como los militares progresistas salvadoreños lo hicieron en abril, se alzó en armas junto con sus compañeros contra la dictadura de Ubico, entregó armas al pueblo civil y alcanzaron la victoria. En El Salvador muchos militares demócratas habían sido fusilados. Si en el ejército salvadoreño ha demorado mucho el que vuelvan a surgir figuras progresistas con algunas excepciones una de las razones es que em 1944 sufrió esa gran mutilación.

Frente al golpe contrarrevolucionario del Coronel Osmín Aguirre, se fueron miles de salvadoreños hacia el país hermano recién liberado Y Arbenz, que era uno de los dos Capitanes miembros de la Junta Revolucionaria -el otro, Arana, después se vendió a la reacción—, armó a los salvadoreños.

En diciembre, volvieron al país en invasión revolucionaria y combatieron duramente en los Llanos del Espino, de Ahuachapan, se tomaron la ciudad y el cuartel, pero fueron derrotados. Hubo traiciones. Ya el ejército sabía lo de la invasión. Los que debían alzarse en la capital, para amarrar las tropas principales de la dictadura e impedir se volcaran contra los patriotas invasores, recibieron fechas deliberadamente distintas.

Para fijar las tropas del cuartel San Carlos (ahora Primera Brigada); se alzó un grupo en San Miguelito; fue un alzamiento heroico, pero antes de tiempo. Un estudiante de Química y Farmacia, Paco Chávez, murió allí combatiendo inclaudicable, cubriendo la retirada de sus compañeros, porque se les vino todo encima buscando aniquilarlos.

Así terminó el año 44. Un año revolucionario que merece mucho estudio. Año de muchas enseñanzas, de grandes combinaciones de formas de lucha. Fue antecedido por una amplia lucha política con las banderas antifascistas, supuestamente de cara a la gran guerra en Europa, pero en realidad enfilada contra el dictador cuyos métodos eran análogos a los fascistas y simpatizaba con Hitler. Bajo la presión norteamericana, Hernández Martínez había tenido que “declararle la guerra” formalmente al Eje germano italo japonés, y quedó impedido para reprimir aquel movimiento de “solidaridad con los aliados”. La bandera antifascista fue así también bandera antimartinista y los
postulados democráticos fueron vigorosamente movilizadores.

En ese marco se fue incubando el movimiento insurreccional: la propaganda clandestina, la organización de grupos, más de seis meses de conspiración con los militares en San Salvador, Santa Ana y otras ciudades. Luego vino el alzamiento militar, el ingreso y armamentización de cientos de civiles en los cuarteles. Fue esto lo que reventó el 2 de abril y puso en marcha todo ese año revolucionario, hasta diciembre.

La lucha política contra Martínez se había comenzado a perfilar desde 1940 y ese repunte reagrupó al Partido, puso fin a un período duro de enfrentamientos internos. Se pudo formar un Comité Central único y pudieron los comunistas participar en todos estos acontecimientos, incluso tomaron las armas junto al pueblo el 2 de abril y el 8 de diciembre, promovieron activamente la huelga general de brazos caídos. En los cinco meses que siguieron al derrocamiento del Gral. Hernández Martínez, el Partido realizó una extensa reorganización del movimiento sindical y campesino, participó muy activamente en la movilización política democrática.

Ese fue otro momento importante, que después del golpe de Osmín Aguirre fue continuado por el Partido con un gran esfuerzo organizativo del movimiento obrero. Un esfuerzo clandestino porque estaban prohibidos todo tipo de sindicatos y asociaciones; Este esfuerzo devino en el movimiento huelguístico de los años 46 y 47, nuevos intentos insurreccionales en septiembre de 1946, a partir de la matanza del 15 de septiembre de una concentración de trabajadores en lo que es hoy la Plaza Libertad y la consiguiente huelga general, que luego se desvanecieron sin alcanzar victoria.

El Partido estaba superando la dispersión y la debilidad siguientes a 1932, pero todavía ese proceso. no terminaba, cada vez que venía un período de decaimiento del movimiento popular, en que la marea de la reacción se imponía, volvían las viejas discusiones y tensiones internas.

EL REVISIONISMO BROWDERISTA
En aquel tiempo. cuando se acercaba el final de la guerra mundial, brotó de ella un subproducto ideológico político en el Movimiento Comunista Internacional, al cual se conoce con el nombre de “Browderismo”. El creador de la concepción que generó esa tendencia fue Earl Browder, entonces Secretario General del Partido Comunista de los Estados Unidos, miembro del Buró de la Internacional Comunista.

De la alianza antifascista en que participaba la Unión Soviética junto con los Estados Unidos e Inglaterra, Browder hizo la deducción de que había llegado el fin de la lucha de clases y yo les pido que pongan un poco de atención porque aquello se parece a algunas tesis que estamos escuchando hoy que los sistemas no eran. confrontativos, no eran adversarios, sino eran convergentes.

Browder argumentaba que los encuentros cumbres de los jefes de Estado de las grandes potencias aliadas (Roosevelt, Churchill y Stalin), realizados durante la guerra en Teherán (Irán), Yalta (URSS) y Postdam (Alemania), habían cambiado el curso de la historia. Entre capitalismo y socialismo se había establecido una especie de convergencia, de hermandad y, en adelante, la humanidad iba a desarrollarse y progresar por la vía del entendimiento y no del enfrentamiento, de la violencia. Los partidos comunistas debían adoptar un nuevo pensamiento y convertirse en una especie de asociaciones, algo parecido a clubes, de gente bien intencionada, estudiosa, capaz de convencer a los extremistas que todavía quedarían pululando en un lado y otro, para que entendieran la “nueva época”. Más o menos ese era el planteamiento.

Esto provocó una crisis en el movimiento comunista. Hubo partidos que empezaron a cambiarse nombre. El propio Partido de los Estados Unidos reunió su Congreso, se autodisolvió y se transformó en “Asociación”, con la única oposición de Foster, su Presidente, uno de los fundadores del movimiento obrero en Estados Unidos, una
figura de gran respeto e influencia. Fue el único que no cayó en aquella trampa, la rechazó. Ye! único que se opuso en el Congreso, pero lo arrasaron.

Partidos del Caribe y de otras zonas de América Latina empezaron a hacer esos cambios. De esa época es que proviene el paso de nombre de Partido Comunista a Partido Socialista “no sé qué”, con perspectiva de llegar a “Asociación”. Porque en esos partidos se produjo un debate, no llegaron a ponerse de acuerdo. Entonces se transó en un eslabón intermedio que iba en dirección a, después, dar el paso final de ese proceso de conversión.

Se creó una gran confusión. Los comunistas de algunos países latinoamericanos se volvieron colaboradores de los dictadores más odiosos, en aras del ideal browderiano conciliador; terminaba el enfrentamiento, ya no se era adversarios. Esto sólo en algunos países, claro. (En Nicaragua con Somoza, en Cuba con Batista, se llegó a tales expresiones).

LOS OBREROS RESPONDIERON:“ESO ES TRAICIÓN”

Vino luego una aguda lucha ideológica en el movimiento comunista mundial, inició la contraofensiva un dirigente comunista francés, Jacques Duclos. Y a partir de ahí se abrió un debate que terminó con el browderismo.

¿Cómo impactó el browderismo en el Partido Comunista de El Salvador? Aquí es donde uno reflexiona en la sabiduría popular, cuando dice: “no hay mal que por bien no venga”; nuestro Partido estaba apenas recuperándose y sus relaciones internacionales eran tan pobres, que realmente el influjo de aquella posición llegó nada más a dos o tres cabezas ilustradas, intelectuales de gran nota, que alcanzaban a conocer y asimilar la extraña sabiduría de aquella posición. Y convocaron una reunión para exponer y apoyar el nuevo pensamiento, que se realizó en el tiempo que media entre el derrocamiento del dictador Martínez y el contragolpe cinco meses después de Osmín Aguirre, en octubre. En ese período es que se produce ese intento browderiano dentro del Partido, que duró una sola reunión, porque los obreros comunistas más combativos y claros los enfrentaron y rechazaron tajantemente.

Ellos fueron principalmente los obreros comunistas de Santa Ana. Escucharon la enjundiosa intervención de uno de estos intelectuales y pidió la palabra uno de ellos, Daniel Castañeda, quien todavía vive. Tiene 96 años, de oficio sastre. Y les dijo: “¡Eso es traición!”. La mayoría apoyó esa caracterización. Los browderianos en ciernes fueron refutados también por uno de los intelectuales comunistas más destacados.

Así terminó todo. Luego, para ponerle fin a las dudas, vino el contragolpe de Osmín Aguirre y vino la gran capturadera. En primer lugar, fueron capturados esos mismos compañeros que andaban embullados con el browderismo y, por supuesto, no se volvió a saber más del asunto. Afortunadamente, por eso nos seguimos llamando Partido Comunista de El Salvador.

UN NUEVO FLUJO REVOLUCIONARIO

En los años 60 se produce un gran flujo del movimiento de masas revolucionario, promovido desde 1958 por la ola latinoamericana tumbadora de dictaduras: derrocamiento en 1958 de Pérez Jiménez, en Venezuela; grandes luchas en Colombia contra Rojas Pinilla y, un poco antes, las repercusiones de la nacionalización del Canal de Suez, por Nasser. Eran acontecimientos conmovedores. Vino luego la revolución cubana y toda América Latina se estremeció por uno de sus más vigorosos flujos revolucionarios.

El nuevo despertar y las crecientes luchas democráticas contra la dictadura militar en El Salvador, que se agudizaron en diciembre de 1955, recibieron una poderosa inspiración del ejemplo de la revolución cubana y desembocaron, desde el 20 de agosto de 1960, en un verdadero alzamiento popular no armado, durante varias semanas en San Salvador y Santa Ana –principalmente-, lo cual forzó de nuevo el fenómeno del entendimiento entre civiles demócratas y sectores militares, derrumbando al Coronel José María Lemus el 26 de octubre. Ya entonces el Partido tenía una dirección estable, bastante claridad de su camino, de su rumbo, y tuvo una participación muy destacada en ese movimiento insurreccional.

Tres meses después, el 25 de enero de 1961, vino el cuartelazo militar, contrarrevolucionario, promovido por el gobierno de Estados Unidos, pocos días después de romper sus relaciones con Cuba, en el marco de la “Alianza para el Progreso” y cuando la invasión de Bahía de Cochinos, contra la revolución cubana, estaba próxima a ser lanzada por el imperialismo (abril de 1961).

Nuestra destacada participación en la jornada insurreccional de agosto-octubre de 1960, es lo que explica porqué es el Partido quien organiza (en febrero-marzo de 1961) lo que se llamó “Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR)”, que se proponía preparar y realizar la lucha armada en El Salvador. La existencia del FUAR duró tres años, impulsó un vigoroso proceso organizativo y concientizador revolucionario, una gran agitación, una gran movilización, pero no se lanzó a la lucha armada porque dentro del Partido se enfrentaron corrientes a favor y en contra.

En el Movimiento Comunista Internacional privaba en aquel tiempo, o estaba tomando cuerpo, la idea de la “vía pacífica”. El planteamiento de la coexistencia pacífica entre Estados con distinto régimen social empezaba a pretender validez en el campo de las luchas internas en cada país, bajo el planteamiento de la “vía pacífica hacia el socialismo” y hacia cualquier etapa de la revolución.

Esta ha sido una tendencia en el movimiento comunista: siempre que la Unión Soviética realiza más esfuerzos en favor de la distensión y la coexistencia pacífica, surge también. una corriente ideológico política demandando que la lucha interna debe realizarse dentro de una “vía
pacífica” y esa corriente asumiendo la función de “apaga fuego”, una especie de “bombero” para las revoluciones. Este debate, bajo formas y peculiares eufemismos, se apoderó también de la dirección de nuestro Partido, que ya entonces mantenía activas relaciones dentro del Movimiento Comunista Internacional, paralizó el impulso revolucionario del FUAR, lo cual terminó desorganizándolo.

De paso, yo quiero señalar algo, sacar una lección. La pertenencia al movimiento comunista internacional indudablemente nos ha derivado muchas cosas positivas, pero también nos ha traído influencias negativas, como esta de la “vía pacífica”, el centralismo y el verticalismo en el Partido, el marxismo despojado de su carácter científico y reducido a estéril sistema dogmático, acrítico y otros.

Como ahora hay un cierto ajuste de cuentas, un cierto inventario del bien y el mal que nos vemos obligados a hacer, es necesario hacer estos señalamientos. Le toca a los comunistas de esos países examinar cuánto influyó ese tipo de enfoques en ellos mismos; cuánto los hizo confiar en procedimientos verticales que no se apoyan en la movilización y la iniciativa de la base partidaria y popular, sino en dictados y manipulaciones desde arriba, en maniobras, para mantener el poder sin lucha. Y cuánto influyó en que al final fueran desplazados del poder desprestigiados, enfrentados a las masas.

LA UNIVERSIDAD, NUEVA FUENTE DE
REVOLUCIONARIOS

Por esos mismos años (1963-1966), el Partido se empeñó en la reforma y democratización de la Universidad, trabajando en amplia alianza con intelectuales demócratas, progresistas y revolucionarios, pero no miembros del Partido, encabezados por el doctor Fabio Castillo, quien fue el Rector de la reforma universitaria.

Se produjo un gran cambio, un gran vuelco en la Universidad. Fue realmente una reforma importante en lo que se refiere al contenido de la enseñanza universitaria, que fue modernizada. Porque era una Universidad atrasadísima, tanto en las ciencias naturales como en las sociales y humanísticas, coma en la metodología y el contenido ideológico político de la enseñanza superior.

Además, la Universidad se democratizó en varios sentidos: abrió sus puertas a las ideas progresistas revolucionarias, democráticas y al acceso masivo de estudiantes.

La Universidad en 1961 tenía unos dos mil 500 alumnos. Rápidamente se pasó a 10 mil, se fue a 15 mil, luego pasó a los 30 mil que tiene hoy, a pesar de las interrupciones que ha sufrido por las invasiones del ejército. Su población estudiantil debería estar ahora en no menos de 50 mil.
Se incorporó el estudio de la sociología, se abrió la importación de literatura marxista, de las obras de los sociólogos y economistas latinoamericanos que en ese tiempo estaban en un “boom” de producción y creatividad, sobre todo, los brasileños, otros del Cono Sur y los mexicanos.

Estas reformas tuvieron una significación muy grande, sentaron las bases para la formación de un contingente de estudiantes, profesionistas y técnicos revolucionarios y, más ampliamente, una intelectualidad progresista, democrática. De ahí surgieron muchas corrientes: cristianos, marxistas y diversos matices dentro de ellos. Pero todas fueron desembocando en el proceso revolucionario de nuestro país, le. dieron fortaleza y riqueza teórica, ideológica y política. Por eso no puede extrañar que hoy, en las filas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), abunden los compañeros procedentes de la Universidad.

En eso los comunistas tuvimos una participación muy activa, diría decisiva. Fabio Castillo y otros aportaron su visión profunda del problema, su vigorosa y extraordinaria capacidad de trabajo creativo, su incansable dedicación de 15 o más horas de jornada diaria, incluso los domingos.

Ellos por sí solos no tenían fuerza para crear una correlación favorable a la reforma, rebasar la resistencia de la reacción dentro de la Universidad y atrincherarse en ella frente al gobierno. Nosotros aportamos también ideas y nuestra fuerza, nuestra influencia en la comunidad universitaria. Fue un buen entendimiento y un buen logro.

De ese período (63-66) se pueden deducir muchas enseñanzas acerca del trabajo amplio que los revolucionarios debemos y podemos hacer. A veces como que volvemos a olvidar las grandes posibilidades que hay de entendimiento con un abanico amplio de corrientes ideológicas y políticas progresistas.

ELECCIONES Y LUCHA ARMADA

Vino después la lucha electoral. Hasta ese momento el Partido tenía una posición de rechazo a la lucha electoral. Cada vez que había elecciones, invariablemente su línea era llamar a no votar, llamar al boicot de las elecciones. Claro, en la práctica no había boicot, siempre había votación. Las únicas elecciones que logramos reducir a la mínima concurrencia de un 20 o 25% de los ciudadanos a las urnas, fueron las de Constituyente, que boicoteó el FUAR en el marco de la situación revolucionaria de 1961.

El Partido Comunista de El Salvador siempre ha sido ilegal, excepto durante menos de un mes, entre diciembre de 1931 y las elecciones del 4 de enero de 1932. Quien le reconoció al Partido esa fugaz legalidad fue el General Martínez. Cuando dio su golpe de Estado el 2 de diciembre de 1931, postergó las elecciones que debían celebrarse días después, para el 4 de enero de 1932 y permitió la participación de los comunistas, en una maniobra artera bajo un alegato demagógico. El Partido participó. obtuvo victorias con muchos de sus candidatos a diputados y alcaldes, pero les fueron desconocidas: en Ahuachapan, sus votantes fueron reprimidos mientras hacían colas ante las mesas que registraban los votos (el voto no era secreto, se hacían colas para votar por cada Partido). La burla de la votación y la represión, en muchos caso sangrientas, fueron la gota que derramó el vaso de la indignación popular, haciendo irreversible la marcha hacia la insurrección del 22 de enero.

Después vino todo lo que he referido. Ese fue el único momento de legalidad del PCS.

Entre l959 y 1960, junto con un grupo de universitarios y dirigentes obreros, intentamos dos veces el registro legal del Partido Revolucionario Abril y Mayo (PRAM), pero se nos rechazó con burdos argumentos anticomunistas, aunque reunimos el número de firmas y los demás requisitos legales. Pero en 1966, a partir de la necesidad urgente de disputar a las masas y obligar a que el debate y la lucha política se centraran en torno a la plataforma de cambios democráticos y antiimperialistas, maduros en nuestro país, decidimos participar en las elecciones. Para obviar nuestra falta de legalidad, llegamos a acuerdos con los dirigentes de un partido legal, que de hecho no contaba con bases, era como un cascarón con personería jurídica. Después, cuando nos ilegalizaron éste, concurrimos en otro partido legal y así estuvimos participando en las elecciones hasta 1977.

Pero en esos partidos legales no estuvimos solos, siempre estuvimos en alianza con otros grupos progresistas, que no estaban organizados en partidos. Porque la única fuerza de izquierda organizada, durante mucho tiempo, fue el Partido Comunista.

En febrero de 1966, participamos con el PAR en unas elecciones de diputados y Consejos Municipales; fue como nuestro ensayo en esa forma de lucha política que no conocíamos.

Desde finales de 1966, atrajimos al PAR a un grupo prestigioso de profesionales, empresarios, dirigentes, obreros y estudiantes demócratas y llevamos al Doctor Fabio Castillo como candidato a la Presidencia. Fue una extraordinaria jornada de educación política popular, revolucionaria; fue la campaña por la reforma agraria, por la
toma de conciencia del problema de la tierra, la campaña de la toma de conciencia de la dependencia del imperialismo y por nuestra autodeterminación, la campaña por la democracia y el fin de la dictadura militar.

Esa candidatura polarizó con la del gobierno y no fue poco lo que obtuvimos en materia de votos. A pesar de que hubo fraude y nos la rebajaron mucho, la votación que obtuvo Fabio fue importante. Muchos hoy, en la izquierda latinoamericana, incluso en la convulsionada Europa del Este, aspirarían tener lo que nosotros obtuvimos, repito, pese al fraude, las cifras oficiales nos reconocieron el 14 por ciento y entonces lo consideramos malo.

Después, en febrero de 1972, participamos como uno de los tres partidos integrantes de la UNO (Unión Nacional Opositora), en alianza con el Partido Demócrata Cristiano y con el MNR (encabezado por Guillermo Ungo), que después se afilió a la Internacional Socialista. Y ganamos las elecciones presidenciales.

Claro, ahí no hubo unas elecciones cristalinas y tan vigiladas como las que hubo recientemente en Nicaragua. Y aquella UNO habiendo ganado, “perdió”, la dictadura militar desconoció su victoria y le impusieron la derrota mediante una operación de masivo fraude electoral.

Participamos con la UNO en dos elecciones de diputados y Consejos Municipales y una presidencial más, la de 1977.

Estábamos en el crucial período de los años 70, cuando se fragmentó la izquierda. Se constituyeron las organizaciones revolucionarias político militares. Las primeras acciones armadas se realizaron en 1970 y nuestro Partido se quedó al margen de ese terreno de la lucha, se mantuvo exclusivamente en la lucha electoral y sindical. Se desarrolló un gran enfrentamiento ideológico entre la izquierda. Nosotros acusando a los hermanos de “ultraizquierdistas” y ellos acusándonos de “electoreros” y “revisionistas”; ese era el lenguaje de aquel tiempo.

Ahora, parece que todos reconocemos, los que estuvimos en un lado y otro, que algo de verdad había en las mutuas acusaciones que nos hacíamos. Porque, ahora estamos claros, hemos ido madurando. El FMLN ha ido madurando y considera que fue útil la lucha electoral y podría serlo en el futuro. El problema no es que estuviéramos en la lucha electoral. El problema era que la veíamos como excluyente de la lucha armada. El problema era que los demás hermanos consideraron la lucha armada, en aquel tiempo, como excluyente, por principio, de esa otra forma de lucha.

Ya en los años 1974 y 1975 en adelante, empiezan a tomar cuerpo las organizaciones de masas impulsadas por las organizaciones hermanas político militares, que realizaron grandes luchas reivindicativas y una impresionante radicalización popular, sin entrar en la lucha electoral. Así, la lucha de masas reivindicativa, algunas modalidades de la lucha política y la lucha armada comenzaron a combinarse.

La verdad es que el proceso electoral también hizo un aporte considerable al movimiento revolucionario, porque fue creando una polarización política que desembocó en las elecciones presidenciales de 1977, en las que la UNO vuelve a ganar las elecciones, pero vuelve a sufrir el fraude y viene el enfrentamiento popular con el régimen.

Las masas habían llegado a un punto detrás del cual vino el viraje, el viraje hacia el apoyo a la lucha armada; habían agotado por propia experiencia las expectativas del esfuerzo en el terreno electoral.

Muchos de los combatientes, de los cuadros de las organizaciones del FMLN, procedieron de esa lucha.

La lucha electoral desembocó, en febrero de 1977, en un gran enfrentamiento, casi una insurrección. Los comunistas fuimos los organizadores y conductores de estas acciones multitudinarias y armadas.

La semana siguiente a las elecciones del 20 de febrero, fue una semana de grandes movilizaciones de calle y enfrentamientos con las fuerzas represivas.

Y eso desembocó en la masacre de la Plaza Libertad, tomada por las masas durante varios días, hasta ser desalojados a balazos por el ejército.

Esto marcó el viraje de nuestro Partido hacia la lucha armada y sentó las bases para la unificación de la izquierda en El Salvador, proceso que dio origen al FMLN. A la ofensiva general del 10 de enero de 1981, los revolucionarios ya fuimos unidos, como FMLN. Ese fue el bautizo de fuego del FMLN, la primera prueba de la unidad
alcanzada.

Las grandes ofensivas del Frente Sandinista de Liberación Nacional, desde octubre de 1977, pero sobre todo la unificación de sus tres tendencias, la ofensiva final, insurreccional y militar, y la victoria de la revolución popular sandinista el 19 de julio de 1979, fueron extraordinarios incentivadores de nuestra lucha y decisivos como ejemplo para alcanzar la unificación en el FMLN.

Cuando, en marzo de 1979, el VII Congreso del Partido confirmó su viraje revolucionario, ya contábamos con las primeras unidades militares.

Considero que debemos situar el origen de las FAL en las acciones armadas e insurreccionales de la semana posterior a las elecciones del 20 de febrero de 1977, y de los días siguientes a la masacre del 28 de febrero en la Plaza Libertad.

Durante 1979, realizamos numerosas pequeñas acciones en San Salvador, principalmente requisa de algunas armas, organizamos muchas milicias urbanas, al tiempo que organizamos y adiestrábamos milicias rurales en el Departamento de San Vicente y otros.

A finales de 1979, realizamos nuestra primera operación de cierta envergadura importante: el ataque y destrucción del cuartelito de la Guardia Nacional de Santo Domingo (Depto. de San Vicente), aniquilando a todos sus efectivos (unos diez).

A comienzos de 1980, teníamos campamento cerca de San Cayetano (en unos cañaverales) y operábamos contra las estructura paramilitares y las redes del enemigo en los cantones. El 24 de marzo de 1980, la Comisión Política bautizó a nuestro brazo militar con el nombre de Fuerzas Armadas de Liberación (FAL). Esta es, por eso, la fecha oficial de su fundación.

Coincidentemente, ese mismo día, la derecha fascista asesinó a Monseñor Oscar Arnulfo Romero.

Ya entonces las FAL habían establecido campamento en Los Laureles, costado occidental del volcán Chinchontepec y, desde enero, después de que nuestros milicianos resistieron un fuerte ataque del ejército enemigo en el cantón San Francisco de San Sebastián, establecieron campamento en Cerros de San Pedro.

Otra acción militar destacada de los primeros tiempos de las FAL, fue la emboscada a un camión transporte de tropas, sobre la carretera Panamericana, cerca del desvío a la ciudad de San Vicente. El resultado fueron más de treinta bajas; nuestros combatientes salieron ilesos.

Una pequeña unidad de milicias urbanas asaltó un cuartelito de paramilitares, en la periferia de San Salvador, para requisarles fusiles. Las dos pistolas viejas que llevaban nuestros compañeros fallaron, de pronto, quedaron solos con sus puños ya dentro de la casa cuartel y con ellos se lanzaron a la lucha. Forcejearon tratando de arrancar las carabinas M-1 de manos de los 5 ó 6 paramilitares, uno de los nuestros recibió un balazo superficial en el cuello, pero continuó luchando. Al final, los nuestros recuperaron dos carabinas y los paramilitares huyeron.

Así se forjaron las FAL; de grupos milicianos fue pasando a ser ejército revolucionario.

La lucha armada la habían comenzado otras organizaciones hermanas desde 1970. Durante 10 años eran acciones, al comienzo esporádicas, que alcanzaron mayor intensidad a finales de los años setenta. En 1980, los ritmos, el volumen y la extensión territorial de los enfrentamientos era ya muy grande y los enfrentamientos involucraban no sólo cuerpos policiales paramilitares; también comprometían unidades del ejército.

Aunque el punto de partida de la guerra se sitúa en la ofensiva general del FMLN, el 10 de enero de 1981, porque fue entonces que se entró en combate con todas las fuerzas de tierra y aire del enemigo, es necesario considerar la guerra popular revolucionaria como un todo, cuya primera etapa se desarrolló entre 1970 y 1980; sin ella es inconcebible la ofensiva del 10 de enero de 1981.

Durante sus más de 10 años de existencia, las FAL han hecho una meritoria y reconocida contribución combativa en las primeras líneas de fuego. Alta cualificación, heroísmo, arrojo, audacia, elevada moral y disciplina basada en alto nivel de conciencia revolucionaria; tales son los rasgos destacados de nuestras queridas FAL, obra y orgullo de nuestro Partido.

Las FAL y su lucha ininterrumpida, han sido una poderosa palanca para la transformación del PCS en un Partido revolucionario en guerra. Esta transformación ha sido lograda, como nos lo demostró la experiencia de la gran ofensiva de noviembre de 1989.

El carácter revolucionario del PCS es hoy el más sólido, colectivo y consciente de sus 60 años de historia.

A esta obra dedicaron su sangre y sufrimientos, sus privaciones, su heroísmo, cientos de combatientes de las FAL caídos luchando, asesinados o desaparecidos por el enemigo. Muchos otros quedaron lisiados, pero siguen contribuyendo a la revolución. Nada más justo que rendirles un homenaje de reconocimiento. Este homenaje se extiende a sus madres, a todos sus familiares, muchos de los cuales también aportan de diversas maneras a la lucha.

Es justo reconocer que nuestro Partido y sus FAL aprendimos y aprendemos mucho de las organizaciones hermanas. Rendimos homenaje a sus caídos.

EL IMPERIALISMO ES PODEROSO Y SABE MANIOBRAR

Estamos ya en 1990. El FMLN es muy conocido, yo no me voy a referir a todo lo que ha hecho y significado su lucha. Sin duda alguna, nuestra lucha hace un tremendo impacto no sólo regional, sino internacional. El hecho es que, por primera vez en América Latina, un movimiento revolucionario, que no ha tomado el poder, se enfrenta con un ejército que está apoyado directamente por el imperialismo y no es vencido, sino que tiene en jaque a sus enemigos.

Durante nueve años, Estados Unidos ha invertido alrededor de 4 mil doscientos millones de dólares para derrotarnos. Ha sido una inversión tan grande como inútil.

El movimiento revolucionario salvadoreño origina sus fuerzas, su capacidad, en gran parte, en su propia unidad. No es que esa unidad sea idílica, como un sol sin manchas. No hay nada así. Si fuera así, no serviría, no originaría creatividad, no impulsaría nada. Es una unidad con todos los problemas que le son propios, con polémicas a veces agudas, alrededor de la búsqueda de líneas correctas.

Estamos enfrentados a un enemigo no sólo poderoso, sino muy experimentado, que sabe maniobrar, que sabe poner a los revolucionarios en dificultades. Que sabe tirar, en medio de las cabezas de los revolucionarios, fuego, trucos, trampas. No es cualquier enemigo, condiciona.

Les voy a poner un ejemplo. En el Congreso, en el Senado, en la Cámara de Representantes, están en debate ahora sobre la ayuda a El Salvador. Ellos tienen gran interés en salir del problema salvadoreño, en reducir la ayuda para disponer recursos con los cuales apoyar al gobierno títere de Endara, impuesto por los invasores norteamericanos en Panamá, apoyar al gobierno de Violeta Barrios, en Nicaragua, surgido con su respaldo. Y sobretodo, tener recursos para entrar en el espacio abierto en Europa Oriental, compitiendo con los europeos occidentales y los japoneses.
Esta situación ha llegado a un momento crítico para los Estados Unidos. Pero ellos saben hacer “de tripas corazón”, como dice el pueblo. Son ellos, los norteamericanos, quienes tienen esa necesidad. Y sin embargo, manipulan y presionan.

Esa es la conducta. Van tratando de enrielar nuestras posiciones. Se empeñan por apartarnos de la tesis del General Augusto César Sandino, de que “la soberanía de los pueblos no se discute, sino que se defiende con las armas en la mano”; movernos hacia otra tesis: hacer concesiones, de una en otra, mientras el imperialismo sabe ponerse duro, exigir más, más y más concesiones. Esa es la técnica. Y hay que saber enfrentarse a ella con claridad de los objetivos democráticos transformadores, que persigue esta lucha histórica, con flexibilidad y creatividad basadas en una firmeza ilimitada e inclaudicable.

LOS 60 AÑOS SE CUMPLEN LUCHANDO

Vamos a cerrar un poco este recorrido, diciendo que es un motivo de orgullo para nosotros el que hayamos llegado a esta edad, cumpliendo 60 años de vida de Partido, inmersos en esta lucha. Es motivo de orgullo y es una gran virtud que así sea. Porque nos encuentra todo este vendaval, este gran cambio que está ocurriendo en el mundo, la crisis en el socialismo, con todas sus secuelas, incluida una cierta tendencia a la derecha en los procesos políticos de muchos países, nos encuentra a los revolucionarios salvadoreños combatiendo.

Esta es una ventaja. Estamos convencidos de que esta es una ventaja, ante todo, porque nos obliga a analizar los acontecimientos desde una óptica mucho más realista, sin ilusiones sobre la “bondad” del imperio.

Es muy difícil, por ejemplo, que nosotros podamos aceptar planteamientos de que la vía del cambio y la. paz es la no violencia. Nosotros no somos adoradores de la violencia, ni la hemos engendrado. Pero todos los días constatamos cuál es su origen y cómo es de implacable la violencia contrarrevolucionaria. Nosotros lo confirmamos todos los días. Y es muy difícil que ahora podamos aceptar ese enfoque.

Estamos a favor de una solución política,.de una negociación que arribe acuerdos políticos, tras los cuales vengan profundos cambios reales en El Salvador. Ante todo, cambios hacia la democracia y la justicia social, hacia la erradicación de la antigua dictadura militar de 60 años. Esa dictadura tiene nuestra misma edad. Surgió el año siguiente al nacimiento del PCS, para aplastar los anhelos de libertad y justicia social del pueblo salvadoreño y aplastarnos a los revolucionarios; y aún sigue en pie.

No va a haber democracia en nuestro país, si no se somete el ejército a la autoridad civil democráticamente generada, si no se le saca del control del poder, si no se depura y reestructura, si no se desmilitariza la sociedad salvadoreña.

Así, pues, al mismo tiempo que combatimos, nos sentamos a la mesa a discutir, a negociar. Queremos poner a prueba los vientos nuevos que recorren el mundo; resolver los problemas por la vía de la negociación. Pero sabemos una cosa: nosotros no debemos parar la lucha armada sin obtener los cambios políticos y sociales anhelados por nuestro pueblo. Si lo hacemos, no habrá negociación ni habrá cambios. Habrá: derrota. De nuevo, como tantas veces durante este siglo, habría derrota de la revolución.

Después de esta larga historia de grandes esfuerzos heroicos del pueblo salvadoreño, que terminaron siempre en fracasos, no puede terminar en fracaso esta nueva lucha heroica de 10 años, en que hemos acumulado una fuerza grande, calificada, probada. Pudimos soportar dos períodos de la administración del ideologizado y fanático contrarrevolucionario Reagan y, si no se alcanza una solución negociada, justa, realmente transformadora, podemos y debemos seguir combatiendo.

Los síntomas que empiezan a configurarse de un desenlace negociado de la guerra son, ante todo, el logro de nuestra firmeza, de nuestra demostrada capacidad para adaptarnos a todos los cambios de estrategia y táctica enemigas y derrotarlas, acumular fuerzas y pasar a la contraofensiva, cuando es mayor el ruido de las voces que anuncian nuestra debilidad y próxima derrota. Ese es también un logro del propio pueblo norteamericano, opuesto desde los primeros días a la guerra sucia que su gobierno alimenta en El Salvador. Es un logro de la solidaridad internacional; del acierto de quienes, como los gobernantes de México y Francia, nos reconocieron en 1981 como fuerza representativa con la cual debe negociarse una paz justa.

Nosotros queremos negociar y estamos impulsando la negociación. Pronto habrá encuentros en el nuevo marco alcanzado por nuestra gran ofensiva de noviembre. Pronto van a iniciarse las negociaciones con los buenos oficios del Secretario General de las Naciones Unidas. Esta es una conquista nuestra. En el terreno de la negociación, lo que habíamos logrado eran, nada más, unos encuentros domésticos, en donde el gobierno sólo jugaba al diálogo sin intenciones de negociar, a no ser nuestra rendición, ante testigos pasivos, casi mudos. Estamos ahora en el foro mundial.

Para nosotros está claro, repito, que la negociación es una parte integrante de nuestra lucha revolucionaria, no es algo alternativo a la lucha revolucionaria. Está al servicio de alcanzar los objetivos de democracia, justicia social, autodeterminación nacional.
Hemos aprendido que en el mundo de hoy, las categorías de independencia, transformaciones económico sociales, alianzas, tienen nuevos contenidos, a veces nuevos matices, que en ningún caso pueden seguirse enfocando como antaño. El mundo realmente ha cambiado. Las relaciones internacionales, económicas y políticas presentan muchos cambios.

TENEMOS UN PROYECTO POPULAR Y
REVOLUCIONARIO

El enfrentamiento con el imperialismo adquiere también nuevas características y, a tono con todos estos cambios, el FMLN ha ido construyendo un modelo de lo que debe ser la democracia en el país, que ya no es un planteamiento en abstracto, nada más hablando de libertades y de derechos humanos en general, sino que aterriza concretamente, en cambios concretos de las estructuras salvadoreñas de poder.

Hemos ido, así, aterrizando al elaborar los contornos de un proyecto popular revolucionario acorde con los tiempos actuales; a partir del cual hay que llegar a un entendimiento nacional. Nosotros hablamos de dos concertaciones: – La concertación popular en torno al proyecto popular, a la generación de la correlación para lograrlo y garantizarlo y – La concertación nacional en torno a la solución política al conflicto y al modelo económico, político y social.

Esta concertación popular de fuerzas muy variadas, de distintos colores políticos e ideológicos, involucra a sindicatos, asociaciones campesinas, cooperativas, universidades, partidos políticos progresistas, organizaciones comunales, estudiantiles, de maestros, de empleados, organizaciones de profesionales, artistas, periodistas, etcétera, incluye agrupaciones religiosas de las distintas iglesias, sectores de la pequeña empresa y algunos de la mediana empresa. Se integra, pues, por un amplio abanico de identidades sociales, religiosas, políticas e ideológicas, que comprende también, desde luego, a los revolucionarios.

Ese es el sujeto popular que debe conformarse por este proceso de concertaciones, proceso en el que los revolucionarios tenemos que tirar a la basura nuestro sectarismo y una serie de dogmas, superar el reduccionismo clasista y sobrepasar los límites del partidismo, como corresponde a la necesidad de abrir puertas a la participación democrática de las multisectoriales fuerzas sociales organizadas, a una sociedad civil en organización y expansión, desde abajo, desde la base.

Ese es el sujeto popular que debe forjar un entendimiento nacional, una concertación nacional, teniendo en cuenta que hay bases objetivas que la hacen posible y necesaria. Hay sectores de grandes empresarios, sectores gerenciales y militares, sectores en los partidos, que han estado en posiciones de derecha y ahora se inclinan a reconocer las realidades y hacer readecuaciones; todos ellos pueden ser abarcados por este concepto de la concertación nacional.

Pero sólo puede haber concertación nacional provechosa para el pueblo y su futuro si hay concertación popular. Esta es la tesis nuestra.

EL IMPACTO DE LAS ELECCIONES
NICARAGÜENSES

Nadie en el Salvador, excepto el gobierno y la jefatura militar, demanda hoy que el FMLN primero cese el fuego y después negocie. Es impresionante cómo se ha generalizado la convicción de que ello facilitaría el que todo quede igual o sólo cambie lo indispensable para que no cambie nada: y más aún, se ha generalizado el temor de que un cese de fuego sin previos acuerdos políticos que aseguren cambios de fondo conduzca, en los hechos, al ahogamiento del movimiento popular, al desaparecimiento de la voluntad constructiva en favor de la concertación nacional, que empieza a surgir en esas otras fuerzas, fuera del agrupamiento popular. Es extraordinario cómo esa conciencia se ha acentuado, precisamente después de los resultados electorales en Nicaragua.

A primera vista, la lectura de los acontecimientos en Nicaragua. en lo que tiene que ver con El Salvador, parecería obvio que sea la siguiente: “el FMLN se debilitará y, por consiguiente, la reacción, el imperialismo y su gente dentro del país, esperarán, alargarán los tiempos, para luego hacerse planes de victoria militar sobre el FMLN o de negociación ventajosa”.

Pero hay otra lectura, que está creciendo en el país: “si el FMLN cesa el fuego, si el FMLN se debilita, el régimen de ARENA (Alianza Republicana Nacionalista), que cada vez saca más las uñas, va a arrasar con todo. Si el FMLN se debilita y cesa su lucha armada no habrá acuerdos negociados, no habrá democratización”. Incluso van más allá y dicen: “hay que desafiar al gobierno de ARENA y al mando militar para que permitan la realización de unas elecciones tan limpias y observadas internacionalmente como las de Nicaragua. Es decir, le dan vuelta a la tortilla de la experiencia nicaragüense.

Nosotros somos hoy políticamente más fuertes dentro del país y tenemos un espacio internacional también mayor que antes de las elecciones en Nicaragua. Es curioso, pero así es la realidad.

Por eso, no estamos haciendo simple retórica o expresando un acto de fe, cuando decimos que el período en que está entrando la lucha en El Salvador es un período decisivo, en el que todos los factores pueden articularse y producir un desenlace favorable a las aspiraciones de nuestro pueblo. Digo “pueden”, porque esto dependerá de la conducta y la habilidad que nosotros demostremos.

Estamos entrando en el período en que todos esos factores, muchos de los cuales han estado sueltos, pueden encajarse, pueden combinarse y desembocar en una gran ofensiva en todos los terrenos, para aislar y reducir a la impotencia a los sectores más reaccionarios dentro del ejército, la oligarquía y el partido ARENA.

Así, en términos muy resumidos, está planteada la situación en nuestro país, a pesar de que hay quienes nos dicen que estamos nadando contra corriente.

Resulta, pues, lógico y natural, no sólo por razones de principio, sino precisamente también de acuerdo con los tiempos que transcurren; reafirmamos nuestro carácter revolucionario.

BAJO DOMINACIÓN IMPERIALISTA, CASI SIEMPRE HAY QUE NADAR CONTRA CORRIENTE

Ahora está de moda aconsejar que lo más “inteligente” es ponerse en concordancia con la corriente mundial. Y pareciera que quienes no aceptamos a fardo cerrado ese consejo, somos testarudos. Yo quisiera hacer una reflexión muy rápida al respecto:

La primera consideración a tener en cuenta es que las tendencias o corrientes mundiales no siempre coinciden con los intereses progresivos de los pueblos. Los revolucionarios debemos analizarlas, discernir lo progresivo y lo reaccionario que hay en ellas, nunca son univalentes.
Una segunda consideración sería que el aspecto predominante en las corrientes mundiales se define por la correlación de fuerzas en cada momento histórico.

Los revolucionarios dejaríamos de ser tales si apoyamos lo que es más fuerte y predominante en las tendencias mundiales sin tener en cuenta su carácter, a quiénes benefician, a los pueblos o a sus explotadores y opresores.

Cuando, por ejemplo, la tendencia en América Latina era a consolidar la dominación del imperialismo yanqui ¿debía apoyarse esa tendencia, no alzarse contra ella como Sandino lo hizo en su tiempo, como lo hicieron Fidel Castro y sus compañeros del Moncada y el Granma? Cuando la tendencia en el mundo en los años 30 iba hacia la agresión fascista ¿no debía lucharse contra ella? Cuando la tendencia en la actualidad va hacia la marginación mayor del Tercer Mundo ¿debemos apoyarla, abstenemos de combatirla?

Los revolucionarios y, en particular, nosotros que venimos hace mucho tiempo luchando, sabemos que bajo la dominación del imperialismo hay que tomar la decisión de nadar contra corriente casi siempre. ¡O nadas contra corriente o no eres revolucionario!

Hasta ahora, han sido excepcionales los momentos en que predominan, en las potencias imperialistas, tendencias dignas de un apoyo (relativamente mayor o menor) por parte de. los revolucionarios. Ese fue el caso, por ejemplo, de la “política del buen vecino” del Presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt (1933-1945), hacia América Latina, basada en su compromiso expreso a “la no intervención”, interrumpiendo una línea de 70 años de agresiones militares y todo tipo de intervenciones en nuestros países; que por cierto no demoró mucho tiempo en restablecerse, más refinada, pero en casos igualmente grosera.

Asimismo, fue correcto y necesario que los revolucionarios apoyaran la línea de enfrentamiento al fascismo del mismo Roosevelt, su alianza con la URSS e Inglaterra contra el bloque encabezado por Hitler en la Segunda Guerra Mundial.

EL NUEVO MUNDO POSTPERESTROIKA

En la actualidad, los cambios generados por la perestroika, progresivos en su origen y propósitivos, ocurren dentro de una correlación mundial de fuerzas desventajosa para el socialismo y la causa de la liberación nacional; desventaja que ha sido profundizada por la precipitación de la crisis en Europa del Este.

Bajo las activas presiones y promociones de esta correlación desfavorable, la tendencia generada en el mundo está cargada fuertemente al antisocialismo, a cooptar la justa lucha por la democracia en favor del imperialismo y el capitalismo; a instrumentar la justa causa del desarme nuclear, la distensión, la coexistencia pacífica entre Estados con sistemas sociales diversos, para forzar el apaciguamiento de las luchas revolucionarias, el aislamiento del movimiento de liberación nacional en el Tercer Mundo, el debilitamiento de las fuerzas que propugnan la renovación y defensa del socialismo.

Nosotros no podemos, sin dejar de ser revolucionarios, apoyar a fardo cerrado esta corriente mundial. E indispensable distinguir con cuáles de sus tendencias nadamos a favor y frente a cuáles nadamos contra corriente.
Estos distingos no son fáciles, pero debemos hacerlos obligatoriamente, no sólo para no hacer el juego al imperialismo y a los enemigos de toda idea de socialismo, sino para obtener las lecciones de la crisis del socialismo, capacitarnos para dar a nuestros proyectos revolucionarios un carácter profundamente democrático, contribuir en aras del futuro libre de la Humanidad a la renovación teórica y la cristalización práctica de un nuevo socialismo.

Nosotros creemos que aun en el derrumbe de regímenes socialistas en Europa Oriental, a pesar de la confusión y las preocupaciones que de ello surgen, hay aspectos útiles para la lucha nuestra.

En Europa Oriental, hubo países donde bastaron algunas manifestaciones multitudinarias en las calles para cambiar el régimen, se derrumbaran gobiernos, cambiaran constituciones y leyes, desaparecieran estructuras y métodos represivos. Y todo eso ha ocurrido en pocas semanas. Nosotros argumentamos: ese ejemplo debe aplicarse en El Salvador, los cambios democráticos deben abrirse paso sin necesidad de que se derrame más sangre. En nuestro país, aunque han habido incontables manifestaciones multitudinarias y huelgas y una guerra que dura 10 años, las clases dominantes y el poder represivo alegando el acatamiento de la Constitución se oponen a los cambios democráticos, pisotean, realizan una guerra sucia, armados hasta los dientes y financiados con abundancia por Estados Unidos. Al mismo tiempo, ellos nos demandan “atender el ejemplo de Europa Oriental” y abandonar nuestras ideas y propósitos revolucionarios.

Así pues, la actual corriente mundial da argumentos a uno y otro lado, arma ideológicamente incluso a los peores masacradores y torturadores.

Lo que nosotros reivindicamos de la tendencia actual en el mundo es la democratización, el derecho a la justicia social, la posibilidad de alcanzar esos cambios políticos y socio económicos por la vía de la concertación popular y nacional, el derecho legítimo de los pueblos a luchar por su libertad y su liberación social con todas las formas de lucha y medios que las condiciones de sus país requieran, incluida la lucha armada.

Apoyamos la tendencia a la distensión y el desarme mundial, en realidad todavía lentos.

No vemos pues, sombríamente el porvenir. Lo vemos, sí, lleno de dificultades. Y lo que voy a decir no es retórico: si no hubiera dificultades, no podríamos desarrollarnos. Está lleno de dificultades, pero no vemos sombrío el porvenir. Ni creemos que el socialismo se haya acabado, ni se haya hundido, ni se va a acabar, ni a hundir.

Nosotros pensamos que en medio de la crisis tendrán que irse reagrupando ideas y fuerzas, definiéndose posiciones, irse enfrentando la defensa del socialismo contra la disolución del socialismo.

El socialismo resultará renovado. Puede ser que en una parte menor del planeta, puede ser que haya países que del socialismo se vayan al “paraíso” capitalista. Que vayan, que hagan su experiencia. Hacia ahí va en una gran carrera Hungría. Y es curioso::dentro del partido húngaro se hizo fuerte una fracción antisocialista que empezó a desmontar el socialismo desde hace muchos años, desde mucho antes de la perestroika. Fueron endeudando al país hasta la coronilla con el sistema financiero capitalista internacional. Fueron privatizando la economía, proclamaron su abandono del socialismo, dividieron su partido y cambiaron su nombre, ayudaron a desestabilizar a la RDA y anunciaron su intención de ingresar a la OTAN, saliéndose del Pacto de Varsovia.

Todo esto, supuestamente les atraería muchos votos en las elecciones. ¿Saben cuántos sacaron? ¿Se enteraron ustedes? Obtuvieron menos del cuatro por ciento en la primera vuelta y sus expectativas de aumentar en la segunda no son muchas. No les agradecieron los reaccionarios. No les agradecieron su esmerada obra de destrucción del socialismo. Son los comunistas (o ex comunistas) que han salido peor en las elecciones habidas en Europa Oriental hasta ahora. Y yo creo que se lo merecen.

La sabiduría popular lo expresa con exactitud:’“mal paga el diablo a quien bien le sirve”.

Si tú dejas de ser revolucionario, dejas de estar por el socialismo, empiezas a encontrarle exceso de virtudes al capitalismo y empiezas a picardear con recursos pragmáticos para ganar votos, entonces, la gente saca una conclusión muy simple: “hombre, si el capitalismo es mejor, yo voto por los capitalistas reales, por lo que saben hacer un capitalismo eficiente ¿Por qué voy a votar por éste que ha hecho un mal socialismo?”.

LA LUCHA DE CLASES Y LA REVOLUCIÓN, REALIDADES OBJETIVAS

Puede ser que la dimensión territorial del socialismo en el mundo se reduzca. Pero nosotros estamos convencidos de que su crisis es temporal y allí donde se logren agrupar fuerzas socialistas sanas, frescas, y logren actuar intensamente en la base social, luchando junto a las masas, ganándolas en buena lid y, si donde aún tienen poder, lo utilizan sabia y dinámicamente en la reestructuración socialista, aconsejándose con las masas, lograrán renovar y consolidar el socialismo, llevarlo a una etapa cualitativa superior de su desarrollo. Ese objetivo sólo podrá alcanzarse pasando por toda una lucha de gran envergadura y características inéditas.

El consejo de la no violencia no se está viviendo en esos países (Rumania, Azerbaiján, Georgia, Nagorni Karabaj, Armenia, etc., etc.). La opinión seudocientífica de que la lucha de clases “ya se superó”, no se está viviendo en esos países. Ahí hay una tremenda lucha de clases, una tremenda confrontación y una tremenda lucha ideológica. Y así ha sido siempre, así va a ser hasta que se acabe la sociedad dividida en clases y desaparezca el Estado. Tal vez, entonces los cursos del desarrollo van a moverse por senderos idílicos.

Lo que está ocurriendo en el campo socialista no es precisamente demostración práctica de la no violencia, la no confrontación, la no’ lucha de clases. Lo que está demostrándose ahí, es justamente lo contrario. No se está demostrando tampoco en esos países la inviabilidad de las revoluciones; las grandes conmociones que hay ahí, por su génesis y forma, desde el punto de vista objetivo, sociológico, son conmociones revolucionarias que en el plano subjetivo al menos en la mayoría de casos no cuentan con una vanguardia socialista revolucionaria y las tendencias antisocialistas, contrarrevolucionarias, disponen de gran espacio y ganan mucha fuerza con ayuda de las potencias capitalistas centrales.

Si uno busca, en estos momentos, una zona de mayor ebullición que ésta en el mundo, es muy difícil encontrarla.

Las luchas nacionales, las luchas por el rumbo histórico a seguir (hacia el capitalismo o hacia el socialismo en renovación y consolidación), todas ellas son expresiones de intereses sociales, de intereses clasistas; son confrontaciones entre los sistemas. No deseamos que esas confrontaciones sean destructivas, ni estamos levantando un altar a la violencia y el incendio. Simplemente estamos tratando de encontrar la verdad y defendernos frente a una oleada ideológica que consideramos confusionista, tratando de poner cada cosa en su lugar, pensando con cabeza propia.

PENSAR CON CABEZA PROPIA

Una lección de todo esto es que debemos pensar con cabeza propia, no perder capacidad crítica y analítica frente a nuestra propia obra y lucha, ni frente a la obra y conducta ajenas, ni aun frente a aquellos procesos que parecen marchar de lo mejor. Se han derrumbado no sólo regímenes, se han derrumbado dogmas.

El socialismo no puede seguir siendo como ha sido.

Está siendo sacudido por estallidos revolucionarios en cuya base hay una crisis estructural: las relaciones de producción estatistas; la gestión de la economía rígidamente centralizada, burocrática; el sistema político verticalista, negador y represor de la iniciativa, la movilización y participación de las masas desde abajo en las decisiones, en la configuración de los gobiernos y de su rumbo; el bloqueo de la autonomía de las naciones y etnias; la ideología en gran medida dogmática y sectaria; todo ello taponó el desarrollo de las fuerzas productivas y del progreso social en conjunto. Son estos fundamentos objetivos típicos que generan los estallidos revolucionarios.

La interrogante que surge es esta: si son estallidos revolucionarios ¿por qué dan origen a tendencias antisocialistas muy fuertes, en casos incluso dominantes?
Nuestra reflexión es que ello se explica, al menos, por los factores siguientes: – En primer lugar, es necesario recordar que en todo proceso de revolución surge también la tendencia a la contrarrevolución; esto tiene carácter objetivo. Triunfa en definitiva la corriente que logra la mayor fuerza,.la que se guía por una línea y un plan más acertados, más inteligentes. Es decir, la posibilidad de predominio de la revolución o la contrarrevolución se decide en el terreno subjetivo, depende de la conducción de una y otra.

Por lo demás, no es nuevo este fenómeno de virajes de las masas hacia rumbos contrarrevolucionarios en el marco de situaciones revolucionarias; recordemos que la situación revolucionaria en Italia de los años siguientes a la terminación de la Primera Guerra Mundial, desembocó en el surgimiento y entronización en el poder, con una enorme popularidad, del movimiento fascista de Benito Mussolini; y que la emergente situación revolucionaria en Alemania de finales de los veinte y comienzos de los treinta, engendró también al partido nazi de Adolfo Hitler y lo llevó al poder con un apoyo de masas excepcionalmente grande.

En los dos casos, los comunistas y los social demócratas
fueron débiles (en Italia no pudieron elaborar y aplicar a tiempo una línea correcta), o siendo fuertes (en Alemania), cometieron graves errores de sectarismo político, no unieron su acción para impedir el ascenso de Hitler.

No fue casual que, en ambos casos, los fascistas y nazis levantaran banderas sociales y nacionalistas atractivas para las masas y, en el caso alemán, se hicieran llamar “nacional socialistas”. En esto consistió la inteligencia y astucia de su plan: una orientación y una mística capaces de contagiar a las masas. – En segundo lugar, los partidos del socialismo, por su fusión con el Estado y los métodos de éste, se separaron de las masas, se colocaron por encima de ellas, se infectaron de corrupción y se desprestigiaron, desprestigiaron al socialismo.

Esto deja un enorme espacio a fuerzas de diversos matices, incluso contrarrevolucionarios, para que confundan y atraigan grandes masas.

Así, las posibilidades de encauzar la energía revolucionaria de las masas hacia la superación de la crisis estructural dentro del socialismo, renovándolo, se han visto debilitadas. En algunos de los países socialistas ahora en crisis quizá no puedan reestructurarse y ganar influencia decisiva, en el corto y mediano plazo, fuerzas socialistas sanas, frescas, creativas, vinculadas desde las raíces a las masas. Quizá en tales casos se pierda el socialismo por muchísimo tiempo. Pero no ocurrirá así en todas partes; esas fuerzas ya se están agrupando o reagrupando; el socialismo triunfará renovándose radicalmente y se hará muy atractivo para los pueblos del mundo.

La crisis del socialismo, aunque extremadamente compleja, difícil y peligrosa, es, en mi opinión, temporal.

UN MUNDO INTERDEPENDIENTE Y CONTRADICTORIO

Si algo es cierto hoy, es que el mundo se ha hecho profundamente interdependiente. Esto es así, pero hay que asumir todas las direcciones y tendencias que esta realidad encierra.

Basándose en la interdependencia del mundo están circulando toda clase de ideas, progresistas, revolucionarias y también reaccionarias. Hay quienes, por ejemplo, alegan que nuestros países no pueden ser independientes, que la autodeterminación es un asunto del pasado, que debemos aceptar la dominación del imperialismo como una realidad irreversible, inmodificable.

Nosotros rechazamos este enfoque reaccionario de la interdependencia mundial. El mundo es interdependiente, pero también es agudamente contradictorio y policéntrico (varios centros económicos y políticos); los problemas de la humanidad son más acuciantes y la voluntad de cambio de los pueblos es más decidida y apremiante; su autodeterminación es ahora más necesaria y también más posible.

Autodeterminación no significa, por cierto, ruptura de la interdependencia, aislamiento, autarquía; significa aprovechamiento de las condiciones del mundo actual, para insertar nuestros países en la lucha contra el saqueo de la deuda externa y por la reestructuración del orden económico mundial, desde un activo entendimiento y alianza sur-sur latinoamericanista, tercermundista; significa aprovechamiento del policentrismo económico actual, para orientar nuestras relaciones con el mundo desarrollado en beneficio de nuestro propio desarrollo.

Una consecuente autodeterminación, por supuesto, sólo puede estar asegurada por revolucionarios cambios políticos y económico sociales, capaces de cohesionar internamente a nuestras naciones alrededor de proyectos históricos liberadores e internacionalmente solidarios, orientados con coherencia, determinación y flexibilidad inteligente, defendidos con una inclaudicable firmeza basada en principios.

Lo que hoy se llama “desideologización” equivale, en muchos casos, a pragmatismo sin principios, sin límites y, como política de los países tercermundistas frente a los poderosos e impositores centros del capitalismo desarrollado, frente al imperialismo, suele devenir en entreguismo, en consolidación del subdesarrollo y la dependencia, en la pérdida de toda dignidad y capacidad para construir una sociedad justa, democrática y progresiva.

La interdependencia del mundo funciona en todas las direcciones, para lo positivo y para lo negativo; el imperialismo resulta no sólo favorecido sino también afectado por ella. Así por ejemplo, Estados Unidos se está llenando de inmigrantes ilegales que le acarrean serios problemas sociales, económicos y políticos; recibe, asimismo, el impacto destructor del narcotráfico masivo en continuo aumento. De esta manera, la pobreza y el estancamiento que la explotación y dominación del imperialismo norteamericano han causado a la América Latina y a otras regiones del Tercer Mundo, se le revierten ocasionándole deterioro.

Otros aspectos de la interdependencia, negativos para Estados Unidos, se originan en su colosal carrera armamentista y el despliegue de sus fuerzas militares en el mundo: pérdida de su hegemonía sobre el mercado mundial de mercancías y capita1es, descomunales déficits fiscal y comercial, la mayor deuda externa en el mundo. Todo lo anterior junto, le ha ocasionado un sensible deterioro de sus servicios sociales (educación, salud pública, sanidad ambiental, vivienda, seguro social, etcétera), la extensión de la pobreza entre su población, el crecimiento del analfabetismo (ya es similar a los niveles del Tercer Mundo), el desgaste de su sistema político, en el cual creen y confían cada vez menos personas (la concurrencia a las elecciones decrece constantemente; votan bastante menos de la mitad de los ciudadanos).

El empobrecimiento del Tercer Mundo está causando gravísimos problemas ecológicos. Por ejemplo, están siendo destruidas la gran selva amazónica en Suramérica y extensas selvas africanas, de las cuales depende, en gran medida, la estabilidad y hasta la existencia misma de la atmósfera de la Tierra. Al mismo tiempo, la industria de los países desarrollados y su progreso contaminan la atmósfera y los mares en proporciones increíbles, inconcebibles, destruyendo los fundamentos de la vida en el planeta.

La interdependencia mundial enriquece a una minoría, mientras se radicaliza el subdesarrollo, aumenta la pobreza, el hambre y todo tipo de calamidades para la inmensa mayoría de la humanidad.

No es ésta una interdependencia equilibrada, ni justa; no es aceptable. La sociedad humana, las relaciones internacionales, las estructuras nacionales, deben ser modificadas, reestructuradas; la alternativa inaceptable es la eterna marginación e indigencia con sus inmensas mortandades por insalubridad y hambre. No sólo es el peligro de guerra nuclear lo que amenaza su existencia. Reducir el humanismo a este problema es dar la espalda a la realidad. La guerra nuclear no se ha desatado, pero la inmensa destrucción y los enormes sufrimientos de la humanidad a que nos hemos referido actúan sin interrupción.

Pero la humanidad no se destruirá ni permitirá que la destruyan; sería antihistórico. Continuará luchando con mayor intensidad, buscará salida.

La interdependencia del mundo actual no es, pues, fuente de progreso, ni de conformidad, ni de pasividad para las tres cuartas partes de los habitantes de la Tierra; es fuente de lucha y solidaridad, de revolución y de internacionalismo.

En el mundo actual aumenta la agudeza de las contradicciones económicas, sociales y políticas; aumenta la velocidad de los cambios. La tendencia a la distensión militar global no trae pasividad, apaciguamiento social ni político. Cuando menor es el peligro de
guerra nuclear, mayores son las expectativas y motivaciones que perciben los pueblos para luchar por un orden nacional e internacional justos.

La democracia y el bienestar no pueden ser –indefinidamente- atributos exclusivos de una parte minoritaria de la humanidad.

La revolución hoy más que ayer continúa siendo una ley del desarrollo social, válida incluso en el socialismo.

Nosotros no aceptamos enterrar el carácter revolucionario de nuestro Partido, de cada uno de sus miembros.

La sobrevivencia y fortaleza del socialismo, especialmente en la Unión Soviética, es necesaria para equilibrar la realidad geopolítica, mantener y ampliar los espacios para la autonomía de la mayoría de países en nuestro planeta y para el desarrollo de los pueblos y el progreso social.

Que se debilite el polo socialista y el mundo se vuelva unipolar, que se fortalezca el polo imperialista, es un serio riesgo que se está corriendo.
El mundo se ha vuelto pluricentrista, pero no multipolar. La polaridad está sostenida por el extraordinario poderío militar de las dos superpotencias (Estados Unidos y la Unión Soviética). Un proceso consistente de desarme de las superpotencias y distensión de las relaciones internacionales, abriría totalmente el paso a una situación de pluripolaridad, basada en el desarrollo y poderío económico de los distintos centros actuales y de otros nuevos que pueden surgir. Esta situación podría fomentar posibilidades de desarrollo para pueblos del Tercer Mundo, con base en una inteligente y autodeterminada inserción en las relaciones económicas y políticas internacionales. El pluricentrismo, sin bloques militares, sin las presiones o condicionantes militares, enriquecería la libertad de opción, daría cada vez más independencia, dentro de la interdependencia.

En Estados Unidos, siguen predominando los intereses del complejo militar industrial, que intenta aprovechar el debilitamiento soviético, acentuar y consolidar por mucho tiempo su supremacía militar y su hegemonía mundial.

Para el imperialismo yanqui, es poco menos que imposible cumplir ese objetivo y, al mismo tiempo, superar su desventaja económica actual frente a Japón y Europa Occidental, superar su crisis social, disputar Europa Oriental, mantener la estabilidad de América Latina y del Medio Oriente; y de todo ello depende la estabilidad y el lugar de Estados Unidos en la entrada al próximo siglo.

Analizando en profundidad la dialéctica de las actuales tendencias mundiales, más bien abrirán más espacios y posibilidades para profundas transformaciones democratizadoras y nacional liberadoras. El futuro no será el inapelable sometimiento a la voluntad del imperio. A pesar de su actual prepotencia, los gobernantes norteamericanos tendrán que aprender a entenderse con las revoluciones y a cooperar con todo tipo de procesos nacional liberadores en América Latina. Los revolucionarios latinoamericanos y tercermundistas podemos y debemos continuar y arreciar la lucha nacional liberadora, antiimperialista. Sin duda estamos en un momento difícil, pero también trascendental.

Nuestro compromiso con la actualidad, como comunistas salvadoreños, es promover la profundización del carácter revolucionario de nuestro partido, de sus bases combativas y heroicas, de sus cuadros y dirigentes.
Sería un gravísimo error tomar ahora el camino hacia un tipo de reformismo calculando triunfar con la ayuda del imperio. Por si faltaran argumentos en contra de ello, ahí está la desilusionadora incapacidad de Estados Unidos para ayudar económicamente a sus creaturas centroamericanas, los gobiernos de Panamá y Nicaragua.

NUESTRAS CONCEPCIONES DEBEN AJUSTARSE A NUEVAS REALIDADES

Repito, esta es la época de veloces cambios, de crecientes expectativas de transformación social, de masivas tomas de conciencia de pueblos enteros.

Nuestras concepciones deben cambiar, ajustarse a estas realidades, lo cual significa que deben alcanzar mayor profundidad y hacerse más revolucionarias, más antiimperialistas y más socialistas; significa que nuestra voluntad de cambio debe fortalecerse y nuestra creatividad estimularse, cultivarse, nuestras búsquedas teóricas y políticas ir más lejos. Si estamos convencidos como lo estamos profundamente que el socialismo será el futuro para América Latina, debemos aceptar el reto de renovarlo, de liberarlo de toda clase de dogmas y estrecheces, hacer del socialismo el ideal de las masas, su obra. Ello requiere desligar ese ideal del modelo del “socialismo real”, ahora en crisis. Ese deslinde tiene un punto de partida y un compromiso irrenunciable:

El punto de partida: reconocer que la fusión del Estado y el partido del socialismo no fue nunca la idea de los creadores del socialismo científico, ni deseada por los pueblos; reconocer asimismo que, peor aún, fundir en un solo puño el aparato administrativo del Estado, el partido, la propiedad de los medios de producción y distribución, el ejército, los órganos de seguridad, las organizaciones sociales, el arte y la cultura, es estatismo, verticalismo, autoritarismo, burocratismo, no socialismo auténtico.

El socialismo debe ponerlo todo fundamentalmente en manos de la sociedad, en manos del pueblo y no en manos exclusivas del Estado, excepto en lo que es necesario que éste contribuya a garantizar la supremacía de la justicia social y la libertad del individuo, base de la libertad de todos.

El compromiso irrenunciable: las revoluciones deben ser defendidas inclaudicablemente, el socialismo debe ser defendido, incluso este “socialismo real” defectuoso debe ser defendido, pero al mismo tiempo rectificado.

La dialéctica de la defensa del socialismo real y su rectificación se expresa en dos cursos contradictorios: – al socialismo solamente se le puede defender renovándolo, lo cual implica compartir esta tarea con el pueblo, abrir a este la posibilidad de participar en su crítica y reestructuración – la renovación del socialismo real implica un tránsito tenso, preñado de problemas, contradicciones y riesgos que pueden sumergirlo en una crisis debilitante, facilitar su aprovechamiento por el imperialismo y toda clase de fuerzas antisocialistas, generar una gran confusión en las masas y perderse el rumbo. El socialismo puede liquidarse.

Superar esta contradicción es el gran reto; renovar el socialismo y defenderlo son compromisos revolucionarios irrenunciables e inseparables.

Nosotros opinamos que la clave está en el trabajo de los revolucionarios con las masas, en la renovación del partido del socialismo, en que éste conciba la respuesta a este reto como un descomunal esfuerzo por incorporar a las masas tanto a la rectificación renovadora del sistema económico y político del socialismo y a su defensa, como a la depuración y reconstrucción del mismo partido, de manera que éste pueda ocupar el lugar de vanguardia legítimamente, sostenido en el reconocimiento de las masas, frente a otras corrientes y partidos que inevitablemente hace surgir este proceso y cuya existencia se vuelve una necesidad de la nueva democracia socialista.

La justeza y popularidad del sistema socialista debe ser tal, que cualquier grupo o partido sólo pueda ser fuerte si está por el socialismo y lucha por perfeccionarlo.

Esto sólo puede lograrlo el socialismo desestatizado, el socialismo socializado, en manos de la sociedad civil, basado en múltiples formas de propiedad y autogestión social.

Los ritmos más convenientes para este proceso contradictorio de reestructuración están determinados por la correlación interna de fuerzas y con el imperialismo. No hay ni puede haber una medida pareja, un molde único. La cuota de rectificación y la cuota de defensa no pueden mantenerse fijas; están determinadas por la situación con- creta de cada país y momento.

Nosotros observamos con gran, gran atención, el proceso cubano: en 1986-1989, se puso énfasis en la rectificación, luego. cuando estalló la crisis de Europa Oriental, debilitándose ideológicamente el socialismo, envalentonando al imperialismo y afectando económicamente a Cuba., el acento ha sido puesto más en la defensa del socialismo, aunque la rectificación continúa.

Creemos que este enfoque es justo y tenemos confianza en la dirección revolucionaria cubana, en Fidel y sus compañeros, confiamos en que cuidarán de que el esfuerzo de la defensa del socialismo no afectará su rectificación, así como han cuidado que ésta no afecte a su defensa, no la debilite. Confiamos en que saben incorporar, están incorporando e incorporarán mucho más a las masas en la realización de estas dos tareas revolucionarias, contradictorias pero integradas indisolublemente.

Nos preocupa que en la Unión Soviética aún no termina de trazarse y aplicarse una estrategia que integre equilibrada y dinámicamente estas dos tareas revolucionarias, ni se muestra suficiente conciencia y capacidad práctica para sacudir todo lo que desprestigia al partido e incorporar al pueblo a su realización; nos preocupa que ello facilita la obra de las corrientes antisocialistas, a cuya merced queda la orientación y conducción de las masas. prácticamente sin que se las disputen las fuerzas de la renovación y la defensa del socialismo.

El PCUS se asemeja cada vez más a una masa amorfa, conflictuada y próxima a dividirse. Su Congreso extraordinario, a realizarse en los primeros días de julio próximo, le dará también la oportunidad de autocriticarse a fondo, no sólo por los errores del pasado. anteriores a la perestroika, sino por los errores del presente y de la misma perestroika, aprobar una plataforma y una estrategia para la renovación y defensa del socialismo, ganar cohesión y abrir con ello expectativas entre el pueblo que le permitan ganar luego, en la práctica, su credibilidad y apoyo.

En Europa Oriental, la “defensa del socialismo” se convirtió en pretexto para mantener sin cambios el “socialismo real”. Eso facilitó los estallidos sin conducción socialista, favoreció a las corrientes antisocialistas internas y externas y debilitó profundamente la capacidad político ideológica para defender: el socialismo.

NUESTRA TAREA

Las características de nuestro partido, su estilo, deberán cambiar: la democracia partidaria debe. ensancharse, el centralismo debe mantener la cuota indispensable en las condiciones de la guerra revolucionaria en que estamos participando, junto a todos nuestros hermanos revolucionarios del FMLN.

Nuestra concepción de vanguardia y hegemonía revolucionarias deberán imbuirse profundamente de la idea de que sólo pueden realizarse desde la indisoluble vinculación con las masas, fundidos los revolucionarios con ellas, promoviendo y elevando su iniciativa, desde abajo, su autogestión, aun cuando la revolución hubiera triunfado y tenga el poder en sus manos.

Nuestros actuales vínculos con las masas, nuestros enfoques del trabajo junto con ellas, son insuficientes, bastante sectarios todavía. Hemos empezado a realizar un trabajo más amplio, que contribuye al reagrupamiento ya en marcha del movimiento, popular, del sujeto social del cambio.

Sólo así puede construirse y desarrollarse una democracia con justicia social, ilimitadamente participativa, superarse el esquema deja democracia formal, puramente representativa y limitada por los intereses de la. burguesía y el imperialismo.

USTEDES TIENEN LA PALABRA

Estas son las opiniones y reflexiones que deseábamos compartir hoy con ustedes. Yo termino aquí con dos planteamientos:

Primero: a pesar de que a lo largo de este recorrido de nuestros sesenta años de historia, yo, por decirlo así, me fui montando en los filos brillantes de la actuación de nuestro partido, de los comunistas, tenemos también plena conciencia de los momentos grises, oscuros y erróneos de nuestra vida. Algo de eso dije en algún momento.

Segundo: quiero terminar exhortándoles a ustedes a opinar no sólo sobre el Partido Comunista de El Salvador, sino sobre toda esta temática que está en debate. Porque sí es necesario ahora poner en acción, en movimiento, ese algo que es el pensamiento de todos. El reto histórico de renovar el pensamiento revolucionario y el socialismo no puede ser obra individual, requiere de la reflexión del debate colectivo.

Los enemigos del proceso revolucionario, los enemigos del progreso de la humanidad, tienen a su disposición enormes recursos, un gran dominio del mundo de la informática, están muy instrumentados con computadoras, satélites, medios televisivos, radiales e impresos y saben producir un baño diario de propaganda confusionista. Están tratando de sacar el máximo provecho de este momento de crisis en el socialismo y de confusión, de este momento en el que hay un vacío teórico, ideológico y político que todavía no se llena.

Nosotros no tenemos esos grandes recursos, pero en la guerra aprendimos una verdad; el mejor método de enfrentar los recursos sofisticados del ejército enemigo es recurriendo a las cosas elementales, sencillas, que están al alcance de todos. Acudiendo con eso a la creatividad popular, confiando en la capacidad de la gente, hemos podido enfrentar en momentos muy difíciles los recursos sofisticados del enemigo. Eso que es válido para la guerra, es válido para todo. La principal fortaleza de los revolucionarios está en su firmeza, en su vinculación y comunicación con el pueblo, en su confianza en las masas, en su capacidad creativa, en que pueden pensar. Y hay que desatar esas capacidades, hay que intercambiar opiniones. El intercambio fomenta el desarrollo del pensamiento.

Si no hay discusión, si no hay intercambio, se produce
el estancamiento. Esta es una verdad que la Humanidad
aprendió desde la época de la Grecia antigua.-

CEM publica documento del 60 aniversario del PCS ( marzo de 1990)

SAN SALVADOR, 11 de mayo de 2009 (SIEP) “Faltaban solo dos años para concluir la guerra y conquistar los Acuerdos de Paz, la solución política negociada ya se vislumbraba en el horizonte, este es el contexto de este discurso de Schafik” indicó el Lic. Roberto Pineda, Coordinador del centro de estudios marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“Habían pasado sesenta años desde la fundación en 1930, a orillas del lago de Ilopango del Partido Comunista de El Salvador, PCS, vanguardia solitaria durante cuarenta años de las luchas del pueblo salvadoreño por la democracia y el socialismo, y que en 1995 decidió disolverse para fortalecer un esfuerzo mayor, el FMLN, que este año asume la presidencia de nuestro país…” agregó.

Este importante documento histórico reconoce que “en el crucial período de los años 70, cuando se fragmentó la izquierda. Se constituyeron las organizaciones revolucionarias político militares. Las primeras acciones armadas se realizaron en 1970 y nuestro Partido se quedó al margen de ese terreno de la lucha, se mantuvo exclusivamente en la lucha electoral y sindical. Se desarrolló un gran enfrentamiento ideológico entre la izquierda. Nosotros acusando a los hermanos de “ultraizquierdistas” y ellos acusándonos de “electoreros” y “revisionistas”; ese era el lenguaje de aquel tiempo.”

Subrayó Schafik Handal entonces secretario general del PCS que “ahora, parece que todos reconocemos, los que estuvimos en un lado y otro, que algo de verdad había en las mutuas acusaciones que nos hacíamos. Porque, ahora estamos claros, hemos ido madurando. El FMLN ha ido madurando y considera que fue útil la lucha electoral y podría serlo en el futuro. El problema no es que estuviéramos en la lucha electoral. El problema era que la veíamos como excluyente de la lucha armada. El problema era que los demás hermanos consideraron la lucha armada, en aquel tiempo, como excluyente, por principio, de esa otra forma de lucha.”

Dijo en ese discurso del 60 aniversario del PCS que “ya en los años 1974 y 1975 en adelante, empiezan a tomar cuerpo las organizaciones de masas impulsadas por las organizaciones hermanas político militares, que realizaron grandes luchas reivindicativas y una impresionante radicalización popular, sin entrar en la lucha electoral. Así, la lucha de masas reivindicativa, algunas modalidades de la lucha política y la lucha armada comenzaron a combinarse.”

Concluyó el dirigente comunista que “la verdad es que el proceso electoral también hizo un aporte considerable al movimiento revolucionario, porque fue creando una polarización política que desembocó en las elecciones presidenciales de 1977, en las que la UNO vuelve a ganar las elecciones, pero vuelve a sufrir el fraude y viene el enfrentamiento popular con el régimen.”

RAÍZES E FRUTOS DA COMUNIDADE CRISTÃ

RAÍZES E FRUTOS DA COMUNIDADE CRISTÃ
Pe. Jose Bortolini

I. INTRODUÇÃO GERAL
A comunidade cristã se reúne para celebrar a fé e cimentar sua união com Cristo, a videira, cujos ramos são todos os que o aceitam e seguem (evangelho). A fé que celebramos tem sua expressão maior no amor entre os membros da comunidade. Seria vã a fé que não levasse ao amor (II leitura). Ela se traduz também no testemunho cristão, levando as pessoas a eliminar desconfiança, frieza e indiferença nas relações interpessoais. Celebrar a fé é solidariedade e compromisso com os perseguidos por causa do testemunho (I leitura).

II. COMENTÁRIO DOS TEXTOSBLICOS

1. I leitura (At 9,26-31): O que é ser discípulo de Jesus?
A maior parte do cap. 9 de Atos reproduz acontecimentos referentes à vida de Saulo (Paulo): sua conversão (vv. 1-19a), estada em Damasco, anúncio e fuga (vv. 19b-25) e visita a Jerusalém (vv. 26-30). O texto escolhido para a liturgia deste domingo relata o episódio de Paulo em Jerusalém. Ele já era bem conhecido nessa cidade, pois foi aí que se formou rabino, nutrindo ódio contra os discípulos do Senhor a ponto de se tornar cúmplice do assassínio de Estêvão (cf. At 7,58).
Compreende-se, dessa maneira, por que os cristãos de Jerusalém mantivessem tanta distância e desconfiança em relação a ele, tratando-o com frieza (v. 26). A intervenção de Barnabé em favor do convertido é decisiva: ele o apresenta aos apóstolos. O testemunho de Barnabé em favor de Saulo mostra quais são as características de um discípulo de Jesus (v. 27): a. ter-se encontrado com o Senhor, mudando completamente o rumo da própria vida (tinha visto o Senhor no caminho); b. ter entrado em comunhão com Jesus, escutando-o (o Senhor lhe havia falado); c. ter-se comprometido decisivamente com Jesus (Saulo, na cidade de Damasco, havia pregado publicamente o nome de Jesus). Lucas salienta esse último aspecto, classificando a pregação do convertido de ousada (em grego, parresia. O mesmo termo é empregado a seguir, quando afirma que ele discutia com os judeus de língua grega, v. 29). Sua pregação é ousada porque provoca conflito, envolvendo em primeira pessoa o pregador. Essas três características são suficientes para que ele seja considerado discípulo do Senhor, tendo plena liberdade e comunhão entre os irmãos (v. 28).
Como acontecera em Damasco, onde a pregação acarretara ameaças de morte (vv. 23-24), também em Jerusalém o anúncio de Jesus provocou conflitos, fazendo com que os judeus de língua grega procurassem matá-lo (v. 29). Como reage a comunidade cristã quando um de seus membros é “marcado para morrer”? A atitude básica sugerida pelo texto é a da solidariedade que visa a conservar a vida do evangelizador. Foi assim em Damasco (v. 25), e em Jerusalém (v. 30): os irmãos mandam Saulo para Tarso, sua terra natal.
O v. 31 que fala da paz vivida pelas comunidades na Judéia, Galiléia e Samaria, consolidando-se e crescendo no temor do Senhor e crescendo em número é uma espécie de “retrato da comunidade”. Essa paz não é devida à ausência momentânea de Paulo no cenário da evangelização. Pensar assim seria desvirtuar os Atos dos Apóstolos e o próprio Evangelho de Lucas. Ela também não é devida à pretensa paz do império romano. É, isso sim, a paz que vem do temor do Senhor: é a partir dele, com o auxílio do Espírito Santo, que a comunidade cristã se fortalece e cresce em número, pois o projeto de Deus encontra terreno propício para crescer.

2. Evangelho (Jo 15,1-8): Raízes e frutos da comunidade cristã
O trecho do Evangelho de João proposto para este domingo faz parte dos acontecimentos que marcam a despedida de Jesus durante a Ceia (13,1-17,26). É sob a ótica do testamento que se poderá melhor entender o presente texto. O testamento de Jesus a seus discípulos abraça temas diversos. No caso de Jo 15,1-8, Jesus fala do segredo ou condições para a expansão da comunidade cristã.
Os capítulos 15-17 provavelmente não pertenciam ao corpo primitivo desse evangelho. Foram acrescentados mais tarde, tentando responder a algumas questões da comunidade do Discípulo Amado. Quais seriam? Certamente o tema da “comunidade de iguais”, sem hierarquias (ramos), o tema da missão (produzir frutos) e a presença do Espírito nos conflitos enfrentados pelas comunidades joaninas. O tema “comunidade de irmãos” predomina no texto de hoje.

a. As raízes da comunidade cristã (vv. 1-2)

Recuperando a velha imagem do Antigo Testamento, Jesus se declara a videira verdadeira, cujo agricultor é o Pai (v. 1). No passado, Israel fora comparado à vinha (cf. Jr 2,21; Is 5,1) que não correspondera às expectativas de Javé, que a plantara na esperança de vê-la produzir frutos de direito e justiça. Contudo, os frutos dessa vinha foram a transgressão do direito e a violência (cf. Is 5,7).
Jesus se denomina “a verdadeira videira”, ou seja, só ele é capaz de produzir os frutos que Deus espera, ou se quisermos, só nele é que poderemos realizar o que o Pai anseia. Dessa forma ele se apresenta como a única alternativa para a realização do direito e da justiça. Nesse sentido ele é verdadeiro, isto é, autêntico e fiel: a verdadeira videira.
O Pai, por sua vez, é o agricultor, ou seja, o que põe em ação seu projeto de instaurar na terra o direito e a justiça, a liberdade e a vida para todos. Portanto, as raízes da comunidade cristã, chamada a dar frutos em Cristo, são Jesus e o Pai. Este, como bom agricultor, cuida da videira, com o intuito de fazê-la frutificar. O cuidado do Pai transparece no texto sob a imagem da poda. No início da primavera o viticultor seleciona os melhores ramos, podando-os e eliminando os que não serão produtivos. É a poda seca, quando os ramos ainda não brotaram. Algum tempo depois, quando os novos ramos já se desenvolveram razoavelmente, a ponto de mostrar os cachos ainda pequenos, procede à poda verde, eliminando os brotos que não apresentam frutos. É importante lembrar que sem a poda a videira, dentro de alguns anos, torna-se estéril e acaba morrendo. Podar, portanto, não é fazer a videira sofrer, e sim dar-lhe condições para produzir em abundância. Freqüentemente pensa-se na poda enquanto sofrimento. Jamais passa pela cabeça do agricultor fazer sofrer a videira. A poda é reforço indispensável: sem ela a videira morrerá. Em termos teológicos, a poda não se traduz em provação, e sim em graça.
Nos vv. 1-2 temos, portanto, um Deus extremamente zeloso que cuida da comunidade cristã, enraizada em Cristo, para que produza frutos. Importante notar, ainda, que sem a comunidade (ramos) o projeto do Pai arrisca ficar estéril. Jesus é a videira, mas os frutos de justiça e direito nascem dos ramos, da comunidade que a ele aderiu.

b. Credenciais para ser comunidade cristã (vv. 3-7)

Contrariando a mentalidade do tempo, segundo a qual as pessoas se tornavam puras à custa de ritos de purificação, Jesus garante que a verdadeira pureza da comunidade consiste em acolher a Palavra que ele comunica. É ela quem purifica, liberta e capacita para a missão. Esta é a primeira credencial da comunidade: ter ouvido a Palavra de Jesus: “Vocês já estão limpos por causa da Palavra que eu lhes falei” (v. 3). É a Palavra que põe em contato com Jesus, estabelecendo comunhão e unidade, como a da videira com os ramos.
A segunda credencial é apresentada pelo verbo permanecer, que aparece 7 vezes nos vv. 4-7 (cf. também 1,39). O cimento do permanecer se chama amor. O amor a Jesus, traduzido em união, comunhão e sintonia com seu projeto, caracteriza as pessoas como cristãs: formam uma só coisa com Cristo. O texto não fala de amor, mas sim de permanecer, pois estamos dentro da metáfora videira-ramos. Estes estão unidos à videira e de sua seiva se alimentam. Assim acontece com a comunidade cristã: une-se ao seu fundador e raiz pelo amor. De fato, o que mais desejamos quando amamos alguém? Creio que, basicamente, procuramos duas coisas: 1. Estar sempre com a pessoa amada, sem separações; 2. que essa união não morra, mas dure para sempre, num crescimento constante, procurando o bem do outro.
Nos vv. 5-6 fala-se do risco de esterilidade de toda a comunidade ou de alguns membros. Não basta estar simplesmente unido a Jesus para sempre, sem que isso acarrete a práxis cristã. Mais ainda: quem não produz frutos de justiça e direito não poderá afirmar que está unido a Jesus, como o ramo à videira. Pelo contrário, quem permanece nele produz muito fruto (v. 5); quem não permanece nele (ou seja, é estéril), é jogado fora, seca e será queimado (v. 6). Em outras palavras, quem não luta pelo direito e justiça incorre no julgamento, como aconteceu com a videira de Is 5. Portanto, o critério para sabermos se a comunidade permanece ou não em Cristo são os frutos de justiça e direito que ela produz, os frutos do amor. São eles a identificá-la como comunidade cristã.
Jesus afirma que “se permanecerem em mim, e minhas palavras permanecerem em vocês, peçam o que quiserem, e isto lhes será concedido” (v. 7). Isso nos leva ao cerne do que é rezar: estar em perfeita sintonia com Jesus e seu projeto, fazendo-lhe a vontade, sentindo-o como energia motora na execução do projeto de Deus. Nesse clima, nenhum pedido ficará sem resposta, nenhum esforço será inútil.

c. A glória do Pai (v. 8)

A alegria do agricultor é ver a videira carregada de excelentes frutos. A glória do Pai é uma comunidade comprometida com seu projeto, fortemente unida a Jesus, a videira, raiz da nova sociedade, cujos frutos são a justiça, direito, solidariedade, fraternidade e amor. Isso é parte (ou, talvez, a síntese) do testamento de Jesus à comunidade; essas são as condições para que a comunidade cresça e desenvolva sua missão.

3. II leitura (1Jo 3,18-24): Amar é algo de concreto e sério!

João insiste que o autêntico amor se traduz em obras e na verdade (v. 18. Para uma visão rápida do contexto desta carta, cf. comentário à II leitura do 2º Domingo da Páscoa). Em outras palavras, o amor entre os membros da comunidade, para ser verdadeiro, precisa reproduzir o de Jesus, fiel ao Pai e misericordioso em relação às pessoas, levado às extremas conseqüências. Essa é a prova cabal de pertencermos à verdade de Deus (v. 19).
O amor entre pessoas tende freqüentemente a se desviar de sua real dimensão, mas o importante é conservar aquela sintonia que nos permita ter confiança em Deus, a ponto de sermos por ele ajudados na tarefa de amar.
Quando podemos ter certeza de sermos atendidos ao pedir qualquer coisa? O autor da carta apresenta a condição fundamental: quando guardamos os mandamentos de Deus (v. 22), sintetizados aqui num só: a fé em Jesus, traduzida em relações comunitárias fraternas. Isso demonstra que se não existe amor, também não há fé no nome de Jesus. O amor é, portanto, a expressão visível da fé em Deus. Sem ele não há cristianismo, nem religião, nem fé (vv. 23-24). Quem garante isso é o Espírito de Jesus, que impulsiona a comunidade a viver o mesmo amor de Jesus, que amou até o fim (v. 24).

III. PISTAS PARA REFLEXÃO
. A I leitura ajuda a comunidade a superar a desconfiança e frieza entre seus membros. O que nos caracteriza hoje, como discípulos do Senhor? O que fazemos por aqueles cristãos que são perseguidos e “marcados para morrer”?
. Refletir com a comunidade sobre os frutos que ela produz: provam ou negam que estamos unidos a Jesus? É possível ser cristão sem lutar pelo direito e pela justiça? (evangelho).
. Os cristãos se reúnem para celebrar a fé. Qual é a expressão dessa fé? “Sem amor não há cristianismo, nem religião, nem fé” (II leitura).

La tarea es rescatar la Patria…Entrevista con Antonio Velasco Iglesias

La tarea es rescatar la Patria…
Entrevista con Antonio Velasco Iglesias

APOPA; 2 de mayo de 2009 (SIEP) “Nací en 1935 en Santa Tecla. En 1945 cuando tenía diez años vino a la casa un tío de oficio abogado, que había vivido exilado en Colombia desde 1932. El había sido fundador del Partido Comunista y compañero de lucha de Farabundo Marti…” nos narra Antonio Velasco Iglesias, de 74 años, veterano dirigente revolucionario salvadoreño. La entrevista se realiza en el local del FMLN.

“Estos hechos quedaron en mi memoria infantil, mi tío se llamaba Cayetano Ángel, era primo hermano de mi mamá, Sara Velasco Iglesias. El tenía un hermano, que era el menor, Héctor Ángel Iglesias, que se pasaba haciendo comentarios en la casa sobre las actividades de su hermano, y entonces pude tomar conciencia de lo que había pasado en 1932 y también comprendí entonces la fuerte actitud anti-martinista de mi mamá, que enfáticamente rechazaba cualquier palabra o acción del dictador, claro, esto lo decía en el seno familiar…mi mamá era profesora, simpatizante del Dr. Arturo Romero. Todo ese periodo de 1932 A 1944 lo vivimos con la policía martinista fuera de la casa…Mi mamá era familiar del Dr. Luís Velasco, que fue el que le pidió la
renuncia a Martínez en el 44…”

“Mi tío Héctor me explicó sobre el papel del Partido en el 32..y te aclaró que el PC no se montó en el levantamiento, como dicen hoy algunos, lo que pasó es que el Partido estaba tierno, menos de dos años, y era un levantamiento que tenía a la base la recuperación de las tierras de las comunidades primitivas, que eran fuertes en Occidente…”

“Luego mi tío Héctor, que era militante comunista, se fue para Guatemala, para ayudar al gobierno de Juan José Arévalo y luego al de Jacobo Arbenz. Allá se fue a encontrar con otros salvadoreños, que estaban allá exilados como Daniel Castaneda, Virgilio Guerra, Eduardo Camporreales, Fidelina Raimundo, Miguel Mármol (que trabajaba de limpiar vidrios) y otros…”

“El regreso y tuvimos platicas sobre la situación en Guatemala y también sobre lo que pasaba en los país con democracias populares de Europa Oriental. El se interesaba mucho sobre la experiencia del socialismo autogestionario practicado en Yugoslavia, sobre la conducción política de Tito y sus posiciones internacionales…”

“Hablaba sobre los dirigentes revolucionarios guatemaltecos, todos comunistas, era amigo de Manuel Fortuna, de Manuel Galich, de Víctor Manuel Gutiérrez, gente del Partido Guatemalteco del Trabajo…Al final mi tío Cayetano se alejó de la lucha mientras que Héctor se mantuvo.

Solidaridad salvadoreña en 1956 con el pueblo egipcio

En 1956 realizamos en el Predio de la antigua Universidad, afuera, un Acto en Solidaridad con la actitud patriótica del Coronel Gamal Abdel Nasser que había nacionalizado el Canal del Suez y enfrentaba la agresión británica-francesa-israelí. Fue la solidaridad del pueblo salvadoreño con el valiente pueblo árabe de Egipto. En el mitin participaron Jorge Arias Gómez, Schafik Handal, Mario Flores Macal.

Asistí a esta actividad junto con obreros de la construcción, ya que en ese momento trabajaba en esa área, tenía 21 años y vivía en la Col. Luz. Me acuerdo que las sesiones del sindicato de la industria de la construcción eran en la Alcaldía Municipal. Fue en esas reuniones que conocí a un dirigente sindical de nombre Oscar Gilberto Martínez, y fue precisamente él quien me contacto con Mario Flores Macal.

Fue Mario quien me aconsejó: métete a la escuela de Oratoria de Braulio Pérez Marchand. Este era un chileno originario de un pueblito allá que se llamaba Tarapacá. La Academia estaba ubicada sobre la 3ra. Calle Oriente. Bueno, sobresalí en oratorias, tanto que viaje a Guadalajara, México, en agosto de 1958 a un Concurso Internacional de Oratoria. Viajamos junto con el hoy Dr. Andes Soriano y la Dra. Ana Delia Mendoza. Me dieron diploma de participación. En ese año 1958, di un paso que me marco para toda la vida, a los 23 años ingrese al Partido Comunista, me juramentó Miguelito Mármol.

Para esa época conocí a toda una generación de jóvenes revolucionarios: Roque Dalton, Rafael Aguiñada, Manlio Argueta, el Pichón Cea, Raúl Padilla Vela, junto con ellos fundamos en 1958 la Juventud 5 de Noviembre. La dirigía Ricardo Bogrand. Estaba también Luís Felipe Cativo que era obrero, el estudiante Armando Herrera, Brenny Cuenca. Una mujer obrera, Antonia Varela. Había jóvenes obreros, estudiantes, artistas, intelectuales, etc. En 1959 a la venida del escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias, me correspondió decir las palabras de presentación en el Teatro de Santa Ana.

Fue Luís Felipe el que me invitó al local de la CGTS. Y ya en 1959 pase a formar parte del Comité Ejecutivo de esta central sindical, siendo ya secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio. A este sindicato me había llevado Daniel Pineda, que fue su fundador. En el Comité Ejecutivo de la CGTS estaba también Jorge Alberto López, Luís Felipe Cativo (Zapatero) Leticia Payés (costurera, de Ilopango) el zapatero Licho Martínez, que había sido secretario general de la FRTS en 1924. La CGTS vanguardizó el enfrentamiento con el dictador Chema Lemus, fue el baluarte, el pilar principal con su gran aliado, la AGEUS. Y después se enfrentó también a la Junta Cívico-Militar de enero del 61.

En el ataúd de Fidelina estaba la bandera roja del PCS

En ese año 1961 realizamos el sepelio de la camarada Fidelina Raimundo, una sindicalista muy combativa que había sufrido la cárcel, la represión y el exilio durante los regimenes de Osorio y Lemus. La velamos en una casa que quedaba en la cuesta de lo que fue el cine Regis, a la entrada para el barrio San Jacinto. En el ataúd estaba la bandera roja del PCS, con la hoz y el martillo, y también la bandera de su sindicato, el Sindicato de Panificadores, de la CGTS. En su sindicato la amaban, la respetaban mucho porque este era un gremio difícil de organizar y ella había sido pieza calve en su organización. Me acuerdo que mandó corona el PCN y la fuimos a votar en la noche.

Acto en Solidaridad con la revolución Cubana

En octubre de 1962 realizamos un Acto en solidaridad con la Revolución Cubana, amenazada por los imperialista, era la crisis de los misiles rusos. Fue un mitin de solidaridad con la Cuba de Fidel, con la Cuba de la revolución. Lo hicimos en el Parque Libertad y fue convocada por el PRAM, la CGTS y AGEUS.

Hable en ese acto en nombre de la CGTS y al terminar el mitin nos siguieron y nos capturaron cerca de las Pupuserías de la 5 de Noviembre, junto con Raúl Castellanos Figueroa. Y nos secuestraron, aunque estábamos detenidos en la bartolina 17 de la Policía Nacional. Después nos llevaron a la cárcel de San Vicente. Y luego nos sacaron para Guatemala con rumbo a México. Cuando pasamos por Escuintla, elementos de la CIA, con acento puertorriqueño o caribeño nos fotografiaron, nos pesaron y nos midieron.

Por esa época vivían en El Salvador exilados cubanos que los había sacado Batista. Me acuerdo de un actor de teatro muy conocido, de apellido Dumé, de raza negra, que trabajaba con el maestro Edmundo Barbero. Actuó en la obra Las manos de Euridice. El nos contactó con un funcionario cubano que realizaba una gira por América Latina para informar sobre los avances de la Revolución Cubana. El se llamaba Carlos Olivares. Entonces decidimos realizar un Mitin de Solidaridad con Cuba. Este fue otro.

Lo organizamos con Roque Dalton, Raúl Padilla Vela, y Luís Felipe Cativo. Salimos a convocar al pueblo del centro, y lo montamos en el Rincón Martiano, que era una placita que quedaba donde construyeron el Hotel San Salvador, entonces estaba al cuadra antigua, con la Corte de Cuentas y allí estaba un monumento a José Martí, estaba el busto que después pasaron para allá por Don Rúa.

¡La solidaridad con Cuba Socialista! Si volviera a nacer, volvería a hablar en ese mitin y volvería a solidarizarme con ese pueblo heroico al que tanto quiero…”

Me acuerdo bien que el 31 de diciembre de 1962 nos lanzan al Río Suchiate, en la frontera con México. Seguimos hasta la capital y fuimos a buscar a Liliam Jiménez, quien nos recibe en Tlalpan. Reanudamos el contacto partidario lo que nos permitió regresar clandestinamente por Honduras. Caminamos desde las 5 de la mañana y como a las 6 d la tarde ya estábamos de nuevo en San Salvador.

Al regresar nos enteramos que la Asociación 5 de Noviembre a la que pertenecíamos, se había transformado en la Vanguardia de la Juventud Salvadoreña, VJS, para integrarse al FUAR.

En 1965 celebramos como CGTS el II Congreso nacional de Trabajadores salvadoreños para discutir el contenido del Código de Trabajo, fue un congreso que reflejo un alto nivel de unidad sindical, ya que participaron todas las centrales sindicales, la CGS, la UNOC, y nosotros, o sea todo el espectro sindical. Incluso nos visitó Emilio Laurel de la ORIT, y también el chileno Juan Puebla de la CUT, que también era dirigente comunista. También vinieron dirigentes sindicalistas de Maracaibo, Venezuela y de México. Al final cuando aprobaron el Código de Trabajo, este exigía la existencia de tres federaciones para crear una Confederación y entonces fue que formamos la FUSS…de octubre de ese mismo año. Junto con Salvador Cayetano Carpio y Roberto Sánchez del Cid firmamos la Carta de Principios de la FUSS. Por esa época hicimos un esfuerzo junto con Ernesto Guatemala por construir el Sindicato de Empleados Bancarios.

Regresan en 1957 los exilados de Argentina

En 1957 organizamos en el local de la CGTS, un Acto de Recibimiento para los exilados que regresaban de Argentina. Estos habían sido exilados en 1952 hacia Guatemala y dos años después se asilaron en la Embajada de Argentina en 1954 con la llegada de Castillo Armas. Regresaron de Buenos Aires y fuimos a recibirlos los siguientes compañeros: Juan Valiente y Miguel Ángel Cea, obreros de la Construcción, Inocente Guerrero
(zapatero) Napoleón Villacorta, Angélica Méndez, Angélica Trigueros, que fue considero la que mas sufrió, porque murieron sus hijos debido al incendio en la callampa (casa marginal) donde vivía…Angélica fue muy amiga del Che que también para ese tiempo (1954) estuvo viviendo en la Embajada argentina en Guatemala. Hubo mucha hermandad, les expresamos todo el cariño de la clase obrera y del pueblo salvadoreño…

En 1965 solidaridad con el pueblo dominicano

Años después en 1965, en abril desarrollamos otro acto de Solidaridad, esta vez con el pueblo dominicano, que conducido por el Coronel Francisco Caamaño Deño le hizo frente a las tropas de intervención del imperialismo yanqui…hicimos un mitin en el Parque Libertad para protestar por esta agresión contra un pueblo caribeño…

En 1965 solidaridad con Vietnam Heroico

Ese mismo año de 1965 el Partido ( Comunista)organizó el 15 de septiembre un Acto en el Parque Libertad en solidaridad con la heroica lucha del pueblo vietnamita por expulsar a las tropas del imperialismo yanqui…Al terminar el acto se repitieron las capturas y volvimos a caer presos, nos afianzaron al terminar el acto. Fue la Policía Nacional y la acusación fue la de “haber quemado la bandera de los Estados Unidos.”m mandaron al Penal de Ahuachapan…era una clara represión contra el espíritu solidario de nuestro pueblo, con los días fueron llegando al Penal a hacerme compañía Saúl Santiago Contreras, Carlos Marín, Tirso Canales y otros militantes comunistas.

El asesinato en 1968 de Oscar y Saúl

En 1968 la dictadura militar asesina a nuestros querido compañeros, directivos de la FUSS, Oscar Gilberto Martínez y Saúl Santiago Contreras en represalia por su destacada participación en solidaridad con la Huelga de maestros impulsada por ANDES 21 de Junio.

Me acuerdo del joven Dimas Alas, el llegaba a los sindicatos, era obrero tipógrafo, trabajaba en la Prensa Gráfica, lo incorpore a un Círculo de estudios del Partido…y salió bueno, llegó a ser un gran dirigente sindical…

Me acuerdo de Virgilio Guerra, con él visitaba Santa Ana, visitábamos muchos lugares de trabajo, fincas, haciendas, éramos de la Comisión Rural…

La célula del 32

En el Partido había una célula integrada por camaradas que habían participado en el levantamiento de 1932…estaba Segundo Ramírez, que era de por allí por Ilopango, Modesto Ramírez; un camarada que siempre andaba descalzo, campesino de La Paz, que conocíamos como Chon, que tenía una cicatriz en la cara y vivía por la Col. Harrison, que queda dentro de la Col. Luz); El Zarco, que fu un camarada campesino que paso deambulando como tres meses por las fincas de café después del levantamiento para evitar ser apresado, era de los Altos de Talnique o Tamanique; el conocido Miguelito Mármol, El Chele Salvador Carrillo, que era fronterologo, además de sastre, en su taller de Santa Anita, trabajaba Daniel Castaneda.

Una persona que me impactó fue Raúl (Castellanos Figueroa), habíamos estado presos juntos, era un persona d una extensa cultura, de una disciplina marxista-leninista, riguroso en la teoría y en la práctica…

Siempre he sido un apasionado de la Guerra Civil española, de sus personajes, de sus eventos…de la Pasionaria…

Durante la guerra mis hijas fueron secuestradas y aparecieron debido a la presión, a la denuncia nacional e internacional… estudiaban e el Central de Señoritas. Tengo 43 años de matrimonio…y fíjese que durante la guerra, tanto ella como mis hijas se organizaron en las FPL, y yo no me daba cuenta, hasta después lo supe, yo creo que mis hijas la organizaron a ella…son cosas de la guerra…

Propuesta de creación del Ministerio de Cultura

PROPUESTA DE CREACIÓN DEL MINISTERIO DE CULTURA

Cuscatlán, Tierra de Preseas o Lugar de Joyas y Collares, Abril 25, 2009

CONTENIDO

La dimensión cultural del cambio social

1.1 Planteamiento general
1.2 Situación actual de la cultura en El Salvador
1.3 Características de la gestión cultural gubernamental en los últimos veinte años
1.4 Criterios rectores de la política cultural del Cambio

2.. La cultura en el Gobierno de la Esperanza y el Cambio

3.. El Foro de Intelectuales de El Salvador y su propuesta cultural

Propuesta del Foro de Intelectuales de El Salvador para la creación del
Ministerio de Cultura durante la ejecución del Gobierno del Cambio

LA DIMENSIÓN CULTURAL DEL CAMBIO SOCIAL

1.1 Planteamiento general

Cultura es la capacidad de la sociedad para crearse y recrearse a sí misma; atañe a las formas de relación sociedad-naturaleza , al patrimonio cultural tangible e intangible, al arte en sus diversas manifestaciones, el deporte, la formación y transmisión de valores y normas de comportamiento social, el lenguaje, la comunicación social y los medios tecnológicos comunicacionales, la formación de destrezas, habilidades y conocimiento técnico, tecnológico y científico.

Las vertientes históricas de la cultura salvadoreña son la cultura náhuatl, la cultura maya y la cultura occidental principalmente la española. Actualmente, los avances en la comunicación, el internet, el desarrollo tecnológico, la necesidad de adoptar el dominio de nuevas lenguas, las relaciones internacionales múltiples y especialmente comerciales; la ruptura de las normas de comportamiento y de los valores sociales han conducido a la ruptura del tejido social, esta realidad presenta el reto fundamental de la dimensión cultural de la sociedad actual y futura.

El Salvador es parte integrante de la región centroamericana y culturalmente del área mesoamericana; pero en el marco de los cambios ocurridos en el mundo, la multipolaridad y la globalización, el país tiene múltiples relaciones comerciales y culturales. Junto a la tecnología, las mercancías de consumo, la televisión, el cine, el internet, la telefonía celular, de la ayuda financiera, también vienen el intercambio de ideas, los valores artísticos, normas de comportamiento social, legislaciones que regulan las relaciones comerciales entre países, regiones y la relación sociedad-naturaleza . La universalizació n de las comunicaciones significa la universalizació n de la cultura; ya no es el choque o contacto entre dos culturas, sino una relación multicultural. Las identidades nacionales construidas sobre la base del sometimiento de las culturas se diluyen y para evitar la desaparición requieren de una reformulación.

1.2 Situación actual de la cultura en El Salvador

La forma de relación de la sociedad con la naturaleza se basa en el principio de explotación para la acumulación de capital y la producción para satisfacción de las necesidades básicas de la población; esto ha conducido a trastocar los mecanismos naturales de reproducción de los recursos vitales para la existencia: agua, suelo, aire, vegetación y fauna, provocando una crisis ambiental que amenaza la existencia de la misma sociedad salvadoreña.

El patrimonio cultural tangible se ha destruido por la voracidad e incomprensión de su importancia por los industriales de la construcción y la planta industrial. Únicamente se preservan aquellos hallazgos arqueológicos gracias a la mediación de instancias internacionales académicas y organismos de las Naciones Unidas. Inescrupulosos empresarios en asociación con funcionarios públicos han saqueado y comercializado el patrimonio arqueológico y natural violando la legislación nacional vigente bajo el amparo de la impunidad.

Desde la conquista, el patrimonio intangible, deliberadamente se ha destruido y con él la identidad cultural. Sólo han perdurado aquellos aspectos o rasgos funcionales a la explotación y saqueo de la riqueza natural y humana impuestos por los conquistadores, colonizadores y explotadores que han gobernado el país. El arte prehispánico, las leyendas, la mitología, las creencias, los dioses, la lengua, el sentido del gusto, el conocimiento, la medicina natural y la música popular tradicional han sido devoradas por el desarrollo de la cultura occidental dominante, cuyos valores y prácticas se privilegian en el sistema educativo nacional y en los medios de comunicación.

El arte náhuatl, maya y las formas de arte populares que perviven en las tradiciones religiosas han desaparecido o están en proceso de extinción. La producción en las diversas expresiones artísticas, como la pintura, el teatro, la poesía, la literatura, la escultura, la música, el ballet, el espectáculo circense, el folklore, están reducidas a la promoción del arte a nivel de entretenimiento, diversión y aficionados, y no a la profesionalizació n. Los espacios y las oportunidades generadas por la política y programas impulsados por los sucesivos gobiernos en los últimos veinte años son insuficientes y de acceso restringido. Los artistas, desde los más célebres hasta los que deambulan por las calles, los bares y los autobuses del transporte público no cuentan con un sistema de seguridad social y estabilidad en sus ingresos. Se ha convertido a la sociedad salvadoreña en consumidores del arte internacional enajenante.

El deporte es una expresión cultural que, no obstante la popularidad de algunas ramas, su estado actual puede calificarse como de calamidad deportiva. No existe una política estatal que lo promueva adecuadamente para beneficio de la población salvadoreña, las diversas instituciones que tienen como función su promoción se caracterizan por la incapacidad y la corrupción. Además del desarrollo de destrezas, habilidades, la inteligencia que implica y la proyección científica en sus alcances, la importancia del deporte trasciende a la formación y reproducción del comportamiento social, en este sentido, es un mecanismo cultural.

La impunidad, el poder de manipulación y de consumo, constituyen los criterios de valoración social. Esta situación cultural se expresa en los altos índices de delincuencia, en la corrupción, en el llamado comportamiento de doble moral, en la violación de los derechos humanos y en las distintas expresiones artísticas divulgadas por los medios de comunicación. En las clases populares pobres, esta realidad se expresa en ganar el sostenimiento diario a cómo de lugar, puede ser pirateando, mendigando, robando, en la “vivianada”, incorporándose a las pandillas, en la economía del sector informal, soportando humillaciones, lacerando su dignidad y su auto estima, causando el sentimiento de inferioridad e inseguridad personal.

Los cambios económicos que van de la agricultura a la industria, de la industria al comercio y los servicios, del predominio rural al predominio urbano son un contexto; los cambios políticos que van de la represión política y el pensamiento a la apertura democrática, de la comunicación terrestre a la comunicación instantánea por satélite y el uso del espacio por la vía de la televisión, el internet, la telefonía celular son una nueva realidad como también lo son la técnica y la tecnología convencional a la alta tecnología que implica desplazamiento de la fuerza de trabajo; todos estos cambios conllevan a la ruptura de los mecanismos de transmisión de una generación a otra de las formas de relación social, organización social, de la relación sociedad-naturaleza , de las normas de comportamiento social y del conocimiento. El tejido social se ha desarticulado, está roto, la visión cultural del desarrollo es una dimensión
determinante para su rearticulació n.

El consumismo depredador, las nuevas formas de violencia social, la desarticulació n de la familia, se han producido simultáneamente al aumento de las denominaciones religiosas cristianas y su influencia en la sociedad, a los esfuerzos de la iglesia católica por reforzar su participación en la formación del comportamiento social, de la creación de nuevas instituciones estatales, de la sociedad civil y de la promulgación de leyes. Estamos ante un Estado jurídicamente colapsado e instituciones de la sociedad civil que no constituyen una respuesta a los cambios que ocurren en la esfera de la producción, comercializació n, comunicación, etc. En otras palabras, es la organización social y política la rebasada por los cambios acelerados y se expresa como desarticulació n del tejido social. La dimensión cultural del desarrollo consiste, precisamente, en la construcción y transmisión del tejido y comportamiento social para estar a la altura de
las exigencias del cambio social.

El desarrollo de los medios de comunicación es indispensable para la adaptación cultural a las nuevas condiciones mundiales y para la reconstrucció n del tejido social y la identidad cultural. La experiencia inmediata sobre el uso de los medios de comunicación como instrumentos del cambio cultural muestra que son unos de los principales vehículos responsables de la implantación de la cultura del consumismo, la impunidad, el oscurantismo, el conocimiento disperso y divulgar el arte enajenante producido y empaquetado fuera del país imponiéndolo a nuestra población en detrimento de la producción cultural artística nacional.

El Estado ha utilizado las comunicaciones y los medios de comunicación para manipular la conciencia de la población, ocultando el interés del reducido grupo que rige su gestión, haciendo creer que el país se está desarrollando y presentando logros aparentes con la finalidad de mantenerse en el poder. Aquel principio nazi de una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, ha regido la política comunicacional de los sucesivos gobiernos del partido ARENA.

1.3 Características de la gestión cultural gubernamental en los últimos veinte años

En materia de cultura, las gestiones gubernamentales de los últimos 4 gobiernos de ARENA han tenido las siguientes características:

Negación e incapacidad para comprender la importancia de la cultura para la articulación del tejido social, la dignificación de los salvadoreños y el desarrollo del país.
Elitista, orientada a algunas formas de arte y el folklor redituables.
Limitados espacios de producción artística y formación profesional de los artistas.
Declaración de políticas para mostrar cumplimiento de las convenciones internacionales y justificar la cooperación.
Instrumentació n política de la cultura mediante contrataciones por adhesión partidaria e impedir que supuestos opositores políticos participen en el quehacer público cultural.
Escaso y exiguo presupuesto para el impulso de programas y proyectos de desarrollo cultural.
Destrucción y saqueo del patrimonio cultural y natural del país.
Falta de voluntad y entereza política para aplicar la ley que rige la gestión cultural.
La política educativa impulsada por el Ministerio de Educación está orientada a la capacitación de mano de obra calificada y barata, además es excluyente y elitista.

1.4 Criterios rectores de la política cultural del cambio

La promoción de la identidad cultural salvadoreña en el contexto centroamericano.
La protección y conservación del patrimonio cultural de El Salvador.
El fomento de la creatividad y profesionalizació n del Talento Humano del país.
La protección de la diversidad cultural de El Salvador.
La consolidación de la participación ciudadana con equidad de género.
Promoción de nuevas formas de relación sociedad-naturaleza .
Cumplimiento de las convenciones internacionales suscritas por el Estado salvadoreño.
Fomento de la relación multicultural y la cooperación internacional con nuestro país.

2. La Cultura en el Gobierno de la Esperanza y el Cambio.

La elevación a rango ministerial de la actual instancia de CONCULTURA, es crucial desde la perspectiva de su legislación, como garante de la producción cultural, de sus creadores y de sus beneficiarios. En esa ruta, es determinante la creación del Ministerio de Cultura especialmente para diseñar mecanismos de gestión cultural a nivel nacional y apoyado con la solidaridad internacional, en el marco de una democracia de amplia participación.

El diagnóstico participativo y de concertación nacional de la cultura y de las artes son los instrumentos claves para elaborar una Política Cultural incluyente e integradora, articulada con la educación, el turismo, la economía, la salud, los deportes y la equidad de género, entre otros.

Ello supone la concepción de una cultura propia, construida con principios que deben ser aceptados por la sociedad, que dé respuesta a las necesidades socio culturales expresadas por las comunidades y las organizaciones de la sociedad civil, especialmente por los actores y agentes culturales.

La política cultural no puede desvincularse del conjunto de políticas económicas y sociales del gobierno, y éstas no pueden prescindir de la dimensión cultural, en razón de que entre ambas existe una relación de interdependencia recíproca. En esa lógica, la Política Cultural constituye un eje transversal en todas las instituciones de gobierno, la que genera activos que propician novedosos proyectos para todo el conjunto social, representando el medio efectivo para atender en forma prioritaria a los sectores menos beneficiados del desarrollo.

La descentralizació n y el desarrollo comunitario con participación de los gobiernos locales y la diversidad de actores es esencial para promover la participación democrática en el nivel nacional, departamental, municipal y local.

La descentralizació n es un procedimiento en virtud del cual el Estado concede alguna función específica en un organismo especial, dotado de autonomía legal y que maneja de manera independiente recursos propios y del Estado. Esta descentralizació n debe complementarse con la desconcentració n que es un procedimiento donde el Estado traslada el cumplimiento de ciertas funciones a instancias institucionales de nivel inferior para que se manejen de forma directa en provecho de la población local.

Las políticas públicas de descentralizació n y desconcentració n que se sustenten y acompañen el fortalecimiento del poder local, pueden iniciar procesos sustantivos de apoderamiento por parte de las comunidades excluidas del poder central, lo que conlleva la puesta en valor de las culturas vivas y locales.

3. El Foro de Intelectuales de El Salvador y su propuesta cultural.

La creación del Ministerio de Cultura, se considera una instancia fundamental para dar a la gestión pública de la cultura un estatus relevante, en cumplimiento de los preceptos constitucionales establecidos en los artículos 1, 6, 32, 53, 62, 63 y 64 de la Constitución de El Salvador.

Proponemos las líneas de acción siguientes:

1. Rescate, conservación, difusión, protección y desarrollo del patrimonio cultural tangible e intangible..
2. Formación de talentos para el desarrollo cultural y artístico aficionado y profesional.
3. Desarrollo de una cultura que armonice la relación sociedad-naturaleza en el marco del desarrollo sostenible.
4. Rescate, fortalecimiento y fomento de la identidad cultural nacional e interculturalidad de los salvadoreños migrantes.
5. Fomento del desarrollo social y cultural de los grupos de los pueblos originarios.
6. Cultura que nos permita insertarnos a la globalización y al desarrollo tecnológico, fortaleciendo nuestra identidad.
7. Promoción de la lectura, producción y difusión del libro, en especial de autores salvadoreños.
8. La utilización de los medios de comunicación (escritos, radiales, televisión e internet) para la construcción de la cultura cívica y reorganizar el tejido social.
9. Fomento de la cooperación cultural internacional.
10. Descentralizació n de la gestión en el marco de la democratizació n de la cultura y fortaleciendo la ejecución de las políticas de desarrollo municipal en apoyo de las locales.
11. Fomentar la integración cultural centroamericana.
12. Revisión y actualización jurídica de la gestión cultural nacional e internacional.
13. Creación y apoyo de la industria cultural: grabaciones fonográficas, artes cinematográficas, el gusto y arte culinario, teatro, ballet, mimos, pintura, literatura, artes visuales.
14. Participación de la sociedad civil por diversas formas de organización social.
15. Creación y financiamiento de instituciones para el estudio de la cultura: antropología e historia, arqueología, lingüística, bio-antropologí a, paleontología, etc.
16. Democratizació n de la producción y consumo de la cultura.
17. Dignificación, seguridad social y organización de los trabajadores de la cultura.
18. Coordinar con otras carteras de Estado la ejecución de la política cultural, especialmente con el MINED para incorporar la dimensión cultural en la política educativa; con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social para el desarrollo y aplicación de la medicina tradicional y la formación de hábitos para el desarrollo integral de la persona humana y la protección del medio ambiente.
19. Impulso de la cultura y artes especiales que velará por el rescate y enseñanza de la lengua náhuatl y la lengua salvadoreña para sordos por ser bienes culturales socios lingüísticos de los salvadoreños.

En correspondencia con las directrices establecidas en el “Plan de Gobierno Nace la Esperanza Viene el Cambio”, que entre otros lineamientos estratégicos propone, “Elevar a rango ministerial la institucionalidad gubernamental encargada de la administració n pública en materia de cultura, como ente facilitador de procesos participativos para la formulación y ejecución de estrategias de promoción, protección y fomento del desarrollo de la cultura y las artes del país. Gestionar procesos que permitan una reingeniería en las diversas instancias estatales existentes a la fecha”. (Pp.28.- literal E).

En el marco de la propuesta es importante apuntar que la creación del Ministerio de Cultura consolidará la institucionalidad para garantizar el rol del Estado como facilitador en el desarrollo de la cultura, la creación y la recreación de la misma y la producción y difusión artística. (Ver Política Cultural del Foro de Intelectuales de El Salvador, en revista: Realidad y Reflexión No.24, páginas 46 y 55, que adjuntamos)

El diseño de la política de desarrollo cultural es el instrumento que surgirá de las iniciativas y propuestas de la sociedad civil y que será viable por medio de la voluntad y el esfuerzo conjunto de la sociedad. Se definirá la estrategia para impulsar dicha política, consideradas dentro del Programa de Gobierno Nace la Esperanza Viene el Cambio y que se encuentran relacionadas con el objetivo de “estimular el conocimiento, la creatividad y el talento innovador de la sociedad entera para avanzar hacia el desarrollo humano, hacia la felicidad de la familia y la prosperidad, hacia una sólida cultura democrática y hacia la responsabilidad ambiental es el claro horizonte de esta nueva política social”. (Ver Programa de Gobierno Nace la Esperanza Viene el Cambio, página 18, segundo párrafo: Nuevo Enfoque de Política Cultural).

Por el Foro de Intelectuales de El Salvador

José Rolando Menéndez Castro

Patricio Rivas

Oscar Martínez Peñate

Dario Villalta Baldovinos

Ricardo Olmos Guevara

Mauricio Marquina

José María Barrera Lemus

Ricardo Mendoza Alberto

Wendinorto Rivas

Mario Castrillo

Armando Solis

Miguel Ángel Chinchilla

Jorge Vargas Méndez

Héctor Hernández

Jorge Ismael García Corleto

Ismael Alejandro García Herrera

Roque Melvin Galdámez Méndez

José Roberto Cea

Luis Melgar Brizuela

Joaquín Meza

Tirso Canales

Eduardo Badía Serra

Reyes Gilberto Arévalo

«Aquí no se puede servirles a los pobres y a los ricos a la vez…» Entrevista a Fidel Nieto, de la Tendencia Revolucionaria

Dick Emanuelsson (especial para ARGENPRESS.info)

Un agradecimiento especial a Marialuisa Atienza
por la trascripción de los reportajes de El Salvador.

Fidel Nieto, rector de la Universidad Luterana en El Salvador, viejo luchador popular del FMLN durante la guerra y del disuelto Partido Comunista de El Salvador, saluda la histórica victoria en la que fue derrotado el partido Arena y el sector que le rodeaba en las elecciones del 15 de marzo.

Nieto saluda con mucho compromiso la histórica victoria del FMLN sobre el derechista ARENA el pasado 15 de marzo. Pero ese entusiamo no le impide mostrar su preocupación por el rumbo que el presidente electo, Mauricio Funes, aliado del FMLN, podría imponer unilateralmente al futuro gobierno, pese a que esa victoria fue posible por el respaldo del movimiento social salvadoreño. Con Fidel Nieto dialogó el periodista Dick Emanuelsson.

Dick Emanuelsson (DE): Primero que nada, muchas gracias Fidel, otra vez estamos acá para tomarte el pulso, saber un poco de en una situación quizás bastante diferente de las anteriores veces que nos hemos conversado para analizar la lucha contra el gobierno saliente de ARENA. Pero ahora tenemos un gobierno que va a ser presidido por Mauricio Funes, que fue candidato lanzado y apoyado por FMLN ¿Cuáles son los factores por la victoria electoral de FMLN esta vez, el 15 de marzo 2009?

Fidel Nieto (FN) ­ Es un gusto hablar contigo, y qué gusto que siempre que vienes a este país me visitas, es muy bueno. En cuanto a los factores de los resultados electorales, yo creo que hay como que tratar de destacar los más fundamentales, porque hay una serie de factores que han contribuido a que se dé esta situación. En primer lugar yo quería recordar, hoy hace 80 años, el mundo capitalista está viviendo igual que hace 80 años, una nueva crisis muy profunda y en El Salvador, aquella crisis de 1929 generó una serie de hechos que curiosamente llevaron, incluso, a una victoria electoral de la izquierda, por primera vez en este país. 80 años después El Salvador se encuentra frente a una crisis del capitalismo, y de igual manera se suceden, igual que en aquella época, victorias electorales. ¡Mira qué cosa! Quiero destacar ese hecho porque hay personas que de alguna manera están diciendo que la victoria electoral del 15 de marzo es la primera victoria de la izquierda. No es así. En 1930 también ganó la izquierda y en aquel momento, incluso algunos candidatos que iban para concejos municipales en aquel entonces, participaron con una bandera ciertamente comunista, ¡y se ganaron las elecciones! Y un gobierno de izquierda surgió, pero sólo duró pocos meses, porque la derecha, la oligarquía de aquella época no podía aceptar que se diera un fenómeno de esa naturaleza donde, incluso, comunistas fueran parte de los gobiernos municipales. Y se dio un golpe de Estado, y de esa manera en 1930 se inauguró la larga dictadura militar.
¿Qué es lo nuevo del 15 de marzo? que, al contrario de lo que sucedió en la década de los 70, donde la oposición ganó por lo menos dos veces, elecciones presidenciales, pero la derecha, la dictadura militar, impedía el acceso al gobierno, hoy, el 15 de marzo, a diferencia de la década de los 70, me refiero a 1972, y a 1977, hoy el partido de derecha, ARENA, reconoció inmediatamente la victoria de la izquierda. Eso es como lo nuevo. No es que sea el 15 de marzo la primera vez que gana la izquierda. No. En 1930, también ganó la izquierda y le fue entregado el gobierno, pero sólo por unos meses. Ahí mismo nació la dictadura militar. Pero igual la izquierda volvió a ganar en la década del 70, sólo que esta vez bajo la dictadura militar, la izquierda ganó las elecciones, pero no llegaba al gobierno. En cambio ahora, la izquierda gana, el partido de derecha reconoce esa victoria y todo parece indicar que el gobierno de Mauricio Funes arribará, o se inaugurará el 1º de junio.
A mí parece que esta victoria electoral pasa por la guerra, o sea, esta victoria electoral es también hija de la guerra, porque la guerra precisamente fue la que apartó aquella dictadura militar que, en diversas ocasiones, impidió, que pese a victorias electorales de la izquierda, la izquierda gobernara. Conviene entonces, para hacerle homenaje a los hechos históricos, y a la lucha del pueblo, reconocer que ese hecho de que ahora se gana, y la derecha reconoce la victoria de la izquierda, pasa por la guerra. Eso es importante. Sin aquella guerra que desalojó del poder a la dictadura militar, sin duda lo que pasó el 15 de marzo, hubiese sucedido de otra manera. Eso como una primera cosa histórica. Entonces, me parece a mí que, igual que en el 30 el factor de la crisis, es un factor también importante, para explicar lo que pasó el 15 de marzo. Por supuesto que no se trata aquí únicamente de la crisis del capitalismo que estamos enfrentando, sino la crisis del modelo neoliberal que después de 20 años en El Salvador y después de todos los impactos sobre amplios sectores de la sociedad, pues también la crisis del modelo neoliberal en El Salvador influyó en lo que ha sucedido, en esa victoria del 15 de marzo. De igual manera hay que reconocer que ya el partido ARENA, y esto como un tercer elemento, después de 20 años de estar en el gobierno había tenido un desgaste, un costo político muy grande. Muchísima gente simpatizante o no del FMLN que estuviese de acuerdo con el programa o no del gobierno del FMLN, estaba dispuesta ya a votar porque ARENA ya no siguiera gobernando. Entonces, aquí se mezclan un montón de factores: las simpatías hacia el Frente eran unas, por supuesto, las simpatías al candidato también, el malestar por las condiciones de vida de amplios sectores de la sociedad, y por supuesto, el desgaste de ARENA después de 20 años. Todo esto, teniendo como base la crisis mundial del capitalismo y el agotamiento del modelo neoliberal en El salvador. Creo yo que éste es como el cuadro, que puede dar idea de por qué sucedió lo oque sucedió el 15 de marzo.

Correlación de fuerzas limitada para la izquierda

DE ­ Mirando los resultados, 51.3% contra como 48.7%, la verdad es que no es mucha la diferencia, unos 60.000 votos.

FN ­ Claro, yo creo que si uno compara la cantidad de votos, el porcentaje, la diferencia entre un partido y otro es pequeña, pero sin embargo, la hazaña de haber derrotado a ARENA es muy relevante. Hay que recordar que hace 5 años ARENA ganó por más de 20 puntos al FMLN. O sea, el actual presidente, ganó por 22 ó 23 puntos, por encima del candidato del FMLN. O sea, el FMLN remontó aquellos 23 ó 22 puntos abajo, y todavía logró salir arriba. Entonces, el viraje no es poco. Si se ve desde esa perspectiva, la victoria tiene otra dimensión, si estás tú 22 puntos abajo y sales 3 arriba, has subido 25 puntos. O sea, si uno lo ve desde allí, le puede ver otro significado a este hecho. No es poca cosa. Pero además, aunque hubiese sidoŠ tú tienes razón en el sentido de las correlaciones y los márgenes que han resultado después del 15 de marzo. No son tan abultados los márgenes. Pero eso tiene que ver con otra cosa, aunque este resultado hubiese sido más grande, más fuerte, hay que decir que nosotros hemos tenido este año, el país ha tenido este año tres elecciones; la de alcaldes, la de diputados y las presidenciales. Y el resultado de las elecciones de alcaldes y diputados deja una correlación de fuerzas, bastante limitada para la izquierda, para la izquierda. Por ejemplo, en las elecciones para alcaldes, ARENA logró ganar la capital y como 120 municipios. El FMLN tiene menos municipios, aunque tiene muchos muy importantes

DE – Aumentó bastante. . .

FN ­ Aumentó 25 alcaldías más, o sea, el Frente está cerca de 100, pero ARENA tiene 120 y se llevó la capital. Entonces, la capital tiene un valor simbólico, pero además, políticamente es muy importante, como para hacer contrapeso, si esa fuera la decisión de la derecha, para hacer contrapeso al gobierno central. Lo que habrá que ver es si tiene la voluntad de enfrentar al gobierno central o no, eso es parte de otro punto de análisis. Pero igual, en la elección de diputados, la derecha sacó mayoría, el FMLN sacó más diputados que ARENA y más votos que ARENA, pero si uno suma los diputados que sacó la derecha en su conjunto, son más que los del FMLN. De esa forma, de esa manera, hay que decir que controlando la capital y enrolando la Asamblea Legislativa por el lado de la derecha, ya la situación de maniobra y las correlaciones se ponen difíciles para el ejecutivo, porque a partir de la Asamblea Legislativa se elige el órgano judicial, la Corte Suprema de Justicia, y se elige al procurador de Derechos Humanos, se elige al Tribunal Supremo Electoral, etc., o sea, la derecha tiene cómo cercar, por decirlo así, si ésta fuera su decisión, cercar al nuevo gobierno. Más allá de la cantidad de votos, eso quiero explicar. Aunque hubieran sido 300.000 ya la derecha se había asegurado ciertas correlaciones, en las otras dos alcaldías que ponían de alguna manera en dificultades la capacidad de maniobra para el FMLN y para el gobierno de Funes.

³FMLN ganó las elecciones pero no el gobierno²

DE ­ Mauricio Funes ha declarado que las dos tareas más priorizadas en su gobierno van a ser enfrentar la inseguridad y la crisis económica por lo menos para los más pobres y más vulnerados por la crisis. ¿Cuál es tú análisis sobre el programa de gobierno que tiene? ¿Va a tener éxito?

FN ­ Yo creo que, para ahondar un poco más sobre el tema del resultado electoral, conviene hacer algunas reflexiones iniciales que por supuesto son reflexiones que habrá que ir confrontando con los hechos, con la vida, pero a pocas semanas del resultado del 15 de marzo puedo adelantar algunas cosas para la discusión, sin ánimo de poner estas ideas como conclusiones definitivas y lapidarias no, sino como aporte del debate que hay que abrirlo, creo yo, porque el pueblo debe identificar qué tipo de gobierno, cuál es su naturaleza, para poder situarse frente al gobierno, ya sea para respaldarlo, para exigirle, qué sé yo, pero es importante. Entonces, en ese ánimo, quiero dar algunas pistas para la discusión. Primero, esta es la primera, el FMLN ganó las elecciones, pero pareciera que no ha ganado el gobierno.
Es cierto que el presidente electo, por cuestión de ley, tuvo que afiliarse al partido, pero él nunca fue del FMLN, nunca fue del FMLN. A todas luces hay ahí una diferencia que habrá que ver cómo se desenvuelve en los próximos meses. Por ejemplo, da la impresión ahora de que el FMLN tendrá una parte, pero no será el que defina el rumbo y la naturaleza del gobierno, sino el presidente y la fuerza política que lo acompaña, que es un grupo que surgió y se desarrolló en el marco de la campaña, y que ahora tiene mucha influencia sobre lo que puede hacer o no hacer, el candidato, ahora presidente electo. Entonces, esa es como una idea para aproximarnos a lo que puede ser la naturaleza del gobierno, el tipo de gobierno, es decir ¿será éste un gobierno del FMLN? Yo creo que no, es un gobierno del presidente, de Mauricio Funes. Por supuesto, el FMLN será el partido de gobierno, porque ganó las eleccionesŠ

DE ­Š el soporteŠ

FN – Š pero no me parece a mí que será el que decida las políticas, creo que no. La segunda cosa, ¿el gobierno de Mauricio Funes, será un gobierno de izquierda? Esa me parece a mí que es otra cuestión que hay que tratar de definir, pues él ha hablado de que es un gobierno de izquierda, sin embargo él a su gobierno lo califica de que es un gobierno de unidad nacional. Y entonces un gobierno de unidad nacional, no puede ser un gobierno de izquierda, deberá ser mucho más plural, pero además, si uno se da cuenta de que en este país, nunca ha habido una nación sino que el concepto de nación ha sido utilizado por grupos de poder que se han hecho, además, como propietarios del concepto de nación y ellos siempre han sido los que han pretendido ser los representantes de la nación, entonces cuando en este país se habla de un gobierno nacional, de unidad nacional, podría parecer aquello como un gobierno de los diversos sectores oligárquicos de los grupos de poder. Ese es un aspecto que también hay que reflexionar, a mi juicio, a pesar de que el presidente electo habla de que será un gobierno de izquierda, cuando se habla de un gobierno de unidad nacional ahí hay algunas dudas, por lo menos, a nivel teórico. Habrá que resolver qué es nación en este país ¿habrá nación en El Salvador, verdad? ¿Si es un gobierno de unidad nacional, podrá ser de izquierda?

No está en cuestión el modelo

Yo creo que eso está por verse, eso habrá que discutirlo. Hay otros compañeros, otros amigos, especialmente de base del FMLN que prácticamente consideraban que una victoria del 15 de marzo podía ser una victoria revolucionaria, una victoria de la revolución, pero parece que ni será éste un gobierno revolucionario, ni será un gobierno del FMLN, ni será un gobierno de izquierda. Yo me atrevería a poner estas reflexiones para que la vida, las confirme o las rechace. Pero en todo caso, creo yo, que conviene escudriñar un poco frente a qué fenómeno estamos. Ahora bien, aquí hay como un entendido, desde la izquierda hasta la derecha, de que nosotros hemos tenido un gobierno neoliberal, en el país, tanto los sectores empresariales, los sectores oligárquicos, como las organizaciones de izquierda y los movimientos sociales, definen el actual gobierno, como un gobierno neoliberal, eso a partir de qué, de que han aplicado desde hace 20 años políticas neoliberales, desde una perspectiva muy doctrinaria y además, muy salvaje y cruel. Como hemos dicho nosotros varias veces, aquí se han aplicado las políticas neoliberales sin anestesia, descargando todo el peso de esas medida contra las espaldas de las mayorías, entonces, aquí resulta un aspecto que vale la pena destacar. Los asesores del actual presidente electo, algunos dirigentes del partido FMLN, han insistido en que en este gobierno que va a tomar posesión el 1º de junio, no está en cuestión el modelo, que el modelo no se va a cambiar Š

DE ­ Mejor dicho, lo bueno de este gobierno lo vamos a preservar, lo que no es bueno lo vamos a cambiar, ¿algo así?

FN – Pero han dicho que el modelo no se cambia, no se cambia. Van a haber cambios de algunas políticas, pero el modelo no está en discusión. Y lo han dicho claramente. Hay cantidades de entrevistas que confirman lo que yo estoy planteando acá.

DE – ¿La estructura de la sociedad salvadoreña va a quedar intacta?

FN – Dicho de otra manera, y aquí aparece también otro tema de reflexión. Si no se va a cambiar el modelo, entonces ¿el próximo gobierno también será neoliberal? Yo creo que conviene ir incluyendo en el debate estas reflexiones. No estoy afirmando que será neoliberal, pero durante la campaña y ahora después del resultado electoral, si tú revisas, cantidad de declaraciones que ha habido, el modelo sigue en pie. Pero mucho antes, mucho antes, ya el gobierno, candidato de aquella época, ya ha afirmado, en repetidas oportunidades, que aquí se mantiene la dolarización, que aquí se mantienen las privatizaciones, que hay que olvidarse de nacionalizar entes que fueron del Estado y que ahora están en manos privadas, que se mantiene la base militar estadounidense, en fin los aspectos centrales que fueron asumidos durante varios años como banderas de lucha por los movimientos sociales, o sea, la lucha contra los Tratados de Libre Comercio, las luchas porque salga la base militar estadounidense, la pelea contra el dólar, todas éstas que han sido banderas del movimiento popular, son apartadas del gobierno que viene, a partir de junio, lo dijeron claramente, eso no se toca, las privatizaciones se respetarán, la empresa privada no debe temer, en fin, los puntos centrales, que son a la vez parte del modelo neoliberal, están garantizados en el discurso, pero también en el programa escrito del gobierno que está por llegar el 1º de junio

¿Lula mentor para Funes?

DE – Se han tratado en la guerra psicológica, en la guerra propagandística contra la campaña electoral de Funes y del FMLN, diciendo que el verdadero amigo de Funes es Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, y han armado incluso unas organizaciones fachadas de ARENA publicando afiches muy grandes que son en parte contra la campaña de Funes y del FMLN. Y él (Funes) ha rechazado todo ese tipo de señalamientos. Se ha hablado mucho de que Lula tiene una gran influencia en Mauricio Funes. ¿Qué perspectiva tiene Usted sobre eso y qué significa ALBA, Petrocaribe y la integración centroamericana, cuyo mapa político hoy en día es bastante diferente que hace unos cuatro o cinco años para FMLN y los movimientos sociales?

FN ­ Yo he adelantado en las reflexiones que te hablé del tipo de gobierno, si va a ser neoliberal, o si no va a ser neoliberal, si es de izquierda o no, porque creo que hay que reflexionar en la esencia del fenómeno, del fenómeno en que estamos situados. Pero no tratamos para nada de restarle méritos a la victoria electoral del 15 de marzo. Nosotros hemos sido parte de esa victoria, desde el movimiento social hemos acompañado la lucha por sacar a ARENA del gobierno. Por eso aclaro, hemos trabajado en esoŠ

DE – Š ¿Había un grandísimo acto de 300.000 personas en la clausura de la campaña electoral también?

FN ­ Es una muestra eso, había una movilización auspiciada por el FMLN, pero por supuesto, acompañada desde los movimientos sociales ¡claro que sí! Pero además de esas actividades hubo otras a lo largo de la campaña. A mí me parece que esta no es una victoria del FMLN pura, sino una victoria de las mayorías que hicieron, dentro de la campaña, fuera de la campaña, con coordinación con el Frente, sin coordinación con el Frente, miles de actividades a lo largo y ancho del país. Esta es una victoria de los comités de base de las iglesias, ésta es una victoria de las organizaciones que han venido luchando, oponiéndose a las represas, oponiéndose a la explotación minera. Ha sido también una victoria de las organizaciones de mujeres, en fin, aquí ha concurrido muchísima gente. Más allá de la campaña electoral había una campaña política de la población. De no haberse involucrado todo ese torrente de fuerzas y de sectores, sin duda, esa posibilidad de remontar, tal como te explicaba, de las elecciones de hace cinco años, 25 puntos de una vez, eso no hubiese sido posible. Entonces, no queremos restarle mérito a esa victoria. Es una victoria importante, muy importante. Y es una victoria de los sectores populares, porque incluso el pueblo pobre que vota por ARENA puede sacar ventaja si el gobierno que se inaugura en los próximos días, hace un gobierno al servicio de los pobres. Entonces, ellos mismos, aunque por razones ideológicas, por su atraso político, por temor, o por lo que sea, a pesar de que hayan votado por ARENA, ellos en definitiva pueden salir ganando, eso creo yo que es importante plantearlo.
Ahora bien, sobre lo que puede hacer ya el gobierno en concreto, porque eso está vinculado a lo que tú preguntas sobre si este gobierno tendrá forma de acercarse a Chávez o se va a mantener más cerca de Lula, o qué sé yo, es importante tomarlo en cuenta. Creo que para explicar lo que tú preguntas, conviene hacer algunas reflexiones. Es que en el marco de la crisis, la crisis económica mundial, EE.UU. ya no es el EE.UU. de hace cinco, diez años. Hace diez años, los presidentes de América Latina desfilaban en la Casa Blanca. La Meca era Washington, pero sucede que si revisamos un poco las noticias de este último año, los últimos dos meses, ha habido más presidentes de América Latina visitando La Habana, que presidentes de América Latina visitando Washington. Esto es importante, no es cualquier cosa. De igual manera, hace diez años, hace quince años, no había forma de comparar la presencia rusa por ejemplo, en América Latina o la presencia china, con la aplastante presencia europea y estadounidense en todos los aspectos de la vida de América Latina. Hoy eso ha cambiado, ha cambiado dramáticamente. EE.UU. ha perdido influencia en América del Sur, pero también ahora en Centroamérica, EE.UU. no tiene las condiciones económicas, ni siquiera militares, para actuar como centro del imperio a nivel global, a nivel planetario, estamos en un nuevo momento. Entonces, eso por supuesto, le impide a Washington imponer sus reglas al nuevo presidente. El presidente entonces tendrá un margen de maniobra importante. ¿No será porque está cuidando las remesas de los salvadoreños? ¡No! Si las remesas están cayendo ya, ¿no será porque quiere salvaguardar los intereses del trabajo y estabilidad de más de dos millones de salvadoreños que viven en los EE.UU. lo que le van a amarrar porque están sacando gente? Aquí cada año están viniendo 20.000, 30.000 personas deportadas. Y hay una persecución feroz, desde antes y después de la llegada del presidente Obama a la presidencia de los EE.UU.. Entonces, no es casualidad que inmediatamente después de la victoria electoral de Mauricio Funes vinieron altos emisarios a visitar, a hablar con Mauricio, pero además, hasta el presidente Obama hizo una llamada telefónica al presidente electo. Eso demuestra la preocupación de Washington de perder una plaza, una plaza que es de las pocas que le están quedando en América Latina, aparte de México, Colombia, un poco Perú, El Salvador, ya no tiene mucho. Salieron desesperados, corriendo, a tratar de mediatizar, digo yo, para tratar de evitar que este gobierno pueda distanciarse de EE.UU.. Es, creo yo, que es la preocupación principal. Pero, bien, incluso esos emisarios de la Casa Blanca hablaron con el presidente electo, diciéndole, no nos preocupa que se relacione con Venezuela, que se relacione con Brasil no nos preocupa, lo que nos preocuparía es el distanciamiento de EE.UU.. ¿Por qué están planteadas así las cosas? Porque el poder de Washington ya no es el mismo en Centroamérica y en América Latina. Yo creo que eso tiene que ver con los nuevos tiempos. Entonces, por supuesto que el presidente ya, cuando esté en el ejecutivo, va a tener que decidir si continúa el modelo neoliberal, si va a continuar dependiendo políticamente de Washington, si va a asumir una cercanía con Hugo Chávez, consciente, por supuesto, que si se acerca a Hugo Chávez y se incorpora al ALBA, está saliendo del control de Washington, porque así como no puede ser a nivel interno, presidente de todos los salvadoreños, él ha dicho algo importante, de que va a privilegiar todo su trabajo a los pobres, qué bien, ha hablado de tomar la opción preferencial del obispo Romero, el obispo mártir, eso es bueno, habrá que verlo, pero cuando aparece dándole todas las seguridades al empresariado, pareciera que eso todavía no está muy claro, o que aquí no se puede servirles a los pobres y a los ricos a la vez, eso no puede ser en un país con escasísimos recursos, eso es difícil. Y de igual manera, no se puede estar con Washington y a la vez estar con Hugo Chávez, habrá que optar por uno de los dos caminos, no puede estar a la vez con los ricos y con los pobre simultáneamente, ni con Washington y con Hugo Chávez…

La alternancia y la alternativa

DE – Va a ser difícil si quieren estimular el sector productivo del país y crear nuevas fuentes productivas, no depender justamente de una economía dolarizada y totalmente dependiente del imperio del Norte y al mismo tiempo no tener más o menos las relaciones comerciales que tiene hasta Honduras, hoy con Venezuela, que tiene mucho más Nicaragua que le ha favorecido muchísimo las relaciones con Venezuela, sobre todo la agricultura nicaragüense. Pero si no quiere tener esas relaciones entonces, ¿cuál va a ser la respuesta para aumentar el sector productivo?

FN ­ A mí me parece que en este aspecto que tú comentas, podemos como traer a la reflexión, el tema de la alternancia y de la alternativa. Es que sucede que la alternancia y la alternativa tienen que ver con el resultado del 15 de marzo. Los sectores poderosos, los sectores oligárquicos están empeñados en que el gobierno de Mauricio Funes, sea el gobierno que inaugure la alternancia en el país. Pero los sectores populares no están interesados en la alternancia

DE – Š o sea, están en una advertencia contra el bipartidismoŠ

FN – ¡Claro! Los sectores populares, te digo, no están interesados en una alternancia, porque la alternancia significaría que no hay cambio, sino recambio, significa que los cambios que se den, van a servir para que todo sigua igual, para que el modelo y el sistema, sigan vigentes. Pero ya sabemos que ese modelo y ese sistema son excluyentes. Entonces, los excluidos no están interesados en la alternancia, están interesados en la alternativa. Por supuesto que el déficit de democracia capitalista, de siempre ha sido señalado para El Salvador es que no había alternancia. Pero la alternancia nos remite a otro tema, el tema del bipartidismo, y el bipartidismo significa que los partidos que se enfrentan en las elecciones, ya no tienen proyectos distintos sino que son partidos de la misma clase gobernante, de manera que ahí se borra la diferencia entre izquierda y derecha, y surgen otros conceptos, aparece el partido de gobierno y el partido de oposición.

DE – ¿El FMLN sería capaz de entrar en un proceso así?

FN ­ pues esa es la pretensión de los sectores del capital, hacer del FMLN un partido totalmente sistémicoŠ

DE – ¿Más o menos como COPEI y Acción Democrática durante 40 años en Venezuela?

FN ­ Como lo que sucedió en Costa Rica, como lo que sucedió durante muchos años en Venezuela, como lo que sucede ahora en República Dominicana, donde hay una alternancia en el subdesarrollo, en el atraso, en la pobreza, pero funciona. Además este es el esquema en que por supuesto están trabajando los grandes capitalistas, eso explica el por qué están tendiendo puentes, están tratando de cooptar al nuevo gobierno, desde el mismo día de los resultados electorales, las felicitaciones vinieron de diversos sectores de la burguesía para el nuevo presidente electo. Y en todos los periódicos de estos días se hace ver ese esfuerzo, de cómo logran mantener las políticas del nuevo gobierno en el marco de los intereses del gran capital, por supuesto que al gran capital le interesa que haya reformas para modernizar el sistema político, hay que hacer una reforma electoral, hay que combatir la corrupción, esto está exigiendo la cooperación internacional, lo está haciendo el Banco Mundial, en fin, hay muchas cosas que pueden hacerse dentro del sistema, pero para que el sistema funcione mejor, pero para que los capitalistas sigan haciendo muchísimo más dinero. Entonces, lo que tenemos de aquí en adelante es, por supuesto, un enfrentamiento entre los que están a favor de la alternancia y el pueblo y los movimientos populares que han venido luchando no por una alternancia, sino por una alternativa. De manera tal, que ese gobierno tiene la oportunidad del que inaugura un proceso de alternancia burguesa, capitalista, neoliberal, o el que opta por un camino distinto y de esa forma tendrá que ir necesariamente al encuentro de esos otros caminos que están buscando otros pueblos en América Latina, especialmente en América del Sur. No hay otra forma de hacer las cosas, en el mundo de hoy, en América Latina

Los movimientos sociales no van a quedarse con brazos cruzados

DE ­ Los movimientos sociales que han jugado un papel, no solamente en esta campaña electoral como tú mencionaste, sino durante muchos años, ¿van a quedarse con los brazos cruzados esperando así no más que pueda llegar un bipartidismo para frenar los cambios estructurales que han exigido durante tantos años?

FN ­ La pregunta es muy importante, y me permite plantear una cuestión. Mira, el día 15 de marzo hubo una celebración masiva de parte del FMLN, de sus militantes, de sus activistas. El pueblo, sin embargo, no celebró. Había alegría, por supuesto, pero no hubo ninguna actividad que no fuera la que convocó el FMLN. Cuando yo hablo de que el pueblo no celebró, el pueblo como tal, el más de millón 300.000 votantes que votaron a favor del cambio, que estos no celebraron, traigo a la memoria cuando se firmaron los acuerdos de paz, fueron miles, cientos de miles de personas que mostraban concentrándose en la plaza principal de este país, en la Plaza Cívica, para celebrar la victoria de la paz por encima de la guerra, en medio de centenares de guerrilleros que incluso con sus uniformes, estaban en la Plaza Cívica. Esa es una celebración popular, hoy no hubo, hubo celebración de la militancia, y esto me parece a mí que demuestra una gran madurez política del pueblo, eso significa que el pueblo está en una situación de esperanza expectante, la gente está esperando, quiere ver cómo se van a ir definiendo las cosas en los próximos meses. Pero sin duda los movimientos sociales están en su interior discutiendo, reflexionando, algunos ya están fijando posiciones. Y la posición más o menos, es la siguiente: estamos con el gobierno de Funes, vamos a apoyarlo, vamos a defenderlo, pero queremos cambios, queremos soluciones a nuestras demandas, queremos soluciones a nuestras reivindicaciones. Y todo esto, hay que decirlo, en un momento en que estamos entrando ya a los momentos más difíciles como resultado de los impactos de la crisis mundial. La economía está mostrando serios quebrantamientos, serios quebrantos en el modelo de economía que descansa sobre la emigración y las remesas está quebrado, están disminuyendo las exportaciones, están disminuyendo las importaciones, la recolección de los impuestos por parte del gobierno ha disminuido, el gobierno ya no puede continuar sosteniendo los subsidios y todo el escenario económico está para que la situación de las mayorías empeore, entonces, si hay un empeoramiento de las condiciones de vida de las mayorías, por supuesto habrá sin duda elevamiento de la cantidad y calidad de la movilización y de la organización popular. Yo estoy convencido que este gobierno que viene, va a ser un gobierno lleno, cargado de turbulencias. A mí me parece, y por esto el movimiento popular, el movimiento que se incorporó a la lucha electoral, a la campaña electoral, esperando que derrotando a ARENA se creaba un nuevo escenario, se rompía esa inercia que traíamos ya hace 20 años, Y no nos equivocamos, hay un momento nuevo, la dinámica política se ha acelerado. Dicho de otra manera, la lucha de clases se está intensificando. Es un momento difícil para el capitalismo mundial, difícil par la economía del país y difícil por supuesto para los pueblos. Pero también pletórico de esperanzas, de nuevos caminos, de nuevas búsquedas. Entonces, creo yo que el escenario que ahora tenemos va a, como citando a Lenin, estamos dejando los tiempos de a pié y la sociedad se encarama a la locomotora. Los tiempos, las dinámicas sociales, políticas, económicas, se están acelerando, eso es importantísimo, creo yo que eso generará nuevos ambientes, nuevos caminos, y por supuesto nuevas búsquedas y mucha confrontación. La lucha de clases habrá, ahora, salido de la oscuridad y aparecerá a la luz del día a todo color, a todo color, y por supuesto a color de pueblo.

Un recabarrenista llamado Juan Vargas Puebla

UN RECABARRENISTA LLAMADO JUAN VARGAS PUEBLA

Escrito por: Iván Ljubetic Vargas.

Juan Diógenes Vargas Puebla nació en La Serena el 8 de agosto de 1908. Su padre fue Juan Vargas Márquez, militante del Partido Demócrata; su madre, doña Rosa Puebla Moreno. Tuvo dos hermanas, María y Laura.
Luego de permanecer algún tiempo en La Serena, la familia Vargas Puebla se trasladó a Santiago. Después a Valparaíso. En esas ciudades, Juanito vivió su infancia.
El matrimonio se separó. Las hermanas permanecieron con el padre; el niño con la madre.
Doña Rosa pasó por años de enormes dificultades económicas. Haciendo grandes sacrificios logró que Juanito prosiguiera con sus estudios. El niño estudiaba con mucho tesón. En esos años aprendió a querer a su “Pancho”, como llamó siempre al puerto.
En 1919 doña Rosa se trasladó a Santiago. En la capital el joven Juan comenzó, a las 14 años, a trabajar en un taller de hojalatería.
Doña Rosa conoció a un obrero de l la construcción, llamado Eliseo Durán. Unieron sus vidas. Para Juan Vargas, fue éste su verdadero padre. Lo incorporó a laborar como estucador.
No dejó de educarse. Asistía a escuelas nocturnas y leía mucho.
Con la influencia de don Eliseo y las lecturas, Juan adoptó la ideología anarco-sindicalista.
A los 16 años de edad era el dirigente máximo de la Juventud de la IWW, organización de esa tendencia.

SUS ENCUENTROS CON RECABARREN

Era comienzo de 1924. En la esquina de Moneda y Cueto, barrio muy pobre, lleno de conventillos, se realizaba un mitin exigiendo la rebaja de los arriendos. Arriba de un cajón, hablaba un orador de palabra tranquila y muy convincente. Juan, que vivía en ese barrio, lo miraba extasiado. Fue la primera vez que vio y escuchó a Luis Emilio Recabarren.
Meses después, el 1º de Mayo de 1924, tuvo lugar en la Alameda, el primer acto unitario del Día Internacional de los Trabajadores. Lo convocaron la FOCH, los anarco-sindicalistas, los anarquistas, el Partido Demócrata y el Partido Comunista.
Intervinieron varios oradores. Uno de ellos, Recabarren.
Terminado el acto, los fochistas marcharon hacia el oriente. Juan, portando una gran bandera de la Juventud de la IWW, los siguió. En la Plaza Vicuña Mackenna, junto al Cerro Santa Lucía, Recabarren se subió a un muro y habló de nuevo. Luego se dirigieron al local de la FOCH, ubicado en Agustinas esquina Tenderini. Era una vieja casa, con un balconcito. Desde él habló Recabarren poniendo fin a la jornada de esa mañana.
“Sin que nadie me lo pidiera y sin estar programado –me relató Juan Vargas en enero de 1991 la última vez que lo vi- subí a ese balconcito y dije unas palabras en nombre de los jóvenes de la IWW. La gente que escuchaba, la mayoría comunistas, me aplaudió. Fue la primera ocasión que hablé en público. Estaba nervioso y emocionado. Cuando finalicé , don Reca me acarició la cabeza y me dijo cariñosamente: ‘Bien muchacho, lo has hecho muy bien’. Me sentí feliz. Fue esa la segunda y última vez que vi vivo a Recabarren”.
Estando en el exilio, Juan Vargas escribió en 1981: “Volví a ver al maestro Recabarren el 21 de diciembre de 1924, ahora dormido para siempre en su ataúd, en medio de una severa capilla ardiente el local de la Unión de obreros Ferroviarios, en la calle Bascuñan Guerrero Nº 345.”
Ese día, Juan Vargas, que tenía 16 años y cuatro meses de edad,, marchó en las grandes columnas que acompañaron al líder obrero hasta su última morada.

EN LA LUCHA SOCIAL

En 1928, junto a su padrastro, estuvo entre los fundadores del Sindicato Profesional de Estucadores de Santiago.
En 1932, Juan Vargas era dirigente de los Estucadores, mantenía sus ideas anarco-sindicalistas. Realizaba actividades artísticas.
Por entonces, había germinado la semilla cultural sembrada por Recabarren. El teatro popular unía a obreros de distintos gremios y diferentes posiciones ideológicas. Precisamente en un grupo de teatro conoció a Ida Osorio, una obrera comunista, llegada desde Iquique, donde había trabajado en la imprenta de “El Despertar de los Trabajadores”, junto a Recabarren.
Nació el amor entre ellos y unieron sus vidas. Juan había madurado políticamente. Ida le dio el empujón final. Juan ingresó al Partido Comunista en 1932, cuando tenía 24 años de edad.
A fines de 1935 fue incorporado al Comité Ejecutivo Nacional de la FOCH. Realizó por esos años varias actividades encomendadas por el Partido.
Participó en la fundación de la Federación Industrial Nacional de la Construcción, FINC, en
Noviembre de 1936, siendo elegido dirigente de ella. Un mes más tarde tomó parte en el Congreso de Unidad Sindical, del cual surgió la CTCH
En abril de 1938 fue elegido Regidor por Valparaíso. En ese mismo mes participó en el Décimo Congreso Nacional del Partido Comunista de Chile.
En junio de 1941 inició sus colaboraciones en “El Siglo”.
Por entonces era ya considerado como un orador brillante y convincente. Quizás el mejor orador obrero que ha tenido Chile.
En el XII Congreso Nacional del PC, celebrado del 26 de diciembre de 1941 al 1º de enero de 1942, Juan Vargas fue elegido miembro del Comité Central, de su Comisión Política y del Secretariado.
En 1943, en el Segundo Congreso de la CTCH pasó a ser miembro de su Consejo Directivo Nacional. Cumplió a partir de 1944 diversas actividades en el extranjero, representando a los trabajadores chilenos.
Vargas Puebla fue un consecuente internacionalista. Realizó acciones solidarias con los trabajadores argentinos, con los republicanos españoles, con Cuba, etc.

DIPUTADO OBRERO. LAS REPRESIONES

En los comisiones del 4 de marzo de 1945 triunfó como candidato a diputado por Valparaíso. Fue un ejemplar parlamentario obrero, tanto fuera como dentro de la Cámara.
Cuando se consumó la traición de González Videla en octubre de 1947, hizo uso de la tribuna del Parlamento para entregar la palabra de los comunistas, que luchaban en la clandestinidad.
EL 14 de diciembre de 1948 rindió en la Cámara homenaje al 24 aniversario de la muerte de Recabarren. En parte de su valiente discurso denunció: “La obra de Recabarren pretende ser destruida por nuevos dictadores, por pigmeos incapaces de comprender el desarrollo de los pueblos. Hoy se persiguen brutalmente sus ideales, el Partido que él fundase, la prensa que él creara. Se trata de destruir la CTCH, continuadora de la FOCH. Se trata de entregarnos maniatados a la voracidad del imperialismo yanqui. Pero Chile no está en venta. Ni el pueblo ni la clase obrera están derrotados.”
El 21 de mayo de 1949 finalizó su período como diputado. Continuó trabajando activamente como consejero de la CTCH. El 8 de septiembre fue detenido por agentes de Investigaciones y relegado a Pisagua. De ahí enviado a Belén un poblado en la Cordillera a 3.300 metros de altura. Después llevado al puerto de Taltal, para conducirlo a la isla de Melinka en el extremo austral de Chile.
La victoriosa huelga de los trabajadores de febrero de 1950, obligó al traidor a dejar en libertad a prisioneros y relegados políticos.
Juan Vargas regresó a Santiago y de inmediato reanudó su actividad como consejero nacional de la CTCH.
En febrero de 1953 participó en el Congreso Constituyente de la Central Única de Trabajadores de Chile, siendo designado tesorero nacional.

El ex dictador Carlos Ibáñez del Campo, inició su gobierno en 1952 con una actitud paternalista hacia los trabajadores. Pero pronto volverá por sus andadas antipopulares. A partir de mayo de 1954 comenzó a reprimir a los dirigentes de los trabajadores. Uno de los que sufrió la represión ibañista fue Juan Vargas. El viernes 22 de octubre de 1954, agentes de Investigaciones irrumpieron en su hogar y lo detuvieron. No le dejaron llevar ni lo más indispensable. Lo relegaron a Putre en plena Cordillera a 3.500 metros de altura, donde permaneció cerca de dos meses. Pudo regresar a Santiago el jueves 13 de enero de 1955, luego que el Parlamento rechazó el Estado de Sitio, lo que obligó al gobierno a liberar a los relegados.
El jueves 5 de enero de 1956 fue detenido nuevamente y enviado a la cárcel de la capital, donde estuvo 119 días. En virtud del proceso por convocar al paro nacional de la CUT de enero de 1956 fue relegado a San Javier el 5 de abril de 1957, donde permaneció hasta el 22 de octubre de ese año.
En las elecciones de abril de 1967 fue elegido regidor de la Municipalidad de Santiago.

EXILIO Y MUERTE

Después del golpe fascista se asiló en la Embajada argentina. De Buenos Aires viajó a la República Democrática Alemana. Luego estuvo en Bulgaria y allí se dirigió a México, a donde llegó en 1976. En ese país desarrolló enorme actividad: hizo clases en la Universidad
Vicente Lombardo Toledano; fue el responsable de la sección internacional del periódico de la Confederación de Trabajadores de México; dicto charlas, escribió artículos y folletos.
Participó en los actos de solidaridad con el pueblo chileno.

Tanto, en su país como fuera de él conquistó amigos por grandes cantidades. Es que era de una sana alegría de vivir, a pesar de las prisiones, exilio, incomprensiones y los duros golpes que recibió en toda su existencia. Era un conversador incansable, muchas veces en torno a un botellón. Era un recitador notable, amante de los tangos y bueno para bailar, admirador de Carlos Gardel e hincha del Colo-Colo
Desde el exilio viajó dos veces a Chile en 1989 y en 1991. En el segundo, tuvo la dicha de reencontrarse con su hija Carlota Espina, con quien había perdido todo contacto desde el golpe fascista.
En diciembre de 1991 fue brutalmente atacado por tres colegados mexicanos que laboraban en el periódico. Esos golpes lo condujeron a la muerte. Falleció el 21 de enero de 1992 cuando tenía 84 años de edad. Fue asesinado en lo que él consideró su segunda patria.

UN FIEL DISCÍPULO DE RECABARREN.

Al conocer la vida y obra de Juan Vargas Puebla encontramos gran similitud con las de su maestro Luis Emilio Recabarren.
Ambos comenzaron a laborar como obreros a los 14 años de edad. Dedicaron sus mejores esfuerzos a la unidad y organización de los trabajadores. También los dos dieron importancia a la educación de los asalariados. Crearon prensa obrera, escribieron artículos, folletos y libros; impulsaron la cultura popular, en especial el teatro obrero. Dieron gran importancia al Día Internacional de los Trabajadores. Comprendieron la importancia de la lucha ideológica y la libraron tesoneramente. Ambos fueron de palabra elocuente y convincente.
Los dos fueron diputados obreros, de ejemplar actuación dentro y fuera del Parlamento.
Enfrentaron con valor y audacia a los reaccionarios. Es conocida la ocasión en que Recabarren respondiendo el desafío de un derechista cantó La Internacional en plena sesión de la Cámara. Juan Vargas tampoco se achicó ante los enemigos de clase.

Juan Vargas Puebla, a igual que Recabarren, fue un firme defensor de sus principios y un apasionado dirigente de los trabajadores, pero siempre mantuvo un trato respetuoso y fraterno con quienes laboraban a su lado.
Por ejemplo, al finalizar su período como regidor por Santiago en 1971, varios de sus colegas le tributaron palabras de admiración. Manuel Fernández, del Comité Demócrata Cristiano, terminó su intervención diciendo: “A Juan Vargas Puebla lo llevamos en nuestro corazón como la imagen de un gran amigo”.

Saludo del PCS en el 53 aniversario de su fundación ( marzo de 1983)

SALUDO DEL CC DEL PCS A SUS MILITANTES, A LOS COMBATIENTES DE LAS FAL Y AL PUEBLO EN GENERAL, AL CELEBRARSE EL 53 ANIVERSARIO DE SU FUNDACION

El 28 de Marzo de 1933 se cumplen 53 años de fundación del Partido Comunista de El Salvador, PCS. Han sido 53 largos años de azarosas experiencias, llenas de enormes satisfacciones revolucionarias y también de grandes reveses sufridos, de avances y retrocesos, de aciertos y desaciertos, pero que en definitiva nos han permitido arribar a una situación en la que la victoria revolucionaria de nuestro pueblo es un hecho que no podrá ser detenido y que pronto llegará.

Fundado en el torbellino de una tumultuosa situación revolucionaria,, el PCS tuvo que encabezar a los pocos meses el levantamiento insurreccional armado de las grandes masas de campesinas, artesanos y obreros, y junto a ellos sufrió la bárbara matanza con que la dictadura ensangrentó desenfrenadamente a nuestra patria. La feroz persecución que ésta desató en contra de los comunistas, privó al PCS de valiosos cuadros y le impuso condiciones sumamente adversas de existencia que lo llevaron al borde del aniquilamiento.

La horrible carnicería con que la dictadura se ensañó en contra de nuestro pueblo dio pie a que dentro del Partido surgieran corrientes liquidacionistas, que impidieron al joven PCS de entonces convertir la derrota en victoria aprovechando las lecciones y enseñanzas del más grande acontecimiento revolucionario de nuestra patria y que lo condujeron a llevar por un largo período una vida política de catacumbas.

El temor anticomunista infundido por la dictadura se extendió entre amplias masas de trabajadores y echó raíces entre otros sectores de la población. Bajo estas adversas y duras condiciones, el PCS se limitó a conservar sus raíces entre pequeños grupos de artesanos y obreros manuales, estudiantes universitarios y ciertos elementos de los profesionales liberales y de otros sectores de la intelectualidad. Pese a todo, los opresores no lograron aniquilar a nuestro partido.

Al precio de grandes sacrificios, de lucha abnegada, de entrega sin límites a la causa revolucionaria durante más de medio siglo de incansable trabajo en el más duro clandestinaje, el PCS logró contrarrestar e imponerse progresivamente a aquellas condiciones hostiles a su desarrollo. No hubo acontecimientos políticos importantes librados por las grandes masas de nuestro pueblo, en los que no haya estado presente, de una u otra forma, el PCS junto a su pueblo, entregando lo mejor de sí.

Hoy día, al dirigir una mirada hacia atrás y recordar las grandes dificultades que tuvieron que enfrentar los comunistas de entonces para emprender aquella memorable hazaña, comprendemos de una mejor manera la gigantesca dimensión y el alto significado histórico que tuvieron las batallas que nuestro pueblo libró en pro de una soñada liberación. Emocionados rendimos homenaje a los heroicos revolucionarios que con su luminosa gesta, con aquella maravillosa epopeya de la guerra que el pueblo libra desde entonces contra sus opresores, entraron a la eternidad de la historia de nuestra patria.

A cincuenta y tres años, nuestra patria es sacudida, como entonces por una efervescente situación revolucionaria, pero hoy el campo de las fuerzas que están a favor de la revolución en El Salvador se ha ampliado y se ha fortalecido con la confluencia del caudaloso movimiento de masas de los últimos años, de las organizaciones hermanas que iniciaron la lucha armada a partir de los años setenta y del mismo viraje del PCS a la lucha armada y de la creación de sus Fuerzas Armadas de Liberación, FAL, todo lo cual creó nuevas
condiciones para el desarrollo del movimiento revolucionario y para la construcción de una vanguardia unificada y poderosa, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, que garantiza el triunfo total y definitivo de nuestro pueblo que avanza incontenible hacia la victoria, asestando derrota tras derrota al enemigo interno y a los enemigos imperialistas.

Desde que entramos de lleno a la Guerra Popular Revolucionaria, los enemigos de nuestro pueblo han fracasado en sus intentos de aniquilarnos primero y de derrotarnos después y finalmente ellos han sido derrotados cada vez que han intentado obtener alguna pequeña victoria sobre nuestro pueblo. Hoy, pese a la voluminosa ayuda en armas y municiones y en asesores militares por parte de los imperialistas, el ejército está a punto de derrumbarse. Colocado en una situación de defensiva estratégico-táctica y obligado a abandonar posiciones y territorios en el norte del país, diversos hechos como la gran cantidad de pérdidas en fuerzas vivas y medios de guerra por parte del enemigo, su creciente número de elementos de tropa y de la oficialidad hechos prisioneros por el FMLN, la también creciente desobediencia a las órdenes del Alto Mando y las cada vez más acentuadas contradicciones que se procesan en su seno, nos indican la debilidad general del ejército títere como consecuencia del empuje de las fuerzas revolucionarias todo lo cual apunta hacia el descalabro de la dictadura.

Por eso los guerreristas de la Administración Reagan, en contra de las aspiraciones de paz de nuestro pueblo y en contra de la opinión internacional, se dispone desesperadamente a seguir el camino recorrido por los imperialistas en Viet Nam aumentando la escalada intervencionista para salvar al ejército títere, al mismo tiempo que accionar sus dispositivos agresivos en contra de la Revolución Popular Sandinista con el fin de distraer la atención mundial del conflicto salvadoreño. En un alarde de prepotencia, los imperialistas presionan para entregarle al ejército salvadoreño 110 millones de dólares en ayuda militar adicional para mantenerlo con vida, mientras le imponen a las fuerzas políticas de derecha serviles y al gobierno títere la maniobra electoral para ganar tiempo político y luego pasar con la cobertura que les daría las elecciones , a un mayor escalonamiento de la agresión militar.

Los imperialistas saben ya que no nos pueden aniquilar y que para causarnos una derrota que los coloque eventualmente en una posición de ventaja temporal, la ayuda con armas y asesores no es suficiente. Necesitan intervenir con un volumen de fuerzas propias o de terceros, pro aún así corren el riesgo de sufrir una vergonzosa derrota a manos de las fuerzas revolucionarias de la región.

Mientras los norteamericanos levantan hipócritamente la
bandera de la solución política por vía electoral, para encubrir sus verdaderas intenciones militaristas, las fuerzas
revolucionarias y democráticas mantienen invariable su propuesta
de diálogo y negociaciones sin precondiciones para acortar los
sufrimientos de nuestro pueblo y alcanzar más rápidamente la
paz anhelada. Pero, sabemos, que en fin de cuentas los
imperialistas no cejarán en sus esfuerzos por aplastar militarmente
a las fuerzas del FMLN y nos preparamos y debemos
prepararnos con renovadas energías para derrotar a la dictadura
criminal y con ella derrotar los planes imperialistas, sabiendo
que con ello estaremos dando nuestra contribución a la paz
regional y mundial.

El enemigo interno y 1os imperialistas están condenados a caer derrotados por nuestro pueblo; pero los enemigos no caerán por si solos, habrá que hacerlos morder el polvo de la derrota reforzando nuestro empuje ofensivo, manteniendo la iniciativa y no dándoles tregua en ninguno de los terrenos de la lucha. Con nuestro empuje lograremos que el amplio movimiento de fuerzas internacionales contra la intervención cobre también su empuje para quebrar la voluntad intervencionista de los yanquis.

El fin de la dictadura militar fascista y sus amos imperialistas está acercándose y el triunfo popular es el mejor tributo que podemos brindar a todos los héroes y mártires caídos a lo largo de cincuenta y tres años de continuada lucha en contra de los opresores.

¡VIVAN LOS MARTIRES Y HEROES DE LA INSURRECCION DE 1932!

¡¡VIVA EL PARTIDO COMUNISTA DE EL SALVADOR!!

¡¡VIVAN LAS FUERZAS ARMADAS DE LIBERACION!!

¡¡VIVA EL FRENTE FARABUNDO MARTI PARA LA
LIBERACION NACIONAL Y EL FRENTE DEMOCRÁTICO
REVOLUCIONARIO!!

¡ ¡UNIDOS PARA COMBATIR HASTA LA VICTORIA FINAL!!

¡ ¡ REVOLUCION O MUERTE: VENCEREMOS!!

¡ ¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES UNIOS!!

CEM publica saludo del PCS en el 53 aniversario de su fundación ( marzo de 1983)

SAN SALVADOR, 6 de mayo de 2009 (SIEP) “La amenaza de una intervención militar directa de los imperialistas sobre nuestra patria estaba vigente en 1983 cuando los comunistas salvadoreños escribieron este mensaje de aliento y confianza en la victoria” indicó el Lic. Roberto Pineda, Coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“Eran tiempos difíciles y gloriosos, en los cerros y montañas se escribía la historia y poco a poco iba forjándose un poderoso ejercito popular para hacer realidad el sueño de justicia social y democracia, de miles y miles de salvadoreños y salvadoreñas.”

“Eran tiempos de represión en los cuales la clandestinidad se convertía en el refugio para sobrevivir en las ciudades y seguir golpeando al enemigo, a la dictadura militar que en trance de muerte descargaba su odio sobre los jóvenes, las mujeres, los ancianos, incluso los niños.”

“En esos tiempos ya casi míticos, surgió en las ciudades el grito de mujeres que buscaban a sus hijos e hijas secuestrados por la dictadura, las heroicas Comadres, que se enfrentaron contra la dictadura, que la denunciaron con la fuerza de su dignidad de madres…”

“En esos esfuerzos y en el de los sindicalistas que organizaban la celebración del 1 de mayo en ese año cubierto por la represión descansaba el espíritu invencible de la clase obrera y el pueblo salvadoreño, que a esta altura ha conquistado un Gobierno Popular, que realizara los cambios que demanda nuestra Patria” concluyó el Lic. Pineda.

Consideraciones acerca del Viraje del PCS hacia la lucha armada ( marzo de 1983)

CONSIDERACIONES ACERCA DEL VIRAJE DEL PARTIDO COMUNISTA DE EL SALVADOR HACIA LA LUCHA ARMADA ( Marzo de 1983)
Schafik Jorge Handal
(Secretario general del PCS, Comandante en Jefe de las FAL y
Miembro de la CG del FMLN)

I. Acerca de la condición principal y determinante que impulsó el viraje del Partido hacia la lucha armada; agotamiento objetivo de las posibilidades de la lucha electoral y el viraje de las grandes masas hacia el apoyo a la lucha armada. .

Consideramos conveniente, antes de abordar el tema, referirnos brevemente a algunos antecedentes que están a la base de la explicación del viraje del Partido hacia la lucha armada, aun a riesgo de caer en la repetición de ciertos aspectos que ya hemos tratado en otras ocasiones. (1)
(1): En nuestro artículo “El Poder, El Carácter y la vía de la Revolución y la Unidad de la Izquierda”, aparecido en el No. 4 de la Revista Fundamentos y Perspectivas, abordamos tales aspectos.

A partir de 1964, después de las reformas a la Ley Electoral, que permitieron la representación de las minorías en la Asamblea Legislativa, se abrió un período continuado de sucesivas elecciones que duró 13 años. En el comienzo de ese período, la lucha electoral llegó a tener un atractivo fuerte para el pueblo salvadoreño, especialmente después de que diputados de la oposición pudieron llegar a la Asamblea Legislativa y de que una considerable cantidad de Alcaldías y Consejos Municipales pasaron al control de la oposición por medio de las urnas. Se generó así un movimiento electoral fuerte: en él precisamente, creció el Partido Demócrata Cristiano; éste se había fundado en el año 1960 y se hizo partido con alta votación a partir de las reformas a la Ley Electoral y de su participación en las elecciones. Nosotros entramos en 1966 al proceso electoral, ante todo y sobre todo, para impedir que las masas fueran influidas profundamente por la burguesía, y para abrirle espacio en el terreno legal a la divulgación de nuestra línea por la Revolución Democrática Anti-Imperialista. En 1966-67, postulamos un candidato presidencial junto con otras fuerzas que conformaban—no orgánicamente pero sí de hecho— un frente democrático progresista antiimperialista. Puesto que el PCS había sido condenado a la ilegalidad y la persecución desde 1932, para tomar parte en las elecciones nos cubrimos, por decirlo así, con la legalidad de un partido que tenía un registro antiguo, pero que rara vez funcionaba o funcionaba muy débilmente; llegamos a acuerdos con los dirigentes de ese partido (el Partido Acción Renovadora –PAR-) y nos arropamos con su legalidad. Ese partido
postuló como candidato presidencial al Dr. Fabio Castillo Figueroa, que hasta ese momento era Rector de la Universidad de El Salvador.

Efectivamente, la participación en la campaña electoral nos mostró que ello tenía virtudes: pudimos alcanzar una vinculación bastante activa con las masas de la ciudad y el campo, logramos el rescate de la clase obrera de San Salvador, Santa Ana y otras ciudades que en las elecciones de 1964, las primeras que se realizaron bajo el signo de la reforma electoral, había sido arrastrada por el encendido discurso de la “Revolución de los Pobres” al que entonces apelaba el Partido Demócrata Cristiano. Aquella gran movilización política fomentó la lucha reivindicativa de los trabajadores (obreros, maestros y otros), se desplegó el movimiento huelguístico (ausente desde 1964 por la represión). Así, la decisión que adoptó el PCS confirmaba su acierto en la práctica.
Inmediatamente después de aquellas elecciones presidenciales fue ilegalizado el PAR, pero nuestro Partido apoyándose en la voluntad de las masas congregadas por la campaña electoral reciente, encontró la manera de quedar presente en el terreno de la política legal: no disolvió los Comités del PAR que habían sido organizados en todo el país, mantuvo sus locales abiertos, siguió haciendo su trabajo e intentó varias veces legalizar otro partido. Estos intentos fueron rechazados, pero finalmente, en 1971 llegamos a un acuerdo con los dirigentes de un partido de nuevo registro llamado Unión Democrática Nacionalista (UDN) y volvimos a encontrar una cobertura legal, no sólo para nosotros sino también para algunos grupos y personalidades democráticas. A partir de allí fue posible la creación de la Unión Nacional Opositora (UNO), mediante un pacto político con el Partido Demócrata Cristiano y con el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), que es el partido que ya desde aquel tiempo encabeza el Dr. Guillermo Manuel Ungo, actualmente Presidente del Frente Democrático Revolucionario (FDR).

La dictadura militar alarmada por los resultados de las elecciones presidenciales de 1967 y por el creciente movimiento huelguístico, volvió a las prácticas represivas, comenzando así a rasgarse la imagen democrática que estrenó con la reforma electoral. Las confrontaciones de las masas con las fuerzas represivas se volvieron frecuentes y cada vez más graves; el fraude en las elecciones se hizo más y más descarado. Esta situación influyó en el PDC; sus bases se fueron radicalizando, no pocas veces comunistas y democristianos sufrimos juntos la persecución y la represión. Se produjo así el surgimiento de una corriente hacia la izquierda en la base y parte de los dirigentes del Partido Demócrata Cristiano, y sobre todo en su organización juvenil, de donde se promovieron algunos cuadros a la dirección del Partido. Todo esto en definitiva impuso la alianza con el PCS a pesar de que una parte de la dirección democristiana se oponía.

La formación de la UNO le dio al movimiento electoral popular una enorme envergadura, alcanzó la mayoría ya en febrero de 1972 en su primera participación electoral (las elecciones presidenciales de ese año), pero vino un burdo fraude en el escrutinio de los votos, contestado por un levantamiento fallido de un grupo de militares demócratas (25 de marzo). Se decretó el Estado de Sitio y por medio de la represión fue impuesto por la fuerza el candidato oficial. Sin embargo, continuamos participando en las elecciones: en las parlamentarias y municipales del año 1974, en las del mismo tipo el año 1976, pero a última hora nos retiramos de éstas porque los preparativos del fraude eran ya muy descarados y evidentes; a pesar de ello seguimos con la agitación y la propaganda hasta el último momento, denunciando esos manejos y, sobre todo, alertando al pueblo acerca del proceso de fascistización de la dictadura militar, el cual habiéndose iniciado a fines de 1974, entonces se profundizaba y aceleraba. La dictadura estaba prácticamente en un callejón con una sola salida: si respetaba de alguna manera las consultas electorales, perdería el control de la Asamblea Legislativa, del gobierno y de algunos otros escalones del poder. De esa manera, mantenerse en pie sólo le era posible incrementando ilimitadamente la represión y reorganizando el aparato estatal, deviniendo en dictadura fascista; y como el mando militar no podía deshacerse d e un tajo del procedimiento electoral, este necesariamente debía ser corrompido, convertido del todo en una grotesca simulación. Así exactamente ocurrió: la represión tomó más y más el carácter de matanza, los asesinatos políticos proliferaron, las capturas ilegales y los desaparecimientos se convirtieron en hechos cotidianos. La UNO decidió participar en las elecciones presidenciales de 1977; la campaña comenzó en los últimos meses de 1976 y esta vez su candidato fue un militar demócrata retirado. la UNO obtuvo una victoria más rotunda que la del año 1972 y de nuevo la dictadura manoseó los resultados.

Nosotros sabíamos que las elecciones no podían ser una vía al poder para las fuerzas democráticas y mucho menos para las fuerzas revolucionarias, antiimperialistas y eso era lo que predicábamos a las masas durante las campañas electorales, principalmente en aquella última; las alertábamos a no ilusionarse con las elecciones, a estar concientes de que este proceso iba a agotarse y que sería necesario pasar a formas de lucha superiores. Nos guiábamos así por la enseñanza leninista de llevar a las masas a hacer su propia experiencia; nosotros estábamos convencidos desde decenios atrás que este camino no conducía al poder, pero que había que convencer a las masas y las masas debían hacer para ello su propia experiencia, chocando con el aparato de la dictadura en el terreno electoral y en los otros terrenos de su lucha.

Las elecciones de 1977 trajeron en efecto el agotamiento real de las posibilidades del proceso electoral para las masas; es decir para las grandes masas trabajadoras de la ciudad y del campo y un amplio sector de las capas medias. Tras este final del proceso electoral, tras este agotamiento, vino el viraje de las masas en gran escala al apoyo y la incorporación a la lucha armada. Digo al apoyo, porque desde 1970 ya existían algunas organizaciones armadas en el país; una más que las otras había logrado ir conformando un movimiento de masas que ya a la altura de 1977 era grande, pero en general el movimiento armado no era todavía el movimiento que conducía a las grandes masas del pueblo, la UNO seguía siendo el frente tras el cual marchaban las mayorías; fue en febrero de 1977, cuando se agotó el proceso electoral y vino el viraje en gran escala de las amplias masas hacia la lucha armada. Ese momento lo habíamos previsto y cuando llegó, el PCS hizo un gran esfuerzo durante la semana siguiente a las elecciones (21 al 28 de febrero) para desarrollar la acción insurreccional de las masas: en San Salvador y en otras ciudades como Santa Ana la segunda ciudad del país, fueron realizadas por nosotros muchas acciones de lucha armada e insurrecionales que contaron con el apoyo de las masas. Decenas de miles de personas siguieron el llamamiento de la UNO de ocupar el centro de la ciudad, la Plaza Libertad; levantaron barricadas y llegaron a ocupar más o menos 16 manzanas durante varios días; permanecían allí, aunque había relevo espontáneo y constante; funcionaba una tribuna abierta permanente, desde la cual el propio candidato presidencial, el Coronel Claramount, los dirigentes de la UNO y oradores surgidos de la masa realizaban intervenciones continuas, cultivando la disposición combativa y orientando aquel movimiento. Mientras tanto, en el resto de la ciudad y en otras ciudades, pequeños grupos armados, fundamentalmente de la Juventud Comunista y del Partido, realizaban numerosas acciones armadas que contaron con un gran apoyo. La madrugada del 28 de febrero el ejército embistió el centro de la ciudad con una gran fuerza, realizó una matanza y desalojó la Plaza Libertad, pero las masas habían llegado a un nivel bastante alto de combatividad y durante todo aquel día y parte del día siguiente, conducidas por militantes de nuestro Partido y nuestra Juventud, realizaron en la parte céntrica de la capital muchas acciones de violencia contra edificios y transportes del gobierno, contra los periódicos de la oligarquía. Fueron acciones insurreccionales y fuertes enfrentamientos con las tropas de la dictadura, pero no llegó a desatarse una insurrección general, entre otras causas, porque nosotros no pudimos organizarla.

Cuando se agotó la posibilidad de conducción concreta del Partido, aquel movimiento insurreccional empezó a declinar, pero había quedado abierta para las grandes masas una puerta muy ancha hacia la lucha armada: el viraje de las masas hacia la lucha armada era irreversible.

En esas condiciones, la Comisión Política del PCS acordó realizar el viraje del Partido hacia la lucha armada. Esas fueron las condiciones en las que se produce el acuerdo, no durante el VII Congreso en 1979 sino en abril de 1977.

II. Acerca de las contradicciones entre las grandes exigencias de la decisión del viraje, las profundas debilidades ideológicas y orgánicas que retrasaron por dos valiosos años el viraje.

Como ya se dijo, la Comisión Política adoptó el acuerdo de realizar el viraje en aquel momento, después de los enfrentamientos de febrero y marzo de 1977. Al hacerlo así, la Comisión Política estaba aplicando la línea general del Partido, aprobada por sucesivos Congresos, según la cual la toma del poder por la vía armada era la más probable en nuestro país. Sin embargo, no pudimos hacer este viraje rápidamente; el esfuerzo para realizarlo nos costó dos años, dos años muy valiosos que retrasaron la incorporación práctica del Partido a la lucha armada y afectaron el desarrollo mismo del Partido. Tuvimos que enfrentar una serie de obstáculos; las decisiones de la Dirección y el apoyo a esas decisiones fue unánime, absolutamente nadie les hizo oposición, todo mundo recibió con entusiasmo lo que se había acordado y a pesar de eso no podíamos hacerlo realidad. Existían causas no conocidas que era necesario descubrir y la Dirección del Partido, desde la segunda mitad de 1978 en el proceso de la preparación del VII Congreso, realizó un gran esfuerzo para descubrirlas. Parecía que se trataba de simples faltas de eficacia, de descuido, etc. y así lo habíamos venido manejando; las orientaciones organizativas, como por ejemplo, la creación de los Grupos de Acción Revolucionaria (GAR) alrededor de las células del Partido y la Juventud, no caminó mucho durante aquellos dos años; nosotros pensamos que era falta de comprensión de la nuevas formas organizativas y que a eso se reducía todo. Pero en nuestra búsqueda descubrimos después un grupo de causas que eran en realidad las que estaban obstaculizando el viraje.

Si bien el Partido había acertado en el enunciado, aunque muy general y simple, de su tesis sobre la vía armada de la revolución, y tenía claro que el proceso electoral no conduciría al poder y lo estuvo predicando a las masas, también resultó que en el curso de los 11 años de participación electoral, el Partido adquirió ciertos rasgos ideológicos, ciertos hábitos, incluso cierto estilo que retrasaban la posibilidad de un viraje como el que debíamos realizar. Entre estos rasgos ideológicos habían no pocos ingredientes de reformismo. En el curso de estos 11 años más de una vez, tanto la Dirección del Partido, como la base nos ilusionamos sobre la posibilidad de alcanzar resultados mejores con el proceso electoral. Estos eran serios obstáculos ideológicos que debíamos remover.

En el marco de la UNO, el Partido jugó un papel muy importante en la elaboración de su programa, de su táctica y de la aplicación de la línea que se trazaba. En las campañas electorales el Partido desplegaba un gran dinamismo y como resultado de todo esto generamos no poca influencia en nuestros aliados, pero también según lo demostraron los hechos nuestros aliados habían generado influencia sobre nosotros.

Se habían ido configurando rasgos reformistas en el Partido, que se expresaron principalmente en el abandono durante esos 11 años, de los esfuerzos por parte de la Dirección del trabajo por desarrollar la violencia revolucionaria de las masas y en particular su autodefensa frente a la represión y la construcción de la fuerza armada del Partido. Esta conducta se trató de justificar con el argumento de la “prevención contra las provocaciones”. De hecho, este era un frenaje del surgimiento y desarrollo de la violencia popular, más aún, de la violencia revolucionaria armada y también una atrofia en la formación de la militancia del Partido y de la Juventud que cultivó en su estilo la prudencia, la precaución, la no violencia. Nunca nuestro Partido llegó a condenar la lucha armada, siempre mantuvo formalmente su formulación sobre la vía de la revolución, pero estas otras ideas y estilo se fueron colando, nos fueron influyendo y dieron sus resultados prácticos en contra del desarrollo de su trabajo militar.

En años anteriores a nuestra participación en las elecciones, el Partido había realizado trabajo en el terreno militar; allá por los años 1961 a 1963 no empeñamos en un esfuerzo notable por enrumbar hacia la lucha armada. Esa orientación contó con gran apoyo de masas, pero vino luego la corrección: el v Congreso del Partido, realizado en marzo de 1964, le puso fin a aquella línea de preparación para la lucha armada, enarbolando la bandera d que había que promover como prioritaria la “lucha de masas.”

En aquel tiempo nosotros veíamos una contradicción entre lucha de masas y lucha armada. Hay que recordar que entonces en América Latina campeaba la concepción del “foco guerrillero”, en la cual por lo menos al inicio de las acciones guerrilleras se prescindía de las masas y de las condiciones objetivas para la revolución, que se consideraban en lo fundamental maduras en casi toda América Latina y que en todo caso podían “crearse” por la actividad combativa del grupo armado inicial en la montaña. Las condiciones subjetivas, con mayor facilidad aun, serían también creadas por dicha actividad; después, en el proceso del desarrollo de la lucha armada, se multiplicarían las vinculaciones con las masas, la influencia sobre las masas, etc.

A pesar de que nuestro movimiento de aquel tiempo estaba verdaderamente arraigado en las masas trabajadoras más adelantadas, una parte de los cuadros responsables de nuestro trabajo sindical, apoyados por algunos compañeros de la Dirección, comenzaron a mirar la debilidad de los sindicatos que en verdad tenía otras causas muy distintas y opuestas a ese alegato como una consecuencia de la “perturbación” que provocaba entre las masas nuestra agitación por la lucha armada, promoviendo su falta de interés y de seguridad en los sindicatos, así como también a consecuencia de la “absorción” de la militancia partidaria en las tareas de preparación militar. Los que estábamos por la lucha armada no comprendíamos entonces la compleja y profunda vinculación de ésta con la lucha política, la vinculación existente entre las diversas formas de la lucha no armada de las masas y su lucha armada; incurríamos en una relativa unilateralidad, de manera que aquellos alegatos terminaron convenciéndonos y el V Congreso de hecho realizó un viraje, aunque mantuvo en la letra de sus documentos que “hasta donde se alcanza a ver, la vía de la revolución más probable será la lucha armada”, esas eran las palabras. Esta formulación se completaba con las consabidas advertencias de “estar preparados para pasar de una a otras formas de lucha” y saber “combinar las distintas formas, etc.” La verdad es que después del V Congreso vino un período de viraje hacia el economismo y el abandono de la lucha política en todas sus formas durante casi cuatro años, hasta el inicio de nuestra participación electoral. Se priorizó casi absolutamente el enfrentamiento de clases en la esfera de las relaciones económicas obrero-patronales, el movimiento sindical pasó a ser el centro principal de nuestra actuación, con breves coyunturas en las que el movimiento por la reforma y democratización de la Universidad le disputaba la prioridad. En 1966-67, como ya se dijo, entramos a la lucha electoral y volvimos así a la lucha política contra la dictadura militar de la oligarquía y el imperialismo yanqui, lucha que asumió las características, limitaciones y consecuencias ya mencionadas.

Como puede verse, no era difícil que el Partido absorbiera de sus aliados electorales aquellas dosis de reformismo, puesto que venía de un período de claro economismo y, como se sabe, entre economismo y reformismo hay una esencia común.

Estos problemas ideológicos eran un obstáculo para el viraje hacia la lucha armada en 1977-78. Primero que todo fue necesario tomar conciencia de ello y más aún, tomar conciencia de la responsabilidad que le correspondía a la Dirección del Partido en esos errores. Fue la propia Dirección del Partido la que inició con su autocrítica la corrección ideológica, hecho que en forma determinante aseguró que este proceso de rectificación se realizara rápidamente, sin ningún fraccionamiento en el Partido ni en la Juventud Comunista.

descubrimos también que en el terreno orgánico se alzaban otros obstáculos: el principal de ellos consistía en que los cuadros de Dirección Nacional e intermedia, los cuadros del partido en las organizaciones de masas, en fin, todo el conjunto de nuestros cuadros, excepto muy pocos. no tenían nociones, ni las más elementales, acerca de como organizar el paso a la lucha armada. No nos referimos tanto a nociones técnicas en él terreno militar sino a nociones de una concepción político-militar correcta y a nociones acerca de los pasos concretos que deben darse, de lo simple a lo complejo, para organizar la violencia armada de las masas y el viraje del Partido. De una u otra manera, por esta razón, seguía presente en el pensamiento de los cuadros, aunque no en forma expresa, la idea de la incompatibilidad de la lucha armada con las tareas de masas. Esto se expresaba, por ejemplo, en la resistencia, de una parte de los cuadros para aceptar que fueran desplazados activistas y cuadros de distintos frentes de masas hacia la preparación para la lucha armada, alegando de que esto desmejoraba, “dejaba abandonada una tarea vital”, etc. Estas opiniones se mantenían a pesar de que ya habíamos empezado a elaborar algunas ideas, si bien todavía elementales, pero correctas, acerca de cómo combinar unas formas de lucha con la otra, de como el Partido mismo debe participar, desde la base hasta la Dirección en la conducción de la lucha de masas, en organizar y orientar la combinación de unas y otras formas de la lucha armada y la lucha política.

Había pues un problema en la formación de los cuadros: no tenían formación para cumplir con las tesis de Lenin, según la cual el Partido debe estar preparado para pasar ágilmente de unas formas de lucha a otras y combinarlas. Habíamos repetido tantas veces aquella lección que creíamos comprenderla, pero la vida mostró que en realidad no la comprendíamos, no estábamos en condiciones de realizarla. Precisamos que la responsabilidad por la formación de los cuadros comunistas es una responsabilidad de la Dirección del Partido respectivo, pero también del movimiento comunista internacional en conjunto. Esta formación unilateral de nuestros cuadros era el origen de diversos obstáculos que se oponían a nuestro viraje en el terreno orgánico. Así pues, está claro que la formación unilateral de los cuadros era una manifestación de reformismo y economismo en las ideas y la línea del Partido.

Otro aspecto de este mismo problema de los obstáculos orgánicos, consistía en que mantuvimos por mucho tiempo una débil Comisión Militar del Comité Central, la cual supuestamente debía encargarse de preparar el aparato militar del Partido. Esta Comisión recibía muy poco apoyo y su trabajo era en extremo diminuto, Además, la orientación con que trabajaba la Comisión Militar era equivocada; si la Comisión hubiera tenido un buen desempeño, quizá nos hubiera llevado al fraccionamiento del Partido en aquel marco de su situación general, porque hubiera puesto en contradicción flagrante sus esfuerzos por cumplir ese aspecto de la línea, con todo el curso del desarrollo de la lucha real del Partido, del estilo de sus costumbres, estando como estaba encajonado unilateralmente en el terreno de la lucha economista y la lucha electoral, sobre todo en esta última. Tampoco era básicamente correcto el enfoque de que la preparación para la lucha armada y esta misma lucha son una tarea exclusiva de la Comisión Militar, en realidad es un problema de todo el Partido, desde su base hasta su dirección; si no se lo ve de ese modo no puede haber una conducción verdaderamente partidaria, verdaderamente leninista de esta forma de lucha, .no se puede asegurar que el Partido promueva, organice y dirija la lucha armada, construya y dirija su propia fuerza armada, promueva y combine la lucha armada con la lucha política. Este era otro problema orgánico que tenía connotaciones también ideológicas. Así pues, en el terreno orgánico cobraban vida también aquellas erróneas ideas del terreno teórico-ideológico. Para realizar el viraje era necesario resolver todos estos problemas y resolverlos de la mejor manera posible, conservando la unidad del Partido y cuidándonos de no dar un bandazo y salir de errores de derecha para caer en errores izquierdistas, en el sentido leninista.

Pudimos realizar el viraje porque pudimos resolver estos problemas, hicimos una corrección de nuestra línea, pusimos en la picota de la crítica y la autocrítica al reformismo. hicimos una corrección orgánica, llevamos a los cuadros los conocimientos militares y las concepciones político-militares victoriosas en la experiencia histórica internacional, incluyendo entre ellos cuadros de la Dirección misma. Algunos cuadros del Comité Central, de la Comisión Política del Partido y la Juventud Comunista recibieron incluso formación como oficiales; todo esto enriqueció el pensamiento de la dirección, su capacidad para llevar hasta el final este complejo viraje y para asumir progresivamente la conducción de la lucha armada del Partido, la construcción de su fuerza armada, su participación en la lucha política y diplomática, en pocas palabras, la conducción de la participación en la Guerra Popular Revolucionaria que se libraba ya entonces en El Salvador, aunque todavía en fases iniciales en cuanto a envergadura y desarrollo.

III. Acerca de los problemas teóricos y las formas prácticas adoptadas por el Partido para la organización de la lucha armada: de las primeras formas de lucha armada a la construcción y organización de los organismos militares más desarrollados.

A partir del VII Congreso (celebrado en la clandestinidad en abril de 1979), que le dio cima a todo aquel esfuerzo autocrítico y crítico y puso en marcha la corrección en el curso de dos años y medio, toda la Comisión Política y más de tres cuartas partes del Comité Central adquirieron en regular grado de conocimientos militares, unidos a una práctica creciente en la conducción de la guerra, y un importante conocimiento de las experiencias de la Guerra Popular Revolucionaria en otras latitudes. Poco a poco, la Dirección en conjunto fue entrando en el terreno de dirigir la involucración y participación del Partido en la guerra de una manera concreta.

Cuando hablamos del involucramiento de todo el Partido en la guerra, no debe entenderse que todos los militantes del Partido pasan al aparato militar, o al revés, que no se necesite aparato militar, ejército, porque el Partido sustituye al ejército. No se trata de eso, la lucha armada es una expresión concreta de la violencia revolucionaria, la violencia revolucionaria es tal cuando es violencia de las masas mismas, dirigida contra los opresores y explotadores y en fin de cuentas, contra todo el sistema de la dominación imperialista sobre el país. La promoción, orientación y organización de la violencia de las masas es un asunto que corresponde al Partido en su conjunto, desde las células hasta la Dirección. Esto plantea el surgimiento de tareas diversas para todos los organismos.

Poco a poco el despliegue y la agudización de la lucha de clases conduce al momento en que aparecen o deben aparecer las primeras formas de la lucha armada, aunque todavía no aparece el ejército. Son por lo general formas de esta lucha que surgen en defensa de la lucha de masas en otros terrenos: por ejemplo en las condiciones de nuestro país, bajo la dictadura militar en trance de fascistización, llegó un momento en que los trabajadores no podían seguir adelante con sus luchas reivindicativas si no las defendían de la embestida de la represión cada vez más sangrienta; se planteó entonces la necesidad, comprendida por las masas, de la organización de formas nuevas de la lucha, de formas armadas de la lucha. El Partido debía responder a esta necesidad organizando estas formas nuevas, armadas, de manera que las masas pudieran realizar su auto-defensa. Nosotros lo hicimos, aunque bastante más tarde que otras organizaciones.

Para cumplir esta tarea el Partido se apoyó ante todo en sus células: ¿quién si no este organismo vivo que está organizado en el corazón de las masas, dentro de las fábricas, en los barrios y colonias de las ciudades, en los caseríos, en las haciendas, en las plantaciones; quién si no la célula es quien puede en el Partido cumplir esta tarea de organizar y conducir la auto-defensa de las masas? No necesita para ello convertirse la célula en una unidad militar, pero sí debía perfilarse como una unidad organizadora y conductora de la lucha político-militar. Aprendiendo de la experiencia internacional, orientamos a nuestras células a organizar alrededor suyo grupos secretos, eso que nosotros llamamos los GAR (Grupos de Acción Revolucionaria), compuestos por los mejores elementos que se van destacando de las masas, los más resueltos, los más combativos, los más honestos, aunque aun no estén maduros para ingresar a las filas de nuestro Partido.

Los GAR no son unidades militares propiamente tales; han sido y son un primer escalón en la construcción de la fuerza armada del Partido. Realizan tareas políticas y tareas militares, sin separarse de las organizaciones de masas a la que pertenecen. Examinemos el surgimiento de las tareas de los GAR, pongamos como ejemplo, en los sindicatos. La célula del Partido trabaja por el fortalecimiento del sindicato, promueve sus luchas-las huelgas digamos-difunde las orientaciones que el Partido entrega a las masas, como también trabaja en la organización de la autodefensa, desde las formas más elementales de la autodefensa ocasional: cada vez que hay una huelga se organizan piquetes, cada vez que hay una manifestación se organiza una guardia para proteger la seguridad de las masas en la marcha o grupos de vigilancia para proteger las asambleas o las reuniones de la Directiva del sindicato, etc.; todas estas son manifestaciones de la autodefensa ocasional que, dicho sea de paso, se practican en todos los países donde los sindicatos son instrumentos de la lucha de clase; pero al irse desarrollando la lucha, pronto queda en evidencia que no basta con la autodefensa ocasional, ya que el enemigo da una respuesta cada vez más contundente, persigue, atropella, asesina, utiliza la tortura, el crimen político, los “desaparecimientos”, etc. Entonces se vuelve necesario formar órganos más especializados y con carácter permanente que dominen mejor los métodos de la autodefensa y que estén vinculados a las masas. Pasamos así a un escalón nuevo que es la autodefensa permanente: los GAR son esto. Desde el punto de vista de sus tareas armadas son una forma orgánica de la autodefensa permanente, deben adiestrarse para cumplir esta misión, pero el GAR no deja de ser un organismo político de las masas mismas, un organismo organizador en el que se apoya la célula del Partido para fortalecer al sindicato, cohesionar sus filas y su pensamiento político, para organizar cada vez mejor sus luchas. Al mismo tiempo, los GAR son centros de formación política revolucionaria de sus miembros, son un conducto para la difusión de la línea del Partido y una fuente de reclutamiento de nuevos militantes suyos. La célula organiza en su derredor cuantos GAR pueda dirigir y debe por consiguiente aprender a dirigirlos política y militarmente, para lo cual debe recibir el adiestramiento en el nivel necesario. La célula aprende así a dominar los conocimientos militares y a dirigir política y militarmente, sin desnaturalizarse. El desarrollo de los acontecimientos conduce a la necesidad de ascender escalones superiores: surgen unidades guerrilleras que se dedican permanentemente al combate a las cuales es necesario darles una retaguardia, es decir un lugar en que puedan reagruparse, alimentarse, descansar, adiestrarse, curarse, prepararse, etc. y esa retaguardia (1) no puede existir si no es protegida por las masas, ni las guerrillas se pueden formar si no reciben el apoyo de las masas. Jamás tendrán suficientes combatientes si las masas no se los dan, no habrá reposición de los que caen si las masas no los aportan; las masas tienen que estar concientes, convencidos de esta necesidad y estrechamente vinculadas a esta tarea. Esta es una obra que le corresponde realizar al Partido vinculándose estrechamente y profundamente con ellas.

Esta tarea de organizar los organismos militares más desarrollados en el siguiente escalón no clausura el anterior escalón de la organización amplia de la auto-defensa, tanto de la auto-defensa ocasional como de la auto-defensa permanente; al contrario, de ahí es de donde surge la posibilidad de crear un ejército verdaderamente vinculado con las masas, que surge del corazón de las masas, que incorpora a las masas y que mantiene la vinculación con las masas, un ejército formado por combatientes seleccionados que han venido probándose en las tareas simples. Hay que decir por último, en relación con los GAR, que el desarrollo de la guerra les imprime un carácter cada vez más ofensivo y un nivel técnico-militar más alto; de modo que los GAR de hoy de hecho realizan tareas combativas similares a las de las guerrillas; son guerrillas secretas cuyos miembros combaten y trabajan, combaten y estudian, no se dedican pues a tiempo completo al combate y no necesitan territorios e infraestructuras urbanas complejas de retaguardia.

Corno es sabido, nuestro Partido se incorporó a la lucha armada cuando esta se encontraba en el umbral del despliegue de la guerra propiamente tal y cuando otras organizaciones revolucionarias habían avanzado considerablemente en la construcción de sus fuerzas armadas. A causa de ello tuvimos que andar a pasos largos y no siempre nos fue posible formar a nuestros combatientes siguiendo, uno a uno, los escalones que se han descrito. Una parte considerable de los combatientes, jefes y especialistas de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL, (brazo armado del Partido), salió directamente de las filas partidarias y de la Juventud Comunista, otra parte proviene de los GAR u otras modalidades de la organización miliciana (nombre más apropiado que autodefensa en el actual momento del desarrollo de la guerra), la cual nos esforzamos en construir en el campo y las ciudades.

Es oportuno decir que esta organización de autodefensa, debe armarse sola; no es que el Partido le entregue a cada uno de los miembros de estos grupos de autodefensa un arma, eso sería imposible; además sería una lección inadecuada. Si nosotros queremos mantener fresca la posibilidad de que las masas asuman la lucha armada en gran escala, no puede hacerse depender esta posibilidad de la esperanza de que el Partido o alguna otra fuente arme a las grandes masas; el principio fundamental y clave a este respecto es el de que “la auto-defensa (o la milicia) se arma sola” y el Partido enseña a las masas a armarse solas, es decir, a transformar en arma prácticamente todo lo que está a su alrededor, a usar los conocimientos técnicos de los trabajadores y de las capas medias en todo lo que puede ponerse al servicio de armarse y de arrebatarle al enemigo sus armas. Esta orientación desata una gran iniciativa creadora, orienta a estos primeros núcleos político-militares de la auto-defensa (o la milicia), en la dirección política y militar correcta para su desarrollo.

La célula del Partido es su eslabón más directo con las masas. Puede verse con claridad que no se trata de que la célula se transforme en unidad del ejército, ya que dejaría de cumplir las tareas partidarias vitales, sino de conducirlas a cumplir su papel de vanguardia en la nueva situación, en el nuevo nivel de desarrollo de la lucha de clases. Puede ver con toda claridad, pues, que no hay contradicción entre la lucha de masas y la lucha armada, entre la lucha política y la guerra; todo lo contrario, no puede oponerse una a la otra. En el momento en que se oponga una a la otra, bajo distintas formas, ya sea bajo la concepción del “foco guerrillero” o, al revés, alegando que las células del Partido no pueden ni deben asumir tareas político-militares porque “se militarizan” o que únicamente debe asumir estas tareas una parte y no todo el Partido; toda vez que se cometa este error, por vía izquierdista o por vía reformista, de derecha, entonces estaremos en presencia de la posibilidad de que surjan tendencias aventureras en el Partido, o de que los cuadros y organismos a los que se haya entregado la misión de organizar esta nueva forma de lucha, entren en conflicto con el resto del Partido con el riesgo del fraccionamiento; cosa que ha ocurrido en América Latina varias veces.

Tenemos que puntualizar que en estas experiencias se ha tenido en cuenta no únicamente la experiencia de nuestro Partido sino también la experiencia de otras organizaciones hermanas del FMLN; y que en muchos aspectos nosotros hemos aprendido de ellos. Estas experiencias claro está, no son comunes a todas las organizaciones hermanas, entre las que no había por cierto, una concepción absolutamente unánime, pero de una u otra manera, en unas más y en otras menos, esta es la experiencia que se ha vivido.

IV. Acerca de la combinación de la lucha armada de las masas y el ejercito revolucionario: el ejercito surge de las masas , es una organización de masas y mantiene estrechos y sólidos vínculos con ellas.

En lo que se refiere a como se combina la lucha armada de las masas con el Ejército Revolucionario una vez que este existe ya, debemos decir que son varias las formas: la autodefensa y las milicias, que es una organización de masas, no se clausura, no se suprime cuando surge el ejército revolucionario; al contrario, debe hacerse más amplia, continuar ensanchándose, porque de ello depende el crecimiento, la selectividad y eficacia del ejército: Cuanto más grande es la organización miliciana mejor combate el ejército, crece y se desarrolla más rápidamente y mejor.

Esta sería, digamos, la primera forma de incorporación de las masas a la lucha armada. La segunda forma de incorporación es el ejército mismo; nosotros creemos que el Ejército Revolucionario hay que verlo como una organización de masas, no solo hay que ver su aspecto militar, sino también el hecho de que allí se reúne un destacamento avanzado, consciente, de las masas y cuanto más grande es el ejército más adquiere ese carácter de una organización de masas, sin referirnos al hecho más profundo de que el ejército ha surgido de las masas y que sigue teniendo vínculos estrechos y sólidos con ellas. El ejército realiza no solo tareas militares, aunque la cuota de las tareas militares en esta organización de masas que se llama el Ejército Revolucionario es su trabajo y su función principal. A tal grado crecen las tareas militares combativas que se volvió imposible que sus integrantes continuaran empleados en la producción o en las oficinas o su estudio en las aulas universitarias o secundarias; ellos ahora forman parte de unidades que tienen una existencia permanente y que viven bajo una disciplina militar permanente, que tienen su retaguardia y dentro de ella sus propios campamentos militares o que en la ciudad, en las unidades de combate urbano que son más pequeñas, tienen también una existencia permanente como unidades militares, una infraestructura de retaguardia y sus miembros están permanentemente sujetos a estas actividades, a la disciplina y a las formas organizativas correspondientes. Pero todo esto no quiere decir que desaparezcan las tareas políticas para el ejército y sus componentes. El ejército es una organización de masas que realiza también tareas políticas: atiende la formación política de sus propios miembros, realiza con una orientación política y tras objetivos políticos sus relaciones con la población, tanto con las masas dentro de la retaguardia, como con las que habitan en otras zonas en las ciudades o en el campo, en el curso de sus desplazamientos o de los combates; el ejército realiza hacia las masas tareas de agitación y propaganda, tareas organizativas y, más todavía, el ejército también cumple aunque en menor escala, tareas de producción, con todo lo cual se vincula con las masas.

El Ejército Revolucionario no podría desarrollar su misión, no podría ni siquiera existir, si no se crean y desarrollan variados vínculos con las masas: las masas se incorporan a la guerra ayudando a su ejército con la producción de alimentos para su subsistencia; aunque el ejército realiza sus propias actividades productivas, el volumen principal de la producción corre a largo de las masas no participantes en sus filas.
Las redes de información son tanto más sólidas cuanto más encubiertas estén y son tanto más encubiertas cuanto más estén integradas por las masas mismas, por aquellos que viven desde hace mucho tiempo en esos lugares, que trabajan allí y que pueden defender por tanto su legalidad frente al enemigo. Así se pueden crear redes muy ramificadas que llegan hasta la puerta de los cuarteles enemigos y nos permiten conocer cada uno. de sus movimientos, descubrir sus intenciones operativas.

Las masas ayudan a su ejército y participan activamente en la guerra cumpliendo tareas logísticas diversas: transportación de medios de guerra, adquisición y transportación de otros materiales necesarios, alojamiento temporal de combatientes y cuadros, etc. Estas tareas de información y logística son tareas combativas de las masas no incluidas en las filas del ejército; pero ellas participan también en otras tareas de combate más directas, sus armas elementales van desde un simple instrumento de trabajo hasta trampas y bombas fabricadas por ellas mismas, a lo cual les enseñan las milicias. Las milicias participan en los combates, en las batallas complejas del Ejército Revolucionario contra el enemigo, reciben misiones que van inscritas dentro del plan que elabora la jefatura militar para una acción o para toda una campaña y las milicias entregan también misiones combativas a las masas fuera de sus filas; por ejemplo: un hombre solo, sin armasen el sentido técnico de la palabra, con un instrumento de trabajo como digamos un pico, puede cumplir una tarea combativa, si se le convence de ello, puede durante la profundidad de la noche en el lugar indicado y conveniente, abrir una zanja en la carretera que nos va a servir como parte de la preparación ingeniera para una acción contra el enemigo en una emboscada, y que nos va a servir como un obstáculo o una trampa para entretener a las fuerzas enemigas que se desplazaran por ese lugar, lo cual dará oportunidad de realizar un ataque más eficaz a las unidades milicianas o del ejército. esto nos lleva a otro aspecto de este mismo asunto de la incorporación de las masas en guerra: cuando hablamos de las careas combativas de las masas, no queremos decir que deban participar juntas muchas personas, ni siquiera es necesario en algunos casos que participen simultáneamente ; el ejemplo del hombre con un pico podría multiplicarse; niños, jóvenes, adultos de uno u otro sexo, individualmente o en pequeños grupos, participan en tareas de información, desinformando a las tropas enemigas o influyendo convenientemente a su familiar que pertenece a esas tropas, etc. Estos ejemplos son expresión de la actividad que las masas en combate, sublevadas, realizan y desarrollan crecientemente con creatividad.

V. Acerca de la ley de construcción y desarrollo de ejercito revolucionario en el curso de la guerra y la construcción de su retaguardia en las condiciones de El Salvador.

En el curso mismo de la guerra y en dependencia de la modalidad operativa aplicada en el combate, el ejército revolucionario desarrolla vínculos indisolubles con las masas de manera muy concreta, que para la propia existencia del ejército son fundamentales. Desde el punto de vista de nuestra experiencia, resulta particularmente importante referirnos a los aspectos de fondo en cuanto a las etapas de la guerra, modalidades operativas y a las relaciones entre el ejército y las masas. El ejemplo de como hemos actuado frente a los operativos de limpieza del enemigo, que han venido cambiando en el curso de la guerra, podrá ilustrar acerca de las etapas de desarrollo de nuestro ejército y el papel de las masas en ese desarrollo a través de la construcción de su retaguardia.

En cuanto a la modalidad operativa que nosotros adoptamos ante los operativos de limpieza que el enemigo nos lanzaba inicialmente, han estado determinados por dos aspectos estratégicos: el primero de ellos tiene que ver con el hecho de si debemos o no aplicar una táctica operativa de la guerra de posiciones, si debemos defender a toda costa una posición en una etapa de la guerra en la cual el enemigo tiene superioridad sobre las fuerzas revolucionarias.

La respuesta es la misma en todas partes: no debemos hacer guerra de posiciones en tal situación y nosotros no la hemos hecho. La defensa de nuestras bases de apoyo o de nuestros frentes, se ha realizado en una línea operativa distinta. Cuando se intentó en algún caso seguir una línea operativa de defender posiciones se recibieron algunos reveses; pronto se aprendió. Los grandes cercos enemigos no se derrotaron manteniendo posiciones fijas, sino rompiéndolos, saliéndose de nuestro campamento, que destruyera nuestra infraestructura, sacando junto con nuestras fuerzas a la población que nos apoya, etc. Este último aspecto es una experiencia nuestra poco conocida, que está determinada por las características de nuestro país, por las fuertes vinculaciones de nuestras fuerzas armadas con la población, que son vinculaciones incluso familiares; por la densidad de población del país, por las condiciones geográficas, etc.; por todo eso hemos tenido que romper los cercos evacuando al mismo tiempo a gran cantidad de población; nuestros combatientes han tenido que maniobrar contra los cercos del enemigo y conducir al mismo tiempo a veces hasta más de diez mil personas entre adultos, ancianos, niños, con todas sus humildes pertenencias, incluyendo perros y otros animales domésticos. Entonces lo que se ha venido aplicando ha sido una línea táctica muy móvil que desgasta el enemigo y que no le permite quedarse en nuestra base porque si se va quedando en todas partes en donde lanza operativos, su tropa de operaciones la va convirtiendo en tropa de guarnición y con ello debilita su capacidad en las operaciones en los frentes de batalla. Al respecto, hay una ley general de toda guerra: la guerra la gana quien derrota las tropas de operaciones del enemigo, no a todo el ejército, sino a sus tropas de operaciones. Si el enemigo dejara tropas en todas partes, mientras nosotros nos vamos hacia otros puntos, entonces tales tropas van quedando fijadas en diferentes posiciones y muy dispersas, lo cual lógicamente no les favorece. De ahí porqué el enemigo no ha procedido de esa manera; ¿qué es lo que ha hecho?. En una primera etapa después de que nosotros rompíamos el cerco, lo eludíamos, nos trasladábamos a otro punto, le dábamos la vuelta, le aplicábamos acciones de hostigamiento, lo emboscábamos, etc.; entonces el enemigo trasladaba a los periodistas al lugar de los hechos a que constataran como habían “destruido” nuestros campamentos, lo que supuestamente nos recuperaban en armas, municiones y otros pertrechos de guerra y de esa manera construían la leyenda del supuesto triunfo obtenido sobre nuestras fuerzas; uno o dos días después iniciaba la retirada. Llegó a tal grado el dominio de parte nuestra de esta forma de operar del enemigo que ya a mediados de 1981 se daba el caso de que los combatientes no esperaban que el enemigo terminara de retirarse de las posiciones “tomadas”, sino que simultáneamente, mientras el enemigo bajaba, retornaban a la base por otras rutas perfectamente conocidas solo por nosotros. Es decir que inmediatamente que el enemigo terminaba de retirarse, volvíamos a tomar posesión no solo del terreno, sino que retornábamos de nuevo con la población, se reconstruía todo, etc. No aplicábamos, entonces, una guerra de posiciones, no teníamos porqué aplicarla y no debíamos hacerlo.

El otro aspecto de la táctica operativa ha estado relacionado con el problema de la defensa, consolidación y desarrollo de las Bases de Apoyo de la Revolución; es decir con la defensa, consolidación y desarrollo de la Retaguardia de la Guerra Popular Revolucionaria. Bien sabido es que en toda guerra la retaguardia está a la cabeza de los factores permanentes que deciden la victoria, de ahí el carácter estratégico de la construcción, defensa, consolidación y desarrollo de ella. La táctica operativa aplicada por nuestras fuerzas al enfrentarse a las invasiones del enemigo en nuestras zonas de control, ha ido cambiando según como se han ido desarrollando nuestras fuerzas y conforme a la respuesta a la necesidad estratégica de preservar a nuestra retaguardia. Por cierto tiempo estuvo predominando la siguiente modalidad operativa: el enemigo al dar inicio al cerco sobre uno de nuestros frentes empezaba concentrando fuerzas con todo el respaldo logístico en puntos aledaños o cercanos a nuestra base; luego de la preparación del fuego y distribución de las fuerzas, daba paso a la etapa del ablandamiento con fuego de artillería y de la aviación y hasta entonces iniciaba el avance de la infantería. Nosotros que ya contamos con fuerzas más grandes, más desarrolladas, con más capacidad de combate, podemos dejar una parte de las fuerzas en el campamento mientras otra parte de ellas se desplaza a atacar al enemigo cuando está empezando a establecer su posiciones, y entonces lo colocamos a la defensiva desde el inicio del operativo. Por eso es que las ofensivas enemigas las hemos podido convertir en contraofensivas nuestras; es decir que según es el grado de desarrollo de nuestras fuerzas, de su volumen de fuego, de su capacidad operativa, etc., se van desarrollando también las modalidades operativas que cada vez son más eficaces.

Pero ¿porqué defendemos con un método operativo o con otro las Bases de Apoyo de la Revolución?. Las defendemos porque son nuestra retaguardia y en el caso de nuestra experiencia, estos problemas tenemos que resolverlos en el curso mismo de la guerra popular. Al problema de la retaguardia está unido indisolublemente el problema de construir el Ejército Revolucionario. Una de las leyes de toda Guerra Popular Revolucionaria es la de que el Ejército Revolucionario solo se puede construir en el transcurso del desarrollo de la guerra revolucionaria; esta no es una ley de todas las guerras en general. Los ejércitos en las guerras entre Estados responden a otra ley; se forman fuera de la guerra y tiene asegurada desde el punto de partida la retaguardia; la retaguardia es el territorio de su país, su economía, su población, etc. El Ejército Revolucionario en cambio, tiene que formarse, construirse en el curso de la guerra revolucionaria por etapas que expresan en forma concreta esa ley. Comienzan con pequeñas unidades de combate, que por lo general están integradas casi totalmente por combatientes que todavía están incorporados a la producción, al estudio, etc., entonces su retaguardia es el lugar de trabajo, de empleo, de estudio. etc.; combaten y trabajan, combaten y estudian. Estas no son todavía fuerzas militares, están en un estadio de desarrollo que podríamos llamarlo paramilitar, pero la dinámica de la guerra impone pasar a otra etapa, ya que el mismo enemigo empuja ano quedarse en ese nivel. Entonces llega el momento en el que es necesario contar con unidades de combate integradas con combatientes dedicados a tiempo completo a las tareas militares. Desde el momento en que eso ocurre, como ya se mencionó, habrá que asegurarle a la unidad militar: comida, un lugar donde descansar, la salud de los combatientes, información permanente sobre el estado de la guerra y otro tipo de servicios de apoyo; entonces queda planteada la necesidad estratégica de construcción de la retaguardia.

Algunos movimientos revolucionarios que han tenido que librar una guerra revolucionaria lo han hecho en un contexto internacional en el cual han podido construir su retaguardia en un país vecino con un gobierno progresista o revolucionario, tal como ha ocurrido con cierta frecuencia en África. En Centroamérica se tuvo el caso de Costa Rica que, por lo menos en la fase final de la lucha, desempeñó el papel de retaguardia de la Revolución Popular Sandinista. En el caso nuestro, la situación se parece más bien a otras guerras; nosotros hemos tenido que construir nuestra retaguardia dentro de nuestro pequeño país; sin retaguardia no es posible avanzar en los siguientes pasos de la construcción del ejército revolucionario. La respuesta al problema de la construcción de las Bases de Apoyo de la Revolución, tiene que ser una respuesta popular-militar integral.

¿Qué es una Base de Apoyo de la Revolución? Es un territorio que reúne ciertas características topográficas que son útiles para el combate, aunque no sea esto lo decisivo; en donde se concentra parte de la población ganada para la revolución y en cuyo seno, en el interior de ese territorio se instalan campamentos con sus servicios indispensables para los combatientes; en donde se incorpora a la población a las tareas de apoyo al desarrollo de la guerra revolucionaria; en donde, en parte, la población nutre al ejército de combatientes para su crecimiento. Desde el punto de vista militar entonces, las Bases de Apoyo de la Revolución constituyen la retaguardia de la Guerra Popular revolucionaria.

Ahora bien, r una primera etapa del desarrollo de la guerra popular, nuestras unidades de combate no pueden retirarse mucho de la base de apoyo, porque después de su perímetro, en cuanto mas retirado, más fuerte es el dominio del enemigo en la zona; entonces nuestras unidades se ven obligadas a combatir en territorios muy cercanos a la base o incluso dentro de la base misma. Las unidades de combate tienen un cordón invisible que las ata a ese territorio; por ello no es casual que en lenguaje común de la guerra revolucionaria se le llama a esos territorios, no bases de apoyo ni retaguardia, sino frentes. En realidad, desde el punto de vista militar, retaguardia es una cosa y frente es otra; el frente es donde se combate, donde está el teatro de combates, y la retaguardia es el lugar donde la tropa descansa, donde tiene sus cuarteles, etc. En el período inicial de la guerra, por las razones ya expuestas, el frente se confunde con la retaguardia, está allí mismo donde está la retaguardia y allí llega el enemigo a imponerle el combate a nuestras tropas y estas no pueden salir a buscarlo lejos, porque al retirarse de su base de apoyo no tienen comida, no tienen información, el territorio está dominado por unidades del enemigo que lo conocen mejor y que las pueden entrampar y aniquilar. Resulta entonces que, en el espacio y en el tiempo, coincide por algún período más o menos largo, el frente con la retaguardia; por eso es que nosotros le hemos llamado a los frentes el Frente Sur, el Frente Suroriental, el Frente Morazán.

A estas alturas es inapropiado mantener esa caracterización, en el tiempo y el espacio, por el desarrollo de la guerra, ambos aspectos están claramente diferenciados. El desarrollo del ejército se expresa en el hecho de que sus operativos se realizan lejos del perímetro de la retaguardia. Por ejemplo, las fuerzas de Jucuarán, Morazán, Chalatenango, se han desplazado con frecuencia a combatir por varios días a distancia de más de 50 Kms. del perímetro de sus respectivas bases de apoyo, las unidades de combate se dislocan o desplazan a combatir hasta los frentes, distantes de las bases. la construcción de esas bases de apoyo, su ampliación y su multiplicación en el territorio nacional crea las condiciones para pasar a formar grandes unidades, ya no puramente guerrilleras, que pueden realizar una guerra móvil; ese ejército se puede mover de un punto a otro, ir a combatir lejos porque en todas partes donde llega hay comida, hay información, hay abastecimiento de todo tipo, hay sangre nueva de recambio, hay combatientes etc., y es entonces que se puede pasar a una etapa superior de desarrollo del ejército, a la fase de la guerra en movimiento. En algunos lugares más que en otros, empiezan a predominar las modalidades de la guerra de movimiento, que es ya una fase estratégica decisiva de la Guerra Popular Revolucionaria.

VI. Acerca de la organización partidaria en su fuerza armada: “El Partido dirige total y absolutamente a su Fuerza armada.”

Por cierto que todo lo anteriormente mencionado, plantea otro tipo de tareas y de necesidades organizativas al Partido: los combatientes ,de las FAL no son todos miembros del PCS, la mayoría no lo son y queremos que esta relación se acreciente; pero en cada pelotón hay una célula del Partido que orienta, recluta y contribuye a asegurar la dirección de este sobre su fuerza armada. Hemos organizado también Comités intermedios de Dirección del Partido a nivel de campamento y de las unidades mayores, supeditados a los Comités. Regionales, a la Comisión Política y al Comité Central. Ha surgido así una nueva rama del PCS: la organización partidaria en su fuerza armada.

Ahora bien, lo anterior no quiere decir que por ejemplo, la célula del Partido es la que dirige al jefe militar en cada nivel de la estructura del ejército. Eso no puede ser puesto que en el ejército hay una disciplina distinta a la del Partido, en el ejército hay Mando Único, individual y una disciplina vertical que no se puede romper sin afectar la naturaleza misma del ejército y su eficacia; pero no entra en contradicción una cosa con la otra. El Partido dirige a la fuerza armada también en los escalones de las jefaturas militares y crea estructuras de relación entre la Dirección del Partido a todo nivel, con los correspondientes niveles de la jerarquía militar, los jefes son militantes del Partido. El Partido elabora la concepción político-militar de la guerra concreta que libra, elabora las ideas militares estratégicas, la orientación táctica fundamental para su ejército, incluso aprueba en sus líneas generales los planes de las campañas y de las acciones de guerra más importantes; los Comités Regionales hacen lo mismo en su nivel. Una vez que estas decisiones salen de la esfera del Partido y entran en la esfera del ejército, su ejecución no puede ser detenida por nadie, en el marco de la verticalidad y el mando único. La célula del Partido en el pelotón, cuando se reúne no está sujeta a la disciplina militar, sino a la partidaria; durante sus reuniones puede criticarse incluso a los jefes, que también forman parte de las células, aunque desde luego no deben convertirse en obstáculos para el ejercicio del mando militar, en clubs de discusiones que atrofien el carácter combativo del ejército. Las células en las FAL se esmeran por mejorar, elevar la calidad política y militar de sus unidades militares respectivas.

Durante los últimos meses han comenzado a realizarse, por decisión de la Comisión Política, asambleas de combatientes en las que participan todos, miembros y no miembros del Partido y los jefes militares respectivos. Estas asambleas no tienen periodicidad fija, se convocan cada vez que se considera necesario, especialmente para hacer el balance de acciones combativas importantes y en ellas está permitido expresar opiniones críticas.

En la estructura de las FAL existen también los Comisarios Políticos a nivel de todas las unidades, de la más pequeña hasta la más grande. Los Comisarios pertenecen a la estructura militar y no a la del Partido; los Comisarios son miembros del Partido. El Comisario Político se apoya en la actividad de la célula, las células se apoyan en la actividad de los comisarios y todos ellos aplican la línea y las orientaciones que traza el Partido. Los jefes militares de la FAL son miembros del Partido y por lo general miembros de sus organismos dirigentes al nivel correspondiente.

Así se aplica en nuestras condiciones el principio de que “el Partido dirige directa, total y absolutamente a su fuerza armada.”

VII. Acerca del aspecto estratégico más fundamental de la Guerra Popular revolucionaria; la combinación de la lucha armada y la lucha política o formas no armadas que se coordinan en el proceso único de la lucha por la revolución.

Hemos hablado de la incorporación de las masas a la lucha armada, pero las masas apoyan esta lucha no solo incorporándose directamente a ella, sino también participando en las formas de lucha no armada que pueden promoverse aprovechando todas las posibilidades. La estrategia de la guerra popular revolucionaria, ,si se le quiere reducir al aspecto estratégico más fundamental, es la combinación de la lucha armada y de la lucha política entendiendo por esta todas las formas no armadas que se coordinan con el proceso único de la lucha por la revolución aunque su matiz político no se haga evidente. Los grados de esta combinación cambian según las condiciones concretas en qué se desarrolla la guerra en cada una de las áreas del país: hay zonas en donde el enemigo ejerce un fuerte control y allí la lucha no armada de las masas, sin matiz político hasta la lucha política propiamente tal, deben impulsarse prioritariamente, mientras la lucha armada tiene una cuota menor a cargo de unidades secretas de combate urbano; la organización del Partido debe ser muy clandestina y no hacer evidente su vinculación con las organizaciones de masas. Los errores en cada uno de estos aspectos nos han costado la vida de valiosos cuadros, insustituibles a corto plazo. En las zonas donde dominamos nosotros, las masas participan de un modo más abierto, se incorporan a la creación y desarrollo de los órganos emergentes de Poder Popular; una vez destruido el viejo poder en esas áreas, aunque sean pequeñas, surgen tareas que nosotros tenemos que asumir con las masas: tiene
que guardarse el orden público (la delincuencia tiende a crecer cuando hay vacío d poder) tiene que atenderse la educación y la cultura de las masas ( campaña alfabetizadora fundamentalmente, promoción del arte popular y divulgación cultural) se tiene que atender la salud pública, debe organizarse y asegurarse la producción agropecuaria, de vestuario, etc. y lo que es decisivo y principal, debe asegurarse la defensa de la zona, tarea en la cual toman parte las masas mismas. Pero hay otras zonas que podríamos llamar intermedias, son las áreas en disputa entre el enemigo y nosotros. Allí también la lucha de masas adquiere diversas modalidades que guardan rigurosamente la legalidad frente al enemigo incluso aparentándole lealtad si ello fuera necesario, mientras existe clandestinamente la organización revolucionaria secreta de las masas, es decir las redes de información, los apoyos logísticos e incluso, en muchos casos, las guerrillas secretas (forma especial de las milicias). Como puede verse, la lucha, de masas se hace mucho más compleja; pudiera creerse que la guerra ahoga la lucha de masas; y hay quienes piensan de que en la lucha de nuestro partido ha desaparecido la lucha de masas, absorbida por la lucha militar. Esto no es cierto; lo que sí ha ocurrido es que hicieron crisis viejas formas, viejos métodos de la lucha de masas y debieron sustituirse por nuevos, en el curso de un proceso muy difícil y riesgoso, esta mutación aun no puede considerarse realizada, ni mucho menos y enfrentamos en ello no pocas dificultades.

Hay que enfatizar que este problema de la caída vertical del nivel de una forma de la lucha de masas se vivió no en todo el país, sino sobre todo en la capital y en otras ciudades importantes donde había un movimiento de masas intenso hasta 1980, pero está en marcha con éxito su reorganización; hay un proceso de adaptación y el movimiento de masas ha empezado a desarrollarse de nuevo. A tal grado han llegado las cosas, que el Partido ARENA, que es el partido de la gran burguesía que encabeza DAbuisson y que tiene toda la configuración de un partido fascista, ideológica y organizativamente, se ha visto en la necesidad de intentar la formación de sus propias organizaciones de masas, después de llegar a la conclusión de que es imposible suprimirlas. ARENA intenta sin éxito hasta hoy, crear su propia central de sindicatos, una organización juvenil y otra de mujeres. Nuestra posición frente a este trabajo organizativo de los fascistas es obstruir su progreso; penetrar las organizaciones o movimientos de masas que logren ellos crear, porque las masas son las masas siempre, su espíritu clasista se mantiene en el fondo y la lucha por impedir que caigan bajo el control ideológico y político de la burguesía, bajo cualquier manifestación político-ideológica de la burguesía, entre ellas el fascismo, es un deber irrenunciable de los comunistas.

Si fuera cierto que la lucha de masas desapareció en El Salvador, ¿cómo se puede explicar que en un país de 20.000 Kms. cuadrados, con 5 millones y medio de habitantes, donde hay pues 275 habitantes por Km. cuadrado, donde hay varios miles de poblaciones y caseríos, donde no hay montañas despobladas ni selvas, exista esa tremenda Guerra Popular Revolucionaria? ¿que allí mismo tengamos nosotros amplias zonas de control aproximándonos a que se conviertan en zonas1 liberadas; una retaguardia sólida, ya bastante segura en el norte y en el sur, en el centro y el oriente y, aunque menos desarrolladas, algunas bases en el occidente? Su existencia y desarrollo sería imposible sin el concurso de las masas, sin que nuestra guerra sea la guerra de las masas, la “guerra popular revolucionaria”, que no es una lucha en nombre de las masa en representación del pueblo, sino una lucha del pueblo mismo para alcanzar su victoria contra la dictadura, liberarse y abrir paso a la democracia y al progreso social.

VIII. Acerca de la dialéctica entre Guerra Popular Revolucionaria e Insurrección General Armada como vía optima de la revolución.

En relación con este problema de la relación entre la lucha armada y la lucha política, ha surgido la preocupación acerca de la relación entre Guerra Popular Revolucionaria e Insurrección General Armada, y de si adoptar la Guerra Popular Revolucionaria significa abandonar la Insurrección General Armada como la vía más probable de la revolución.

Primero que todo hay que señalar que, en general, el movimiento comunista, particularmente el movimiento comunista latinoamericano, ha sido insurreccionalista; casi todos los partidos que hemos definido la vía armada como vía de la revolución, hemos identificado esa orientación, expresa o tácitamente, con la insurrección armada general. En esto, a nuestro juicio, actúa la influencia por lo menos de dos factores: uno es el ejemplo imperecedero de la Gran Revolución de Octubre; aunque claro está que aquella fue una insurrección realizada en determinadas condiciones históricas concretas y, según lo demuestra la experiencia internacional desde entonces, la insurrección de aquel tipo no tiene el carácter de una ley objetiva de validez universal. Junto con este, creemos también juega otro factor: hemos venido apreciando la insurrección de modo expreso o tácito como una puerta abierta a la participación de la clase obrera como tal, como clase, mientras que supuestamente la guerra no lo es, o no lo es tanto, teniendo en cuenta que el teatro de su desarrollo está prioritariamente en el campo y la clase obrera industrial se concentra en las ciudades. La mayoría de los partidos comunistas latinoamericanos, hemos adolecido de considerable debilidad entre las masas del campo, lo que acentúa nuestras reservas al respecto de la guerra popular revolucionaria. Situado desde la óptica de nuestras preocupaciones similares del pasado, nos hemos extendido bastante explicando como nosotros vemos y realizamos hoy la incorporación de las masas a la guerra, incluidas desde luego las masas obreras.

A este respecto conviene tener en cuenta dos cuestiones importantes: Primera: el hecho de que el teatro de la guerra sea principalmente el campo, no significa que ello excluye o minimiza la participación de la clase obrera, como tampoco de otras clases o capas urbanas. La experiencia de nuestra guerra popular es otra: en los frentes hay no pocos obreros, estudiantes, maestros, oficinistas, técnicos y profesionales en general. La proporción de los obreros en los frentes esta determinada por el grado de influencia d las organizaciones revolucionarias en la clase obrera y, por otra parte, los obreros revolucionarios son por lo general cuadros más desarrollados que los que proceden de las filas campesinas y pueden ejercer una influencia muy grande, aunque no sean a mayoría en las unidades militares. Asegurar esa calidad es asunto del Partido y de toda la organización revolucionaria comprometida con el socialismo. esta sin duda es una expresión concreta de la alianza obrero-campesina y forma parte de los esfuerzos por convertir al proletariado en la clase dirigente de la revolución.

Segunda: La mayoría de los países no capitalistas dependientes de América Latina, son países agrarios con una industria débilmente desarrollada. En la agricultura hay importantes ramas donde dominan las relaciones capitalistas de producción (cultivos de exportación, ganadería en muchos casos, etc.) y donde existe un desarrollo no despreciable de los instrumentos de trabajo, de la técnica y de las fuerzas productivas en general. En este sector capitalista de la agricultura hay un proletariado muy numeroso y, junto a él, una gran masa de campesinos pobres semi-proletarios que forman la mayoría de los trabajadores de temporada (siembras, cosechas, etc.). En nuestro país el proletariado y los campesinos semi-proletarios son la inmensa mayoría de la población rural y ellos forman también la mayoría de los integrantes de las fuerzas armadas de las cinco organizaciones miembros del FMLN, incluida desde luego las FAL del PCS.

Esta es una realidad a la que no puede darse la espalda; en este país se desarrolla nuestra revolución y el papel dirigente del proletariado no puede afianzarse sólo por los obreros de la industria, sino también, y sin falta, con la participación de las masas asalariadas del campo. Nuestro deber está en cultivar la conciencia revolucionaria de clase de este proletariado nuestro, tal como él es, y sería un error que miráramos todo esto a partir de un enfoque válido en países de mayor desarrollo capitalista.
Los comunistas no debemos perder de vista las posibilidades de desatar la insurrección y siempre que las condiciones objetivas se den, nuestro deber es organizar y encabezarla. pero aún en el caso de la revolución de Octubre el ajuste de cuentas al problema del poder no concluyó con el triunfo de la insurrección, vinieron casi inmediatamente tres años de disputa de la contrarrevolución por restaurar el viejo poder, por derribar el poder que estaba en manos del proletariado y su partido, y esos tres años de guerra civil en Rusia fueron a nuestro juicio parte integrante del proceso de la lucha por el poder y la defensa del poder, que son dos caras de la misma moneda.

Hay casos como el de Nicaragua en el que en el curso del desarrollo de la guerra popular revolucionaria surgieron, y maduraron las condiciones para la insurrección y se combinó la guerra con la insurrección de manera óptima. No se puede pensar en el triunfo de la Revolución Popular Sandinista si no se tienen en cuenta las insurrecciones de Managua, León, Masaya, y de varias otras ciudades. Tampoco se puede pensar en el triunfo de la Revolución Sandinista si no se tiene en cuenta la guerra de los años anteriores y la guerra en el Frente Sur durante los meses finales de la dictadura. Sin el Frente Sur las tropas élite de la guardia somocista se hubieran volcado sobre las ciudades y quizá hubieran podido aplastar la insurrección.

Entre guerra e insurrección hay mucha diferencia, pero en modo alguno insurrección y guerra están contrapuestas; el error del insurreccionalismo consiste en que absolutiza la insurrección y eso puede conducir al retraso de la revolución. Como es también un error absolutizar como vía la guerra y excluir por principio la insurrección, como se sostuvo por algún tiempo por una parte de los revolucionarios latinoamericanos. La Revolución Popular Sandinista es la superación practica de esa larga discusión teórica entre insurreccionalismo y guerra popular, pero tampoco su lección consiste en deducir la tesis de que “la guerra no puede alcanzar la victoria sin combinarse con la insurrección general.”

Este problema debe resolverse en concreto en cada caso, tomando rigurosamente en cuenta las condiciones en que una guerra popular determinada se desarrolla, sin prejuicios ni dogmas de ninguna clase.

Hay en efecto, casos en que la guerra se desarrolla y llega a la victoria sin que pueda combinarse con la insurrección. Nosotros apuntaríamos como ejemplo la Revolución Cubana, en donde la guerra triunfó sin que hubiera una insurrección armada; lo que hubo en Cuba, al final, fue una huelga de apoyo al llamamiento de Fidel desde la Sierra Maestra, para no permitir que se consolidara el llamado “gobierno provisional” que intentó organizar en las horas siguientes a la huida de Batista, encabezado por un coronel y que pretendía frustrar la victoria de la revolución; vino la huelga general y junto con ella la marcha triunfal del Ejército Rebelde. Muy difícilmente podía haberse desatado en aquel momento una insurrección armada en La Habana y otras ciudades importantes; hay que recordar que apenas en noviembre del año 58 se habían realizado, bajo Batista, unas elecciones generales con una alta concurrencia; las masas no podían pasar de esto rápidamente, en poco más de un mes, a la insurrección armada; pasaron sí a la huelga política general hecho sin duda sorprendente, bajo el entusiasmo fomentado por los golpes que el Ejército Rebelde propinó, de una manera desmoronante, sobre el ejército batistiano. Apenas ocho meses atrás, en abril de 1958, cuando todavía no se perfilaba la victoria militar revolucionaria, había fracasado la convocatoria a una huelga general. Esos son episodios en la historia de la revolución latinoamericana altamente significativos que permiten ahondar en la dialéctica de guerra popular e insurrección.

La estrategia óptima de la revolución, cuando se desarrolla ya la guerra popular, es la combinación de la guerra con la insurrección, y en tal caso, la insurrección tiene distintas manifestaciones: las simples sublevaciones en que no intervienen las armas, las airadas manifestaciones que acosan a los cabecillas del enemigo en una pequeña población, por ejemplo, las insurrecciones locales o parciales y la insurrección armada general Todas esas manifestaciones de la insurrección pueden y deben combinarse con la guerra, siempre, cuando y donde sea posible.

Nosotros ciertamente teníamos una concepción insurreccionalista unilateral, todavía en una de las Tesis del VII Congreso —que es el Congreso del viraje— al diseñar la concepción del Partido sobre la vía de la revolución, se habla de la insurrección y se minimizan las posibilidades de la guerra popular. La experiencia nuestra, a tres años y medio de realizado el Congreso, nos dice que debemos modificar esa tesis: ya no se trata. de una simple especulación teórica, se trata de que han transcurrido tres años en los que el Partido ha estado participando en la guerra y durante los cuales el FMLN ha intentado sin éxito desatar la insurrección en por lo menos dos oportunidades: el 10 de enero de 1981, junto con la ofensiva militar, el FMLN llamó a la huelga general política y a la insurrección armada general, pero no pudo realizarse. En marzo de 1982 también intentamos promover la insurrección de los barrios periféricos de San Salvador, frente a las elecciones a que convocó la Junta Militar-democristiana, sin tampoco lograrlo. Para promover la insurrección llevamos allí, desde el cerro del Guazapa, columnas guerrilleras conjuntas de varias organizaciones, entre las cuales se incluía un destacamento de las FAL.

Es que la insurrección tiene sus propias leyes, la primera de ellas la de que solo puede desatarse en una situación revolucionaria madura, cuando la actividad de las masas es muy alta y solo puede realizarse con éxito la insurrección si se apoya en el movimiento ascensional de las masas, particularmente de los trabajadores y en la actividad intensa, multiplicada, de la vanguardia. Estas son las enseñanzas de Lenin.

En El Salvador hay una situación revolucionaria, pero este aspecto suyo, el movimiento ascensional de las masas, entró en mengua, aunque ahora, como ya se dijo, comienza a reponerse. Hubo un momento en el que desde el punto de vista de la plena madurez de las condiciones objetivas, hubiera podido realizarse la insurrección. Esto ocurrió en los primeros meses de 1980, que fue cuando se produjeron las grandes manifestaciones de masas, los puntos pico del movimiento huelguístico de la clase obrera y los trabajadores del Estado en la capital y las principales ciudades, que se combinaba con el punto pico del movimiento del proletariado agropecuario por reivindicaciones económico-sociales y políticas, las tomas de tierra por las masas campesinas, sin contar otros movimientos de masas como el de los pobladores de tugurios, que ocupaban predios para levantar sus viviendas o resistían los desalojos. Todavía en junio de 1980 pudimos realizar una huelga general exitosa, pro ya la ola de masas decrecía bajo los golpes sanguinarios de la represión: se sucedía una matanza tras otra. pero entonces falló el factor subjetivo: la unidad de las fuerzas revolucionarias se había comenzado a lograr solo en diciembre de 1979 y abarcaba únicamente a tres de las cinco organizaciones que hoy forman el FMLN. Las líneas de estas tres organizaciones no eran todavía coincidentes en cuestiones fundamentales, como esta de la insurrección. Así pues, la vanguardia no tenía las posibilidades de promover y dirigir la insurrección, pasó el momento sin que lo hiciéramos.

¿Qué papel tendrá la insurrección en nuestra victoria? Nosotros no dejamos de imprimir una perspectiva insurreccional a nuestro trabajo de masas, tenemos bien abiertos los ojos ante la posibilidad de que surjan condiciones para combinar la insurrección general con la guerra y aprovecharemos toda posibilidad favorable; creemos que tal posibilidad puede surgir como consecuencia de grandes victorias militares que debilitarán mortalmente al enemigo y elevarán el entusiasmo combativo de las masas en la ciudad. Por lo demás las masas que están incorporadas a la guerra en los frentes y en las zonas en disputa, están ya insurreccionadas contra la dictadura fascista, se juegan la vida en esta lucha. Hoy el FMLN tiene más capacidad y experiencia para organizar la insurrección en las ciudades y conducirlas, pero lo que no puede cambiarse es el hecho de que la Guerra Popular Revolucionaria es ya la vía de la revolución en El Salvador, lo que había que modificar es la tesis del Partido a este respecto.

Por otra parte, está claro para nosotros que la guerra popular revolucionaria, que combina la lucha armada con la lucha política y la lucha diplomática, alcanzará la victoria; incluso si no surgiera la posibilidad de desatar la insurrección general; la victoria de demoraría, pero sería alcanzada.

Toda la lucha por la revolución, vista de conjunto en su función histórica, es un proceso ofensivo en continuo ascenso, y la esencia de este proceso es el desarrollo de la violencia revolucionaria. La violencia revolucionaria ofensiva es el contenido de todos los pasos hacia la revolución, desde las primeras reuniones pequeñas para fundar la vanguardia y las primeras organizaciones de masas bajo la conducción de esta, aunque formalmente esas reuniones son muy pacíficas, hasta las grandes acciones para tomar el poder por las fuerzas revolucionarias, porque su objetivo es, en fin de cuentas, derribar el poder de los explotadores y el dominio del imperialismo y abrir paso al socialismo. Este proceso de lucha por la revolución es expresión de la lucha de clases y avanza con el despliegue y la agudización de la lucha de clases. La violencia revolucionaria se acrecienta en respuesta a la violencia reaccionaria y llega el momento en que la violencia, que ha estado en el fondo desde el principio emerge como tal, como violencia de las masas y sobrepasa el lindero hacia la violencia armada. ¿Qué hacer en ese momento? ¿detener el ascenso de la lucha de clases a un nivel superior, negarse a organizar la violencia armada, en espera de que madure la situación revolucionaria para realizar la insurrección armada o avanzar paso a paso por el camino de la lucha armada, de la organización de la Fuerza Armada del Partido y llevar consecuentemente la conducción de este proceso, incluso sabiendo que desembocará en el despliegue de la Guerra Popular Revolucionaria y disponiéndonos a combinar con ella la insurrección, en dependencia de las condiciones concretas?

Nosotros estamos a favor de esta última respuesta; estamos convencidos que la primera, la de esperar a que sea posible la insurrección, aplaza indefinidamente la lucha por la toma del poder por vía revolucionaria, desgasta la autoridad del Partido, lo desnaturaliza, corroe su vanguardialidad y lo empuja en el reformismo.

Por otra parte, es profundamente equivocada la idea de que mientras no llega la posibilidad de la insurrección nos preparemos para ella, formando nuestra fuerza armada; como ya lo dijimos, es ley objetiva inviolable que la fuerza armada revolucionaria sólo puede construirse en el curso de la Guerra Popular Revolucionaria. Esta es una de las leyes específicas de esta clase de guerra, a diferencia de los ejércitos de los estado. que se forman durante la paz.-